Mi hija quiere ser gotica 4
por
Estrella
género
incesto
Pasaron unos días desde que entraron a robar, fui a hacer todos los turnos yo, porque mi mujer quedó con miedo. Prácticamente deje de ver a mi hermosa Yasmin , solo en la cena y luego ya se iba a dormir, yo caía rendido en la cama y al otro día comenzaba todo de vuelta, pasada una semana mi mujer volvió a trabajar. Mientras volvía a mi casa, ya me la imaginaba a mi hija viendome con cara pervertida y pidiéndome que le haga el amor. Sin embargo la realidad era distinta, llegué y ella me sonríe de la manera más dulce, sentada sobre un sillón de la sala estaba escribiendo algo en su cuaderno personal, contenta viene a abrazarme, Pero en mi mente eramos la presa y un depredador. Me acerque a ella para besar sus dulces labios, ella solo me concedió un beso suave, y mientras volvía hacia el sillón, la tome del brazo, y la traje hacia mi, me acerque de nuevo poniendo mis manos en sus nalgas prominentes y sólidas, dándole otro beso en los labios, ella al principio se sorprendió, me miro con una cara dulce, cerro los ojos y nos besamos, introduje mi lengua en su boca de miel y ella me sorprendió también llevando su lengua hacia mí, mientras mis manos sostenian esa cola de princesa, fuimos caminando como pudimos hacia el sillon, me senté casi recostado y ella arriba mío, mordí su labio y empecé a bajarle los pantalones, le pedí que se levante, queria ir viendo de cerca su piel y como su ropa interior se ajustaba a su hermoso culo, y la verdad, era un espectáculo hermoso, su tersa piel,y como ella me miraba orgullosa de exitarme.
La empecé a manosear más, baje mi mano por su entrepierna, solita abrió sus piernas, las panties se ajustaban a su monte de venus, dejando notorio su clítoris, mientras lo rozaba con la yema de mi dedos fui subiendo su remera lentamente, con la vergüenza de una doncella me dejaba seguir mientras su cara estaba sonrojada, a pesar de eso entre sus labios su notaba un calor que emanaba de ella, termine por quitarle la remera, sus pechos debajo del corpiño se veían hermosos, sentada al lado mío contemple a mi hermosa Yasmin unos segundos, ruborizada, avergonzada y sin embargo tocándose su entrepierna. No tarde nada en quitar el corpiño tambien, dejando sus pezones rosados a la vista, aureolas redondas que pedían que los llene de saliva, se me olvidaba totalmente el lazo sanguíneo y a ella también.
La senté arriba mío, para que sienta mi verga hinchada debajo de mi pantalón, tímidamente evitaba el contacto visual, pero movia sus caderas rozando contra mi pantalón, cerraba su ojos totalmente concentrada en lo que estaba haciendo, la tumbe arriba del sillón, boca arriba,con sus hermosas tetas rebotando, la tome del cuello y saque mi verga, ella deseosa lamia mi mano mientras yo rozaba mi glande contra sus panties humedas. Me acerque a ella y le dije que la había visto como se masturbaba el otro día, y había escuchado como gemía diciendo Papi...
Ella me miró sorprendido, aflojando los músculos sonrió, se mordió un dedo avergonzada y me dijo:
Pensé que estaba sola papi, me desperté y pensé que no habías llegado, ¿Te gustó escucharme gemir?.
Esa fue una pregunta que alboroto todas mis hormonas, y como animal le saque las bragas, ella se las puso en la boca en un intento por aparentar sensualidad, tomo mi verga y empezó a masturbarme con mucho animo pero sin la habilidad que da la experiencia... Pronto iba a solucionarlo.
Apoye mi pedazo de carne venosa llena de líquido preseminal en la entrada de mi hija, empuje suavemente, empecé a separar sus labios menores con mi glande, la humedad que había acumulado ayudo para tal obra. Respiro profundo, me miró a los ojos y fue soltando el aire acompañados de gemidos. Mientras mi verga se hundía más y más adentro suyo, hasta llegar a su útero y chocarlo con la cabeza de mi pedazo de carne. "Ay Dios" escuché salir de sus labios, entonces empecé a moverme, saliendo y entrando de tan caliente almeja, mientras me movía apreciaba el espectáculo, su piel suave pero también tersa y joven, sus pechos blancos subiendo y bajando al ritmo de nuestro Vaivén, sus gemidos y la palabra papá o papi en cada embestida. Sentía que me derretía dentro de ella, el calor propio de una hembra en su etapa más fértil. Aumente el ritmo y los gemidos se convirtieron en gritos, como cuando se masturbaba, Pero perdido en el placer, solo hacia que le diera más duro, cuando sentí un volcán haciendo erupción desde mis bolas a la cabeza roja de mi verga, le avisé que estaba a punto de llegar y ella me decia:
-si, llename de lechita papi.
Aún mas caliente, le di unas embestidas moviendo su útero logrando una mezcla entre gritos de dolor y gemidos de gataben celo, para finalmente acabar,le llene de leche la concha a mi preciada hija. Se la saqué y veía como de entre medio de sus rojos labios vaginales salía mi espeso semen. Ella iba tomándolo con la mano y se lo esparció por encima de su monte de venus, cansada y con una expresión de satisfacción, me dijo:
Me gustó mucho papá.
