LILY LA BOXEADORA Parte 2
por
Roberto
género
dominación
Narración de Lily . Recuerdo que en la parte 1, yo Lily con el contingente de 3 pupilos varones y otra mujer Yoly guiados por al maestro Juan llegamos a la estación del bus en el pueblo de XXX donde esa noche pelearíamos y con la dirección del maestro Juan OX y desde allí fuimos al club a pesarnos. Al llegar nos fuimos a cambiar y en pantaloncillo fuimos a la báscula donde el juez anotaba los pesos de cada uno, allí conocí a mi rival Jana que era una morocha pelo negro más robusta y cuerpo más trabajado que el mío que me saludó fríamente condescendiente, me enteré era el crédito local, y de inmediato fuimos todos a la báscula, así que cuando me tocó el turno subí descalza a la báscula y escuché el peso, el juez dijo, “Para Lily son 50 kilos redondos” por lo que exhalé lo que me dio un suspiro de alivio, pues mi temor era exceder no dar el peso, y pelear en desventaja. Cuando terminó la ceremonia del pesaje fuimos a comer algo barato, a costa del club anfitrión, que no fue mucho, en un bar cercano, y después de terminar de comer a 15 horas quedamos libres hasta las 21 horas en que comenzaba el festival. A 20 horas llegamos al club y de allí pasamos a los vestidores, una pieza húmeda maloliente, con una mesada grande varias sillas y perchas para colgar la ropa y nada más. Cerca del baño con olor a orina, para ambos sexos, nada especial, yo estaba pensando -- ¡¡Como extraño a mi amigo Roberto, yo querría Rob esté aquí conmigo!! – Él me comprende y me apoya, y en este momento decisivo cuando me estoy jugando mi futuro él me estará apoyando desde su casa. Pero ya nos veremos pronto, la semana que viene lo volveré a ver, y siento cosquillas aquí abajo en mi bajo vientre cuando pienso en él. Es para mí algo más que abrir mi vagina, mi concha para que me penetre, no sé qué es pero siento algo más que solo abajo entre mis piernas, -- Roberto, te extraño -- El maestro Juan OX comenzó la tediosa tarea de vendarme las manos y asegurar las vendas con cinta adhesiva arriba de las cuales me colocó los guantes de 8 onzas y los ató firmemente y quedé lista para subir al ring cuando me llamaran, yo estaba muy nerviosa y Yoly y los demás me animaban continuamente. – Todo va a estar bien, tienes que calmarte v no pensar, solo concentrarte en tu trabajo, recuerda, ella va a salir agresiva como una tromba, y tendrás que frenarla en seco o perderás la pelea, son solo 6 minutos, algo menos si incluyes las fintas y el estudio – Y siguieron hablando, y yo escuchaba atentamente – Solo concéntrate y no piense otra cosa que no sea ganar – Es tu debut y si lo haces bien tendrás más peleas y quizás ganarás buen dinero.—La palabra “Dinero” fue un imán para mí y al momento me vino a la memoria mi madre regordeta, casi desmayada, tirada en la cama desvencijada y con las piernas abiertas por lo que yo de alguna forma quería ayudarla, Me desnudé totalmente y me puse una coqueta pollerita negra con vivos dorados y botitas negras con media blancas y le di Yo iba a iniciar la cartelera, muy nerviosa temblaba inconscientemente y el maestro Juan OX me calmaba y me masajeaba para estirar mis músculos. En eso escuchamos en la puerta del camarín un grito -- ¡¡Cinco minutos para subir al ring!! – que me heló la sangre. Nos levantamos, el maestro agarró el balde, las toallas y salimos del camarín y enfilamos hacia el ring, caminando lentamente, y pre calentando los brazos y la cintura. Al llegar al ring subí por la escalerilla y entré saludando ¡¡Se había cumplido mi máximo deseo, estar en un ring y pelear contra una rival!! -- Y ahora a ver como me iba. Subió al ring mi rival Jana, bastante más alta y más corpulenta que yo pero con el mismo peso. El árbitro nos llamó para las instrucciones, volvimos a los rincones, el maestro me puso el bucal y esperamos el tañido de la campana.
