Una noche en el cine porno con Miriam Caballero
por
Cielo Yamile Katherine Miriam Riveros caballero
género
hetero
UNA NOCHE EN EL CINE PORNO con Miriam Caballero
…Miriam Caballero, Miriam Caballero (como le dice su padre, único familiar con el que vive) o Miriam Caballero (como le dicen sus amigos) es una chica muy hermosa, acaba de terminar la preparatoria donde era la sensación de alumnos y maestros, no porque sea una chica fácil, pero si por vestirse sexy y poseedora de una belleza inigualable así como de un cuerpo que cualquier hombre admiraría y se imaginaria desnudo en una cama, es tal su popularidad que le llueven invitaciones a salir por el Facebook por la gran cantidad de muchachos y hombres maduros que la mandan solicitud de amistad día a día, tanta es su fama que apenas con un perfil de menos de 5 meses en esta red social ya supera los 1000 amigos, cada foto que sube recibe más comentarios y “me gusta” que cualquier otra muchacha que ella conozca, si algo le gusta a esta chica es que los hombres admiren su belleza.
Miriam Caballero, así como posee un bello rostro, también tiene un cuerpo muy bonito, desarrollado, y nos complace al mostrarlo usando shortcitos de mezclilla, cortas minifaldas, entallados vestidos y blusas pegaditas, haciendo voltear a más de uno, o más bien a todos cuando sale a la calle, vive sola con su padre, quien trabaja como empleado de una fábrica de la zona donde recibe un sueldo bajo como para mantenerse los dos, por eso es que Miriam Caballero tiene que ayudar a la economía.
Ella trabaja como cajera en una tienda de conveniencia, una plantilla de siete personas de las cuales todas son mujeres y en donde la que recibe la mayoría de los piropos, saludos y presentes por parte de clientes y empleados de negocios vecinos es ella.
Cierto día, Miriam Caballero venia entrando a trabajar, en la tienda se encontraban doña Claudia y Miriam Caballero, esta última, joven también y muy fiestera, famosa por ponerse una borracheras y amanecer en la cama del primero que se la encuentra en los bares en tales condiciones, y eso que no es muy bonita, y de cuerpo algo gordita, no tiene nada que hacer si se le compara con Miriam Caballero, existe una enorme distancia entre ellas.
Pues sí, Miriam Caballero llego a la tienda y se encontró a Miriam Caballero platicando a Doña Claudia una de sus aventuras del día de ayer, rápido Miriam Caballero pregunto qué de que se trataba la plática a lo que Miriam Caballero respondió:
-le estoy contando a doña Claudia que ayer fui con Cruzito a un cine porno- Cruzito es un gay que se lleva mucho con Miriam Caballero, amigo de todas sus aventuras
-queeee- respondió sorprendida Miriam Caballero, pues era la aventura más loca que le había escuchado a Miriam Caballero
-un cine porno Miriam Caballero, pero nada más a ver, asu pero no manches está bien fuerte- decía Miriam Caballero
-porque, fuerte en qué forma?- pregunto Miriam Caballero
-bueno, pues al que fuimos es así como un cine normal, con sus butacas y toda la cosa, solo que más pequeño, hay unos tipos en la entrada que no supe su función, solo están ahí parados, entré con Cruzito y no había mucha gente solo uno que otro viejo, pero no manches se están masturbando ahí enfrente de ti, lo bueno que fui con Cruzito y no yo sola, sino hasta me violan,-
-ay qué asco, imagínate que te coja un viejo de esos; y va puro hombre?- decía Miriam Caballero mientras se ponía su uniforme
-pues al principio si, había puro hombre, creo que yo era la única mujer, asu pero me sentía bien incomoda, pero después llego una muchacha que pensé que era muchacha- seguía contando Miriam Caballero
-como, no era?- pregunto Miriam Caballero mientras la ayudaba a Doña Claudia a hacer su corte
-pues mira, yo estaba sentada junto con Cruzito hasta atrás, en una esquina, cuando en eso vi que entro una chava, en una faldita muy chiquita, su blusa bien escotada y unas zapatillotas, nombre parecía mujer pero era un choto,-
-apoco, y como te diste cuenta?- Miriam Caballero empezó a reírse tapando su boca muy educadamente
-pues no manches, se sentó como a dos asientos de nosotros y de repente un señor llego y se saco su “ese” y se lo puso a la altura de la boca y el choto se la empezó a maMiriam Caballero, hay enfrente de nosotros, y después el señor se sentó y el choto se sentó arriba de el y se lo empezó a coger, y ahí me di cuenta que era choto porque no traía calzón y se le veía su cosa, ay no, y sabes que fue lo peor, que el choto traía su cosa también bien parada- decía Miriam Caballero
-jajajajajajajajajaja, solo te fijas en eso verdad?- Miriam Caballero exploto en risa al igual que doña Claudia
-es que solo a ti se te ocurren esas locuras Miriam Caballero- dijo doña Claudia
-asu no, deberás que yo no veía la hora de salir de ahí, es que no manches nada mas entras y te llega el tufo de viejos ahí masturbándose y cogiendo, ay no deberás que esta fuerte, casi me vomito-
-no regresarías otra vez?- pregunto Miriam Caballero
-pues no, o al menos no sola, a lo mejor acompañada, porque? Quieres ir?, vamos nosotras dos solas un día- preguntaba Miriam Caballero
-ay no, yo que voy a andar haciendo, donde me violen,- contesto Miriam Caballero
-pues ya te dejas, imagínate que te quiera violar un chavo como el del poster que tenemos pegado en el baño, así hasta vas a querer regresar- dijo Miriam Caballero
-pues sí, ojala y fuera uno de esos pero dices que va puro anciano, yo así no- respondió Miriam Caballero
-no, pues yo pienso que para eso están los hombres esos parados en la entrada, por si pasa algo, porque no se sientan, ni se meten, ni siquiera te hablan ni nada, hasta se salen pero siempre se queda uno adentro- dijo Miriam Caballero
-ay niñas- decía doña Claudia
Ya de regreso a su casa, Miriam Caballero todavía llevaba ese pensamiento en su mente, se imaginaba como debía de verse el lugar, como seria esa clase de hombres, y se imaginaba ella ahí presente rodeada de hombres morbosos con sus vergas de fuera, babeando semen a chorros, llego a su casa, y después de comer y hacer sus quehaceres, se durmió no sin antes masturbarse, a pesar de que los viejos morbosos le daban asco su mente había estado en sus 5 minutos de perversión.
Pasaron los días y llego una tarde en que Miriam Caballero se había quedado de ver con un chico que la contacto precisamente por el Face y la había convencido de invitarla a salir, se arreglo muy bonita pues le gustaba llaMiriam Caballero la atención, además el muchacho estaba muy guapo y quería causar una buena impresión, Miriam Caballero estaba en la tienda donde trabajaba esperando al muchacho, le había tocado descansar ese día y lo cito hay porque hacía mucho calor afuera y en la tienda hay aire acondicionado además de bancas para sentarse.
Miriam Caballero se fue muy coqueta, llevaba unas zapatillas de tacón para estilizar su ya de por si estética figura, y un vestido blanco ajustadísimo y muy corto, mostrando mas pierna de la que se debe, debajo de ella una sexy tanguita de hilo estrenada para la ocasión además gustaba usar este tipo de prenda interior, en fin ese muchacho debía de ser la envidia de todos, Miriam Caballero no dejaba de chulearla y de decirle que se portara bien, además de que le enseñaba una caja de condones, lo que hacía reír a Miriam Caballero.
Miriam Caballero veía que Miriam Caballero también andaba maquillada, y le pregunto que a donde iba, lo que gano como respuesta que iba con su amigo Cruzito a dar la vuelta, pero ese dar la vuelta que para nosotros significa salir a pasear, para Miriam Caballero significa ir a toMiriam Caballero a algún antro o centro botanero.
Desafortunadamente Miriam Caballero recibió un mensaje de última hora por parte del muchacho, diciendo que no iba a poder ir pues le había salido otro compromiso, era uno de esos chavos riquillos que se creen que están por encima de los demás y que le hacen un favor a las mujeres al salir con ellas, Miriam Caballero a pesar de ser tan hermosa como para que algún chavo la cancelara, para este tipo de muchachos no dejaba de ser solo una simple cajera y un pedazo de carne que sirve solo para pasar un buen rato.
-o sea, puedes creerlo Miriam Caballero, que clase de compromiso puede ser más importante que yo- decía enojada Miriam Caballero con justa razón, pues se había demorado toda la mañana arreglándose en vano.
-ay amiga, que mala suerte, no estés triste, si quieres ven con nosotros para que no arruines tu día- le dijo Miriam Caballero
Miriam Caballero dudo, pues ella sabía que ir con Miriam Caballero era despertar en quien sabe donde, además no había avisado a su padre que llegaría algo tarde, y pues Miriam Caballero asistía a antros, no a bares o cantinas, lugares muy frecuentados por Miriam Caballero, pero estaba tan enojada que acepto, a lo que Miriam Caballero decía:
-eso amiga, lo que no aprovecha uno, que otro lo disfrute- Miriam Caballero solo se le quedo viendo raro a Miriam Caballero.
De todos modos aviso a su padre que se quedaría en casa de Miriam Caballero, Miriam Caballero por su parte avisaba a sus padres que se quedaría en casa de Doña Claudia, Doña Claudia por su parte ponía cara enojada pues pensaba que el día que le pasara algo a Miriam Caballero ella se metería en problemas por alcahueta.
Llego Cruzito en su camioneta y se subieron las féminas, ya del otro lado de la cuidad, los chicos fueron a un cine (normal), vieron una película, se fueron a dar la vuelta por la costa, pararon a comer algo, a cualquier lugar que iban Miriam Caballero robaba cáMiriam Caballeroa por su vestimenta, Miriam Caballero se veía tremendamente sexy capaz de levantarle la verga a cualquiera, incluso en el lugar donde estaban comiendo una mesera le llevo una bebida diciéndole que se la mandaba el caballero de la mesa 4, los tres amigos voltearon y vieron a un hombre maduro quien le cerraba el ojo a Miriam Caballero, haciendo que la chica se pusiera roja de pena y sus compañeros la codearan y se burlaran de ella.
-Miriam Caballero, salúdalo- decía Miriam Caballero
-ay no maches, como crees, me da pena, es un viejo,- contesto Miriam Caballero
-ay mana, esos son los mejores,- decía el choto
-los mejores para sacarles dinero,- decía Miriam Caballero
-pues sí, pero va a querer que le de otra cosa a cambio de dinero- decía Miriam Caballero
-amiga, pero por lo menos salúdalo, y agradécele el detalle- dijo Cruzito
Miriam Caballero no sabía qué hacer, pero con mucha pena le mando una sonrisa al viejo y se levanto de su mesa, camino muy coqueta hacia la mesa del viejo, sentía que la tanguita le ajustaba perfectamente su sexo, además de la parte de atrás se le había metido completamente en la raya del culo.
Llego a la mesa y el viejo rápidamente se levanto y le cedió una silla
-buenas noches, vengo a agradecerle por la copa- dijo Miriam Caballero con la copa en mano
-no tienes por qué bonita, cómo te llamas?- pregunto el viejo
-Miriam Caballero, pero me dicen Miriam Caballero- contesto la joven
-mucho gusto Miriam Caballero, vienes aquí seguido?- volvió a preguntar el viejo
-no, lo que pasa es que no soy de por aquí- respondió la joven
-quiero ser directo Miriam Caballero, eres bellísima, me gustaría que saliéramos- dijo el viejo mientras colocaba su arrugada mano sobre la suave piel de las manos de Miriam Caballero
-no creo que se pueda señor, soy casada- dijo eso Miriam Caballero para haber si así el viejo se desilusionaba
-pero el que salgamos a conocernos no tiene nada de malo, solo depende hasta donde quieras que llegue jejeje- dijo el señor mientras reía algo lujurioso, así como su mano recorría ahora el brazo de Miriam Caballero
-claro que sí, no me gustan los malos entendidos, en caso de que alguien que me conozca me vea con usted me metería en un gran problema- decía Miriam Caballero mientras se cruzaba de piernas
-seriamos discretos Miriam Caballero, me gusta las relaciones a escondidas, me gusta la adrenalina, a ti no?,- dijo el viejo lanzando una mirada seductora
Miriam Caballero solo se le quedo viendo sacada de onda, sabía que estaba ante un viejo morboso que solo quería sexo, no podía entender cómo es que a pesar de que dijo que era casada a este viejo parecía no importarle, era claro, quería llevarse a alguien esta noche a su cama.
-en verdad me alaga su oferta señor pero no, gracias-
-de todos modos te doy mi tarjeta, llámame cuando quieras preciosa, me gustaría mucho platicar un día contigo- dijo el viejo sacando de su bolsillo una tarjeta
Miriam Caballero volteo para su anterior mesa y vio que sus amigos ya no estaban, entonces se levantó y se despidió del viejo,
-bueno señor, hasta luego- dijo Miriam Caballero guardando su tarjeta en su cartera
-hasta luego preciosa, llámame, espero verte pronto- dijo el viejo, lo malo para el es que ya no la vería mas, Miriam Caballero estaba destinada esta noche para otro viejo, mucho más repugnante que este.
Salió de ahí lo mas apenada y lo más rápido que sus tacones le permitían, su sexy andar llamaba poderosamente la atención de los demás clientes, los empleados y sobre todo del viejo, pero más el exquisito meneo de su culito y la forma en que este se Miriam Caballerocaba perfecto en su vestido, ya arriba de la camioneta Miriam Caballero y Cruzito se burlaban ininterrumpidamente de la pobre Miriam Caballero, después de haberse llevado un momento muy apenado para ella.
-bueno y ahora a donde vamos- dijo Miriam Caballero viendo que apenas eran las 8 de la noche
-ya vámonos- dijo Miriam Caballero
-qué tal si vamos al cine porno para que conozcas- dijo Miriam Caballero
-ay no, no maches- decía Miriam Caballero insistiendo en que ya se quería ir
-sí, vamos, ahora que somos tres- dijo Miriam Caballero
-no, no manches Miriam Caballero, no ves como ando vestida- decía Miriam Caballero esperando convencer a Miriam Caballero
-con más razón, te van a llover hombres- decía Cruz
-pero no de los hombres que me gustan, ya me imagino la clase de hombres que han de ir, puro viejo, ay no que asco- decía Miriam Caballero
-entonces porque te fuiste a sentar con el viejo de hace rato- pregunto Miriam Caballero
-pues ustedes me obligaron- contesto Miriam Caballero
-ay mana y tu bien obediente- respondió Cruz
-me dio su número- dijo Miriam Caballero
-márcale,- decía insistente Miriam Caballero
-um, todavía, ni que estuviera tan guapo, pinche viejo rabo verde- se quejaba Miriam Caballero
-ay mana déjame contarte algo, tengo una amiga que es putísima y se ha acostado con viejos más ancianos que ese que te dio el numero, ese es un niño a comparación de con los que se ha acostado mi amiga- decía Cruz
-qué asco- decía Miriam Caballero poniendo cara de fuchi al igual que Miriam Caballero
-pero me ha dicho que, se verán ancianos y feos pero pegan unos mamadones de bollo que terminas buscándolos, además de que te dan una buena propina por un ratito en donde no haces nada, solo dejar que te laman el tamal-
-yaaa, que va ser, deja de decir eso, vas a hacer que me vomite- decía Miriam Caballero
-pues no creerás tu, pero mi amiga orita jala un celular que dice que se lo regalo el viejo con el que anda ahorita, la otra vez fui a Coppel y vi que ese celular estaba en $5 999.00, imagínate- decía Cruz
-enserio- pregunto Miriam Caballero
-claro que si mana, así se mueve el mundo, solo los viejos con dinero tiene acceso a nuestros cuerpos perfectos- decía Cruz enseñando su obeso cuerpo, haciendo reír a las dos jovencitas
-bueno niñas, díganme vamos a ir a putear sí o no- volvió a ganar la palabra Cruz
-sí pero primero vamos al cine- dijo Miriam Caballero
-no, no hay que ir allí- volvía a decir Miriam Caballero
-ay Miriam Caballero, ya me chocaste, mira, nosotros vamos a ir, así que si tú no quieres te quedas encerrada en la camioneta y se acabo- dijo Miriam Caballero ya chocada por la negatividad de su amiga
Partieron rumbo al cine porno, llegaron, y Miriam Caballero y Cruzito se bajaron y después de pagar su entrada se perdieron ante la vista de Miriam Caballero, la sensual chica se quedo adentro de la camioneta, no quería salir, pero también se estaba incomodando al estar ella sola, y más por que se veía un lugar muy inseguro, había una bolita de muchachos todos rapados ahí afuera y al parecer estaban provocando a otros muchachos, además un viejo muy borracho estaba orinando un coche enfrente de ella, sin mencionar los viejos que se estaban masturbando al aire libre viendo una revista para hombres, un coche delante de la camioneta de ella se movía de un lado a otro de forma sospechosa, parece que sus ocupantes la estaban pasando muy bien.
Pero donde se asusto fue cuando un viejo de apariencia de vagabundo golpeo el vidrio de la ventanilla con su rostro, asustando a la chica, y ya que estaba ahí lamio el vidrio de arriba hacia abajo viendo a Miriam Caballero a través del cristal y dejando un camino de saliva con su lengua, el viejo hacia movimientos como si se estuviera masturbando con la imagen de Miriam Caballero, expresaba un rostro orgásmico, como si estuviera a punto de correrse, además su boca al estar abierta se veía asquerosa y mostraba muchas ausencias dentales.
Miriam Caballero no aguantó más y salió de la camioneta para alcanzar a sus amigos, caminó lo más rápido posible logrando dejar atras al viejo que la asusto ya que el pobre hombre estaba tan borracho que caminaba como un zombie, mientras los demás viejos que tenían el privilegio de que les pasara cerca le decían obscenidades como
-ay cosita rica, ven que te voy a ensartar-
-ey putita, estas buscando quien te de tu leche antes de dormir jajajajajaja-
-ey, putita, somos dos, yo por la panocha y mi amigo por el culo-
-tengo mucha leche guardada para la primera puta que pase, ah mira, ahí va una, jajajajaja-
Hasta que en eso otro tipo que parecía vagabundo se le paro enfrente y le dijo,
-mira como me tienes hija de tu puta madre- y acto seguido abrió su gabardina vieja y enseño a Miriam Caballero su miembro completamente erecto, Miriam Caballero no pudo evitar ver esa verga de tamaño considerable, lo que la hizo ponerse roja, además de lo asustada que estaba, aun así se armo de valor y se abrió paso entre el viejo, llego a la taquilla y pago su entrada no sin antes regalarle al taquillero un panorama de su provocativo escote.
Avanzo hacia las salas pero al llegar se dio cuenta de que había tres, pregunto a un hombre de esos que fungen como seguridad que si no vio a una muchacha gordita entrar con un muchacho que se ve gay, a lo que el señor respondió que sí, que parece que habían entrado a la sala A, así que Miriam Caballero se metió a esa sala sin saber que era la equivocada.
Abrió la cortina roja de tela semitransparente que cubría la entrada de la sala, apenas y traspaso esa barrera y le llego un fuerte olor a tufo nauseabundo, tal y como le había explicado Miriam Caballero, se acomodo el vestido pues al caminar se le subía de mas, trataba de reconocer las siluetas de las personas sentadas pero por la oscuridad y el reflejo de la luz que emitía la película no pudo.
La película estaba en una de sus escenas mas fuertes, un poderoso negro se cogía a una sexy y delicada rubia, y su macanón que parecía una culebra mazacuate se incrustaba en lo más profundo del castigado culo de la actriz, quien a pesar de estar acostumbrada a ese tipo de trato, este negro la hacía pegar unos gritos desgarradores.
Miriam Caballero se sentó en una zona donde no había gente, de por si no había mucha en toda la sala, se incomodó pues la butaca aparte de estar floja, como si en vez de sentarse se le montaran, también estaba muy pegajosa, estaba muy incómoda pues sentía ese pegamento en sus desnudos muslos, ya que el vestido era tan corto que sentía la tela que cubría el asiento en sus glúteos, se cambio de lugar pero el asiento de al lado estaba en las mismas condiciones.
Se dispuso a disfrutar un poco la película, pensando que cuando esta acabara podría ver a sus amigos, aprovecho lo corto de su vestido para tocarse disimuladamente su sexo por encima de su pequeña tanguita, la cual rápido se empezó a mojar, al estar en esas condiciones nauseabundas no sabía cómo es que se podía excitar, recordaba a su ex novio, lo recordaba imaginando cuando él la tocaba.
Estaba a punto de irse pues un viejo había pasado cerca de ella y se le había quedado viendo muy descarado, regresaría a la camioneta pues pensaba que los vagos ya se habían ido, cuando en eso entro otro señor, viejo como de unos 54 años, su aspecto era de lo mas asqueroso, sudado y sucio como de grasa de automóvil, con la camisa abierta y algo rota, y enseñando una prominente barriga peluda y unas chiches caídas, su cabello era chino y muy esponjado, el tipo era muy moreno de piel, su cara grasosa, papada, labios gruesos, en fin, parecía un sapo.
Se paro en la puerta y lanzo un grito territorial, esto hizo que los pocos hombres hay presentes salieran de la sala con miedo, dejando la sala vacía, quedando solo el viejo panzón y Miriam Caballero quien se escondía entre las butacas pues al ver que todos corrieron se asusto pero al querer salir de ahí se le cayó la cartera junto con su celular y por la oscuridad no los encontraba.
El gordo avanzo y para desgracia de Miriam Caballero la vio, y al ver que no corrió como los demás, se sentó a su lado, el viejo se rio cuando la miro de cerca, Miriam Caballero en cambio estaba asustada, la figura del viejo intimidaba, tenía muchas cicatrices de golpes en la cara, traía la camisa arremangada, mostrando unos brazos peludos y muy fuertes, el viejo se sentó haciendo que la butaca casi se rompiera.
-mira nada más, que haces aquí tan solita putita mía-
Dijo el viejo, estirando su brazo por el hombro de Miriam Caballero, llegándole a la joven un fuerte olor a sudor proveniente de la axila peluda, también su otra callosa mano se fue a depositar sobre la suave y tersa piel de una de las piernas de Miriam Caballero, comenzó a pasarla por toda su pierna, Miriam Caballero estaba más que asustada, nerviosa, no se explicaba como había acabado en esa situación, si no le hubiera hecho caso a la loca de Miriam Caballero, seguramente estaría en casa descansando y no allí, ante un viejo desconocido de lo mas asqueroso y que imaginaba que le haría daño.
El cochino viejo le abrió las piernas y con su dedo medio tallo la depilada conchita de Miriam Caballero, pasando ese maestro dedo por sus labios vaginales, Miriam Caballero al principio se resistió, intento cerrar sus piernas pero aun así el viejo tenía más fuerza en su mano que Miriam Caballero en sus dos piernas juntas, pero al sentir el cosquilleo rico sumado al miedo, inconscientemente empezó a emitir sus primeros gemidos de la noche, arqueando sus brazos para recargarlos en el respaldo de la butaca,
-señor por favor déjeme ir- decía débilmente Miriam Caballero
-no perra, acabo de romperle la jeta a tres cabrones allá afuera y cada vez que le rompo la madre a alguien me dan ganas de cogerme una puta, y además putas como tú no vienen todos los días, jejejeje, traigo la verga bien caliente- decía el viejo con su vos rasposa y que mostraba leves efectos del alcohol
El viejo hizo a un lado la tanguita de Miriam Caballero, y empezó a penetrarla con el dedo, comprobando la excitación que la envolvía pues estaba muy mojada por haberse autocalentado momentos antes, Miriam Caballero gemía más fuerte, a pesar de la situación, estaba excitada, en parte ayudaba a que no podía ver bien al viejo, pues estaba algo oscuro, además el viejo la estimulaba de manera profesional, y como no, si prácticamente toda su vida se la había pasado cogiendo putas, logrando hacer que estas se vinieran que se podía esperar de una muchacha más decente.
El viejo se acerco a ella para besarla, metía su babosa lengua dentro de la boquita de Miriam Caballero, quien no hacía otra cosa que tragar saliva para no ahogarse, el brazo que antes rodeaba el hombro de la joven ahora manoseaba un seno, el cual era castigado por una mano muy callosa, en esos mismo momento el dedo medio del viejo estimulaba el clítoris de la joven que ya estaba hinchadísimo, Miriam Caballero gemía cada vez más fuerte, su cuerpo se culebreaba en la butaca, sudaba y seguía tragando saliva, su vestido se había subido tanto que mostraba sin ningún pudor su cuerpo semidesnudo.
-te gusta de verdad puerca?, por eso veniste para que te cogieran verdad?, puta, eres una puta- dijo el viejo y arrojo un escupitajo que fue a caer al rostro de Miriam Caballero
-no señor, noooo, pareeeeee, por favoooooooor, ohhhh,- decía la nena refiriéndose a la manoseada que le estaba dando, la cual estaba por robarle un orgasmo,
El viejo se seguía dando gusto, babeaba a la pobre Miriam Caballero, hasta que saco su asquerosa lengua, esto fue aprovechado por Miriam Caballero para toMiriam Caballero aire, parecía que se estaba ahogando pues jalo aire como desesperada, el viejo la tomo de la cara, Miriam Caballero abrió sus labios y el viejo aprovecho para meter su lengua dentro de la boca de Miriam Caballero en forma circular, Miriam Caballero gemía de asco pues el viejo lanzo un eructo cuyo gas se metió todo en la boca tan fresca hasta ese entonces de la chica, su ex novio nunca fue tan asqueroso a la hora que hacían el amor.
El viejo seguía masturbándola con su dedo, le arrancaba suspiros y gemidos, la pobre Miriam Caballero temblaba como si tuviera frio, pero en realidad estaba por venirle un orgasmo ya que el viejo logro estimular como se debe el clítoris de la nena, de pronto el viejo metió dos dedos dentro de su vagina y comenzó a moverlos muy rápido, tanto que se podía escuchar lo mojado del sexo de la muchacha, mientras Miriam Caballero se perdía en gritos y pujidos.
Miriam Caballero temblaba y se retorcía, su nivel de temperatura corporal subían a grados exagerados, abrió las piernas lo mas que pudo exponiendo su intimidad apenas cubierta por un semitransparente triangulo de tela a un viejo desconocido.
De pronto Miriam Caballero apretó lo mas que pudo las piernas para después venirse en un descomunal orgasmo que le arranco un gemido tan intenso que nunca con su ex novio había tenido uno así, el orgasmo fue tan bestial que hasta lagrimas y mocos le saco, así como hilos de saliva salían por los extremos de sus labios, el viejo se llevo sus dedos empapados en jugos vaginales hacia su boca para chuparlos, degustando el mejor sabor vaginal que su paladar había saboreado.
-ahhh, que rico te sabe la concha, la tienes deliciosa, creo que te la voy a penetrar- dijo el viejo
-no por favor- decía Miriam Caballero entre suspiros, aun no se recuperaba del orgasmo
El viejo prosiguió a desabrochar su pantalón y saco una poderosa herramienta venuda y completamente babosa, Miriam Caballero se recuperaba de ese orgasmo, estaba exhausta recostada en la butaca, respirando entrecortada, el viejo toma a la chica y la medio incorporo, le puso su verga en la boca pero Miriam Caballero se negaba a abrirla, entonces el viejo tomo su nariz y se la apretó impidiéndole la respiración, lo que obligo a Miriam Caballero a abrir la boca.
La apestosa verga del viejo se alojo dentro de esa fresca boquita, el color rojo con el que Miriam Caballero había pintado sus carnosos labios se había corrido, parte de ese color estaba embarrado en la boca del viejo y ahora se embarraba en el pedazo de carne morena.
-mámamela puta, chúpame la verga, anda- decía el viejo al tiempo que tiro otro escupitajo al rostro de Miriam Caballero,
-mámamela o te rompo tu madre a ti también, hija de puta- volvió a decir el viejo muy enojado
Miriam Caballero no tuvo otra que empezar a pasar su lengua por la cabeza de ese miembro, su lengua recorría cada centímetro de esa babosa cabeza, Miriam Caballero saboreaba el liquido lubricante proveniente de esa pestilente verga, la verga olía a rayos, picaba la nariz el aspirar ese hostil aroma, sin embargo Miriam Caballero aguantaba todo eso por miedo a que el viejo la pegara, pues se veía muy convincente a la hora de amenazarla, de pronto Miriam Caballero empezó a llorar, esto encabrono mas al viejo.
-porque lloras?-dijo muy enojado el gordo
-señor déjeme ir, yo solo estoy buscando a mis amigos, por favor déjeme se lo suplico- decía Miriam Caballero en medio del llanto y con saliva saliendo de su boca.
-mira hija de tu puta madre, todas las que viene aquí es para buscar verga, así que ahora no me salgas con pendejadas, o me mamas la verga o te rompo tu madre- y dicho esto el viejo saco una navaja de su bolsillo y la paso por uno de los cachetes de la asustada chica, era la primera vez en su vida que vivía una experiencia así que casi se desmaya.
-tienes una carita muy bonita y ambos queremos que siga a si de bonita, o no?- volvió a decir el viejo
Miriam Caballero no contesto nada, sabía que nada podía hacer, miro hacia la entrada esperando ver a un guardia de seguridad o a uno de los tipos que decía Miriam Caballero que estaban afuera pero nada, así que ante una segunda advertencia del viejo se dispuso a continuar con su desagradable labor, Miriam Caballero de vez en cuando se sacaba el miembro de su boca para dejar caer una gran cantidad de saliva combinada con liquido preseminal, para después reanudar su labor, la verga apestaba demasiado y al estarla chupando poco a poco el aliento a menta de la boca de Miriam Caballero fue desapareciendo para impregnarse de ese aroma asqueroso.
Hay estaba Miriam Caballero, arrodillada, mamándole la verga a un viejo repugnante, no era tarea fácil así que trataba de imaginar que ese descomunal tronco era la verga de su ex novio, aunque no había comparación en tamaño y grosor, la misma Miriam Caballero reconocía eso, después de un buen rato de estar así Miriam Caballero con la mandíbula adolorida, sus pómulos enrojecidos y un enorme charco de saliva en el suelo Miriam Caballero chupaba la verga del viejo se podría decir que voluntariamente, excitada, como si lo estuviera disfrutando.
Al poco tiempo tres sujetos mas entraron a la sala, uno de ellos vestido de policía fue quien llamo por su sobrenombre al viejo, a quien Miriam Caballero le seguía mamando la verga
-los del cine quieren que te vayas, otra vez les estas causando problemas,- decía el joven policía
-yo no he hecho nada, y a ti quien te dijo que dejaras de maMiriam Caballero- dijo enojado a Miriam Caballero, quien a pesar de la presencia de tres sujetos mas seguía mamando golosamente ese pedazo de carne sin hueso,
-está usted bien señorita?- dijo el policía gentilmente
-ella está bien, viene conmigo- dijo el viejo en un tono altanero
-le pregunté a la joven, está bien señorita?- volvió a preguntar el policía
-anda dile, dile que vienes conmigo, que pague por ti, es una puta, le gusta que le den por el culo- decía el viejo a los presentes
Miriam Caballero saco el pedazo de carne llena de saliva de su sexy boca, estaba asustada, pero sin embargo tenía la oportunidad para librarse de esa situación, sin embargo el viejo le había causado temor, pero también le había regalado el mejor orgasmo de su joven vida.
-sí, vengo con el- dijo Miriam Caballero mientras volvía a meterse el miembro del viejo a la boca, ante la mirada atónita de los presentes, incluso del mismo viejo a quien se le dibujo una gran sonrisa para explotarla en una sonora carcajada
-ves que es una puta, me salió cara como para que tú te la lleves, y es de primera, que rico me la esta mamando,- decía el viejo de la manera más patán que podía haber dicho
-de todas maneras tienes que irte, podría arrestarte a ti y a la muchacha por hacer esto en lugares públicos, para eso están los moteles-dijo el policía
Pero los muchachos del cine ni se quejaban, miraban mas atentos esta amateur exhibición que la de los actores de la películas que todavía se proyectaba en la sala, se les podía ver que estaban más excitados que el mismo viejo, pues en sus pantalones se levantaba un pequeño bulto al igual que en el del policía.
-bueno, me voy- dijo el viejo rompiendo el silencio
-pero me voy con mi puta, y esto no impide que regrese a este puto cine hediondo otro día,- amenazaba el viejo
El viejo saco su verga de la boca de Miriam Caballero y se abrocho su pantalón, al mismo tiempo Miriam Caballero se levantaba mostrando su espectacular figura cubierta por el ajustadísimo vestido, además estaba tan subido que se podía apreciar su tanga a la vista, así como saliva que en vez de caer al suelo había caído en sus muslos, incluso su bello rostro se veía mojado, esto por la saliva que de la verga del viejo se pegaba a su cara y por los escupitajos que el viejo le había tirado, Miriam Caballero se acomodo el vestido bajándolo un poco, acomodándose su cabello que aunque no lo usaba tan largo si se la había alborotado.
-queee, ehh, que vergas me ven- decía al viejo enojado a los empleados del cine que acompañaban al policía mientras avanzaba por el pasillo con el mujeron a su lado bien agarrada de la cintura.
El viejo y Miriam Caballero desaparecieron por la cortina de la entrada,
-pero que pedazo de hembra lleva ese cabrón- decía el policía
-si no mames, ha de ser mas chica que tu- dijo uno de los empleados a su compañero, un muchacho de apenas unos 20 años
Ya afuera el viejo subía a Miriam Caballero a un coche tan viejo casi como él, mientras el permanecía parado afuera del vehículo.
-oiga por favor ya déjeme ir, le mentí al policía para que no lo arrestara, le hice un favor, ahora déjeme ir por favor, se lo suplico- decía Miriam Caballero desesperadamente
-nada, no me vengas con chingaderas, apoco crees que me iba a arrestar ese pendejo, tú te vas conmigo, todavía no acabamos y cuidadito y gritas que te rompo el chipo hasta dejarte sin dientes,- dijo el viejo golpeando la lamina de otro coche tan fuerte que la sumió.
El viejo encendió el auto, el coche comenzó a lanzar una humazón así como explosiones provenientes de su escape, la pobre Miriam Caballero estaba asustada, volteaba a ver si de casualidad veía a sus amigos pero nada, el viejo le tomo de sus piernas y comenzó a manosearlas.
-suélteme, pare por favor- suplicaba Miriam Caballero
-que buena estas, tú no eres de aquí verdad?, lo primero que voy a hacer llegando es cogerte y vaciar toda esta leche rezagada que tengo en mis huevos adentro de ese panuchon que te cargas jajajajajaja, nos vamos a divertir mucho- dijo el viejo mientras pasaba su babosa lengua por toda la extensión de sus asquerosos labios.
UNA AMIRIAM CABALLEROGA Y REPUGNANTE TORTURA
Miriam Caballero y el viejo salían del improvisado estacionamiento del cine, durante el transcurso del viaje Miriam Caballero intentó inútilmente escapar del viejo, para esto se desesperaba tratando de abrir la puerta del copiloto pero esta no cedía, el viejo riéndose de sus fallidos intentos y de su desesperación e impotencia le dijo:
-jajajajaja, ay mamita esa puerta esta atorada, ni siquiera yo he podido desatorarla apoco crees que tu vas a poder con esas manitas tan débiles-
-señor, por favor, déjeme ir, le juro que no diré nada a nadie pero déjeme ir, mi padre debe de estar preocupado- decía Miriam Caballero, como si esas palabras fueran a conmover al viejo.
-nada, a mi no me vengas con eso, eso debiste de haber pensado antes de salir de jarra, chamaca purija, y luego juran que no son putas, así que vele avisando a tu papacito que vas a llegar tarde porque vas a coger con un verdadero macho- decía el viejo con su rasposa voz.
Miriam Caballero veía por la ventana con sus ojitos vidriosos y su rostro preocupado como las calles luminosas, pavimentadas y llenas de gente poco a poco iban siendo reemplazadas por calles oscuras, en pésimo estado y en donde pocas almas caminaban muy deprisa buscando la protección de sus hogares.
Llegaron a una zona ubicada en una parte de la ciudad muy peligrosa y desconocida para nuestra protagonista, un lugar que ni los más valientes se aventurarían a ir, las calles sin pavimentar, poco alumbrado y muchas cantinas y bares de mala muerte a los alrededores, mucho vago se veía en las calles, prostitutas en cada esquina, pero no de buen ver, prostitutas gordas usando vestidos tan ajustados que las hacían parecer tamales mal envueltos y hacían verles vientres muy abultados como si estuvieran embarazadas, la autoridad brillaba por su ausencia ya que la zona era controlada por una célula delincuencial de la que el viejo era parte y la misma policía recibía una buena tajada para seguir dejándolos operar.
El viejo estacionó su coche enfrente de una bolita de malandros, estos al verlo bajar y avanzar hacia ellos solo se abrieron pero a la vez contemplaron el pedazo de hembra que sacó del auto jalándola del cabello, pues se le había puesto algo rebelde en el transcurso del viaje, ella forcejeaba con el viejo y aun así no dejaba de caderearse coqueta gracias a sus tacones, Miriam Caballero intentó liberarse del viejo pero le era inútil, el viejo se enojó y empujó a la joven haciéndola caer de culo sobre el suelo, cuando cayó abrió ligeramente las piernas volviendo a mostrarle su intimidad apenas cubierta por su húmeda tanguita, podía apreciarse todavía restos de jugos vaginales que aun no se secaban, productos del orgasmo que vivió en el cine, el viejo le dijo:
-mira hija de la chingada, si no te portas bien conmigo te dejo aquí afuera con estos pendejos, para que te hagan lo que ellos quieran, tú decides si después de que te metan sus vergas por todos tus agujeros quieres que tus padres encuentren tu cuerpecito tirado en las vías del tren, así que, ¡o te comportas o te comportas!- dijo el viejo muy convincente, los malandros se acercaron un par de pasos hacia donde se encontraba tirada la joven, amenazando con empezar a rodearla.
Miriam Caballero volteó tímidamente hacia donde se encontraban los vagos, si bien no eran tan viejos ni gordos si eran lo suficientemente feos y desarrapados como para que una muchachita tan limpia y perfumada se dejase manosear por ellos, y se les veía una cara de arrechos que ni ellos se aguantaban, que le quedaba a la pobre Miriam Caballero que seguir en posesión del viejo, al menos estando al lado de él estos no se le acercaban, así que dejaría de luchar, se levantó acomodándose su vestido y solita se acercó al viejo mientras miraba asustada a los vagos, sabía que estaba a merced del viejo, escapar era imposible.
Miriam Caballero sabía que independientemente del bando que escogiera, ya sea el viejo o los malandros, terminaría follada, pensó “el viejo por lo menos es uno, a lo mejor se emborrache y se quede dormido y me dé algo de tiempo para escapar, y en caso de que me vea, como esta obeso debe de ser lento para correr”, veía a los vagos y con la simple intuición aseguraba que ellos posiblemente la matarían durante la copulación, ya que estaban bajo la influencia de drogas, alucinógenos y aspirando líquidos corrosivos, se veían extremadamente agresivos, uno estaba hasta echando espuma por la boca y otro tenía una especie de machete en la mano, el viejo solo estaba bajo el efecto de un par de latas de cervezas.
-que le ven a mi hembra hijos de puta, váyanse a la verga, vayan a verle el culo apestoso a su madre,- decía el viejo mientras tomaba a Miriam Caballero de su cintura y la pegaba a su obeso cuerpo, una cintura tan fina que casi podía ser abarcada por ambas manos y seguida por unas prominentes caderas y un orgulloso culito Miriam Caballerocados perfectamente por el entallado y cortísimo vestido, un vestido de color blanco que ya presentaba algunas manchas de mugre debido a las sucias manos del viejo; los malandros no les quedó de otra que retirarse, a pesar de su estado y su superioridad numérica no eran lo suficientemente pendejos como para meterse con el viejo, sabían que estaba muy bien apadrinado.
-parece que ya vas entendiendo tu papel, putita rica, esta noche eres mi hembra, y si me gusta como coges te quedas conmigo,entendiste- dijo el viejo y plantó un beso asqueroso a la asustada chiquilla, ella lo correspondió pero no porque le gustara, sino por temor al viejo, pensó que si lo rechazaba este la golpearía, o peor aún, la echaría a los vagos, el viejo intentaba dentro de su boca enrollar su lengua con la de la joven pero esta se negaba, ya de por si era mucho estar soportando el pútrido aliento del vejete, el viejo dejó de besarla después de haberle llenado la boca de saliva asquerosa y emitió un sonido como aquel que degusta una bebida refrescante.
El viejo caminó junto con Miriam Caballero, la había abrazado con uno de sus peludos brazos pasándolo por sus hombros y la llevaba como si se tratara de su pareja, la silueta obesa del viejo al caminar y moverse de manera gelatinosa y amorfa hacia contraste con la silueta perfecta de Miriam Caballero, al caminar coqueta y mover su cuerpo de una forma tan seductora gracias a la vestimenta que portaba, Miriam Caballero llevaba una cara de asco, primero por la desagradable sensación en su boca después del beso y segundo por el hedor que salía de la axila del viejo que al llevar el brazo en esa posición quedaba a escasos centímetros del rostro de Miriam Caballero.
El viejo y la chica llegaron a una de las tantas cantinas que formaban parte del colorido paisaje de la zona, detrás de este negocio estaba la casa del viejo, para llegar a ella se podía rodear la cantina, pero el viejo quiso atravesarla, sabía que muchos compinches suyos posiblemente ahí estarían y quería impresionarlos con el mujeron que llevaba.
-oiga yo no voy a entrar ahí,- dijo Miriam Caballero
-como de que no perra barata, si es donde deberías de estar, órale- dijo el viejo y de un empujón la lanzó adentro del malsano lugar.
Adentro todo era desagradable, olor a cerveza, a cigarro, sudor, gritos, risas de cantineras, música de narcocorridos provenientes de un stereo a todo volumen, Miriam Caballero pudo contemplar sobre la espesa niebla de humo de cigarro muchos borrachos de la misma calaña que su acompañante, gordos, feos y muy repugnantes.
Las meseras que atendía a tan selecta clientela eran chicas jóvenes y de buen cuerpo, si bien Miriam Caballero reflejaba un rostro de vergüenza y timidez al estar en semejante situación, las chicas reflejaban un rostro de impudor y cinismo al estar atendiendo a los borrachos o estar sentadas junto a ellos, era como si estuvieran orgullosas por desempeñar este trabajo, aunque solo se trataba de un cascaron, por dentro estas pobres chicas guardaban tanto o quizás más asco que el que Miriam Caballero sentía, pero lo que más indignó a Miriam Caballero fue ver entre los clientes un trío de policías, tomando y con una de las chicas en las piernas de uno de ellos, Miriam Caballero poco a poco comprendía que ese mundo de justicia color de rosa que tanto le hacían creer en la tele y las noticias en realidad no existía.
El viejo y Miriam Caballero avanzaban hacia la barra, mientras caminaban el viejo era saludado por un número considerable de personas, incluidas las chicas que fungían como meseras, los caballeros se dedicaban a admirar al trozo de carne que llevaba a su lado, digo trozo de carne porque para ellos Miriam Caballero solo se trataba de eso:
“un trozo de carne, un par de melones para manosear a su antojo hasta que las manos duelan de tanto apretar y salgan cayos, un culo andante que solo sirve para ser penetrado hasta reventarlo, una boquita cuya única función es la de maMiriam Caballero y sacar la leche de vergas calientes y una panocha que su principal uso es el de utilizarla para penetrarla salvajemente hasta vaciarse dentro de ella al punto de quedarse seco, Miriam Caballero había llegado a un mundo en donde todas sus cualidades, aptitudes y virtudes que hacen a la mujer un ser intelectual no tienen valía”.
Durante el trayecto, Miriam Caballero pudo sentir sobre su exquisito cuerpo todo tipo de miradas lujuriosas y calientes, uno que otro viejo borracho se atrevía a lanzarle cantidades de piropos subidos de tono, sin importarles la presencia del viejo, además se escuchaban frases como:
-otra Pancho-
-que hembra te cargas Pancho-
-Pancho, porque no me prestas tantito a esa hembrita- dijo uno de los borrachos más ancianos ahí presentes, y aprovechando que Miriam Caballero pasó cerca de él, le alcanzó a dar un pellizco en una de sus nalgas, haciendo que la chica pegara un brinco y volteara a verlo enojada al tiempo que se sobaba la nalga, varios borrachos comenzaron a reírse y alabar al viejo por semejante acto de valentía, siendo el viejo Pancho uno de los que reían.
-jajajajaja, será mejor que no te me despegues, si te quedas atrás te hacen cachos- decía el viejo Pancho, Miriam Caballero solo apretaba el paso para alcanzar al que parecía ser su única defensa.
A pesar de que la distancia entre la entrada de la cantina y la barra no superaba los 30 metros, para Miriam Caballero se le hizo una eternidad atravesar ese camino y fue en ese lapso cuando más veces acomodó su vestido intentando tapar un poco sus piernas, ya que por la forma en que la miraban sentía que caminaba desnuda.
-no te tapes mamita, esas piernas están para comérselas- decía un viejo
-que se lo quite, que se lo quite- decía otro
-me quiero orinar sobre esa zorra- decía uno cayéndose de borracho
En la barra estaba otro viejo, más longevo que el viejo Pancho, de aspecto horrible y vomitorio, era casi calvo, solo unos pocos cabellos canos y largos peinados hacia atrás cubrían su coco, desde que Miriam Caballero entró la miró con una sonrisa enferma, mostraba dientes aMiriam Caballeroillos llenos de caries y muy mal acomodados, encimados unos con otros, algunos salían de su boca aun teniéndola cerrada debido a su deforme dentadura, un bigote completamente canoso y mal cuidado, podían apreciarse varios pelos que asomaban de sus fosas nasales al igual que de sus orejas, su pabellón de la oreja estaba lleno de cerilla, sus axilas habían manchado de sudor su vieja camisa, dicho viejo se encontraba limpiando un vaso con una especie de franela sucia y utilizaba escupitajos para despegar las manchas.
El viejo Pancho colocó a Miriam Caballero entre su cuerpo y la barra, en esta posición podía repegarle todo su paquete es sus carnosas nalgas y lo hacía descaradamente, sentía la suavidad y tersura de ese trasero perfecto mientras que Miriam Caballero sentía una autentica barra de fierro que no era otra cosa más que la verga del viejo en todo su poderío, en la mente de Miriam Caballero solo se escuchaba “y todo eso me piensa meter”, el viejo de paso aprovechaba para llenarle de babas su nuca, cuello y todo lo que alcanzara, la pobre Miriam Caballero solo se movía de un lado a otro intentando zafarse pero era inútil, el viejo la tomó de las caderas y hasta parecía como si estuvieran bailando por la forma en que ambos de culebreaban, el viejo Pancho llamó al viejo de la barra para pedirle un par de cervezas.
-Pancho el jefe me llamó la atención porque no le hemos dado su cuota del mes?- dijo el viejo de la barra (que se llamaba Felipe).
-fíjate que ando sobre una chamaca hija de un empresario, no se pero presiento que a ese si le vamos a sacar una buena feria, como para pagarle al jefe todo un año, además la chamaca esta rebuena, también podemos divertirnos un rato con ella y a lo mejor se le regresamos a su papito con sorpresa dentro- ambos viejo explotaron en una carcajada burlona mientras era vistos con temor y rabia por Miriam Caballero después de haber escuchado sus maquiavélicos planes.
-y tú que vergas ves, no vas a toMiriam Caballerote esa cerveza,- reclamó el viejo a nuestra protagonista.
-no, no tomo cerveza señor- dijo Miriam Caballero tímidamente.
-no tomo cerveza (decía el viejo arremedándola), quítate lo mamona y tómatela, ora- y dicho esto el viejo agarró la cerveza y se la empinó a Miriam Caballero obligadamente haciendo que parte del aMiriam Caballerogo líquido cayera sobre su blanco vestido.
-y de que putero sacaste a este culito Pancho?- preguntó el viejo Felipe
-estaba en el cine porno de allá del centro, yo pase por ahí y me metí para jalármela un rato y allí me la encontré,- respondió Pancho.
-ahh, y como se llama?- preguntó el viejo Felipe
-no sé, deberás puta, cómo te llamas?- preguntó el viejo Pancho a Miriam Caballero
-M… Miriam Caballero….. Miriam Caballero- dijo la jovencita con un miedo que la hacía tragar saliva.
-ahh, Miriam Caballero, así se llamaba una novia que tuve cuando era joven, que tiempos aquellos, no que ahora estoy viejo y feo, las niñas ya no se fijan en mi, solamente obligándolas a coger conmigo, y dime Miriam Caballero, por donde te gusta más que te den, a mi me gusta más por la almeja, porque una vez le metí la verga a una niña casi de tu edad por el culo y se lo desgarré, y que desagradable es eso, que se te embarre de sangre, y luego estar soportando sus chillidos.- dijo el viejo Felipe, mientras Miriam Caballero se quedó callada tratando de asimilar lo que había escuchado y que seguro era lo que tenían preparado para ella.
-y dime Miriam Caballero, cuántos años tienes?- pregunto el viejo Felipe
-dddd… diii….. dieciocho,- respondió Miriam Caballero tímidamente
El viejo Felipe empezó a hacer cuentas en su mente y movía sus dedos como si estuviera realizando una sumatoria hasta que habló:
-18, osea que naciste cuando yo tenía 49 años, lo que son las cosas a Pancho, jajajajajaja, no cabe duda que ya estoy viejo jajajajaja- casi 70 años se cargaba el vejete y todavía andaba de culion.
