Mi mejor amiga.

por
género
trans

Me parecía un imposible que yo, Luis Gonzales, compartiera un cuarto con Lorena Furci. Ciertamente se preguntarán ¿Cómo es posible que la universidad deje que un chico y una chica compartan una misma habitación? Por qué Lorena no es una chica común y corriente, es simplemente espectacular. Ella es alucinante, un bombón. Solo mirar cuando desempacaba su ropa, sobre todo la de carácter íntimo, me daba maripositas en mi bajo vientre y una erección permanente. Me volví feliz de tenerla a ella conmigo.
Recuerdo el día que conocí a Lorena. Desde ese día mi vida cambió. Vino a vivir en el vecindario un año antes de iniciar mi primer año de secundaria. Mi madre suele ser bastante curiosa, así qué inmediatamente me llamó para que fuéramos a conocer a los nuevos vecinos, ahí estaban descargando el camón de mudanzas. Mamá les había traído un pastel recién horneado. Fue un tipo de visita estereotipada, de recibimiento al nuevo vecino. Conocimos al padre de Lorena que llevaba una caja con el nombre de Lorena. Nos saludó amablemente al vernos caminar. Parecía un hombre tranquilo y afable. Su nombre era David y su esposa Salomé, también salió y nos saludó. Iniciaron una conversación y yo hacía como que les escuchaba.
Entonces salió por la puerta su cabello tirado hacia atrás en una cola de caballo, una sonrisa esplendente dibujada en su rostro. Era como el centro del universo. Como si el sol y la luna giraran alrededor de ella. Por lo menos esa fue mi primera impresión. Llevaba pantaloncitos negros como esos de baloncesto, ajustados y cortos que mostraban sus preciosas piernas largas y fuertes y el comienzo de sus cachondos glúteos. También vestía una camiseta azul marino-ajustada, se podían adivinar sus abdominales y sus pechos eran diminutos. Era realmente hermosa.
—Esta es nuestra hermosa hija, Lorena … —Dijo su madre —… Lorena ven a conocer a nuestros vecinos Magda, Antonio y Luis …
Me hice adelante ansioso de estrechar su mano.
—Hola, Luis … yo soy Lorena …
Dije estúpidamente y todos se largaron a reír, la risa más hermosa era la de ella.
—Encantada de conocerte, Lorena …
Me dijo en son de broma y su sentido del humor definitivamente terminó por cautivarme. Mamá capto mi interés por ella y dijo.
—¡Hey!, Luis … ¿Por qué no le muestras el vecindario a Lorena? …
En un santiamén nos encontramos en bicicleta a girar por las calles del barrio. La llevé a mostrarle el Mall de lo Sport y luego nos fuimos al Cantagallo a comer helados, ambos pedimos chocolate y fresas, pero ella no quiso la crema.
***
Ahora años después, llegamos al pensionado de la universidad y a ella le asignaron un cuarto junto a mí, sencillamente fenomenal. Mientras Lorena dobla su ropa me mira y me regala una sonrisa hermosísima y radiante. He visto esa sonrisa millones de veces y todavía no deja de deslumbrarme, con cierto ímpetu y curiosidad ella me pregunta.
—¿¿Qué?? …
—Nada …
Digo mirando hacia otro lado y luego torno a mirarla y me encuentro con sus ojos fijos sobre mí y me dice.
—¿Por qué me miras? … ¿En que estas pensando ahora? …
—¡Es que simplemente no puedo creer que seamos compañeros de cuarto! …
—Pero sabes el por qué, ¿no? …
Si, es verdad, yo sé porque nos asignaron juntos el mismo cuarto, al parecer esto a ella le molesta un poco, luego me pregunta.
—¿Recuerdas esa vez que hicimos la cimarra y nos fuimos a la subida a Farellones? …
—¿Cómo podría olvidarlo si casi me obligaste? …
—Bueno … no es así como yo lo recuerdo … casi me rogaste que lo hiciéramos …
—Pero lo hicimos, ¿no? …
Nos fuimos a la subida a Farellones, pero subimos por menos de un kilómetro. Había un descanso donde nos sentamos a descansar bajo unos frondosos árboles y nos pusimos a conversar de diferentes cosas, a un cierto punto le pregunté.
—¿Y porque no querías asistir a clases? …
Me miró un poco consternada. Cavilaba buscando las palabras justas para decirme lo que me tenía que decir. Indecisa miraba a un lado y luego al otro, ahora me doy cuenta de que su tribulación era saber si podía confiar en mí o no.
—Tenía que alejarme de todo …
Dijo finalmente con un suspiro de desahogo.
—Bueno … la vida misma a veces es una mierda … un alto en el camino es necesario …
Le dije empáticamente, ella me miró diciéndome.
—Tú no te puedes imaginar … apesta … todo apesta …
—¿Qué es, Lorena? …
—No, nada … no es nada …
Murmuró desviando su mirada hacia otro lado.
—Tú no eres así … ¿Qué te ha sucedido? … dímelo … puedes con fiar en mí y lo sabes, ¿no? …
Me miró intensamente y luego dijo.
