LILY LA BOXEADORA parte 6 Final
por
Roberto
género
dominación
Sigue el relato de Roberto el amigo de juventud de Lily
Esa noche de verano en la que Lily peleaba en una ciudad turística de la costa, por el título mundial, nosotros en nuestra ciudad de provincia, salimos con mi mamita Artemisa a cenar a un restaurante de moda en el que además de platos muy ricos, podíamos vernos los colegas y vecinos y las mujeres saludarse y decir los chismes pertinentes, mi mamita estaba vestida como siempre con sus tetas sostenidas por el corpiño del que pugnaban por escapar y un bikini negro más una pollera quizás algo más corta que lo recomendable para una señora cuarentona, zapatos sandalias de tacón medio que al caminar hacía mover sus caderas, pero yo le había instruido no usar pollera larga, y la verdad ella no tenía físico escultural pero su linda figura atraía y mis atenciones hacia ella llamaban la atención de los presentes. Realmente yo era el dueño de esa hermosa mujer y yo no tenía intención de compartirla. Además yo sabía ella era delicada y de un solo hombre -- Y ese era yo, el poseedor de las mieles de sus ojos su boca, su vagina y aunque me lo daba con reparos, de su hermoso culo al que llenaba de mi leche entre sus suspiros y gemidos yo sentía lo hacía con amor infinito, al hijo de su sangre y al hombre dueño exclusivo de su vagina, su culo y su boca. Mientras estábamos cenando y degustando un buen vino, Artemisa me comentó – Nene, mañana pelea por el título mundial sudamericano tu amiga Lily, y es una pelea trascendente porque si pierde no tendrá revancha y se despedirá del box en grandes carteleras – Mi semblante se ensombreció, ambos pensábamos lo mismo, ¿Cuál sería la vida de Lily si perdía la pelea? O Juan X su manejador la despediría sin misericordia de su gimnasio y tendría seguramente que salir a ganarse la vida de otra forma --- Cuando después de cenar volvíamos en nuestra pequeña ciudad de provincia, a casa caminando con mi mamita Artemisa colgada de mi brazo y a la que besaba con besos ligeros en su cuello, mientras saludaba a vecinos y conocidos que cruzábamos, una sombra de duda pasó por nuestras mentes, ambos meditábamos sobre lo mismo. No podíamos siquiera pensar que sería de Lily si perdía la pelea, pero estábamos lejos y Lily hacía casi dos años había salido de nuestras vidas. Al llegar a casa estábamos cansados y excitados por el calor y fuimos a la cama, Artemisa se desnudó se higienizó, se perfumó y se puso un camisón trasparente se tiró en la cama cayendo justo en mis brazos abiertos que la esperaban -- Me besó en la boca intensamente, yo me perdí en ella besando sus tetas y sus pezones mientras ella gemía quedamente y me tomaba la cabeza como lo hacía cuando yo era bebé -- Aproveché para abrir sus piernas y entrarle con mi pene en su vagina. – Sus gemidos se volvieron más intensos y un gritito coronó cuando acabamos o nos corrimos al unísono los dos juntos. Yo quedé exhausto y dormí inmediatamente, hasta la mañana siguiente. Era domingo y al levantarnos desayunamos café, leche, tostadas con margarina y dulce y mientras comíamos nos preguntamos ¿Cómo habrá resultado la pelea la noche anterior? -- decidí esperar hasta medio día que había un programa deportivo en TV y allí seguro informarían sobre el combate. Alrededor de las doce horas encendí la TV, busqué el canal deportivo y esperé pacientemente las noticias de box. En un momento apareció un locutor diciendo… “Y aquí las noticias de box” y siguió informando “Anoche en la ciudad veraniega de Mar X se realizó la pelea a doce asaltos por el título mundial peso paja entre la desafiante Lily y la campeona Rosa XX” y siguió diciendo “La pelea fue muy salvaje e intensa y después de los doce asaltos un juez vio ganadora a Lily y los otros dos la vieron ganadora a la campeona por lo que Lily cobró su bolsa como perdedora y su manejador Juan X le avisó que nunca más volvería a pelear por el título”. Era evidente que la carrera de Lily en el box estaba terminada, y solo obtendría peleas menores por poco dinero o debía buscar algún otro medio de vida. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El tiempo pasó yo volando y me olvidé de Lily pues continué mi profesión de abogado con la que tenía mucho trabajo, y mi mente estaba focalizada en resolver los litigios que los clientes me iban trayendo. Mi mamita Artemisa renunció como maestra de escuela, y comenzó a trabajar conmigo, fue de ayuda invalorable, de día era mi recepcionista, mi buscadora de antecedentes judiciales, etc. y de noche era mi dulce receptora de mis besos y mis caricias a su pezones y sus hermosas tetas que yo chupaba, antes de llenar su vagina con mi leche que me dejaba cansado por lo que dormía hasta el otro día. Al despertar en la mañana mi dulce mamita vestida con una túnica camisón con bikini diminuto, primero me traía el mate, y después de higienizarme, ella se metía en la cama y me mamaba suave y delicadamente mi pija hasta que yo acababa o me corría en su boca, .
Y así llegaron--- en mi pueblo diciembre y las fiestas primero y luego el calor agobiante de 35 grados a la sombra --- con todo el mundo incluido yo deseosos de comenzar las vacaciones merecidas después de un año de trabajo agobiante pero fructífero de mi profesión. Una tarde estábamos tomando el mate en la cocina, bajo el aire fresco del acondicionador, yo vestido con un calzoncillo short de algodón y ella mi madre Artemisa vestida con un bikini rosado y una túnica casi transparente de muselina que le hacía resaltar los pezones y la aureola marrón de sus grandes tetas. En un momento me dijo – Nene, mira tengo dos boletos en avión para Mar del X y estadía 15 días en el hotel XX ¿Qué te parece?, Es el premio de un año duro trabajo que gracias a Dios, nos fue fructífero. Y ya que deberíamos descansar pensé ir a Mar X, que está de moda y tiene una playa junto al mar que es deliciosa, así que si aceptas saldríamos hacia allá en enero, ¿Te parece bien? – Yo asentí, muy pocas veces podía negarme, ya que sus decisiones eran siempre acertadas y comenzamos a prepararnos para las vacaciones en la costa. Al comenzar enero mi madre Artemisa en un almuerzo me comentó – Tengo dos pasajes ida y vuelta y estadía paga a Mar del X para la segunda semana de enero, y creo lo pasaremos muy bien — Yo entonces levanté la vista del plato y le miré a los ojos-- Yo la conocía muy bien y sabía mi madre Artemisa algo estaba tramando pero no sabía qué era y sería inútil preguntar. Así que me contenté en seguir la corriente. Le dije – Ya puedes comenzar a comprar ropa de playa, alguna malla bañador de dos piezas, nada de vestir como abuela de iglesia, y compra vestidos, soleras con tirantes para la tarde algunos sacos livianos por si está frío, para eso tienes tu tarjeta de crédito – A lo que ella respondió alegre y emocionada – Gracias nene eres el mejor hijo del mundo. Después te iré mostrando lo que me vaya comprando, me platicó emocionada – Y todo quedó así— el tiempo pasó volando y un medio día nos encontramos entrando a un hotel lujoso desde el aeropuerto de la ciudad balnearia en la cual un mundo de turistas, parejas, familias, abuelos, niños, etc. iba y venía haciendo imposible la estadía de aquéllos que querían descansar, al contrario, era difícil para reservar un lugar para entrar en un restaurante, o conseguir un taxi en las horas pico y hasta para caminar teníamos que tomarnos de las manos para no perder contacto debido a la multitud que se movía en la calle.