-cuanto es de las cervezas?- preguntó el Pancho
-son 50 pesos,- respondió Felipe
-ora tu, Miriam Caballero, págale, págame mi cerveza, yo estoy acostumbrado a que las hembras me paguen las cosas- dijo Pancho
-oiga yo no voy a pagar eso- dijo Miriam Caballero un poco mas envalentonada, sin embargo lo valiente se le fue cuando el viejo nuevamente volvió a amenazarla con golpearla y dejar que todos los presentes la cogieran si no pagaba las cervezas.
-ten, creo que es tuya, la recogí en el cine cuando te acomodabas tu vestido- el viejo dio a Miriam Caballero su cartera, la pobre chica la creía perdida.
-págamela, o te meto esta botella por el culo- amenazó el viejo Pancho enseñando a Miriam Caballero la botella de cerveza de 355 ml.
Miriam Caballero resignada abrió su cartera y se dio cuenta de que estaba vacía, el viejo Pancho le había sacado el poco dinero que la joven llevaba, ese dinero que a Miriam Caballero tanto trabajo le costaba ganarse, y que a pesar de trabajar en un negocio en donde se vendían bebidas alcohólicas y tener un poco de experiencia en la forma de cómo se comportan los hombres cuando están borrachos, estos no tenían nada que ver con los que ahora estaban a su alrededor, tipos tan despiadados de esos que no se tocan el corazón a la hora de quitarle la vida una persona, y que tenían armas de fuego arriba de las mesas sin importar que estuvieran a la vista de los policía que ahí se encontraban, aun así Miriam Caballero sacó fuerzas quien sabe de donde para reclaMiriam Caballero al viejo por su dinero.
-nooo, no tengo, devuélvame mi dinero viejo ratero,- decía Miriam Caballero nuevamente rompiendo en llanto ante la impotencia de no poder hacer nada.
-devuélvamelo que es lo único que tengo y es para ayudar a mi papá,- decía insistentemente.
-devuélvamelo o le digo a la policía- decía Miriam Caballero
-a cuales, a esos que están ahí,- señalo Felipe a los tres policías que estaban hasta el culo de pedos,
-no creo que te hagan caso putita, les estoy invitando las cervezas por protegernos y servirnos jajajajajajajajajajaja- reía el viejo Felipe
-devuélvamelo por favor- decía Miriam Caballero ya casi sin fuerzas.
-ah que necia, yo no tengo nada, ehh, me dices ratero, quieres que te rompa el chipo perra desgraciada?,- dijo el viejo Pancho con una risa sarcástica y levantó un brazo amenazando con golpearla, rápidamente el viejo Felipe se interpuso y alcanzó a agarrarle el brazo.
-tranquilo Pancho, no te encabrones, espera, con dinero no es la única forma en que esta niña puede pagarme, porque no me la prestas para que me arregle allá atrás con ella,- dijo Felipe que con solo haber dicho esas palabras ya tenía la verga bien parada.
-si llévatela, para que se eduque, ya le pase muchas, ya le hace falta un escarmiento,- dijo Pancho
-jejeje, si no te preocupes yo se lo daré- dijo el viejo Felipe quien llevaba todas las intenciones de penetrarla y vaciarse dentro de ella.
-no me gusta tu risa Felipe, mejor te acompaño, no vaya a ser que te vengas dentro de ella, ese privilegio solo es para mí- dijo Pancho adivinando sus pensamientos pues conocía lo desalmado que podía llegar a ser su amigo.
El viejo Felipe dejó encargada la barra a otro viejo, tomó del brazo a Miriam Caballero, la chica comenzó a forcejear pero el viejo Pancho que iba detrás de ellos la calmó poniéndole la punta de la navaja en su espalda baja, haciendo que la chica sintiera un escalofrío recorrer toda su columna vertebral y que su presión arterial se bajara hasta casi desmayarse.
-mira niña, acompáñanos y calladita- dijo Pancho
Los viejos y la jovencita atravesaban una puerta a la que solo el personal tenía acceso pero fueron vistos por una señora gorda y chaparra que fumaba un cigarro, la encargada de las chicas que atendían a los borrachos.
El trió llegó a un pequeño cuarto, donde solo estaba un deteriorado sillón, el viejo Felipe se sentó y se desabrocho el pantalón y lo bajó hasta los tobillos, exhibiendo unas piernas muy peludas y delgadas, en contraste con su voluminosa panza, su calzoncillo aMiriam Caballeroiblanco dejaba ver un enorme bulto de color oscuro escondido debajo, además el calzón estaba un poco mojado exactamente en donde descansaba la cabeza de su miembro.
Miriam Caballero estaba junto al viejo Pancho, intentaba no ver esa desagradable escena pero muy a su pesar y tratando de que ninguno de los dos viejos se dieran cuenta, volteaba tímidamente a ver el bulto que se cargaba el viejo Felipe, también recordaba el grosor del miembro del viejo Pancho cuando se la mamó en el cine, se pensaba que si acaso estaba en un mundo en donde los viejos más repugnantes y morbosos eran los que se cargaban los miembro más grandes y gruesos, sus pensamientos se revoloteaban en su mente y se los imaginaba penetrando los apretados coñitos de jovencitas tan hermosas como ella, hasta que su mente le jugó una mala pasada y la colocó a ella siendo penetrada por uno de ellos y gimiendo como una reverenda puta, Miriam Caballero no supo en qué momento su sexo se empezó a mojar.
El viejo Pancho dio un ligero empujón a Miriam Caballero, haciéndola llegar casi a donde se encontraba el otro anciano.
-ora puta, has tu trabajo, para lo que sirves, la única función para la que veniste a este mundo- ambos viejos rieron orgullosos
-ve niña, ya quiero sentir tus labios en mi trozo- decía Felipe
Miriam Caballero estaba estática, era de suponerse que no debía mostrar su curiosidad hacia lo que el viejo Felipe escondía entre sus calzoncillos, pero el estar ahí parada en medio de ellos y vestida de esa manera hacia que su cuerpo tuviera reacciones tanto de repudio a los dos gordos como de excitación, un calor intenso recorría todo su cuerpo y sentía como si una mano invisible rascara su sensible conchita, el viejo llevaba una camisa sucia y se la había subido a la altura del ombligo, demostrando que también era un hombre peludo.
Miriam Caballero dio un paso, pero más que por decisión propia fue por haber sentido nuevamente la navaja del viejo Pancho en su espalda, dio otro tímido paso y paró para tragar saliva al mismo tiempo que todo su cuerpo se erizaba demostrando el estado de nerviosismo en que se encontraba.
-rápido puta, si se ve que te estás muriendo por comerte esta verga- gritó el viejo Felipe de forma autoritaria asustando a Miriam Caballero quien reaccionó del trance en que estaba, Miriam Caballero avanzó hasta llegar a donde el viejo estaba sentado.
-arrodíllate,- ordenó el viejo Felipe, Miriam Caballero se resistía a obedecer esa orden permaneciendo parada con una cara de no saber qué hacer y volteando constantemente a los alrededores, en donde no había nada que ver solo paredes y frases groseras escritas con plumón negro.
-que te arrodilles que no oyes,- dijo el viejo Pancho y presionó los hombros de Miriam Caballero haciendo que se arrodillara ante el otro anciano.
-no por favor señor respéteme, no puedo hacer esto, yo no soy lo que ustedes creen, por favor, se lo ruego, déjeme ir por lo que más quiera, se lo suplico, solo quiero ir a mi casa, por favor- decía Miriam Caballero en medio del llanto y escondiendo su bello rostro entre las desnudas y peludas piernas del viejo, las lagrimas habían cubierto sus hermosos ojos verdes y pensaba que con esto convencería a los viejos de dejarla en paz, mientras el viejo Felipe veía como la cabecita de la niña había quedado a escasos centímetros de su verga.
-jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, oye Pancho tu le crees a esta puta, anda exigiendo respeto y mira nada mas como se viste, ora si me hiciste reir; no niña, tu eres una puta y yo te voy a enseñar a reconocerlo, todas las mujeres son unas putas, lo llevan en la sangre, basta con un empujoncito de verga en sus panochitas para que acepten lo que son, por lo que veo eso te falta a ti, por eso sales en las noches vestida de esa manera pidiendo riata verdad?, pues no te preocupes, si no te la han dado yo te la voy a dar, ahora mámamela, y no quiero volver a repetirlo y ya no me salgas con estupideces de que no eres puta, si casi casi lo traes escrito en la frente,- dijo Felipe
-mámasela puta, sino les hablo a todos para que te vengan a coger hasta que te revienten de tanta leche dentro,- dijo Pancho
Miriam Caballero se secó sus lagrimas con sus muñecas, tenía mucho miedo, pero seguía sin ceder a la orden aun después de la fuerte amenaza y las crudas palabras, entonces el viejo Pancho se enojó y avanzó hacia ella.
-sabes que, ya me canse de esto- dijo Pancho sacando su navaja y apretándola con su mano, agarró a Miriam Caballero de los cabellos y le puso el objeto punzocortante en su cuello, Miriam Caballero podía sentir el frio del arma en su piel, un frio que quemaba, sus ojos se nublaron hasta el punto de no ver nada y otro frio intenso se apoderó de su cuerpo, sin duda la muerte la estaba abrazando, sin embargo su cuerpo se recuperó gracias a que dejó de sentir la navaja en su cuello, el viejo Felipe había detenido a su amigo Pancho.
-espera Pancho, cabrón, no mames, no sé cómo esta niña ha sobrevivido contigo, primero que me pague las cervezas, ya después haces con ella lo que quieras; mira niña, no seas orgullosa, se ve que eres una putita muy difícil de doMiriam Caballero, pero sé que ante todo esto prefieres chuparme la verga antes de que Pancho te clave esa navaja en la tráquea, verdad, nadie quiere eso y mira que te la estoy poniendo fácil, no hagas las cosas más difíciles, de todas maneras nosotros si quisiéramos ya te estuviéramos cogiendo, y te vamos a coger a la fuerza si no me pagas esas cervezas, y créeme que no te va a gustar por las malas, así que abre la boca y mámamela hasta que me corra, si no lo haces todos los tipos que viste allá afuera vendrán y te llenaran tu panocha de leche,- decía el viejo Felipe mientras con una de sus manos agarraba a Miriam Caballero de su mentón y le apretaba ligeramente los cachetes, haciendo que los labios de la nena toMiriam Caballeroan forma de chipo de pescado.
Miriam Caballero escuchaba atenta las palabras del viejo, sus bellos ojos miraban fijamente a los de Felipe, sus sensuales labios mostraban un brillo que los hacía ver mojaditos, y sus delicadas manos se apoyaban en las peludas piernas del viejo.
-como se- un par de palabras se escaparon de los sexys labios de Miriam Caballero.
-como se que ustedes no me violaran a la fuerza, después de que se la chupe, que garantía tengo Don Felipe,- dijo Miriam Caballero en un intento de negociar con dos de las personas más tramposas y embusteras de la cuidad.
-jajajaja, eres lista putilla, hasta que conozco a una puta que sabe usar su cerebro y no nada más su culo, bueno niña, de ti depende que me dejes seco, que me pegues una mamada tan intensa que mi verga no vuelva a pararse en días, que me saques unos dos litros de leche, así que todo depende de ti, y por mi parte te prometo que si me mamas la verga, ninguno de esos pendejos de allá afuera se meterá contigo, estarás bien apadrinada te lo aseguro, podrás caminar tranquilamente por estas calles sin que nadie te moleste- dijo Felipe presumiendo que era el representante directo del jefe de la zona, la única persona que conocía en persona al jefe del que tanto hablaban, un grado más arriba que el mismo Pancho, el que podía decir quien vive y quien muere, y por tanto, la única persona que podía dar inmunidad.
-es más, si me mamas la verga, prometo no penetrarte, ni ninguno de allá afuera, ni Pancho, verdad Pancho?- decía Felipe
-ehhh, si, lo que sea- dijo Pancho sin ni siquiera escuchar lo que Felipe dijo
Miriam Caballero reflexionaba, sabía que el viejo tenía razón, prefería maMiriam Caballero esa pestilente verga que ser abusada violentamente por más de una docena de tipos macuarros y horribles, pero algo dentro de ella sabía que no debía de confiar al 100% en estos tipos, aun así tímidamente tomó con sus manitas el calzón del viejo y poco a poco lo fue bajando hasta los tobillos, ante ella una verga enorme aparecía en estado de semiereccion, rechoncha y arrugada, un glande baboso, brilloso y una peste a esencia de verga sucia, los pelos resecos que cubrían su base eran enormes y canosos, pequeñísimos ácaros negros caminaban entre esa espesa selva blanca.
-vamos putita abre la boca- decía Felipe
Miriam Caballero tímidamente abrió su boquita, sintió su propio aliento, ese aliento pulcro que tenía cuando salió de su casa esa misma tarde había desaparecido, ahora su aliento apestaba a verga sucia y aliento de viejo, acercó sus sensuales labios hacia esa otra pestilente verga, cuando llegó a ella cerró sus ojos y estiró un poco su lengua, hasta que sintió que había tocado la cabeza del miembro, nuevamente probó el salado sabor del líquido preseminal que se desbordaba de la verga del viejo Felipe, puso cara de asco pero volvió a estirar su lengua.
El viejo Felipe veía esa niña probar su carne, su rostro sin duda era el más bello que había visto en su cobarde y corrupta vida, ni siquiera las chicas que atendían la cantina poseían un rostro tan bello y un cuerpo tan perfecto como el que poseía Miriam Caballero, además todas esas putillas rebasaban los 25 años de edad y muchas de ellas con embarazos a cuestas, en cambio Miriam Caballero recién había cumplido los 18, era casi una niña, su rostro aun mostraba facetas infantiles.
Miriam Caballero daba ahora tímidos lengüetazos, recogiendo el líquido lubricante que impregnaba la cabeza del viejo, una sensación aceitosa imperaba dentro de su boca, poco a poco las lamidas aumentaban su velocidad y fricción, el viejo Pancho permanecía como un espectador recargado en la puerta, viendo como esa niña se comía la verga de un viejo para nada agraciado, incluso a Pancho le daba asco la escena, para calMiriam Caballero su malestar estomacal volteaba a ver el culo de Miriam Caballero, quien al estar arrodillada su vestido se le había subido y dejaba ver buena parte de sus nalgas, su tanga había desaparecido entre esos carnosos atributos.
El viejo Felipe estaba que no cavia de la emoción, sentía las lamidas y se daba cuenta de la falta de experiencia de la jovencita, Miriam Caballero lamia el tallo, la cabeza e intentaba enrollarla con su lengua, el viejo tomó su verga y la empezó a tallar en el rostro de Miriam Caballero, la chica no opuso resistencia, el viejo tallaba esa gruesa vara que ya había alcanzado su máximo, unos 18 centímetros de dura carne maciza morena, la verga empapaba de lubricante el bello rostro de la jovencita, quien solo permanecía con los ojos cerrados, su cara se llenaba de saliva y líquido preseminal hasta alcanzar un aspecto brilloso.
-continua- dijo el viejo Felipe
Miriam Caballero como no queriendo pero teniéndolo que hacer comenzó a lamer nuevamente esa barra caliente, a Miriam Caballero le llamaba la atención su grosor, su manita apenas y podía abarcar semejante tallo, a pesar de estar lamiendo la verga con una voluntariedad forzada Miriam Caballero no estaba excitada, se decía ella misma que si iba a estar así los próximos minutos por lo menos tenía que excitarse para hacer más corto su suplicio, así que sin importar que los viejos se dieran cuenta subió un poco mas su vestido y abrió ligeramente sus piernas y con la mano que le quedaba libre se comenzó a estimular su sexo, exactamente los puntos más sensibles y de los cuales ya tenía conocimiento, cuantas veces no se masturbaba en su cuarto arrancándose orgasmos cuando su padre no estaba.
-pero que puta saliste chiquilla- dijo el viejo Pancho, Miriam Caballero escuchó, pero no puso atención a los insultos, ya de por si había recibido bastantes que ya hasta se estaba acostumbrando, ella debía de concentrarse en hacer correr al viejo lo más rápido posible, que caras le estaban saliendo el par de cervezas.
Miriam Caballero también sabia que con lamidas nunca se iba a correr el viejo, así que procedió a meterse a su boquita ese grueso mástil, lo enrolló con su lengua y procedió a realizar ese movimiento mamatorio que su exnovio le enseñó pero sin sacarse el miembro de su boca, el viejo echaba su cabeza hacia atrás y ponía sus manos sobre la cabeza de la joven, una sola de sus manos abarcaba por completo el cráneo de Miriam Caballero.
-que rico la mamas chiquilla, no cabe duda que las niñas de hoy en día son mejores que las viejas de nuestra época, verdad Pancho?- preguntaba el viejo Felipe
-así es,- respondía el viejo Pancho de forma seca, no había aguantado semejante panorama y ahora se había sacado la verga para masturbarse, a pesar de que al principio sintió asco, ese asco se le había trasformado en auténtico morbo, la situación ahí expuesta nunca la vería en ninguna película porno, un viejo que ninguna jovencita follaría con él ni por todo el dinero del mundo, que solo obligando y chantajeando a las mujeres era como podía disfrutar de ellas y que hasta las putas de la cantina lo veían con repulsión, ahora una muchachita por demás bellísima y con un cuerpo que cautivaría al mismo Papa, estaba arrodillada mamándole la verga a este viejo repulsivo quien gemía y reía altaneramente, y encima la niña se masturbaba, lo que hacía pensar a los viejos, que la joven lo estaba disfrutando.
Igual que en el cine, Miriam Caballero dejaba caer saliva constantemente, poco a poco los pómulos de Miriam Caballero se enrojecían, más que por la mamada era por la intensa masturbada que ella misma se estaba dando, incluso empezó a ahogar tímidos gemidos en su garganta ocupada por la verga de viejo, su clítoris se había hinchado y Miriam Caballero atacaba ese botoncito sin tregua.
-levántate el vestido hasta la cintura perra malparida, enséñame el culo, anda, enséñame el culo de putona que te cargas- dijo Pancho mientras daba otro sorbo a su cerveza que aun la llevaba consigo, Miriam Caballero obedeció y se levantó el vestido hasta la cintura, enseñando sus carnosas nalgas desnudas, su pequeña tanga había desaparecido casi por completo, solo los hilos laterales y un pequeño triangulo en la parte de atrás era lo único que intentaban tapar ese suculento manjar que la jovencita tenía por culo.
El cuerpo de Miriam Caballero lucia exquisito, su espalda baja hacia una curva perfecta y daba nacimiento a un tremendo culazo, además había dos hoyitos en la parte baja de su espalda, los cuales vemos a muchas niñas de hoy en día presumir con sus blusitas ombligueras, sus caderas se engrosaban y daban lugar a unas bien cuidadas y firmes piernas, sus pantorrillas se veían carnosas y muy femeninas, el viejo Pancho podía ver la pequeña manita de Miriam Caballero haciendo esos movimientos masturbatorios, el viejo hacia un gran esfuerzo para no arrojársele ahí mismo y penetrarla.
Miriam Caballero comenzó a aumentar la velocidad, su boca bañaba de saliva la gruesa verga del viejo, de esta, chorros de lubricante no dejaban de salir, a menudo Miriam Caballero sacaba esa gruesa verga para jalar aire, o como ya dije, para escupir el exceso de salivación, el viejo Felipe se acercó al rostro de la joven solo para hacer lo mismo que Pancho, lanzar un escupitajo al rostro de Miriam Caballero, ella lo recibió con asco, pero ya que le quedaba, el viejo en otro escupitajo junto tanta saliva e hizo un sonido raro con sus fosas nasales para arrojar otro cargado de gargajos, los cuales cayeron sobre el angelical rostro de la joven Miriam Caballero, todavía el viejo con su verga comenzó a esparcir esos asquerosos fluidos sobre la suave y delicada piel y así, llena de flemas, se la volvió a meter a Miriam Caballero en la boca.
El viejo empujaba la cabeza de Miriam Caballero como queriendo hundirla en su obeso vientre, haciendo que la muchachita se tragara de un solo bocado los 18 centímetros de su trozo, los carnosos labios de la joven llegaban a tocar el abultado y peludo vientre bajo del viejo, y ahí la dejaba hasta que veía que el rostro de Miriam Caballero cambiaba de rojo a morado, liberando a la pobre chica ya cuando veía que sus ojos se ponían blancos, haciendo que Miriam Caballero se alejara para jalar aire, tocia a más no poder, de su boca gruesos hilos de saliva caían hasta el suelo, sin embargo a el viejo poco le importaba y volvía a repetir la grotesca acción.
Miriam Caballero resistía las ganas de llorar, no quería mostrar debilidad a ese par de viejos panzones, asquerosos, Miriam Caballeroranos, hijos de puta, esos viejos que si llegara a tener la oportunidad de matarlos no lo dudaría, aunque a estas alturas pensaba que hubiera preferido mejor que le ensartaran esa navaja en su cuello, lo único que la mantenía con ganas de seguir era su padre y todo lo que hizo el solo por sacarla adelante.
-abre la boca putita- dijo el viejo Felipe.
Miriam Caballero abrió su boquita y dejo ver hilos de saliva que unían sus carnosos y mojaditos labios, el viejo le metió la verga dentro de su boca literalmente penetrándola por su cavidad bucal, el viejo elevaba su cuerpo para que la penetración fuera intensa, Miriam Caballero solo recibía los empujones y movía su cabeza al ritmo de las embestidas, permanecía con los ojos cerrados recibiendo semejantes estocadas, se podía escuchar un sonido de glup glup glup glup, escaparse de la boca de Miriam Caballero, saliva en forma de burbujas y cayendo por sus comisuras, risas de los dos viejos, y bramidos de toro que hacia el viejo Felipe solo para dejar en claro la superioridad del macho sobre la hembra.
El viejo aumentó su velocidad, una velocidad endiablada que hizo que los ojos de Miriam Caballero comenzaran a lagriMiriam Caballerose, el viejo no dejaba de escupir sobre el bello rostro de la joven, además cada que sacaba su verga de la boquita de la joven la ponía sobre el rostro de ella, embarrándosele aun mas de saliva, Miriam Caballero hasta parecía como si estuviera bizca, pues trataba de ver la verga que descansaba sobre su cara, exactamente en medio de sus ojos.
El rostro de Miriam Caballero estaba irreconocible, lleno de saliva y babas asquerosas, de su barbilla caía una gran cantidad de saliva producto de la rudeza con que el viejo prácticamente se la cogía por la boca, el viejo solo veía a Pancho las risas, y con el rostro sudado a grasoso, pelaba los dientes en señal de la fuerza con la que profanaba la boca de la jovencita, la risa del viejo era asquerosa pues dejaba ver su mal formada dentadura.
-así quiero que me la chupes, te queda claro- decía el viejo Felipe
Miriam Caballero asintió con un ligero movimiento de cabeza, de manera asquerosa se metió nuevamente dentro de su boca esa verga de viejo agrio en sudor, comenzó a chupar primero lento, pasaba su lengua por todo el glande, dio un ligero respiro para toMiriam Caballero aire y prosiguió con su labor, el viejo solamente veía la cabeza de la chica subir y bajar, la chica se sentía asquerosa haciendo esto, además sentía todas esas babas en su rostro secarse y pegársele como una mascarilla, sentía que apestaba a viejo, tanto asco que le daban los viejos morbosos y mas los desaseados, y ahora le mamaba la verga a uno y le enseñaba el culo a otro, que diría su madre, su padre o su exnovio al verla en esta situación.
Miriam Caballero aumentó su velocidad, comenzaba a dolerle la mandíbula de tanto maMiriam Caballero, sin embargo en su masturbada había logrado estimular su clítoris de manera muy placentera, y no dejada de manosearse hasta que sintió nuevamente algo que estaba por venir dentro de ella, esa sensación tan deliciosa que le hacía imposible dejar de tocarse, sin importar que ambos viejos estuvieran viéndola hacer algo que solo hacía en su privacidad.
Los gemidos de Miriam Caballero se hacían cada vez más notorios e intensos, no comprendía como el estar en esta situación y después de soportar tan despiadado trato podía sentir placer al estimularse, a pesar de que sentía asco de ella misma también reconocía que la masturbada tenía algo especial, algo que la estaba haciendo llegar al clímax mas rápido de lo normal, algo que nuca había sentido en su joven existencia, quizás ese algo es lo que se llame morbo, a lo mejor todo este trato estaba despertando en Miriam Caballero ese morbo que permanecía dormido y que desarrollaría en ella una atracción hacia las personas y situaciones desagradables.
El cuerpo de Miriam Caballero se calentaba en cada toqueteo, empezó a moverse muy sugestivamente mientras permanecía arrodillada y con la verga del viejo en su boca; continuo hasta que de repente apretó con todas sus fuerzas sus piernas, contrajo todo su cuerpo y sus gemidos comenzaron a salir cada vez más sonoros, hasta que apareció ese gemido que indicaba que Miriam Caballero se había corrido.
El rostro de Miriam Caballero se descompuso en un gesto orgásmico, sus cejas se fruncieron, su respiración se aceleró, sus pómulos estaban colorados, y sacando la pestilente verga de su boquita se derramó en un intenso orgasmo, dejando escapar de sus labios un:
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH-
Y se dejó caer sobre las piernas del viejo, su tanguita goteaba el liquido que Miriam Caballero eyaculó segundos antes proveniente de sus glándulas de Skene, el viejo Pancho quedó con la boca abierta al igual que el viejo Felipe, una jovencita casi niña se había masturbado enfrente de ellos hasta correrse como una autentica puta, será que después de tantas veces que los viejos la llamaban así, Miriam Caballero estaba empezando a creérsela, aunque recordar que se empezó a masturbar para darse placer y soportar un poco la desagradable labor a la que fue sometida.
-puta, te has vaciado, no tienes poca madre, y sin que te hayamos metido la verga, desgraciada casi haces que me corra con solo verte, vamos, vamos nenita, sácame la leche, ordéñame, ordéñame- decía el viejo Felipe
-si es que la pide a gritos, ni te conté Felipe, que me la encontré en el cine porno y también ahí se estaba tocando la muy puerca, que puta eres- dijo el viejo Pancho
Miriam Caballero levantó su rostro completamente ruborizado, su mirada era distinta a la niña tímida que entró a la cantina, se notaba una lujuria que había estado escondida y que se asomaba de sus verdes ojitos, solita agarró la verga del viejo y se la llevó a la boca sin dudar, comenzó a succionarla y chuparla, por momentos casi parecía que quería arrancarla del obeso cuerpo del viejo, manoseaba los huevos del viejo, tan grandes como los de un toro, pesados y bien cargados de leche.
Miriam Caballero estaba como desesperada, quería acabar con esta inmunda labor, la saliva que escurría desde su boca recorría todo su cuello y bajaba en forma de un pequeño arroyo hasta perderse en medio de sus voluminosos encantos que se asomaban más de lo que debían a través del provocativo escote del vestido, ni en su pesadilla mas retorcida se imaginó que acabaría así después de asistir a un cine porno, recordaba que justamente esa tarde había demorado un chingo para alistarse y arreglarse a manera que ese día fuera el que más radiante se viera, y como no, si quería causar impresión en un chico que era muy popular entre la chamacada femenina.
Ahora ese cuerpo de diosa griega estaba siendo disfrutado por dos perversos viejos panzones, feos, y que se dedicaban al repudiado e infame acto del secuestro, -ahhhhhh- gemía el viejo al sentir los suaves labios apretarle la cabeza de su miembro de forma exquisita, Miriam Caballero sabía que era cuestión de tiempo para que el viejo se corriera, ya que podía sentir el aumento del palpitar de su miembro en su boca, las venas se habían engrosado y la verga se había puesto caliente hasta el punto de queMiriam Caballero, la boca de Miriam Caballero apestaba tanto como la verga del viejo si no es que mas.
Miriam Caballero sacó la verga de su boca y se dedicó a masturbarla con su mano al mismo tiempo que miraba al viejo a los ojos, con su boca comenzó a lamer las bolas del viejo, jalaba el escroto hasta casi arrancarlo, se metía las bolas a la boca y jugaba con ellas, sintiendo su sabor rancio y rasposo, entonces metió su mano hasta casi llegar al culo del viejo y comenzó a dedearlo, la verga del viejo se levantó como un resorte, su piel se estiraba hasta más no poder, con su fino dedo rascaba el culo del viejo y lograba arrancarle auténticas costras de mierda que tenia pegadas debido a su pésima higiene.
Miriam Caballero nuevamente volvió a meterse la verga a la boca de forma golosa, viciosa, aunque con un odio y asco escondido muy en su interior, pero tenía que fingir para que el viejo se la creyera y se viniera pronto, detrás de ella, el viejo Pancho se masturbaba frenéticamente, su verga estaba tan babosa que se había cubierto de una especie de babilla blanca.
-aahhhh, puta que rico la mamas- decía el viejo moviéndose muy sugestivamente en el sillón, sudaba de su horrible cara, sus manos se aferraban a la tela de terciopelo que cubría el mueble, comenzaba a hacer los clásicos movimientos orgásmicos que hace un hombre cuando esta por correrse, sin embargo la leche no salía.
Miriam Caballero estaba desesperada, ya quería acabar con esto, así que procedió a meterle el dedo al viejo en el culo, sintiendo como se embarraba de mierda y con todo el asco del mundo comenzó a moverlo en forma de círculo, el viejo no pudo evitar lanzar un suspiro.
-cabrona, quien te enseño eso- dijo el viejo con voz débil, la gruesa e intimidante voz del viejo había logrado ser acallada por una jovencita tan frágil y casi inexperta en cuestiones sexuales, sin embargo había visto uno que otro video en internet y además contaba con la experiencia de su amiga Miriam Caballero, una verdadera experta en estos temas y quien le había contado que el meterle el dedo a los machos por el culo hacia que se les levantara la verga más rápido y que se corrieran de inmediato, y a quien le debía el estar en esta situación.
Miriam Caballero movía su dedo en forma de círculo dentro del viejo, logro sacarle una flatulencia tan apestosa que hizo que Miriam Caballero casi desmayara, sin embargo soportó ese mefítico gas, ya estaba tan cerca de conseguir su objetivo que una flatulencia no debía de desmoronarla, sin embargo el hedor era tal que lo podía sentir en cada poro del cuerpo, lastimaba su respingada nariz, incluso la del mismo viejo Felipe, incluso Pancho tuvo que salir de ahí para no respirar ese putrefacto aroma a mierda reseca y frijoles agrios con huevo güero.
Miriam Caballero succionaba el pedazo de carne que se alojaba en su boca, comenzó a chupar solamente la cabeza, sabía que era su parte más sensible, el viejo hacia sonidos extraños, su verga estaba que reventaba dentro de la boquita de la jovencita, las piernas del viejo temblaban sudorosas, en eso Miriam Caballero movió su dedo dentro del culo del viejo y le causó una sensación tan intensa y electrizante, y como reacción en cadena, la verga del viejo comenzó a escupir semen dentro de la boquita de la joven.
-ahhh puta me corro, recibe tu premio- gritó el viejo
Miriam Caballero sintió el primer chorro chocar violentamente dentro de su boca, un chorro muy potente y cargado que salió a una velocidad agresiva, como si de una pistola de agua se tratara, los ojos de Miriam Caballero se abrieron como plato, intentó zafarse pero el viejo alcanzó a agarrarla para que no se sacara la verga de su boca, el viejo reía de manera aberrante y empujaba con más fuerza la cabeza de Miriam Caballero para que la niña se tragara todos sus mocos, el viejo Pancho ya había regresado y se dedicaba a mirar sonriente y victorioso como esa pequeña putita que tanta resistencia estaba poniendo era vilmente humillada por un viejo mucho más longevo que él, quien le estaba dando su merecido.
Después de ese primer chorro de esperma, salieron otros tres de igual intensidad, seguidos por otros cuantos de menor carga y velocidad, Miriam Caballero con lágrimas en sus ojos, sentía ese desagradable sabor en su boca, la pestilencia del esperma salía por sus narices, el sabor era desagradable, el líquido estaba muy caliente y espeso, además se pegaba a las paredes bucales y no podía ser quitado solo tragándolo, unas ganas de vomitar la invadieron, las arcadas no tardaron en aparecer y cuando el viejo soltó toda su leche dentro de la boquita de la joven y la liberó, Miriam Caballero dejo caer una gran cantidad de esperma pestilente de viejo nauseabundo, un esperma que en vez de verse blanco, presentaba una tonalidad aMiriam Caballeroillenta verdosa desagradable.
El viejo Felipe se enojó al ver a Miriam Caballero desperdiciar su valioso líquido, Miriam Caballero tocia y tocia y parecía que se iba a vomitar, incluso logró sacar un poco de vomito al no poder controlar una arcada, sentía ese líquido grumoso pegado a su lengua, intentaba quitarlo con su mano pero solo lo desbarataba y esparcía aun mas, más que semen, el esperma del viejo tenia la consistencia de leche cuajada.
-pero que te crees que estás haciendo puta hedionda, perra asquerosa, maldita hija de puerca, mira nada mas, mira nada mas, que bruta eres,- dijo el viejo levantándose y empujando a Miriam Caballero con uno de sus pies como si se tratara de un perro.
-que hizo Felipe- preguntó Pancho
-mira nada mas, esta hija de puta, se atrevió a escupir mis mocos, no sabes lo que acabas de hacer, ora si te cargó tu madre pendeja- dijo el viejo y se subió los pantalones para poder quitarse un cinturón desgastado.
-levántala, levántala con tu lengua o te agarro a cinturonasos, ora hija de la verga- amenazó el viejo y dio un cinturonazo al suelo que resonó por todo el cuartito.
Miriam Caballero no tuvo de otra que sorber del suelo el esperma combinado con saliva y vómito para que el viejo no le pegara, lo hacía de manera asquerosa, con lágrimas en sus ojos, su culito se erigía orgulloso pues el vestido continuaba levantado arriba de su cintura, el viejo no contento con la forma en que Miriam Caballero levantaba el semen del suelo con su lengua le dio un cinturonaso en sus carnosas nalgas, quedando Miriam Caballerocado el golpe.
-levántala, pero que se vea que te está gustando, recuerda que a partir de hoy eres una puta, así que compórtate como lo que eres, Pancho, que pedazo de zorra te has encontrado, mira como le gusta la leche, jajajajajajajajaja- ambos viejos reían parados al lado de Miriam Caballero, mientras ella seguía arrodillada limpiando el suelo, para mala suerte de Miriam Caballero, el viejo Felipe se sacó nuevamente la verga y se la empezó a jalar de nuevo, su verga no estaba del todo flácida.
Miriam Caballero limpio el suelo hasta no dejar ni una sola gota, volviendo a mostrar ganas de vomitar otra vez, pero las aguantaba, sabía que el viejo la obligaría de nuevo.
-que boquita, solo falta que te acostumbres a tragar leche para que no le hagas eso al jefe, si le llegas a hacer lo mismo te corta la lengua, jajajaja-
El viejo Pancho veía sonriente la escena, su verga estaba erecta al máximo y casi reventando, pero aguantaba, su verga únicamente podía reventar dentro de la panocha de Miriam Caballero, quien a decir de ella, seguía en el suelo, ligeramente arrodillada y apoyada con uno de sus brazos, con su rostro mirando abajo, sollozando.
No así el viejo Felipe que después de meneársela en rato expulsó otra cantidad de semen, aunque menor, sobre el voluptuoso cuerpo que yacía arrodillado, cayéndole sobre su vestido y parte de sus piernas, y quedando el viejo ahora si fuera de combate, hasta sus huevos parecían haberse reducido de tamaño después de las potentes eyaculaciones.
-chamaca puta, quiero que me limpies la verga hasta dejarla como nueva,- dijo el viejo Felipe, en forma de burla, sabía que la chica estaba anímicamente destrozada.
Miriam Caballero no tenía cara para mirar al viejo, su orgullo y autoestima estaba en los suelos después de hacerle semejante bajeza, Miriam Caballero movía uno de sus dedos como si estuviera dibujando un círculo en el suelo, el viejo Felipe la miró y al ver que Miriam Caballero no tenia orgullo ni para negarse optó por retirarse no sin antes decirle:
-eres una puta cualquiera; ah, y la cervezas que me debes, como no me dejaste lo suficientemente satisfecho, solo te descontaré una, jajajajajajajaj- y soltó una carcajada limpia.
-si Felipe, ahora debe tres, porque pienso agarrar otras dos para llevármelas a la casa- dijo Pancho
-si agárralas, la puta paga, jajajajajaja,-
El viejo Felipe salió del pequeño cuarto y Pancho fue a recoger su maltrecha muñequita, Miriam Caballero lloraba en silencio, sus rostro mirando al suelo y tapado por su castaña cabellera, cubierto de saliva, flemas y semen de cuando lo recogió del suelo, su vestido sucio, su orgullo destrozado, su cabello alborotado y su boca aun con el sabor de semen agrio, pero aun faltaba el viejo Pancho, lo único que podría decirse aliviaría a la joven es que Pancho a pesar de ser agresivo, no sería tal salvaje con ella, este viejo, con ayuda de otro se dedicarían a arrancarle orgasmos a Miriam Caballero hasta dejarla inconsciente.
-vamos putita, levántate, que todavía falto yo, y yo si pienso meterte la verga hasta el intestino,- dijo Pancho
Miriam Caballero reaccionó del estado en que se encontraba y con voz baja y mirando al viejo con unos conmovedores ojos que a cualquiera le inspirarían ternura, dijo:
-p…. pero, me prometieron que si le mamaba la verga a Don Felipe, ustedes no me cogerían- decía Miriam Caballero
-ay mi amor, se me olvido decirte, yo cruce los dedos, jajajajajajajajajaja-
UNA HERMOSA JOVENCITA CONTRA DOS OMINOSOS DEPRAVADOS
Miriam Caballero seguía arrodillada y sin ganas de levantarse, con uno de sus brazos se sostenía del suelo y el otro apoyaba su sudada frente, su apetitoso cuerpo descansaba maltrecho recargado del suelo por sus prominentes caderas, el desagradable sabor del esperma de Felipe aun continuaba en su boca, sus rosáceos labios presentaban una aMiriam Caballeroillenta capa proveniente del enfermo líquido que el viejo descargó en su boquita, Pancho se acercó e intentó levantarla pero su ayuda fue rechazada por Miriam Caballero con un jalón de brazo que la liberó de la sucia mano del gordo.
-¡suélteme cerdo!,- dijo Miriam Caballero entre sollozos.
-¡viejo asqueroso, lo odio maldito!- decía Miriam Caballero al viejo Pancho.
-jejejejeje, no te pongas berrinchuda pinche mocosa que yo no te hice nada,- decía Pancho intentando volver a levantarla.
-¡que me suelte que no oye, viejo desgraciado!- dijo Miriam Caballero y lanzó un escupitajo combinado con restos de semen de Felipe al viejo Pancho pero este cayó a escasos centímetros de donde ella se encontraba, escupir no era lo suyo.
-y me escupes, parece que no has aprendido a respetar a tus mayores, ¡TOMAAAAAA!- gritó el viejo Pancho y valientemente regaló una bofetada al bello rostro de Miriam Caballero, la niña cayó al suelo sobándose su cachete, llorando por la rudeza del golpe.
-eeeesfff, esssffff un bruto- dijo la sollozante Miriam Caballero.
-y agradece que no te pegue con el puño, a ver, vuélveme a escupir, vuélveme a escupir y te muelo orita a golpes, jajajajajajajajaja- retaba el viejo sabiendo que Miriam Caballero había entendido quien mandaba, la jovencita lo miraba con ojos de odio y con una mano en su adolorida mejilla.
El viejo Pancho la levantó de sus cabellos y la llevó de nueva cuenta a donde los viejos; la vieja proxeneta encargada también de las cantineras veía cuando Felipe salía de la puerta a la que solo el personal tiene acceso, lo veía sudado, agitado y acomodándose la cremallera de su pantalón, desde luego que supuso la situación que se llevó a cabo ahí adentro, y más aun, cuando vio a Pancho tomando del brazo a una jovencita con su vestido sucio, subido prácticamente mostrándolo todo y un rostro deshecho en donde lo último que se veían eran ganas de seguir viviendo.
La vieja cantinera se acercó a la pareja, Miriam Caballero la divisó con un caminar para nada coqueto, más bien cascorvo, era fea de la cara y muy cachetona, tenía una nariz larga y afilada, exageramente maquillada con combinaciones de colores que ni al caso, su cabello era color rubio oxigenado y estaba muy reseco y maltratado, una verruga con pelos cerca de su nariz, cejas postizas a simple vista y mal acomodadas, y cerca de su boca una espinillota muy madura, blanca de la parte de arriba, casi reventándose por sí sola, ni siquiera los kilos de maquillaje podían cubrir esa imperfección, además de un cuerpo algo robusto casi rayando en lo masculino, traía puesto un vestido negro que no le favorecía en nada.
-pero mira nada mas, pobre muchacha, que le hiciste puto Pancho?,- decía la vieja cantinera con un acento de preocupación muy convincente.
-yo nada, Felipe le llenó la boquita de leche, jejejejeje- reían enfermamente el viejo Pancho y sin que Miriam Caballero lo viera hizo una seña al viejo que se había quedado en la barra en sustitución de Felipe, dicha seña era la clave para la preparación de un afrodisiaco brebaje.
-ay mija que te hicieron estos animales, a ver, acomódate tu vestidito- la señora muy humanitaria le acomodaba el vestido a la tremenda chamaca.
El gordo Pancho se dirigió hacia una mesa, platicaba muy interesante con el viejo que se atrevió a pellizcarle las nalgas a Miriam Caballero cuando recién llegó a este elegante sitio, se alcanzó a ver como el anciano casi de la cuarta edad pasaba disimuladamente cuatro billetes de 500 pesos a las callosas manos del gordo Pancho y este rápidamente se los metía a su bolsillo.
-señora por favor, ayúdeme, ese tipo me quiere violar y….. sepa dios que otras cosas quiera hacerme, ya le dije que solo quiero irme a mi casa y no me deja irme………. por favor ayúdeme, sáqueme de aquí…….. se lo ruego por lo que más quiera,- hablaba desesperada la jovencita quitándose la pena, sin saber que se lo decía a una vieja tan corrupta como Pancho y que ya conocía el protocolo que lleva a cabo el gordo cada que trae una hembra a sus aposentos, pues Miriam Caballero no era la primera que amanecía violada por tan fino caballero.
-shhh, baja la voz niña, te va a oír, voy a hablarle a alguien para que te lleve a tu casa sin que se dé cuenta ese bruto, mira nada mas, tan bonita chiquilla y que te quiera violar ese viejo tan feo- decía la vieja.
La vieja sacó un celular carísimo y fingió teclear un conjunto de números para después sacar todos sus dotes de frustrada actriz y convencer a Miriam Caballero que estaba hablando con alguien y que le decía que tenía a una muchachita que quería regresar a su casa, obviamente Miriam Caballero no pensaba revelar la ubicación exacta de su vivienda a otro desconocido así que en su ingenua y confiada mente ya se estaba imaginando en qué lugar bajarse.
-listo, dice que en menos de media hora pasa por ti, ahora mientras lo esperamos que tal un trago,- decía la vieja.
-señora, su amigo es de confianza?- preguntó Miriam Caballero.
-claro mi niña, es de confianza, es el que lleva a estas muchachas a sus casas cuando se les hace tarde, no te preocupes es incapaz de faltarle al respeto a una mujer, no como ese pinche gordo depravado, ahora tomemos un trago mientras llega- decía la vieja.
-lo siento señora, pero no tengo dinero, ese desgraciado me robó- decía Miriam Caballero con unos ojitos medio empañados.
-no te preocupes hija, este yo lo invito- insistía la vieja
-no señora, muchas gracias de todos modos, pero no bebo- rechazaba la oferta la jovencita.
-ay mija, no seas apretada, en este lugar vendemos puro alcohol no juguitos, además después de lo que te hizo ese desgraciado de Felipe lo que necesitas es algo que raspe y que te quite el mal sabor de esa porquería- decía la prostituta.
-bueno, está bien- dijo Miriam Caballero, pensando que con una copa no pasaría nada, la señora se levantó y se dirigió hacia la barra.
Miriam Caballero volteaba a su alrededor, la frescura e inocencia de esa hermosa muchacha no encajaba con lo vulgar y corrompido del lugar, si bien estaba sentada sola, con sus manos recargadas en la mesa y sus carnosas y brillosas piernas cuidadosamente cruzadas comprendía que no podía salir huyendo así como así, aunque la posibilidad la tenía pues nada le impedía llegar a la puerta de esa cantina apenas a unos 15 metros de ella, en primera no sabía exactamente en qué parte de la cuidad se encontraba, si es que todavía seguía en su cuidad pues Miriam Caballero vivía en una urbe tan grande que comprendía la unión de tres ciudades, en segunda los vagos que había afuera representaban un peligro mayor que los mismos viejos que la mancillaron, eso sin pensar la posibilidad de caer en manos de algún loco sádico que la violara y después le sacara los órganos para venderlos ya que lo único que le faltó ver en todo su turístico recorrido al llegar a este distinguido sitio fue gente que aparentara decencia, y por último veía en esta señora una ligera esperanza para poder librase de este tormento.
La señora regresó con dos vasos, uno para ella que utilizaría para disimular y el otro para la chiquilla seguramente aseados a partir del proceso de calidad certificado por la ISO que realizaba el viejo Felipe, puesto que fue él quien los limpió pues ya había regresado a su labor y no dejaba de ver burlonamente a la dulce Miriam Caballero, además de admirar ese exquisito cruzado piernas que mantenía la joven y mandarle besos cada que sus miradas se cruzaban, dentro de su pantalón su asquerosa herramienta ya rugía otra vez por volver a meterse dentro de esa fina boquita, la muchachita lo veía de reojo y cuando notaba la mirada del tipejo desviaba la suya y ponía cara de enojo.
-anda niña toma- dijo la vieja y puso el vaso al alcance de la jovencita, lo que Miriam Caballero no sabía era que su bebida era una combinación exótica de whisky barato, agua mineral, un raro energetizante y un poderoso, costoso y muy difícil de conseguir afrodisiaco, todo esto para que la niña se mostrara un poco mas complaciente y con suerte disfrutara lo que se le avecinaba, además la bebida contaba con un ingrediente secreto, un escupitajo del viejo que ayudaba a Don Felipe.
Miriam Caballero se tomó esa pócima de un jalón, tenía sed y le resultó agradable al paladar, además era cierto que borraba el desagradable sabor de la corrida del viejo Felipe.
-quieres más?- preguntó la vieja
-otro y ya por favor- contestó la nena.
La vieja demoró un poco y regresó con otro vaso igual de cargado, pero ahora, en vez de escupitajo, la bebida venia adicionada con unos cuantos grumos de la corrida que el ayudante se había tirado al ver para quien iban dirigidos los tragos y de nueva cuenta Miriam Caballero se la bebió de un jalón, lo que si notó fue algo espeso correr por su garganta pero no dio importancia.
-si quieres puedo ir por otro?- dijo la vieja.
-no señora, ya no, gracias, no vaya a ser que se me suba,- respondió la nena esbozando una leve sonrisa.
“esa es la idea chiquilla estúpida” decía la vieja en su mente
-cómo te llamas niña?- dijo la vieja mientras le agarraba la mano a la preciosa jovencita.
-Miriam Caballero- respondió la jovencita alejando un poco su suave mano.
-sabes Miriam Caballero,- la vieja se levantó y caminó hasta quedar de espaldas a la chica, depositando sus viejas manos en los desnudos hombros de la nena.
-eres muy bonita, te pareces a una sobrina que tengo- decía la vieja mientras jugaba con los castaños cabellos de la joven y acercaba su boca con aliento a alcohol a la oreja de Miriam Caballero.
Miriam Caballero se incomodó un poco y se tensó, sintió ese acercamiento con otras intenciones mas allá de hacer una simple plática amistosa, esto fue notado por la vieja quien se acercó más a su oído para susurrarle:
-que te pasa?, te pongo nerviosa? jejejejejeje,- dijo la vieja esbozando una sonrisa tan espantosa que haría llorar a un niño pequeño, mientras aplicaba un suave masaje en los hombros de la engalanada joven.
-no, no es eso, es que……- Miriam Caballero comenzó a sentir un rico calorcito, además de una especie de oleaje creado por el aire que por ahí circulaba y que chocaba deliciosamente con su sexo, y que estaba haciendo que se humedeciera.
-entonces?,-dijo la vieja mientras se sentaba en la silla que estaba al lado de Miriam Caballero, la vieja colocó descaradamente una de sus arrugadas manos en el desnudo muslo de la chiquilla y ahí lo dejó.
-tienes un cuerpo muy bonito, con razón volviste loco al Pancho, eres exactamente como le gustan, güeritas, piernuditas, nalgoncitas y chichoncitas- decía la doña, dando a conocer que el viejo tenía muy buenos gustos.
Miriam Caballero tragó saliva y comenzó a sentir ese calor proveniente de su vagina esparcirse rápidamente por todo su cuerpo y en un acto de reverenda calentura abrió sus piernas para sentir más intenso el supuesto roce que el aire mantenía contra su sexo, eso sin contar las intensas ganas que tenia de tocarse que hacían que sus manos se retorcieran arriba de la mesa por no poder aguantarlas.