—Son mis padres …
—¿David y Salomé? … ¿Te hicieron algo? … ¿Qué pasó? …
—Se la pasan peleando … discuten por todo … creo que se divorciarán …
—¡Oh!, mierddd … ¿Pero ellos te dijeron eso? …
—No … pero su actitud les delata … ya no se soportan …
—Bueno … si alguna vez necesitas un hombro donde llorar … y unas orejas para escucharte … piensa en mí … siempre estaré allí para ti …
—Eres mi mejor amigo … gracias … lo aprecio mucho …
Se inclinó hacia adelante y apoyó su cabeza en mi hombro. Ese momento fue el más hermoso de mi día, nunca la había sentido así cercana.
***
—¡¡Aterriza, Luis!! …
Dijo Lorena agitando su mano frente a mis ojos y me sacó de mis recuerdos
—Lo siento … estaba pensando a que la vida no suele ser tan simple a veces …
—Pues dilo solo por ti … para mi la vida nunca ha sido ni simple ni fácil …
—Tienes toda la razón … lo siento …
Me resultaba difícil de creer que la hermosa chica que conocí entonces ya había pasado por tantas tribulaciones. Ella escondía su dolor muy bien.
—¡Por Dios!, Luis … no tienes por qué disculparte todo el tiempo …
Me lo dijo con una de sus esplendidas sonrisas, sabía que estaba bromeando. A ella le encantaba mi modo de ser. Mi mente se fue a otros recuerdos de episodios imborrables que viví con ella.
—¡Luis! … ¡Otra vez! … parece qué estás muy disperso hoy …
—Perdóname … me recordaba a otros momentos que viví contigo …
—Ahí estás otra vez con tus disculpas …
—Estaba recordando el partido de basquetbol … cuando por vez primera le ganamos a nuestro colegio rival …
—¡Oh, qué buenos tiempos! … esas chicas estaban realmente enojadas … lastima que perdimos la final …
Dijo Lorena suspirando.
—Pero al año siguiente pudimos por fin ganar también nuestra primera final …
—Sí … pero solo porque el jugador más importante de ellos se lesionó … y la Tamara sola, no pudo hacer nada …
—De todos modos, si no hubiera sido por ti … tampoco hubiéramos podido ganar … jugaste extraordinariamente … anotaste más puntos que todos juntos …
—Pero eso ya es pasado … volvamos al presente … ¿Estás emocionado de salir conmigo esta noche? …
—¡Uhm! … creo que sí …
—Lo dices como si fueras a emprender una tarea horrible … ¿Por qué no estás emocionado? …
—No lo sé … creo que tienes razón … finalmente estamos solos tu y yo libres de todos … quizás también podríamos hacer algunas maldades …
—Ahora suenas como un niño travieso …
—¿Y crees que podremos adquirir algo de alcohol? …
—Bueno … en mi grupo de apoyo, hay una chica que se parece a mí … ella es mayor de edad y me prestó su identificación …
—¡Genial! … ¡Qué suerte! …
—Apenas termine de desempacar iré a comprar una botella … ¿Te va el vodka? …
—Claro … claro … está bien … realmente nunca he bebido …
—¡Quien lo diría! … no se te nota para nada …
Dijo ella en son de broma y riéndose de mis ingenuidades y luego agregó.
—Bueno … iré a la botillería y veré si esta identificación funciona …
Después de eso tomó su bolso, las llaves y se fue. Me quedo solo en nuestro cuarto y me siento como un idiota al no tener temas interesantes que conversar con ella. Intelectualmente ella es superior a mí. Tiene mundo, ha estado infinidades de veces en otros países, otros continentes. Me he dedicado a recordar cosas que quizás ella quiera olvidar, tal cual como hicieron todos esos que se consideraban sus amigos y que rápidamente le hicieron un vacío cuando se supo su secreto.
Todo por culpa de ese idiota de Manuel Alvarado. No podía simplemente dejarla sola y en paz. Tenía que contarles a todos su secreto. No entiendo por qué comenzó a salir con ese estúpido. Ella la capitana de la escuadra de basquetbol del colegio, con el capitán del equipo de futbol. Lo único que tenían en común era el deporte.
Fue después, cuando el equipo de Lorena gano la final. Al domingo siguiente me confirmó que estaba saliendo con ese idiota desde casi un año. No sé exactamente que paso entre ellos, pero los rumores dicen que él se la llevo a uno de los dormitorios y luego de un rato salió corriendo de la habitación dejando a Lorena sola y llorando. El lunes sucesivo comenzó a rumorearse en la facultad de que Lorena era transexual. Lógicamente usaron palabras más soeces e hirientes que esa.
Lorena perdió su beca deportiva, fue sacada del equipo de baloncesto y fue condenada al ostracismo y odiada por esto. Estaba devastada y se deprimió. Ambos llegamos a la universidad y allí nadie la quería como compañero de cuarto, pero como yo la conocía casi de siempre, acepté tenerla como compañera.
Técnicamente ella es hombre y la universidad no iba a permitir de dejarla en un cuarto con una chica, pero como yo soy su vecino y su amigo, bueno más que feliz de compartir mi cuarto con ella.