Por lo tanto decidí alquilar un automóvil por día y así usarlo cuando queríamos, por ejemplo salíamos temprano a una playa alejada del centro y volver y almorzar yo y mi madre Artemisa, en algún bar relativamente alejado de las aglomeraciones de personas que iban a las playas del mar cercanas al centro de la ciudad. Esa noche de viernes ambos estábamos gozando del fresco del hotel, con las luces de la habitación apagadas, y los focos de los autos iluminándonos, estábamos en la cama matrimonial del hotel, yo pasando mi mano con suavidad y delicadeza por la suave piel de la teta de mi mamita, en un momento ella me dice – Vamos a dormir amor pues mañana es sábado y no iremos a la playa pues a la noche tendremos que salir hasta tarde o hasta la madrugada – Yo me extrañé pero no dije nada sabía era inútil sonsacarla, normalmente Artemisa no tenía programa elegido, al otro día desayunamos tarde en el hotel como a las 10 horas ambos con vestidos playeros, comimos tostadas con manteca y dulce y regadas con abundante café con leche mientras yo leía el diario del día y mi mamita la sección mujer y sociedad. Desde allí salimos a caminar por la ciudad y yo me paré delante de un cartel de promoción de una pelea de box que se realizaría esa noche en el club deportivo esa ciudad, en la que en el peso paja, según decía el anuncio peleaba “LILY QUE FUE RETADORA AL TÍTULO MUNDIAL” y de inmediato comencé a atar cabos, mi madre Artemisa sabía que Lily estaba viviendo en esta ciudad y había visto el cartel de la pelea por lo que compró por internet dos boletos para presenciar el festival, así que a la noche comimos ligero con bebidas sin alcohol y después nos dirigimos raudamente hasta el estadio de box de la ciudad. Mi mamita estaba vestida con una camisa de algodón liviano, con su pantalón jean de algodón gris, ajustado y entallado zapatillas suela de goma tipo para correr, conjunto que le daba un aspecto juvenil a pesar de ser una mujer madura. Cuando llegamos y nos sentamos ya había bastante público, estaba el ring donde hacían piruetas algunos niños y jóvenes. De pronto aspiré profundamente el conocido olor del aceite verde y el linimento para friccionar a los combatientes. Abracé a mi mamita, aspiré y le comenté por lo bajo – Ahh que rico olor, como me recuerda aquellos días de adolescencia que yo fui muy feliz cuando con Lily al atardecer íbamos al club de box, en mis días de adolescencia días de amor que ya se fueron para siempre – Mi mamita sentada muy cerca de mí, tomó mi cara con sus suaves manos, me miró fijo a los ojos y me dijo – Pero ya no eres un joven, ahora eres un hombre, mi hombre, mi amor,-- Yo sonreí y la miré con mucho amor, mientras la sala se iba llenando de espectadores ansiosos de disfrutar el espectáculo donde uno de los actores caería al suelo envuelto en sangre, morboso deseo atávico animal que pugna por salir al más mínimo estímulo, así se explican los asaltos, los asesinatos, las guerras y toda la crueldad que es capaz el ser humano. Se encendieron las luces del estadio y un anunciador vestido con camisa blanca y pantalón azul transpirando en la cálida noche veraniega de Mar del X, gesticulaba presentando a los combatientes, que en aburridas peleas trataban de hacerse un nombre a golpes pero sin mucho éxito. Y así pasaron las preliminares hasta que llegó la pelea de fondo. El anodino anunciador trató de despertar a la gente presentando primero a “Lily una ex contendiente al título mundial de peso paja” contra “La tigresa” el crédito que estaba invicta y para ella sería un pelea que mediría la aptitud de la local para ir a buscar un título mundial.
Yo cambié mi cara cuando subió Lily al ring y saludó al ring, algunos abucheos la recibieron mientras mi mamita y yo la aplaudimos calurosamente entre unos pocos mientras que cuando subió La Tigresa y saludó fue el delirio para los espectadores quienes la recibieron con vivas y aplausos. Se calzaron los guantes de 8 onzas que son reglamentarios para peleas femeninas, subió el árbitro, llamó a las peleadoras al centro del ring, sonó la campana y comenzó la pelea, la Tigresa comenzó a golpear duro y Lily se cubría como podía amparada por su mayor experiencia. Pero era un aluvión de golpes que sin misericordia caían sobre su rostro y su cuerpo. Lily trabó tratando de abrazarse pero en corta distancia el castigo que Lily recibía era mayor y su rostro y su cuerpo se iban enrojeciendo señal de los golpes recibidos. Así transcurrieron el segundo y el tercer round. En el cuarto asalto la pelea era una carnicería Lily recibiendo golpes desde todos los ángulos pugnando por mantenerse en pie y con una herida en el párpado de la que manaba mucha sangre. De pronto la Tigresa le propinó un golpe violento al estómago y Lily se dobló en dos, profirió un sonoro alarido y cayó en posición fetal quedando tendida sobre el ring. El árbitro le contó los 10 reglamentarios y luego movió sus brazos los cruzó en señal “se terminó” y así fue la despedida fin de la carrera de Lily en el box. En su asiento mi mamita me apretó el brazo cuando Lily recibió el tremendo golpe, y cerró los ojos y me apretó el brazo con sus dedos, tanto que sus largas uñas me dolieron, mientras el público rugía de alegría y pasión --- Y la víctima propiciatoria era sacrificada en aras de la brutalidad, esa fue Lily la joven mujer que creyó poder salir de la pobreza a fuerza de golpes ¡¡Pobre ilusa!! Y la realidad le enseñó que los sueños sólo sueños son. .
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El relato, la pelea y la caída y el hambre y la pobreza visto por Lily
Yo me desperté sobre el ring cuando mi manejador y mis segundos comenzaron a mojarme la cabeza con agua fría mientras me cacheteaban la cara diciendo que despertara, en seguida me senté en el banquillo y de a poco fui recobrando mis fuerzas. No supe realmente que pasó, tan solo en un momento mientras estábamos cuerpo a cuerpo vi las estrellas y sentí un durísimo golpe en la boca del estómago que me paralizó el diafragma y me cortó la respiración y caí al suelo doblada como una hoja, yo no pude más y comencé a respirar bufando casi al borde de la asfixia, me sentaron en el banquillo y me mojaron la cara con agua fría hasta que recobré la conciencia, me levanté, y mi manejador Juan X que tenía cara adusta, me llevó al vestuario, allí fui a ducharme y al volver mientras me estaba cambiando me dijo – Se terminó, ya solo me traes gastos y problemas, así que yo voy a buscar nuevas jóvenes para entrenarlas y tú tendrás que buscar donde vivir y como ganarte la vida – Yo no lo podía creer por años, él y sus parásitos vivieron de mí, de lo que yo ganaba en el cuadrilátero y ahora me botaba como a un perro sarnoso, como si fuera un lastre después de hacerme golpear y sufrir privaciones sin fin para que él se apoderara de gran parte de lo que gané en el ring por cada pelea. --- Y me remarcó – Vuelve al hotel y empaca tus bártulos, yo me vuelvo solo, a la ciudad de Cor XX a seguir con mi gimnasio buscando nuevas jóvenes hambrientas de gloria y no tengo lugar ni puedo dar de comer a perdedoras como tú – Y sin esperar mi respuesta dejándome atónita se fue dándome la espalda.