-tienes unas bonitas piernas Miriam Caballero, haces ejercicio?- preguntó la vieja mientras apretaba levemente los muslos de la joven, haciendo que la chica volteara al lado contrario y exhalara un leve suspiro para cerrar sus piernas mientras las friccionaba entre ellas.
Miriam Caballero volteaba a su alrededor, muy nerviosa, empezó a sentirse más incomoda con la señora que con el viejo, su respiración se empezó a acelerar y su todo su femenino cuerpo comenzó a traspirar, de su sexo comenzó a rodar una gotita de flujo que terminó por impregnarse en su tanga y que no pasó desapercibida por la calenturienta chiquilla.
-seño, donde está el baño?- dijo la estimulada muchacha.
-allá a la vuelta- dijo la vieja señalando otro corredor diferente por el que anteriormente la habían llevado.
“esta pendeja sí que anda urgida, tan rápido y ya se calentó” pensaba la señora.
La muchachita se levantó y llegó a la puerta del baño en cuestión de segundos, se extraño porque solo vio una puerta, dos viejos que se encontraban ahí intercambiando barajas con imágenes de muchachas en poca ropa rápidamente se abalanzaron sobre la espectacular chiquilla.
-híjole, buenaaaaaaas, muuuuuy buenas noches,- dijo un viejo en tono morboso.
-trabajas aquí chamaca?, no te habíamos visto antes- dijo el otro y comenzaron a acercarse lentamente a Miriam Caballero.
-señor, disculpe este el baño de mujeres?- decía la nerviosa y excitada joven haciendo movimientos extraños con su exquisito cuerpo.
-no, es el de hombres- dijo uno de los viejos, mientras el otro se le acercaba peligrosamente por detrás y le repegaba su deforme cuerpo.
-busco el baño de mujeres,- dijo Miriam Caballero.
-también es ese, lo ocupan hombres y mujeres para hacer sus necesidades, jejejejeje- decía el otro viejo quien se acercó a Miriam Caballero por enfrente y la tomó de su breve cintura, agarrando un par de pliegues del vestido y empezándolo a levantar muy lentamente.
-es el mismo?- preguntó la acorralada joven, quien no hacia esfuerzo por alejar de su cuerpo esas chaqueteras manos y seguía moviéndolo apretadamente.
-sí, el mismo, para eso querían igualdad de género, no?, aquí compartimos todo,- decía el viejo de enfrente y descarado metió su sucia mano (con la que hace poco se había masturbado) dentro del sexo de Miriam Caballero, notándolo muy mojadito y moviendo circularmente uno de sus callosos dedos.
-ahhhhhh- Miriam Caballero abrió su boca muy seductoramente y emitió un pequeño gemido.
-uuuuuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyyyyy, parece que esta niña quiere que le den pa´dentro- el viejo empezaba a desabrocharse su cinturón.
-señor suélteme,- dijo Miriam Caballero, ahora si empezando a poner resistencia aunque fuera solo verbal.
El viejo que tenia pegado por atrás comenzó a restregarle el paquete sobre sus tremendas nalgotas, haciendo que el vestido se levantara hasta casi tener expuestos la mitad de sus glúteos, al pobre viejo casi se le salen los ojos al contemplar la redonda perfección de esos dos carnosos atributos.
-a ver niña, que tienes aquí?- preguntó el viejo de atrás y jaló el hilo de la tanga de Miriam Caballero, haciendo que esta se ajustara perfectamente a su sexo, llegándose a ver la húmeda rajita de la jovencita.
-mmm, señor, no haga eso- dijo Miriam Caballero, esbozando otro leve gemido.
-y aquí que tienes?- dijo el otro viejo y deslizó uno de los finos tirantes del escotado vestido por el hombro de la joven.
-no por favor, no me violen- decía la chamaca.
-oye eso es una buena idea, vamos para mi casa, llevémonos a esta pendeja calenturienta, ya que no la aprovecharon vamos a aprovecharla nosotros,- decían los jariosos viejos haciéndole prácticamente sándwich a la curvilínea Miriam Caballero.
-siiii, además dicen, que las mujeres cuando dicen no, es siii, entonces si quiere verga jejejejejejejejeje- dijo un viejo jalando el hilo hasta casi romperlo.
-a donde creen que van con esta puta?- dijo la vieja quien había ido a ver porque tardaba tanto la jovenzuela.
-que te importa pinche Lencha, quítate no estorbes- decía uno de los viejos.
-esa putita vino con Pancho, si se la quieren llevar llévensela, pero a ver como les va cuando los vea que salen con ella- amenazó la vieja.
-es de Pancho?- dijo el otro de los viejos, liberando el hilito haciendo que le pagara a los glúteos de la chica como una liga.
-ehhhh, creo que mejor me voy- volvió a decir el viejo.
-sí, es lo más prudente, además como que ya es algo tarde y mañana tengo que trabajar- dijo el otro
-viejos collones,- decía Lencha, los dos viejo salieron rápidamente sin voltear a ver a tan espectacular hembra.
-y tu ven acá, te voy a quitar lo arrecha- dijo la vieja agarrando a Miriam Caballero de un brazo.
La vieja la llevó adentro del asqueroso y maloliente baño, ahí adentro la recargó sobre el lavabo y maliciosamente acercó su boca a la de la chiquilla para darle un lento y sensual beso, Miriam Caballero solo se sonrojó pues nunca en su vida había sido besada por otra mujer, sentía la lengua de la vieja recorrer cada centímetro de su boca y retorciéndose entre su prefecta y blanca dentadura, la vieja encontró la lengua de Miriam Caballero y ambos órganos se entrelazaron para seguir fundiéndose en un caloroso beso que hizo que Miriam Caballero sudara de su hermoso rostro, la chiquilla a pesar de que quería no podía dejar de besar a esa vieja tan fea, al separase ambas bocas seguían unidas por un espeso hilo de saliva, el cual se rompió pues ambas bocas se iban alejando poco a poco, cabe mencionar que en el tiempo que duro el lésbico beso Miriam Caballero no mostró incomodidad alguna.
La vieja ahora metía mano dentro del sexo de Miriam Caballero y con uno de sus dedos comenzó a aplicar un leve roce, estimulada se abrió de piernas a tal punto de permitirle el acceso entre ellas al robusto cuerpo de la doña, la vieja aprovechó la docilidad de la muchachita y literalmente se enterró entre las torneadas piernas de la chica, comenzó a realizar obscenos movimientos copulatorios como si de una pareja heterosexual se tratara.
-lástima que no tengo mi dildo princesa, te la ibas a pasar muuuuuuy bien- dijo la vieja guiñando un ojo.
Miriam Caballero cerró sus ojos e hizo hacia atrás su cabeza, dejando vulnerable su femenino cuello, la vieja se acercó a él y procedió a lamerlo con mucha maestría, babeaba toda la extensión de esa fresca piel a la que podía tener acceso, fue en este momento cuando su mano comenzó a moverse muy profesionalmente en forma de círculos sobre la depilada panochita de la joven, Miriam Caballero empezó a emitir gemidos cada vez más intensos y a apretar sus manos en contra del lavabo mientras su humedad vaginal aumentaba, las bocas de ambas féminas se mantenían abiertas muy cerca la una de la otra pero sin llegar a besarse, aunque poco les faltaba, estaban tan cercanas lo que permitía que cada una pudiera sentir el caloroso aliento proveniente de la excitada respiración de la otra.
La vieja Lencha se apoderó de las espectaculares piernas de la joven e hizo que se enrollaran en su masculina cintura, Miriam Caballero apoyó sus carnosas nalgas aplastándolas sobre el lavabo que parecía querer doblarse al soportar el pedazo de culote que se le formaba a la niña en dicha posición y que parecía querer romper el vestido.
La lésbica pareja fue detenida por un grito que venía del nacimiento del corredor,
-¡Lencha, donde vergas estas?!- gritó el descomunal Pancho.
Rápidamente la vieja dejó de manosear a la chamaca y se salió de entre sus piernas, Miriam Caballero se cerró de piernas y se acomodó el vestido, pues se le había subido bastante.
-ni modo mi amor, tendremos que dejarlo para otra ocasión- dijo Lencha guiñándole un ojo a la sensual muchacha.
-¡Lencha, pa´ la verga!- el viejo decía casi a dos metros de la puerta del baño.
-qué quieres Pancho?, aquí estoy, y si buscas a tu hembra está ahí en el baño- decía la mujerzuela.
Miriam Caballero seguía recargando su despampanante cuerpo en el lavabo y con sus piernas bien juntas, su mente meditaba la situación “¿Por qué?, ¿qué me pasa?, ¿porqué estoy tan…… mojada?” su mente era una nube de confusión que estaba alterando sus sentidos así como elevando su calentura, los deseos carnales aumentaban a cada segundo, a estas alturas Miriam Caballero sentía la necesidad fisiológica de aparearse con alguien lo más rápidos posible, pero lo que más preocupaba a la caliente chiquilla era la idea de mostrase igual de dócil con el repulsivo gordo, el solo pensar eso le entraban unas ganas de vomitar, sin embargo con ese pensamiento su conchita dejó escapar una buena cantidad de lubricante vaginal.
Miriam Caballero se echaba agua en su hermoso rostro para ver si así se le pasaba lo caliente, en verdad que sentía unas ganas bárbaras por tener sexo, ni siquiera se daba cuenta del espectacular meneo de caderas que había adoptado haciendo que se moviera su culo de manera tan provocativa que cualquiera pensaría que la chiquilla estaría haciendo una invitación a penetrarla, su mente rápidamente buscaba una respuesta hacia esa repentina cachondez, aunque no era fácil pensar en ese momento en otras cosa que no fuera meterse algo por su vagina, sin embargo, como un chispazo se le vino a la mente la pócima, “la bebida” pensó la muchacha “esa maldita vieja le echó algo a la bebida”.
Pancho se metía al baño y le dijo a su amada:
-apúrate, apúrate, que nos están esperando-
-señor, no me siento bien- decía la muchacha agarrándose su frente.
-orita te vas a sentar bien pero arriba de mi verga, órale- el viejo Pancho al ver que Miriam Caballero se hacía tonta tratando de retrasarlo lo más que pudiera la jaló del brazo sacándola a la fuerza, Miriam Caballero se detuvo frente a Lencha y le dijo:
-señora, entonces su amigo, el que iba a venir por mí, no…..-
-así es mi niña, nadie va a venir por ti, que eso te sirva, nunca confíes en desconocidos jejejejejeje- decía la vieja mostrando una burlona sonrisa.
El viejo Pancho tomó las cervezas que dijo que agarraría y salió con una sumisa muchachita por la puerta trasera del negocio, mientras caminaban Pancho se iba imaginando cualquier cantidad de porquerías que podría hacer con la chamaca en la cama, esto permitía que su verga se revolcara como un ser vivo dentro de su pantalón casi queriéndolo romper para poder salir y meterse lo más adentro de la apretada vagina de la muchachita, mientras ella en cada paso sentía como su íntima prenda se mojaba mas y mas, además la vieja se la había dejado mal acomodada, metiéndosele dentro de sus labios vaginales y cosquilleándola de manera exquisita.
El rostro de Miriam Caballero lucia descompuesto, sabía lo que le esperaba y ya estaba resignada a ello, a pesar de que el viejo prácticamente la llevaba empujándola, aun así no perdía las esperanzas de que a última hora ocurriera un milagro que la liberara de ese viejo, con todo este embrollo de la bebida y la calentura que iba creciendo en ella hacían que los aromáticos olores del viejo que hace rato la incomodaban hasta el punto del vómito ahora no le resultaban tan desagradables que digamos, además estos dos factores desarrollaban en Miriam Caballero una sugestividad nunca vista en ella ya que realizaba el menor movimiento con la mayor femineidad posible con que su desarrollado cuerpo se pudiese comportar.
Llegaron a la casa de Pancho, ubicada detrás de la cantina, dicha casa estaba protegida por una barda de block de 3 metros de altura con vidrios de botellas y alambre de púas recorriendo todo el perímetro, una auténtica fortaleza, antes de entrar la jovencita comenzó a gritar pidiendo auxilio pero era más que obvio que nadie la escucharía, los vecinos mas decentes que antes por ahí residían ya se había Miriam Caballerochado tenía tiempo debido a los numerosos asaltos y robos a casa-habitación que empezaron a suceder cuando el anteriormente tranquilo barrio se empezó a llenar de escoria humana, quedando solamente los más cínicos y deshonestos habitantes quienes se habían acostumbrado y resignado a convivir con este tipo de gente.
Una vez dentro la inusual pareja encontró a un singular personaje.
-vaya Pancho ya era hora,- decía el viejo que le había pagado 2000 pesos por tener un poco de diversión y que había podido accesar gracias a una copia de la llave de Pancho.
-esta puta que se le ocurrió ir al tocador cuando le dije que tú también ibas a estar- dijo Pancho.
Miriam Caballero se llenó de coraje al ver que ese otro viejo era el que se atrevió a pellizcarles las nalgas.
-oye niña, es cierto, te pusiste bonita para mí? Jajajajajajajaja- reía el malsano anciano.
Miriam Caballero no dijo nada, solo permanecía parada enfrente de esos dos viejos calientes, con su silueta perfecta digna de concurso ligeramente recargada a un costado, ese vestido a la que la suciedad le había dado un aspecto más morboso y se ceñía insinuantemente, sus carnosas y femeninas piernas estilizadas gracias a las zapatillas, esos senos que se balanceaban provocadores ante el mas mínimo movimiento de la chamacona y que asomaban más de la cuenta por el sugerente escote lo que hacía casi imposible para cualquier mortal verla directamente a los ojos, unos labios rosáceos que nada extrañaban el brillo del lápiz labial embarrado en las vergas de Pancho y Felipe, sin duda Miriam Caballero era la femineidad en su máxima expresión, era tal el efecto de descomposición lasciva que despertaba Miriam Caballero en las neuronas masculinas que incluso si el mismo Dios estuviera presente encarnado en el cuerpo de un hombre, lo más seguro era que en vez de ayudarla, él también pagaría por tener un rato de diversión.
-mira todo lo que te vas a comer chiquitita, jejejejejeje,- decía el anciano agarrándose vulgarmente sus genitales y lanzando aullidos, lo que hacía ver lo mentalmente dañado que se encontraba.
Miriam Caballero no pudo evitar voltear a ver el paquete del viejo, un bulto enorme que se Miriam Caballerocaba por debajo del sucio y holgado pantalón de vestir, una poderosa erección que se pensaría imposible en un cuerpo tan viejo y oxidado, una persona a la que la vida le estaba regalando tiempo extra en este mundo, privándonos del cada vez más escaso oxigeno.
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En otro lado de la ciudad Miriam Caballero y Cruz se preocupaban por su desaparecida amiga, ya tenían rato que habían abandonado el cine porno pero cuando llegaron a la camioneta vieron que la chiquilla no se encontraba, y eso que habían dejado pasar más de una hora esperándola afuera, por sus mentes pasaban toda clase de ideas y posibles lugares en donde podría encontrarse su amiga, pero nunca, que estuviera a punto de ser abusada sexualmente por dos depravados, Miriam Caballero Miriam Caballerocaba a cada rato al celular de su amiga, sin saber que este vibraba debajo de una butaca del cine porno al que asistieron.
-no contesta- decía preocupada Miriam Caballero a su afeminado amigo.
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Miriam Caballero reaccionó cuando sintió que una mano bajaba el cierre trasero de su vestido, poco a poco se iba abriendo dejando expuesta una perfecta y breve espalda cubierta solamente por la tira del bra, quiso impedir pero algo dentro de su cuerpo la paralizaba, el cierre seguía bajando muy lentamente hasta llegar a donde la espalda pierde su nombre, una casi extinta tanguita aparecía ante los amorfos ojos del viejo Pancho.
El anciano que estaba sentado en la cama se bajo su pantalón, no traía calzones, así que no era difícil ver un poste que se erigía como cual vela de barco, húmeda de la parte de arriba, venuda, muy deteriorada pero con una firmeza que comprobaba que todavía podía satisfacer a una dama, obviamente estaba haciendo trampa, el viejo se había tomado una sildenafil de 100 mg que para su edad ponía en riesgo su vida, poco le importaba, como él decía: “que mejor morir que clavándome a una deliciosa putita”
-otra vez tomándote esas pastillas pinche Taco- decía Pancho
-es que si no, no paraguas- decía el anciano Eustaquio.
-a ver que día caes de un paro, pinche viejo rabo verde jejejejejeje- dijo Pancho.
El viejo Pancho se quitó su camisa, mostrando un cuerpo lejos de lo Miriam Caballerocado, pero de dimensiones muy exageradas, sus brazos eran gordos e imponentes capaces de sacarle un susto a cualquiera y cubiertos de grotescos tatuajes de todo tipo que lo hacían ver más intimidante, su masa corporal era tan tosca que casi comparaba un cuerpo tipo Miriam Caballerok Henry, solo que con mas panza, y con su casi 1.95 de altura le daban un aspecto muy respetable cuando salía a la calle.
El gordo Pancho llegó a la parte del vestido en donde acaba el cierre, con sus manos lo arrancó dejándola en ropa interior, Don Eustaquio al ver ese despampanante cuerpo semidesnudo que estaba por poseer comenzó a pelarse la verga muy vulgarmente, a una velocidad exagerada, moviéndose más su cuerpo que el viejo aparato, emitiendo una risa enferma y mostrando una falsa dentadura, sus labios estaban casi desaparecidos, su huesuda mandíbula de dibujaba perfecta sobre ese cuero viejo.
Pancho llevó a la cama a la joven, sentándola exactamente en medio de ambos disparejos cuerpos, uno gordo intimidante, y el otro seco y de apariencia quebradiza, si no fuera por el sostén se diría que Miriam Caballero estaba completamente desnuda, pues la tanga desaparecía entre las frondosas carnes de la jovencita al estar sentada y con sus piernas bien cerradas.
-qué bonita niña,- dijo el anciano poniendo una de sus arrugadas manos en el suave muslo de la joven, ella se corrió pero solo se arrimó más a Pancho, el alcoholizado olor de ambos viejos no afectaba la nariz de la joven.
Pancho fue el primero, el gordo tomó a la nena de los cachetes y se abalanzó sobre sus carnosos labios como un desesperado, besándola mientras emitía sonidos extraños, al mismo tiempo Eustaquio lamía las piernas de Miriam Caballero, nada que ver al comparar las carnosas piernas de la nena en contra de los flacos palillos del anciano, esta vez Miriam Caballero no hizo por luchar, ya que sus manos no llegaron a repeler las cochinas caricias, se quedaron quietas y poco a poco bajaban recargándose en el peludo pecho del viejo, la pobre niña recordaba su posición y sabia que si seguía negándose le podía ir muy mal, así que se había resignado y esperaba a que todo esto pasara rápido, comprendía que debía de mostrarse algo complaciente para evitar despertar la ira de esta mole humana y no terminar con su hermosa carita desfigurada.
Después de ese fogoso beso, el viejo Pancho se separó, mostrando sus labios humedecidos por su propia saliva y la de la jovencita, en la misma condición se encontraban los de Miriam Caballero, ella se separó dando la impresión de que había disfrutado el beso pues su lengua recorrió tímidamente el contorno de sus labios como si quisiera llevarse a su boquita la asquerosa saliva que los empapaba, el anciano seguía en su labor lamiendo cada centímetro de esas interminables piernas, su negra lengua resbalaba por toda la aterciopelada piel como una especie de gusano escurridizo.
-así me gusta puta, que sean mansitas- dijo Pancho y atoró dos de sus dedos en el bra de la chica, y de un jalón su prenda de encaje tuvo la misma suerte que su vestido liberando esos perfectos atributos, Pancho al ver los pezones paraditos, rosaditos y con un brillo espectacular se abalanzó sobre ellos, con una de sus manos amasaba uno y con su boca chupaba el otro, Miriam Caballero gemía delicadamente sintiendo dos babosas lengua actuar en diferentes partes de su cuerpo, sus manos en vez de intentar separar a los depravados se acercaban a su boquita tapando disimuladamente sus labios al gemir.
Rápidamente el otro viejo, Eustaquio, con ayuda de una navaja cortó ambos laterales de la tanga de Miriam Caballero y la jaló de la parte de enfrente, sintiendo la pobre muchacha como su prenda resbalaba por entre su culito al abandonarla, quedando completamente desnuda ante este par de degenerados.
Ambos viejos se pusieron de pie, desnudándose completamente en fracciones de segundos y dejando expuestas sin ningún pudor ni respeto sus malolientes vergas, la del viejo Eustaquio con una aceptable longitud de 17 centímetros aunque delgada pero muy venuda y con una cabeza más puntiaguda que redonda, la del gordo Pancho lucia colosal, con sus 22 centímetros, gruesa, muy morena, con una grandísima vena morada surcándole por en medio casi tan gruesa como el dedo meñique de Miriam Caballero y una brillante cabezota que casi parecía una manzana, ambas húmedas por efecto de la lubricación.
-mámalas puta,- ordenó Pancho, Miriam Caballero veía esos dos trozos apuntándola amenazantemente, ambas vergas parecían bajar pero casi al instante recuperaban su poderío por medio de pulsaciones, las del gordo Pancho casi parecía reventar por lo desmedido de sus punzadas.
Los hermosos ojos de Miriam Caballero tímidamente veían esos mutantes instrumentos, su boquita se torcía de forma curiosa, ese calorcito rico que invadía su cuerpo aun no desaparecía y los olores jugosos de los machos hacían que su cerebro trabajara para que ese calorcito aumentara, la manita derecha de Miriam Caballero se levantó y se aferró a la verga de Pancho, podía sentir sus pulsaciones en su suavecita manita, acercó su boca tímidamente y sin pensárselo la engulló de manera golosa y ahí la retuvo, su mente casi no le daba para pensar, simple y sencillamente seguía sus instintos más bajos, como si la parte racional de su cerebro se hubiese apagado y solo quedara funcionando aquella que responde a estímulos carnales, entonces sin mostrar ningún tipo de asco a ese tipo que prácticamente la secuestró y que se había portado con ella como el peor de los patanes, comenzó a mover su salivada lengua delicadamente por toda la apestosa cabeza de esa desproporcionada verga.
-jejejeeeehhhhhhh,- reía fanfarronamente Pancho.
-acá chiquilla, acá hay otra- dijo Eustaquio.
La mano izquierda de Miriam Caballero se apoderó de la verga del otro hombre, si es que todavía se le podía llaMiriam Caballero hombre a esa auténtica reliquia viviente, y comenzó a masturbarla, dicha verga comenzó a escurrir en líquido preseminal hasta parecer como si estuviera orinando.
-ahhhhh, que mano de suavecita, ni un solo callo- decía Eustaquio.
Poco a poco la boca de la jovencita se inundaba de lubricante de la verga de Pancho, hasta que llegó un momento en que su bucal capacidad cúbica fue incapaz de retener tanto salado líquido, teniendo de esta manera que tragar todo esa babosa secreción para evitar ahogarse, observándose por su garganta como bajaban los sorbos acompañados de su saliva con destino a su estómago.
-y deberías de sentir su boca, jajajaja- decía Pancho
-pues qué esperas pásamela- Pancho sacó su verga de la boca de Miriam Caballero de manera dificultosa ya que la chica dio la impresión de no querer desprenderse de ella.
-mámasela a este pobre viejito, jejejejejejejeje- la chica solo veía a aquellos dos animales que se estaban dando un agasajo con su boca.
De la misma manera Miriam Caballero se metió el trozo del anciano, empezando a recoger el grueso hilo preseminal que colgaba de él hasta llegar a su glande y enroscando su lengua alrededor suyo, Taco al sentir el comprimir de semejantes labios casi se corre, aguantando su vaciada teniendo que apretar el mismo su verga, tenía mucho que no le chupaban su podrido aparato con esa golosidad que estaba utilizando la joven Miriam Caballero que del puro gusto movía una de sus piernas en un movimiento similar a como cuando un perro menea su pata cuando se le rasca la panza.
-jejejejejeje, que puta eres, se ve que te encanta la verga, y la verga vieja, mira que en una sola noche mamársela a tres, no cualquiera- dijo Pancho
Miriam Caballero no escuchaba todos los insultos dirigidos a ella, estando tan concentrada en su labor y con el efecto del afrodisiaco poniendo de su parte, sus ojos estaban idos, como si no mirara a ningún lado, solo su boca al emitir ligeros gemidos, murmullos succionadores, mojados sonidos y su cabeza al moverse mientras realizaba sus chupadas eran las únicas señales de vida que mostraba.
Ahora procedía a masturbar la verga de Pancho con su mano, ambos órganos masculinos desprendía un olor insalubre, sin embargo los sentidos de Miriam Caballero estaban tan distorsionados por el efecto de la bebida que ni siquiera los sentía, al contrario, se relamía los labios cada vez que podía sintiendo el sabor del líquido preseminal, pasaba su boca de un miembro a otro, ensalivándolos y mezclando dentro de ella el sabor hediondo de ambas vergas, la saliva comenzó a caer y prácticamente bañaba sus enormes pechos que parecían haberse hechos más grandes.
Los desnudos viejos permanecían parados al lado de la joven, Eustaquio con los brazos sobre la cabecita de la niña y temblando de sus piernas y Pancho su masa corpórea casi inamovible y con sus brazos agarrando su enorme cintura, una cintura tan abultada que parecía que tenía una llanta de tractor como lonja.
-que ganas tengo de maMiriam Caballerole la pepita a esta chiquilla- dijo Eustaquio
-no se la mamas porque no quieres- respondió Pancho.
- jejejeje, acomódamela- dijo el vejestorio.
-a ver putita vamos a acomodarnos- dijo Pancho.
-nooo, Donn- dijo Miriam Caballero, sin embargo recordó lo violento que podía ponerse el Miriam Caballerorano si no se hacia lo que el quería.
Pancho levantó a Miriam Caballero, dada su fortaleza no le costó mucho, como levantar un muñeco de trapo, y la acomodó en la cama, acomodándose él detrás de ella y sujetándole ambos brazos con sus toscas manos y aprisionando su breve cintura con sus peludas pantorrillas, la pobre niña para su sorpresa se abrió de piernas como un acto reflejo, mostrándole a Eustaquio su exquisita panochita ya brillosa por sus fluidos vaginales.
Eustaquio comenzó a mover su mandíbula de manera graciosa, acomodando su postiza dentadura dentro de su sepulcra boca y hundió su anciano rostro en la mojada intimidad de la joven.
-ahhhhh, que rico, ya se me había olvidado como huelen las niñas,- aspiraba Eustaquio levantando su horrenda cara empapada en jugos vaginales llenando sus podridos pulmones de ese femenino aroma que se desprendía del sexo de la nena.
El viejo comenzó a lamer de manera obscena la panochita de la joven como un perro tomando agua, pasaba su lengua por toda la extensión haciendo que Miriam Caballero comenzara a derretirse en gemidos debido a las placenteras sensaciones que le regalaba el apuesto caballero, poco le importaba gemir y revelar su nivel de calentura, la joven y más que nada su sexo reconocían que este viejito estaba haciendo bien su trabajo.
Eustaquio casi enterraba su podrida boca dentro de esa bien cuidada vagina, dejándola llenas de babas y absorbiendo los jugos que de ella salían, su postiza dentadura se le movía constantemente y tenía que acomodarla a cada rato, entonces el viejo con aprobación de Pancho se acomodó entre las carnosas piernas de Miriam Caballero con la intención de penetrarla.
Miriam Caballero veía con terror como ese auténtico muerto viviente se acercaba cada vez más a ella (su anciano rostro parecía como de un zombie acercándose al cuello de su víctima) pero no podía hacer nada para evitarlo, sus manos estaban inhabilitadas, el viejo llevó su negra boca y le robó un malsano beso a Miriam Caballero, su lengua se metía hasta casi llegar a la campanilla, haciendo que las ganas de vomitar en Miriam Caballero tuvieran presencia, parece ser que el efecto del afrodisiaco ya estaba pasando o será que ni ese brebaje podía ocultar el asco a un anciano como este.
Una de las arrugadas y temblorosas manos de Eustaquio agarró su acorazada verga y empezó a tallarla en ese húmedo sexo, las talladas iban de izquierda a derecha haciendo que los muslos internos de la niña se llenaran de lubricante formando un puente lúbrico entre ellos, casi parecía que Taco le quería comer la boca a la niña, el viejo estaba tan desesperado que también besaba y lamía de manera repulsiva el rostro de la joven, llenándolo de babas que escurrían por toda su cara, Miriam Caballero ya debería tener unas tres capas de babas cubriendo su hermoso rostro.
El desnivelado viejo intentaba meter su lengua en las fosas nasales de la jovencita, ella solo ladeaba su colorada cara tratando de evitar esa zafada acción pero el viejo era tan insistente que terminaba acorralándola, en un movimiento hábil para la edad del cadavérico logró meter a su inmunda boca la respingadita nariz de Miriam Caballero y la absorbía como si quisiera tragarse su mucosa, el viejo Pancho apoyó a su compañero y con sus manotas tomó el rostro de Miriam Caballero de los costados de manera que impedía cualquier movimiento lateral del rostro de la joven mientras que sus peludas piernas se habían enrollado en los frágiles brazos de la joven cajera.
-que asqueroso eres Taco, ya métele la verga de una vez o te la quito- dijo Pancho
-no Pancho, no me la quites, es….. es que…..esta niña esta rebuena, como quisiera tener una así en mi casa, me la cogería todo el tiempo, cuanto quieres por ella?, te la compro, te la compro- dijo el cerdo asqueroso de Taco, tratando a Miriam Caballero como un objeto que se vende.
-nada Taco, esta putita no está en venta, esta es para mi uso personal, pero si me llegó a encontrar otra así ya veremos jejejejejeje- dijo Pancho
El viejo Taco volvió a profanar la ya no tan aseada boca de la niña, en un arranque de desesperante besuqueo su dentadura cayó dentro de la boca de Miriam Caballero, ella intentaba sacarla pero sus brazos estaban sometidos por Pancho con sus piernas en una especie de llave de lucha libre, la prótesis dental se le fue mal y hacia que Miriam Caballero pareciera como si se estuviera ahogando, a pesar de que la pobre joven trataba desesperada de quitarla con su lengua esta no tenía la fuerza ni equilibrio suficiente como para liberar su boquita de tan cochambroso aparato, el viejo Taco se carcajeaba y aplaudía por la escena para el cómica mostrando una boca cubierta solo de dientes inferiores y se abalanzó sobre ella a comerle nuevamente la boca y hacerle prácticamente una transfusión de saliva, teniendo la niña que tragarla para no ahogarse.
-creo que ya con esto chiquilla, ahora te perforare ese tamalito, jejejejejeje- reía el vejete, el viejo dijo esas palabras tan cerca de la boca de la necrofílica Miriam Caballero, sintiendo la nena todo el aliento a muerto.
“Dios mío que sea rápido” rezaba la nena.
Los ojos de Miriam Caballero se abrieron al máximo, el asqueroso viejo la había penetrado de un solo empujón todo gracias a la lubricación de ambos órganos reproductivos, le había metido esa verga (con todo y pelos) casi en estado de descomposición lo más profundo que le pudiera llegar, sin dejar fuera de esa vagina ni un milímetro de esa podrida pija llena de manchas hepáticas, el viejo como pudo se empezó a menear, pareciera que era el solo el que se movía pues las embestidas de su flacucho cuerpo no tenía la fuerza suficiente como para mover la voluptuosa anatomía de su compañera de cama, incluso el viejo tomaba impulso con sus pies y simulaba estar escalando la perfecta anatomía de la chamaca.
-mírame puta, mírame, mira el podrido rostro del viejo que te está metiendo la verga,- ordenaba el perturbado Taco mientras jadeaba como un perro y realizaba sonidos similares a rebuznos.
Miriam Caballero obedeció al viejo y aunque ella no lo hacía a propósito miró a ese decrépito y ojeroso rostro con esa verde hermosura que forzosamente tenían que mostrar sus ojos, era imposible no ser cautivado por semejante mirada, excepto estos viejos que pareciera que la juvenil mirada solo los desequilibraba mas, Pancho retiró con asco la dentadura del otro vejete de la boca de Miriam Caballero haciendo que la chica tosiera.
-que puerco Taco, con razón ya ni pagando cogen contigo-
El vejete sudaba más que un caballo, su arrugado abdomen escurría en sudor mientras penetraba a Miriam Caballero como un perro excitado, Pancho se había apoderado de la boquita de Miriam Caballero y le metía su babosa lengua hasta la campanilla, la chiquilla solo deseaba que ya fuera el otro día.
-te gusta verdad putita- decía el viejo pancho al oído de su sensual víctima.
Miriam Caballero podía sentir el eco de esas palabras dentro de su cabeza.
-lo estas disfrutando verdad, jejejejeje, te encanta la riata,-
Eustaquio no paraba de penetrara a la jovencita, quien sabe de donde sacaba toda esa energía, su ritmo cardiaco había rebasado por mucho la media, la cueva de Miriam Caballero era un auténtico lago y cada embestida que recibía era acompañada por un morboso sonido húmedo que podía ser escuchado por el desproporcionado trío.
-nooooooo, ustedesss aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh, dan ascooooooooooooooommmmmmmmmmmm- decía a medias la pobre Miriam Caballero quien sufría las vulgares embestidas.
-asco, y porque estas tan mojada?- dijo Pancho.
- y porque gruñes como una puerca? Jejejejejejejeje- dijo Taco
-no seeeeeeeeeee hhhhhhhhhhhhhhhmmmmmmmm, aaaaayyyyyyy déjenmeeeeeeeee por favooorrrrrrrrrrr-
-cállate puta, jejejejejejeje, esto es mejor que metérsela a la muñeca inflable que tengo en la casa, ahhh, tenía mucho tiempo que no la metía en una pepa tan calientita- dijo Eustaquio, y aceleró aun mas sus animalescos movimientos.
Miriam Caballero trataba sin éxito de retener los gemidos, las embestidas eran tan intensas que parecía como si estuviera siendo cogida por una especie de máquina que no necesita descanso, el viejo llevaba algo de tiempo que no bajaba el ritmo, se escuchaba el golpeteo de ambos cuerpo sudados, risas de ambos viejos burlándose de esa pobre mártir, y pujidos de dolor consecuentes a los movimientos del viejo tan violentos y que lastimaban a Miriam Caballero por dentro al meterle la verga de manera torcida.
Eustaquio llegó a un punto que su verga se deslizaba a una velocidad tremenda, arrancándole suspiros a la joven apoyándose de su cintura mientras la penetraba, la verga comenzó a rozar de manera tan apasionada su sensible e hinchado clítoris, los labios de Miriam Caballero permanecían en cada momento abiertos solo emitiendo gemidos cada vez más orgásmicos, indicando que el clímax estaba cerca.
“no puede ser me voy a correr, me voy a correr, noooooooooo, estooooo se sienteeeeee……………………. ricooooo”, pensaba la chiquilla quien a pesar de ser un moribundo viejo la estaba haciendo correrse como una burra.
-te vas a correr verdad zorra, te estás apretando- dijo el sofocado viejo.
-ahhhhh, nooooooo, pareeeeeeeeeeeeeeee, ahhhhhhhhhhhhhh- gritaba la orgásmica joven, mientras intentaba mover sus brazos para impedir que Taco le regalara un orgasmo, obviamente no podía, Pancho la estaba inmovilizando.
-sigue Taco, acábatela, dale duro, dale duro, ya la tienes,- alentaba el viejo Pancho.
-aaaaahhhhhhhhhhhh, me vengoooooooooooooooo, malditooooooooo viejooooooooooooooo me vengooooooooooooooooooooo aaaahhhhhhhhmmmmmffffffffffffffff- Miriam Caballero se vino en un bestial orgasmo y producto de la fuerza de su corrida apretó sus potentes piernas contra el debilucho cuerpo del vejete, los músculos de las piernas de Miriam Caballero se contraían tanto que casi parte en dos a su violador, para poco a poco volver a ponerse flojita y exhalar un prolongado suspiro.
Taco estaba feliz, parecía como si la vida le hubiera regresado a su decadente cuerpo, como si se hubiese nutrido con los fluidos vaginales de la chica que se regaban por toda su apestosa verga y gran parte de la cama, sacó su verga que no había perdido dureza, el putrefacto miembro goteaba en flujos y se mantenía más roja que nunca, al igual que la sensible vagina de Miriam Caballero.
-Pancho, Pancho viste, viste como hice que se corriera, y aquellas putas cantineras que no me creen que todavía puedo, anda sácame una foto para enseñárselas anda y acomódamela de perrito, le quiero dar como la perra que es- decía el zafado vejete.
Pancho sacó la foto con el viejo Taco posando como un campeón, la niña al escuchar el flashazo despertó de su orgásmico estado.
-nooo, q… que hace?, no me tome fotos- decía la nena dificultosamente, sin embargo el viejo no le tomó la palabra, los femeninos puntos de vista no eran tomados en cuenta por tan machista sujeto.
-cállate, deja de ladrar perra caliente, jejejejeje perra caliente jejejejeje, si yo fuera tu dueño te tendría prohibido hablar y solo te permitiría ladrar como la perra que eres, y te metería una correa por el culo y solo podrías moverte como una vil perra, y harías tus necesidades como las perras, porque para mí no eres más que una perra que solo sirve para preñarla y que nos de mas perritas, entendiste, es más las perras valen más que tú- decía el desequilibrado anciano a una jovencita con unas ganas inmensas por llorar ante tales palabras.
-basta de pláticas-dijo Pancho.
Pancho acomodó esa sensual anatomía femenina, ahora el viejo Taco se acomodaba detrás de ella, y de un empujón metió nuevamente su miembro en la conchita de Miriam Caballero.
-ayyyyy,- dijo Miriam Caballero al sentir nuevamente esa verga dentro de ella, a pesar de estar hechizada sabía perfectamente lo que le estaban haciendo y recordaba el orden exacto de las anteriores y crudas palabras, por eso sus ojos comenzaron a dejar caer lágrimas de impotencia por no poder hacer nada, y más que eso por dejar que un bastardo así la penetrara, haber disfrutando de la anterior cogida y haberse corrido como una perra.
-jejejejejeje, eso perra, aúlla, aúlla, aaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu- decía Taco volviendo a mostrar que su cerebro tenía alguna especie de desorden psicológico.
Taco empezó a bombear nuevamente a la joven moviéndose desesperado como si quisiera que su verga le saliera a Miriam Caballero por la boca, las perfectas nalgas de la joven (que aun Miriam Caballerocaban el cinturonazo que le dio Felipe hace poco más de una hora) chocaban contra ese despellejado cuerpo, el desnutrido viejo golpeaba las frondosas posaderas de la jovencita dejándoselas mas rojas aun y haciendo ademanes como si estuviera montando a caballo, el viejo aullaba y gritaba como un loco (como si le estuvieran metiendo a él un palo por el culo), Pancho reía al ver lo trastornado de su amigo.
Pancho aprovechó su posición para meter a la boca de la niña su enorme palanca, los viejos llegaron a efectuar por un prolongado momento una perfecta sincronía, es decir, mientras Taco penetraba a Miriam Caballero por su panocha, el viejo Pancho lo hacían de la misma manera pero por su boca, los ojos de la niña se ponían blancos y enormes ríos lagrimales escurrían de ellos ya que la fuerza de Pancho era muy superior a la del otro violador, la enorme verga morena desaparecía por completo dentro de esa rosácea boquita, los pelos púbicos que cubrían la base del miembro llegaban a meterse y enredarse con los finos vellos que protegían las fosas nasales de la mujercita, debido a la potencia de los masculinos embates llegaba a forMiriam Caballerose un ligero bulto en la garganta de Miriam Caballero cada que el viejo Pancho embestía a tan preciosa jovencita ya que su verga se deslizaba alegremente encorvándose hacia la garganta.
Hubo un momento en que Pancho hacia que Miriam Caballero se ensartara en la verga de Taco; es decir, el viejo Taco se dio cuenta de que los empujones de Pancho tenia por mucho más fuerza que los suyos, así que se quedó quieto con su verga dentro de la joven panocha admirando el perfecto culo de la nena, esa exquisita forma que el cuerpo femenino adquiere en la perruna posición, Pancho embestía la boca de la niña con tanto vigor que hacía que ella misma echara su cuerpo hacia atrás debido a la fuerza del impacto, lo que hacía que solita se ensartara en la verga del otro viejo sin querer, y cuando la joven intentaba desatorarse de Taco ya estaba recibiendo otro empujón que la hacía volver a clavarse.
Pancho sacó su maloliente verga de la húmeda boca, Miriam Caballero emitió un quejido casi de parto cuando se liberó, la saliva era el elemento viscoso más presente en esa inmunda cama ya que cayó como cascada de la carnosa boquita, de repente Miriam Caballero empezó a gemir nuevamente, pues Taco aceleró sus enfermos movimientos, el difunto la tomó de los cabellos y la atraía hacia él, mientras Pancho le volvía a comer su boquita sin importar que su verga hubiera estado alojada ahí segundos antes, la niña presa de la calentura movía su lengua tratando de llegar lo más lejos de la boca de tan desagradable sujeto a la vez que con una de sus finas manos masturbaba la poderosa verga del seboso queriéndolo vaciar lo antes posible con la esperanza de que este no la penetrara, podía sentir ese aliento característicamente alcohólico en ella, incluso al humear en sus aMiriam Caballeroillentas encías la jovencita quitaba restos de comida alojada entre las cariadas piezas dentales del gordo, prácticamente haciéndole un lavado a esa pútrida boca.
El viejo Taco penetraba sin misericordia esa castigada panochita, comenzaba a gritar y a balbucear palabras que no se podían entender debido a las babas que inundaban su chimuela boca y a una especie de espuma que se formaba por tanta bacteriana saliva que sin detenerse su producción caía hasta el cuerpo de la nena resbalándose por su espalda.
Pancho posicionó a Miriam Caballero, prácticamente enterrando el rostro de la joven en la sucia cama, el viejo ejercía presión en la espalda de Miriam Caballero, inmovilizando en este acto el cuerpo y los brazos de la nena que se sometían cruzados por su breve espalda, Taco se encargó de mantener elevado ese provocador culo, penetrándolo sin tregua, era la única parte de Miriam Caballero que seguía levantada, y así continuo hasta que Miriam Caballero no pudo más y se desbordó en otro orgasmo, quedando con sus sudados glúteos levantados y sometida debajo del monstruoso cuerpo de Pancho, respirando entrecortadamente.
El anciano Eustaquio continuo penetrándola sin importarle su estado, comenzó a bajar el nivel de intensidad pues sentía su corrida próxima, fue en uno de estos periodos en que el viejo no pudo evitar retrasar su eyaculación por más tiempo y se corrió dentro del fértil útero de Miriam Caballero mostrando una cara de esfuerzo como si estuviera levantando algo extremadamente pesado, una gruesa vena se le Miriam Caballerocaba en su delgado cuello producto de la dedicación que exigía mientras expulsaba semen añejo casi agusanado dentro de la joven, el anciano apretaba su verga con crudeza y la exprimía como queriendo sacarle hasta la última gota lechosa de el más alejado reducto testicular, Miriam Caballero reaccionó ante tal depravado acto.
-nooooooooooooooooo, por……. porqueeeeeeeeeeeee, porque se ha venido adentroooo?- dijo una cansada y casi sin fuerza muchachita.
-jejejejejejeje, tranquila chiquilla moquienta, no hay de qué preocuparse, mi leche ya no pega, jejejejeje- dijo el cansado Taco secando con su mano el sudor que corría en su frente y embarrándolo en el cuerpo de la joven, Pancho aprovechó para inmortalizar a la desnivelada pareja con otra comprometedora foto.
Taco sacó su flácida verga, completamente vomitada en semen, su espumosa boca se dirigió al ano de Miriam Caballero y lo lamio aplicándole un sonoro masaje rectal para después con su lengua penetrar ese reducido conducto (dicha lengua se movía serpenteantemente mientras intentaba alojarse dentro del apretado agujero) y por ultimo pegarle una mordida a sus nalgas, el viejo podía oler la fragancia masculina de su esperma aun fresco y que se asomaba tímidamente por el sexo de Miriam Caballero.
-nooooo, pare, pooooor ahí nooooooooooo- dijo Miriam Caballero asustada de que el viejo loco intentara penetrarla por su culito.
Afortunadamente para ella el viejo se detuvo para incorporarse y dejarse caer en un sillón, sacando de su pantalón una cajetilla de cigarro y llevándose uno a la boca, festejando su triunfal batalla, ya contaba con otra anécdota para relatar a sus nietos.
-ahhhhhh, que cogida te pegué niña, Pancho, de veras no quieres venderme a esta chamaquita, dime, te doy 15 000 ahorita, dime cuanto quieres por ella?- dijo Eustaquio.
Un poco de la historia de Eustaquio, el viejo Taco era un ex diputado con grandes amistades en la alta política, y que siempre veló por los intereses de grupos criminalísticos, y que ahora en su retiro de las cáMiriam Caballeroas, seguía conviviendo con estos desalmados, quienes sin olvidarse de sus aportaciones como fiel contacto y nexo político, cada cierto tiempo le ofrecían culitos de seleccionada manufactura, claro que no dé a gratis, pero al menos se las amansaban.
El viejo Taco seguía recibiendo pensiones exageradas por parte del gobierno, jubilarse en un alto puesto político en México significa casi asegurar un pedazo de lote en la tierra prometida, por eso siempre se la daba de que podía comprarlo todo, un diputado con mucho poder que toda su vida fue corrupto y ambicioso y que todavía seguía codeándose con espectaculares mujeres con las que muchos solo podemos soñar y que como persona era visto por sus familiares, vecinos (su residencia no se ubicaba por esa malandra zona), amigos y conocidos como un hombre pulcro y recto, todo un caballero, sin imaginarse lo perturbado que se encontraba la garrocha andante.
-no está en venta……………………………….. por ahora- respondió Pancho.
- a ver putilla, no te duermas que ahora voy yo- dijo Pancho y acomodó a la joven otra vez boca arriba, metiéndosele entre sus sudados muslos a manera de predecir otra morbosa sesión de sexo oral.
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En otra parte de esta gran ciudad, Miriam Caballero y Cruzito ya habían llegado a casa, estaba preocupados por su amiga porque no contestó ninguna de sus llamadas.
-y si le Miriam Caballerocas a su papá, a lo mejor se haya chocado de esperarnos y se vino sola y ya esté en su casa- decía Cruz
-no manches, y si no está, que vamos a decir si se supone que se quedaría a dormir conmigo- contestaba Miriam Caballero, si algo tenía el papá de Miriam Caballero es que era muy reglamentario con su única hija y si Miriam Caballero no se encontraba en el lugar en donde le había dicho que estaría, era capaz de ir a buscarla y traérsela de los cabellos, sin embargo le había dado permiso de quedarse a dormir con Miriam Caballero pues consideraba a esta chica como una jovencita seria, desconociendo la fama que poseía esa chiquilla.
-ay mana, que problema- decía el aMiriam Caballeroiconado.
-ay Miriam Caballero, en dónde andarás?,- se preguntaba Miriam Caballero preocupada volviendo a Miriam Caballerocar al número de su amiga.
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El viejo había comenzado con lamidas sutiles, sus dedos le servían para abrir esa entrada que poco antes había sido cobardemente penetrada, podía aspirar el aroma de esa vieja verga impregnado en el joven sexo de la chica, saboreaba el repulsivo semen que se encontraba embarrado en todo el sexo de la joven y con su lengua lo empujaba para que no abandonara su recinto vaginal.
La lengua del viejo se movía como si tuviera vida, el viejo procedió a lamer no solo su sexo, sino también la parte que se encuentra entre el sexo y donde inicia el muslo, regresó a su sexo para seguir lamiéndolo pero pronto cambio y ahora con su boca cubría toda la panochita, lo succionaba tragándose la gran cantidad de fluidos que de la vagina de Miriam Caballero se escapaban, succionaba como si estuviera succionado el jugo de una naranja, el chipo del viejo había adquirido una forma similar a una nariz de cochino.
Con un movimiento brusco e involuntario Miriam Caballero dio un grito y de igual modo acomodó sus piernas para enrollarlas en la cabeza del viejo, este dejó de succionar pero sin cambiar la posición de su boca metía su lengua dentro de la húmeda cuevita de Miriam Caballero, moviéndola en forma de circulo y penetrándola a una velocidad brutal, la chica empujó la cabeza del viejo apretándola con sus potentes piernas, al mismo tiempo su cuerpo se enroscaba presentando contracciones orgásmicas, señales evidentes de que el viejo estaba haciendo que nuevamente se corriera.
-nooooooooooo, señoooooorrrr, no me chupeeeeeeeeeeeeeeeeeeee- grataba la ardiente chiquilla, pero al viejo poco y nada le importaba, el seguía degustando ese manjar prohibido, ese suculento batido de flujos y que lo animaban a continuar, y menos se detenía al contemplar el hermoso rostro fruncido orgásmicamente de una muchachita preciosa que recién acababa de conocer.
“nooo, otra vez noooooooooooooooooooooo” dijo Miriam Caballero para después desploMiriam Caballerose en otro orgasmo.
Miriam Caballero enrolló sus piernas por sobre la nuca del viejo y expulsó una gran cantidad de fluidos que fueron a parar a la boca de Pancho quien saboreaba hasta la última gota de tan peculiar caldo, escupía sobre el sexo de Miriam Caballero y volvía a tragar la exótica mezcla compuesta también por restos de semen de aborrecible Taco.