Jana vino como una tromba, como el maestro me anticipó y yo atiné a cubrirme, me lanzó una andanada de golpes a la cara, yo solo me cubrí y escuché una voz lejana que dijo ¡¡Cúbrete, espera que pase el aluvión!! Recibí dos golpes fuertes a la cara, pero no me hicieron daño y amarré desesperada para que no me siguiera golpeando, Sonó la campana y fuimos a los rincones, yo tenía un hilo de sangre que goteaba de mi frente, el maestro con la toalla y pomada cicatrizante, me limpió la cara y me dijo -- ¡¡Ahora a ganar! -- Sonó la campana para el segundo round y Jana volvió a venir como una tromba, y comenzó a tirar golpes, uno me golpeó justo en la sien y me obnubilé y no pude ver por un instante, y perdí la noción del griterío ensordecedor del público, se me doblaron las piernas, llegué a las cuerdas salvadoras y reboté y Jana me abrazó quedando sin distancia, aproveché para descansar un segundo y recobrar la confianza, Jana creyó ya me tenía y abrió la guardia viniendo hacia adelante. En un instante me rehíce y la calcé con una izquierda en punta a la pera y cayó temblando, dura como una bolsa de papas ante el estupor de los espectadores. El árbitro le contó 10 segundos pero ni se movió estaba fulminada, los segundos la auxiliaron y se levantó para ver como me levantaban la mano en señal de victoria, yo saltado en el ring abrazando al maestro Juan OX mientras me levantaban la mano. Yo había ganado mi primera pelea y no sabía entonces, que era el comienzo de mi brillante carrera de boxeadora. Terminado el festival fuimos al bar anexo al club y nos sentamos alrededor de una mesa y pedimos dos botellas de vino helado, había 31 grados en la noche, y comentando jocosamente comenzamos a beber acompañando con algún aperitivo sólido. Yo todavía estaba vestida con la pollerita y el top de pelea, sudada, nerviosa, sentada, mis piernas estaban sobre las del maestro Juan OX y sentí como me circundó, con su brazo y me acarició mis tetitas, una boxeadora no las puede tener grandes. Al cabo de una hora el maestro Juan dijo – Yo me quedo en el hotel con Lily y ustedes se vuelven en el primer bus -- Y les entregó sus pasajes y se levantó y tomándome de la cintura delante de todos me dijo – Vamos, Lily a dormir al hotel --, y solo entonces pensé en la pija o pene del maestro Juan que todos decían era enorme de gruesa, que me llegaría hasta muy adentro mío y yo toleraría el dolor cuando me entre por adelante y por atrás, pues a él le debía todo. Fuimos al hotel, nos registramos y entramos a la habitación con olor a humedad, con dos pequeñas camas con elásticos vencidos, ambos con nuestros bolsos y en cuanto cerramos la puerta el maestro me desvistió y quedé desnuda, frente a él, se sacó el pantalón y camisa y emergió la erecta pija más grande y gruesa que jamás vi, me asustó el largo y grueso, él me sacó de mis pensamientos cuando me dijo, -- Tenemos al menos un día con el hotel pago – Fui al año, sencillo pero limpio y aseado y me lavé con agua y jabón mi vagina y mi culo transpirado por el calor ambiente, el maestro me agarró en el aire y me tiró en la cama mientras se desnudaba me dijo quedamente – quiero tu concha, tu coño, y después tu culo, desde que llegase al club quiero entrarte así que hoy vas tener debut doble en el ring y con mi pija que te voy a entrar por todos lados. Mi totalmente excitado pequeño cuerpo se pegó totalmente a él mientras lo abrazaba por el cuello y sentí la punta de su pija que se posicionó en la entrada de mi vagina. Empujó para que su pene entre dentro mío pero era tan grande que rebotó hacia atrás y tuvo que volver a intentar, para ello me tomó mis nalgas y empujó violento, y mi argolla cedió fácil y yo sentí como su pija me entró hasta mis mismas entrañas y de inmediato sentí la explosión de leche que se alojó dentro de mi vagina, fue una sensación tan hermosa y placentera, que no salió una sola gota desde dentro mío. El maestro resopló al descargar con una exclamación sonora de placer que se unió a mis gemidos apagados de placer como -- Ay, ay – como la siento adentro, -- Juan no se movió de sobre mí y siguió ensartándome y preparando para seguir ensartándome y a volver a acabarme sin misericordia, la