Estiró los brazos y la levanté, mientras ella apoyaba su cabeza en mi hombro y sus piernas se cruzaban en mi cintura, la sostenía agarrándola de las nalgas sintiendo como seguía saliendo parte de mi semen. La lleve hasta la ducha y limpiamos nuestros cuerpos en silencio, empecé a preocuparme por lo que podría pasar y como ella reaccionaria cuando caiga en que cogió con su propio padre, nos secamos, la acompañe hasta la puerta de su habitación, envueltos en toallas, ella entro, se dió media vuelta, se acercó lentamente a mí, puso sus manos en mi cuello, me besó, y susurro:
-te amo papa.
Eso tranquilizó mis inquietudes, la tenía a mi merced, le respondí.
-Yo también te amo hija.
Cansado del trabajo y de la hermosa cogida que le había dado a mi hija, me puse un pijama y me fui quedando dormido con un sonrisa en los labios y una imagen imborrable, mi hija gimiendo con mi verga dentro.
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La empecé a manosear más, baje mi mano por su entrepierna, solita abrió sus piernas, las panties se ajustaban a su monte de venus, dejando notorio su clítoris, mientras lo rozaba con la yema de mi dedos fui subiendo su remera lentamente, con la vergüenza de una doncella me dejaba seguir mientras su cara estaba sonrojada, a pesar de eso entre sus labios su notaba un calor que emanaba de ella, termine por quitarle la remera, sus pechos debajo del corpiño se veían hermosos, sentada al lado mío contemple a mi hermosa Yasmin unos segundos, ruborizada, avergonzada y sin embargo tocándose su entrepierna. No tarde nada en quitar el corpiño tambien, dejando sus pezones rosados a la vista, aureolas redondas que pedían que los llene de saliva, se me olvidaba totalmente el lazo sanguíneo y a ella también.
La senté arriba mío, para que sienta mi verga hinchada debajo de mi pantalón, tímidamente evitaba el contacto visual, pero movia sus caderas rozando contra mi pantalón, cerraba su ojos totalmente concentrada en lo que estaba haciendo, la tumbe arriba del sillón, boca arriba,con sus hermosas tetas rebotando, la tome del cuello y saque mi verga, ella deseosa lamia mi mano mientras yo rozaba mi glande contra sus panties humedas. Me acerque a ella y le dije que la había visto como se masturbaba el otro día, y había escuchado como gemía diciendo Papi...
Ella me miró sorprendido, aflojando los músculos sonrió, se mordió un dedo avergonzada y me dijo:
Pensé que estaba sola papi, me desperté y pensé que no habías llegado, ¿Te gustó escucharme gemir?.
Esa fue una pregunta que alboroto todas mis hormonas, y como animal le saque las bragas, ella se las puso en la boca en un intento por aparentar sensualidad, tomo mi verga y empezó a masturbarme con mucho animo pero sin la habilidad que da la experiencia... Pronto iba a solucionarlo.
Apoye mi pedazo de carne venosa llena de líquido preseminal en la entrada de mi hija, empuje suavemente, empecé a separar sus labios menores con mi glande, la humedad que había acumulado ayudo para tal obra. Respiro profundo, me miró a los ojos y fue soltando el aire acompañados de gemidos. Mientras mi verga se hundía más y más adentro suyo, hasta llegar a su útero y chocarlo con la cabeza de mi pedazo de carne. "Ay Dios" escuché salir de sus labios, entonces empecé a moverme, saliendo y entrando de tan caliente almeja, mientras me movía apreciaba el espectáculo, su piel suave pero también tersa y joven, sus pechos blancos subiendo y bajando al ritmo de nuestro Vaivén, sus gemidos y la palabra papá o papi en cada embestida. Sentía que me derretía dentro de ella, el calor propio de una hembra en su etapa más fértil. Aumente el ritmo y los gemidos se convirtieron en gritos, como cuando se masturbaba, Pero perdido en el placer, solo hacia que le diera más duro, cuando sentí un volcán haciendo erupción desde mis bolas a la cabeza roja de mi verga, le avisé que estaba a punto de llegar y ella me decia:
-si, llename de lechita papi.
Aún mas caliente, le di unas embestidas moviendo su útero logrando una mezcla entre gritos de dolor y gemidos de gataben celo, para finalmente acabar,le llene de leche la concha a mi preciada hija. Se la saqué y veía como de entre medio de sus rojos labios vaginales salía mi espeso semen. Ella iba tomándolo con la mano y se lo esparció por encima de su monte de venus, cansada y con una expresión de satisfacción, me dijo:
Me gustó mucho papá.
Estiró los brazos y la levanté, mientras ella apoyaba su cabeza en mi hombro y sus piernas se cruzaban en mi cintura, la sostenía agarrándola de las nalgas sintiendo como seguía saliendo parte de mi semen. La lleve hasta la ducha y limpiamos nuestros cuerpos en silencio, empecé a preocuparme por lo que podría pasar y como ella reaccionaria cuando caiga en que cogió con su propio padre, nos secamos, la acompañe hasta la puerta de su habitación, envueltos en toallas, ella entro, se dió media vuelta, se acercó lentamente a mí, puso sus manos en mi cuello, me besó, y susurro:
-te amo papa.
Eso tranquilizó mis inquietudes, la tenía a mi merced, le respondí.
-Yo también te amo hija.
Cansado del trabajo y de la hermosa cogida que le había dado a mi hija, me puse un pijama y me fui quedando dormido con un sonrisa en los labios y una imagen imborrable, mi hija gimiendo con mi verga dentro.
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