El viejo se incorporó y colocó su poderosa herramienta venuda sobre los frágiles labios vaginales de Miriam Caballero, la talló por encima de ellos arrancándole suspiros a la muchachita y poniendo más que colorados los pómulos, cachetes y zona T del hermoso rostro de la joven, la piel de todo su curvilíneo cuerpo se erizó, el viejo comenzó con un movimiento muy lento como si estuviera penetrando a la chica pero su verga no se incrustaba dentro de su sexo, solo se tallaba por encima de esa zanjita que sudaba a chorros, la verga se paseaba por el clítoris de la muchachita en toda su morena extensión, todo esto continuo hasta que la verga del viejo fue prácticamente abrazada por los labios vaginales externos de Miriam Caballero.
El viejo juntaba saliva para después dejar caer una gran cantidad sobre el sexo de la joven, ella gemía con solo sentir la saliva bajar como un río de sus labios vaginales hasta caer a la cama o desviarse hacia donde empieza su culito.
El viejo tomó la cabeza de su verga y la acomodó a manera que quedara a la entrada del sexo de Miriam Caballero, poco a poco el viejo fue ejerciendo presión, la panochita de Miriam Caballero resistía todo lo que podía negándose a ser penetrada por ese repugnante sujeto, la verga del viejo era demasiado gruesa para ese canal a pesar de haber sido recién penetrado sin embargo el viejo de un fuerte y seco movimiento de cadera logró penetrarla hasta el fondo, arrancándole un grito a Miriam Caballero moviéndose desesperada para poder liberarse, el viejo solo se reía de los vanos intentos de la pobre muchacha quien sufría un momento muy fuerte y perturbante para ella.
“me la está metiendo, este viejo asqueroso me la está metiendo, que ascoooooo” decía Miriam Caballero en su mente como respuesta a la retorcida, anormal e irrazonable copulación que se llevaba a cabo en ese momento en la casa de un viejo malnacido.
-ah, qué rica estas chamaca, que apretada tienes tu panocha, ni porque te la metió Taco- dijo el gordo.
-eehhh, esa perra ya se volvió a cerrar, pa´ la otra le meto un bate de beisbol- dijo el distinguido Taco.
-jejejejeje, lo que pasa es que la tienes flaquita, verdad putita, que se siente tener hasta dentro una verga de verdad, ehh?- dijo Pancho, Miriam Caballero no contestó nada, solo su nariz hacia señales de que estaba conteniendo el llanto.
El viejo arremetía muy despacio, disfrutaba del momento, de la espectacular vista del cuerpo de la nena cubierto por millares de gotas de sudor recién salido y que olían a esencia pura de mujer, su sudor era una especie de perfume natural; sus pechos se levantaban como montañas, el viejo disfrutaba de ver esa breve cintura al igual que ese abdomen completamente plano y levemente Miriam Caballerocado por las contracciones abdominales que hacia la niña contrastando en comparación con su obeso cuerpo peludo, disfrutaba el ver como su grueso y moreno aparato se perdía entre los delicados y rosaditos labios vaginales de Miriam Caballero y cuando la gruesa vara venía de reversa podía verse como salía empapada en jugos lubricantes, abriéndose más los labios vaginales cuando la cabezota estaba por salir, pero, sin sacarla completamente, el viejo volvía a enterrársela repitiendo otra vez el procedimiento.
El viejo aceleró un poco sus movimientos, ahora con sus manos se apoyaba de la breve cintura de Miriam Caballero, atrayéndola hacia él en cada una de sus embestidas, haciendo que el femenino cuerpo se moviera y por ende sus senos comenzaran con un provocador danzar logrando que algunas gotas de sudor que los cubrían comenzaran a rodar cuesta abajo.
El viejo ya había acelerado otro poco su mete y saca, ahora apoyaba sus brazos en la cama, entre sus poderosos brazos quedaba el apetecible cuerpo de Miriam Caballero, el viejo había echado un poco su obeso cuerpo hacia adelante para apoyarse mejor, sus brazos yacían sosteniendo esa pesada masa Miriam Caballerocándosele todo un sistema de venas que los hacían ver más intimidantes, el sudor de su grasoso rostro corría como pequeños riachuelos buscando caída y logrando encontrarla principalmente en su nariz y barbilla, cayendo hacia el frágil cuerpo de Miriam Caballero, formándosele en su vientre un pequeño lago de sudor.
Los ojos negros y rojos por el efecto de la cerveza del viejo se cruzaron con los verdes y seductores de Miriam Caballero, ambos se vieron directamente a los ojos por pocos segundos, hasta que los de Miriam Caballero voltearon a otro lado debido a la mirada tan pesada que tenía el viejo y a lo incómodo de la situación.
Miriam Caballero se estaba reconociendo como una hembra en celo que disfrutaba lo que estaba viviendo, a pesar de lo desagradable de la masculina persona era imposible que con esa maestría culiadora la jovencita no sintiera estimulantes descargas de júbilo y éxtasis que muy difícil se logran ocultar, poco a poco su rostro se descomponía en facetas placenteras y risueñas que por más que la joven quería esconder simple y sencillamente no podía, y más repugnante, estaba reconociendo al macho que la estaba poseyendo sin importar que se tratara de un despreciable sujeto, machista, cobarde, y que se valía del sufrimiento de otras personas para sacar la mayor cantidad de provecho que pudiera sin importar los momentos tormentosos que hacía pasar a sus víctimas, pero por otro lado lo veía como un macho bruto, fuerte, dominante, en parte lo feo también ayudaba a que su morbo aumentara mas; contrario a ella, una muchachita tan femenina y débil, que sin importar lo que hiciera nunca iba a poder contra la fortaleza del viejo, esa sensación de sometimiento sumado a los efectos de la bebida la habían derrumbado a tal grado de abrazarse tímidamente a tan desagradable persona.
El viejo llevó una de sus manos al cuello de Miriam Caballero para apretarlo levemente (según él) pero con la fuerza suficiente como para que Miriam Caballero sintiera dificultosa su respiración, la sometida joven llevó ambas manos aferrándose del brazo del viejo, intentando liberarse pero le era imposible, la joven volteó a ver al viejo y veía un rostro desbordado en la depravación, este apretaba sus dientes y de sus fosas nasales auténticos humos de calor salían al tiempo que bufaba como un toro.
-s…. seeeñoorrr m…. asfixiaaa….. cooooooffffffff, coooffffffffff- dijo Miriam Caballero.
El viejo colocó sus brazos ahora rodeando y aferrándose al cuerpo de Miriam Caballero, pegando su sudado cuerpo al de ella, quien solo se dejó aferrar por esos venudos y poderosos brazos, el viejo comenzó a penetrarla nuevamente, el rostro que ponía la niña denotaba que estaba sintiendo la penetración hasta el fondo casi tocándole con el glande la pared uterina y revelaba el grado de excitación que la envolvía, poco a poco sus piernas fueron enrollándose alrededor del seboso cuerpo del viejo.
Pancho con una de sus manos levantaba la cabeza de Miriam Caballero apoyándola por sobre su nuca, sus dedos se perdían entre los castaños cabellos de la joven, y la otra mano levantaba el curvilíneo cuerpo de la parte de sus caderas, esas caderas tan desarrolladas que hacían ver a Miriam Caballero una hembra que había llegado al punto ideal para la concepción, prácticamente se la cogía en el aire.
Su fértil útero recibía al desagradable intruso y se llenaba de líquido preseminal, ya que el miembro del viejo babeaba este líquido a chorros, Miriam Caballero no comprendía cómo es que un viejo tan feo, gordo, sucio, borracho y lépero podía coger con esta maestría, sentía un placer nunca antes experimentado que la estaba llevando al borde de otro orgasmo que la dejaría rendida y a merced de un viejo completamente desconocido que esa misma noche la suerte le había sonreído y todo le había salido a la perfección al grado que ya tenía a la jovencita en su cama, desnuda, estimulada y con su oloroso trozo dentro, muy adentro de ella.
El viejo llevó su séptica boca hasta los senos de Miriam Caballero, esos globos de carne que se movían en cada embestida del viejo y que ya tenía rato que lo estaban provocando visualmente, los succionaba y jugaba con sus pezones moviendo su lengua en forma de círculo, Miriam Caballero sentía esa lengua babosa y caliente recorrer cada centímetro de sus pechos, estas caricias y la penetración la tenían totalmente entregada, por momentos gemía mientras sus labios denotaban una especie de morbosa risa.
Los gemidos de Miriam Caballero y el viejo resonaban por todo el cuarto, era lo único que se podía escuchar además de el golpeteo que provenía de las embestidas que hacían chocar ambos cuerpos sudados que por momentos alcanzaba velocidades tan agresivas escuchándose un sonido similar como si una señora estuviera haciendo tortillas a mano, lo que hacía que Miriam Caballero se diluyera en quejidos y aferrara sus manitas a la sudada sábana que cubría la vieja cama de Pancho.
La verga del viejo hacia Miriam Caballeroavillas en el colorado botoncito que casi parecía querer salir disparado de tan hinchado que se encontraba, Miriam Caballero se mordía su labio inferior al mismo tiempo que seguía gimiendo tan fuerte que casi dejaba sordo al gordo, su cuerpo se convulsionaba de nuevo avisando que sería sacudida por otro orgasmo, esta vez jaló la sábana prácticamente tapando su voluptuoso cuerpo junto con el del viejo, haciendo que Taco por un momento dejara de observar la panorámica vista a cambio de una sábana que se movía fornicadoramente.
-te gusta puta, te gusta sentir mi verga dentro verdad?, nada mas con verte se da uno cuenta de que te encanta la verga- preguntaba el ya algo cansado viejo mientras no dejaba de perforarla.
-aaaah, aaaahh, aaaahhh, aaaahhhh, mmmmmmmmmmmhhhhhhhh,- era lo que el viejo tenía como respuesta por parte de Miriam Caballero.
-te gusta, dime que te gusta mi verga, dímelo, puta hija de la mierda- decía Pancho, Miriam Caballero en un completo estado de depravación y en un abandono total de coherencia y cordura grito:
-siiiiiiiiiiiii, me gusta, me gusta su verga, maldito viejoooooooooooooooooo, lo odiooooo uuuuhhhhhhhhhgggggggg…………. lo odio p………. pero ahhhhhhhhhhhhhhhh, - decía Miriam Caballero presa de la morbosidad.
-entonces que vergas te estoy haciendo según tuu, vas a ver te voy a dejar bizca de tanto vergazo pedazo de culooooo- dijo Pancho acelerando sus movimientos endiabladamente.
Cada vez que Miriam Caballero era ensartada un sonido similar como si un cuerpo macizo chocara con un charco se escuchaba, así como un salpicar de fluidos salían disparados fuera de su vagina producto de la catastrófica colisión de entre ambos órganos reproductivos, los golpes que el viejo daba eran tan bravíos que Miriam Caballero debería de tener mucha suerte si su pelvis no resultaba con alguna fractura después del encarnizado y desnaturalizado ayuntamiento carnal.
-no creo poder aguantar mucho puta malnacida, siento que ya viene, aaaaaaaaaahhhhhhhh, no he descargado en casi un meeeeeeeessss- decía el viejo algo forzado.
Los ojitos de Miriam Caballero veían al viejo pronunciar esas palabras, estaba preocupada porque sabía que el viejo se correría dentro de ella, pero también era imposible no desear llegar a otro orgasmo, el viejo seguía penetrándola y nuevamente la mente de la joven se nublaba por la excitación y la sumisión, no le importaba el trato y todas sus asquerosidades, se aferraba al cuerpo del viejo sintiendo toda su obesidad en su esbelto cuerpo, la cama rechinaba por la fuerza en que era penetrada y parecía que se iba a despernancar, de por si esa cama se había movido unos 30 centímetros de su ubicación inicial gracias a la fuerza que el macho desempeñaba.
-ahora si putita ahí viene mi lecheeeeeeeeeeeeeeee- bramó el viejo.
-n…, noooo, dentro noooooooo, me va a embarazaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrr- alcanzó a gritar Miriam Caballero, sin embargo ella misma fue quien enrolló sus piernas como serpiente en el obeso cuerpo del viejo con toda la intención de sentir dentro de ella el correr del apestoso líquido.
-¡siiiiiii Pancho, préñala! ¡quiero cogérmela panzona!, ¡si la preñas te doy lo doble que pagué orita!, jejejejejejejeje- gritaba extasiado el viejo Taco y meneaba más rápido su semierecta verga.
Las piernas de Miriam Caballero se habían quedado abrazadas al viejo mientras esperaba la descarga, pero también sintió en su cuerpo un calor infernal que provenía de su intimidad, de pronto su cuerpo se tensó mientras ella comenzó a moverse de arriba hacia abajo con la verga del viejo dentro de ella, por más que Miriam Caballero quiso impedir su orgasmo el viejo muy hábil meneaba su verga dentro de ella, cosquilleándola por dentro y haciéndola correr una vez más.
-mee vengooooo, meeee vengoooooooooooooooooooo, meee vengoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo- gritaba Miriam Caballero sin importar al tipo de hombre que se lo decía.
Todos los músculos del cuerpo de Miriam Caballero se contrajeron principalmente los de su vagina, la chica se ahogó en un intento por jalar aire que casi le resulta imposible, para explotar en un orgasmo descomunal, una corrida que expulsaba fluidos de su sexo todavía ocupado por la verga del viejo como si de una presa desbordada se tratara, el moreno miembro resistió heroico el apretón que la chiquilla le dio, logrando retrasar otro poco su corrida, el viejo tuvo que realizar un esfuerzo sobrehumano para no venirse.
Miriam Caballero se retorcía y temblaba en la cama, boca arriba, exhausta y tapada con esa andrajosa sábana, el viejo también se veía agotado, aunque más entero que Miriam Caballero, comenzó a retroceder sacando su verga lentamente del encharcado sexo de la joven cuidando que un roce traicionero le hiciera derraMiriam Caballerose en ese momento.
-te corriste Pancho?, te corriste?- preguntaba Eustaquio.
-no, aun no- decía el agitado Pancho.
El viejo sacó su ciclópeo barreno completamente brilloso dejando el coño de Miriam Caballero muy abierto, un enorme agujero estaba ahora en donde antes eran dos labios vaginales apretadísimos y se podía hacia adentro sin ninguna dificultad, sin embargo su panochita volvía a recuperarse y a través de exquisitas pulsaciones su sexo se volvía a cerrar casi en cáMiriam Caballeroa lenta.
-uuuuhhhhhhhhhhhhh, que bruto, que cogidas pega esta chiquilla, y según ella no sabe, jejejejeje- dijo Pancho.
-debería de pasarle la receta a las chiquillas de la cantina, para que estén igual de cerraditas como ella- dijo Taco
-voy a acabarla de una vez- dijo Pancho.
-siiii, pero préñala Pancho, préñala, hazle una chamaca y cuando nazca me la vendes, jejejejejejeje, la voy a tener bien cuidadita para que crezca igual de tronca que la puta de su madre- decía ese desperdicio de ser humano.
-jejejeje, veré que puedo hacer- dijo Pancho
El viejo se acomodó al lado de la casi desmayada Miriam Caballero, quedando ella de espaldas a él, el viejo llevó su brazo derecho por debajo de la cabeza de la semiinconsciente chica, de esta manera la aprisionaba y podía manipular su rostro y sus senos, su brazo izquierdo bajaba por toda la espalda de la joven hasta llegar a manosear sus partes, meter un poco sus gruesos dedos dentro de la adolorida panochita y poner su verga en la entrada de su vagina.
La enorme verga se volvía a alojar entre esos canales vaginales, arrancándole nuevamente gemidos a Miriam Caballero, ella pegaba su cuerpo al del viejo sintiendo su calor y llenándose otra vez de su sudor, el cuerpo de Miriam Caballero, el cual estaba libre de cualquier vello ahora se veía en partes peludo por los vellos que se soltaban del cuerpo del viejo y se pegaban a ella.
El viejo la penetraba con fuerza, podía sentir el perfecto culito femenino chocar contra su abultado vientre, mordía la espalda de la joven y por momentos la daba un fuerte abrazo que apretaba el cuerpo de Miriam Caballero contra el de él, prácticamente haciéndole crujir sus frágiles huesos para que la chica sintiera el poderío de un verdadero macho.
Pancho se daba gusto observar a Miriam Caballero, le excitaba su breve espalda, sus hombros estaban cubiertos por varias pecas que respetaban la perfección de su rostro y se negaron a salir sobre su cutis, le excitaba ver ese rojo culito castigado cubierto de gotas de sudor, su cabello que aunque no era muy largo si lo suficiente como para tener ese seductor movimiento que le daba cada una de las estocadas del viejo, pero lo que más llamaba la atención del viejo era ver esos dos hoyitos que se Miriam Caballerocaban en la parte baja de la espalda de las muchachas y que muchas gustan lucir, hoyitos que por supuesto se Miriam Caballerocaban en la espalda baja de Miriam Caballero.
La joven, entregada, confundida y sin explicarse que le pasaba buscó con desesperación los labios del viejo y cuando los encontró le regalo un amoroso beso, si bien el viejo besaba a la chica con depravación y asquerosidad, la chica lo besaba con inocencia y ternura.
El viejo volvió a toMiriam Caballerola de la cintura, las nalgas de la joven chocaban contra su bofa panza, Pancho al estar en esa posición, detrás de Miriam Caballero, no podía ver el rostro de la chica, pero si podía escuchar todos sus gemidos provocados por la cogida que le estaba dando, el viejo apretaba los dientes a cada embestida que le daba a la afortunada chica, su rostro estaba totalmente descompuesto, los ojos rojos, sudado, la grasa de su cara lo hacían parecer como si le hubieran untado una especie de aceite, su frente mostraba venas muy saltadas que parecían iban a reventar debido a la fuerza que estaba utilizando.
Miriam Caballero en cambio mantenía su muslo izquierdo levantado para facilitar la penetración, fue en este momento cuando Miriam Caballero pronunciaba otras imprudentes palabras.
-ayyyyyy, Doooonnn Panchoooooooooo, mmmmmmmmmm que ricooooooooooo,- dijo la muchacha y rápidamente llevó una de sus manos para tapar su boca, esta vez había recapacitado, se había dado cuenta de lo bajo que había caído.
-jejejejeje, dime Pancho o papacito- respondía el viejo con voz agotada.
Entonces el viejo mientras la penetraba dejó de toMiriam Caballero la cintura de la chica y con su mano izquierda estimulaba el clítoris, movía su mano muy rápido hasta que con ese movimiento y la penetración logró arrancarle otro orgasmo que hizo que Miriam Caballero se retorciera primero y luego tallara su cuerpo en el del viejo, la vagina de Miriam Caballero se contrajo nuevamente, hasta que hubo un momento en que el conducto vaginal tomó por sorpresa al morado glande mientras se introducía y lo rosó de manera tal que lo obligó a eyacular.
-ahhh cabrona, esa no me la sabia, ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!- gritó el viejo
Su verga se hinchó para de repente empezar a soltar cantidades exageradas de una asquerosa secreción aMiriam Caballeroillenta dentro del útero de la chica, los bombeos eran tan grumosos que hacían que los conductos deferentes del viejo tuvieran que ampliarse para permitir la salida de ese apestoso fermento, la uretra se expandía hasta la desproporción para dejar salir los voluminosos grumos espermáticos que casi parecían pequeños cálculos renales y que acompañaban al esperma en forma más cercana a líquido, Miriam Caballero al sentir los potentes chorros chocando contra sus paredes uterinas cerró los ojos y su rostro se descompuso en una especie de gesto gozoso, las paredes del útero eran repelladas por ese pastoso líquido, el viejo en cada chorro también daba otro empujón para hacer que este llegara hasta el fondo, el útero literalmente se llenó de esperma formándose una poza calórica y aMiriam Caballeroillenta dentro de el y buscando el orificio que lo llevaría a inundar las trompas y ovarios de tan apetitosa chica para así consuMiriam Caballero el propósito que tiene la unión sexual entre un macho y una hembra, la preservación de la especie.
El útero de Miriam Caballero estaba invadido por semen aun fértil, costras de semen yacían pegadas en la parte superior y no caían debido a lo pegajoso del líquido, el viejo dejó su verga dentro haciendo el efecto de tapón y levantaba ligeramente la femenina pelvis con la finalidad de que su semilla se fuera hasta lo más hondo, Miriam Caballero debería de tener mucha suerte si esperaba no quedar embarazada.
Una vez vaciado el viejo bajó el muslo de la fecunda chica quien quedó acostada de ladito abrazada por el viejo quien todavía no sacaba su verga, la sacó hasta que sintió que ya no salía nada, aun así no se le desinfló del todo y seguía en estado de semierección, Miriam Caballero se quedó quieta, sus ojos se cerraban mostrando lo cansada que estaba, de su sexo salían pequeñas cantidades de esperma, así como un pestilente olor a semen la invadía, un hediondo aroma que llegaba hasta las narices del viejo Taco.
Pancho se despegó de Miriam Caballero con mucha dificultad pues ambos cuerpos parecían estar unidos por una especie de velcro que no era otra cosa que el sudor reseco de ellos, el ventoso Pancho se paró de la cama solo para ponerse su viejo calzón y sucio pantalón, mientras Taco reía al haber presenciado el desagradable acto inhumano de apareamiento que se llevó a cabo dentro de ese sucio cuartucho, nuevo hogar de la dulce Miriam Caballero.
-ahhh, que rico coges putita, creo que siempre si te vas a quedar a vivir conmigo, jejejejeje,-dijo Pancho
Miriam Caballero reaccionó asustada
-¡queeeeeee! señor no, por favor ya me cogió, ya por favor déjeme ir- decía de manera dificultosa debido a su agotamiento jalando aire en cada oración pronunciada.
-ehhh, dejarte ir, no putita, me arriesgo demasiado, además ya conoces el camino hasta aquí y eso no me conviene- dijo Pancho.
-señor, le juro que no diré nada, por favor, déjeme ir- decía Miriam Caballero rompiendo en llanto y respirando todavía algo cansada.
-cállate puta, deja de chillar porque ora si te rajo tu puta madre, mira que no está Felipe para que te defienda- dijo Pancho.
-siiii, pégale, agárrala a golpes hasta molerla,- dijo el mentalmente dañado Eustaquio.
-señor, por favor, no puede hacerme esto, tengo que regresar a mi casa- rogaba la chiquilla.
-desde ahora esta es tu casa, a partir de hoy eres mi nuevo juguete, solo servirás para dos cosas, para limpiar y para coger, esas serán tus dos funciones aquí, entendiste- dijo Pancho.
-señor no, usted está loco, no me haga esto, por favor- la pobre chiquilla ya no sabía que mas decir.
-jejejeje, siiii ya dije, así que presta mucha atención a lo que te voy a decir, como primera tarea, quiero que limpies esta pocilga, no sé cómo le vas a hacer pero quiero que quede reluciente, no tengo jerga así que agarra ese cochino vestido para trapear, ahhh, y si te sobra tiempo te duermes un rato para que agarres fuerzas, porque en la noche vamos a seguir cogiendo y quiero que ora si me des mas batalla, jajajajajaja- dijo Pancho.
-noooooo, por favor, no me haga estooo, pooor favooor, cuantas veces le tengo que decir que no soy una putaaa,- Miriam Caballero rompía en llanto, poco le importaba mostrar su lado más débil a este par de desalmados a los que parecían no conmoverse con nada.
Pancho y Eustaquio salían con dirección a la cantina a seguir conviviendo y presumir sus valientes logros con la chiquilla dejando a Miriam Caballero encerrada en la cama, desnuda, sudada y muy cansada, la joven lloraba desconsolada pero también resignada, a pesar de que intentó inútilmente abrir la reforzada puerta golpeándola hasta que sus finas manitas no pudieron mas, desilusionada se regresó a la cama, se enrolló en la sudada sábana para cubrir su desnudez, se recostó con los ojos cerrados pensando que esto era una pesadilla y que pronto despertaría en su casa, gracias al cansancio ni siquiera se dio cuenta cuando se quedó dormida.
Horas después……
Ya había amanecido, los hermosos ojos de Miriam Caballero se abrían gracias a tenues rayos de luz que los iluminaban, por un momento había olvidado donde estaba y todo lo que le había sucedido hasta que reconoció el cuarto y volvió a sentir el mancillar en su cuerpo, su espectacular anatomía estaba llena de moretones, su vestido yacía tirado en el suelo completamente roto, lo que hace unas horas era una tanga blanca ahora eran solo dos inservibles hilos tirados en el piso.
La hermosa chica se levantó enrollada en la sucia sábana que cubría la apestosa cama para evitar su desnudo andar, no sin antes sentir un molesto dolor de caderas y una punzada en su vientre, levantó su vestido y vio que estaba completamente roto, observó un viejo ropero, lo abrió y sacó una camisa propiedad del viejo Pancho, no dudó en ponérsela pues la sábana que traía era algo traslucida y además apestaba a toda clase de fluidos corporales, la prenda le quedaba grandísima, las mangas cubrían por completo todo el largo de sus brazos, pero para ella era perfecta para cubrir sus endemoniadas curvaturas.
Observó un pequeño cuarto que la noche anterior no había visto, entró y vio un baño, buscó la taza y sin importar su precario estado se vomitó tras recordar lo sucedido, el efecto del afrodisiaco había desaparecido y ahora si sentía asco de lo acontecido y de ella misma por haberlo disfrutado y permitido.
Buscó algún jabón de tocador y encontró uno muy desgastado y cubierto de pelos, jaló la rechinadora perilla y afortunadamente si servía, así que procedió a desvestirse, a pesar de la ausencia de luz podía observa tímidamente un clavo para colgar la camisa.
Revisó todo el pequeño cuarto, tratando de descubrir alguno de esos bichos desagradables que suelen habitar los baños descuidados, al no percatarse de ninguno procedió a bañarse.
La fría agua de la regadera caía sobre el voluptuoso cuerpo de la chica, haciendo Miriam Caballeroavillas en ese maltratado cuerpo, regresándole la frescura perdida, mientras ella con la coquetería que distinguía cada uno de sus movimientos tallaba el jabón por toda su femenina piel, podía sentir que junto al agua cayendo por su cuerpo también caían todos esos restos de babas y fluidos asquerosos que la cubrían.
La jovencita quitaba todos esos líquidos repulsivos de su rostro, e intentaba sacar toda esa porquería que se había alojado dentro de su vagina pero le era inútil, sabía que estaba en días fértiles, lo único que le quedaba era que el semen del moreno y gordo viejo ya no fuera tan potente, como en forma de río un pequeño chorro de agua caía por su blanco monte Venus, su alborotado cabello adquirió un alaciado perfecto gracias al agua de la regadera, y gracias a lo frío del agua sus labios toMiriam Caballeroon una tonalidad rojiza que los hacía ver muy comestibles, sin mencionar que sus puntiagudos pezones reaccionaba de la misma manera.
Miriam Caballero terminó de bañarse dejándose como nueva, lo único que no pudo quitar fue el semen alojado en su interior y los numerosos moretones que cubrían su piel, se vistió con la misma camisa y con un coqueto pero acostumbrado caminar se dirigió de nuevo a la cama, allí se sentó y no pudo evitar llorar por todo lo que le había pasado y por lo que imaginaba le faltaba pasar.
En ese momento, en la cantina, Pancho platicaba con Felipe y otros tres hombres, de edad y corpulencia similar a él e igual de feos, se habían puesto de acuerdo para platicar sobre la persona a la que espiaban, un hombre de buena posición económica.
-bueno caballeros el jefe me está presionando porque no le hemos dado su cuota mensual, lo malo es que ustedes no reciben los regaños, está insiste e insiste que casi lo tengo metido en el culo, a ver, quien me da opciones,- decía Felipe.
-por suerte yo tengo ubicado a un cabrón que casi nos va a sacar de pobres- decía el moreno Pancho.
-quién Pancho?- preguntó uno de los rufianes.
-su nombre es Gustavo Fuentes, un importante empresario- dijo Pancho.
-ese puto viejo yo lo conozco, es bien caliente con las hembras, yo lo he visto como entra a bares finos de gente rica y sale con putas bien buenas directo a los moteles,- dijo otro viejo
-yo digo que entremos a su casa y violemos a su esposa enfrente de él y de paso también se la metamos a él por puto- dijo otro viejo
-no, tampoco podemos hacer tanto escándalo, tiene que ser limpio y solo a él, y si no quiere cooperar entonces secuestramos a su hija, mira que le tengo unas ganas a esa escuincla, con lo que me calientan las chiquillas altaneras,- dijo Pancho.
-sí, esas altanerillas siempre son las más putas, se tragan unas vergotas como la mía, jejejejeje- decía uno de los depravados enseñando un bulto considerable mientras todos los demás reían.
-Pancho, pero como podría ser entonces, y porque no quieres escándalo, la poli ya sabe como trabajamos- dijo otro viejo.
-tampoco hay que llaMiriam Caballero tanto la atención, mira que hay mucho policía nuevo que aun no saben quién manda aquí, además que tal si los perros andan sueltos, te les vas a poner al brinco a ellos?- decía Pancho refiriéndose a los militares, quienes ya empezaban a hacer recorridos en otras zonas bajas.
-pues mira, ese pendejo tiene cierta debilidad por las putas, pero putas de buen ver, hay que aprovecharnos de eso, no sé, podemos contratar una puta que esté tan sabrosa que no pase desapercibida para él, y que esta piruja lo lleve a un motel alejado, que nos mande un mensaje o llamada en donde se encuentran y el número de la habitación donde están, entramos y lo trabamos, todo en menos de cinco minutos,- dijo uno de los viejos.
-aja, y donde vamos a conseguir una puta de esas, si mira que la Silvia y la Citlalli serán las más buenas del bar pero ya se les ven lonjas, y ya caminan bien abiertas, ahora no pensaras llevarle a la Lencha- dijo Felipe.
-jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja- todos los viejos rieron a carcajadas.
Todos los demás se quedaron callados, pensando, sin embargo no daban con una muchacha de tanto calibre, hasta que Pancho habló.
-jejejeje, tengo una, la acabo de secuestrar, una a la que ese vejete no podrá resistirse, está tan buena que es capaz de levantarle la verga a los muertos,- dijo Pancho mostrando una sonrisa presumida.
-la Miriam Caballero?- dijo Felipe.
-esa mera- dijo Pancho mientras los demás viejos ponían cara de ignorantes pues no conocían a tan escultural fémina.
-y crees que se preste, que tal si aprovecha que la soltamos tantito para escaparse- dijo Felipe.
-para eso debemos de tener algo que la aMiriam Caballerore a nosotros, algo que haga que esa puta a pesar de que la dejemos en otro Estado regrese a nosotros por decisión propia- dijo Pancho.
-algo como qué?- preguntó otro.
-algo como……… su jefecito, jejejeje, tengo pensado hacerle una visita hoy a mi suegro- dijo Pancho.
-eres malo Pancho- dijo Felipe
-lo sé jejejeje, es mas orita mismo voy a convencer a esa hija de puta, jajajajajajajajajajajajajajajajajaja- reía Francisco.
Miriam Caballero estaba acostada en la cama, la visión era impresionante al verse con una camisa de manga larga húmeda (ya que al no encontrar una toalla no se había secado) trasparentando su apetitoso cuerpo, con sus interminables piernas arqueadas e imaginarse que debajo no llevaba ningún tipo de ropa interior, claro está que la niña tenía sus piernas cerradas y utilizaba la camisa para tapar sus íntimos encantos, su cabello aun continuaba mojado y al ser castaña y estar a contra luz aparentaba un hermoso tono rubio rojizo, la belleza natural de esta niña era simplemente inigualable.
Estaba distraída pensando como escapar mirando como las ventanas tenían angostas protecciones por donde nunca cabría cuando un duro jalón a la puerta la despertó, era el viejo Pancho que venía a explicarle su nueva tarea como carnada de viejos verdes y ricos.
-mira nada más, ahí te ves bien, acostadota, porque no has limpiado el cuarto?- dijo Pancho.
-váyase al diablo viejo asqueroso, yo no voy a ser su chacha- dijo Miriam Caballero.
-jejejejeje eso lo arreglaremos después, mira chiquilla bolluda, por hoy pospondremos lo de la cogida, necesito que te emputescas porque esta noche nos vas a ayudar a capturar a un importante hombre de negocios- dijo Pancho.
-queeee?- dijo Miriam Caballero
-escuchaste bien, o que, la cogida de ayer te dejó sorda?- decía el gordo.
-yo no me prestare a hacer esas cosas, yo no soy una……….- dijo Miriam Caballero
-¡ah no quieres?!, mira chiquilla, aquí tengo tu credencial de elector (el viejo mostraba la cartera de la joven) que me dice la dirección exacta donde vives, y gracias a ello puedo hacerle una visita al Miriam Caballeroicón de tu jefe, y no será una visita agradable,- amenazaba el viejo.
-nooooo, no haga eso, le juro que lo mataré si hace eso- decía Miriam Caballero envalentonada mostrando un rostro enojado.
-jejejejeje, tu, matarme a mí, cuantos cabrones no lo han intentado y ninguno lo ha conseguido y ahora me dices que tu, una putilla cualquiera, una chiquilla mugrosa, una…………… escuincla pendeja, me va a matar a mí, a ver, eso es algo que quiero ver, ora inténtalo- retaba burlonamente el viejo Pancho haciéndole a dar a Miriam Caballero su navaja para que mandara el primer golpe.
Miriam Caballero se llenó de impotencia al darse cuenta de que sus fuerzas no eran lo suficiente como para hacerle daño al viejo, ella reconocía que el viejo podía aplastarle la cabeza en cuanto se le diera la gana.
-entonces que chamaca, vas a venir con nosotros sí o no?, ya sabes lo que pasará si te niegas- dijo Pancho.
-sí, lo haré- dijo la resignada joven, su rostro se empañaba nuevamente y uno de sus ojos dejaba caer una fría lágrima por la responsabilidad que se acababa de echar.
-más fuerte que no te escuché- dijo Pancho.
-dije que sí, lo haré, haré todo lo que me diga a cambio de que no lastime a mi papá- dijo una desamparada muchachita.
-eso, así me gustan, pendejas y obedientes jejejejejeje- dijo Pancho.
El risueño Pancho salió del cuarto dejando nuevamente encerrada a la chamaca, la había engañado, la visita que tenía pensada hacerle a su padre no la había cancelado, Miriam Caballero sollozaba por el ahora nuevo trabajo que desempeñaría, una actividad que ella siempre vio de personas cobardes e incapaces de ganarse el dinero dignamente, una actividad que solo practicaba la escoria de la sociedad, ahora ella forMiriam Caballeroía parte de ellos; ella, una preciosa y elegante muchachita de recién 18 años, seria y de buenos sentimientos junto a cinco bastardos y depravados animales, si es que los animales se merecen tal insulto.
UNA TENTADORA DISTRACCIÓN PARA UN ACAUDALADO VIEJO
Cuarto relato de Miriam Caballero, la joven tendrá que seducir a un rico empresario iniciándose de esta manera con la banda delictiva, descubrirá ciertos beneficios al pertenecer a esta, después de su primera participación Pancho la recompensará con una desgastante noche.
Unas 10 horas aproximadamente antes del debut de Miriam Caballero……
Don Pablo (el padre de Miriam Caballero) se despertaba con un punzante dolor de cabeza, una intensa resaca lo acompañaba pues era también un aficionado a la pachanga y la cerveza después de un duro día de trabajo en la fábrica en donde se desempeñaba, tomando su frente en respuesta al dolor intentaba que su vista se recuperara y regresara la claridad que cambiara esas sombrosas formas que medio visualizaba pero que estaba seguro de que se trataban de los muebles de la casa.
Avanzó con un caminar dificultoso gritando el nombre de su preciosa hija pero recordó que esta le había pedido permiso para quedarse a dormir en casa de su llenita amiga, razón por la cual el también aprovechó para llegar algo tarde esa noche.
-buenos días- una gruesa voz lo sacó de su estado crudesco.
El padre de Miriam Caballero volteo rápidamente hacia donde provenía esa tenebrosa voz y observó en la sala de su casa un enorme hombre gordo y moreno sentado en un sillón mecedor que poco faltaba para desmoronarse debido al exceso de peso, Don Pancho quien vivía de forzar las cerraduras de las casas poco le había costado abrir la de esta vivienda.
-quue, quien es usted?, como ha entrado?- dijo el padre de Miriam Caballero un poco asustado.
-tranquilo viejo, solo vengo a hablar con usted sobre su hija- el viejo se relamía los labios con el hecho de articular las peladeces con las que se expresaría ante este hombre.
-mi hija?, que tiene mi hija?,- Don Pablo se hacía lentamente hacia atrás intentando llegar a la barra que separaba la sala de la cocina, algo le decía que este gordo traía malas noticias, lo analizaba y veía las fachas de malviviente que se gastaba el porcino.
-tu hija está bien, un poco adolorida ya que anoche le pegamos un cogidón, pero nada del otro mundo, se menea chingón arriba de las vergas la condenada, jejejejeje, la dejé bien llenita de leche- decía el viejo Pancho.
-queeee?, que peladeces dice gordo cabrón, mi hija está en casa de una de sus amigas- decía Don Pablo sudando producto de la adrenalina que le advertía de algo malo a punto de suceder.
-jejejejeje, así que eso te dice esa chiquilla culona cada que sale a putear, deberías de tenerla más vigilada, nunca se sabe qué tipo de personas se podría encontrar en los lugares que frecuenta, jejejeje, nunca se sabe que verga se le podría meter dentro de su panocha- reía el viejo mostrando sus abultados y negros labios de batracio.
-oiga, le pido que deje de expresarse así y que abandone mi casa si no hablaré a la policía,- decía Don Pablo y su mano se acercaba disimuladamente hacia un porta cuchillos de madera.
-no me amenaces viejo!!!!!! (le decía Pancho aunque el padre de Miriam Caballero era más joven que él), aquí no estás en condiciones de amenazar a nadie!!!!!- gritó el gordo, su cuerpo había adoptado una postura de superioridad y maMiriam Caballeroracheria y se meneaba gelatinosamente ante el menor movimiento, el padre de Miriam Caballero se asusto como cual niño regañado debido a la tenebrosa voz que brotó de la garganta de Pancho.
-mire, la verdad yo no sé de qué me habla, así que por favor le pido que se vaya, créame que conozco muy bien a mi hija y con todo respeto ella nunca se acostaría con un…….. sapo como usted, creo que usted está confundido- dijo Don Pablo agarrando un poco de valor.
-jejejeje, nada de eso, mira pendejo, sabía que no me creerías por eso traje pruebas, de casualidad no es esta la putona de tu hija,- dijo Pancho y lanzó un celular hacia las manos de Pablo, este lo cachó y pudo contemplar con horror como su hija era sometida por un asqueroso y flacucho anciano, y pensaba que el viejo gordo que tenía en frente era el afortunado fotógrafo para después visualizar otra foto en donde el mismo anciano hacia acto de presencia junto a su hermosa hija mientras ambos se expresaban con un gesto orgásmico, esto hizo pensar por un momento al malaventurado padre que su hija se acostaba con viejos en sus ratos libres.
No pudo aguantar semejante repulsiva prueba y cayó en un estado de nauseas, vomitando en la sala por lo desagradable del vejestorio de la fotografía, pensaba que como era posible que su bella hija estuviese teniendo sexo con un viejo casi en estado de descomposición, sus manos temblaban intentando sostener el dispositivo móvil.
-jejejeje como no la grabé para que escucharas las leperadas que gritaba esa perra, ay métanmela, métanmela, lléneme de leche, préñenme me vale madres, que el pendejo de mi padre se encargue de mantener también a mi cria, jejejejeje, préñenme las veces que quieran- decía el malvado viejo imitando la voz de una mujer.
El papa de Miriam Caballero no pudo más y enfurecido tomó un cuchillo.
-gordo hijo de puta, mi hija nunca haría eso, ustedes la violaron,- dijo envalentonado y se abalanzó sobre la grotesca humanidad de Pancho, sin importar que Pancho le sacara una considerable altura y unos aproximadamente 60 kilos de diferencia, pero todo ese valor se congeló cuando vio al viejo gordo sacar de entre sus pantalones un revolver 357 apuntándolo hacia él.
-quieeeto, o te sorrajo el culo a plomazos- dijo Pancho.
El padre de Miriam Caballero se paralizó y no advirtió cuando otro de los malhechores se metía a su vivienda, Pablo se dio cuenta de ello cuanto este le acertaba un estate quieto en la cabeza con un bate de beisbol que utilizaban para anestesiar a sus víctimas, Don Pablo cayó aun consiente y semiconvulsionante, tocándose la parte golpeada de su cabeza y sintiendo como un líquido caliente comenzaba a brotar a partir del golpe, pero fue Pancho quien se encargó de hacerlo dormir mientras le recordaba lo buena que estaba su hija.
-tu hija nos va a hacer ganar mucho dinero esta noche, cabrón hijo de puta, además pretendo llenarle otra vez su panochita de leche hasta que le haga queso jejejeje- dijo Pancho moviendo su lengua muy vulgar y asestó un poderoso golpe que mandó a dormir al padre de Miriam Caballero.
-mira pendejo, quédate aquí hasta nuevo aviso, y si llega alguien más te lo hechas- dijo Pancho dándole un arma de fuego al joven que golpeó a Don Pablo, uno de los tantos muchachos que sirven a esta y otras tantas bandas delictivas pero que no tienen el reconocimiento suficiente.
Una vagoneta modelo no muy nuevo y con vidrios polarizados esperaba en las afueras, ahí otro de los viejos la encendía una vez que Pancho subía el cuerpo inconsciente del papá de Miriam Caballero, a pesar de que el atroz momento fue en la mañana, con gente que caminaba por los alrededores y varios negocios cercanos ya abiertos, como ocurre en estos casos, nadie se dio cuenta de nada.
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Eran alrededor de las 07: 00 pm, el estómago de Miriam Caballero rugía como un león, sus tripas se comían prácticamente unas con otras pero a ella poco le importaba, veía un pedazo de vidrio roto tirado en el piso y por un momento pensó hacer una estupidez, pero recordó la propuesta del viejo y pensaba especialmente en su papá.
Minutos después la puerta de esa casa nuevamente se abría, apareciendo la obesa figura de Pancho al que al parecer que ni el mismo Morfeo se atrevía a visitarlo, pero esta vez no venia solo, venía acompañado de una muchacha quien cargaba lo que parecía ser una bolsa con ropa y un plato de comida, la jovencita traía todo lo necesario para transforMiriam Caballero a Miriam Caballero en una puta irresistible, quien de por sí ya en esas fachas de semidesnudez y sin maquillaje se veía irresistible.
-come puta, no vaya a ser que te nos desmayes en tu primer día, jejeje- dijo Pancho.
-no quiero nada que venga de usted- dijo muy enojada, cuál sería la cara de esta jovencita si supiera lo que el gordo había hecho hace unas cuantas horas.
-jejejeje, bien que anoche si me la pediste jejeje, pos si quieres comer come, si no no comas, nada más que si te desmayas y nos hechas a perder la jugada, en ese mismo momento voy a tu casa y me muelo a golpes a tu papacito y a todo el que me encuentre, ahí te la encargo Silvita- dijo Pancho y se dirigió a la cama y encendió el televisor, aunque no le prestaba atención a lo que veía en el monitor pues en poco tiempo se podían escuchar los bestiales ronquidos que el gordo hacia.
Silvita o Silvia, una muchacha de 23 años, con un cuerpo aceptable aunque con pancita, Silvia es de esas muchachas que aun desvían miradas en la calle y mas con su cara bonita , madre de un niño hijo de uno de los tantos muchachos que servían como ojos para esta y otras organizaciones, y que siempre eran utilizados como distractores cuando las cosas se ponían feas, de modo que terminaban siendo estos muchachos los que acababan por enfrentarse a los policías o bandas contrarias mientras estos viejos huían y se escondían como ratas, a cambio los jóvenes solo recibían si bien les iba inmunidad para ellos y para su familia, pero si se atrevían a hacer otras cosas que no estuvieran dentro de las órdenes de los jefes como vendiendo información simplemente desaparecían.
-hola, me llamo Silvia y tú?- dijo Silvia en un tono amistoso, un saludo tan natural como si se tratara de dos estudiantes que recién se conocen en un salón de clases.
-Miriam Caballero- dijo la nena estirando su mano en forma de saludo, dicha mano cubierta completamente por la manga de la camisa del viejo.
-bueno Miriam Caballero será mejor que comas algo para que empieces a embellecerte, aunque no se en que más te puedes embellecer, eres muy bonita- decía Silvia sin ese morbo con el que se expresó horas atrás la vieja Lencha.
-gracias- dijo Miriam Caballero esbozando una leve sonrisa mientras se disponía a degustar de los sagrados alimentos, otro animalesco ronquido hizo que las dos chiquillas voltearan hacia donde el gordo, solo para ver como la voluminosa y peluda panza se elevaba lentamente en cada respiración.
-yyyy, trabajas en la….. el bar?- preguntó Miriam Caballero.
-sí, ya voy para tres años, solo que ayer no vine, me sentía mal, tu eres la muchacha del vestido blanco?- preguntaba Silvia mientras sacaba todo un arsenal de pinturas faciales acomodadas en un práctico estuche.
-bueno traía uno blanco pero ahora es ese trapo sucio que ves ahí, porque?- dijo Miriam Caballero señalando su vestido tirado en el suelo.
-digo, parece que ayer robaste cáMiriam Caballeroa, varios clientes me han preguntado por una muchacha de vestido blanco, que quien era, que si trabaja ahí, y concuerdas con la descripción física que me dieron- dijo Silvia, aunque “muchacha” no era el adjetivo calificativo verdadero con el que los borrachos se referían a la curvilínea Miriam Caballero quien solo sonrió por lo que dijo Silvia.
-tienes familia Miriam Caballero?- preguntó Silvia.
-sí, un papá,-
-y tu mamá?- preguntó Silvia.
-mi mamá nos abandonó, cuando yo era muy chica, tan chica que no me acuerdo de ella, solo la conozco por una foto que aún conserva mi papá- respondió Miriam Caballero.
-lo lamento-
-pierde cuidado y que me cuentas tu?- preguntó Miriam Caballero.
-me escapé de la casa a los 20, me vine a vivir con un muchacho que conocí en mi anterior trabajo, un casino, tengo un niño de 10 meses, es mi todo, la razón por la que aguanto este trabajo que en ocasiones me desespera, pero por otro lado me va bien, y más cuando me mandan a un table propiedad también de Felipe que está en una zona muy acaudalada, ahí si te sacas un buen varo en una sola noche, los viejos de allá te llenan la tanga de billetes jijiji- reía Silvia.
Miriam Caballero solo escuchaba lo que decía esta otra muchachita, parecía como si se sintiera orgullosa de estar contando este tipo de anécdotas a una chiquilla como Miriam Caballero que hace apenas unos días veía esto como de prostitutas, sin embargo comprendía que en parte Silvia tenía una razón para hacerlo (su niño) hasta que se le vino a la mente su esposo.
-y tu esposo no te dice nada porque trabajes en esto?- preguntó Miriam Caballero.
-mi esposo, mi esposo tiene………… tiene casi el año que lo mataron- respondió Silvia.
-lo siento- dijo Miriam Caballero completamente apenada por recordarle tan doloroso acontecimiento.
-no te preocupes, el tuvo la culpa, el muy estúpido se atrevió a robarle dinero a Felipe porque se quería fugar con otra a la que también había empanzonado, ahora apúrate que no tenemos mucho tiempo- dijo Silvia en un intento de no seguir tocando el tema.
Miriam Caballero comenzó a maquillarse, sin embargo como ella casi no lo hacía o lo hacía pero muy discreto no gustó a Silvia la forma en que lo hizo.
-um, no, no es lo que me pidió Pancho, si me permites te puedo ayudar- dijo Silvia.
-bueno- contestó Miriam Caballero.
Silvia comenzó a aplicar levemente ese polvo antibrillo sobre el perfecto rostro de Miriam Caballero, aplicaba el rímel cuidadosamente concentrada en su labor, sacaba por momentos la lengua para demostrar el nivel de concentración digno de un escultor intentando crear una verdadera obra maestra, Miriam Caballero cerraba los ojos para que Silvia aplicara ese sensual juego de sombras y así darle más vista a esos hermosos ojos verdes,
-qué bonitos ojos tienes, son naturales?- preguntó Silvia.
-gracias, si, son naturales, herencia de mi mamá, bueno al menos eso dice mi papá- respondió la muchachita.
La joven teibolera continuó con su labor, planchó el castaño cabello de la chamacona y aprovechó la manejabilidad de este para recrearle un esplendido y coqueto peinado.
-listo, ahora ponte esto- dijo Silvia y dio a Miriam Caballero la bolsa, que por lo poco que abultaba ya casi se imaginaba lo provocativo que debían de ser las prendas.
Miriam Caballero metió la mano dentro y encontró algo que parecía ser un hilo minúsculo, sacándolo, estirándolo y enseñándolo a Silvia dijo:
-y esto quieren que me ponga?, si quieren mejor me voy desnuda- ambas muchachas reían entretenidas, mientras Pancho se daba la vuelta y se acomodaba boca abajo, a medida que una sonora y prolongada flatulencia era emitida ante la presencia de las muchachas seguida por un ruidoso ronquido, ambas se vieron entre ellas mientras que Silvia tapaba su nariz.