Lorena había logrado comprar una botella de vodka. Después de que ella regresó bajamos al patio de comida de la facultad y cenamos. Más tarde caminamos un poco y luego volvimos a nuestro cuarto.
Era un día perfecto. Se sentía como un hermoso día normal con Lorena. Como al principio, antes de que se volviera una de las muchachas más populares del colegio. Cuando nos sentábamos a charlar durante horas o a caminar en silencio disfrutando la quietud del parque. A menudo se colaba en mi cuarto y conversábamos de todo mientras afuera llovía torrencialmente. Una vez incluso me contó sobre la muerte de su hermana mayor, Antonia. Muchas veces se confidenció conmigo de todos sus problemas y algunas intimidades, sentí que se había creado un vínculo entre ella y yo, algo muy especial. Luego cuando comenzó a salir con ese estúpido de Manuel Alvarado, todo comenzó a venirse cuesta abajo. Nos distanciamos y rara vez la veía.
Pero hoy no fue así. Hoy fue el primer día en mucho tiempo, en que nos relajamos como solíamos hacerlo en ese entonces. Después de que se declaró transgénero, no la volví a ver a menudo. A posteriori, ambos fuimos aceptados en la universidad y finalmente acordamos ser compañeros de cuarto. Lorena se fue a Europa por casi todo el verano, manteníamos contacto con mensajes de texto, pero eso no es lo mismo que hablar en persona.
Una vez en nuestro cuarto, Lorena abrió la botella de vodka y la mezcló con una bebida Cola. Tomé un sorbo y tosí casi ahogado. Ella me miró sorprendida y me preguntó.
—¿Qué pasa? … ¿No te gusta? …
—¡Pero es que éste es vodka puro! …
Dije con mi rostro enrojecido. Ella me sonrió divertida.
—¡Oh! … ¡Te gusta light! …
Tomó mi vaso y me versó un poco más de bebida, cuando me devuelve el vaso veo la cicatriz en su muñeca y un escalofrío recorre mi columna vertebral. Es imposible para mí no recordarme de esos oscuros y casi trágicos momentos en que casi la pierdo, se me hace un nudo en la boca del estómago.
Cuando Manuel reveló a la comunidad que Lorena era transexual, sucedieron muchas cosas terribles después de eso. Ni siquiera estoy hablando de las cosas que perdió. Fue aislada y prácticamente proscrita socialmente por muchas de las personas que se decían ser sus “amigos”. La intimidaron y deshonraron. Pero eso no fue lo peor. Lo que yo hice después, terminó por hacerla colapsar. Cuando llegaron a mis oídos los rumores que la gente decía de ella, al principio no los creí. Pensé que Manuel en su despecho había inventado todo, cuando ella no había querido tener sexo con él. No es posible que ella fuera transexual. Lo hubiera sabido. Entre ella y yo no había secretos, por lo menos no de mi parte.
En un momento en que nos vimos, la confronté y ella finalmente me dijo la verdad.
—Luis … los rumores son ciertos … soy … ¡ehm! … nací niño …
Quedé estupefacto, no lo podía creer. Pero no me molestaba el hecho de que fuera un chico, eso no me importaba en absoluto. Solo que pensé que la conocía al revés y al derecho. Pensé que sabíamos todos el uno del otro y ahora me daba cuenta de que no era así. Estaba confundido y me dolió que ella no hubiera confiado en mí. Si ella no me había confidenciado eso, es porque no confiaba en mí en lo absoluto. Esto me dolió. Después lamentablemente hubo equivocaciones.
Cuando vio la mirada en mi rostro. Una mirada de incredulidad, conmoción, dolor, ira, confusión y quizás cuantas cosas más vio ella reflejadas en mi semblante. Se sintió devastada. Debió haber pensado que había incluso disgusto en mi cara. Pero no era así, al menos no por ser transgénero. Gruesas lágrimas brotaron de sus ojos y antes de darme cuenta ella había escapado corriendo.
Me senté por el resto del día y no podía sacarla de mi mente. El hecho de que ella era transexual y no me lo dijo. Todos los horribles rumores que circulan por el colegio. La habían echado del equipo femenino de basquetbol, le habían revocado su beca de estudios. El horror y dolor en sus ojos cuando vio cómo reaccioné cuando finalmente me lo dijo. Ahora me daba perfectamente cuenta de que porque no me lo había dicho. La había tratado prácticamente como la habían tratado todos cuando se enteraron de que ella había nacido niño, no es de extrañar de que no se lo haya dicho a nadie. Me daba cuenta de haber sobre reaccionado, había exagerado mi sentir. ¿Me perdonará alguna vez? Ahora me siento tan mal por todo. Me siento como un idiota. Todo lo que ella quería era una vida normal como niña. No puedo creer de haberme comportado como un energúmeno. Cuantas veces no soñé con ella como mi novia. Sí, mi novia. Mi mejor amiga. Siento de haberla traicionado y haberla juzgado al igual que lo hicieron todos. Tengo que hablar con ella. Necesito hacerle saber mis sentimientos y que lamento haber reaccionado como lo hice.