Yo solo tenía el poco dinero de la bolsa por la pelea que cobré y después de recoger mis bártulos del hotel -- Juan X ya se había ido del hotel – saludé a la recepción y salí a la calle con mi valija – sin saber qué hacer ni tener donde ir. Ya era tarde y solo me decidí y me dirigí a la estación de trenes que estaba abierta toda la noche. Allí algunos pordioseros y gente que no tenía donde ir se arrebujaba en los bancos, De vez en cuando salía o llegaba un tren o un bus y unos pocos pasajeros se movían como sombras parecidas a títeres por un minuto y en seguida volvía pesar de nuevo el silencio aplastante y oprobioso. Aun así traté de dormir, la noche al aire libre en Mar del X estaba fría y de a poco comencé a tener apetito, pero traté de dormirme hasta el otro día, allí en la estación tenía sanitarios y agua potable pero para comer necesitaba dinero, --- y yo tenía muy poco dinero. – En ese momento vi a dos mujeres de edad mediana ligeras de ropa que venían a arrebujarse en los bancos de la estación con la clara intención de dormir allí, les pregunté ¿Qué hacen aquí? Me contestaron lo siguiente – Somos trabajadoras sexuales léase prostitutas, trotacalles que todas las noches nos ganamos la vida subiendo a los automóviles que nos levantan los tipos, en general chupamos y recibimos la leche con la mano o con la boca, pero en general no nos dejamos nos penetren para evitar infecciones pero a veces dejamos nos entren con condón, y eso cobramos más caro – Y parte de lo ganado lo damos al Chulo que evita nos asalten los ladrones y nos roben o nos maten pero se lleva lo mejor parte apenas nos queda para comer. Tenemos un cuarto para dormir en una pensión, pero hoy se hizo tarde y decidimos venir a la estación del bus, dentro de poco amanecerá y debemos lavarnos e higienizarnos y después vamos a nuestra habitación. Si quieres, puedes acompañarnos pues nos vamos a dormir, las tres y nos ubicaremos como podamos y mañana veremos para arreglarnos mejor –
Así comencé mi vida de peleadora aspirante al título mundial de box hasta caer en ser prostituta barata chupa pijas todas las noches en las calles de Mar del X, una ciudad hermosa para ir de vacaciones pero durísima sobre todo en invierno gélido, para mí una mujer pisando los 23 y sin ninguna profesión ni habilidad especial y sin nada de dinero, ya que Juan X me esquilmó y exprimió, me usó durante años y me tiró a la basura cuando no le serví. Y ahora debía aceptar los mendrugos que me tiraban los que aceptaban les chupe y les ordeñe la pija. Y así desde esa noche comencé a ganarme la vida para comer e ingresé en el mundo de las trotacalles, es decir lo más bajo e infame de la escala social, las mujeres que no tienen lugar para llevar a los clientes, y lo hacen a bordo de los automóviles que las levantan, parte de lo que ganan tienen que invertir para comprar condones para evitar sufrir una enfermedad
Juro que ni en la mas de mis tristes fantasías pensé en llegar a esta situación de estar sola sin nadie a quien recurrir con hambre, con frío, indefensa a merced de los asaltantes y ladrones sin nada que dar a cambio, sin norte ni esperanzas, solo esperaba Dios se apiadase de mí y la muerte me lleve rápido
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Relato de Roberto el reencuentro con Lily y el final de la historia
Esa mañana al fin de nuestras vacaciones mi mamita Artemisa y yo dejamos Mar del X estábamos callados y tristes, habían sido hermosas vacaciones, yo penetré a mi madre por todos sus agujeros, ella era una hermosa mujer que se mantenía juvenil y se vestía con buen gusto y mostrando sus encantos sin ostentar, pantalón de jean suave de verano algo entallado que mostraba su hermoso culo y camisa abotonada al frente dejando poco a la imaginación cuando sus tetas grandes trataban de salir del sujetador, su bello rostro de mirada cálida y maternal. Cada vez que nos miramos un instante en todo momento provechaba yo para darle un suave beso en la mejilla y cuando yo veía no había alguien mirando, mi beso llegaba hasta sus labios y ella sonreía ruborizada como si fuera una niña adolescente. Y ambos unos meses después ya en nuestro hogar, comenzamos a preguntarnos --¿Qué habrá sido de Lily? y si ¿Seguiría en el box? -- Aunque no tuvimos más noticias ni siguió en la cartelera de los grandes espectáculos deportivos, siempre estaba presente en nuestras vidas especialmente la mía. La verdad era me dolía pensar como viviría Lily ya que yo sabía el box había terminado para ella
Llegó el mes de julio y en nuestra ciudad comienzan las vacaciones de invierno, aunque la verdad es que en mi pueblo el invierno no es demasiado frío, las actividades judiciales y escolares se suspenden hasta el mes de agosto. Esa noche mientras estábamos con mi mamita Artemisa haciendo el amor, ella frotando suavemente mi pene y colocando a la entrada de su deliciosa vagina, me dijo – Podríamos ir a Mar del X una semana, ya que estamos de vacaciones ¿No te parece? –Y me dio un beso en la boca mientras pegaba sus pezones erectos de sus grandes tetas a mi pecho. Ella como toda mujer era una maldita y elegía las ocasiones para para pedirme cosas que le interesaban, aunque en ese momento yo no tenía idea la razón por la cual quería ir a Mar del X aunque después me di cuenta de lo que estaba tramando. Desde mi pueblo tomamos el bus hasta Cor X y desde allí volamos a Mar del X para hacer turismo de invierno. Ya cómodamente instalados en nuestros asientos en el avión, nos acariciábamos las manos con el pretexto de calentarle las manos a mi mamita. Ella estaba hermosa, el rostro arrebolado por el frío exterior aunque la cabina del avión era cálida, estaba vestida con pantalón entallado de abrigo, con pullover de lana y campera para protegerse del frío, su rostro angelical y sus ojos verdes brillando y dándome miradas amorosas llenas de amor maternal y sexual al igual que las mías, amor filial pero también amor a la mujer que yo amaba con todo mi corazón.
El viaje fue muy placentero disfrutamos de un ágape, con café y algunas galletitas tanto que cuando nos acordamos estábamos aterrizando en el aeropuerto de XX, de allí tomamos un taxi que nos depositó en el hotel con nuestras pequeñas valijas vacacionales. Esa tarde fuimos a la habitación, cálida y con una amplia cama matrimonial, allí besé a mis anchas a mi mamita Artemisa, le levanté su blusa y su pullover y le saqué el sujetador y le besé sus dos pezones mientras mi pene se endurecía y se ponía durísimo. Ella me abrió el pantalón y se puso a mamarme el pene mientras me miraba pícara y traviesa, de ponto lo cubrió con una toalla y lo friccionó enérgicamente hasta que yo acabé o me corrí, después me dio un beso en la boca, me lavé e higienicé y salimos a pasear y a buscar un restaurante para cenar. Esa noche volvimos al hotel, estábamos cansados, en el restaurante los hombres miraban a mi madre Artemisa con lujuria, ella no es ostentosa ni exuberante, al contrario es recatada y púdica pero tiene una sensualidad natural que hace que los hombres se fijen en ella cuando pasan a su lado. Al otro día nos levantamos temprano en la calle hacía frío por lo que desayunamos fuerte, nos vestimos abrigados y fuimos a pasear la lado del mar y luego enfilamos hacia el puerto y la banquina de pescadores. Por consejo de mi mamita alquilé un automóvil que devolvería al terminar las vacaciones, y nos permitía movernos en forma independiente. Esa noche en el hotel, después de cenar en el cálido vestíbulo degustamos un rico café y las horas fueron pasando sin que Artemisa tuviera deseos de ir a la habitación. Eso me intrigó era evidente ella estaba esperando para hacer alguna actividad, la interrogué con la mirada, pero ella pícara desviaba la suya. Eran las 23 horas cuando se levantó de la silla y me dijo – Vamos a salir hijo, abrígate la noche está fría y tendremos seguramente que pasar a la intemperie algunas horas, aunque podremos esperar en el automóvil. Y así fue, subimos al auto, arranqué y ella me indicó – Vamos al parque central, y espero allí esté alguien a la que voy a buscar – Yo le dije -- ¿Y quién es esa persona – pero ella dobló su rostro y se puso obstinadamente a mirar a la calle, me dijo – Ya lo verás, maneja con cuidado, desplázate lentamente – y no dijo más – y no habló en el trayecto, y yo conociéndola bien, acepté la respuesta y no la interrogué más. La oscuridad era grande, la poca luz de los faroles y la neblina no ayudaban a reconocer a las figuras que desfilaban al lado nuestro, la mayoría eran mujeres de edad indefinida casi desnudas cubiertas por un abrigo para protegerse del frío nocturno. Ellas eran lo más bajo en la escala social. Arriba estaban las “escorts” mujeres de edades desde 20 años hasta digamos 55 años, finas, agradables, con departamento propio que compartían entre dos o tres mujeres, vivían cómodas, sin privaciones y en general tenían su clientela de hombres y mujeres de alto poder adquisitivo, luego más abajo venían las mujeres jóvenes por lo general venidas del interior y el exterior del país, pero que no tenían lugar y solían ir a hoteles por horas pero todavía eran jóvenes, más abajo o a su lado venían las mujeres más jóvenes de unos 20 a 30 años que tenían sexo para pagar sus carreras o para complementar sus ingresos pensando en algún momento abandonarían la profesión de prostituta cosa que a veces se daba y a veces no se daba. Y más abajo en la última parte de la escala, el último orejón del tarro, estaban las trotacalles, mujeres de variada edad, sin posibilidad de insertarse en la sociedad y cuya única oportunidad de ganar para comer era chupar penes en los autos que las levantaban, esperando en el frío bajo la neblina helada y a merced de los pocos pesos que le tire el cliente y parte de ellos tenían que dar al chulo que las protegía. ¡¡Pobres mujeres, vencidas por la vida de antemano!!. En ese momento mi madre Artemisa me saca de mi abstracción y me dice – Detén el auto – La miro y me señala la figura de una mujer que se recorta en la sombra de la noche bajo un farol cuya cabeza está humedecida por la fría neblina nocturna. Artemisa, abre la puerta, me dice – Detente, para el auto y baja del auto frente a la mujer a la que ahora trato de observar en la oscuridad reinante. Hace frío, una brisa helada corta el parque y los árboles agitan sus hojas, la verdad es que no veo por qué estamos allí en una situación surrealista, expuestos a que nos roben o nos asalten los malvivientes que pululan por allí y están al acecho para desplumar incautos.