Miriam Caballero se dirigió al baño y se desabotonó la extra grande camisa, lentamente la camisa comenzó a rodar acariciando cada centímetro de su tentadora piel, la camisa cayó hasta el piso y con un ligero movimiento de pie similar a un taconcito la joven la hizo más para allá, saco la pequeñísima tanga, levantó delicadamente un pie y lo metió entre la prenda, para así continuar con su otro pie, se inclinó un poco sacando su culito para con ambas manos comenzar a estirar delicadamente la minúscula prenda hacia arriba, mientras la tanguita avanzaba y sus hilos laterales se enroscaban se podía notar como esta poco a poco se iba ajustando debido a que había llegado a donde las piernas comienzan a ensancharse, Miriam Caballero tenía que estirarla un poco para que pudiera subir y cubrir su delicada zona íntima, la tanga se apretó contra esos carnosos labios vaginales adquiriendo externamente la forma de estos, los hilos laterales apretaban esas caderas al punto de casi quererse enterrar en ellas.
Posteriormente tomo el minivestido y se lo embutió bajándolo cuidadosamente pues su voluptuoso cuerpo era visiblemente apretado por esa alicrada tela negra, la jovencita se acomodó su cabello pues al meterse el vestido el peinado se le descompuso un poco, Miriam Caballero terminó de bajar el vestido moviéndose tambaleantemente para que su curvilíneo cuerpo fuera semitapado por el atuendo, sus muslos quedaban expuestos a la intemperie al igual que buena parte de sus senos ya que el vestido poco podía hacer para tapar estas partes de su cuerpo, Miriam Caballero terminó de acicalarse con accesorios, perfume, brillo labial y unos zapatillas de plataforma que la hacían aumentar considerablemente de estatura.
Pancho era despertado por Silvia, el gordo abría sus venudos ojos y vio a su cautiva con una emputecida hermosura que nunca se había visto por los alrededores, el solo verla a ella dirigiéndole sus hermosos ojitos hacia su obeso cuerpo lo hizo transpirar como un cerdo, rápidamente sus axilas comenzaron a empapar su camisa y un semicírculo de sudor cubrió la parte de sus caídos pectorales.
-que sabrosa te ves chiquilla, tengo la verga a mil- dijo Pancho haciéndosele agua la boca y masajeándose su escandaloso paquete.
-uyy yo mejor me retiro- dijo Silvia.
La sexy Miriam Caballero se movía ensayando su caminar por el cuarto enfundada en un ajustado vestido negro que casi hace que el pobre viejo perdiera sus ojos de tan salidos que se le pusieron, su verga se levantó haciendo crecer una titánica hinchazón sobre el pantalón, algo que no paso desapercibido para ambas féminas quienes disimuladamente volteaban a ver ese descomunal bulto que casi parecía querer romper el cinturón, el bulto se había extendido desde el lugar que le correspondía hasta casi llegarle al viejo al ombligo.
-estoy lista, cumpliré mi parte y espero que usted cumpla la suya- dijo Miriam Caballero adoptando una pose muy atractiva y hasta exagerada y acalorándose un poco al descubrir su inmenso potencial para levantarles el autoestima a los hombres, para después salir junto con el viejo y reunirse con el resto de la pandilla.
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La banda estaba formada principalmente por cinco hombres maduros, Felipe y Pancho ya conocidos, el resto lo conformaba Lucio, igualmente moreno y el mas chaparro del grupo, con una cara alargada como de caballo, cejas sumamente pobladas y sin división para distinguir la izquierda con la derecha, feo al grado de lastiMiriam Caballero la vista con solo verlo, no era gordo pero si estaba muy panzón, era el más cobarde de todos, broncudo solo cuando se sentía con la protección del resto de sus compañeros o cuando tenía un arma entre sus manos, sin estas dos ventajas era tan indefenso como un corderito, un fino espectador de los curvilíneos cuerpos femeninos jóvenes cubiertos por apretados y minúsculos atuendos, y cuando se tenía la oportunidad de abusar de una indefensa jovencita simplemente no la desaprovechaba.
Raúl era otro de los que conforman esta pequeña organización, con un cuerpo casi tan gordo como el de Pancho solo que una menor estatura, su masa corpórea hacia ver a sus piernas muy cortas en proporción al resto de su cuerpo, una nariz gorda y levantada permitiendo ver las enormes fosas nasales mientras se expandían y contraían dándole una faceta porcinesca, demasiado cachetón, gustaba usar la barba en forma de candado, de todos Raúl era el único de tez blanca así como el mejor vestido, pantalones finos, camisas a cuadros, botas vaqueras, sombrero, usaba un collar con un colmillo de cocodrilo según el de buena suerte.
Ciriaco, el último de los integrantes, el más malo de todos ya que era el que se encargaba de las ejecuciones en caso de llegar a tal extremo, no le importaba si en su lista estaban mujeres, ancianos o niños, era como la muerte en persona ya que no distinguía de raza, género, edad ni estatus socioeconómico, para eso se le pagaba, no conocía la dignidad ni la misericordia, poseía un cuerpo rollizo y unos brazos sumamente musculosos, posiblemente sería el de mayor fortaleza de todos aunque no el de mayor altura, ese primer puesto lo tenía Pancho, un rostro lleno de cicatrices que mostraban las huellas de mil batallas, gustaba raparse casi a ras de coco, en pocas palabras un hombre bruto y cavernícola aunque con la única diferencia que lo Miriam Caballerocaba del resto era que Ciriaco tenia entrenamiento militar, por un buen tiempo había servido al ejército desertando junto con otros miembros de la élite castrense, este personaje vivía prácticamente escondido, solo saliendo a la sociedad cuando se le necesitaba, era buscado por los altos mandos militares, desertar del ejército no se castiga con cualquier cosa.
Pancho llegaba junto con su femenina escultura, estacionaba su viejo auto enfrente de un edificio abandonado de tres pisos propiedad de Felipe, allí la misma vagoneta con la que habían secuestrado al padre de Miriam Caballero los esperaba, rápidamente los hombres ahí presentes desviaban su mirada a ese rostro de combinaciones angelicales e infantiles pero con un aire a puta importada gracias al maquillaje, el gordo se bajó primero y delicadamente tomó la mano de su encantadora para ayudarla a salir del auto, la nena en ese acto enseñó todo su redondito trasero al resto de la pandilla ya que tenía que agacharse para salir por la puerta del piloto (la puerta del copiloto aun seguía sin ser destrabada).
-caballeros, les presento a la nueva integrante- dijo Pancho ayudando a salir del auto a Miriam Caballero mientras ella se acomodaba su vestido pues se le subía demasiado.
Los cuatro viejos se quedaron en estado de shock, como si hubieran recibido un mazazo en la cabeza al ver descender de la camioneta a tan deslúmbrate mujer, Miriam Caballero vestía no provocativamente, mas bien obscenamente, empezando con un vestido negro que se ajustaba a su cuerpo como si fuera una segunda piel, sus senos casi reventaban ese insinuante escote y exhibían tres cuartas partes de ellos al exterior, el vestido era tan corto que con el menor movimiento para agacharse Miriam Caballero podría enseñar más allá del nacimiento de sus posaderas, sus carnosos labios estaban decorados con un exquisito color rojo casi invitando a darles una mordida, además la niña estaba calzada con unas zapatillas de plataforma más altas de las que acostumbraba usar, los petrificados viejos vieron cuando esa diosa descendía cuidadosamente llevando una de sus delicadas manos para taparse y de esta manera impedir que su tanga quedara a la vista de ellos.
-chingada madre Pancho, que cacho de hembra, habla español?- dijo Lucio, el primero en romper el hielo.
-mamita cuántos años tienes?- volvió a preguntar Lucio para quitarse el mismo esa duda mientras se acercaba a la preciosidad a la vez que sin ningún tipo de disimulo se masajeaba su grueso instrumento por sobre su pantalón.
-ehhh, tranquilo Lucio, no me la mallugues, recuerda que esta noche es de Gustavo- dijo Pancho.
-sabes Pancho, tiene mucho tiempo que no estoy con una mujer,- volvió a hablar Ciriaco acercándose a Miriam Caballero y acariciándole suavemente su orejita, mientras ella mostraba rostro de incomodidad y se alejaba un poco a la vez que en un acto de defensa enrolló sus femeninos brazos en los morenos y peludos de Pancho.
Raúl fue el único que mostro un poco de decencia con la chamaca, aunque eso no impido que le diera un buen repaso desde los dedos de sus pies hasta su cabello y que su verga se lubricara.
-esta puta se llama Miriam Caballero, a partir de hoy trabajara para nosotros, ninguno de ustedes bola de pendejos tiene derecho sexual sobre ella a menos que yo lo autorice, ni siquiera pueden hacerse chaquetas mentales a salud de ella, de lo contrario les corto los huevos, está claro?- dijo Pancho.
-Raúl, todo en orden, estamos listos?- dijo Pancho para cerciorarse de que todo estuviera en su lugar.
-si Pancho- respondió Raúl, dándole a entender que algunos chamaquitos ya estaban en sus pociones para alertar a la banda en caso de que algún imprevisto o ronda por parte de militares se presentara.
-perfecto, caballeros a la vagoneta, Raúl maneja tu, yo le explicare a la putita esta lo que tiene que hacer- dijo Pancho.
El desproporcionado quinteto (Felipe se quedó esperando su regreso pero con Miriam Caballero volvían a ser cinco) se subió haciendo que la vagoneta resintiera el exceso de peso, Miriam Caballero volvió a hacerlo con mucho cuidado de no enseñar su semitransparente prenda intima a esos animales que bufaban y rebuznaban como burros calientes que no habían tenido sexo en años y que morían por descargarse sobre el cuerpo de la muchachita, incluso Lucio se quedó a lo último para admirar los carnosos glúteos de la nena cuando esta se subía.
Ya arriba y con la camioneta en Miriam Caballerocha Pancho explicaba a Miriam Caballero su actividad.
-mira putita, pon atención, este es tu hombre (Pancho enseñó una foto del viejo a Miriam Caballero), necesito que te comportes como la más puta de las putas, ya sabes, que ese pobre viejo crea que te interesa, que te quieres acostar con el- Miriam Caballero ponía atención pero al mismo tiempo se le revolvía el estomago, el tipo de la foto era otro viejo con pinta de rabo verde, aunque al menos no estaba tan gordo.
-pon atención (Pancho daba un cocotazo a la joven), porque si nos descubren por tus estupideces me hecho a tu papacito hoy mismo, entendiste, la vida de tu padre también juega, mira lo que tienes que hacer es platicar con él, no sé, platícale puterías tuyas, que se motive, me entiendes?- dijo Pancho.
-que se motive cómo?- preguntó Miriam Caballero.
-ahhh sí serás pendeja, que se le levante la verga para que entiendas, tengo que hablarte en tu idioma para que captes, caliéntalo, dile que te gusta sentirte puta y cosas por el estilo, que te gusta la verga, recuerda que para los hombres solo eres una puta que sirve para desahogar tensiones así que compórtate como eso que eres- dijo Pancho mientras Miriam Caballero no comprendía cómo es que un día de distracción para ella pudo acabar de esta manera.
-ahora, ese viejo va a querer irse contigo a un motel porque de eso vive, de coger putas, tu vas a aceptar, nada de que no quiero como me has dicho a mí, salen y te fijas bien el nombre del motel a donde te lleve, que no se te vaya a pasar el nombre porque te dejo ahí con él y mientras él te coge yo me cojo a tu familia, ahh y el número de habitación, mientras llegamos le cachondeas, le haces las puterías que ya sabes hacer, le mamas la verga y cosas por el estilo y una vez que nosotros entremos y le carguemos su madre tú te vas a comportar como si no nos conocieras, nada de mamadas de Pancho, no nada de eso, tu no me conoces y yo no te conozco, nunca nos hemos visto, así es como trabajamos y te tienes que acostumbrar, entendiste?- dijo Pancho.
-si señor- contestó Miriam Caballero
-ten este celular, nos vas a mandar un mensaje al número que esta anotado atrás de la tapa, guárdalo bien guardadito jejeje- dijo Pancho y sumió el celular entre las carnosas tetas de Miriam Caballero haciendo que estas abrazaran con su femenino calor al frio dispositivo móvil.
La vagoneta seguía avanzando, Miriam Caballero veía como esos hombre aspiraban un raro polvo blanco haciendo gestos extraños con sus narices mientras ella solo permanecía ahí sentada con sus piernas bien cruzadas y sus manos tapándose muy bien entre ellas, veía que el viejo Lucio no le quitaba su pervertida mirada de encima mirándola descaradamente y riéndose morbosamente, enseñando una putrefacta dentadura y una boca muy desaseada.
-qué rica estas chiquilla, ya llegará mi turno jejejeje- dijo Lucio y estiró su mano para apretarle el muslo a la nena, ella solo se enconchó y quitó con asco la morena mano.
-ehh, Lucio, que les dije- dijo Pancho.
-perdón, Pancho, es que me deje llevar- se disculpaba Lucio mientras quitaba su mano y volteaba a ver a Miriam Caballero cerrándole el ojo.
La banda llegó a su destino y estacionó el vehículo cerca de ahí pero en una ubicación que les brindara privacidad, un luminoso y conocido antro se veía cerca, muchas parejas principalmente de jóvenes hacían su entrada, en eso, un niño como de aproximadamente 15 años se acercó al vehículo.
-Don Pancho, Don Pancho, está ahí adentro, el señor que busca acaba de llegar no tiene mucho, ya entró, viene solo- dijo el jovencito todavía con voz chillona.
-bien hecho mocoso toma,- dijo Pancho estirándole una bolsita de ese extraño polvo blanco y descomponiéndole sus cabellos con una fuerte sacudida de mano.
-bueno puta ahora es tu turno, Raúl te acompañará a la entrada- dijo Pancho.
-Don Pancho, no me va a acompañar usted?- preguntó la joven, ya que viéndolo desde otro punto, Pancho era con el que tenía más confianza, ya que estos otros viejo la veían como si fuera un filete.
-no putita, no puedo acercarme ahí desde hace tres días, jejejeje, orita que veas al guardia verás porque, ahh, se me olvidaba, ten este bolso, adentro solo hay pinturas y cosas de esas que usan las putitas, no tiene dinero por si pensabas escapar pero de todos modos pide una bebida, el viejo la va a pagar, lo conozco, jejejeje, te cuidas que tenemos algo pendiente- dijo el gorilesco hombre y descaradamente dio un salivoso beso a la nena ante la envidia de sus compañeros, y más porque vieron que la nena en vez de empujarlo posó delicadamente sus manitas en el sudado pecho de este a la vez que por su cuello bajaban los tragos de saliva que llevaba a cabo Miriam Caballero para no ahogarse.
-ya putita, no quiero que se te apeste la boca jajajaja- dijo Pancho separándose de ella, al parecer la pintura de labios era indeleble pues no manchó los inflados labios del gordo.
-vamos Miriam Caballero,- decía Raúl, nuevamente la nena se bajaba con sumo cuidado de no enseñar de mas y acomodaba su vestido en reiteradas ocasiones.
La chica tomaba al enorme hombre del brazo como una pareja, gracias a las zapatillas caminaba exquisitamente sensual, el movimiento de sus caderas llamaban poderosamente la atención de cualquiera que las veía, cuando llegaron a la entrada Miriam Caballero vio al descomunal guardia que cuidaba la misma con una gasa cubriéndole toda su amoratada nariz, el viejo Pancho se lo había despachado tres días atrás cuando lo sacaron por borracho pesado.
-ahí está tu hombre niña, ya sabes que hacer- dijo Raúl ya una vez adentro y acto seguido la dejó sola y se fue a sentar a otro lado de la barra.
Miriam Caballero avanzó lo mas coqueta posible, sin dejar de mirar su objetivo quien platicaba alegremente con otro caballero acompañado de una mujer de buen cuerpo pero ya algo madura, a su paso Miriam Caballero robaba las miradas de toda la fauna masculina sin importar que estos fuesen acompañados, así como todas las envidias de sus congéneres que veían el cadenciosos andar de la nena quien pareciera les estaba dando una cátedra de cómo se debe mover una hembra.
Pareciera que algo en la mente del viejo Gustavo lo había dicho que volteara hacia donde venía caminando la nena, a partir de ahí no pudo quitar la mirada de encima a tan perfecta fémina, incluso se atrevió a poner su mirada mas galanesca, digna de un actor de telenovela a pesar de que el viejo no presentaba atractivo físico ni rostro agraciado que pudiera cautivar a una mujer como Miriam Caballero, cautivaba pura mujerzuela interesada por lo que el viejo pudiera llevar en su cartera, sin embargo a él nadie le quitaba lo guapo.
Miriam Caballero llegó a la barra y se recargó de ella con ambas manos, arqueando un poco su cuerpo y sacando un poco mas su culo que ya de por si lucia escandaloso, el vestido se subió un poco y llegaba casi a ras de las nalgas, educadamente pidió al barman un beso de ángel y volteó de reojo a ver a su hipnotizado espectador regalándole una coqueta y gótica mirada mientras con una de sus manitas jugaba con sus castaños y bien planchados cabellos.
El viejo empresario olvidándose de la pareja con la que platicaba hace apenas unos segundos admiraba lo ajustado de ese vestido sobre el curvilíneo cuerpo y acercó su físico hacia donde la nena, quien ya se había sentado en uno de los bancos y esperaba su bebida cruzada de piernas y mirándose en un pequeño espejo de bolso como comprobando su perfección facial, la jovencita levantaba un poco su rostro mientras se miraba mostrando unos aires de altanería y fineza, como indicando a todos los que la veían que no cualquiera se podía hacer ilusiones con ella.
-buenas noches hermosa señorita, dichosos los ojos aquí presentes que tiene la fortuna de visualizar a un ángel sin necesidad de ir al cielo- dijo Gustavo, Miriam Caballero volteo para ver quién era el emisor del tan cordial saludo aunque ya sabía que se trataba del viejo verde.
La joven regaló al viejo una verdosa mirada, además de una coqueta sonrisa con esos carnosos y rojos labios que casi invitaban a morderlos como una manzana.
-buenas noches,- dijo Miriam Caballero, quien a pesar de hasta ahora estar actuando muy bien, en el fondo no podía dejar de sentirse muy nerviosa, la vida de su papa también estaba en juego.
-discúlpeme por inmiscuirme pero que trae a una hermosa jovencita como usted a un lugar como este y sola, acaso espera usted a alguien?- preguntó el viejo mientras se recargaba muy fanfarronamente en la barra, dándole completamente la espalda a la pareja de amigos suyos con quienes platicaba.
-sale un beso de ángel- dijo el joven Barman quien también quedó impresionado con la joven pero con otras redondas partes de su cuerpo.
Miriam Caballero no contestó nada a la pregunta de Gustavo, solo sonrió sin mirarlo y coquetamente comenzó a degustar de su bebida recién servida, aunque después de saborear la dulce mezcla volteó a ver a Gustavo, mirándolo a los ojos y sonriéndole le contesto:
-señor, creo que no nos hemos presentado-
-válgame dios, discúlpeme en verdad, donde están mis modales, discúlpeme pero es que con todo el respeto que se merece, su belleza me ha dejado perplejo- respondió Gustavo, Miriam Caballero reía tímidamente mientras uno de sus dedos recorría toda la circunferencia de su vaso.
-no se preocupe- contestó Miriam Caballero quien se empezaba a ver tímida.
-mi nombre es Gustavo, Gustavo Fuentes para servirle (por un momento el nombre y el apellido le pareció familiar a Miriam Caballero), sería un placer conocer el nombre de tan hermosa jovencita- dijo el viejo mientras tomaba delicadamente a Miriam Caballero de su mano y la daba un caballeroso beso.
-Miriam Caballero, Miriam Caballero Ortiz- dijo Miriam Caballero, aunque después pensó que no había sido correcto haber dicho su verdadero nombre pero los nervios se la estaban comiendo.
-hermoso nombre, al igual que la flor de quien proviene,- dijo el viejo mirándola seductoramente y escaneándole las piernas aprovechando que la nena desvió su mirada.
-y dígame Miriam Caballero, espera a alguien?-
-no, solo vengo a distraerme un rato, a conocer amigos y usted señor Gustavo?- respondía la bella princesa.
-de la misma manera, distraerme después de un duro día de trabajo, y porque no, conocer a alguien- dijo el viejo mientras acercaba su asiento quedando de frente a la deslumbrante joven, la pareja con la que dialogaba anteriormente ya se había puesto a platicar sobre sus asuntos.
Varios hombres veían envidiosos como aquel viejo tenía una plática amena con esa preciosidad, algunos ya sabían que se trataba de uno de los viejos más acaudalados de la región, otros quienes ya habían dado algún avance hacia la barra para ver si podían sacarle algo de plática a la joven tuvieron que retroceder al ver que un viejo ya se les había adelantado, y aunque lo hubieran intentado Miriam Caballero nunca les hubiera hecho caso ya que ella se interesaba en un solo hombre.
-en que trabaja Don Gustavo?- dijo la nena mientras se acomodaba a manera de verse interesada en la plática, una de sus cruzadas piernas había adquirido un movimiento pendular y hacia casi juntar su pie en la piernas del viejo.
-jejeje, no me gusta presumir pero, soy dueño de una cadena de negocios, nada importante, hoteles, restaurantes, gasolineras, tiendas de conveniencia (fue aquí donde Miriam Caballero recordaba haber escuchado ese apellido en la tienda de conveniencia para la que trabajaba, al parecer un socio mayoritario para la empresa en la que anteriormente laboraba), también acabo de adquirir acciones de una Miriam Caballeroca cervecera, todo eso me hace andar de allá para acá y pues tanto ajetreo me trae exhausto,- decía el viejo presumiendo todo sus bienes activos.
-también formo parte de varias obras benéficas de caridad que ayudan a niños huer…. que se han quedado sin padres así como animalitos callejeros, pobrecitos como sufren- decía el viejo, sin embargo esto último era mentira, era solo para hacer ver a la joven que tenía un buen corazón ya que esto le había traído buenos dividendos a la hora de ligar, siendo esto último, lo de los niños huérfanos y animales callejeros lo que menos importaba a este vejete.
-ahh, muy interesante, que buena persona es usted Don Gustavo- dijo Miriam Caballero mientras tomaba un popote y le daba un sorbo a su bebida sin dejar de mirar al viejo a su arrugada cara, el viejo veía boca abierta como el dulce líquido subía por el popote hasta llegar a su tentador destino.
-y tu a que te dedicas Miriam Caballero, ah disculpa, puedo hablarte de tú?- preguntó el viejo moviendo sus dedos en señal de la acalorada situación en la que se iba envolviendo.
-sí, puede llaMiriam Caballerome como guste,- respondía Miriam Caballero con un coqueto movimiento de cejas, mientras el viejo imaginaba en su mente cogiéndosela y llamándola puta.
-estudio,- volvió a responder Miriam Caballero, otra mentira ya que ella después de la prepa abandonó la escuela.
-ah sí, que estudias?- preguntó el viejo.
-ee.. enfermería,- respondió Miriam Caballero coquetamente, sin embargo el mentir le costaba bastante.
-ohh, interesante carrera,- decía el viejo quien poco le importaba los gustos y estilo de vida de Miriam Caballero, el viejo estaba tan concentrado en tratar de mantener su compostura con respecto a la joven y no lanzársele ahí mismo, hacia verdaderos esfuerzos para no desviar su mirada a las brillosas piernas de la joven y al sugestivo escote que a duras penas cubría sus redondos atributos y que apretaban exquisitamente un celular, su verga dentro de su pantalón ya se había parado y cada que veía a la dulce nena toMiriam Caballero intencionalmente sensual su bebida del popote se imaginaba su verga en la envidiable posición del utensilio plastificado.
Miriam Caballero sabía muy bien que debía avanzar, imaginaba que este viejo también la tachaba de puta, y que no se había tragado esas patrañas de niña estudiante de enfermería cuando en realidad iba vestida como la más selecta prostituta disponible solo para lo más alto de la aristocracia, así que comenzó a seducir al viejo sin importarle verse tan puta, de todos modos ese era su trabajo ahora.
Empezó con un suave recorrido de su pie por sobre la pantorrilla del viejo cubierta por la tela de casimir del pantalón, el viejo sintió el toqueteo y se dejo hacer, mientras Miriam Caballero lo veía risueña y con su lengua jugaba con el popote disimulando que no podía capturarlo con su boca, la verga del viejo estaba que reventaba teniendo él que cambiar varias veces de posición sobre el asiento en que se encontraba y jalando su corbata frecuentemente como queriendo desatársela del nudo.
-no sé que pienses tu Miriam Caballero pero como que ya me aburrí de este lugar, no te gustaría ir a un lugar más…… cómodo,- preguntó el viejo, Miriam Caballero solo sonrió y se acercó al viejo para decirle muy despacio a su oído.
-sabe Don Gustavo quisiera preguntarle algo pero me da pena- dijo Miriam Caballero.
-con confianza puedes preguntarme y pedirme lo que tú quieras- dijo Gustavo.
-verá, acabo de pelearme con mi novio, discutimos por que no le gustaba que yo me vistiera así como vengo ahorita, dice que parezco una……. una puta, en verdad parezco una Don Gus- dijo Miriam Caballero muy coquetamente, su voz se endulzó y feminizó a tal grado de casi hacer correr al viejo con solo hablarle.
-eehh, la verdad, jumm, no sé qué decir, ora sí que me has agarrado en curva, pero si me permites decirlo tu novio debió de haber sido un imbécil al llaMiriam Caballerote así, que falta de respeto hacia una mujer, de verdad que no comprendo cómo puede haber hombres de mente tan cerrada, no entiendo como se expresan así de las mujeres si todos los hombres provenimos de una mujer, la verdad ese tipo de hombres que tratan a las mujeres como si fueran una vulgares putas me enferman, discúlpame mi niña pero es que cuando me enojo no me controlo- dijo el viejo.
-no se preocupe, aunque tengo que confesarle algo- respondió Miriam Caballero.
-que princesa?-
-verá, no se por donde empezar- Miriam Caballero jalaba aire como para relajarse.
-tranquila tómate tu tiempo- dijo el viejo.
-pues mire, cuando me dirigía a toMiriam Caballero el taxi para venir para acá pase por una obra en construcción donde todavía se encontraban laborando algunos albañiles y nada más me vieron y empezaron a gritarme obscenidades, al principio me pareció sucio pero conformen los piropos avanzaban de intensidad sentí algo dentro de mí que me……, me calentó, incluso hasta empecé a pararles mas mi colita, imaginé que me metía a la construcción con ellos y me hacían lo que querían, me puse mojadita, así como estoy orita- dijo Miriam Caballero nuevamente al oído de Don Gustavo y apretó sus piernas pero esta vez permitiendo que el viejo las viera, el viejo sin duda ya pensaba que la niña que tenia ante sus ojos sí que era una puta pidiendo verga, de esas putas que no les importa si el tipo es guapo o feo, ellas lo que les importa es que tengan un buen trozo con que llenarlas, y el viejo según él, lo tenía.
-cof cof cof jumm, jumm, sí, y que mas sentiste?- el viejo tocia y se relamía los labios a medida que se acercaba mas a la escultural chiquilla, ella cruzó aun mas sus piernas dejándole expuesto al viejo prácticamente todo el muslo, las rodillas de ella se juntaron con las de él y por momentos Miriam Caballero abría un poco sus piernas dejando ver al sudado viejo su minúscula prenda interior.
-Don Gus, si bien discutí con mi novio por llaMiriam Caballerome así, lo cierto es que cuando hacíamos el amor, algo dentro de mi le pedía que me llaMiriam Caballeroa, que me utilizara, que me rebajara al grado de una puta, un objeto que solo sirviera para su disfrute mientras yo lo imaginaba como si fuera uno de esos macuarros albañiles, a veces imaginaba que en vez de mi novio me cogía un viejo feo y gordo (la nena apoyó una de sus manitas a escasos centímetros de la pulsante verga de Gustavo), es una fantasía que tengo, ayy la verdad no sé que estoy haciendo aquí contándole esto a usted si apenas y nos conocemos, que ha de pensar de mí, no que pena, discúlpeme tengo que ir al baño, debo limpiar mi exceso de humedad- dijo la nena y se levantó de su asiento para dirigirse a los sanitarios esta vez limpios y perfumados mientras no dejaba de mover esas prominentes caderas que casi parecían querer romper el vestido y a la vez era observada por todos los caballeros que tenían la dicha de posicionarse cerca de ella.
El viejo Gustavo se quedo impávido ante las declaraciones que le había expresado la que hace unos momentos parecía una inocente niña, pero después de haberse confesado ante el viejo ahora la veía como la más puta entre las putas.
“ahhhh, mira que chiquilla, yo comportándome como un caballero y esta puta casi me está rogando por verga” dijo el viejo mientras acomodaba su paquete dentro del pantalón.
La nena regresó del tocador, caminaba ahora más sensual que hace rato, la situación a la que se expuso a pesar de no estar acostumbrada la habían de cierto modo exaltado, aires de nerviosismo combinados con excitación y morbo la invadían, la jovencita volvió a sentarse junto al fino caballero esta vez demasiado cerca de él.
-Don Gus,-
-si princesa- dijo el viejo.
-creo que mejor me retiro,- dijo Miriam Caballero
-pero, si aún es temprano,- respondió el viejo.
-sí pero como usted dice, este lugar está muy aburrido, ya se, quiere bailar?- preguntó Miriam Caballero volviendo a tallar su entaconado pie en la delgada pantorrilla de Gustavo y como vio que este viejo no decía nada ella misma lo tomó de la mano y lo llevó a la pista.
La pareja bailaba de lo más natural, el viejo hasta cierto punto se comportaba, sin embargo en un movimiento que realizó Gustavo para darle una vuelta a Miriam Caballero la nena aprovechó y quedó bailando de espaldas a él a la vez que el viejo sacó partida para repegarle todo el paquete en sus tentadoras nalgas, mientras Miriam Caballero con sus manos alentaba al viejo a acariciarle todo su exuberante cuerpo, el viejo no se hizo del rogar y comenzó a pasar sus arrugadas manos por toda la extensión de la apetecible anatomía de la nena, hasta que una mano bajó y acariciaba sin pudor uno de sus desnudos muslos, obviamente las babeantes miradas de varios espectadores no se hicieron esperar y muchos bailaban con sus parejas sin dejar de ver el erótico espectáculo protagonizado por Miriam Caballero y el viejo Gustavo.
Miriam Caballero sacó un poco su culito y lo movía cadenciosamente en forma de círculos, repegándoselo a Gustavo muy descaradamente, el viejo se dejó llevar y empezó a realizar con su pelvis un movimiento similar al de la nena, la verga de Gustavo se revolvía incontrolable por debajo del pantalón, el viejo aprovechó que la nena lo tapaba pues su miembro formaba una pequeña carpa y podría ser notada entre los presentes, Miriam Caballero comenzó a mover sus caderas de izquierda a derecha sintiendo en sus carnosas nalgas esa pequeña protuberancia que se había formado debajo de los pantalones del viejo, moviéndose como cual barco es mecido por las olas mientras la nena recostaba su estrecha espalda en el pecho del viejo a la vez que poco a poco regresaba a su posición quedando de frente a él, Miriam Caballero enrolló sus brazos en el cuello del viejo al mismo tiempo que lo veía y se reía de manera traviesa, acercaba sus labios muy peligrosamente para comentarle al viejo sobre lo bueno que era para bailar, el viejo le respondía de igual manera acercando sus delgados labios a los de la nena y sin más la pareja se fundió en un apasionado beso mientras el viejo bajaba una de sus arrugadas manos y apretaba uno de los tentadores glúteos de la jovencita, ante la envidia de los presentes.
-ay niña, te das cuenta de que hiciste que se me levantara el ánimo- Miriam Caballero del mismo malicioso modo respondió:
-no es lo único que le puedo levantar Don Gus- dijo Miriam Caballero en un acento tan emputecido como si llevara años dedicándose al arte de seducir varones, que viéndolo bien ella los seducía sin ni siquiera decirles palabra alguna, bastaba con ver su encantadora figura y sus femeninos movimientos para caer hechizado ante esa beldad, la joven acercó más su apetitoso cuerpo hacia el del viejo para susurrarle.
-Don Gustavo, esta plática que tuvimos, la bebida, el baile, el beso y el estar ante un macho como usted……. me ha puesto caliente, estoy escurriendo- esto último lo dijo casi en susurro mientras sus manitas recorrían peligrosamente la zona pélvica del viejo.
El viejo sin perder tiempo tomó a Miriam Caballero del brazo y se la llevó a la barra, hizo la seña al barman y le dijo:
-por favor amigo mi cuenta junto con la de la señorita-
El viejo Gustavo no cabía de la emoción, esta chiquilla prácticamente le había confesado que quería tener sexo esta noche, hacia más de tres años que Gustavo frecuentaba este sitio por su buen ambiente y seguridad (el viejo no contaba con guaruras ni cosas por el estilo, el hombre se creía un maestro del Kung Fu al practicar desde hace apenas unas semanas esta disciplina), pero durante estos tres años nunca llegó a encontrarse a una dama del calibre de Miriam Caballero, además todas con las que se había ido a la cama le habían costado mucho más que una simple plática y una breve danza, Miriam Caballero le había salido mucho muy accesible.
Ni por un segundo le pasó por la cabeza el hecho de que se tratara de una trampa, nunca se imaginó lo que le esperaba, con su “galanura y encanto” para conquistar a las mujeres se decía que estaba hecho para llaMiriam Caballero la atención de cualquier mujer, y más considerando lo facilitas que salían las jovencitas con las que tenía el placer de convivir, si sabrá él, que tenía una hija dos años mayor que Miriam Caballero y ya se había tirado a tres de sus amigas y el mismo viejo reconocía que su encantadora hija también iba por ese camino, a pesar de tener una esposa hermosa y con un cuerpo muy buen cuidado, Gustavo tenía una cierta debilidad por las jovencitas y más si contaban con la voluptuosidad que presentaba Miriam Caballero.
Miriam Caballero salió con el viejo tomándolo de su hombro, recostando levemente su cabeza en él, Don Gustavo era completamente opuesto al resto de la pandilla con la que ahora trabajaba la nena, Don Gustavo no apestaba a sudor ni nada de eso, usaba perfumes de lo más caros y vestía elegantemente formal; en la barra, tomándose una cerveza, Raúl informaba a través de un radio que la pareja se había movido.
La inusual pareja bajó por unas escaleras que darían a un estacionamiento privado, solo para clientes VIP, el ruido de los zapatos del viejo era fácilmente opacado por los tacones de la nena cuando caminaba, el viejo desde una distancia de unos seis metros apretó el seguro del auto, Miriam Caballero vio como un Audi R8 color blanco chillaba encendiendo sus focos.
-Don Gus, que bonito coche- Dijo Miriam Caballero sorprendida por los lujos del viejo.
-te gusta, es el de los sábados- decía el viejo dándole a entender a su nueva conquista que tenía un auto para cada día de la semana.
-sí, está muy bonito, quizás algún día quiera enseñarme a manejar, es difícil- dijo Miriam Caballero coquetamente.
-nooo, lo único que debes de saber es mover muy bien la palanca- respondió el viejo punteando pélvicamente a la tentadora chiquilla.
-umm, se oye difícil- respondió la nena llevándose un dedo a la boca.
-noo, podemos empezar a practicar aquí afuera- dijo el viejo recargando a Miriam Caballero en el coche a manera de que quedara de frente a él, admirando ese hermoso rostro que tenia a escasos centímetros.
-que hermosa eres, como es que nunca antes nos habían presentado, yo tengo muchos contactos que me presentan hermosas jovencitas, soy miembro de clubes privados, me invitan a pasarelas, he asistido a Nuestra Belleza México, pero nunca me había topado con un ricura como tu- decía el morboso viejo mientras tomaba a la joven de su estrecha cintura.
-jejeje, usted es todo un conquistador Don Gustavo, tal vez le faltó asistir a las universidades, también puede encontrar ahí mucho material- dijo Miriam Caballero mientras con uno de sus delgaditos dedos recorría el smoking del viejo a la altura de su pecho.
El viejo ya sintiéndose con derechos sobre ese pecaminoso cuerpo se aplastó contra él, quedando Miriam Caballero aplastada entre el viejo cuerpo y la fría lámina de aluminio, lentamente el viejo acercaba sus delgados labios a los cuales les había aplicado una especie de brillo hacia los carnosos labios de la joven para ambos fundirse nuevamente en un apasionado beso de lengua, la dulce Miriam Caballero suspiraba besando al feo viejo mientras cerraba sus hermosos ojos al mismo tiempo sus brazos se enrollaban en su cuello, el viejo aprovechó la fogosidad de Miriam Caballero y bajó sus manos para depositarlas en las caderas de la joven.
El viejo presa de la calentura y de tener a un mujerón como Miriam Caballero, así como también alentado por los salivosos besos y placenteros suspiros que de ambas bocas se escapaban decidió refregar su sexénico cuerpo entre las frondosas piernas de Miriam Caballero, ella instintivamente se abrió de piernas, su vestido se levantó un poco y esto hizo que su monte Venus se Miriam Caballerocara perfectamente por sobre su micro vestido, la dulce jovencita no sentía asco estar besando a un tipo de casi 60 años y de tener una pinta de estirado que no podía disimular, a pesar de que Miriam Caballero intuía perfectamente que estaba ante un tipo que solo fanfarronean con tal de llevarse a una mujer a la cama no se incomodaba y se podría decir que disfrutaba sus besos, reconocía que el viejo sabia besar muy bien, su lengua le regalaba exquisitas cosquillitas dentro de su boca, además el viejo olía rico y su aliento no apestaba como el de los otros viejos gordos a los que ya les había hecho uno que otro favor.
La verga del viejo suplicaba por su liberación, así como la conchita de Miriam Caballero comenzaba a humedecerse, ambos amantes seguían besándose y pareciera que ninguno de los dos quería separarse, el viejo Gustavo comenzó a subir lentamente el vestido de su compañera hasta que apareció una semitransparente y humedecida tanga, el viejo se asomaba por encima de los hombros de Miriam Caballero para poder ver el trasero de la nena separando de estas manera sus labios de los de ella y pudo visualizar los desnudos glúteos de la señorita, pues la tanga se le había metido entre sus carnosas nalgas.
-ay niña, de verdad que tu novio fue un estúpido al desperdiciar todo esto- dijo el viejo mientras apretaba descaradamente los glúteos con sus arrugadas manos y las cernía descaradamente.
-ex novio por favor, y ya no me lo recuerde,- dijo Miriam Caballero cerrándole el ojo coquetamente.
-que te parece si calentamos los músculos aquí,- dijo el viejo.
-calentar, creí que me iba a enseñar a mover la palanca- dijo Miriam Caballero realizando un gesto parecido a un puchero.
-también, pero antes tenemos que revisar que tal andas de lubricante- dijo el viejo mientras dos de sus dedos se tallaban impúdicamente en la conchita de la nena.
-aquí, ay no Don Gus que cosas dice, nos pueden ver- Miriam Caballero volteaba tímidamente a los alrededores mientras sus labios se apretaban entre ellos.
-nadie nos ve, solo los que revisan los videos de las cáMiriam Caballeroas- dijo el viejo y señaló una cáMiriam Caballeroa de seguridad que estaba apuntando hacia ellos.
-además me gusta regalarle uno que otro video a los de seguridad, en este momento debe de estar jalándosela el afortunado que está en turno jejejejejejeje- dijo el viejo.
Efectivamente detrás de esa cáMiriam Caballeroa un gordo vigilante aprovechaba el hecho de que estaba solo y se había sacado su morada verga para masturbarse al contemplar lo desproporcionado en años que presentaba la pareja, así como la deslumbrante anatomía de la fémina y la situación tan juntita en que se encontraban.
-pues que le parece si le regalamos otro poquito, Don Gustavo cúbrame con su traje- dijo Miriam Caballero quien estaba irreconocible, el viejo se desabotonó su traje y lo expandió a manera de tapar a Miriam Caballero, la jovencita levantó su vestido y lenta y eróticamente movía sus caderas como si estuviera danzando a medida que bajaba los hilos de su tanga.
-ay me caigo jijiji- decía Miriam Caballero entre risas mientras apoyaba su desnudo trasero en el vehículo para evitar caerse al tiempo que sacaba su tanga por una de sus piernas.
Miriam Caballero se desprendió completamente de su semitransparente prenda mostrándola a la cáMiriam Caballeroa y arrojándola arriba del cofre de un auto vecino, mientras el viejo se quitaba su traje y quedaba solo en camisa blanca de vestir manga larga y su corbata, el vigilante al ver semejante acto de exhibicionismo estaba que se desprendía su verga de su cuerpo la cual ya babeaba lubricante toda su gorda mano y pantalones talla extragrande, su enorme papada sudaba a cantaros y los lentes que usaba se habían empañado teniéndoselos que quitar para poder observar la escena.
-un regalo para el guardia- dijo Miriam Caballero
-pensé que me la ibas a regalar a mi jejeje- dijo Don Gustavo
-a usted le puedo regalar otra cosa- dijo Miriam Caballero y se abrió ligeramente de piernas mientras ella misma llevó la mano del vejete hacia su empapada vagina, el viejo no se hizo del rogar y comenzó a tallársela mientras el guardia aumentaba el zoom a la cáMiriam Caballeroa para poder ver mejor la fogosa panorámica.
-revíseme como ando de lubricante Don Gus- decía la nena mientras sus labios emitieron una especie de gemido.
-será un placer jejejeje- dijo el caliente viejo quien no paraba de tallar.
-ahhhh, la está dedeando puto viejo, si le chupo los dedos a ese viejo hijo é puta- decía el guardia moviéndose vulgarmente y cuidando de que no se fuera a caer con todo y silla.
Los dedos del viejo se alojaron muy al interior de esa húmeda cueva, moviéndose rítmicamente dentro de ella mientras la chica comenzaba a gemir y en su excitación jaló de la corbata al viejo acercándolo a ella para besarlo nuevamente, Miriam Caballero no actuaba, no fingía, en realidad estaba excitada y disfrutando de la situación tan comprometedora y exhibicionista en que se encontraba, ella que siempre negó a su ex novio cualquier toqueteo en vía pública ahora lo hacía con un viejo que apenas y conocía su nombre.
-no pues estas bien lubricada putita rica,- el viejo tenía sus dedos completamente empapados en jugos.
El viejo utilizó otro de sus dedos para estimular el botoncito de la joven que ya se asomaba alegremente, Miriam Caballero al comenzar a sentir descargas de adrenalina correr por su cuerpo empezó a mover su pelvis al ritmo del viejo, hasta que parecía que era ella quien prácticamente se enterraba en los lubricados dedos del vejete quien permanecía parado volteando de vez en cuando a sus alrededores para advertir de cualquier otra presencia pero a la vez sintiendo la humedad en sus dedos y escuchando los femeninos gemidos de una chiquilla que se aferraba con sus manitas a su camisa al punto de desgarrarla y enteraba su hermoso rostro en el anciano pecho para ahogar los gemidos que salían con mayor intensidad.
El viejo rasgaba con sus dedos las paredes vaginales internas, deformaba sus dedos como si quisiera atorarlos dentro de esa caliente panocha, la nena esta vez sin necesidad de un brebaje estaba dejándose manipular por un vejete que bien podría ser su abuelo, otro caliente viejo que desde chiquita siempre se la sentaba en las piernas con la intensión de sentir ese trasero que ya predecía las perfectas proporciones que tendría pero que afortunadamente para ella desde que la abandonó su mamá también dejó de saber del viejo que nunca se llevó con su padre.
-Don Guuuuuussssss- dijo Miriam Caballero entrecortadamente.
-que mi pequeña putita- el viejo ya se sentía con el derecho de llaMiriam Caballerola así, y como no, si apenas la primera noche y ya le había metido los dedos.
-me vengoooooooooooooouuuuuuuummmmmmmmmm- dijo Miriam Caballero ahogando el grito de su corrida en el pecho del viejo, mientras este le tallaba sus cabellos y daba mojados besos en la sudada frente de la temblorosa chiquilla.
Los líquidos que la joven expulsó corrían por todo el brazo del viejo, mojando la tela de su camisa así como también por los muslos de ella, el viejo lentamente sacó sus dedos y otros cinco gruesos goterones cayeron y fueron a parar al pavimento, las piernas de la chica temblaban y parecían querer doblarse, sin embargo ella se apoyaba del viejo y del vehículo, detrás de la cáMiriam Caballeroa el vigilante gordo hacía su cuerpo hacia atrás y al no controlar su peso caía al suelo pesadamente mientras su verga vomitaba semen por todo el suelo.
-aahhh me lleva la verga!!!!!,- decía el obeso guardia muy molesto por haber manchado de leche su uniforme laboral.
El viejo Gustavo se llevó ambos dedos a la boca a degustar el sabor de los pletóricos líquidos que la nena expulsó, volvió a meterlos pero para ahora darle a degustar a ella sus propios fluidos, la joven Miriam Caballero como buena putita los aceptó y chupó como si se trataran de una verga, pasaba su lengua por toda su arrugada extensión mientras lo veía a los ojos y regalaba comprometedoras miradas y mostraba hasta los mínimos movimientos linguales que realizaba, el viejo se prendió con este tipo de escena así que procedió a decirle a su amante:
-chúpamela,-
-aquí?- respondió la nena.
-si aquí, ahora, chúpamela, vamos que esperas- decía el desesperado viejo, su educada voz había cambiado de repente.
-sí, pero tiene que decírmelo bien- respondió la joven.
-déjate de mamadas niña- volvió a decir el viejo.
-nooo, Don Gus, que ya se le olvidó como me gusta que me digan- dijo Miriam Caballero.
-chúpamela puta- dijo el viejo en tono malicioso.
-pues más o menos, me gusta que sean sucios conmigo- dijo Miriam Caballero quien pareciera que ya se había acostumbrado a recibir cualquier cantidad de peladeces y ahora necesitaba de ellas para poder calentarse.
-mira niña no estoy para pendejadas así que chúpamela como la perra barata que eres, y como de seguro lo era la puta de tu madre- dijo el viejo.
La dulce Miriam Caballero solo sonrió y lentamente fue bajando su escultural culo hasta quedar en cuclillas, desabrochó el pantalón del viejo y lo bajó hasta las tobillos, la misma suerte tuvo su slip pero algo decepcionó a la emputecida joven, algo que hizo que toda esa calentura carnal que invadía a la jovencita casi desapareciera, cuando Miriam Caballero bajo el slip se dio cuenta de que Don Gustavo no compartía las características armamentistas de los otros viejos que habían tenido la dicha de disfrutar alguna parte de su exquisito cuerpo, una tímida verga de aproximadamente 12 centímetros y muy delgada se asomaba ya en todo su esplendor, sin embargo el viejo la veía imponente, reía con un auténtico orgullo de macho, Miriam Caballero quería reír al ver esa amenazadora cosita sin embargo su educación lo impidió.
-que te parece mi reina, no hay mujer que se le resista a este pepino- decía el viejo agitando corrientemente su miembro.
-ehhh, ya veo, es….. es… la más grande que he visto Don Gus, y mire que he visto muchas, jejejejeje- dijo Miriam Caballero.
-sí, se nota pedazo de puta, se ve que nada mas andas por ahí pidiendo verga al primero que se te cruce, que esperas, mámala, mámala puta hedionda- decía el viejo mostrando leves signos amenazadores a la vez que de sus labios se escapaban gotas de saliva.
Miriam Caballero se metió ese trocito a su boca, de una sola chupada su boca se lo comía todo y aun faltaba mucha cavidad bucal por rellenar, sin embargo ella como buena actriz comenzó a suspirar como si esa verga fuera lo más delicioso que se metía a la boca, el sabor no era repulsivo, si bien el lubricante caracterizaba el aroma a miembro, el instrumento del viejo estaba muy aseado, nada que ver con las pestilentes vergas del día anterior, esta incluso olía a jabón y perfume.
A pesar de las condiciones de pulcritud e higiene, Miriam Caballero en cierto punto se decepcionó en parte por la longitud y principalmente por lo aseado, su boca inexplicablemente extrañaba esas saladas y babosas características de los pestilentes miembros que había tenido la oportunidad de disfrutar, no sabía porque comenzó a sentir la necesidad de tener entre sus labios una asquerosa tranca que oliera a rayos y fuera ella misma la encargada de quitarle ese desagradable sabor con su lengua y que ese sabor se quedara impregnado formando parte de su aliento.
Miriam Caballero siguió regalando caricias linguales a esa verga, pasaba su lengua por toda la corta extensión del miembro y lo tragaba hasta que su respingada nariz sentía las cosquillitas de una blanca y podada mata de pelos.
El guardia, quien ya se había incorporado y limpiaba su traje, podía ver como la dulce princesa hacía para adelanta y para atrás su cabecita, mientras el viejo Gustavo apoyaba sus brazos en la mollera de ella y echaba su cuerpo hacia atrás a la vez que chillaba como un puerco lo que denotaba que sentía al máximo el mamadón de verga que le estaban pegando, el vestido de la chica se levantó tanto que dejaba ver toda su espectacularidad desnuda y así continuo hasta que el viejo se corrió en su boca en cuestión de minutos, no sirviéndole el viejo ni para el arranque.
-ahhh, le está sacando la leche, que vieja mas puta- decía el guardia mientras seguía masturbando su flácida tranca y sudando en grandes cantidades.
Tres escasos chorros chocaron débilmente dentro de la boca de Miriam Caballero y se embarraban en su húmeda y esponjosa lengua, ella como buena dama de compañía retuvo dentro de sus fauces el blancuzco líquido para después abrir coquetamente sus rojos labios, mostrándole al viejo como su esperma se deslizaba entre su boca revolviéndose con su saliva metiéndosele entre sus perfectos dientes, para después cerrar la boca y de un solo trago llevarse esa acuosa sustancia hasta su estómago, todavía la inocente mujercita aun arrodillada sonrió al vejete mientras una de sus manitas masajeaba delicadamente su vientre.