Mientras cavilaba con estos confusos pensamientos, mi celular vibró en mi bolsillo. No podía responder en clases, esperé el momento adecuado para leerlo. Sentí que pasaba una eternidad de tiempo. Por fin la clase terminó y salí al patio a leer el mensaje. Era de Lorena, rápidamente lo abrí.
“Luis, nunca quise lastimarte ... Realmente me gustas y lamento no haberte dicho la verdad desde el principio … Sabía que no lo entenderías … No te culpo por eso, la gente reacciona de ese modo … Siempre me fuiste amigo y amable conmigo y disfruté cada minuto que pasé junto a ti … Pero estoy cansada … Ya no puedo vivir así … No sé ni puedo vivir como niño … La sociedad no me acepta como niña … No tengo espacio para mi en este mundo estúpido … Espero me comprendas y algún día puedas perdonarme … Te deseo la mayor felicidad … Lorena”
Inmediatamente entendí lo que entendía hacer. Traté de llamar a su teléfono, pero me mandó a su buzón de voz. ¡¡Mierda, debe haberlo apagado!! Desesperado grite al teléfono.
—¡Lorena, por Dios! … ¡Contesta tú maldito teléfono! … ¡Tú no quieres hacer eso! … ¡No lo hagas, por Dios! … ¡No lo hagas, por favor! …
Rápidamente colgué y llamé a Carabineros al 133, mientras esperaba mi maldito turno, corrí a mi auto. Eché a andar justo en el momento en que me respondieron.
—Carabineros de Chile … ¿Qué necesita? …
—Mi novia acaba de enviarme un mensaje de texto en que dice que atentará contra su vida … creo que puede estar tratando de suicidarse … tienen que hacer algo, por Dios … dijo que ya no quería vivir … deben salvarla, por favor …
—Cálmese, señor … ¿dónde está ella ahora? …
—No lo sé con exactitud … pero debería estar en su casa … yo voy en camino hacia allí …
—Dígame el nombre de la persona aludida y la dirección para enviar un dispositivo …
Le di los datos que me requería, también me preguntaron mis datos personales, luego me dijo que enviarían a alguien al lugar.
Cuando finalmente llegué a su casa, ya había una ambulancia. Entré apresuradamente, mi cabeza repetía una y otra vez “Lore, por favor vive … no puedo perderte” La camilla estaba justo afuera del baño. El piso estaba todo mojado. El agua tenía un tinte rojizo. Los paramédicos tenían a Lorena sobre la camilla. Se había cortado las venas. Le habían puesto una máscara de oxígeno. Uno de ellos me dijo.
—Señor, tiene que retroceder … no tenemos mucho tiempo … necesita una transfusión de sangre … la llevaremos al hospital …
Todo lo que sucedió después me resulta borroso. Solo sé que me encontré en la sala de espera del hospital esperando noticias de Lorena. Minutos después llegaron sus desesperados padres, ambos se fueron al mostrador para inquirir noticias de su hija, su madre fue la primera en hablar.
—Buenas tardes … necesito saber sobre mi hija … fue traída a la emergencia …
—Dígame el nombre …
—Lorena … Lorena Furci …
—Espere un minuto … la veo en el sistema …
Me levanté acercándome al mesón. Inmediatamente su madre me reconoció y me dijo.
—¡Oh!, Luis … ¿Qué está pasando! … ¡Qué le pasó a Lorena! …
—¡Ehm! … bueno … ella … ella intentó …
No supe como explicar la situación, así que extraje mi celular y le mostré el mensaje. Después de leerlo se sintió abatida y una expresión de derrota se dibujó en su rostro. El padre alarmado se acercó y preguntó.
—¡Qué! … ¿Qué hay en ese mensaje? …
La madre le entregó el celular mientras le corrían las lágrimas por su rostro, me preguntó.
—¿Está bien? … ¿La viste bien? …
—Yo … no lo sé … estaba viva cuando la trajeron … pero estaba inconsciente … creo que la pudieron salvar … estaba tan confundido, asustado y horrorizado que lo único que atiné, fue llamar a Carabineros al 133 … pero como no soy familiar no me quieren decir nada …
—Gracias, Luis … hiciste lo correcto …
Me dijo el padre de Lorena devolviéndome el celular. En ese momento salió un médico.
—¿Son los padres de Lorena? …
La señora Salomé, inmediatamente avanzó hacia él.
—Sí … ¿Cómo esta mi niña? … ¿Está todo bien con ella? …
—Está viva y estable, señora … —Dijo el doctor, luego preguntó.
—¿Quién llamó a Carabineros? … —Hice un gesto con la mano y él se dirigió a mí.
—Bueno, hijo … le salvaste la vida a tu amiga … si la ambulancia hubiera demorado unos minutos más … ella no habría sobrevivido … perdió mucha sangre …
La mamá de Lorena con ojos llorosos se volvió hacia mi y me abrazó. No pude evitarlo y espontáneamente las lágrimas brotaron de mis ojos. No podía creer lo cerca que estuve de perderla para siempre.
***
Repentinamente alguien me toco el hombro.
