Mi hija quiere ser gotica 7

por
género
incesto

Después de una masturbada relajante, mi hija ya estaba muy hambrienta, compramos un balde de pochoclos para cada uno y algunos chocolates, ella se agachó a ver que mas podríamos comer, con su bombacha toda húmeda, casi se transparentaba dejándome ver su monte de venus prácticamente, se me hinchaba la verga y pensaba en llegar a casa y cogerla. Grande fue mi sorpresa al ver que la sala estaba bastante vacía, nosotros en los asientos más superiores y algunos dispersados por los asientos inferiores, antes que apaguen las luces note que no habia camaras ni nada. Apenas nos sentamos empezamos a comer lo que trajimos, la película apenas empezó y ya teníamos la mitad del balde de pochoclos, lo dejamos en un asiento vacío contiguo, le pregunto porque queria ver esa película a Yasmin, y me responde que solo queria estar sola conmigo y sabía que esa pelicula no la veia nadie aparte de que prefería venir un dia de semana normal para que no haya tanta gente, sino un sabado iba a estar llena.
Con mi mano izquierda la abrace como si fuera mi novia, mi brazo largo alcanzaba hasta sus piernas, ella poniéndose de lado dejo su trasero en ideal posición para que empiece a tocar esas nalgas hermosas, mire a mi alrededor y los que fueron a ver la película estaban concentrados, aún más importante no había nadie que estuviera vigilando, y como dije, tampoco había camaras. La tome del brazo y la pare adelante mío, me recosté en el asiento y a ella la tumbe arriba mío, nos besamos suavemente como unos tortolitos enamorados, yo manoseaba esa cola de princesa que me volvía loco, con su ropa interior tan suave que me ponía la verga dura, sus nalgas duritas me ponían salvaje, las apretaba y separaba. Ella me empezó a besar el cuello, y me calentó de tal manera que olvide cualquier lógica normal o conciente. La senté en la butaca del cine, me paré frente a ella y ella con su cara mas de sumisa solo sacó la lengua esperando por mi verga dura. Yo la saqué y la coloque en su boquita, y ella con la poco experiencia que tenía conmigo hacía un gran trabajo, pasaba su lengua, usaba sus mejillas, succionaba como si fuera la última botella de agua del desierto. Yo acariciaba su nuca disfrutando Pero en silencio para no levantar sospechas, ella metió la cabeza de mi pija en su boca y empezó a jugar con su lengua mientras con su mano masturbaba mi tronco. Antes que me haga acabar se la saqué de la boca. Me acerque a su oído y le dije "me encanta que seas tan putita conmigo"
Me arrodille y ella solita y sin que nadie le diga nada, tomo sus piernas, las levantó y me dejó actuar.
Yo le saque su ropa interior, y ella con su mejor sonrisa miraba fijamente como me iba a comer su conchita, pase un dedo desde su ano hasta su clítoris y hundí mi cara entre sus piernas, mi lengua saboreaba sus jugos, subía y bajaba, su ano estrecho se dilataba Pero al sentir mi lengua se volvía a contraer. Su respiración se agitaba y yo metía más me lengua entre sus labios, su sabor ácido era de locura, entonces miré hacia arriba y nuestras miradas se cruzaron, mientras lamía su clítoris, se vino, y mientras los espasmo se apoderaban de su cuerpo succione su pequeño botón rosado. Bajo sus piernas, se relajo, yo me volví a sentar, la tome y la senté arriba mío, baje su vestido dejando sus hermosas tetas al aire, la tome del cuello y abrí sus labios vaginales, Pero se me resbalaban de lo mojada que estaba.
Con mi verga al aire la acomode como si fuera una muñeca, ya que se dejaba hacer lo que yo quisiera, puse mi glande en su puerta y empecé a metérsela, gimió, y a pesar de que le tape la boca, sus gemidos llegaban a ser audibles, sin embargo logré metérsela hasta la mitad, me acerque a su oído y le pedí que se controle, asi podríamos garchar tranquilos. Tome sus piernas con mi manos y se la metía hasta fondo, sus jugos ayudaban a que resbale y sentía como el fuego de su vagina me calentaba la verga.
Sin embargo sus gemidos eran demasiados, tuve que volver a tapar su boca y quedarme quieto al ver a una mamá mirando hacia atrás, se la saqué y le dije vallamos a jugar a otro lado, ella me siguió contenta con su dulce carita inocente, dejando sus panties en el suelo de la sala de cine, para cuando limpien ya ni van a saber a quien pertenece.
Con su conchita al aire iba goteando sus flujos me seguía tomada de mi brazo. Salimos por el costado del cine, mientras nos dirigíamos al auto, una brisa subió levemente su vestido, y ella sin ni siquiera ruborizarse, me miró. Espero que solo yo lo haya visto.
Llegamos y nos subimos al auto... Me dirigí otro lugar más desolado, quería descargar mi leche en ella Pero queria escucharla gemir y gritar de placer. Así que lo primero era buscar ese lugar.


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escrito el
2025-07-13
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