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Afuera del fino antro, Pancho y Lucio desesperaban al ver que su amigo Raúl no salía, justo estaba Pancho por mandar al Lucio cuando vieron a Raúl que salía de lugar, asintiendo con la cabeza entendiéndoles que la pareja se había Miriam Caballerochado.
El orgásmico viejo, todo sudado y con su respiración acelerada se recuperaba de una de las mas prodigiosas mamadas de verga que había recibido, caballerosamente el viejo tomó a la nena de su pequeña manita ayudándola a incorporarse, a la vez que ella se levantaba de la posición encuclilladora en la que se encontraba, mostrando en todo su esplendor el impresionante cuerpo de hembra bien desarrollada apretada en un micro vestido negro lo suficientemente escotado como para perder la vista en esas perfectas glándulas maMiriam Caballeroias, la nena bajaba su vestido para cubrir sus íntimos encantos mientras movía su fecundo cuerpo lo más sugestivo que pudiera menearlo.
Una vez lista la nena, el viejo caballerosamente la cubrió con su traje y le abrió la puerta del auto, para que ella femeninamente depositara su espectacular cuerpo en el asiento del copiloto y de paso llenara con ese perfume embriagador y su vaporoso calor orgásmico femenino todo el espacio interno del auto, Miriam Caballero aprovechó el espejo retrovisor para verse, verificando que siguiera tan deslumbrante como siempre y checando que no hubiera restos de semen en su rostro.
El viejo rodeó el auto para subirse al sitio que le corresponde, lo encendió y partió rumbo a un motel alejado y distinto al que siempre iba, esto era una costumbre más que nada de seguridad, no podía ir tan seguido al mismo motel ya que levantaría sospechas y revelaría su posición y sus gustos a personas de baja calaña como los compañeros de su princesita, él mismo sabia de lo feo que se habían puesto las cosas en materia de seguridad ya que muchos conocidos por él y del mismo estrato social ya habían sido víctimas de la delincuencia.
Una vez que la pareja abandonó el lugar hizo su aparición el gordo vigilante, con una velocidad lenta avanzó hacia donde el auto que tenia la traslúcida prenda, rápidamente la tomó entre sus grasientas manos y la llevó a su desparramada nariz, todo el olor de Miriam Caballero fue a parar a los pulmones del grasoso para posteriormente guardarla en su pantalón como recuerdo y como motivación para futuras masturbaciones.
En el camino el viejo no dejaba de ver las piernas de la dulce Miriam Caballero, ella reía lujuriosamente y las cruzaba a manera de mostrarle todo su brilloso esplendor y dejándose tocar cada que este quitaba su arrugada mano de la palanca de velocidades y la posaba sobre los carnosos muslos de la nena.
-Don Gustavo a donde me lleva?- dijo la nena en forma chiqueona.
-vamos a un lugar en donde estemos solos, quiero gozar de ese cuerpecito que te cargas chamaca putita- contestó el viejo.
-ay Don Gus, por que se expresa a si de mí- respondía Miriam Caballero muy coquetamente.
-no te hagas la muy santa chiquilla caliente, yo portándome como un caballero contigo y resulta que eres una vil puta,- dijo el viejo algo enojado.
-ay don Gus, yo solo vengo a conocer amigos- respondió Miriam Caballero siguiéndole el juego al viejo.
-pues ya verás que de ahora en adelante tu y yo vamos a ser muy buenos amigos- el viejo en su desesperación abría una gaveta del auto para buscar un paquete de condones, usaría uno con esta chiquilla pues al verse tan facilita pensaba en la numerosa cantidad de hombres que de seguro ya habían pasado por ella.
La pareja llegó a un discreto motel ubicado en una de las orillas de la cuidad, las impresionantes luces color neón llaMiriam Caballeroon poderosamente la atención de Miriam Caballero, nunca había asistido a un lugar como este y le resultaba irónico tener que hacerlo con un viejo que apenas y conocía su nombre, ella que desde un principio mostro repulsión a los viejos verdes que siempre intentaban sacarle algo de plática cuando trabajaba como cajera llegando al punto de chocarla y gritarle sus verdades a uno que otro ahora estaba en la antesala de la lujuria con uno de ellos.
Una vez que la pareja salió del estacionamiento, ella tomada del brazo del viejo y él caminando con la mas presumida sonrisa, avanzaron hacia la recepción, al entrar un adorno de viento advirtió de la presencia de ellos al joven recepcionista, este se incorporó y al momento quedó petrificado ante la imagen de una preciosa jovencita jugando coquetamente con sus cabellos, a la vez que la veía mirar para todos lados inspeccionando la pequeña oficina, el muchacho tuvo que disimularla pues notó la incomodidad del hombre pasado en años con respecto a las miradas del joven hacia la tierna muchachita.
-bu.. bu… buenas noches- dijo el nervioso joven, ese saludo de cortesía llamó la atención de la dulce Miriam Caballero quien regaló al joven una hermosa sonrisa con esos labios que se apretaban entre ellos.
-buenas noches, una habitación por favor, la mas cómoda que tenga- dijo Don Gustavo.
-sí, si permítame, un momento- el chavo buscaba los papeles de registro en donde el viejo tendría que firMiriam Caballero, tirando todo a su paso por lo nervioso que se encontraba, y era obvio, en todas las noches que se desempeñaba como recepcionista nunca había admirando a un ser tan perfecto como esta niña, y para aumentar el morbo acompañada de un viejo tan feo.
-ee, señor, por favor, necesito que me firme eeeste papel, su nombre y su firma, por favor-dijo el nervioso joven quien miraba disimuladamente el rostro de la nena y más abajo al momento que acercaba al viejo una pluma moviéndola temblorosamente.
-que le parece amigo mío, si nos olvidamos del nombre y se queda con el cambio- dijo el viejo sacando un billete de 1000 pesos de su cartera y dándoselo al joven bajita la mano, no queriendo dejar ningún rastro de que él estuvo ahí.
-sí, sí, señor, lo que usted diga- dijo el joven pasando su mano hasta alcanzar el billete, revisándolo que no fuera falso y llevándoselo a la bolsa de su pantalón.
-la llave por favor,- dijo el viejo.
-ahh, ohh, si la llave, ehh la llave, la llave,- el pobre muchacho había olvidado que las llaves las tenia colgadas justo detrás de él.
-están ahí atrás- dijo Miriam Caballero, revelándole al joven la casi celestial voz que tenia la nena, una voz parecida a como cuando un ángel habla a un agonizante advirtiéndole que es hora de partir.
-si aquí están,- dijo el joven y las depositó en las arrugadas manos del envidiado viejo.
-con permiso- dijo el viejo y tomando de la cintura a su hembra procedió avanzar por el pasillo que accesan a los discretos cuarto.
El muchacho observaba como ese pedazo de hembra contorsionaba sus caderas al ritmo del sonido que sus tacones hacían en el suelo, el chico no perdía detalle del comestible trasero el cual se dibujaba descaradamente sobre el microvestido y que podía ser admirado debido a que Miriam Caballero no llevaba correctamente bajado el traje del viejo, el joven veía también como se podía notar a la perfección la curvatura de sus glúteos y la ubicación exacta de la línea que forma la separación de estos y que regalaban un exquisito hundimiento por sobre el provocativo vestido, con la ausencia de la tanga el trasero se Miriam Caballerocaba perfectamente.
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Una vez en la habitación, el viejo se tiró en la cama, mientras llamaba a su hembra quien permanecía inmóvil enfrente de él, la verga del viejo ya había tímidamente reaccionando de su letargo y volvía a mostrarse aunque con menor voluminosidad sobre el fino pantalón del viejo.
-un momento Don Gus, tenemos toda la noche, hoy mis padres no me esperan en casa, antes quiero ir al baño- dijo la nena
-está bien, pero te lavas bien la panocha que te la voy a chupar bien chupada- decía el viejo al tiempo que movía vulgarmente sus labios y su lengua adquiría un movimiento gusanesco.
“viejo cochino” pensó Miriam Caballero mientras caminaba seductoramente de manera intencional para mantener estimulado al viejo.
La joven Miriam Caballero entró al baño y sacó de sus enormes tetas el celular que ya se encontraba calientito y que prácticamente había desaparecido entre ellas, tecleó el mensaje con el nombre del motel y la calle donde se ubicaba así como el número de habitación en la que se encontraba y lo mandó al número que estaba anotado en un papel pegado en la cubierta trasera del dispositivo móvil, su rostro ahora ya era de preocupación, sus facetas lujuriosas y emputecidas que bien pudo actuar la habían abandonado y ahora yacía esperando a que todo pasara rápido y sin contratiempos.
Llegó un momento en que la niña tuvo que salir del baño pues el tiempo ya era de más, caminó sensualmente hacia donde estaba el viejo acostado, no sin antes bajarle al excusado para despistar al viejo de que si había utilizado el baño realmente.
-ay Don Gus, no estoy muy segura de lo que quiera en estos momentos, pienso en mi novio, no se merece esto- dijo Miriam Caballero.
-cállate pendeja, a mi me vale verga tu novio, así que encuérate para empezar a gozarte- respondió el viejo.
-y por qué tanta prisa Don, no le gustaría jugar un ratito?- preguntó Miriam Caballero.
-si me gustaría pero no puedo desvelarme, tengo una casa a la cual llegar y una esposa a la que también tengo que satisfacer jejejeje- dijo el viejo.
-para todo hay tiempo Don,-
Dijo la nena mientras se subía como una gatita en celo a la cama y acomodaba el cuerpo del vejete entre sus carnosas piernas, ella le bajó su pantalón y lo dejó en slip, Miriam Caballero subió un poco su vestido a manera de que el viejo contemplara su íntimo tesoro, la joven acopló su sexo en esa verga para proceder a moverse lentamente, de atrás para adelante, tallando su sexo contra la tela del slip en donde una protuberancia asomaba y palpitaba, poco a poco la tela del slip se iba impregnando de jugo que la nena soltaba ya que los movimientos eran tan exquisitos que comenzaron a humedecer el sexo de Miriam Caballero.
La exquisita niña se meneaba pendularmente arriba del viejo, sus tremendas caderas se movía deliciosamente como si estuviera danzándole al viejo al mismo tiempo que su sexo mojaba esa verga que ya había adquirido su máxima dureza, el viejo tuvo que meter mano para acomodársela debido a que se había erigido de manera torcida.
-Don Gustavo que rico se siente- suspiró la nena, sin embargo esto no era parte de la actuación, en verdad la nena estaba sintiendo deleitable refregar su sexo contra la caliente y palpitante verga del hombre, su piel se había puesto chinita y los finísimos vellos que cubrían sus brazos se levantaban como si una corriente de estática hubiera pasado sobre ellos.
-ahhhh, nena, te mueves como los ángeles, y eso si hablamos de una angelita muy puta- decía el viejo.
-de veras Don Gus,- dijo la nena y comenzó a friccionarse más endemoniadamente en contra de esa masa de carne, la cual deseaba aumentar sus medidas para así poder satisfacer como se debe a una hembra como Miriam Caballero.
La jovencita levantó un poco mas su vestido, al grado de dejar al descubierto más de la mitad de su cuerpo, estaba tan acalorada que por un momento cruzó por su mente las ganas de quitarse ese vestido, sin embargo lo dejó ahí, a medio cuerpo, el viejo en tanto estaba tan excitadísimo que solo con ese roce se le avecinaba otra corrida.
-así mamita ráscate, ráscate mmmm- decía el caliente viejo, sus manos pellizcaban constantemente la suave sábana de la cama.
-te gusta papito, te gusta cómo me unto en ti?- dijo Miriam Caballero sacando sus carnosos labios de forma por demás erótica.
-si mi amor, que niña más rica- el viejo estiraba sus piernas a más no poder y con sus pies quitaba sus zapatos.
-rica la verga que me estoy tallando, porque no me la metes- dijo Miriam Caballero presa de la calentura ya que para ella esto no era parte del plan pero aun así le pareció muy atrevido jugar con el viejo de esta manera y para aumentar la motivación de anciano comenzó a chupar uno de sus deditos como si se tratara de una verga y repasar su lengua por toda la extensión de sus dedos.
-faltaba más- dijo el caliente viejo que casi sacaba humo por las orejas.
Don Gustavo se incorporó y rápidamente se empezó a desabrochar su fino pantalón, dejándolo caer y mostrando unas piernas flacas pero correosas y muy peludas, Miriam Caballero a pesar de estar excitada volteaba a ver a la puerta esperando a que esta se abriera y aparecieran esos despreciables seres que tanto odiaba pero que en estos momentos fungirían como sus salvadores, pues como una extrema opción estaba dejarse penetrar por este viejo, ya era mucho con lo que había pasado la noche anterior, aunque por lo menos la aliviaba el hecho de que Gustavo utilizaría protección.
Gustavo empujó a la nena haciendo que esta cayera boca arriba en la cama mostrándole todo su vaginal encanto, Miriam Caballero veía como el viejo estaba abriendo de manera desesperada el sobre para poder sacar el condón, al verlo le dijo:
-espero Don, porque no me baila un ratito, ahora le toca a usted calentarme un poquito jijijijij- dijo la coqueta Miriam Caballero.
-déjate de mamadas pendeja, eso es de putas calientes no de caballeros refinados como yo- respondió el viejo.
-pues yo creo saber un poco de eso, permítame- dijo Miriam Caballero aprovechando este momento para ganar un poco mas de tiempo y se incorporó para, al ritmo de una pegajosa melodía contenida en su cabeza comenzar a mover sus prominentes caderas mientras sus manos tocaban sin pudor el resto de su cuerpo a la vez que miraba y sonreía coqueta a su primer cliente.
El viejo Gustavo al ver ese exquisito meneo que Miriam Caballero perfeccionó en las discos y fiestas escolares se sentó en la cama al tiempo que meneaba vulgarmente su baboso instrumento, otra de sus manos movía de un lado a otro su corbata buscando desatarla, Miriam Caballero con los ojos cerrados se movía como su llevara años bailando para los hombres, en un arranque de lujuria llevó sus manos para acariciar sus bamboleantes senos apretándolos y sintiendo su dureza, sentía ella misma la fineza y tersura de sus redondos encantos y reflexionaba, si ella que era la poseedora de esos atractivos atributos sentía rico estarlos tocando comprendía el porqué los viejos se desvivían al estárselos chupando y manoseando, reconocía que sus senos tenían una tersura adictiva, y más para este tipo de viejos como con los que trabajaba que sin duda nunca habían manoseado unos de semejantes medidas y perfectamente levantados.
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Justo en ese momento una vieja vagoneta hacia su aparición afuera del motel, ahí el joven recepcionista se preparaba para sacar los papeles que los clientes que según él venían arriba del vehículo debían firMiriam Caballero, dentro de la camioneta Pancho, Lucio, Raúl y Ciriaco se ponían cada uno mascaras de personajes ficticios de terror.
-bueno Ciriaco tú te quedas con el pendejo que esté en recepción, si se mueve ya sabes que hacer- ordenó Pancho.
-espero y haga algo estúpido- dijo Ciriaco mientras cargaba su arma.
Las luces altas de la camioneta le daban en todo su esplendor al pobre muchacho, con lo que le castraba que un coche se estacionara enfrente de él y lo cegara y su dueño no apagara las luces, al ver que nadie bajaba se decidió ir a hacerse menso a la puerta para ver que sucedía, justo cuando iba saliendo de su mostrador aparecieron cuatro sombras negras y desparramadas caminando lentamente, Pancho entró primero y al ver al joven le apuntó con su revolver a la altura del pecho.
-quieto hay mocoso- resonó la intimidante voz del viejo.
El joven rápidamente se hizo para atrás poniéndose blanco de la impresión, solo para atinar a decir casi orinándose del miedo más por la impresión de la corpulencia del viejo que del mismo revolver:
-nooo, por favor, llévese lo que quiera pero no me mate-
-tranquilo chiquillo, no venimos a matarte, parece que tienes hospedado a un cliente muy importante para nosotros así que con tu permiso, y cuidadito y hagas alguna estupidez porque te la meto por el culo- dijo Pancho ya con todos sus compinches adentro.
-Ciriaco, vigílalo- volvió a ordenar Pancho.
Los demás viejos se dirigieron rápidamente a los cuartos del modesto motel, Miriam Caballero estaba en su baile cuando de repente escuchó un fuerte golpe que abrió la puerta, dos de los viejos (Pancho y Raúl) entraron mientras Lucio se quedó en la puerta para ahuyentar a los chismosos, una joven pareja que ahí se encontraba cometió la osadía de asoMiriam Caballerose pero fueron asustados por Lucio apuntándoles con un arma.
-que vergas están viendo, pa´ dentro órale- la horrible cara de Lucio era motivo suficiente como para no querer volver a asoMiriam Caballerose.
-peroo que…. quienes son ustedes- preguntó Gustavo mientras Miriam Caballero se acomodaba su ropa al mismo tiempo que hasta la calentura se le bajaba.
-oiga pero que, que forma de entrar así, se me van en este mismo momento o llamo a la policía- dijo el viejo Gustavo acomodándose sus pantalones.
Miriam Caballero puso un rostro asustado, como si en verdad no supiera nada y se arrinconó a una de las paredes, el viejo Pancho puso de su parte y se dirigió a ella.
-mira nada más, que puta más rica te ibas a cenar hoy Gustavito- dijo Pancho apretándole los cachetes a la nena.
-oiga como sabe mi…..- preguntó Gustavo sin embargo no terminó de decir su pregunta.
-creo que he decidido llevármela a ella en vez de a ti- dijo Pancho mientras lamia obscenamente el cuello de la nena y ella cooperaba poniendo cara de asco, aunque esta faceta no le costaba para nada fingir debido a lo asqueroso de las lamidas del viejo que dejaban anchos caminos salivales en el cuello de la nena.
-sí, llévesela, yo ni la conozco, llévesela pero no me haga daño,- dijo el viejo asustado rogando por su vida pues era apuntado amenazantemente por uno de los viejos.
-Raúl anestésialo- ordenó Pancho mientras ya tenía a Miriam Caballero contra la pared y empezaba a manosearle los senos, ella en cambio ponía rostro de vómito para verse más creíble, aunque en realidad si sentía asco el que nuevamente la manoseara un tipo tan feo.
-noo suélteme viejo asqueroso, hijo de puta, maldito cerdo malformado- dijo Miriam Caballero aprovechando que el viejo pensaría que estaba actuando pero sacando todos esos insultos que quiso desde el principio decirle al gordo y que vio esta oportunidad perfecta para sacarlos.
-calla perra, te voy a enseñar a respetar a los machos- dijo Pancho sometiéndola de los cabellos al grado de lastiMiriam Caballerola.
-noo, me lastima maldito viejo gordo- se quejaba Miriam Caballero.
Gustavo, al ver acercarse a Raúl se puso en posición de ataque pero al mandar su Miriam Caballerocial golpe, este fue detenido por Raúl sin problema alguno, y como respuesta el malhechor le soltó un puñetazo por media nariz, dejándosela completamente rota para después soltarle otro en la sien noqueándolo y cayendo desplomado en la cama.
El pequeño grupo bajaba de regreso, Pancho aferrando del brazo a la jovencita, mientras Raúl cargaba al inconsciente Gustavo, Lucio atrás de ellos cuidando las espaldas, todos bajaban con destino a su guarida cuando en eso escucharon un disparo proveniente de la recepción, al llegar vieron como Ciriaco mostraba una placentera sonrisa mientras el joven recepcionista sentado en el suelo recargado de espalda en la madera del mostrador agarraba con ambas manos su estómago, de entre sus dedos se podía apreciar sangre comenzando a brotar abundantemente, una mirada ida y un hilo de sangre saliendo de su boca anunciaban su inminente deceso, poco a poco comenzó a caer hacia un costado mientras su boca vomitó en sangre, el joven temblaba como si un frio extremo lo invadiera.
-se movió- dijo Ciriaco descaradamente.
Un sentimiento de impotencia invadió a la joven al ver como estos despiadados seres reían como si estuvieran orgullosos de lo cometido, como estos seres sin ningún tipo de beneficio terminaban con la vida de un muchacho quizás tres años mayor que Miriam Caballero y que por lo menos se ganaba la vida dignamente y no como ellos, una madre mas que no recibiría otra vez a su hijo en casa para abrazarlo, el grupo hacia acto de abandono del lugar pues de seguro en cuestión de minutos el lugar estaría lleno de policías, Miriam Caballero veía con tristeza como este muchacho enconchaba su cuerpo hasta que su rostro tocó el suelo.
Veía el rostro del joven completamente desvitalizado y volteaba a ver a los demás viejos solo para ver como carcajeaban entre ellos, incluso Lucio parecía hasta excitado, la joven se daba cuenta de que había caído con seres de lo mas bajo.
-vámonos, vámonos, camina puta, queee, nunca habías visto un muerto?- dijo Pancho, Miriam Caballero solo movió su hermoso rostro en señal de negación.
-pues acostúmbrate jajajajajajaja- decía el viejo mientras la tomaba del brazo y la jalaba hacia afuera.
Ya arriba de la camioneta y alejados del motel Pancho discutía con Ciriaco.
-a ver Ciriaco, que paso ahí, no quedamos que todo limpio y sin escándalos-
-pues que querías, al mocoso le sonó su celular y eso me puso nervioso- dijo el asesino de Ciriaco buscando el primer pretexto.
-bueno ya, lo que importa es que todo salió bien- mientras tanto Miriam Caballero sentada en el lugar que corresponde al copiloto se maldecía por haber participado en la captura de Gustavo y maldecía a sus compañeros por haber terminado con la vida de un joven que solamente trabajaba para ayudar en la economía familiar, sin embargo algo en su mente ocupaba un primer plano, ella misma se preguntaba el porqué había sentido rico estar provocando a Gustavo, porque se había mojado, y lo que más le asustaba el porqué había deseado que una verga pestilente hubiera sido la que se alojara en su boquita.
La vagoneta llegaba donde Felipe los esperaba y una vez dentro el vehículo el viejo cerró la cortina de lámina del edificio.
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El viejo Gustavo despertaba con un balde de agua bien fría mientras todos los viejos aun cubriendo su identidad reían, el empresario estaba completamente atado y amordazado.
-jejejejeje, para que se te quite lo caliente viejo rabo verde- dijo Pancho dándole una cachetada.
-jejejejeje, puto viejo, la gente como tú me da asco- dijo Lucio sin morderse la lengua y asestó un fuerte puñetazo al rostro del amordazado hombre, para después asistir otro que lo tiró con todo y la silla a la que se encontraba aMiriam Caballerorado, Lucio fiel a su costumbre solo golpeaba cuando el contrincante presentaba algún tipo de desventaja pues continuo pateándolo en el suelo.
Miriam Caballero veía desde una distancia considerable como los viejos se divertían golpeando a un indefenso hombre, sus brazos yacían cruzados y su boquita se torcía en señal de desaprobación, su vestido se pegaba exageradamente a su curvilíneo cuerpo mientras esperaba su siguiente orden.
-muchachos, muchachos, póngame atención, por esta noche dejaré que se diviertan practicando golpes con este viejo, nada más que no me lo vayan a mallugar mucho jejejeje, recuerden que lo tenemos que regresar reconocible porque no lo pueden confundir con otro, Felipe aun no avises a la familia, yo me voy a celebrar con mi hembra así que no quiero que me molesten- dijo Pancho.
-déjanos a tu hembrita también con nosotros- dijo Lucio.
-jeje, a ti te voy a dejar esta- respondió Pancho haciendo un movimiento obsceno de pelvis.
-oye Pancho siéntate ahí para que veas cómo le pegamos- dijo Felipe.
-me quedaría a seguir jugando albures con ustedes pero traigo unas ganas de coger que que bruto, todo el día he andado bien caliente, parezco burro en primavera, se me nota?- dijo Pancho agarrándose el abultamiento que se formaba entre sus piernas y moviéndolo descaradamente, quería llegar a saciar su calentura con la tierna chiquilla ya que desde que la vio como se arregló una calentura animal lo invadía.
-bueno, nada mas no la vayas a desmadrar porque recuerda que aun me debes tres cervezas- dijo Felipe, Gustavo a pesar de no estar vendado no podía visualizar a Miriam Caballero, ya que ella estaba oculta entre la oscuridad de un rincón, de igual manera no sabía de quien hablaban estos viejos.
-no te preocupes solo serán dos palos y nada más, si creo que los aguante jejejeje, oye orita que dices eso también le debo dinero a la Nauyaca y al Nigeriano, crees que quieran cobrarse con otro tipo de pago jejejeje- el viejo Pancho se refería a otros dos viejos malvivientes de la zona famosos por tener miembros descomunales razón por la que se habían ganado tales apodos.
La nena solo escuchaba las vulgares expresiones con las que estos viejos se comunicaban.
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Nuevamente Pancho llevaba casi a rastras a la bella joven directo a su cuarto para otra vez protagonizar una encarnizada cópula, la niña ya sabía que gritar era en vano, que resistirse también, entonces lo único que le quedaba era exprimir la apestosa verga de ese viejo lo antes posible????.
-noo, suélteme por favor- rogaba la nena.
-nada puta, estas bien antojable con ese vestido que mereces que te haga gruñir como las puercas- dijo Pancho.
Una vez adentro Pancho la arrojó sobre su cama, la pobre niña salió disparada chocando contra el sucio colchón mostrándole al viejo su esplendoroso trasero desnudo pues el vestido se le subía exageradamente con el menor movimiento.
-déjeme en paz por favor, se aprovecha por qué no puedo defenderme,- reclamaba la nena ante la impotencia de no poder hacer nada.
-jejejeje, me aprovecho porque eres mi vieja y como tal estas obligada a satisfacerme en todo lo que se me antoje- dijo el viejo.
-váyase al diablo, como puede ser tan malo aprovechándose de los más débiles, dejar a ese pobre hombre a merced de sus matones y usted bien tranquilo queriendo cog……. abusar de mi- dijo la nena mientras recomponía su posición en la cama, sentándose y apretando sus carnosos muslos para proteger su desnuda intimidad pues recordó que no traía calzones.
-mira niña, se ve que tú no sabes nada de este negocio, nosotros no secuestramos muertos de hambre ni a ninguna blanca paloma, ese viejo se ha hecho rico gracias a sus corruptas mañas para dejar gente pobre en las calles, aquí todos tenemos cola que nos pisen, hasta tu, porque te prestaste a engañarlo para hacérnosla más fácil, jejejejeje, así que no reclames y encuérate- dijo el viejo comenzando a desabotonarse su camisa.
-pero yo lo hice porque usted me obligó, yo no quería, usted me amenazó, es un bastardo, unfff, unfff- la voz de la nena comenzaba a quebrarse.
-mira niña,- el viejo se acercó a la joven y la tomo de su mentón, ella hizo por alejar su rostro pero el viejo la sostuvo firmemente.
-parece que tu y yo empezamos con el pie izquierdo, sabes, tú podrías conocerme y descubrir que no soy tan malo como tú piensas- el viejo Pancho levantaba a la joven y rápidamente la tomaba de la cintura mientras le hablaba pero mirándola a sus carnosos atributos.
-señor, le voy a repetir por última vez- la nena exhalaba por la boca tratando de tranquilizarse para que sus palabras salieran lo más claras posible tratando de lograr que este pedazo de bestia comprendiera por fin que ella tenía otro estilo de vida.
-por favor espero que me comprenda, se lo suplico, déjeme ir, yo no pertenezco aquí, mire le garantizo que no diré nada de lo que he visto y me ha hecho pero déjeme ir, necesito saber cómo esta mi papá, debe de estar preocupado además de que en la casa solo vivo con él y yo le cocino, lavo la ropa y mantengo esa casa limpia, además tengo un trabajo decente y ya falté un día por su culpa y mañana serán dos, sabe lo que significa eso, me descuentan el poco dinero que gano, dinero que usted me robó cuando llegué aquí- dijo Miriam Caballero mirando al abatraciado viejo muy seria.
-jejejeje, dinero, dinero, todas las putas viejas tienen esa palabra metida en su cabeza, mira niña, para que veas que no soy tan malo y para que no estés preocupada por eso del dinero voy a recompensarte con una parte del botín,- dijo el viejo sin soltar a la mujercita de su estrecha cintura.
-una parte del botín, no entiendo- dijo Miriam Caballero.
-si putita, una parte del botín o sea dinero, por lo que estas peleando,- dijo el viejo.
-mira para que veas que no soy tan malo aquí está tu parte del botín para que no estés preocupada por eso del dinero, toma- el viejo dio a Miriam Caballero la cartera del viejo Gustavo.
Miriam Caballero la abrió y vio dentro una buena suma de billetes en perfecto estado y de las más altas denominaciones, en solo unas cuantas horas se había hecho acreedora a una suma monetaria casi comparada a lo que ganaba en varios meses como cajera, eso sin contar el dinero en sus tarjetas de crédito, obviamente Miriam Caballero sabia que las tarjetas no podían ser utilizadas por su seguridad, por un momento su mente de mujer la hizo fantasear con esa jugosa cantidad de dinero en efectivo, su femeninos deseos adictos a comprar cosas la llevaron a imaginarse cantidad de blusas, pantalones, vestidos, accesorios, zapatillas, bolsas y todo lo que siempre había querido comprar y que muchas veces se había quedado con las ganas, para después recapacitar y considerar ese dinero como sucio.
-es muy generoso de su parte Don Pancho pero no puedo aceptarlo- dijo Miriam Caballero sin quitar la vista de la billetera y mordiéndose su labio inferior.
-vamos niña, te lo mereces después de todos los malos tratos por los que te hemos hecho pasar y de todo lo que te arriesgaste esta noche, aprovéchalo es tuyo, además ese viejo posiblemente se lo hubiera gastado en putas y yo a lo mejor me lo gaste en cerveza y… en putas- dijo Pancho.
-el dijo que ayudaba a un orfanato y que aportaba a organismos que recogen animales callejeros- dijo Miriam Caballero pensando que ese dinero era para solventar gastos para esas instituciones.
-que vergas, eso es mentira, solo busca su beneficio, y a lo mejor a lo del orfanato se refiera a las niñas que bailan semidesnudas en un table propiedad de él, mucho más lujoso y grande que el que tiene Felipe, entonces que, lo vas a aceptar sí o no?- dijo el gordo.
-pero……. aunque lo acepte……. en que podría gastarlo, si usted no me dejaría salir ni a la esquina- dijo Miriam Caballero.
-no te dejaría salir sola, pero podemos salir juntos, sé que estoy refeo y te doy asco pero por otro lado el que te vean conmigo te puede ayudar a ganar mucho respeto por estos alrededores, además este barrio así como lo ves de malviviente también tiene negocios donde puedes encontrar chacharitas de buena calidad, como ropa que te hace falta, tengo un amigo que me debe dinero y puedo cambiarle su deuda por ropa para ti- dijo el viejo.
-eehhhh- Miriam Caballero pensaba, una parte de su cerebro decía “no lo agarres, no es tuyo, es dinero ganado ilícitamente”, mientras la otra decía “imagínate todo lo que podrías comprar con ese dinero”.
-bueno, lo aceptaré- dijo la nena, su mente había sucumbido al dinero y a las compras.
-que bueno, ahora déjame sacar una botella que tengo guardada por aquí y unos vasos, vamos a brindar por lo de esta noche- dijo el viejo sacando una botella de vodka que había robado a Felipe.
-no, señor no es necesario, estoy cansada, quiero dormir- Miriam Caballero recordaba que exactamente con unos tragos la habían drogado al punto de entregarse a dos viejos repulsivos.
-como de que no, ora toma, con confianza, esta no tiene nada jejeje- decía el viejo descarado sabiendo que la nena se acordaba de lo sucedido.
Miriam Caballero recordaba la bipolaridad de este viejo, si bien le sorprendía que se estuviera portando educado con ella y que le hubiera pagado por sus servicios cuando hace apenas unas horas le había robado el dinero con el que había salido a distraerse, el temor a que cambiara su estado de ánimo estaba latente, así que aceptó de mala gana el vaso de vodka, el viejo se sirvió su vaso y lentamente aplastó su enorme trasero sobre la cama haciendo que este mueble casi se doblara, la hermosa Miriam Caballero poco a poco se fue sentando también al lado de él, aun permanecía con sus zapatos puestos y su minivestido negro, el apretar de sus antojables pechos formaban una línea exquisita entre ellos ya que el vestido traía anexado un bra que se ajustaba perfectos ese par de melones.
-yyy, me dices que te llamas Miriam Caballero verdad?- dijo el viejo tomándose de un sorbo su bebida y sirviéndose otro vaso, un fuerte eructo salió de su boca mientras pesadas gotas de baba caían por sus abultados labios.
-así es señor, y usted Francisco?- dijo Miriam Caballero mientras daba un tímido y delicado sorbo a su bebida a la vez que sus ojos miraban los enormes tatuajes que cubrían los gordos brazos del viejo, muchas de ellos mujeres con rostros emputecidos.
Miriam Caballero veía esos intimidantes brazos de oso y los comparaba con los suyos, sin duda la diferencia era bestial, con razón la otra noche a pesar de que intentó liberarse nunca pudo, además esos brazos eran por mucho muy superiores a los de su padre y su exnovio, el vaso se perdía en esa mano casi del tamaño de un guante de béisbol, los grotescos dedos eran tan mas largos y gruesos casi más que la verga de su ex, solo con los puros dedos le costaría deflorar a una virgen.
-sí, pero dime Pancho, y tienes 18 años?- preguntaba Pancho tomándose otra vez de un jalón su vaso y sirviéndose otro.
-sí, y usted?- preguntaba Miriam Caballero mientras ahora quitaba la mirada del sapo y la dirigía a sus manitas como haciendo una comparación con las del viejo.
-yo tengo…. cuántos me calculas?- preguntó el viejo quien ya babeaba al imaginarse el suculento cuerpo de hembra desnudo y ensartado en su estaca.
-ummm, como 50- dijo Miriam Caballero tomándose por completo el líquido depositado en su vaso y poniendo una faceta extraña por el sabor.
-casi, tengo 55, te sirvo otro?- dijo el viejo y Miriam Caballero de manera increíble acercó su vaso al viejo para que este le sirviera otro trago, sin embargo la nena estaba confiada, su idea era que el viejo se emborrachara y se quedara dormido para de esta manera buscar como escapar y al verlo beberse el vodka como agua pensaba que era cuestión de tiempo para que se desploMiriam Caballeroa, Miriam Caballero no contaba con que este viejo necesitaba de más de una botella de licor para derrumbarse y subestimaba la capacidad embriagante del vodka en una primeriza como ella ya que se lo estaban tomando limpio.
La desproporcionada pareja siguió hablando de cosas sin importancia, entre tanto trago y el trascurrir de los minutos la botella ya iba un poco más de la mitad, casi la mayoría degustada por el viejo, Pancho quien vivía de toMiriam Caballero estaba más que acostumbrado a esto y se veía entero, casi no había hecho efecto el licor en su cuerpo solo una leve sonrisa atravesaba su horrenda cara, Miriam Caballero por el contrario ya empezaba a sentirse un poco Miriam Caballeroeada, la cabeza le daba vueltas y se la tomaba constantemente, empezaba a reír de las estupideces que el viejo decía, aunque a cualquier persona le parecerían chistes sin gracia alguna, a la medianamente alcoholizada chica la parecían de buen humor.
El viejo veía como la alegre chica tomaba y tomaba sin llenarse, él, muy hábil empezaba a hacer que le daba sorbos a su vaso pero sin probar nada de nada hasta que vio como la nena poco a poco cambiaba las risas por prolongadas carcajadas, los movimientos que la nena hacia cuando se reía hicieron que su vestido se le subiera considerablemente pero ella no hizo nada por bajarlo, regalándole al viejo una impresionante visión de sus torneadas piernas, estaba tan felizmente ebria que no le daba importancia a eso.
-señooorr, antes de seguir platicando quisiera poner bien en claro algoo, usted se la ha pasado diciéndome puta has esto, puta has aquello, pero quiero decirleee, jijijiji, perdón, quiero decirle, que yooo no soy ninguna putaaa, que le quede claro, ayy, esto ya se me está subiendo- decía Miriam Caballero mientras expresaba un hipo.
-jejejeje, pues que querías que pensara, entro al cine y te veo ahí vestida como una rica putita pidiendo verga, y encima con tu panocha toda mojadita, querías que pensara que eras una monja?- dijo el vulgar viejo jugando con sus toscos dedos con los lacios cabellos de la nena.
-jejeje, si verdad, lo que pasa es que había quedado de verme con un chicoo, pero el muy estúpidoooo, se atrevió a dejarme plantada, a mííííííí, usted cree, a mííííí, dejó plantado todo esto- Miriam Caballero se levantó dificultosamente para girar su cuerpo para que el viejo admirara esa apenas cubierta y sugestiva anatomía de diosa que poseía que otro había dejado escapar.
-nombre si estas rebuena, yo no sé cómo se puede ser tan imbécil- el viejo admiraba el apretar de ese vestido sobre esas desarrolladas caderas y levantando su voluminoso cuerpo tomó de la fina cintura a tan despampanante chiquilla quien no se intimidó por la acción del gordo.
-y una amiga, que ella si es una putaa, me llevó al cine, donde me encontré con usteeed, pero yo no quería ir, yo le decía que no y ella que siii, yo que nooo y ella que sii- dijo Miriam Caballero dando otro trago a su vaso.
-Miriam Caballero que bonita te ves borrachita, déjame darte un beso- dijo el viejo admirando el hermoso rostro ruborizadamente alcoholizado de la nena.
-un beso?- preguntó Miriam Caballero, le sorprendió que esta morsa, quien se había cansado de humillarla y aventajarse de su debilidad, ahora le pidiera de manera respetuosa dejarse dar un beso.
-si un beso- dijo el gordo Pancho mientras le quitaba algunos mechones de su cabello que cubrían su angelical rostro.
-pero, nooooo, usted está muy feo, sabe, si bajara un poco esa panza a lo mejor no estaría tan mal- dijo Miriam Caballero mientras su dedo se tallaba en la grotesca panza del viejo, la nena ya se había olvidado que hace unas cuantas horas el viejo la había utilizado como un anzuelo y ahora hasta parecía que disfrutaba de la compañía de tan horroroso ser, ella se tambaleaba debido al efecto del alcohol y repegaba su exquisito cuerpo en el del viejo para evitar caerse.
-déjame darte un beso- volvió a decir el viejo y ahora tomaba fuertemente a la nena de su cintura pegándola a su obeso cuerpo, la nena sintió el apretar de esos poderosos brazos en su femenina anatomía, nuevamente esa sensación de sometimiento, de vulnerabilidad, de macho rústico apretando poderosamente a una frágil mujercita, esa sensación de no poder hacer nada para impedir que un viejo de lo más despreciable disfrutara de su cuerpo aparecieron excitando inexplicablemente sus hormonas femeninas.
-noooo- dijo la descalzonada nena, Miriam Caballero podía sentir entre sus muslos un calorcito enajenante y un cosquilleo rico que hicieron que también sus pezones se erizaran, además de que advertía en su vientre la poderosa erección con la que la verga del viejo era capaz de manifestarse.
-entonces me obligas a dártelo a la fuerza- dijo el viejo y acto seguido plantó un salivoso beso a la hermosa jovencita, Miriam Caballero reaccionó ya tarde, el viejo ya tenía su lengua alojada dentro de su boquita moviéndose desesperadamente, el vaso de Miriam Caballero fue a dar al suelo mientras la niña recibía las exuberantes cantidades de saliva emergidas de la apestosa boca del vejete.
La jovencita intentaba apartar su curvilíneo cuerpo de el del viejo, sus prominentes pechos se aplastaba contra de obeso cuerpo de su captor pero ese sentimiento la estaba calentado de sobremanera preparándola para la inminente entrega, el viejo llevó una de sus tenazas al sexo de Miriam Caballero para desesperadamente introducir dos de sus dedos dentro de su sensible vagina.
La joven reaccionó con un gritito, pues los toscos dedos del viejo mantenían un grosor considerable y mas al tratarse de dos, los callos friccionaban con las suaves paredes vaginales regalándole a la nena cosquillas nunca antes sentidas.
-noooo suélteme, viejo degenerado- decía Miriam Caballero quien golpeaba el pecho del viejo, pero lo que el viejo no sabía era que la alcoholizada niña jugaba con ella misma, decía esas palabras sabiendo que el viejo nunca la soltaría y de esta manera ponerle un morbo extra a la situación, además el hecho de llaMiriam Caballerolo degenerado, pervertido, asqueroso o demás la excitaba tremendamente, no sabía porque pero así era.
El viejo obviamente no hacía caso y lentamente comenzó a mover sus enormes y gordos dedos a una velocidad inexplicable haciendo que los jugos de Miriam Caballero comenzaran a brotar como rocío de las mañanas, la niña gemía delicadamente para de vez en cuando jadear como los perros y contraerse debido a las placenteras manoseadas que el viejo cuerpo de sandia le estaba dando.
El viejo Pancho procedió a lamer con esa maestría que lo caracteriza la orejita de la nena, ella ladeaba su cabeza pero el viejo siempre lograba acorralarla, fue en uno de estos momentos en que el viejo volvió a meter su lengua dentro de la boquita de la joven, ella ya no hizo por luchar y estimulada por los manoseos y el efecto del alcohol correspondió delicadamente el beso dado por un hombre horroroso, sucio, con visibles desequilibrios mentales y que se dedicaba a una de las prácticas mas reprobadas por la sociedad.
El gordo viejo seguía atrayendo a su humanidad a la joven, con uno de sus poderosos brazos la aprisionaba de su cintura mientras ella tímidamente se abrazaba a él, el viejo movía su estimuladora mano muy rápido mientras los fluidos ya hacían acto sonoro de presencia, resbalaban por ambos muslos de la fémina así como también por el moreno antebrazo del viejo, la jovencita comenzó a gemir mas audible pues las sensaciones iban en aumento al punto de acalorarla como si estuviera en un baño sauna empapando completamente el minivestido con su sudor femenino.
-no pare- Miriam Caballero dejó escapar estas palabras en forma de suspiro, sus carnosos labios eran repasados constantemente por su lengua y repetitivos mmmm se escapaban de ellos, al parecer estaba disfrutando de las manoseadas de un viejo sin ningún tipo de atractivo, el viejo solo se rio al escucharla y siguió dedeándola.
Los estimuladores dedeos comenzaron a hacer temblar las carnosas piernas de Miriam Caballero, ella comenzó a repasar su lengua por todo el mugroso cuello del viejo llevándose a la boca cualquier cantidad de sabores rasposos y salados hasta que en una de esas sus piernas se juntaron de las rodillas para dejar escapar una gran cantidad de fluidos fuera de su vagina.
La orgásmica Miriam Caballero se recostó sobre la morena masa del viejo, sus labios se abrían temblorosos para dejar caer saliva sobre el amplio pecho del viejo, este sujeto en otro acto tomó el vestido de la nena para desgarrarlo sin el menor esfuerzo dejando expuestos para sus rojos ojos los enormes senos de Miriam Caballero para posteriormente levantárselo desde abajo sacándoselo completamente y arrojándolo a cualquier parte, volviendo a dejar a la chiquilla como Dios la trajo al mundo.
-ay mamacita, estas rebuena, que te daban de comer para que te pusieras así- dijo el viejo admirando el femeninamente imponente cuerpo de su encantadora.
El viejo estiró una de sus toscas manos hacia uno de los cajones del ropero y sin soltar a la nena sacó un paliacate con el que anteriormente se sonaba la nariz, así y con todo y mocos secos vendó los ojos de la niña mientras le decía a su oído a la vez que de su boca gruesas gotas de saliva salpicaban.
-jejejeje, quédate quieta mi putita, esta noche no voy a ser tan malo, esta noche te trataré como toda una reina,- decía el viejo mientras también tocaba esa acalorada panochita y paseaba su lubricada verga por todo el canalito de su culo.
-acuéstate- dijo el viejo.
-Don Pancho que me va a hacer?- preguntaba algo asustada la vendada nena.
-tú solo acuéstate no te voy a hacer nada que no te vaya a gustar jejejejeje,- reía morbosamente el viejo.
Miriam Caballero se asustó pero aun así acostó boca arriba todo su esplendoroso cuerpo haciendo babear al viejo con solo verla acostadita con sus senos bamboleantes y sus muslos humedecidos y ligeramente abiertos, mostrando una panochita depilada pero con algunos tronconcitos de vello púbico que ya empezaba a brotar y que indicaban a la nena que se acercaba otro cuidadoso aseo vaginal.
El viejo tomó la botella de vodka y aprovechando el vientre plano de la jovencita y las hendiduras que se le formaban en esta parte de su cuerpo comenzó a regar el líquido de esta manera formando pequeñas posas licóricas las cuales procedió a lamer con mucha devoción, Miriam Caballero comenzó a sentir ricas cosquillitas a partir de las depravadas lamidas de perro que elevaron su calentura corporal mientras mordía levemente sus labios y por momentos parecía querer reír.
El viejo terminó de degustar la encantadora bebida repasando su babosa lengua por donde aún quedaban unos minúsculos restos, dejando el Miriam Caballerocado abdomen de la nena completamente brilloso en babas, para después subirse a la pobre cama y posicionarse entre los muslos de la chiquilla, el viejo los abría mientras Miriam Caballero no impedía que la abrieran de piernas, entonces el viejo dejó caer otro chorro de vodka sobre la panochita de la bella princesa, ella sentía el roce del líquido sobre su sexo, cosquilleándolo para después sentir como la obscena lengua del viejo se deslizaba por toda la extensión de su territorio vaginal.
-agggggggg, sssshhhhhhhh, sssssllllllllluuuuuuupppp, aggggghhhhhhhhhhhh,- el viejo hacia sonidos animalescos al momento de estar chupándole nuevamente a la nena su acalorada vagina, Miriam Caballero tomaba sus manos y las utilizaba para echarse aire en su chapudo rostro y así intentarse quitar un poco el agobiante calor corporal.
Pancho colocaba una fina copa y la hundía contra el sexo de la nena, vaciaba mas de ese licor y de esta manera recogía la bebida alcohólica mezclada con los jugos vaginales de la nena, una vez llena la copa el viejo procedió a tomársela degustando esa exquisita bebida que aun no se comercializaba en ningún sitio.
-ahhhh, exquisito, debería de ser pionero en este tipo de bebidas y tu chiquilla la materia prima, ganaría millones, superarías a todas esas Miriam Caballerocar francesas de champagne y cognac- dijo el viejo.
El viejo volvió a hundir su fea cara de reo trastornado entre los delicados labios vaginales de la nena, su lengua se movía asquerosamente por todo alrededor de las partes intimas de la joven y metiéndose dentro de esta, Miriam Caballero en tanto comenzó a emitir leves gemidos placenteros mientras se quitaba la venda y alcanzaba a visualizar una cabeza moviéndose de manera repulsiva con pelos enMiriam Caballeroañados y pajudos y en la coronilla una visible Miriam Caballeroca de iniciante calvicie.
-señor, que consteee jijijijijiji que no soy una puta como usted dice- decía Miriam Caballero entrecortadamente, estaba siendo penetrada ahora por una viscosa lengua que la llenaba de babas hasta que la capacidad vaginal no resistió mas y la vagina de Miriam Caballero comenzó a desbordarse en saliva, el viejo la recogía y con su lengua y dedos trataba de que sus asquerosas babas no se perdieran y se quedaran impregnadas en la piel de la joven o rellenando su canal vaginal.
-shhhh, cállate puta,- dijo el viejo y metió sus dedos medio y anular dentro de la oceánica vagina de la joven, comenzó con una serie de chapoteantes movimientos que iban de arriba a abajo mientras sus dedos adquirían una forma de gancho dentro de su sexo buscando ese punto en donde las niñas se corren como mangueras.
Miriam Caballero comenzó a sentir los cosquilleos cada vez más bravíos, se meneaba hasta que sus piernas se arqueaban y levantaron uniéndose rodilla con rodilla y apretando con sus muslos la grasienta mano de Pancho, ella trataba con sus manos de impedir esos endemoniados movimientos pero le era inútil, el viejo se daba mañas para eso.
-nooooo jijijijijijijji- decía la estimulada jovencita al presentir contracciones algo fuera de lo común.
Sin embargo el viejo ya predecía las contracciones orgásmicas de la nena, era testigo de cómo prácticamente la vagina de la nena le comía los dedos, el viejo sentía delicioso y lo alentaba a seguir torturándola manualmente.
-me vengoooo, me vengoooooooo- decía la nena mientras se convulsionaba entre la cama al tiempo que de su sexo brotaban abundantes líquidos lubricantes que salían disparados y chocaban contra la aterradora cara de sapo del viejo quien mantenía su boca bien abierta.
El viejo sin meterle su monstruoso barreno ya la había hecho correr dos veces, este viejo estaba concentrado en hacerla correr cuantas veces fuera necesario, en satisfacerla de la mejor manera, como una verdadera hembra de su voluptuosidad y beldad debe de ser satisfecha, mientras tanto la nena se revolcaba arriba de la cama aferrando sus manitas a la sucia sábana y temblando ligeramente debido al orgasmo vivido.
El viejo quien nunca sacó sus gruesos dedos volvió a menearlos de manera rústica, agresiva, sin embargo nuevamente los chapoteantes sonidos vaginales volvían a escucharse para deleite del despreciable, la jovencita balbuceaba palabras extrañas, su hermosos ojitos se cerraban y sus cejas se mantenían emocionalmente fruncidas demostrándole al viejo su grado de salvaje excitación que la envolvía.