—¡Hey! … ¡Hola! … ¿Estás aquí todavía? …
El hermoso rostro de Lorena con su afable sonrisa me hacía señas con una mano ante mis ojos nublados.
—Sí … perdona … me distraje un poco …
—¿Y por qué tiene los ojos llorosos? …
—¿Cómo que por qué? … si casi me matas con ese vodka puro …
Le mentí contento de sentirla alrededor mío.
—¡Ay! … no sabía que eras tan delicado …
Me dijo sonriendo y versando más bebida Cola en mi vaso. Se quedó mirándome con un poco de sarcasmo. No sabía que decirle, solo dije.
—¿Qué? …
—No me dices toda la verdad … daría cualquier cosa por saber en qué o quien pensabas …
—¡Qué loca que eres! … en nada … no pienso en nada … solo estoy contento de que estes aquí conmigo …
—¡Oh!, bueno … yo también me alegro de que estes conmigo … ¿Y todo bien? …
—Sí … todo bien … ¿me querías decir alguna cosa? …
—Bueno … no es necesario que salgamos esta noche … podemos quedarnos aquí y beber solos tu y yo … sé qué no te gustan las fiestas … y para ser honesta … quiero quedarme aquí contigo …
Le sonrío y ella me devuelve una sonrisa esplendida, luego me pregunta.
—¿Te dije alguna vez que eres mi mejor amigo? …
—¡Uhmmm! … unos dos o tres centenares de veces …
Lorena me sonríe y yo me acerco y me siento en su cama al lado suyo y ella me dice.
—Bueno … Luis … ¡estoy muy feliz de tener un amigo como tú! …
Tomó su mano y entrelazo mis dedos con los de ella y con mi corazón casi saliéndose de mi pecho, le pregunto.
—¿Solo amigos? …
Ella se gira a mirarme de frente y mirándome a los ojos me contra pregunta.
—¿Quieres que seamos más que amigos? …
Tomo un gran sorbo de bebida y le digo.
—¡Sí! … sí … siempre he querido eso …
—¿Deveras? … —Me pregunta animosa y le respondo sinceramente.
—Sí … desde que empezamos a salir, he tenido sentimientos por ti … no sabía como comportarme contigo … eres tan bella … pero casi te pierdo, y … ahora estoy más seguro que nunca … Lorena, estoy enamorado de ti …
Ella retiene la respiración sorprendida, luego da un largo suspiro y me pregunta.
—¿Aunque si soy una transgénero? …
—Eso ya no importa … no me importa si naciste niño … no me importa lo que tienes bajo tu vestido … solo sé que te amo, Lorena … cada minuto que pasamos juntos, me enamoro más y más de ti … Eres mi mejor amiga y no hay nadie con quien preferiría pasar el resto de mi vida … Lorena, eres el amor de mi vida … tal vez pueda sonarte raro, pero es como me siento …
Lorena, tragaba saliva e intentaba reprimir el llanto de emoción, pero algunas porfiadas lágrimas brotaban en sus ojos y se deslizaban por su mejilla. Estaba silente y evidentemente muy sobrecogida, yo no sabía como iba a reaccionar y volví a confundirme al verla tan sorprendida.
—Lo siento … no quise molestarte … pero así es como me siento … po-por fav …
Antes de que pudiera decir otra palabra, se abalanzo a mi cuello y me beso en los labios. Sentir su cálidos labios por primera vez en los míos, envió explosiones a través de mi mente, mi corazón comenzó a sobrexcitarse. Repentinamente algo frio y húmedo se versó en mi regazo, era la copa de Lorena. Los dos nos echamos a reír. Tomó mi bebida y recogió su vaso y los deposito en la mesita de noche, me dijo.
—Lo siento mucho …
—¡Ah! … no te preocupes … cosas que suceden …
Ella me tiró hacia ella y me dio un beso, después sus manos volaron a mi cinturón.
—Creo que no necesitas estos pantalones mojados … ayúdame a quitártelos …
—¿Segura de que no lo hiciste a propósito? …
Digo bromeando, ella me sonríe feliz. Suavemente coloco mis manos a los lados de su cara y la tiro sobre mi mientras nuestros labios se unen otra vez en un jugoso juego de lenguas. Sus dedos aflojan mi cinturón y comienza a tironear mis pantalones hacia abajo. Ella se aleja doblando mis pantalones sobre una silla, veo su mirada a mi ingle, no sé qué decir.
—Lore … ¿me puedes decir como vamos a concretar esto exactamente? …
—Luis … honestamente no lo sé … nunca lo he hecho antes … tengo una idea vaga … no sé … bueno … quiero decir … no sé si …
La interrumpo con la pregunta del millón.
—¿Anal? …
—Bueno … sí … si estas de acuerdo con eso …
—Creo que sí … lo tendremos que descubrir … yo no lo he hecho y tú tampoco … quisiera saber … bueno … ya sabes … darlo y recibirlo … ¿cómo lo podríamos hacer? …
Ella me mira un poco nerviosa y agrega.
—¿Crees que podríamos turnarnos? …
—Bueno … no sé … creo que podría funcionar …
—Si no quieres hacerlo … lo entiendo … —Dice Lorena un tanto compungida.