vagina y el vientre me dolían mucho porque la pija era muy grande pero no me importó, por primera vez tuve un coito verdadero, un hombre me entró hasta mis entrañas, además sentía la gratitud infinita por el maestro Juan. Muy distinto a mi amigo Rob que casi me pedía permiso para entrarme por adelante y con el que casi no gozaba, era “un polvo amistoso” y nada más, había quizás más amistad que lujuria, la que sentía con el maestro Juan era distinto, que me hacía gozar pero me rompía el vientre. Mientras pensaba me di cuenta me tomó de las nalgas me giró en la cama y me puso boca abajo con su pija llena de leche, yo no podía pensar pero intuí me iba romper mi culo virgen y me asusté pues su enorme pija yo estaba segura me iba a romper y sangrar el ano. Sin poder hablar mirando hacia el colchón sentí como con su mano me iba abriendo mis nalgas y quedó quieto un momento mirando seguramente mi hoyo oscuro todo apretado. En seguida embocó la cabeza de su pene mojado y resbaloso en mi agujerito sin hablar y con mucha fuerza cayó sobre mí y me hizo brotar una exclamación de dolor. Me dijo ¡¡Calla o nos van a echar del hotel, si te duele muerde una sábana pero no hagas ruido Ja, ja!! – Más ruido que el que hacía la desvencijada cama del hotel pensé yo antes de dar un alarido sordo tapado por la sábana en mi boca. Sentí como su enorme ancho pene o pija me taladró y desgarró mi esfínter haciéndome sangrar desgarrando mi piel y retorciéndome de dolor, cuanto más me dolí más se enardecía y me apretaba para entrarme. Cuando estuvo todo adentro dejé de resistirme y me dediqué a gozar y él comenzó a calmarse y a acariciarme mis tetitas sin hablar – Realmente no hacía falta, todo era solo placer animal y de pronto dio un rugido sordo mientras me atenazó mis tetitas con su mano y sentí que su pija comenzó a latir preludio de una micción o acabar o correrse dentro de mi culo. Le dije – Gracias maestro – y caí fulminada, dormida por los nervios del debut y el agotamiento del calor nocturno. A la mañana siguiente cerca de 9 horas desperté desnuda encharcada de leche y flujos y saliva y mire e m vera y el maestro se estaba vistiendo y me dijo – Apúrate a lavarte que vamos a desayunar, anoche no cené y tengo hambre. Yo intenté levantarme y me di cuenta me dolía todo el cuerpo y tenía un moretón morado en la mejilla símbolo de la potencia de Jana, Me froté la cara dolorida con la mano y le comenté al maestro – Pega fuerte la hija de puta ésta – Y rengueando con el culo roto y dolorido, y pasé al baño me higienicé y fuimos al bar a desayunar pan con manteca y café con leche, alegres y felices por mi victoria.
Yo la verdad después del esfuerzo en el ring y la noche de sexo con la enorme y gruesa pija del maestro que me rompió los ovarios, los intestinos y las tripas por el momento estaba satisfecha, pero dolorida con el culo sin poder sentarme y se lo dije al maestro y él se rio y contestó – En unos días se te pasará estarás cero kilómetro para recibir pijas más grandes y más ricas ja, ja.--
Terminamos de desayunar, nos levantamos, yo toda entumecida necesitaba caminar para aflojar mis músculos pero me dolía el pómulo y los moretones de los hombros y el estómago donde me golpeó con alma y vida tratando de tumbarme. Finalizado el desayuno nos levantamos y fuimos a pasear por las calles para matar el tiempo y el maestro Juan de premio me dijo -- ven para festejar tu triunfo te voy a comprar una lencería roja tipo bikini y una camisa liviana y zapatillas de suela de goma para correr para que la uses para pasear por la plaza del pueblo, con tu novio ja, ja, porque seguro ya alguno te mueve el guiso, supongo será alguien del club, -- Yo me ruboricé y no le dije que mi amigo Roberto me ensartaba en el pasto con su pene regular pero amoroso, en las cálidas noches de verano. Y que yo no tenía zapatos ni sabía caminar con tacones altos. Por ello andaba con zapatillas suela de goma tipo Adidas y odiaba envidiaba a las que usaban y vestían con polleras cortas, medias de lycra y zapatos femeninos con tacón alto y le agradecía a mi amigo Rob que paseaba conmigo por la ciudad tomándome del brazo para horror de su madre y sus compañeros de escuela.