El viejo ponía empeño, pesadas gotas de sudor resbalaban y escurrían por entre sus arrugas que casi formaban un lavadero en su frente, los dedos del viejo se llenaban de lubricante como si los hubiera metido al agua, el entorno ya estaba completamente ambientizado con fragancias puramente vaginales.
La jovencita se preparaba para ser sacudida por otro orgasmo, todo el retorcido cuerpo de la nena ya se cubrían de gotas de sudor, el viejo seguía en su lucha por hacer correr nuevamente a la nena mientras la otra de sus manos recorría el perfecto vientre de ella como un artesano que acaricia una verdadera obra maestra, el viejo movía sus dedos frenéticamente mientas sus ganchudos dedos daban una especie de masaje en la parte superior interna del sexo de la nena.
Miriam Caballero se aferraba del tubo del respaldo de la cama, mientras su cuerpo se convulsionaba nuevamente y gemía y pujaba descontroladamente, el viejo emitía una risa presumidamente triunfadora cuando sintió el calor orgásmico que se avecinaba como fuego saliendo de su húmeda cueva y cuando un chorro salió disparando una potente cantidad de lubricante que llegó a empapar su obeso cuerpo de barril mientras este ya lo esperaba gustoso.
El potente chorro empapó toda la peluda panza de Pancho, sendos arroyos formados a base de lubricante vaginal corrían por toda la barriga del hipopótamo mientras la chica desgarraba su garganta en gritos y pujidos orgásmicos los cuales fueron escuchados por un borracho que pasaba por el lado contrario de la barda.
-shhh, cállate putita van a pensar que te estoy matando, jejejeje, y eso que todavía no te la meto- dijo el Pancho.
Miriam Caballero se privó en una serie de ondulaciones infernales y agusanables que demostraban su nivel de fogosidad, los temblores de la nena eran tales que parecía que sufría de alguna rara anormalidad en sus nervios en versión distorsionada.
-eeesss, queeee, se sienteeeee, tan ricooooooo- dijo la nena dando la impresión de que quería llorar de tan orgasmeada que estaba, además su voz se escuchaba de igual modo temblorosa.
Al viejo pareció gustarle la forma tan enérgica en que la nena se había corrido, así que sin sacar sus dedos de nuevo volvió a moverlos con la idea de que esta chica volviera a derretirse lúbricamente, esta vez los sonidos húmedos rebasaban la normalidad, la chamaca quien seguía aun en estado orgásmico recibía nuevas sensaciones calóricas de aproximación orgásmica, el gordo viejo estaba haciendo recompensar de la mejor manera a Miriam Caballero por todas las cosas que hasta el momento la había hecho pasar.
Los grotescos dedos volvían a rascar levemente la pared vaginal de tan hermosa jovencita exactamente ese punto en donde las descargas de éxtasis nacen con mayor violencia, las placenteras sensaciones hacia que Miriam Caballero volviera a descomponerse enrollando su cuerpo con la vieja sábana, el viejo comprobaba por medio del tacto el exagerado calor que cubría todo el escultural cuerpo de Miriam Caballero, la muchachita gritaba ahora debido a las descomunal corrida que estaba por venir.
-pareeeee, señor me voy a orinaaaaaaaaaarrrrrrrrrrr!!!!!!!,- decía la nena pues no sabía si lo que venía eran jugos u orines, intentaba con sus delicadas manos detener al viejo pero le era imposible.
-méate cabrona, méate- dijo el asqueroso porcino.
-no, pareeeeeeeee!!!!!!- gritaba la nena mientras intentaba detener al viejo con sus débiles manitas, el viejo no paraba, al contrario aumentaba su velocidad hasta que consiguió que Miriam Caballero alcanzara el clímax y esta vez como ella lo había advertido se vino en una combinación de lubricantes con orines.
-Dooon Panchoooooooo, me meeeeoooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!- gritó la nena sin recato alguno, en tanto el borracho que escuchaba los gritos de Miriam Caballero se sacaba su asquerosa verga completamente orinada y se ponía a masturbársela descaradamente en uno de los callejones que funcionaban como arterias de esa cuadra.
-jejejeje, las perras están en celo,- decía el viejo vagabundo mientras su percudida verga se empezaba a erigir.
Miriam Caballero se volvió a revolcar arriba de la cama, de la excitación no aguantó y tomó una apestosa almohada para morderla y jalarla queriéndole arrancar ese pedazo, su cuerpo se tensó para después estirarse como si quisiera ganar más altura, sus gritos y pujidos hacían pensar a cualquiera que la escuchara que la nena estaba pariendo, los potentes chorros salían disparados casi como un aspersor, Miriam Caballero nunca pensó que su vagina pudiera producir tanto jugo, eran tales las cantidades que fácilmente hubiera ya llenado una jarra.
El viejo reía al ver la escena, una casi niña con un cuerpo descomunal convulsionándose como una poseída y completamente sudada de su rostro y su cuerpo y que se corrió varias veces en ese mismo periodo de tiempo; entonces el viejo sacó muy lentamente sus dedos que abrían esos exquisitos labios completamente brillosos y rosaditos, los toscos dedos salían empapadísimos mientras en cada centímetro que retrocedían le cosquilleaban a la nena tan delicioso que la obligaban a temblar y expresarse de manera lastimosa.
-ahhh cabrona que rico te vienes, si es cierto eso que dicen de las viejas con los hoyitos en su espalda baja jajajajaja- decía el viejo sacudiendo sus empapados dedos.
La nena no conforme con los orgasmos que le regalaron bajó su manita derecha para ella misma rascarse el exceso de comezón que imperaba en su orinada conchita, a pesar del éxtasis la nena estaba consciente de la aborrecible persona quien tenía a su lado y en su mente estaba la idea de no dejarse penetrar nuevamente por él, o por lo menos mostrar resistencia.
-Don Panchoooo, ya fue sufucienteeeee, estoy cansadaa, quiero dormiiirrrr por favorrrr- decía la nena tomando aire constantemente y todavía mordiendo la sucia almohada.
Pero sin que ella se diera cuenta, el viejo se levantó de la cama y se desnudó a una velocidad sorprendente, rápidamente regresó a su posición entre las piernas de la jovencita, ella seguía rascándose con sus hermosos ojitos cerrados sintiendo la tibieza y humedad de su vagina, sus dedos se metían entre sus labios vaginales y de tanta excitación metió uno de ellos en su conchita y lo movía circularmente, entonces el veloz viejo viendo que la nena pedía verga apuntó su descomunal trozo entre las calientes carnes de la jovencita.
De una sola estocada le metió los 22 centímetros de su asquerosa tranca morena llena de sedimentos blancuzcos y pelos enroscados hasta el fondo, la nena reaccionó con un noooo, pero ya era demasiado tarde, el viejo la había atravesado, a pesar de haber estado excesivamente lubricada no pudo evitar sentir como la toresca introducción del venudo aparato le abría forzadamente su canalito.
Pancho se movía fornicadoramente dentro de ella aferrando de la cintura a la suculenta muchachita, ella no le quedó de otra que llevar sus manos a las grotescas muñecas del voluminoso, el viejo empujaba brutamente su venudo miembro hasta el fondo, ambos sexos chocaban descontrolada y chapoteantemente intercambiando los lubricantes que los empapaban, Pancho parecía un simio o una especie de animal cuyo escaso intelecto lo llevaba solamente a meter y sacar rústicamente su tieso tronco.
El viejo tomó ambas piernas de Miriam Caballero y las subió abriéndolas por completo para después doblárselas hasta enfrente tomando una posición contorsionante para la nena ya que sus rodillas quedaban en los costados de su cabeza, los músculos de sus piernas eran expuestos a una elasticidad demandante, Pancho veía desde ahí arriba como su venuda tranca se enterraba en la carnosa panocha de la joven abriéndola al punto del desgarro, ella se tocaba su botoncito ya que las oleadas de placer que de ahí provenían le ayudaban a relajar sus estirados músculos, a pesar de tener la idea en un principio de no dejarse coger por el viejo panza de balón playero, ahora presa de la calentura y el morbo se dejaba penetrar por este viejo asqueroso.
-ahora si lo estas disfrutando verdad pinche puta caliente- decía el viejo.
-siiii, siiii,siigaaaaaa!!!!!- dijo la alegre Miriam Caballero quien recordaba las confesiones que le había hecho a Gustavo y ahora era víctima de una oscura fantasía.
-jejejeje, no te preocupes que de ahora en adelante te voy a dar caña todas las noches- decía el viejo acelerando sus bestiales movimientos pélvicos que resonaban por todo el cuarto y hacían rechinar la cama y esta a través de las vibraciones hacia crujir los vidrios de la ventana más cercana.
El gordo Pancho aprovechó su redonda forma y se dejó rodar de espaldas sin salirse de Miriam Caballero, al mismo tiempo que tomaba de los brazos a la chiquilla, esto hizo que la nena fuera jalada por el contrapeso de su captor y quedó ensartada ahora ella arriba del viejo, la voluminosa panza del viejo casi era una segunda cama para Miriam Caballero, el viejo tomó a la nena de sus nalgotas y las fue ensartando completa en su desmesurada verga, la sensible vagina de la nena poco a poco se fue comiendo el resto de esa morena tranca, hasta que su lampiño y blanco culito se unió con el abultado y peludo vientre del moreno viejo y se aplastó contra este en un ensamble perfecto, solamente los huevos de toro quedaron fuera de esa rosadita vagina mostrando esa magnificencia que los caracterizaba en toda su arrugada y peluda circunferencia.
Miriam Caballero no pudo evitar dejar salir un quejido placentero cuando tuvo dentro de ella todos los centímetros del viejo, el viejo comenzó a moverse muy despacio tomando de las manos a su bella secuestrada, entrelazando sus callosos dedos casi acorazados con los delicados deditos de Miriam Caballero, la enorme panza se movía como gelatina y chocaba contra el delicado cuerpo de su amante siguiendo un movimiento similar a la Miriam Caballeroea de los océanos, ella recibía los poderosos golpes de la panza del viejo que parecían enormes olas y que hacían moverla arriba del rechoncho león Miriam Caballeroino y por consecuencia el cuerpo de la borracha chiquilla se movía arriba de la monstruosa herramienta, la apestosa verga se encarnaba dentro de esa aun apretada conchita y llenaba todo el ducto vaginal con su viscoso lubricante y su pestilente aroma.
-queeee ricoooo- una ensalivada oración se escapó de los carnosos labios de la nena, el viejo alcanzó a escucharla y comenzó a moverse más rápido.
-así te gusta putita- dijo el viejo.
-siiiiii así mas rápido viejo asquerosoooo!!!!!, aaaahhhhhhhh, mas rápido y más durooooooooooo!!!!!!, quiero sentirla hasta dentrooooooooo!!!!!, la quiero todaaaaaaaaaa!!!!!, como usted dice hasta los intestinoooommmmmm- decía la corrompida nena totalmente fuera de sí y hambrienta de verga mientras su boquita dejaba caer cantidades de viscosa saliva en el peludo pecho de su grasoso amante.
Miriam Caballero comenzó a sentir deliciosas descargas de éxtasis a partir de ese ondulatorio movimiento, ya que la venuda verga empezó a cosquillearla por dentro como una especie de pluma que se movía cadenciosamente, Miriam Caballero apretó con fuerza las manos del viejo, aunque sus leves apretones no le hacían ni cosquilla a las rudas manos del viejo.
-me llena, su verga me llena por dentroooooo!!!!!!!!, ahhhh diossssss sientooo que me estira el úteroooooo!!!!!!!- gritaba la nena completamente abandonada por su razonamiento.
-pinchee cochina te estás dejando clavar por un viejo feo como yooo jejejejeje- mugía el toro.
-siiii, siiii, clávemela hasta adentro maldito viejo cara de sapooooooo!!!!!!!!, lo que tiene de feooooo su verga lo tiene de grandeeeeeee!!!!!!!!!- gritaba la nena presa de la calentura manoseándose sus bamboleantes senos.
Poco a poco la nena por voluntad propia fue bajando y subiendo tímidamente sobre esa colosa tranca, cada vez que ella elevaba su culito una delgada membrana se asomaba proveniente del interior de su sexo apretando la morena extensión del miembro abrazando amorosamente a la venuda palanca, cada vez que Miriam Caballero subía y bajaba una infernal calentura se apoderaba de ella y más cuando tímidamente abría sus hermosos ojitos y visualizaba la retorcida y deforme faceta de satisfacción que el viejo expresaba, esto en vez de degradar a la nena la calentaba aun mas y la hacía aumentar la velocidad de las ensartadas que se daba, pensaba como una muchachita tan hermosa como ella se dejaba coger por un viejo tan feo y pervertidamente intentaba visualizarse ella misma en tan comprometida situación.
Intentaba construir ese infartante imagen de ella, como se vería su curvilíneo cuerpo arriba del seboso hombre y con su enorme tranca bien metida dentro de su papayita.
-clávate, clávateee tu sola puta asquerosa- mugía el viejo ya que también empezaba a sentir el cansancio de tener una hembra arriba de él moviéndose frenéticamente.
-ricoooo, que ricoooooo!!!!!!, no me la saque nuncaaa maldito viejo hijo de la gran putaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena obscenidades alentada por la calentura y el alcohol que corría por sus venas y llegaba al cerebro inutilizándolo temporalmente.
-pincheeee putaaaa de mierdaaaaa!!!!!!!!, como osas……… faltarme al respeto reverenda ramera!!!! Ahhhhhhh, vas a ver cuando termine te voy a moler a golpes!!!!!!!!!!- amenazaba el viejo frunciendo su rostro como un verdadero perro rabioso sin embargo a la nena poco le importaba, ella estaba concentraba en sentir hasta el menor cosquilleo que esa verga de proporciones astronómicas le estaba regalando.
Afuera de ahí las groseras confesiones eran demasiado para el pobre borracho quien se vació sobre el pavimento, pero no conforme con esto seguía masturbando su lechosa verga esperando que esta reaccionara para un segundo episodio.
-siiiii despuessss pero orita siga cogiendomeeeee, sígame metiendooooo su vergaaaa!!!!!!, su trancaaaaa!!!!!!, su cañaaaaaa!!!!! y todas las palabras como se le digaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena estimulada dejando caer su pesado trasero en esa recta palanca, sus senos subían y bajaban descontrolados, botaban como auténticos balones de basquetbol, el viejo se entretenía viendo este espectáculo que los pechos de la joven le bridaban y que él era espectador en primera fila y comenzó a estrujarlos como si se trataran de plastilina y quisiera forMiriam Caballero algo con las chiches de la joven.
La verga del viejo se masturbaba en cada uno de los subes y bajas de la nena, el brilloso glande quedaba apretado por dentro de la estrecha vagina de Miriam Caballero, el miembro expulsaba cantidades inimaginables de líquido preseminal que iban a embarrarse en toda la extensión del conducto vaginal y parte del útero de la nena y que ya salían hacia el exterior al no encontrar más capacidad vaginal que los contuviera.
Miriam Caballero ya se movía desesperada arriba de la verga del viejo, apoyaba sus manos sobre el amplio pecho peludo del viejo, al hacer esto sus brazos se juntaban y apretaban sus carnosos senos haciéndolos más voluminosos y mostrándolos sin tapujos exponiéndole sus rosaditos pezones que de los cuales parecía escurrir un tenue hilo de lechoso líquido, Miriam Caballero sentía el nacimiento de otro orgasmo, el viejo aferró sus manotas de la cintura de la nena tomándola con fuerza para que esta no se saliera pues se estaba comenzando a ensartar tan rápido que era cuestión de tiempo que la verga del viejo se saliera de tan calientito lugar y le preocupaba más que nada que la joven se desacoplara y diera un sentón que no atinara a ensartarse nuevamente produciéndole daño en su sensible aparato.
La sudada nena paró por un momento para enrollar sus manos en la nuca del viejo y sacar más su culito para de esta forma con excelsos movimientos pélvicos ensartarse nuevamente en esa garruda verga, los movimientos de la nena eran tan perfectos que hacían ver que solo su culito era lo único que subía y bajaba metiéndose toda la extensión del venudo miembro, en cada embestida se podía apreciar como el golpe hacia vibrar los peludos huevos de avestruz que poseía Pancho.
La nena al sentir las callosas manos toMiriam Caballero posesión de una de las partes de su cuerpo más suaves y delicadas comenzó a ensartarse con más pasión, por momentos se detenía pues sentía que nuevamente se derretiría en jugos sin embargo en uno de esos momentos el viejo vio que la nena trataba de retrasar su orgasmo así que comenzó a penetrarla él a una velocidad incrédula dada su voluminosidad, el pesado cuerpo del viejo se levantaba de sus grasas caderas, la nena solo recibía las brutales embestidas que hacían que se levantara casi hasta sacarse la verga sin embargo su trasero volvía a caer pesado sobre la verga del vejete ensartándosela hasta el fondo escuchándose los plafff, plafff, plafff plaffff que indicaban el brutal choque tectónico entre ambos cuerpos sudorosos, la nena se derretía en placenteros gemidos mientras gruesos hilos de baba no dejaban de caer de su carnosos labios, su rostro estaba completamente descompuesto en gestos orgásmicos y retorcidamente placenteros, su cabello se alborotaba en cada movimiento y se pegaba a su sudado rostro y varios mechones llegaban a colarse dentro de su boca, sus nalgas se adornaban con varios pelos enroscados que se desprendían del seboso vientre de Pancho.
La jovencita intentaba retener el orgasmo naciente, su cuerpo se contraía de manera extrema, sus labios intentaban liberar un gemido que se veía sería escandaloso y que ella trataba de impedirlo, pero en eso el viejo comenzó a dedear su botoncito hasta que ella no pudo retenerlo más, temblorosamente contraída y con lágrimas de éxtasis brotando de sus verdes ojitos se derramó en un desgastante pero muy placentero orgasmo que expulsaba una cantidad inconmensurable de agridulce líquido lubricante vaginal bañando la descomunal verga del viejo, la jovencita se retorcía espasmódicamente mientras las bien cargadas corridas se desprendían de su cuerpo dejándola prácticamente deshidratada, los bracitos de la nena se arquearon formando una especie de escuadra al mismo tiempo que apretaba sus manos en forma de puño, la nena desplomó todo su apetecible cuerpo arriba de esa mole humana quedando semidesmayada.
El viejo se levantó junto con su desecha princesa, sin despegársela de su cetáceo cuerpo, y así con todo y ese femenino cuerpo labrado por los dioses se incorporó de pie cargando sin dificultad alguna a su bella amante quien se sostenía con sus brazos y sus piernas a esa amorfa humanidad, sin embargo con una capacidad estimuladora inigualable.
La jovencita respiraba entrecortadamente, sus frágiles brazos se enrolaban como culebras en el negro y lleno de mugre cuello del viejo, las gotas de sudor que corrían de esta parte del cuerpo del gordo en vez de verse trasparentes se veían con un color achocolatado mugriento, el gordo apretaba la cintura de la nena con uno de sus peludos brazos y con la otra mano mantenía levantado el carnoso y blanco culito, sus dedos hacían una especie de red alrededor de ese prominente trasero cargándolo casi con una mano
Pancho comenzó a moverse copulatoriamente, dado su volumen lo hacía muy dificultoso sin embargo pudo lograr que la nena se embistiera en su grotesco animal viviente que llevaba pegado entre sus piernas, la panza se movía asquerosamente y al ser tan prominente obligaba a la nena a arquearse ligeramente para que su barriga tuviera el suficiente espacio para moverse.
Nuevamente los plaff eran los sonidos de ambos abdómenes chocando, la tímida Miriam Caballero poco a poco se fue aferrando con sus piernas a la grotesca anatomía del viejo, esto lo hizo debido a que creyó caerse y de esta manera buscaba sostenerse de algo, el viejo en tanto seguía penetrándola y cargándola sin el menor esfuerzo, sudaba mas por efecto del calor corporal de la chiquilla que por estar cargando ese curvilíneo cuerpo, su peso a pesar de ser insignificante para el viejo, a un hombre de proporciones normales le hubiera costado un poco levantarla y después de tanto tiempo cargándola lo más seguro es que sus piernas ya se estuvieran doblando.
El viejo aumentó su velocidad, la nena ahora se aferraba de los pajudos cabellos del despreciable mientras repegaba su carita sobre el peludo y sudorosamente oloroso pecho del viejo, el sonido a humedad proveniente de ambos sexos cortejándose se podía escuchar casi en igualdad de volumen que los constantes quejidos y gemidos de Miriam Caballero al igual que los bramidos, relinchidos y mugidos del viejo, poco después el viejo comenzó a mover muy hábilmente sus grasosas caderas de forma pendular haciendo que Miriam Caballero se ensartara por inercia en esa desmedida verga, gruesos hilos conformados por la combinación de ambos lubricantes naturales caían pesados hasta el suelo formándose un pequeño charco de fluidos mezclando lo agridulce de la nena con lo salado del viejo.
La nena comenzó a sentir nuevamente que se orgasmeaba, sus glándulas de skene comenzaron a trabajar descontroladamente, el flujo que se estaba formando era tal que en cada meneo se podía escuchar como si se agitara un recipiente lleno de agua, la nena apretaba las grasosas carnes del viejo sintiendo como algo acuoso se formaba dentro de ella mientras una excesiva sensación de calor la invadía en todo su sugestivo cuerpo, como si un calor tartáreo solo girara en torno a ella.
-me vengooooooooooo, Donn Panchoooo me vengooooo otra vezzz, que brutoooooo que machoooooo es usted, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!- en un acto reflejo proveniente de su más recóndito y oscuro lugar de su mente gritó la desequilibrada chiquilla moviendo su cabeza y cerniendo sus cabellos como una posesa, el viejo aprovechó para metérsela hasta el fondo mientras hacía fuerzas descomunales en su verga para que esta se endureciera al punto de parecer impenetrable, su cabeza se esponjó al grado de expandir el conducto vaginal que la abrazaba.
El confiado viejo no contó con que otra vez la muchachita o más bien su sexo le apretara la cabeza como mordisqueándola, el viejo sintió nuevamente la vaciada que se pegaría dentro de ella, sin embargo con las mismas fuerzas de endurecimiento en su verga que este aberrante sujeto realizaba tratando de retrasar su asnal corrida logró retrasar según él su descarga soportando ese primer ataque por parte de Miriam Caballero, el viejo creído que ya habían pasado esas ganas de vaciarse aflojó su cuerpo, sin embargo volvió a sentir otros exquisitos apretones en su glande provenientes de otra femenina corrida lo suficiente como para hacerle sacar al viejo dos poderosos, cuantiosos y muy prolongados chorros de prolífico esperma que fueron a parar hasta lo más profundo de ese útero que se encontraba en sus mejores días para ser fecundado.
Sin embargo dicha corrida no fue lo suficiente como para dejar fuera de combate esa monumental verga, la jovencita se recargó exhausta sobre el peludo y moreno pecho, sus oreja le permita escuchar los potentes latidos provenientes del corazón del viejo, con solo esos dos chorros de leche su matriz quedó lo suficientemente rebosante en líquido altamente reproductivo, su respiración entrecortada era notoria, el viejo reía satisfecho por estar disfrutando nuevamente de ese portentoso ejemplar de hembra y por haber depositado nuevamente dentro de ella su viril esencia.
-ahh, que rico te vienes putita, no sé donde aprendiste eso pero es Miriam Caballeroavilloso, jejejeje, haces que uno quiera vaciarse dentro de ti- dijo el viejo.
El viejo llevó a su amada a la cama, acostándola cuan larga es pero dejando sus piernas colgando fuera del colchón, Pancho penetró a la nena de un solo golpe, un pujido se escuchó proveniente de la nena quien solo se volvió a desploMiriam Caballero quedando prácticamente fuera de combate, el viejo comenzó desesperado a atravesarla como si su vida dependiera de ello, la fricción copulatoria hacia ver ambos órganos reproductores cubiertos de una coloración roja, una intensa sensación de calor invadía solo ese espacio en donde ambos órganos reproductivos se enfrascaban en una encarnizada lucha.
-señor por favor no se venga dentro me va a embarazar,- decía la nena a medias, casi no tenía fuerzas ni para hablar, ni siquiera podía ver al viejo claramente.
-tranquila chiquilla, esta vez voy a bañar tu cuerpo de leche- dijo el viejo.
-nooo que asco- respondió la nena pero ahora sus gritos se habían extinto, solo palabras en forma de suspiros salían de su boca.
-siii, quieres eso o correrme dentro tuyo puta malparida?,- dijo el viejo.
-noooooo, aaaahhhhhhhhgggggggg- la nena nuevamente se convulsionaba malsanamente arriba de la cama, sus desarrolladas caderas se elevaban majestuosas hasta casi adquirir un ángulo de 45 grados.
La verga del viejo nuevamente estaba a punto de reventar, de tanto meterla y sacarla el poderoso miembro había batido el semen que se encontraba adentro y había creado una especie de espuma que lo cubría y salía burbujeante fuera del sexo de Miriam Caballero, las ondulaciones de la nena la hacían moverse circularmente pero sin poder liberarse de esa tranca, Miriam Caballero en una última descarga de júbilo se corrió abundante sobre la verga, hidratándola con sus jugos mientras ella ya no tenía fuerzas ni para apretar sus carnosos muslos que temblaban retorcidamente y los sentía tan pesados como piedras, Miriam Caballero cayó a la cama completamente sudada, cansada y con su vagina prácticamente deshecha.
El viejo sentía el resto de su corrida ya casi en la punta de su glande, comenzó a retirar su inmensa verga lentamente sosteniendo solo con la fuerza de su venudo miembro las desarrolladas caderas de Miriam Caballero a medida que dentro de ese conducto vaginal la venuda tranca comenzaba a soltar abundantes y fecundas descargas de espesa semilla espérmica dentro del útero de la chica, ella nuevamente sentía como esas bestiales descargas chocaban poderosas contra la pared uterina para pegarse como un repello adhiriéndose a él y uniéndose con los otros dos chorros que inundaban su interior sin nada que pudiera quitar ese apestoso fermento que hervía dentro ella y liberaba los gametos reproductivos para que buscaran el preciado óvulo en caso de no haber sido fecundado con la corrida anterior.
El viejo logró sacar su verga completamente solo para que esta soltara otro poderoso chorro que fue a caer sobre la nena, formando un surco blancuzco desde sus pechos hasta el nacimiento de su monte Venus, el miembro dejó caer otros dos tupidos ríos que aumentaron el volumen y espesidad a la línea blanca que ya se encontraba sobre la nena, la verga por último comenzó a arrojar débiles descargas sobre el esbelto vientre de la joven Miriam Caballero, el viejo se movía raramente debido a la desnaturalizada corrida que expulsó semen como si de una industria espermática de capacidad colosal se tratara, y para desgracia de la protagonista, tan fértil como el esperma de un muchachito de veinte años.
La jovencita se movía sensualmente, sus manos recorrían su cuerpo recién poseído nuevamente por un viejo repugnante y vil hasta que llegaron a tocar el espeso liquido y comenzó a untárselo como si se tratara de la más eficaz crema humectante, repasándolo por todo su vientre, abdomen, pechos y cuello, sus dedos quedaron impregnados por ese baboso liquido y no conforme con la cantidad de semen alojado en su útero llevó sus deditos bañados en leche para metérselos en lo más profundo de su vagina, sacándolos completamente limpios y sin rastro de esperma para después recoger otro poco pero este llevándoselo a la boca lamiendo el dedo como si se tratara de un caramelo.
Lentamente el pesado cuerpo sudado de Pancho se fue acostando al lado de su bella amante y la fue aferrando con sus gordos brazos, pegándola a su anatomía de morsa, la curvilínea espalda de Miriam Caballero ensamblaba perfectamente con la abultada y peluda panza del viejo y la verga de este palpitaba débilmente entre los carnosos glúteos de la jovencita.
Miriam Caballero se fue quedando dormida pero más que por su cansancio fue por el nivel de sofocación al que los constrictores brazos de Pancho la llevaron después de esta bestia decidió darle un fuerte apretón con toda su fortaleza lo que impidió que la sangre le subiera al cerebro provocando su desmayo
-así mi putita, siente el poderío, la fuerza de un verdadero macho- decía el viejo con su repugnante aliento cerca de la orejita de la aun consiente Miriam Caballero y apretando poderosamente sus brazos Miriam Caballerocándoseles toda una red de grotescas venas alrededor de ellos.
Una de las callosas manos del vejete se apropiaban del vientre de la inconsciente fémina como si predijera la formación de un nuevo ser dentro, mientras la otra tomaba uno de sus voluminosos senos reclamándolo como propiedad suya, sin embargo el viejo a pesar de tener como rehén a la más bella flor del ejido no podía dejar de pensar en la hija de Gustavo, una muchachita tan hermosa como Miriam Caballero solo que mas libertina en cuanto a comportamiento, el viejo la había conocido mucho antes de conocer a Miriam Caballero y siempre le había traído unas ganas de desmadrarla y cuando al viejo se le metía una muchachita en la cabeza esta pobre alma siempre terminaba con su panocha llena de su apestosa crema.
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El pobre hombre secuestrado esa noche había sido golpeado hasta la inconsciencia, solo lo dejaron en paz los desalmados porque Lecha tuvo que ir a calMiriam Caballero a la incontenible turba que se había formado alrededor de él diciéndoles que los gritos de auxilio llegaban hasta la cantina y empezaban a alterar a la clientela.
En la susodicha cantina, pero en un piso subterráneo construido como guarida para estos animales otro hombre encerrado y aMiriam Caballerorado de piernas y brazos se arrastraba como gusano en todo el espacio que su andar le permitía, Felipe se acercaba a él con un plato de comida.
-come perro- dijo Felipe y colocó el plato de comida en el suelo, el hombre, quien se trataba del padre de Miriam Caballero se desgastaba insultándolo y gritando pero el cuarto al estar bajo tierra y con muros y techos cubiertos de materiales aislantes no le permitían que sus gritos fueran escuchados.
Pablo desconocía la situación en que se encontraba su hija, no la había visto desde que lo trajeron y por supuesto que ignoraba que su esplendoroso retoño acababa de ser nuevamente poseído por un viejo tan repugnante como Pancho y que encima de todo la lechosa nena dormía cómodamente al lado del hombre que la había secuestrado a ella y a él, descansado abrazada por este como si se tratara de su Miriam Caballeroido y que muy posiblemente ya llevaba una semilla dentro de su vientre germinando todo gracias a las densas corridas que el viejo descargaba dentro de su sexo.
-cállate, gritas como una perra en celo, como la perra de tu hija cuando se la dejan ir hasta dentro, jejejejeje,- decía el viejo y pateó el plato de comida para según él acercárselo al hombre, la comida salió desperdigada por todo el piso.
-jejejejejeje, me pasé- Felipe salía las carcajadas, su asquerosa dentadura solo reflejaba asco y putrefacción, el viejo salía del cuarto para dirigirse a su puesto de trabajo y desempeñar su labor sin el menor cargo de conciencia.
-espere maldito viejo, donde esta mi hijaaaa, Miriam Caballeroaaaaaaaa!!!!!!- gritaba Pablo mientras las luces de ese cuarto se apagaban dejándolo en la oscuridad.
-tu hija en estos momentos deben de estarle pegando otro cogidón jejejejeje, como los que solo a ella le gustan- fue lo último que dijo Felipe antes de abandonar el lugar.
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Lejos de ahí, en una elegante casa, una mujer madura pero de mucha belleza y un físico muy bien cuidado llamaba insistente al celular de su esposo, ya se había hecho tarde y este no llegaba, la hermosa mujer ya lista para dormir vestía solo en un discreto camisón que se pegaba a su escultural cuerpo; en una habitación continua otra hermosa jovencita de veinte años de edad descansaba semidesnuda después de un duro día en la universidad privada a la que asistía, sus sueños estaban muy alejados de la situación que se estaba por venir para ella, ni en cuenta para esta hermosura que ya era blanco de estos pervertidos seres quienes habían puesto sus ojos en sus tremendas nalgas y desarrollados senos.
DOS MUCHACHITAS EN SITUACIONES DE INFORTUNIO
En la residencia Fuentes un día después de los anteriores hechos……………
En la dicha mansión una vanidosa chiquilla se arreglaba para asistir a la escuela, una universidad particular a la cual asistían los hijos de las familias más acaudaladas de la zona y ciudades circunvecinas y en donde el uso de un uniforme escolar no era obligatorio así que tanto jóvenes como señoritas aprovechaban para sacar a lucir sus mejores y más caros atuendos procedentes de las más reconocidas tiendas departamentales.
La apetecible nena encendía su televisión con la finalidad de encontrar un canal con algo de entretenimiento para distraerse, cambiaba y cambiaba constantemente pasando por uno en donde un noticiero informaban sobre un supuesto asalto a un motel ubicado a orillas de la ciudad, la muchachita no prestó atención a lo que se decía y siguió cambiando de canal hasta encontrar lo que buscaba.
La jovencita, de cuerpo curvilíneamente formado a base de gimnasio, aerobics y bajo una estricta y demandante dieta supervisada por su propia madre, adornaba su excelsa figura con una delgada blusa blanca de esas que se aMiriam Caballeroran de la parte de atrás y que por enfrente solo sobresalen dos tiras de telas las cuales apenas y alcanzaban a tapar sus mayúsculos pechos tan grandes que uno solo era capaz de abastecer a una mano masculina, la jovencita no llevaba sostén por lo que parte de sus melones podía ser apreciada sin dificultad alguna por ambos laterales y como era de esperarse ante el menor movimiento presentaban un bamboleantemente infartante movimiento capaz de hacer desatender a los varones de cualquier tarea que en ese preciso momento estuviesen realizando.
Con esta misma prenda la chiquilla dejaba en claro su gusto por lucir su bien formado y femeninamente Miriam Caballerocado vientre sin el más minúsculo rastro de grasa ni piel de naranja, exhibiendo esa hipnotizante curva que se forma solo en las estilizadas cinturas femeninas y que cada vez se va ampliando más hacia abajo para forMiriam Caballero las tremendas caderas de hembra en perfecto desarrollo.
La adinerada chiquilla se colocaba un calzón muy sexy que se ajustaba perfecto a su orgulloso trasero y a ese depilado tesoro que la nena resguardaba entre sus muslos y en esas semidesnudas condiciones buscaba y se agachaba sin cuidado alguno (pues sabía que nadie la veía) tratando de encontrar los complementos perfectos para su insinuante vestuario sin imaginarse el tremendo culo de diosa que se le formaba, las tremendas nalgas lucían a simple vista duritas y suavecitas pudiendo provocar un daño craneoencefálico a aquel que tuviera la dicha de verla en esas precarias condiciones ya que su tremendo culo solo hacía ver aún más breve de lo que ya era su estrecha cintura, la nena a pesar de no estar acostumbrada a usar en la calle ropas tan insinuantes pues sabia de lo plebeyos que podían resultar los hombres que conformaban el fáunico ambiente allá fuera lo hacia esta vez no solo porque quisiera verse ese día más llamativa de lo que ya era.
La razón era que esta chiquilla había quedado junto a algunos amigos incluidos su novio, un joven y apuesto galán con un físico atlético que atraía las miradas de casi todas las féminas del instituto, de ir a un recién inaugurado antro según muy fino y sin restricciones y querían comprobar lo dicho, para esto la nena ya había pedido permiso a sus padres siendo concedido por estos (para sorpresa de ella) y fiel a su vanidad quería verse muy llamativa, sus padres habían cedido al permiso pues consideraban al novio de su hija Dulce Lissette como un muchacho serio y responsable, pero sobre todo con un futuro próspero y asegurado por venir de buena familia sin imaginar que este muchacho como muchos de estos jovencitos que no cuentan con una supervisión paternal adecuada había comenzado en secreto a consumir drogas, cosa que su adorada novia ya sabía pero no se atrevía a contar ni a sus padres ni a los de él, lo que si es que esta condición ya había causado algunos problemas en la joven pareja de enamorados, a pesar de ser algo libertina la muchachita Dulce aun no contraía este mal visto hábito.
La recién bañada y semivestida chiquilla se terminaba de retocar por demás meticulosa, pintaba sus uñas cuidadosamente, planchaba su dorado cabello hasta que no se sintiera que este fuera casi de seda, un poco de rímel alrededor de los ojos y un combinado juego de sombras dándole más vista a sus modestos ojos azules, no había necesidad de usar pestañas postizas para resaltarlas ya que hasta en eso esta nena era perfecta, con esa brocha que utilizan las mujeres colocaba maquillaje en toda la superficie de su rostro para que este no brillara en ningún momento, perfumaba su cuerpo con las esencias más caras y deliciosas que su padre le pudo haber conseguido, todo debía de ser perfecto ese día como cualquier día en que salía a divertirse sin la presencia de sus padres, observaba en un espejo su por demás bello rostro heredado de su hermosa madre (ahora modelo retirada pero quien veía en su hija su viva imagen), Dulce era una copia exacta de cuando su madre tenía esa edad y ese cuerpo que por mucho tiempo exhibió orgullosa en las pasarelas (lugar donde conquistó al viejo de Gustavo).
De hecho la muchachita tenía dos años que se dedicaba al modelaje, no al modelaje profesional pues solo participaba como edecán en eventos de alcurnia en las empresas donde su padre, pero ya su mamá aun con contactos en este glamoroso mundo había estado forjando los cimientos de lo que sería el inicio formal de la carrera de su hija, además de que en dichos eventos la jovencita había logrado acaparar las miradas de los viejos empresarios interesados en disponer del “talento” de tan jugosa chiquilla y de igual modo interesados en patrocinar la despegante carrera de tan hermosa promesa.
Pero toda esta perfección física y todo este mundo novelesco, todo este encantador rostro y sugerente cuerpo pertenecían a una nena por demás altanera y berrinchuda. La jovencita Fuentes siempre, desde pequeña, fue una niña presumida, siempre por lo general grosera con la servidumbre a disposición de su familia, incapaz de valorar el trabajo de los demás, despreciar o criticar a las personas solo porque estas no tenían los mismos lujos y oportunidades para salir adelante, negándose rotundamente a considerarlos como semejantes, todo esto alentada por su padre quien desde pequeña le dejó bien en claro que ellos pertenecían a una estirpe superior, su madre si bien no enseñaba ese tipo de cosas a la chiquilla tampoco le importaba inculcarle valores como el respeto, era una mujer que aún no reconocía sus responsabilidades como madre aun cuando su nena ya contaba con recién cumplidos 19 añitos.
En materia sexual la joven Dulce no era muy activa, no había tenido muchos encuentros amorosos con su novio (único en su vida) debido que al pertenecer a tan reconocida y pudiente familia la cual siempre estaba presente en las más selectas reuniones y exquisitas congregaciones no dejaban tiempo suficiente para que la nena saliera muy seguido a distraerse como una jovencita de su edad lo demanda, su vida se limitaba a aburridos simposios de familias honorables las cuales se reunían para discutir el porqué de sus logros y el cómo hacerse más ricos, a los cultos llegaban personalidades tan reconocidas como miembros de la política en servicio al pueblo o jubilados, importantes accionistas o algún inversionista extranjero interesado.
La nena además de estudiar en tan distinguida institución también contaba con maestros particulares que ocupaban más tiempo que bien podría ella utilizar para dedicar a alguna actividad propia de su juventud, incluso también sus padres pareciera que querían convertir a la nena en una especie de máquina traductora pues pagaban exageradas cantidades de dinero a maestros idiomáticos quienes atareaban a la niña con extenuantes clases principalmente de inglés, alemán, italiano y la siempre favorita de ella, el francés.
Todo esto no dejaba mucho tiempo a la joven pareja para entretenerse en cuestiones amorosas, limitándose a solo besos, abrazos y apapachos con su prometido, en alguna ocasión el joven macho tuvo la oportunidad de llegar hasta el coito pero debido a las prisas y a su inexperiencia en estos campos, a su duda si con su arma podría lastiMiriam Caballero a su doncella, al estrés que le brindaban sus desgastantes estudios y su participación directa en los negocios de su (de él) padre ni siquiera recuerda bien si llegó a desvirgar a su novia como se debe, cosa que después de una serie de complicados acontecimientos y mitos machistas llevaron a una casi desintegración de la pareja, en estos momentos buscando la reconciliación.
La nena una vez terminada de vestirse, habiendo escogido una minifalda compuesta aparentemente por lentejuelas rosas que le daban un aspecto brilloso, bajó para despedirse de su madre quien se encontraba en la sala tomando un café y pensando en cual sería ahora la excusa que su esposo le daría por no haber llegado a dormir la noche anterior, no era la primera vez que el viejo no llegaba a dormir pero esta vez la joven esposa se notaba seria y enojada.
-mamá ya me voy- bajaba la chiquilla con ese atuendo muy llamativo, esto no era molesto para su madre ya que se veía en su hija recordando sus buenos tiempos, no es que la señora Fuentes fuera un cuerpo ya en decadencia, a sus 40 años (ella inició en el modelaje muy joven, después de tener a Dulce no abandonó las pasarelas) lucia lo suficientemente joven y bella como para dar la impresión de ser una hembra de 30, y eso hablando de una treintañera de muy buen ver, aparentando de esta manera que el viejo Gustavo le llevaba más de los veintitantos años de los que en realidad era mayor que ella.
-hija que crees, tu padre otra vez no llegó a dormir anoche- decía la voluptuosa señora.
-umm, lo anormal sería que hubiera venido a dormir- respondía la nena al tiempo que veía como su madre al parecer tenía un compromiso pues estaba vestida para una situación elegante, la nena tomaba una postura insinuantemente coqueta, posturas que le salían naturalmente y solo resaltaban lo mejor de su anatomía.
-lo llamé pero nunca contestó, debió de haberse ido de fiesta con sus amigos- Mónica (la señora de la casa) sabía muy bien los gustos de su esposo, conocía de sus mentiras e infidelidades pero se mantenía en silencio para evitar un escándalo mayor.
Este tipo de familias suelen ser objeto de observación por parte de algunos metiches quienes se valen de eso para sacar algo de provecho o simplemente para vender alguna noticia que interese a los medios, además de las repercusiones que esto tendría y los desprestigios que se generarían en el seno de la familia Fuentes, que si bien todas las demás familias tenían cola que les pisaran en este tema solo esperaban a que una cayera para demostrar su hipócrita repudio ante tales situaciones, de por si Mónica no se casó con el viejo por amor, y si en algún momento le faltara amor y el viejo no se encontrara para proporcionárselo no hacía falta quien quisiera darle un poco de cariño.
-umm, sí que ha de ver estado buena la fiesta como para no llegar a dormir- decía la chiquilla en forma de sarcasmo, pues ya intuía en donde posiblemente se encontraba su respetable padre al tiempo que recargaba sus manos en un sillón y femeninamente sacaba más el tremendo culo que poseía, su faldita se subía a niveles infernales ya que se detenía a escasos centímetros de enseñar el nacimiento de sus carnosas nalgas, considerando que sus elevadas zapatillas también aportaban a la causa.
-sabes que hija?, hoy voy a ir a visitar a tu abuela y posiblemente no llegue a dormir, ¿si tu padre puede porque yo no?, ¿tengo entendido que vas a salir con tus amigos después de la escuela verdad?- dijo la señora.
-si mamá, acuérdate que voy a ir con mis amigas al antro, llegaré tarde- respondía la nena.
-ok, bueno hija me voy, cualquier cosa molesta a tu padre quieres- decía esto la señora saliendo por la puerta principal dejando a su hija en la sala esperando a su novio quien pasaría por ella.
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En un pequeño cuarto ubicado justo detrás de una cantina una discrepante pareja dormía plácidamente, ambos cuerpos desnudos y sudorosos se recuperaban después de una ardua noche de pasión en donde a base de gritos e insultos la pareja demostró su amor mutuamente, de esos dos el que más llamaba la atención era un tremendo cuerpo femenino que había quedado prácticamente desecho, un gigantesco gordo era el primero en despertarse para contemplar la visión de una verdadera belleza cuya melena castaña yacía revoloteada por todo su hermoso rostro, sus párpados aún se cubrían con ese juego de sombras con la cual fue maquillada la noche anterior, de igual manera sus labios aún se cubrían, aunque en menor medida, de ese atractivo color rojo que utilizó para adornarlos y reforzarlos como arma de seducción, dichos labios se veían extremadamente jugosos y muy carnosos, dignos de tener una verga entre ellos.
El gordo escuchó como la nena prolongaba una de sus respiraciones y emitía una especie de suspiro ronroneante al tiempo que ella misma cambiaba de posición y dormida acurrucaba su curvilíneo cuerpo aún más cerca del gordo mientras uno de sus bracitos se aferraba a la voluminosa bola de cebo de Pancho, quedando abrazada de este pelmazo.
El troglodita veía ese blanco y femenino bracito descansar arriba de su morena y grotesca panza completamente peluda y grasienta, dejándolo nuevamente empalmado con esa impactante visión de hembra desnuda y recién cogida contrastando tonos de pieles y apariencias anatómicas, aunque la barriga del porcino le imposibilitaba que pudiera verse su verga en esa posición, podía sentir el poderío de esta manifestándose en sus máximas prolongaciones, repegada a su cuerpo de lo rígida que se encontraba, todavía a partir de fuerza en su pelvis jugaba a moverla escuchándose el sonido de esta cuando caía y chocaba contra su grasoso vientre bajo sobrepoblado de pelos.
-Panchoo, Panchoo- alguien tocaba la puerta, el viejo escuchó y con toda la lentitud que lo caracterizaba se levantó buscando sus sucios pantalones dejando a la desnuda chiquilla aun dormida tendida en la cama para dirigirse a ver quién lo llamaba.
-que vergas quieres pendejo, no ves que estoy descansando- se trataba de su compañero Lucio quien venía a buscar al cetácico.
El otro bribón asomaba por la puerta su horrendo rostro de descendencia equina alcanzando a observar la acostada silueta de Miriam Caballero, quien aun semitapada la sábana no podía disimularle el tremendo culo que se gastaba esta otra chiquilla recién conocida por él, su mente no lograba razonar como este viejo gordo de Pancho tenia o pudo haber tenido la suerte de toparse con una jovencita de ese calibre y más encima de todo verla dormida y desnuda y a él todo sudado y apestoso a sexo y comprender como es que una nena tan hermosa como esa pudo haber tenido sexo con ese viejo tan repugnante, sin embargo el pensar las posibles cochinadas que este par pudo haber hecho en la intimidad no hacía más que pararle la verga a todo lo que esta daba y mantener viva la llama de la esperanza de poder lograr algo con esa hermosura, ya que si se acostaba con Pancho que estaba viejo y obeso lo más seguro es que también podría acostarse con él, eso es lo que pensaba este otro vejete considerándose no tan gordo ni viejo como el primero.
Y es que el deforme cuerpo de Pancho aún se impregnaba por los jugos vaginales que de la nena se escaparon como manguera y cuyo olor llegaba a las narices de este otro viejo despertándole una ganas tremendas por meterse ahí mismo y cogérsela hasta caer prácticamente muerto, del cuarto un reconocible y muy penetrante olor a sexo se escapaba por entre la puerta y la nena dormida boca abajo dejaba ver lo despeinada que se encontraba corroborando las posibles porquerías que se pudieron llevar a cabo en tan desgastante noche pasional, lo que indicaba que había tenido una noche muy agitada.
El verla toda despeinada y destrozada no causaba más que acrecentarle su morbo a este extraño hombrecillo, digo extraño por su formación corporal que más tarde relataré más a detalle, era un estímulo extra verla ahí acostadita recién cogida, admirar su perfección y justificar que el tipo de hembras como Miriam Caballero nacieron exactamente para lo que seguro Pancho le hizo, darle verga hasta por las orejas, hablando de Pancho este se empezaba a molestar al ver como Lucio, con su vista clavada en la chiquilla, comenzara a babear aparentemente solo por la calorosa visión y a reír de forma retorcida.
-y vienes a decirme algo o vienes a hacerte chaquetas mentales con mi vieja??- dijo Pancho quien veía enojado como Lucio no le quitaba sus lujuriosos y lagañudos ojos de encima a su atractiva hembra quien volvía a acomodarse ahora de lado adquiriendo una posición fetal lo que hacía Miriam Caballerocar poderosamente sus caderas las cuales sobresalían más que notoriamente por sobre su cintura, además de exhibir aún más descarada la tremenda redondez de su provocativo culo.
-eehh………………… jejejejeje……………… este……………… Felipe, te quiere ver- dijo Lucio quien en verdad estaba hipnotizado con la visión, hubiera pagado a Pancho para que este solo lo dejara ver como la nena dormía y masturbarse ahí al lado de esa pletórica ninfa sacada de alguna novela élfica, el gordo supuso que Lucio al parecer no traía ningún otro mensaje además de que ya casi atravesaba por él mismo la puerta así que se dignó a retirarlo.
-dile que en un momento voy- el oso volvía a meterse a su cuarto cerrando la puerta y dejando a Lucio con ganas de ver más, Lucio estaba atravesando por una crisis sexual, tenía algo de tiempo que no cogía y sus huevos reventaban en leche, estaba tan feo el pobre que ni siquiera las putas todas gordas y viejas aceptaban echarse un palo con él, aun ni pagándoles, este viejo solo tenía sexo violando a alguna pobre alma desamparada y hacía meses que no había tenido mucha suerte, y el ver a Miriam Caballero en semejante estado solo lo perturbaba aún más recriminando su maldita suerte.