—Lorena … definitivamente quiero hacer esto, mi amor … te amo …
—Yo también te amo … quiero ser tuya y que tú seas mío …
Me dice con su rostro resplandeciente y su sonrisa contagiosa, luego me da un apasionado beso en los labios y se sube encima de mí.
Engancho su remera por el borde y se la saco por la cabeza. Ella usa un sujetador de encaje rojo con ribetes negros, tomo sus caderas y mis manos se van atrás al gancho de su sostén. Se contorsiona al sentir mis dedos en su tersa tez, y dice.
—Me haces cosquillas …
—Lo siento … yo …
Pero ella acalla mis palabras cubriendo mis labios con su boca, mis manos continúan a forcejear con el gancho de su sujetador. Después de varios intentos fallidos, ella se endereza y dobla sus manos hacia atrás y finalmente suelta su sostén, lo hace parecer tan fácil. Coquetamente cubre sus senos antes de tirar el sostén a un lado, pensando que quizás no me gustarán. Me dice.
—No me juzgues … mamá me dijo que me regalará un par de implantes cuando termine la universidad …
Sonrío, luego me inclino a besarla, presiono suavemente sus labios y le susurro que no tiene nada que temer. Ella deja caer su brazo al lado. De sus labios me deslizo a besar su cuello y lentamente me muevo a sus pechos. Son pequeños y hermosos, de adolescente, le digo a ella.
—¡Son perfectos! … ¡Preciosos! …
Ella gime cuando mi lengua dibuja círculos en sus tetitas incipientes y presiona contra su duro pezón. Maternalmente, Lorena acaricia mis cabellos y empuja su tetita en mi boca. Cambio a su otro pezón y la siento estremecerse y jadear, me alejo instantáneamente.
—Si te dolió … lo siento …
Me mira sonriente y feliz.
—No tontito … me gusta … lo haces bien …
Sigo chupando y lamiendo un pezón y luego el otro, provocándole todo tipo de gemidos y jadeos. Desliza sus manos debajo de mi camisa y comienza a levantarla. Dejo de chupar sus tetitas y ella tira de mi camisa por sobre mi cabeza. Luego vuelve a acariciar mi nuca mientras yo chupo sus senos. Me atrae hacía ella y nos fundimos en un beso ardoroso. Su lengua se desliza en mi boca y se entrelaza con la mía acaloradamente.
La pasión que siento por ella inflama mi corazón. Envuelvo mis brazos a su alrededor y la arrastro fuerte hacia mí. Ella se aparta y me mira a los ojos, mientras acaricia mi mejilla, me dice.
—Luis, te amo …
—Yo también te amo, amor …
Una luminosa y preciosa sonrisa se apodera de su hermoso rostro, ella se recuesta tiernamente a mi lado y me inclino sobre ella. Nuestras lenguas se funden en un beso de amantes y bailan una danza infinita. Le beso como si este fuera el último día que me queda en esta tierra. Ella finalmente se separa de mí y se levanta de la cama.
Se da la vuelta y comienza a desabrochar sus pantalones, con una sonrisa provocadora, me dice.
—Cierra tus ojos …
—¿Por qué? …
—Por favor … no me mires … estoy nerviosa …
Me levanto de la cama y la envuelvo en mis brazos.
—Está bien estar nerviosos, tesoro … yo también lo estoy … nada temas … nunca te volveré a lastimar …
Mis manos recorren su cintura y alcanzan el botón de sus pantalones. Ella se relaja y me deja hacerlo. Los desabrocho y con mis pulgares engancho la pretina y los deslizo hacia abajo, descubro sus calzones metidos entre las nalgas de su culo maravilloso. Glúteos duros y firmes quizás por los años de practicar deporte. Se afirma a mi hombro levantando una de sus piernas para permitirme sacar sus pantalones, luego levanta la otra y deslizo sus pantalones y se los quito, ella vuelve a apoyar ambos pies y suelta mi hombro.
Engancho mis dedos en su ropa interior y se la quito, exponiendo su majestuoso trasero. Lorena se gira mirando mi cara a centímetros de sus bellas posaderas, sin dejar de mirarla me echo hacia adelante para besar su culo esplendoroso. Ella separando sus glúteos, me muestra su engurruñado capullo rosado. Presiono mis labios contra ese pequeño orificio, lo beso y lo lamo, haciendo dibujos con la punta de mi lengua alrededor de ese anillo estriado. Ella gime sintiendo mi lengua follar su estrecha intimidad.
Lorena se aparta de mí y se da vuelta. Finalmente veo su polla por vez primera. Esta erecto y duro como una roca. Nunca había visto la polla de nadie más. En un poco más grande y grueso que el mío. No sé si debería sentirme avergonzado o impresionado. Lorena está completamente depilada. Trato de entender que es lo que quiere mirándola a los ojos.
Ella acaricia mi mejilla, yo estiro mi mano y envuelvo su pene endurecido, Lorena empuja su pelvis hacia mí y gime. Le digo.
—Nunca he hecho algo así …
Me mira sonriente y dice.