Lo cierto era que el maestro Juan Ox me insinuó al oído al salir de la tienda de lencería y de zapatillas – Vamos al hotel así aprovechamos las últimas horas antes de volver a nuestro pueblo. -- Yo asentí con la cabeza y me colgué de su brazo llevando los paquetes de ropa que el maestro Juan me compró, no lo podía creer, nunca había sentido antes a seda de la lycra aunque sabía tendría muy pocas posibilidades de usarlas en mi vida cotidiana.
Volvimos al hotel fui al baño de la modesta pieza, oriné y me lavé la cara y me miré al espejo las cejas hinchadas y un herida roja que tenía en la mejilla y pensé – “estoy con la cara deforme casi igual de aspecto como en mi vida normal ja, ja” – Ni bien salí del baño y me sequé la vagina, el maestro Juan me agarró por atrás y me tiró boca abajo en la cama y me bajó mi gastado calzón lavado incontables veces sin que lo haya podido cambiar. Mi culo el agujerito oscuro de mi ano, quedó a su vista, no dijo nada, solo miraba mi culo pequeño y flaco, con lujuria no disimulada, en la mañana de verano de 30 grados a la sombra, bajo un viento norte que barría las calles polvorientas haciendo que los pocos transeúntes de la calle, busquen el reparador reparo de los aleros de los techos. Yo sudaba, mi culo estaba traspirado con olor a sexo pero para mí y el maestro era olor al néctar y la ambrosía de los dioses. Se bajó su short y su enorme pene se catapultó al exterior y de él brotaron gotas de leche que cayeron en mis nalgas, en seguida con la mano izquierda me abrió mi agujerito y con la derecha enfiló su enorme pija a mi diminuto ano
Cuando yo me relajé él trajo jabón del baño y se untó generosamente el pene o pija y sin misericordia me lo enterró en mi culito que desesperadamente trató de estirarse y adaptarse a la ancha pija, pero no pudo pues la presión de la pija del maestro fue tan grande que se desgarró y comenzó a sangrar. Yo hice una exclamación de dolor –Ay, Ay, me rompes el culo, no aguanto Y entonces él me dijo ¡¡Aguanta más cuando ella te golpea, vamos!! –Y en un momento fue tan grande el placer que sentí que tiré mi mano hacia atrás, le enganché su cachete de su nalga y lo tiré violentamente hacia abajo para que caiga sobre mí y me entierre su pija en mi ano desgarrado y sangrado. Cuando me acabó o se corrió dentro de mi intestino, mi tripa del recto se me inundó de leche y ella como no tuvo lugar comenzó a salir goteando a medida que el enorme agujero que ahora era mi recto, se iba contrayendo.
El maestro me entró un dedo dentro del enorme agujero de mi recto y hurgó con mucho placer mientras el dolor y el gozo se me mezclaron. Dolor – placer sentí me invadió y me dejó atontada y sin voluntad. En un momento el maestro me dijo –levántate lávate que tenemos que irnos o se hace tarde.-- Me levanté como pude me lavé con mucha suavidad, pues estaba toda paspada la vagina concha y el ano culo roto, recogimos nuestras cosas, el maestro fue a la ventanilla del hotel pagó nuestra cuenta y fuimos caminando las dos cuadras a la estación del bus. Yo me fui apoyando en su brazo y llegamos esperamos 1 hora que llegara el bus a nuestra ciudad de GXX y yo no pude estar sentada me dolía mucho el culo. La hora de viaje fue un tormento, me dolía todo, las trompadas de Jena, la pija del maestro destrozándome el culo y taladrando mi intestino, llegamos a nuestro pueblo, el maestro me ayudó a bajar y me alcanzó mis petates empecé a caminar cojeando lentamente a mi casa El maestro me dio un beso en la mejilla y al despedirse me dijo – Estuviste magnífica, no te preocupes por el dolor en dos días se irá y estarás como nueva, no tardes que tienes mucho para aprender pues tienes mucho potencial -- Y di vuelta la esquina caminando muy lento las 15 cuadras desde la estación del bus para llegar a mi casa.