Mi madre se dirigió a la mujer que estaba en la sombra y se incorporó lentamente del banco de la plaza a duras penas y haciendo esfuerzo para erguirse, la interrogó con la mirada y le dijo -- ¿Lily, eres tú? – la mujer se paró y se acercó a mi madre, al mirarla se echó a llorar y se fundieron en un cálido abrazo mientras ambas se echaban a llorar. Yo observé a Lily bajo la débil luz del farol, estaba demacrada, el pelo alborotado y sin peinar desde hacía mucho tiempo, flaca temblando de frío y seguramente de hambre, envuelta en un raído tapado que la cubría, abajo del cual solo tenía un corto vestido que dejaba su cuerpo a la vista, con zapatos raídos y abiertos por lo que sus pies estaban helados, su figura me provocó una tristeza infinita ¡¡Adonde quedaron sus sueños de adolescente de llegar a campeona de box!!
En ese momento apareció una enorme sombra oscura de un hombre morocho que se interpuso entre nosotros y Lily y dijo -- ¡¡Alto allí me quieren robar mi trabajadora. Aquí mando yo y ella es mía y para tenerla tienen que pagarme mi comisión – Yo la verdad era no tenía billetes pues me manejo con tarjeta de crédito y era evidente el chulo veía un buen negocio a soltar a Lily y no iba a perder, entonces intervino mi madre Artemisa que le dijo al chulo exhibiendo un faje de billetes, -- Aquí tienes, espero esto te alcance pero no tenemos más o los aceptas o pierdes el negocio – El chulo viendo que podía perder el negocio, de mala gana aceptó se puso los billetes en un raído bolsillo y gesticuló un inentendible – Está bien váyanse todos.— Vi como Lily despertó de su letargo, se paró en guardia de box atenta frente al chulo que retrocedió y se puso a contar su dinero. Nosotros aprovechamos a subir al auto, Lily subió atrás arrancamos y decidimos salir del parque. Yo le pregunté a Lily si quería venir con nosotros, en dos días regresábamos a nuestro pueblo del interior y ella me contestó con lágrimas en los ojos que vendría con nosotros de mil amores. Era evidente yo era su tabla de salvación y la gran oportunidad para dejar esa vida de privaciones, fuimos a su miserable morada que compartía con otras mujeres que estaban trabajando en ese momento para recoger sus pocas pertenencias de valor que colocó en un bolso, y partimos raudos hacia el hotel. Llegamos eran las 3 de la madrugada, una vez allí registré a Lily en la recepción y como era hora avanzada no nos cruzamos con nadie, lo que fue una ventaja, llegamos a la habitación la abrimos, entramos mi madre mandó a Lily a bañarse con agua caliente con mucho jabón, y allí quedó en el baño largo rato, salió se secó y se puso una camisola de dormir de mi mamita que tiene un talle parecido y finalmente los tres, dormimos hasta pasadas las 9 horas, pues nos acostamos muy tarde, nos levantamos, madre le prestó a Lily unos pantalones jean, ropa interior, camisa y pullover y campera para pasar el trance e ir a desayunar y luego salir para comprar ropa.
Ese mediodía en el almuerzo nos sentamos los tres, y mi mamita y yo le preguntamos claramente a Lily, -- Nosotros en dos días volveremos a nuestro pueblo donde yo trabajo de abogado y tengo un buen pasar, y si quieres puedes venir con nosotros, no te sientas obligada pero es lo único que podemos ofrecerte, salvo que podamos darte algo de dinero para que sigas tu vida tú sola. Lily fue tajante -- Ustedes son los únicos que me quieren, mi madre, me crio como pudo y perdí contacto con ella al irme de mi pueblo, mi manejador Juan X solo me usó mientras le di dinero y me echó como una perra cuando ya no le serví y ahora me reemplazó por carne fresa, los únicos dos que me quieren son ustedes y no les voy a defraudar, iré con ustedes y haré lo que sea necesario para ganarme la vida, y recordando mis noches con hambre y frío no quiero a volver a pasar por lo mismo. Entonces planeamos los pasos siguientes, ese día mi mamita llevaría a Lily a comprar ropa, zapatos, cosméticos y lo indispensable para viajar a nuestro pueblo, y luego gastaríamos el tiempo siguiente haciendo turismo. Fueron dos días en Mar del X muy placenteros, Lily durmió en nuestra misma habitación del hotel, miraba cuando yo penetraba a mi madre Artemisa pero sin participar, los días y las noches en vela trotando las calles, hambrienta y sin dormir, le habían pasado su factura, pasaría un tiempo antes que se reponga, y gane algo de peso y perdiera ese aspecto demacrado que la afeaba tanto.
Ya pasaron dos meses desde que rescatamos a Lily de Mar del X, nuestra vida ha comenzado de nuevo su rutina en nuestra casa en nuestro pueblo natal, mi madre Artemisa me sigue ayudando en mi trabajo de abogado, seguimos teniendo sexo en la alcoba pero tenemos dos camas unidas, una para cada uno y cuando la penetro, lo hago en mi camita y ella se pone sobre mí y yo le agarro sus tetas, y le entro por la vagina o se pone de costado de cucharita y me da su culo hermoso y siento sus nalgas que se frotan contra mi vientre. Con ella nuestros coitos son de gran dulzura, Ella es un mujer cariñosa suave, femenina y recatada, no le gusta hacer ostentación de su cuerpo ni de su vida y nuestro amor tiene mucho de espiritual del amor madre a hijo y de hijo a madre, Cuando acabo o me corro en su vagina, es una experiencia sublime que nos transporta al Cielo fuera de este mundo y de todas las dimensiones conocidas.
Pero ahora también satisfago a Lily que ha resultado más caliente y sexual que cualquier otra mujer que conocí, ella es incansable, como buena atleta, cuando comenzamos a acariciarnos son las 19 o 20 horas y yo le dejo mi leche por la vagina, el culo o la boca hasta que perdemos la cuenta de la hora, al terminar nos lavamos, secamos y vamos a dormir, yo vuelvo al dormitorio con mi madre y Lily vuelve a su cuarto. Ahora Lily se ha vuelto más femenina, se viste sin sujetador, sus hermosas piernas y su cuerpo trabajado le dan el aspecto de una diosa griega, no quiere saber nada de dejarme o emprender una relación con otro hombre, quizás su aventura en el box y en la miseria en que terminó le sirvió de escarmiento, a veces en las noches de tormenta se despierta y tengo que ir a acompañarla a su habitación, en esos momentos el sexo que tenemos es casi salvaje, se vuelve una niña desesperada y solo después de penetrarla repetidas veces por pecho y espalda (Vagina y culo) se calma y vuelve a dormir.