—Sí … lo sé …
Cierro los ojos, abro mis labios y tomo su briosa polla en mi boca. Está rígida, pero se siente suave y aterciopelada, tiene un sabor extraño, pero en ningún caso desagradable. Envuelvo su glande con mi lengua y lamo su pija del bajo hacia el alto, acaricio sus cojones rugosos y la escucho emitir un chillido ahogado.
—¡Ooohhh!, Luis … eres bueno en esto …
Ella gime y a ratos se estremece, meto más de su polla en mi boca. Sus manos aferran mis cabellos y empuja dentro de mi boca provocándome un acceso de tos. Me aferro a sus fuertes muslos y comienzo a follar mi boca con su verga enérgicamente. Me atraganto con tanta pija, ella suelta mi cabeza y me alejo un poco de su miembro entiesado, cae de mis labios dejando una estela de saliva. Inmediatamente ella me pregunta.
—¿Quieres probar anal ahora, Luis? …
—¿Me va a doler? …
—La primera vez siempre duele un poco …
—¿Cómo sabes si nunca lo has hecho? …
—Lo he probado con el consolador …
—¡Ah! …
—Si no quieres, no lo hacemos …
—No … no … lo haré … solo que estoy nervioso …
Lorena con su verga tiesa como garrote, me sonríe y me ayuda a levantarme. Nuestros labios se conectan con un beso profundo, lleno de pasión y extenso, podría durar una vida. Vuelve a mirarme a los ojos cuando me pregunta.
—¿Cómo quieres que lo hagamos? …
—No sé … ¿yo boca abajo y tú encima de mí? …
—¿No quieres hacerlo tú primero a mí? …
—No … hazlo tú primero … confío en ti … pero trátame bien …
Después de haberle dicho esto, Lorena desliza sus manos bajo mis boxers y los tira hacia abajo, liberando mi polla endurecida. Con sus manos envolviendo mi pene, me besa una vez más. Luego me empuja dulcemente dejándome caer sobre su cama. Me arrastro sobre su lecho y ella se sube encima de mí y nos volvemos a besar.
Lorena se posiciona entre mis muslos y levanta mis piernas hasta chocar con mi pecho. Besa mis piernas y comienza a descender por mis bolas hasta la entrada de mi ano. Su lengua invade mi recto y mi esfínter se contrae deliciosamente. Se siente tan extraño, pero tan bien. Dejo escapar un gemido de mis labios. Ella reemplaza su lengua por uno de sus dedos y penetra mi culo. Un escalofrío mezcla de dolor y placer recorre mi cuerpo. Lorena concentrada en ensanchar mi ojete, exclama extasiada.
—¡Oh!, Luis … es tan apretado tu trasero …
Aunque suene contradictorio, se siente bien, pero un poco mal también. Duele, pero no tanto. Gruño sintiendo su dedo en mi apretado orificio. Es una sensación extraña. Me gusta y es un placer el goce que obtiene ella perforando mi culo. Lo mete y lo saca varias veces, después lo saca todo y me informa.
—Voy a probar con dos dedos ahora …
Siento la presión contra mi ano, esta vez me incomoda un poco más. Dejo escapar un gemido cuando me penetra con sus dos dedos. Ella sigue empujando sus falanges dentro de mí. Jadeo un poco y me pongo algo tenso, ella me calma diciendo.
—Relájate y cálmate, será más agradable si respiras profundo y dejas que suceda …
Confío en ella e intento concentrarme en la respiración. Lorena me folla el culo con sus dedos, luego los retira y se me escapa un gemido, me pregunta.
—¿Estás listo para mi polla? …
—Sí … creo qué sí … hazlo despacito por favor …
—No te preocupes, Luis … haré lo mas cuidadosamente posible …
—¿Crees que sería necesario un condón? …
—¿Tienes miedo de quedar embarazado? …
Me dice con su sonrisa diáfana y divertida, yo también empiezo a reír, dándome cuenta de lo irracional de mi pregunta. Ninguno de nosotros tiene que preocuparse por eso, esta es la primera vez tanto para ella como para mí.
Lorena apoya su pija entiesada en mi ojete anal, con sus dedos ensalivados vuelve a penetrar mi estrecho agujerito, después presenta su glande hinchado en mi abertura pequeñita y empuja.
—Recuerda … solo tranquilízate y respira …
Ella empuja y la presión comienza a forzar mis músculos anales. Algunos terminales nerviosos se rompen y el dolor se hace cargo. Trato de relajar mis piernas y agarro las sábanas. Me muerdo mi labio inferior y veo su placida sonrisa concentrada en penetrarme. La dura pija de Lorena vence la resistencia de mi esfínter y logra adentrarse en mi recto. Gimo y abro mis nalgas, ella está dentro de mí. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y la tiro más dentro de mi culo, ella gime y toma mis manos entrelazando sus dedos con los míos y me dice.