Fin de la PARTE 2 de LILY LA BOXEADORA relatado por Roberto
Estelita Raval --una mujer emancipada con la música divina que cantó y canta al Amor
Jana vino como una tromba, como el maestro me anticipó y yo atiné a cubrirme, me lanzó una andanada de golpes a la cara, yo solo me cubrí y escuché una voz lejana que dijo ¡¡Cúbrete, espera que pase el aluvión!! Recibí dos golpes fuertes a la cara, pero no me hicieron daño y amarré desesperada para que no me siguiera golpeando, Sonó la campana y fuimos a los rincones, yo tenía un hilo de sangre que goteaba de mi frente, el maestro con la toalla y pomada cicatrizante, me limpió la cara y me dijo -- ¡¡Ahora a ganar! -- Sonó la campana para el segundo round y Jana volvió a venir como una tromba, y comenzó a tirar golpes, uno me golpeó justo en la sien y me obnubilé y no pude ver por un instante, y perdí la noción del griterío ensordecedor del público, se me doblaron las piernas, llegué a las cuerdas salvadoras y reboté y Jana me abrazó quedando sin distancia, aproveché para descansar un segundo y recobrar la confianza, Jana creyó ya me tenía y abrió la guardia viniendo hacia adelante. En un instante me rehíce y la calcé con una izquierda en punta a la pera y cayó temblando, dura como una bolsa de papas ante el estupor de los espectadores. El árbitro le contó 10 segundos pero ni se movió estaba fulminada, los segundos la auxiliaron y se levantó para ver como me levantaban la mano en señal de victoria, yo saltado en el ring abrazando al maestro Juan OX mientras me levantaban la mano. Yo había ganado mi primera pelea y no sabía entonces, que era el comienzo de mi brillante carrera de boxeadora. Terminado el festival fuimos al bar anexo al club y nos sentamos alrededor de una mesa y pedimos dos botellas de vino helado, había 31 grados en la noche, y comentando jocosamente comenzamos a beber acompañando con algún aperitivo sólido. Yo todavía estaba vestida con la pollerita y el top de pelea, sudada, nerviosa, sentada, mis piernas estaban sobre las del maestro Juan OX y sentí como me circundó, con su brazo y me acarició mis tetitas, una boxeadora no las puede tener grandes. Al cabo de una hora el maestro Juan dijo – Yo me quedo en el hotel con Lily y ustedes se vuelven en el primer bus -- Y les entregó sus pasajes y se levantó y tomándome de la cintura delante de todos me dijo – Vamos, Lily a dormir al hotel --, y solo entonces pensé en la pija o pene del maestro Juan que todos decían era enorme de gruesa, que me llegaría hasta muy adentro mío y yo toleraría el dolor cuando me entre por adelante y por atrás, pues a él le debía todo. Fuimos al hotel, nos registramos y entramos a la habitación con olor a humedad, con dos pequeñas camas con elásticos vencidos, ambos con nuestros bolsos y en cuanto cerramos la puerta el maestro me desvistió y quedé desnuda, frente a él, se sacó el pantalón y camisa y emergió la erecta pija más grande y gruesa que jamás vi, me asustó el largo y grueso, él me sacó de mis pensamientos cuando me dijo, -- Tenemos al menos un día con el hotel pago – Fui al año, sencillo pero limpio y aseado y me lavé con agua y jabón mi vagina y mi culo transpirado por el calor ambiente, el maestro me agarró en el aire y me tiró en la cama mientras se desnudaba me dijo quedamente – quiero tu concha, tu coño, y después tu culo, desde que llegase al club quiero entrarte así que hoy vas tener debut doble en el ring y con mi pija que te voy a entrar por todos lados. Mi totalmente excitado pequeño cuerpo se pegó totalmente a él mientras lo abrazaba por el cuello y sentí la punta de su pija que se posicionó en la entrada de mi vagina. Empujó para que su pene entre dentro mío pero era tan grande que rebotó hacia atrás y tuvo que volver a intentar, para ello me tomó mis nalgas y empujó violento, y mi argolla cedió fácil y yo sentí como su pija me entró hasta mis mismas entrañas y de inmediato sentí la explosión de leche que se alojó dentro de mi vagina, fue una sensación tan hermosa y placentera, que no salió una sola gota desde dentro mío. El maestro resopló al descargar con una exclamación sonora de placer que se unió a mis gemidos apagados de placer como -- Ay, ay – como la siento adentro, -- Juan no se movió de sobre mí y siguió ensartándome y