Lily ha comenzado a dar clases de box en nuestro viejo club donde aprendimos nosotros con gran éxito, tiene alumnos varones y mujeres y gana bastante dinero cobrando una cuota moderada, por ahora es solo recreativo pero quizás de aquí salga alguna futura campeona, eso no lo sabemos. Fuera de eso ahora vive con mi madre y yo y quizás en un futuro me dé un hijo. Y eso es todo de esta historia relatada por Roberto
FIN DE LILY LA BOXEADORA parte 6 Final
Esa noche de verano en la que Lily peleaba en una ciudad turística de la costa, por el título mundial, nosotros en nuestra ciudad de provincia, salimos con mi mamita Artemisa a cenar a un restaurante de moda en el que además de platos muy ricos, podíamos vernos los colegas y vecinos y las mujeres saludarse y decir los chismes pertinentes, mi mamita estaba vestida como siempre con sus tetas sostenidas por el corpiño del que pugnaban por escapar y un bikini negro más una pollera quizás algo más corta que lo recomendable para una señora cuarentona, zapatos sandalias de tacón medio que al caminar hacía mover sus caderas, pero yo le había instruido no usar pollera larga, y la verdad ella no tenía físico escultural pero su linda figura atraía y mis atenciones hacia ella llamaban la atención de los presentes. Realmente yo era el dueño de esa hermosa mujer y yo no tenía intención de compartirla. Además yo sabía ella era delicada y de un solo hombre -- Y ese era yo, el poseedor de las mieles de sus ojos su boca, su vagina y aunque me lo daba con reparos, de su hermoso culo al que llenaba de mi leche entre sus suspiros y gemidos yo sentía lo hacía con amor infinito, al hijo de su sangre y al hombre dueño exclusivo de su vagina, su culo y su boca. Mientras estábamos cenando y degustando un buen vino, Artemisa me comentó – Nene, mañana pelea por el título mundial sudamericano tu amiga Lily, y es una pelea trascendente porque si pierde no tendrá revancha y se despedirá del box en grandes carteleras – Mi semblante se ensombreció, ambos pensábamos lo mismo, ¿Cuál sería la vida de Lily si perdía la pelea? O Juan X su manejador la despediría sin misericordia de su gimnasio y tendría seguramente que salir a ganarse la vida de otra forma --- Cuando después de cenar volvíamos en nuestra pequeña ciudad de provincia, a casa caminando con mi mamita Artemisa colgada de mi brazo y a la que besaba con besos ligeros en su cuello, mientras saludaba a vecinos y conocidos que cruzábamos, una sombra de duda pasó por nuestras mentes, ambos meditábamos sobre lo mismo. No podíamos siquiera pensar que sería de Lily si perdía la pelea, pero estábamos lejos y Lily hacía casi dos años había salido de nuestras vidas. Al llegar a casa estábamos cansados y excitados por el calor y fuimos a la cama, Artemisa se desnudó se higienizó, se perfumó y se puso un camisón trasparente se tiró en la cama cayendo justo en mis brazos abiertos que la esperaban -- Me besó en la boca intensamente, yo me perdí en ella besando sus tetas y sus pezones mientras ella gemía quedamente y me tomaba la cabeza como lo hacía cuando yo era bebé -- Aproveché para abrir sus piernas y entrarle con mi pene en su vagina. – Sus gemidos se volvieron más intensos y un gritito coronó cuando acabamos o nos corrimos al unísono los dos juntos. Yo quedé exhausto y dormí inmediatamente, hasta la mañana siguiente. Era domingo y al levantarnos desayunamos café, leche, tostadas con margarina y dulce y mientras comíamos nos preguntamos ¿Cómo habrá resultado la pelea la noche anterior? -- decidí esperar hasta medio día que había un programa deportivo en TV y allí seguro informarían sobre el combate. Alrededor de las doce horas encendí la TV, busqué el canal deportivo y esperé pacientemente las noticias de box. En un momento apareció un locutor diciendo… “Y aquí las noticias de box” y siguió informando “Anoche en la ciudad veraniega de Mar X se realizó la pelea a doce asaltos por el título mundial peso paja entre la desafiante Lily y la campeona Rosa XX” y siguió diciendo “La pelea fue muy salvaje e intensa y después de los doce asaltos un juez vio ganadora a Lily y los otros dos la vieron ganadora a la campeona por lo que Lily cobró su bolsa como perdedora y su manejador Juan X le avisó que nunca más volvería a pelear por el título”. Era evidente que la carrera de Lily en el box estaba terminada, y solo obtendría peleas menores por poco dinero o debía buscar algún otro medio de vida. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El tiempo pasó yo volando y me olvidé de Lily pues continué mi profesión de abogado con la que tenía mucho trabajo, y mi mente estaba focalizada en resolver los litigios que los clientes me iban trayendo. Mi mamita Artemisa renunció como maestra de escuela, y comenzó a trabajar conmigo, fue de ayuda invalorable, de día era mi recepcionista, mi buscadora de antecedentes judiciales, etc. y de noche era mi dulce receptora de mis besos y mis caricias a su pezones y sus hermosas tetas que yo chupaba, antes de llenar su vagina con mi leche que me dejaba cansado por lo que dormía hasta el otro día. Al despertar en la mañana mi dulce mamita vestida con una túnica camisón con bikini diminuto, primero me traía el mate, y después de higienizarme, ella se metía en la cama y me mamaba suave y delicadamente mi pija hasta que yo acababa o me corría en su boca, .
Y así llegaron--- en mi pueblo diciembre y las fiestas primero y luego el calor agobiante de 35 grados a la sombra --- con todo el mundo incluido yo deseosos de comenzar las vacaciones merecidas después de un año de trabajo agobiante pero fructífero de mi profesión. Una tarde estábamos tomando el mate en la cocina, bajo el aire fresco del acondicionador, yo vestido con un calzoncillo short de algodón y ella mi madre Artemisa vestida con un bikini rosado y una túnica casi transparente de muselina que le hacía resaltar los pezones y la aureola marrón de sus grandes tetas. En un momento me dijo – Nene, mira tengo dos boletos en avión para Mar del X y estadía 15 días en el hotel XX ¿Qué te parece?, Es el premio de un año duro trabajo que gracias a Dios, nos fue fructífero. Y ya que deberíamos descansar pensé ir a Mar X, que está de moda y tiene una playa junto al mar que es deliciosa, así que si aceptas saldríamos hacia allá en enero, ¿Te parece bien? – Yo asentí, muy pocas veces podía negarme, ya que sus decisiones eran siempre acertadas y comenzamos a prepararnos para las vacaciones en la costa. Al comenzar enero mi madre Artemisa en un almuerzo me comentó – Tengo dos pasajes ida y vuelta y estadía paga a Mar del X para la segunda semana de enero, y creo lo pasaremos muy bien — Yo entonces levanté la vista del plato y le miré a los ojos-- Yo la conocía muy bien y sabía mi madre Artemisa algo estaba tramando pero no sabía qué era y sería inútil preguntar. Así que me contenté en seguir la corriente. Le dije – Ya puedes comenzar a comprar ropa de playa, alguna malla bañador de dos piezas, nada de vestir como abuela de iglesia, y compra vestidos, soleras con tirantes para la tarde algunos sacos livianos por si está frío, para eso tienes tu tarjeta de crédito – A lo que ella respondió alegre y emocionada – Gracias nene eres el mejor hijo del mundo. Después te iré mostrando lo que me vaya comprando, me platicó emocionada – Y todo quedó así— el tiempo pasó volando y un medio día nos encontramos entrando a un hotel lujoso desde el aeropuerto de la ciudad balnearia en la cual un mundo de turistas, parejas, familias, abuelos, niños, etc. iba y venía haciendo imposible la estadía de aquéllos que querían descansar, al contrario, era difícil para reservar un lugar para entrar en un restaurante, o conseguir un taxi en las horas pico y hasta para caminar teníamos que tomarnos de las manos para no perder contacto debido a la multitud que se movía en la calle.