—Se siente tan rico, amor … está casi todo dentro y es maravilloso … eres mío … te amo …
Se inclina y nos besamos, su polla se adentra aún más dentro de mi canal anal y ya no me duele. Lorena recorre mis labios con su lengua y luego me muerde suavemente mientras empuja su pene dentro de mí aún más, luego se endereza y mira su gruesa verga ensanchando mi anillo anal, está dentro de mí por completo, sus cojones depilados tocan mis peludos muslos y ella sonríe feliz. Comienza a mover sus caderas lentamente. Jadeo y gimo sintiéndola poseerme, su cara expresa dicha y lujuria, sus movimientos aumentan y se inclina a besarme, nuestros labios se unen en un apasionado beso y nuestras lenguas vuelven a fundirse cual si fueran una sola. Lorena rompe nuestro beso y me mira con sus ojitos brillantes.
—¿Te duele, amor? …
—No, cariño … es soportable y me esta comenzando a gustar … continua, por favor …
—¡Oh!, Dios … Eres tan apretado … estoy toda dentro de ti …
Siento su cálido aliento cerca de mi barbilla, me da un último beso y comienza follarme, esta vez con un inaudito ímpetu, mueve su pija en mi culo, dentro y fuera, lo saca y lo mete. Puedo sentir su dura polla y también comienzo a sentir placer, mi polla blande el aire y se endurece cada vez más, es una sensación nueva y ardiente, me siento feliz de tenerla a ella follando mi estrecho culo y se lo digo.
—Hazlo, amor … fóllame fuerte, Lorena … dámelo, cariño … yo quiero y tú puedes …
Su verga parece crecer, esta dura y se ha suavizado, mi ojete anal acepta sus embestidas y me hace gemir, siento deseos de tomar mi polla y masturbarme mientras ella folla mi culo, pero me retengo de hacerlo, es maravilloso ver su hermoso rostro lleno de felicidad y deseos por mí, estiro mi mano y la atraigo hacia mí tomándola de su cuello, acerco sus labios carnosos a los míos, su polla me hace chillar y la beso mientras ella entra y sale con su ardorosa pija dentro de mi ano.
Su pene masajea mi próstata y la sensación es diferente, mi culo está lleno de su polla, gimo y le imploro.
—¡Fóllame, Lore! … ¡Fóllame más fuerte! …
—¿Quieres que vaya más rápido, amor? …
—Sí, cariño … dámelo … me gusta como lo haces …
—¡Oh!, Luis … eres tan dulce … te he deseado por tanto tiempo …
Susurra con sus relucientes ojos clavados en los míos, la agarro para besarla, justo en ese momento ella afonda su pene dentro de mí y toca mi sensible próstata enviando chispitas por todo mi cuerpo, aprieto mis falanges en sus brazos y me apodero de sus caderas para tirarla más y más dentro de mí.
—¡Oh!, Lore … ¡Ummmm! … ¡Hmmmm! … lo siento todo … te siento toda …
Sintiendo su verga masajeando mi intestino, mi polla se pone dura como roca, un caliente cosquilleo comienza a crecer en mis cojones, mi esfínter enloquece contrayéndose alrededor de su pija henchida, enloquezco con sus embestidas cada vez más veloces.
—¡Ah! … ¡Ah! … ¡Ah! … ¡Umpf! … ¡Oooohhhh! …
Se siente genial y no puedo contenerme un segundo más, exploto enviando chorros de esperma que bañan mi pecho y también el suyo. Lorena chilla y tira de mis muslos enterrando profundamente su pene en mi recto y grita, un chillido acompañado de gruñidos animalescos y vierte su semilla en *mi intestino, siento el líquido tibio que se esparce en mi recto. Estamos embadurnados con mi semen y su caliente substancia atiborra mis entrañas, torrentes de su esperma inundaron mi recto, una maravillosa sensación.
—¡Oh!, Luis … te amo … eso fue genial …
Me dice radiante y jadeante. Suelta mis piernas y estas caen a los lados, ella se derrumba sobre mí, nuestros labios se reencuentran y nos besamos en forma infinita, somos un solo ser, luego Lorena apoya su cabeza en mi pecho. Juega con los vellos de mis pectorales diciéndome.
—Te amo, Luis … te amo como jamás he amado a nadie …
—Yo también te amo, Lore … eres todo para mí … me parece amarte desde siempre … has nacido para mí, cariño …
Nos quedamos abrazados, envueltos en nuestro amor, muy luego la siento respirar calmada y acompasadamente, se ha adormecido. Acaricio sus cabellos y me adormezco junto a ella.

----- ----- ----- ----- ----- ooo ----- ----- ----- ----- -----
Los comentarios vuestros son un incentivo para seguir contando historias y relatos, vuestra opinión es siempre invaluable, negativa o positiva, es valiosa y relevante, todo nos ayuda a crecer como escritores y narradores de hechos vividos o imaginados, comenten y voten, por favor.
luisa_luisa4634@yahoo.com

escrito el
2023-03-14
1 . 2 K
visitas
0
votos
evaluación
0
tu voto

Continuar leyendo cuentos del mismo autor

historia previa

Mamá, la ejecutiva.

siguiente historia

Tamara.
Denuncia abuso en esto relato erótico

Comentarios de los lectores sobre la historia erótica

cookies policy Para su mejor experiencia del sitio utiliza cookies. Al utilizar este website Usted consiente el uso de cookies de acuerdo con los términos de esta política.