preparando para seguir ensartándome y a volver a acabarme sin misericordia, la vagina y el vientre me dolían mucho porque la pija era muy grande pero no me importó, por primera vez tuve un coito verdadero, un hombre me entró hasta mis entrañas, además sentía la gratitud infinita por el maestro Juan. Muy distinto a mi amigo Rob que casi me pedía permiso para entrarme por adelante y con el que casi no gozaba, era “un polvo amistoso” y nada más, había quizás más amistad que lujuria, la que sentía con el maestro Juan era distinto, que me hacía gozar pero me rompía el vientre. Mientras pensaba me di cuenta me tomó de las nalgas me giró en la cama y me puso boca abajo con su pija llena de leche, yo no podía pensar pero intuí me iba romper mi culo virgen y me asusté pues su enorme pija yo estaba segura me iba a romper y sangrar el ano. Sin poder hablar mirando hacia el colchón sentí como con su mano me iba abriendo mis nalgas y quedó quieto un momento mirando seguramente mi hoyo oscuro todo apretado. En seguida embocó la cabeza de su pene mojado y resbaloso en mi agujerito sin hablar y con mucha fuerza cayó sobre mí y me hizo brotar una exclamación de dolor. Me dijo ¡¡Calla o nos van a echar del hotel, si te duele muerde una sábana pero no hagas ruido Ja, ja!! – Más ruido que el que hacía la desvencijada cama del hotel pensé yo antes de dar un alarido sordo tapado por la sábana en mi boca. Sentí como su enorme ancho pene o pija me taladró y desgarró mi esfínter haciéndome sangrar desgarrando mi piel y retorciéndome de dolor, cuanto más me dolí más se enardecía y me apretaba para entrarme. Cuando estuvo todo adentro dejé de resistirme y me dediqué a gozar y él comenzó a calmarse y a acariciarme mis tetitas sin hablar – Realmente no hacía falta, todo era solo placer animal y de pronto dio un rugido sordo mientras me atenazó mis tetitas con su mano y sentí que su pija comenzó a latir preludio de una micción o acabar o correrse dentro de mi culo. Le dije – Gracias maestro – y caí fulminada, dormida por los nervios del debut y el agotamiento del calor nocturno. A la mañana siguiente cerca de 9 horas desperté desnuda encharcada de leche y flujos y saliva y mire e m vera y el maestro se estaba vistiendo y me dijo – Apúrate a lavarte que vamos a desayunar, anoche no cené y tengo hambre. Yo intenté levantarme y me di cuenta me dolía todo el cuerpo y tenía un moretón morado en la mejilla símbolo de la potencia de Jana, Me froté la cara dolorida con la mano y le comenté al maestro – Pega fuerte la hija de puta ésta – Y rengueando con el culo roto y dolorido, y pasé al baño me higienicé y fuimos al bar a desayunar pan con manteca y café con leche, alegres y felices por mi victoria.
Yo la verdad después del esfuerzo en el ring y la noche de sexo con la enorme y gruesa pija del maestro que me rompió los ovarios, los intestinos y las tripas por el momento estaba satisfecha, pero dolorida con el culo sin poder sentarme y se lo dije al maestro y él se rio y contestó – En unos días se te pasará estarás cero kilómetro para recibir pijas más grandes y más ricas ja, ja.--
Terminamos de desayunar, nos levantamos, yo toda entumecida necesitaba caminar para aflojar mis músculos pero me dolía el pómulo y los moretones de los hombros y el estómago donde me golpeó con alma y vida tratando de tumbarme. Finalizado el desayuno nos levantamos y fuimos a pasear por las calles para matar el tiempo y el maestro Juan de premio me dijo -- ven para festejar tu triunfo te voy a comprar una lencería roja tipo bikini y una camisa liviana y zapatillas de suela de goma para correr para que la uses para pasear por la plaza del pueblo, con tu novio ja, ja, porque seguro ya alguno te mueve el guiso, supongo será alguien del club, -- Yo me ruboricé y no le dije que mi amigo Roberto me ensartaba en el pasto con su pene regular pero amoroso, en las cálidas noches de verano. Y que yo no tenía zapatos ni sabía caminar con tacones altos. Por ello andaba con zapatillas suela de goma tipo Adidas y odiaba envidiaba a las que usaban y vestían con polleras cortas, medias de lycra y zapatos femeninos con tacón alto y le agradecía a mi amigo Rob que paseaba conmigo por la ciudad tomándome del brazo para horror de su madre y sus compañeros de escuela.