Por lo tanto decidí alquilar un automóvil por día y así usarlo cuando queríamos, por ejemplo salíamos temprano a una playa alejada del centro y volver y almorzar yo y mi madre Artemisa, en algún bar relativamente alejado de las aglomeraciones de personas que iban a las playas del mar cercanas al centro de la ciudad. Esa noche de viernes ambos estábamos gozando del fresco del hotel, con las luces de la habitación apagadas, y los focos de los autos iluminándonos, estábamos en la cama matrimonial del hotel, yo pasando mi mano con suavidad y delicadeza por la suave piel de la teta de mi mamita, en un momento ella me dice – Vamos a dormir amor pues mañana es sábado y no iremos a la playa pues a la noche tendremos que salir hasta tarde o hasta la madrugada – Yo me extrañé pero no dije nada sabía era inútil sonsacarla, normalmente Artemisa no tenía programa elegido, al otro día desayunamos tarde en el hotel como a las 10 horas ambos con vestidos playeros, comimos tostadas con manteca y dulce y regadas con abundante café con leche mientras yo leía el diario del día y mi mamita la sección mujer y sociedad. Desde allí salimos a caminar por la ciudad y yo me paré delante de un cartel de promoción de una pelea de box que se realizaría esa noche en el club deportivo esa ciudad, en la que en el peso paja, según decía el anuncio peleaba “LILY QUE FUE RETADORA AL TÍTULO MUNDIAL” y de inmediato comencé a atar cabos, mi madre Artemisa sabía que Lily estaba viviendo en esta ciudad y había visto el cartel de la pelea por lo que compró por internet dos boletos para presenciar el festival, así que a la noche comimos ligero con bebidas sin alcohol y después nos dirigimos raudamente hasta el estadio de box de la ciudad. Mi mamita estaba vestida con una camisa de algodón liviano, con su pantalón jean de algodón gris, ajustado y entallado zapatillas suela de goma tipo para correr, conjunto que le daba un aspecto juvenil a pesar de ser una mujer madura. Cuando llegamos y nos sentamos ya había bastante público, estaba el ring donde hacían piruetas algunos niños y jóvenes. De pronto aspiré profundamente el conocido olor del aceite verde y el linimento para friccionar a los combatientes. Abracé a mi mamita, aspiré y le comenté por lo bajo – Ahh que rico olor, como me recuerda aquellos días de adolescencia que yo fui muy feliz cuando con Lily al atardecer íbamos al club de box, en mis días de adolescencia días de amor que ya se fueron para siempre – Mi mamita sentada muy cerca de mí, tomó mi cara con sus suaves manos, me miró fijo a los ojos y me dijo – Pero ya no eres un joven, ahora eres un hombre, mi hombre, mi amor,-- Yo sonreí y la miré con mucho amor, mientras la sala se iba llenando de espectadores ansiosos de disfrutar el espectáculo donde uno de los actores caería al suelo envuelto en sangre, morboso deseo atávico animal que pugna por salir al más mínimo estímulo, así se explican los asaltos, los asesinatos, las guerras y toda la crueldad que es capaz el ser humano. Se encendieron las luces del estadio y un anunciador vestido con camisa blanca y pantalón azul transpirando en la cálida noche veraniega de Mar del X, gesticulaba presentando a los combatientes, que en aburridas peleas trataban de hacerse un nombre a golpes pero sin mucho éxito. Y así pasaron las preliminares hasta que llegó la pelea de fondo. El anodino anunciador trató de despertar a la gente presentando primero a “Lily una ex contendiente al título mundial de peso paja” contra “La tigresa” el crédito que estaba invicta y para ella sería un pelea que mediría la aptitud de la local para ir a buscar un título mundial.
Yo cambié mi cara cuando subió Lily al ring y saludó al ring, algunos abucheos la recibieron mientras mi mamita y yo la aplaudimos calurosamente entre unos pocos mientras que cuando subió La Tigresa y saludó fue el delirio para los espectadores quienes la recibieron con vivas y aplausos. Se calzaron los guantes de 8 onzas que son reglamentarios para peleas femeninas, subió el árbitro, llamó a las peleadoras al centro del ring, sonó la campana y comenzó la pelea, la Tigresa comenzó a golpear duro y Lily se cubría como podía amparada por su mayor experiencia. Pero era un aluvión de golpes que sin misericordia caían sobre su rostro y su cuerpo. Lily trabó tratando de abrazarse pero en corta distancia el castigo que Lily recibía era mayor y su rostro y su cuerpo se iban enrojeciendo señal de los golpes recibidos. Así transcurrieron el segundo y el tercer round. En el cuarto asalto la pelea era una carnicería Lily recibiendo golpes desde todos los ángulos pugnando por mantenerse en pie y con una herida en el párpado de la que manaba mucha sangre. De pronto la Tigresa le propinó un golpe violento al estómago y Lily se dobló en dos, profirió un sonoro alarido y cayó en posición fetal quedando tendida sobre el ring. El árbitro le contó los 10 reglamentarios y luego movió sus brazos los cruzó en señal “se terminó” y así fue la despedida fin de la carrera de Lily en el box. En su asiento mi mamita me apretó el brazo cuando Lily recibió el tremendo golpe, y cerró los ojos y me apretó el brazo con sus dedos, tanto que sus largas uñas me dolieron, mientras el público rugía de alegría y pasión --- Y la víctima propiciatoria era sacrificada en aras de la brutalidad, esa fue Lily la joven mujer que creyó poder salir de la pobreza a fuerza de golpes ¡¡Pobre ilusa!! Y la realidad le enseñó que los sueños sólo sueños son. .
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El relato, la pelea y la caída y el hambre y la pobreza visto por Lily
Yo me desperté sobre el ring cuando mi manejador y mis segundos comenzaron a mojarme la cabeza con agua fría mientras me cacheteaban la cara diciendo que despertara, en seguida me senté en el banquillo y de a poco fui recobrando mis fuerzas. No supe realmente que pasó, tan solo en un momento mientras estábamos cuerpo a cuerpo vi las estrellas y sentí un durísimo golpe en la boca del estómago que me paralizó el diafragma y me cortó la respiración y caí al suelo doblada como una hoja, yo no pude más y comencé a respirar bufando casi al borde de la asfixia, me sentaron en el banquillo y me mojaron la cara con agua fría hasta que recobré la conciencia, me levanté, y mi manejador Juan X que tenía cara adusta, me llevó al vestuario, allí fui a ducharme y al volver mientras me estaba cambiando me dijo – Se terminó, ya solo me traes gastos y problemas, así que yo voy a buscar nuevas jóvenes para entrenarlas y tú tendrás que buscar donde vivir y como ganarte la vida – Yo no lo podía creer por años, él y sus parásitos vivieron de mí, de lo que yo ganaba en el cuadrilátero y ahora me botaba como a un perro sarnoso, como si fuera un lastre después de hacerme golpear y sufrir privaciones sin fin para que él se apoderara de gran parte de lo que gané en el ring por cada pelea. --- Y me remarcó – Vuelve al hotel y empaca tus bártulos, yo me vuelvo solo, a la ciudad de Cor XX a seguir con mi gimnasio buscando nuevas jóvenes hambrientas de gloria y no tengo lugar ni puedo dar de comer a perdedoras como tú – Y sin esperar mi respuesta dejándome atónita se fue dándome la espalda.
Yo solo tenía el poco dinero de la bolsa por la pelea que cobré y después de recoger mis bártulos del hotel -- Juan X ya se había ido del hotel – saludé a la recepción y salí a la calle con mi valija – sin saber qué hacer ni tener donde ir. Ya era tarde y solo me decidí y me dirigí a la estación de trenes que estaba abierta toda la noche. Allí algunos pordioseros y gente que no tenía donde ir se arrebujaba en los bancos, De vez en cuando salía o llegaba un tren o un bus y unos pocos pasajeros se movían como sombras parecidas a títeres por un minuto y en seguida volvía pesar de nuevo el silencio aplastante y oprobioso. Aun así traté de dormir, la noche al aire libre en Mar del X estaba fría y de a poco comencé a tener apetito, pero traté de dormirme hasta el otro día, allí en la estación tenía sanitarios y agua potable pero para comer necesitaba dinero, --- y yo tenía muy poco dinero. – En ese momento vi a dos mujeres de edad mediana ligeras de ropa que venían a arrebujarse en los bancos de la estación con la clara intención de dormir allí, les pregunté ¿Qué hacen aquí? Me contestaron lo siguiente – Somos trabajadoras sexuales léase prostitutas, trotacalles que todas las noches nos ganamos la vida subiendo a los automóviles que nos levantan los tipos, en general chupamos y recibimos la leche con la mano o con la boca, pero en general no nos dejamos nos penetren para evitar infecciones pero a veces dejamos nos entren con condón, y eso cobramos más caro – Y parte de lo ganado lo damos al Chulo que evita nos asalten los ladrones y nos roben o nos maten pero se lleva lo mejor parte apenas nos queda para comer. Tenemos un cuarto para dormir en una pensión, pero hoy se hizo tarde y decidimos venir a la estación del bus, dentro de poco amanecerá y debemos lavarnos e higienizarnos y después vamos a nuestra habitación. Si quieres, puedes acompañarnos pues nos vamos a dormir, las tres y nos ubicaremos como podamos y mañana veremos para arreglarnos mejor –
Así comencé mi vida de peleadora aspirante al título mundial de box hasta caer en ser prostituta barata chupa pijas todas las noches en las calles de Mar del X, una ciudad hermosa para ir de vacaciones pero durísima sobre todo en invierno gélido, para mí una mujer pisando los 23 y sin ninguna profesión ni habilidad especial y sin nada de dinero, ya que Juan X me esquilmó y exprimió, me usó durante años y me tiró a la basura cuando no le serví. Y ahora debía aceptar los mendrugos que me tiraban los que aceptaban les chupe y les ordeñe la pija. Y así desde esa noche comencé a ganarme la vida para comer e ingresé en el mundo de las trotacalles, es decir lo más bajo e infame de la escala social, las mujeres que no tienen lugar para llevar a los clientes, y lo hacen a bordo de los automóviles que las levantan, parte de lo que ganan tienen que invertir para comprar condones para evitar sufrir una enfermedad
Juro que ni en la mas de mis tristes fantasías pensé en llegar a esta situación de estar sola sin nadie a quien recurrir con hambre, con frío, indefensa a merced de los asaltantes y ladrones sin nada que dar a cambio, sin norte ni esperanzas, solo esperaba Dios se apiadase de mí y la muerte me lleve rápido
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Relato de Roberto el reencuentro con Lily y el final de la historia
Esa mañana al fin de nuestras vacaciones mi mamita Artemisa y yo dejamos Mar del X estábamos callados y tristes, habían sido hermosas vacaciones, yo penetré a mi madre por todos sus agujeros, ella era una hermosa mujer que se mantenía juvenil y se vestía con buen gusto y mostrando sus encantos sin ostentar, pantalón de jean suave de verano algo entallado que mostraba su hermoso culo y camisa abotonada al frente dejando poco a la imaginación cuando sus tetas grandes trataban de salir del sujetador, su bello rostro de mirada cálida y maternal. Cada vez que nos miramos un instante en todo momento provechaba yo para darle un suave beso en la mejilla y cuando yo veía no había alguien mirando, mi beso llegaba hasta sus labios y ella sonreía ruborizada como si fuera una niña adolescente. Y ambos unos meses después ya en nuestro hogar, comenzamos a preguntarnos --¿Qué habrá sido de Lily? y si ¿Seguiría en el box? -- Aunque no tuvimos más noticias ni siguió en la cartelera de los grandes espectáculos deportivos, siempre estaba presente en nuestras vidas especialmente la mía. La verdad era me dolía pensar como viviría Lily ya que yo sabía el box había terminado para ella
Llegó el mes de julio y en nuestra ciudad comienzan las vacaciones de invierno, aunque la verdad es que en mi pueblo el invierno no es demasiado frío, las actividades judiciales y escolares se suspenden hasta el mes de agosto. Esa noche mientras estábamos con mi mamita Artemisa haciendo el amor, ella frotando suavemente mi pene y colocando a la entrada de su deliciosa vagina, me dijo – Podríamos ir a Mar del X una semana, ya que estamos de vacaciones ¿No te parece? –Y me dio un beso en la boca mientras pegaba sus pezones erectos de sus grandes tetas a mi pecho. Ella como toda mujer era una maldita y elegía las ocasiones para para pedirme cosas que le interesaban, aunque en ese momento yo no tenía idea la razón por la cual quería ir a Mar del X aunque después me di cuenta de lo que estaba tramando. Desde mi pueblo tomamos el bus hasta Cor X y desde allí volamos a Mar del X para hacer turismo de invierno. Ya cómodamente instalados en nuestros asientos en el avión, nos acariciábamos las manos con el pretexto de calentarle las manos a mi mamita. Ella estaba hermosa, el rostro arrebolado por el frío exterior aunque la cabina del avión era cálida, estaba vestida con pantalón entallado de abrigo, con pullover de lana y campera para protegerse del frío, su rostro angelical y sus ojos verdes brillando y dándome miradas amorosas llenas de amor maternal y sexual al igual que las mías, amor filial pero también amor a la mujer que yo amaba con todo mi corazón.
El viaje fue muy placentero disfrutamos de un ágape, con café y algunas galletitas tanto que cuando nos acordamos estábamos aterrizando en el aeropuerto de XX, de allí tomamos un taxi que nos depositó en el hotel con nuestras pequeñas valijas vacacionales. Esa tarde fuimos a la habitación, cálida y con una amplia cama matrimonial, allí besé a mis anchas a mi mamita Artemisa, le levanté su blusa y su pullover y le saqué el sujetador y le besé sus dos pezones mientras mi pene se endurecía y se ponía durísimo. Ella me abrió el pantalón y se puso a mamarme el pene mientras me miraba pícara y traviesa, de ponto lo cubrió con una toalla y lo friccionó enérgicamente hasta que yo acabé o me corrí, después me dio un beso en la boca, me lavé e higienicé y salimos a pasear y a buscar un restaurante para cenar. Esa noche volvimos al hotel, estábamos cansados, en el restaurante los hombres miraban a mi madre Artemisa con lujuria, ella no es ostentosa ni exuberante, al contrario es recatada y púdica pero tiene una sensualidad natural que hace que los hombres se fijen en ella cuando pasan a su lado. Al otro día nos levantamos temprano en la calle hacía frío por lo que desayunamos fuerte, nos vestimos abrigados y fuimos a pasear la lado del mar y luego enfilamos hacia el puerto y la banquina de pescadores. Por consejo de mi mamita alquilé un automóvil que devolvería al terminar las vacaciones, y nos permitía movernos en forma independiente. Esa noche en el hotel, después de cenar en el cálido vestíbulo degustamos un rico café y las horas fueron pasando sin que Artemisa tuviera deseos de ir a la habitación. Eso me intrigó era evidente ella estaba esperando para hacer alguna actividad, la interrogué con la mirada, pero ella pícara desviaba la suya. Eran las 23 horas cuando se levantó de la silla y me dijo – Vamos a salir hijo, abrígate la noche está fría y tendremos seguramente que pasar a la intemperie algunas horas, aunque podremos esperar en el automóvil. Y así fue, subimos al auto, arranqué y ella me indicó – Vamos al parque central, y espero allí esté alguien a la que voy a buscar – Yo le dije -- ¿Y quién es esa persona – pero ella dobló su rostro y se puso obstinadamente a mirar a la calle, me dijo – Ya lo verás, maneja con cuidado, desplázate lentamente – y no dijo más – y no habló en el trayecto, y yo conociéndola bien, acepté la respuesta y no la interrogué más. La oscuridad era grande, la poca luz de los faroles y la neblina no ayudaban a reconocer a las figuras que desfilaban al lado nuestro, la mayoría eran mujeres de edad indefinida casi desnudas cubiertas por un abrigo para protegerse del frío nocturno. Ellas eran lo más bajo en la escala social. Arriba estaban las “escorts” mujeres de edades desde 20 años hasta digamos 55 años, finas, agradables, con departamento propio que compartían entre dos o tres mujeres, vivían cómodas, sin privaciones y en general tenían su clientela de hombres y mujeres de alto poder adquisitivo, luego más abajo venían las mujeres jóvenes por lo general venidas del interior y el exterior del país, pero que no tenían lugar y solían ir a hoteles por horas pero todavía eran jóvenes, más abajo o a su lado venían las mujeres más jóvenes de unos 20 a 30 años que tenían sexo para pagar sus carreras o para complementar sus ingresos pensando en algún momento abandonarían la profesión de prostituta cosa que a veces se daba y a veces no se daba. Y más abajo en la última parte de la escala, el último orejón del tarro, estaban las trotacalles, mujeres de variada edad, sin posibilidad de insertarse en la sociedad y cuya única oportunidad de ganar para comer era chupar penes en los autos que las levantaban, esperando en el frío bajo la neblina helada y a merced de los pocos pesos que le tire el cliente y parte de ellos tenían que dar al chulo que las protegía. ¡¡Pobres mujeres, vencidas por la vida de antemano!!. En ese momento mi madre Artemisa me saca de mi abstracción y me dice – Detén el auto – La miro y me señala la figura de una mujer que se recorta en la sombra de la noche bajo un farol cuya cabeza está humedecida por la fría neblina nocturna. Artemisa, abre la puerta, me dice – Detente, para el auto y baja del auto frente a la mujer a la que ahora trato de observar en la oscuridad reinante. Hace frío, una brisa helada corta el parque y los árboles agitan sus hojas, la verdad es que no veo por qué estamos allí en una situación surrealista, expuestos a que nos roben o nos asalten los malvivientes que pululan por allí y están al acecho para desplumar incautos.