Lo cierto era que el maestro Juan Ox me insinuó al oído al salir de la tienda de lencería y de zapatillas – Vamos al hotel así aprovechamos las últimas horas antes de volver a nuestro pueblo. -- Yo asentí con la cabeza y me colgué de su brazo llevando los paquetes de ropa que el maestro Juan me compró, no lo podía creer, nunca había sentido antes a seda de la lycra aunque sabía tendría muy pocas posibilidades de usarlas en mi vida cotidiana.
Volvimos al hotel fui al baño de la modesta pieza, oriné y me lavé la cara y me miré al espejo las cejas hinchadas y un herida roja que tenía en la mejilla y pensé – “estoy con la cara deforme casi igual de aspecto como en mi vida normal ja, ja” – Ni bien salí del baño y me sequé la vagina, el maestro Juan me agarró por atrás y me tiró boca abajo en la cama y me bajó mi gastado calzón lavado incontables veces sin que lo haya podido cambiar. Mi culo el agujerito oscuro de mi ano, quedó a su vista, no dijo nada, solo miraba mi culo pequeño y flaco, con lujuria no disimulada, en la mañana de verano de 30 grados a la sombra, bajo un viento norte que barría las calles polvorientas haciendo que los pocos transeúntes de la calle, busquen el reparador reparo de los aleros de los techos. Yo sudaba, mi culo estaba traspirado con olor a sexo pero para mí y el maestro era olor al néctar y la ambrosía de los dioses. Se bajó su short y su enorme pene se catapultó al exterior y de él brotaron gotas de leche que cayeron en mis nalgas, en seguida con la mano izquierda me abrió mi agujerito y con la derecha enfiló su enorme pija a mi diminuto ano
Cuando yo me relajé él trajo jabón del baño y se untó generosamente el pene o pija y sin misericordia me lo enterró en mi culito que desesperadamente trató de estirarse y adaptarse a la ancha pija, pero no pudo pues la presión de la pija del maestro fue tan grande que se desgarró y comenzó a sangrar. Yo hice una exclamación de dolor –Ay, Ay, me rompes el culo, no aguanto Y entonces él me dijo ¡¡Aguanta más cuando ella te golpea, vamos!! –Y en un momento fue tan grande el placer que sentí que tiré mi mano hacia atrás, le enganché su cachete de su nalga y lo tiré violentamente hacia abajo para que caiga sobre mí y me entierre su pija en mi ano desgarrado y sangrado. Cuando me acabó o se corrió dentro de mi intestino, mi tripa del recto se me inundó de leche y ella como no tuvo lugar comenzó a salir goteando a medida que el enorme agujero que ahora era mi recto, se iba contrayendo.
El maestro me entró un dedo dentro del enorme agujero de mi recto y hurgó con mucho placer mientras el dolor y el gozo se me mezclaron. Dolor – placer sentí me invadió y me dejó atontada y sin voluntad. En un momento el maestro me dijo –levántate lávate que tenemos que irnos o se hace tarde.-- Me levanté como pude me lavé con mucha suavidad, pues estaba toda paspada la vagina concha y el ano culo roto, recogimos nuestras cosas, el maestro fue a la ventanilla del hotel pagó nuestra cuenta y fuimos caminando las dos cuadras a la estación del bus. Yo me fui apoyando en su brazo y llegamos esperamos 1 hora que llegara el bus a nuestra ciudad de GXX y yo no pude estar sentada me dolía mucho el culo. La hora de viaje fue un tormento, me dolía todo, las trompadas de Jena, la pija del maestro destrozándome el culo y taladrando mi intestino, llegamos a nuestro pueblo, el maestro me ayudó a bajar y me alcanzó mis petates empecé a caminar cojeando lentamente a mi casa El maestro me dio un beso en la mejilla y al despedirse me dijo – Estuviste magnífica, no te preocupes por el dolor en dos días se irá y estarás como nueva, no tardes que tienes mucho para aprender pues tienes mucho potencial -- Y di vuelta la esquina caminando muy lento las 15 cuadras desde la estación del bus para llegar a mi casa.
Fin de la PARTE 2 de LILY LA BOXEADORA relatado por Roberto
Estelita Raval --una mujer emancipada con la música divina que cantó y canta al Amor
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