Mi madre se dirigió a la mujer que estaba en la sombra y se incorporó lentamente del banco de la plaza a duras penas y haciendo esfuerzo para erguirse, la interrogó con la mirada y le dijo -- ¿Lily, eres tú? – la mujer se paró y se acercó a mi madre, al mirarla se echó a llorar y se fundieron en un cálido abrazo mientras ambas se echaban a llorar. Yo observé a Lily bajo la débil luz del farol, estaba demacrada, el pelo alborotado y sin peinar desde hacía mucho tiempo, flaca temblando de frío y seguramente de hambre, envuelta en un raído tapado que la cubría, abajo del cual solo tenía un corto vestido que dejaba su cuerpo a la vista, con zapatos raídos y abiertos por lo que sus pies estaban helados, su figura me provocó una tristeza infinita ¡¡Adonde quedaron sus sueños de adolescente de llegar a campeona de box!!
En ese momento apareció una enorme sombra oscura de un hombre morocho que se interpuso entre nosotros y Lily y dijo -- ¡¡Alto allí me quieren robar mi trabajadora. Aquí mando yo y ella es mía y para tenerla tienen que pagarme mi comisión – Yo la verdad era no tenía billetes pues me manejo con tarjeta de crédito y era evidente el chulo veía un buen negocio a soltar a Lily y no iba a perder, entonces intervino mi madre Artemisa que le dijo al chulo exhibiendo un faje de billetes, -- Aquí tienes, espero esto te alcance pero no tenemos más o los aceptas o pierdes el negocio – El chulo viendo que podía perder el negocio, de mala gana aceptó se puso los billetes en un raído bolsillo y gesticuló un inentendible – Está bien váyanse todos.— Vi como Lily despertó de su letargo, se paró en guardia de box atenta frente al chulo que retrocedió y se puso a contar su dinero. Nosotros aprovechamos a subir al auto, Lily subió atrás arrancamos y decidimos salir del parque. Yo le pregunté a Lily si quería venir con nosotros, en dos días regresábamos a nuestro pueblo del interior y ella me contestó con lágrimas en los ojos que vendría con nosotros de mil amores. Era evidente yo era su tabla de salvación y la gran oportunidad para dejar esa vida de privaciones, fuimos a su miserable morada que compartía con otras mujeres que estaban trabajando en ese momento para recoger sus pocas pertenencias de valor que colocó en un bolso, y partimos raudos hacia el hotel. Llegamos eran las 3 de la madrugada, una vez allí registré a Lily en la recepción y como era hora avanzada no nos cruzamos con nadie, lo que fue una ventaja, llegamos a la habitación la abrimos, entramos mi madre mandó a Lily a bañarse con agua caliente con mucho jabón, y allí quedó en el baño largo rato, salió se secó y se puso una camisola de dormir de mi mamita que tiene un talle parecido y finalmente los tres, dormimos hasta pasadas las 9 horas, pues nos acostamos muy tarde, nos levantamos, madre le prestó a Lily unos pantalones jean, ropa interior, camisa y pullover y campera para pasar el trance e ir a desayunar y luego salir para comprar ropa.
Ese mediodía en el almuerzo nos sentamos los tres, y mi mamita y yo le preguntamos claramente a Lily, -- Nosotros en dos días volveremos a nuestro pueblo donde yo trabajo de abogado y tengo un buen pasar, y si quieres puedes venir con nosotros, no te sientas obligada pero es lo único que podemos ofrecerte, salvo que podamos darte algo de dinero para que sigas tu vida tú sola. Lily fue tajante -- Ustedes son los únicos que me quieren, mi madre, me crio como pudo y perdí contacto con ella al irme de mi pueblo, mi manejador Juan X solo me usó mientras le di dinero y me echó como una perra cuando ya no le serví y ahora me reemplazó por carne fresa, los únicos dos que me quieren son ustedes y no les voy a defraudar, iré con ustedes y haré lo que sea necesario para ganarme la vida, y recordando mis noches con hambre y frío no quiero a volver a pasar por lo mismo. Entonces planeamos los pasos siguientes, ese día mi mamita llevaría a Lily a comprar ropa, zapatos, cosméticos y lo indispensable para viajar a nuestro pueblo, y luego gastaríamos el tiempo siguiente haciendo turismo. Fueron dos días en Mar del X muy placenteros, Lily durmió en nuestra misma habitación del hotel, miraba cuando yo penetraba a mi madre Artemisa pero sin participar, los días y las noches en vela trotando las calles, hambrienta y sin dormir, le habían pasado su factura, pasaría un tiempo antes que se reponga, y gane algo de peso y perdiera ese aspecto demacrado que la afeaba tanto.
Ya pasaron dos meses desde que rescatamos a Lily de Mar del X, nuestra vida ha comenzado de nuevo su rutina en nuestra casa en nuestro pueblo natal, mi madre Artemisa me sigue ayudando en mi trabajo de abogado, seguimos teniendo sexo en la alcoba pero tenemos dos camas unidas, una para cada uno y cuando la penetro, lo hago en mi camita y ella se pone sobre mí y yo le agarro sus tetas, y le entro por la vagina o se pone de costado de cucharita y me da su culo hermoso y siento sus nalgas que se frotan contra mi vientre. Con ella nuestros coitos son de gran dulzura, Ella es un mujer cariñosa suave, femenina y recatada, no le gusta hacer ostentación de su cuerpo ni de su vida y nuestro amor tiene mucho de espiritual del amor madre a hijo y de hijo a madre, Cuando acabo o me corro en su vagina, es una experiencia sublime que nos transporta al Cielo fuera de este mundo y de todas las dimensiones conocidas.
Pero ahora también satisfago a Lily que ha resultado más caliente y sexual que cualquier otra mujer que conocí, ella es incansable, como buena atleta, cuando comenzamos a acariciarnos son las 19 o 20 horas y yo le dejo mi leche por la vagina, el culo o la boca hasta que perdemos la cuenta de la hora, al terminar nos lavamos, secamos y vamos a dormir, yo vuelvo al dormitorio con mi madre y Lily vuelve a su cuarto. Ahora Lily se ha vuelto más femenina, se viste sin sujetador, sus hermosas piernas y su cuerpo trabajado le dan el aspecto de una diosa griega, no quiere saber nada de dejarme o emprender una relación con otro hombre, quizás su aventura en el box y en la miseria en que terminó le sirvió de escarmiento, a veces en las noches de tormenta se despierta y tengo que ir a acompañarla a su habitación, en esos momentos el sexo que tenemos es casi salvaje, se vuelve una niña desesperada y solo después de penetrarla repetidas veces por pecho y espalda (Vagina y culo) se calma y vuelve a dormir.
Lily ha comenzado a dar clases de box en nuestro viejo club donde aprendimos nosotros con gran éxito, tiene alumnos varones y mujeres y gana bastante dinero cobrando una cuota moderada, por ahora es solo recreativo pero quizás de aquí salga alguna futura campeona, eso no lo sabemos. Fuera de eso ahora vive con mi madre y yo y quizás en un futuro me dé un hijo. Y eso es todo de esta historia relatada por Roberto
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