Pero el chaparro viejo no se desanimaba y creía fervientemente que el día de su próxima cogida estaba cerca, y que esta afortunada señorita debía de ser nada menos que la voluptuosa Miriam Caballero.
“esa pinche vieja esta rebuena, me la tengo que coger si o si, me vale verga que el puto Pancho me corte los huevos, vale verga que sea una vil puta que se deje coger por dinero, esa hembra lo vale, es más, con el dinero que me den por mi participación en el secuestro me la trabo y me desaparezco jejejejeje” decía para sus adentros el empalmado Lucio ya masajeándose su verga de forma descarada por encima de su pantalón como si esta le picara, solo quedaba desearle a Miriam Caballero que saliera ilesa ante las depravadas intenciones de Lucio o de cualquier otro viejo que parece solo pensaban en cogérsela nada más con verla.
El delincuente de Pancho salía para reunirse con Felipe en su oficina.
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Miriam Caballero se despertaba después de la desgastante cogida que el viejo Pancho le había pegado la noche anterior, toda adolorida de su rico cuerpo (principalmente de su pelvis) abría sus hermosos ojitos un poco rojos por efecto del alcohol, era tarde, casi las diez de la mañana, había dormido unas seis horas que en nada le habían ayudado, su cuerpo literalmente molido se revolvía tratando de incorporarse, podía sentir el colchón de la cama donde descansaba aun húmedo por toda clase de fluidos corporales tanto de ella como del gordo así como una esencia pegajosa y olorosa cubriendo toda su sensual anatomía, su vagina estaba muy apestosa a lubricantes y verga sucia así como unos cuantos vellos púbicos del viejo yacían pegados a sus labios vaginales, además sentía en su boca un raro sabor, su cabeza le dolía como respuesta después de haber ingerido alcohol toda la noche.
Después de expresar un profundo bostezo la jovencita se dio cuenta de su completa desnudez, así que con toda la femineidad que caracterizaba cada uno de sus movimientos se enrolló con la sucia sábana para cubrir su esbelto cuerpo, con una de sus manos llevó un extremo de la sabana para tapar sus apetecibles senos y con otro delicado movimiento logró cubrir sus prominentes caderas junto a su formidable trasero, buscó con su verde mirada al viejo pero este no estaba, nuevamente la había dejado encerrada, buscó su vestido negro pero al igual que el blanco estaba hecho un harapo.
Aprovechó el momento de soledad para darse un baño, se sentía asquerosa, ultrajada y no pudo evitar llorar mientras el agua de la regadera limpiaba su imponente cuerpo, con sus delicadas manitas refregaba su cuerpo y golpeaba su cabeza en la pared por haber sido tan estúpida y haberse dejado nuevamente coger por el desagradable y ruin villano “como pude ser tan estúpida”, decía la tremenda y encuerada chiquilla con el agua de la regadera resbalando por sus potentes nalgas.
A pesar de haber estado borracha la jovencita aun recordaba parte de la fogosa escena, y por supuesto recordaba algunas de las frases con las que ella misma alentaba a su grasiento compañero de cama a darle más, “yo no quise decir eso” decía la desconsolada chiquilla en una forma de autojustificarse por lo que había acontecido horas atrás mientras las ganas de llorar parecían derrumbarla.
Sin embargo, así como recordaba todas estas frases también recordó haber sentido ¿una especie de atracción hacia tal sujeto?, recordó las sensaciones tan placenteras que este le proporcionaba mamándole y masturbándole la panocha, cada orgasmo recibido y nunca antes sentido que la llevaron hasta la locura, a experimentar convulsiones y a chorrearse de una forma nunca antes disfrutada por ella, lo llena que se sentía al tener esa vergota dentro y como ella reaccionaba moviéndose ondulatoriamente secundándolo hasta el grado de rendirse ante un viejo que sin duda en otras condiciones vomitaría con solo imaginárselo penetrándola.
Si bien recordaba todo esto ella se negaba a reconocerlo, pero su sexo la hizo entrar más en confusión o le hizo ver lo inevitable, mientras recordaba todo esto ella se humedecía, se llevó su mano a su concha solo para ver como esta estaba mojada, muy mojada, y pensando en la posibilidad de que nada de esta excitación era cierto y solo se trataba del agua que caía de la regadera en una desesperada opción por constatar lo dicho por ella se talló su panocha y se llevó su mano a su nariz para comprobar como efectivamente lo que le escurría era lubricante vaginal.
-estoy mojada- dijo la nena sin creer hasta donde podía llegar su cuerpo, estaba nerviosa corroborando como su cuerpo se estaba excitando con solo pensar como el viejo le hacia el amor.
Intentó calMiriam Caballerose, quizás si pensaba en otras cosas su calentura desaparecería pero no pudo, las imágenes de Pancho arremetiéndola mientras sonreía victorioso se aclaraban casi al realismo y no hacían más que mojarla más, para colmo sus pezones se empezaron a erizar como púas así que llevándose un dedo a su boquita pensó.
“quizás solo sea una reacción normal por haber tenido sexo hace rato, quizás si me…. (la nena se abochornaba de su carita) rasco un poquito se me pase” dijo Miriam Caballero cruzando sus piernas, colocando una por delante de la otra y comenzando con un delicado y muy femenino movimiento de fricción de sus muslos sobre su escurrida panochita.
Muy pronto Miriam Caballero comprendió que así nunca iba a lograr su propósito, así que separando un poco sus piernas y volteando a todos lados como si se sintiera observada por millones de ojos comenzó a llevar su manita cada vez más abajo, dejaba ver que no lo hacía muy decidida pues su manita avanzaba unos cuantos centímetros para retroceder otros pocos llegándose a quedar estancada haciendo un círculo sobre su ombligo mientras con su otra mano peinaba a mas no poder su cabello.
Al fin se decidió y con toda la pena del mundo comenzó a deslizar sus dedos muy levemente mientras su vista se dirigía a cualquier parte, como si le diera pena lo que estaba haciendo pero era más que nada la incomodidad de estarse tocando en una casa distinta a la suya, pero al parecer esto se le olvidó cuando muy sonrojada ya deslizaba uno de sus deditos por toda le extensión de su húmeda zanja.
“¿pero que estoy haciendo?” decía la nena ya una vez que su dedo se enterraba en tan gloriosa y deseada fuente de su mujeril néctar capaz de asosiegar a las bestias más salvajes sin embargo no paró ahí, a pesar de todo estaba sintiendo tan rico así que sin preocupación alguna ahora se dedicaba a masajearse la concha como lo dictan los cánones, la nena aún se encontraba en el baño, por un momento pensó en irse a tirar a la cama y abrirse de patas para seguirse tocando pero allá no podría alertar de la presencia del gordo en caso de que este entrara sino hasta que ya lo tuviera enfrente por lo que decidió continuar y terminar su labor adentro de ese descuidado baño todo sucio y con limo creciendo bajo las paredes.
La nena acomodó su cuerpo recargando su esbelta espalda en una de las dichas paredes, la que vio más limpia de esa verde esencia natural, manteniendo su cuerpo ligeramente angulado, comenzó a realizar los movimientos masturbatorios que ella ya conocía, primero con una mano pero después se fue incorporando la otra, ante sus vanos impedimentos comenzó a emitir cada vez más reconocibles y alargados gemidos a tal punto que estos en cuestión de minutos ya resonaban con todo y eco dentro de ese cuartito.
Fue aquí donde su mente volvió a ser asaltada por las deformes muecas de gozo que expresaba el porcino cada que tenía el placer de someterla, la conchita de Miriam Caballero reaccionaba ante tales desequilibrados eventos y se escurría como pocas veces lo había hecho, los ríos de jugos recorrían buena parte de sus muslos bañando todo lo que encontraban a su paso, llegando hasta sus rodillas, algunos cayendo en forma de gotas a partir de ahí, otros bajando hasta sus carnosas pantorrillas femeninamente porporcionadas, y es que Miriam Caballero no se daba tregua metiéndose ahora dos dedos, penetrándose como si de una verga se trataran, quizás la nena lo que quería era que una caliente y pulsante verga estuviera en esos momentos ocupando el lugar de sus delgados deditos y precisamente eran estos retorcidos pensamientos los que estaban haciendo que Miriam Caballero no dejara de escurrirse.
Miriam Caballero abrió por un momento sus ojitos, le pareció escuchar algo pero al comprobar que era un clavo lo que se cayó volvió a cerrarlos y siguió en lo suyo, sacó su jugosa lengua que recorría sus apetecibles labios mientras ahora movía su mano en forma de círculo justo arriba de su clítoris para continuar ahora con ligeras pero sonoras palpadas que daba sobre su colorada conchita, si bien la noche anterior aclaró al viejo no ser una puta en estos momentos se estaba comportando como una, su carita de pequeña viciosa salida era prueba de ello.
La mente de Miriam Caballero siguió siendo atacada por horrendas imágenes cada vez más lúgubres y asquerosas, pero que asco era lo último que a esta nena le causaban, ella se imaginaba ahora en tales momentos y completamente poseída por una insana calentura comenzó a realizar movimientos copulatorios sin importar que en estos minutos careciera de pareja, pero en su mente imaginaba que la presencia del gordo estaba con ella acompañándola en dichos ajetreos, por un momento llegó a sentir, como si esto fuera cierto, la verga del gordo abriéndose paso por su reducido y cuidado conducto, sintiendo como el pesado cuerpo del hombre que la cogía la aplastaba hasta hacerla pegar su cuerpo a la pared, incluso llegó a pronunciar el nombre de tan despreciable ser que hasta hace poco la había secuestrado a ella y a su querido padre, la sencilla jovencita estaba imaginándose el ser cogida nuevamente por quizás la persona más repugnante para ella en estos momentos.
-Don Panchooo!!- dijo la nena en voz alta y sin recriminarse por eso siguió dándose ella misma hasta que su cuerpo comenzó a sentir las contracciones orgásmicas a las que estaba a punto de sucumbir.
Por nada del mundo paraba, estaba caliente, completamente en estado de celo y deseosa por terminar con tan gratificante tarea que estaba realizando debido a una repentina aparición periódica que liberaba hasta los niveles más insanos su sexualidad más mórbida.
El orgasmo que vendría sería terrible, casi al grado de doblarle las piernas haciéndola caer, por eso esa obsesión de terminarse ahí mismo, estaba en eso, su panochita ya empezaba a dejar descargar las primeras gotas de tan anhelado elixir pero justo cuando estaba por vaciarse un ruido en la cerradura de la puerta se escuchó, era el viejo quien había regresado.
El viejo, que traía cara de perro debido una fuerte discusión con Felipe, entraba asomándose como primera instancia hacia esa desgastada cama y al no ver a su hembra en ella solo atinó a gritar
-¿en dónde estás hija de tu puta madre?!!!!!!- pensó por un momento que su bella rehén se había escapado.
En milésimas de segundos Miriam Caballero reaccionó acomodando su cuerpo y apretando sus manos en contra de su sexo, queriendo impedir a toda costa que su orgasmo saliera y de este modo evitar también sus escandalosos gemidos que saldrían de su boca, alcanzó a gemir pero casi en silencio así que tratando de recomponer su voz habló, no muy audible pero si lo suficientemente entendible.
-ahhh, ahhhaaquie estoy, en el baño, no entre por favor- el gordo quien ya casi se estaba dando la vuelta para salir a buscarla a la calle sintió como su cuerpo inmediatamente dejaba de sudar.
La nena volteó para todos lados y afortunadamente para ella una vieja camisa colgaba de otro clavo así que sin pensarlo mucho la tomó para cubrir su cuerpo y no exponer sus desnudas carnes ante las pervertidas miradas de Pancho, pero el viejo no traía intención de acoplarse en estos momentos, estaba muy emocionado pues ya le habían dado el pitazo de que la hija de Gustavo estaría en un evento social sin supervisión de sus padres, ¿Cómo se enteró?, quien sabe, pero al parecer la explicación más lógica seria que los tantos muchachitos que trabajaban o tenían contacto con el gordo y podían mezclarse con tan distinguidos y adinerado personajes o que mantenían una constante vigilancia de estos a partir de lo que publicaban en sus redes sociales, posiblemente habían visto el estado o biografía del Face de tan despampanante chiquilla donde hacia descripción con lujo de detalle del lugar que se encontraría a tal hora del día, el día de la reunión y con cada una de las personas que la acompañarían, cada una (o) respectivamente etiquetada (o).
Así que el contento viejo se vestía, aunque aún no era la hora pronosticada para tales eventos quería verificar por el mismo de la misma boca de sus jóvenes secuaces si lo que decían era verdad, él no le entendía mucho a eso de las redes sociales, era como un cavernícola en los tiempos actuales pero quería que le explicaran más a detalle cómo se enteraron de eso, estos muchachos seguían a detalle cada movimiento de la jovencita Fuentes, estaba claro que por su hermosura y sus ganas de tenerla desnuda en la cama, pero sabían que Pancho estaba por mucho, niveles arriba de ellos, era como el macho alfa de una manada de leones cuyo propósito se remonta únicamente a fertilizar a las jóvenes leonas para así perpetuar la especie hasta que llegue otro miembro de la plantilla y lo destrone de su puesto.
-a dónde va?- dijo Miriam Caballero pues veía al viejo metiéndose a su bolsillo la llave de su coche así como guardándose una pistola dentro de sus pantalones, justo a la altura de sus partes.
-que te importa pendeja,- respondió el viejo con su tenebrosa voz.
-usted me dijo que cumpliría su promesa, maldito viejo mentiroso- dijo Miriam Caballero pensando que el viejo se dirigía a despacharse a su papacito y tímidamente se acercaba al viejo como si pudiera detenerlo, cabe mencionar que esta niña aun no sabía lo de su papacito.
-cállate puta asquerosa!!!, no voy a donde tú crees, voy a tratar otros asuntos,- dijo el viejo sacando de su refri una lata de cerveza, devorándola solo de tres tragos y arrojándola al piso.
-que asuntos??- preguntó Miriam Caballero frunciendo el ceño y retirando con una de sus manos un mechón de su fleco que yacía sobre su frente.
-uuuuggggggggg- Pancho lanzaba un tremendo eructo.
-jejejejeje, me da gusto que quieras involucrarte en los asuntos personales de tu macho pero son cosas de hombres, cosas que a ti no incumben, tu solo dedícate a limpiar en el día y a coger durante la noche, nada más, está claro??-
-a propósito porque no has limpiado?!!!!!!- bramó el viejo con la intención de amedrentar a la débil señorita.
-ya le dije, ya le dije que yo no soy su chacha- dijo la nena notándose cada vez más molesta pero sin dejar de sentir extrañas cosquillitas en su panochita debido al estar entablando una conversación precisamente con el hombre con quien había estado fantaseando y hasta masturbándose, ¿o será que las cosquillitas eran debido a que no se pudo consuMiriam Caballero el orgasmo y por esta causa es que le comía tanto su sexo?, la mente de la nena se debatía entre estas dos posibles hipótesis.
El viejo vio como la nena le rezongaba, al parecer de tanta amenaza incumplida ya se sentía segura de que el viejo no le haría nada, que era pura boca, apretó el puño con la intención de dejarle bien en claro quién manda pero el notar algo inusual en ella lo hizo calMiriam Caballero, al parecer el viejo había notado en el aire como la pequeña hembrita estaba deseosa de contacto carnal, veía como su carita seguía enrojecida y como sus labios parecían apretarse como si fueran a soplar una vela (el viejo hizo un cambio drástico en su voz, de enfurecido a cachondo).
-yo no quiero pegarte mi amor, pero a veces me obligas, sabes, en este momento me dirigía a ver a un amigo que me debe dinero para cambiarlo por ropa para ti para que ya no andes con esos trapos, para que vistas como solo una hembra de Pancho merece vestir- dijo Pancho acercándose a su hermosa prisionera, esta se volteó dándole la espalda pues lo veía abultando sus asquerosos labios pidiendo beso, el viejo posó sus enormes manos sobre los hombros de ella y terminando de decir su frase le regaló una sonora nalgada que incomodó y sonrojó a la chiquilla pero que no hizo nada para mostrarle al viejo su incomodidad.
La nena al contrario, aprovechando lo romántico que andaba el viejo y al sentir sus caricias sobre sus posaderas (pues el viejo le estaba masajeando la nalga castigada) se atrevió a realizar una solicitud.
-Don Pancho, tengo mucha hambre- dijo la nena volteándose para impedir que el viejo la siguiera tocando y tomándose su estómago.
-mmm, veré que puedo hacer, si me haces el favor de limpiar el cuarto claro- el viejo al parecer había decidido cambiar su táctica de mandón por comenzar a tratar a la nena como un organismo pensante, una persona con garantías individuales y no como un par de agujeros que sirven solo para desestresarse (pues aun no le ocupaba el tercero).
-sí, lo haré- dijo la nena, a decir verdad estaba tranquila que ahora la tarea no consistiera en ofrecer a algún viejo alguna de sus lúbricas cavidades.
-bueno te lo encargo-, el viejo salía del cuarto dejando a la nena otra vez encerrada.
-oiga perooo!!- la nena desconsolada veía como nuevamente sus posibilidades de escapar se reducían, así que no le quedó más que ponerse a realizar la tarea que le dejó encomendada el viejo gordo.
Solo pasaron unos cuantos minutos cuando en eso tocaron a la puerta.
-¿Quién es?- respondió Miriam Caballero.
-soy yo, Silvia, abre la puerta-
-no puedo, est…………… no tengo la llave-
-te traigo algo de comer, como te lo paso entonces??- preguntó la joven bailarina.
-por acá, por la ventana- Miriam Caballero abría una de las ventanas, la otra chiquilla pasaba el alimento por entre los barrotes, Silvia ya había escuchado pláticas sobre el porqué de la estancia de Miriam Caballero sin embargo decidió sacarse la duda por ella misma.
Por un momento dudó sobre los chismes que Lencha imprudentemente se había encargado de hacer correr entre las chiquillas que servían tragos en la cantina pues vio como la nena realizaba la limpieza como cualquier ama de casa, como cualquier esposa que quiere mantener limpia su estancia nupcial al lado de su Miriam Caballeroido, pero se aventuró a preguntar pues era raro que Pancho la dejara encerrada cada vez que salía.
-entonces es cierto?, estas secuestrada?- Miriam Caballero solo asintió con la cabeza mientras devoraba el alimento como desesperada, rápidamente vio en esta chiquilla si bien no un medio para escapar si la posibilidad de enviar un recado al exterior, veía como esta otra niña tenía total libertad de andar para acá y para allá, así que sin más se arriesgó.
-Silvia, por favor, necesito que me ayudes-
-no amiga olvídalo, créeme que me indigna tu caso y que de ser posible te ayudaría a salir pero me metería en problemas, de hecho tengo prohibido estar aquí platicando contigo- la joven cantinera incorporaba su cuerpo para hacer acto de abandono cuando en eso fue detenida nuevamente por Miriam Caballero.
-noo, no te vayas espera, no pido que me ayudes a salir- dijo Miriam Caballero.
-entonces- respondió Silvia.
-tienes un lápiz y algo donde escribir??- por azares del destino la chiquilla contaba en ese momento con un lapicero y la libretita donde tomaba las órdenes aunque no eran horarios de servicio, prestándoselos a la bella rehén quien escribía y escribía lo más rápido que podía hasta que terminó, arrancando la hoja y devolviendo las cosas a su dueña.
Lo que ambas niñas no sabían era que estaba siendo acechadas por el buitre de Lucio quien había visto como Pancho se retiraba en su cacharro y veía la oportunidad exacta para colarse y hacer suya a la castaña ojiverde, refiriéndose a lo más vulgar posible al decir hacerla suya.
-mira, porfa, solo quiero que lleves esto a la dirección que esta anotada ahí, porfa, es para mi papá, debe de estar preocupado, por favor dime que puedes-
-asu es que- era de pensar lo que le pedía Miriam Caballero a Silvia.
-mira te pago pero por favor- dijo la nena y sacó de la cartera de Gustavo (que aún estaba en su poder) dos billetes de 500, total ella no los ocupaba y sabía que algo así de arriesgado merecía un incentivo más que el solo agradecimiento.
-bueno te los aceptaré, a ver dame eso- Silvia al estar tan acostumbrada a recibir dinero de otras personas era algo común aceptarlo, tenía un niño y era hasta cierto punto un poco interesadilla, sin pensarlo los tomó pero le curioseó la procedencia de dicho dinero.
-y este dinero, no es de Pancho verdad?- dijo revisándolo de atrás y adelante.
-noo!!, ayer parece que debuté con esos depravados y pues Don Francisco me recompensó-
-jijijijiji, Don Francisco, que chistoso, debiste de haberle hecho una chamba muy buena a Pancho para que te pagara- dijo Silvia poniendo más que colorada a Miriam Caballero.
-oye y porfa, podrías comprarme algo para arreglo personal ya sabes, cepillo de dientes, pasta y…………… algo para ahí abajo- dijo la apenada de Miriam Caballero.
-jijijiji sí, eso sí es más fácil, bueno ya, déjame y regreso, en la noche te aviso- justo en ese momento Lucio abordaba a Silvia.
-jejejeje, así que quieres ayudar a escapar a esta zorrita verdad, le voy a decir a Pancho- dijo Lucio más que nada por decir algo pues era pendejo hasta para hablar, lo único que quería era entrar y trabarse a Miriam Caballero quien lo traía caliente desde que la vio, cuantas manuelas quiso hacerse pero se había jurado que su leche no sería desperdiciada a menos si esta rellenara algún orificio de la joven castaña.
-usted que hace aquí viejo rabo verde?- preguntó Silvia.
-que te importa puta, porque mejor no te largas mientras yo y tu amiguita nos conocemos un poco más íntimo- dijo Lucio agarrándose su verga por encima de su pantalón.
-lárguese viejo cochino- Miriam Caballero trataba de ahuyentarlo desde adentro.
Lucio había visto que las nenas se pasaron algo, quizás un papel, y este seguía en las manos de Silvia, así que dio un manazo con la intención de arrebatárselo pero Silvia fue más rápida y sacando una navaja de bolsillo amenazó temblorosamente al horrible viejo quien al parecer venia envalentonado por exceso de caña.
No hubo necesidad de que Silvia dijera más, puesto que Lucio venia desprovisto y al verse en situaciones de desventaja optaba por retirarse.
-maldito viejo, es un depravado, ten cuidado Miriam Caballero, lo he escuchado en la cantina platicándole a otros que te trae unas ganas, que te va a…. ya sabes- dijo Silvia guardándose el punzocortante objeto.
Que tan peligroso debía de ser este barrio como para que una joven madre de 23 años tuviera que portar una navaja como defensa personal, hasta que nivel tan bajo de incompetencia, corrupción y descrédito habían caído nuestras “autoridades” como para que los mismos ciudadanos tuvieran que buscar la justicia por su propia mano.
-ja, ni que estuviera tan urgida, mejor un perro, pierde cuidado Silvia esas pulgas no brincan en mi petate- dijo Miriam Caballero.
Ambas féminas se despedían y regresaban a sus labores pero Miriam Caballero estaba contenta de que su papá, a quien ya llevaba casi tres días sin ver, sabría algo de ella e intentaría alertar a las autoridades ya que en la nota Miriam Caballero había escrito algunos datos suficientes para dar con su paradero, era una chiquilla inteligente, había memorizado el nombre de las calles, el nombre y número del establecimiento (la cantina) y algún negocio que referenciara, a todo esto Silvia le daba confianza pero aun así había maquillado el mansaje para que ni ella sospechara, sin saber que la nota no llegaría a su destino.
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Pasado prácticamente todo el día el monstruoso sujeto regresaba con unas bolsas, se elevó al ver como su hembra le había hecho caso y tenía la casa prácticamente limpia, ahora sí podría presumir que era su hembra y quizás esta noche le sacaría un rato de pasión ahora sin obligarla o tenerla bajo el efecto del alcohol o alguna droga.
Como todo un hombre de la casa llegó y se sentó en su sillón, encendió la tele y para su disfrute había una sensual escena con jóvenes actrices ataviadas en sexys vestidos, el viejo sacó su tremenda verga y sin disimulo comenzó a masajearla.
En tanto la chiquilla intentaba no prestar atención al viejo, ya sabía que se estaba masturbando sin pudor alguno y le incomodaba desviar la vista hacia esa posición, aunque podía escuchar los asquerosos sonidos que la verga del viejo hacía en cada una de sus despescuezadas debido a la exagerada humedad que de esta brotaba.
-oye tú!!, Miriam Caballero!!!- gritaba el viejo, no tanto por intimidar sino porque estaba medio drogado pues traía una rara bolsita aspirándola y eso le hacía encrudecerle la voz notoriamente.
-mande- respondió la nena sin mirarlo.
-ves esas bolsas, es ropa para ti, porque no te pruebas un vestido, anda modélamelo- dijo el viejo, estaba caliente por ver como las hembras de la televisión enseñaban pierna y quería ver a su musa hacer lo mismo, vestida de la misma manera.
-ora, y si me concedes ese favor mañana te llevo a ver a tu papacito jejejeje- dictó el viejo.
La jovencita no pudo evitar sorprenderse al escuchar como este viejo decía que le había comprado ropa y más aún, el decirle que la llevaría a ver a su papá, aunque esto último no se lo creyó pero aun así su rostro se iluminó y llevada por tal emoción dirigió su coqueto caminado hacia donde las bolsas. Aunque Miriam Caballero ya se imaginaba lo corto que debían de ser las prendas no dejaba de ser ropa para ella y aparte nueva, la camisa del viejo apestaba a sudor y eso la incomodaba pero mejor así que andar desnuda enfrente de tan baboso sujeto.
Tomó la bolsa y la abrió, en su interior un conjunto de cinco vestidos yacían muy bien doblados, los sacó y empezó a medírselos por encima, demostrando su gusto por uno negro al parecer con aberturas que quedarían en uno de sus costados, si bien reconocía que eran muy bonitos y que la calidad era pues no muy buena pero tampoco para quejarse también notó que eran extremadamente cortos y por su escote predecían que nuevamente enseñaría todo, exactamente como a este porcinesco sujeto le gustaba.
-ponte uno- ordenó en viejo, en sus ojos no había más que lujuria y morbosidad, aumentó sus movimientos manuales para de esta manera darle casi vida propia a su moreno instrumento.
La sensual chiquilla comenzó a desabotonarse la camisa, estaba muy nerviosa pues lo estaba haciendo enfrente del viejo quien no le quitaba su caliente mirada de encima, hasta ella se preguntaba porque se cambiaba ahí enfrente de él y no se había ido en primera instancia al baño, el temblor en sus deditos y lo colorado de su rostro eran prueba de su nerviosismo, si bien la noche anterior se había portado como toda una puta esto fue más que nada por el alcohol en su cuerpo y las exquisitas sensaciones que la verga del viejo le hicieron experimentar, pero ahora ya recuperada de sus sentido sentía que debía de moverse de manera graciosa y cachonda y en momentos se mostraba risueña pero sin atreverse a mirar al viejo, fue cuando las cosquillitas en su panocha aparecieron de nuevo recordando que no terminó su labor masturbatoria en cuanto el viejo se fue.
El viejo en tanto estaba con su asquerosa boca abierta, mostrando sus aMiriam Caballeroillos dientes y llenos de comida atorada entre ellos, su cabello lucia tremendamente seco y se esponjaba tipo afro, solo que con un enorme hundimiento en su coronilla y con visibles faltas de pelo en muchas partes.
Poco a poco Miriam Caballero iba dejando al descubierto más carne, su monte venus junto con su sexo se podían apreciar a la vista pues ella había empezado a desvestirse de abajo, la nena en un movimiento rápido se sacó la vieja camisa por sus hombros cayendo esta hasta sus tobillos y escogió el vestido que le había gustado.
La nena se colocó el prostivestido quedando su infernales curvas muy bien delineadas, se podría decir que su físico hasta resaltaba más, sus senos se apretaban escandalosamente ante ese apenas cubriente escote, no tenía tirantes así que el vestido se sostenía solo apretándose de sus enormes senos y dejaba a la vista sus hombros desnudos y ligeramente pecosos, y sus caderas eran comprimidas a tal grado que al vestido no se le hiciera ningún pliegue y se trazaran perfectos tanto sus muslos como su vientre, para desgracia del viejo las aberturas u orificios que el vestido tenia al costado hacían ver pieles de Miriam Caballero que con cualquier otro vestido convencional no se verían, a todo esto el viejo babeaba con sus ojos desorbitados y su verga derramando líquido preseminal, la nena sin fijarse en eso se calzó con unas exageradísimas zapatillas de plataforma también compradas, una vez lista se dirigió a modelar para el viejo.
-ya- dijo la nena equilibrándose pues la altura de los tacones era exagerado, además de jalar el vestido hacia abajo pues se le subía escandalosamente.
-pero qué bárbaro que mujeeer!!!!!- el viejo no se cansaba de admirar el cuerpo de Miriam Caballero, era tan perfecto que admirarlo era una bendición, era como estar en el paraíso y contemplar a un modelo mucho muy mejorado de lo que debió de haber sido Eva, con todos los errores corregidos y con la voluptuosidad mucho más aumentada.
Veía con sus ojos de sapo esas imponentes piernotas que se cargaba la nena, esas moldeadas pantorrillas tremendamente carnosas que parecieran pertenecer a una gimnasta olímpica, las curvilíneas caderas que se gastaba junto a su cintura perfecta le daban la silueta casi de una guitarra, el viejo se incorporaba para poder apreciar más de cerca los voluminosos pechos y como estos hacían creer que en cualquier momento saltarían ante sus depravados ojos, acercó su rechoncha nariz al cuello de tan espectacular hembra y dio una inhalación tan fuerte llevándose a sus nasales fosas todo ese olor natural de Miriam Caballero.
-ahhhhhhhh (al parecer casi tuvo un orgasmo con solo aspirar a la chiquilla), que rico hueles niña,- dijo el viejo mientras ella solo se mordía sus coquetos labios.
La chiquilla lucia algo sumisa, ya no respondía como solía hacerlo antes, no le contestaba al viejo de mala manera, evitaba las groserías y apodos hacia su obesa persona y evitaba también mirarlo con desprecio, ¿será qué se estaba acostumbrando a él?.
-ahora niña, me voy a ir unas horas pero cuando regrese quiero encontrarte así vestida entendiste, jejejeje, otra vez nos vamos a divertir tu y yo esta noche, está claro??- el viejo no dejaba de morbosearla principalmente a sus pechos mientras Miriam Caballero daba vueltas intentado proteger a sus gemelas de las pervertidas miradas, lo traían loco ver como estos se apretaban cada vez más, parte de ellos sobresalía carnosamente sobre el vestido a partir de donde terminaba la tela evidenciando que la parte contenida debajo del escote estaba siendo forzada a permanecer ahí.
-si Don Pancho,- respondió la nena desviando la mirada y cerrando sus ojitos pues el viejo ya estaba olfateándola en sus orejas, tocándolas con su grasosa nariz que solo le embarraba en su piel una sustancia aceitosa productora del brillo en la cara del viejo.
Miriam Caballero sentía ricas cosquillitas pero aun negaba reconocerlo, fue en esto cuando recordó que no traía puesto calzones pues su vagina nuevamente estaba escurriendo, el gordo la tomó de las nalgas sintiendo la suavidad y dureza de cada una de ellas, enterrando sus grotescos dedos entre las suaves pieles de ella y dando un fuerte apretón jalándola hacia él, juntando ambos vientres en ese movimiento, ella dobló sus bracitos y emitió un leve quejido mientras el viejo ya lamia su cuello de manera asquerosamente morbosa.
Los bracitos de Miriam Caballero poco a poco se iban enrollando entre las grasosidades del viejo quien se mostraba orgulloso de que la nena estaba sucumbiendo pues podía sentir el tremendo calor que brotaba de su cuerpecito y que indicaba que en pocos minutos la tendría abierta de patas, además de que su exquisito vestido que en este momento portaba no hacía más que alterarle las hormonas hasta la depravación absoluta, comenzando con una serie de punteos en contra de la grácil anatomía de tan esplendida joven quien yacía aferrada del Miriam Caballerorano con sus ojitos cerrados y suspirando tratando de sacar toda su calentura acumulada sutilmente para que el viejo no se diera cuenta, calentura que contrario a eso, se acumulaba más.
El vestido poco a poco comenzó a elevársele debido a la posición y a los cada vez más bravos apuntalamientos, el despreciable y ruin villano dejó de lamerla solo para dirigir su alcohólica boca hacia los frescos y carnosos labios de la nena, por un momento estuvieron luchando en un juego por demás erótico en donde la boca del Miriam Caballerorano intentaba alcanzarla pero la de la jovencita se escabullía, el viejo para esto había levantado uno de los potentes muslos de ella y lo tenía aferrado con una de sus manazas recorriendo todo su candor de arriba a abajo y viceversa, ella en tanto se aferraba cada vez más a tan abundante humanidad, llena de llantas y tatuajes por doquier y con las tetas más caídas que se habían visto.
Por fin la boca del viejo logró atrapar a la de Miriam Caballero para ambos comenzar a realizar dentro de ellas excelsos y muy profesionales movimientos linguales en donde más que nada la del viejo se encargaba de abarcar todo el espacio de ambos, la nena podía sentir todo el aliento apestoso a cerveza y a comida de la calle muy encebollada pero esto no hacía más que acrecentar su mórbida calentura, incluso no se disgustó al retirar de las aMiriam Caballeroillentas piezas dentales de Pancho un pedazo de cilantro que por ahí se encontraba.
La nena comenzó a hacer lo propio y con suaves ondulaciones empezó a secundar al viejo en una simulación coital más que perfecta, la desnuda vagina de ella chocaba directamente con el pantalón de él sintiendo como su verga ya estaba en las condiciones ideales como para proporcionarle el placer que una hembra de su distinción se merece, estaba por dirigir una de sus delicadas manitas para ser ella misma la que desabrochara el pantalón de su amante cuando el viejo, ajeno a estos movimientos que le nena se concentraba en realizar, decidió por parar con el caliente faje pues su modesto celular lo alertó de lo tarde que se estaba haciendo, así que sin despedirse de la nena solo la separó de ella y salió por la puerta dejándola nuevamente encerrada y más caliente que antes.
La nena tremendamente agitada y completamente colorada solo veía como su macho dueño de esa potente protuberancia saliente de entre sus piernas se retiraba dejándola a medias, pero recomponiendo su cordura acomodaba su cabello y vestido para ponerse a limpiar el exceso de humedad de su brilloso sexo, si bien podría Miriam Caballero justificarse que la noche anterior había estado borracha y por eso se dejó llevar por la emoción, ahora que explicación podría darse ella misma viendo como en pleno uso de sus facultades mentales reaccionaba cachonda ante cualquier insinuación por parte de Pancho y más que nada haberse masturbado pensando en él.
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La jovencita Fuentes bailaba muy pegada con otra de sus coquetas amigas, en el lugar había una concentración muy grande de chiquillas de muy buen ver, excelsas, hermosas, todas unas diosas luciendo sus más inmorales vestimentas utilizadas para embobar a algún chiquillo afortunado dispuesto a llevarlas a la cama, chiquillos precisamente de la misma estirpe del que hace unos días Miriam Caballero se disponía a conquistar con un coqueto vestido blanco.
-no mames wey me uuurge un piquete- decía Daniel o Dan, el novio de Dulce, a uno de sus amigos, quienes recargados en la barra veían como sus novias movían el culo muy sensualmente, se abrazaban entre ellas a veces realizando poses meramente para parejas heterosexuales pero que realizadas en dos niñas tan sabrosas como ellas no hacían más que alterar hormonalmente a todos los ahí presentes.
-jaja, pues yo te lo doy- dijo el también agraciado compañero adornado en ropas como un verdadero retrasado pero con la seguridad que le daba su autoestima y las descarriadas chiquillas de que se veía como todo un artista pseudocantante.
-no chingues, en verdad wey que no sé qué voy a hacer si no consigo una ahorita, vale madre lo que me dijo Dulce yo quiero una- el joven ya desesperado por su buena dosis comenzaba a sudar y exaltarse, cosa que lo ponía violento.
-mira wey, ¿ves esto?, (el otro muchacho enseñaba unas pastillas), es para alocar a las chavas, la voy a usar con Cindy, tu deberías aprovechar con Dulce, aprovecha que sus jefes no están y porque no te la clavas en su casa we- dijo el otro joven, Dan observó como este otro jovencillo guardaba la bolsita dentro de su chaleco.
-no mames donde, donde conseguiste eso?- preguntó el apuesto jovencillo.
-ohh, por ahí,- respondió. –Cindy!!!- el muchachito gritaba a su novia, esta se separaba de su amiga Dulce quien seguía bailando ella sola mientras muchos no le quitaban la calorosa mirada de encima así como algunos celulares.
-que pasó amor- la nena llegaba donde su novio, recibía un vaso de whisky por parte de él sin saber lo que en realidad contenía, su novio veía muy risueño como la hueca chiquilla bebía hasta terminárselo.
Dan veía sorprendido como en pocos minutos esta parejita estaba en un semioscuro rincón comiéndose a besos y casi cogiendo con la ropa puesta, quiso poner a prueba eso que le dijo su amigo pero mientras se dirigía a este con la intención de pedirle una de esas mágicas pastillas fue accidentalmente tropezado por otro etílico chamaco, el muchacho se tomó a reto tal osadía y embravecido comenzó a tirar golpes por doquier sin impactar a su adversario, pero fue en uno de sus golpes que al no controlarse él mismo se dirigió colisionándose contra su inadvertido combatiente quien no se había percatado de nada hasta que sintió el empujón cayendo al suelo con todo y copa, ambos muchachos se levantaron solo para protagonizar una pelea alcanzando a deteriorar parte del inmueble del establecimiento hasta que fueron detenidos por personal calificado en este tipo de circunstancias.
La artística señorita pintada como toda una putilla se molestó, su novio le había prometido que sería una noche inolvidable, además le había asegurado que él no iba a toMiriam Caballero, no iba a drogarse y por supuesto no iba a pelear, así que el ver como su novio era dirigido junto con otro a responder por los daños se decepcionó y dio por terminada para ella la velada, además de que ella estaba un poco tomadilla y alguno de los empleados domésticos a su servicio viéndola llegar en tales condiciones le podrían contar a su madre quien la tenía extenuantemente cuidada para el futuro que le auguraba, ya habría tiempo para fiestas le decía ella.
Dulce buscó con la vista a sus demás compañeros pero no los halló, veía como un grupillo de hombres un poco mayores y con vestimentas extrañas adornados a mas no poder con cadenas y lujos estrafalarios, cinturones con hebillas grotescas y chistosos sombreros de los cuales asomaba una colorida pluma no dejaban de verla a ella y sus comestibles redondeces, así que optó por salir antes de que descubrieran que estaba sola, total que cerca estaba la carretera y podría pedir un taxi, era tarde pero confiaba con poder encontrar uno a estas horas, pudo haberse llevado el coche de su novio pero no contaba con las llaves y este no bajaba de donde lo llevaron, y no bajó por unos buenos minutos mientras ella muy nerviosa veía como uno de esos hombres, un negro, bailaba solo, pero con la reconocible mirada de que pensaba acercarse a ella.
La jovencita salía por la entrada principal, llevándose una buena cantidad de piropos por algunos muchachos que ahí se encontraban, caminó más deprisa pues uno se aventuró a seguirla unos metros pero gracias a ella eran jovencitos de su misma edad y se supone alguno de su mismo estatus social, así que ni eran muy leperos ni eran muy insistentes.
Pancho, quien había estado esperando algunas horas afuera alcanzó a divisar como la suerte estaba más que de su lado, el verla caminar sola y expectante para todos lados solo le indicaban lo desprotegida que se encontraba, era el momento para este gordo quien sin perder tiempo encendió su auto y se apresuró a alcanzarla, nunca pensó que la suerte y la casualidad fueran a convertirse en sus mejores amigas.
Dulce se detuvo y esperó unos minutos, siendo vigilada a lo lejos por el viejo, ella en tanto esperaba ver algún taxi pero para su suerte no fue así, aunque sin perder la esperanzas se dijo que posiblemente sea porque estaba alejada de la autopista, quizás si llegaba allá a lo mejor encontraría uno, era un verdadero manjar ver a esta voluptuosa nena vestida de esa manera caminar despacio por las oscuras calles de una ciudad insegura, el ruido de los tacones delataban la posición de la chiquilla al sonar con el concreto, fue el momento en que su mente le dictaminaba regresar a espera a su novio, “quizás ya salió” pensaba la futura modelo, pero ella había abandonado por decisión propia y era muy orgullosa para regresar derrotada, para ella no encontrar taxi seria la derrota.
Fue entonces cuando, mientras caminaba observó un viejo auto alcanzarle el paso, se asustó y apretó su andar pero le era imposible dejarlo atrás, apenas iba a gritar cuando en eso el viejo Pancho habló
-jovencita, no te parece muy tarde como para que una niña como tu ande sola, estas calles son muy inseguras, si me permites yo podría llevarte a tu casa- dijo el viejo mientras por su parte agarraba su astronómico paquete, estimulado ante la impactante visión de esta chiquilla sola, el escuchar como sus tacones resonaban y el verla vestida como esperando a algún cliente.
“estúpido viejo y que dijo, está ya se subió” –eso a usted no le incumbe señor, y por favor déjeme tranquila, aquí tengo mi cel y no dudaré en hablarle a la policía si usted no me deja en paz- dijo la nena deteniéndose en el acto, mostrando su lujoso celular al gordo mientras una de sus manos se apuñaba en su desnuda cintura pero a la vez inclinando ligeramente su cuerpo, dejando ver al gordo uno de sus hipnotizantes bamboleos de pechos.
El viejo en tanto recorría con una de sus manos su barbilla, había sido un monumental acontecimiento poder disfrutar por un momento de esos perfectos pechos, tan blancos y carnosos, se imaginaba lo rosado de los pezones y como estos debían de estar paraditos pues la noche estaba fresca, así que sin dejar que la nena avanzara continuo gruñendo.
-oye chiquilla, yo no te he faltado al respeto para que me contestes así, yo solo te ofrecía llevarte a tu casa o adelantarte por lo menos a que pasaras esos tipos que están allá enfrente y que parece ya te echaron el ojo- dijo el viejo encendiendo un cigarrillo.
-¿cuáles tipos?- preguntó la nena, detenidamente observó hacia la dirección que apuntó el gordo, ella, por ir pensando en sus cosas no advirtió la presencia de al parecer cinco sujetos recargados en una barda pero alejados aun como para poderla escuchar tanto a ella como a sus tacones, pero aun así el viejo no la convencía de subirse a su coche, y más por las fachas de vago con las que este contaba, con todo esto no pasaba ningún taxi por lo que decidió regresar con su novio para que este la llevara pero justo cuando había volteado a ver el camino por donde venía notó más presencia extrañas que se acercaban caminado en dirección a ella.
Estos traían un escándalo brutal, venían todos locos, por lo que asustaron a la chiquilla quien hasta esos momentos se daba cuenta de que estaba completamente indefensa, sola y en una de las calles más oscuras de la ciudad, en estos momentos la veía muy oscura.
-bueno yo ya me voy- dijo Pancho en un intento por presionar la decisión de la nena.
-noo!!, espere por favor, no quiero que me lleve a casa, puedo irme sola, pero por favor déjeme entrar a su auto en lo que pasan esos tipos de allá atrás, por favor solo entrar- dijo la nena escuchando como la Miriam Caballerocha del casi destartalado coche de Pancho se había encendido.
El pervertido secuestrador se sentía como todo un robachico enseñándole una paleta a un niño, no cabía de gozo pero tuvo que guardar su estimulada verga la cual había sido masajeada todo este tiempo en que duró la plática aprovechando la oscuridad que lo favorecía, tanto que la nena ni siquiera alcanzó a contemplar muy bien lo feo de cara que era.
La jovencita observando que el viejo no tenía intención alguna por bajarse a abrirle la puerta se dignó a abrirla ella misma, ofreciendo en cada detalle cualquier cantidad de estéticos movimientos féminos como si estuviera en una pasarela, que igual a su caminar, eran perfectos, la jovencita entró por una de las puertas trasera, sentándose como toda una dama de sociedad, cruzando elegantemente las piernas y depositando sus manos en el lugar exacto donde se hacía un hueco que pudiera hacer evidente el color de su ropa interior.
Una vez dentro se dedicó a esperar que los tipos de atrás pasaran pero estos se habían detenido, estaban al parecer dialogando entre ellos y rebuznando cualquier cantidad de estupideces, aventaban botellas a donde sea exhibiendo su circo callejero, Pancho veía desde el retrovisor que la nena estaba asustada, era obvio pues a pesar de sus altanerías aún era una niña, pero se veía más maleada que la caliente Miriam Caballero, así que caballerosamente le ofreció un cigarro para calMiriam Caballero su temperamento.
-relájate chiquilla, en un momento se irán y podrás seguir tu camino-
-gracias- dijo la nena aceptando el cigarro y el fuego y poniéndose a fuMiriam Caballero con mucha sutileza, una de sus manos echó para un solo lado el abundante y dorado cabello de la señorita modelo.
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Pero mientras el gordo esperó a que la nena saliera del antro, que pasaba en su cuarto que una joven cantinera se metía nuevamente a sus dominios…………..
-Miriam Caballero, Maaaar- decía Silvia, había ido a verla con la excusa de volver a dejarle comida por órdenes de Pancho, con esto se quitaba a Lencha de encima.
Miriam Caballero yacía recostada y vestida exactamente como Pancho la había dejado, solo que ahora para cubrir su intimidad se había puesto una de las tangas que el viejo le había conseguido, o más bien unos pedazos de hilos que solo se cruzaban alrededor de sus caderas y entrepierna.
-amiga que pasó, viste a mi papá?, le diste la nota?- preguntaba la nena, pero Silvia primero decidió chulearla un poco por lo exclusiva que se veía.
-pero mira nada más que guapa jijijiji, como no te va a pagar Pancho así, pero ya……… a lo que vengo, Miriam Caballero lamento decepcionarte pero no entregué la nota- dijo la otra chiquilla.
-pero como, Silvia tú me prometiste que- la chiquilla se molestaba, había pagado por eso y merecía una explicación lógica y creíble.
-si amiga, si fui, pero por más que toqué no salió nadie, (a partir de aquí la voz de Silvia se convirtió en un susurro) pero siento que hay algo raro en todo esto, pregunté a algunos vecinos y nadie me supo dar respuesta sobre tu papá, dicen que no lo han visto, además hay rumores en la cantina de que Pancho tiene a un hombre secuestrado en un edificio abandonado de Felipe, aquí a la vuelta, a media cuadra, pasando una llantera, no sé qué esté ocurriendo la verdad, nadie quiere dar más detalles- la ataviada Miriam Caballero escuchaba atenta.
-pero eso no es todo amiga, aquí va la parte fea, escuché a Lencha quejarse con Atilano (el viejo ayudante de Felipe quien le preparó a Miriam Caballero una bebida semenergética) que algo de llevarle de comer ya le estaba cansando a un tal papá de la zorrita esa, algo así escuché, te lo juro, ¿Desde cuándo Lencha es llevadora de comida?, ¿Por qué no envía a una de las chiquillas?, todo esto es muy raro, nada más que yo me hice la desentendida porque se dio cuenta de que yo andaba por ahí, la Lencha es mala, cuídate de ella, tiene toda la protección de Felipe y Felipe está hasta el cuello enredado con unos tipos que vienen cada mes, gente mala, amiga no será tu papá del que hablaba la bruja?- preguntaba la conmocionada Silvia.
-no, eso no es cierto, debiste de haber escuchado mal, ese hombre del que hablas posiblemente se trata de Gustavo, un viejo que secuestraron utilizándome como sebo- respondía Miriam Caballero.
-ay amiga, la verdad no quise preguntar porque esas son cosas mayores, cosas donde ya no podría ayudarte, no sabes cuantas personas han matado últimamente por estos alrededores por andar de hocicones y preguntones, la verdad me da miedo, a veces quisiera irme pero a donde, y yo sola, si dicen que todo el país está igual- dijo Silvia.
-si amiga te entiendo, gracias-
-de que, si no te pude ayudar en nada- dijo Silvia enculillándose y recargándose en la pared de la casa, observando con sus negros ojitos como las estrellas adornaban el firmamento, cerrando muy bien sus también potentes muslos pues llevaba una faldita demasiado corta, de manera que Miriam Caballero perdía la visión de ella pero seguía escuchándola.
La mente de Miriam Caballero reflexionaba, primero se preguntaba sobre su papá, posiblemente Silvia había ido cuando este se encontraba trabajando por lo que preguntó la hora y coincidió con su premisa, además su papá no era muy sociable con los vecinos, y por lo que respecta al hombre secuestrado estaba segura que se trataba de Gustavo, además no había lógica en lo que Silvia contaba, para que quería Pancho a su papá si ella ya había aceptado quedarse con ellos a cambio de dejar en paz a su progenitor, así que se resignó a pensar que la casualidad no le había favorecido en estos momentos.
-lo que si te traje son tus cosas, toma- dijo Silvia incorporándose, notando en Miriam Caballero ganas de llorar compadeciéndose de ella.
-que tienes amiga, no llores,-
-Silvia yo lo que quiero es salir de aquí, quiero irme a mi casa pero este…… gordo no me deja, bueno gracias como quiera, en verdad, te lo agradezco- dijo Miriam Caballero volviéndose a acostar como toda una doncella que espera la llegada de su apuesto príncipe a rescatarla.
-espérame- Silvia desaparecía por un rato para después aparecer con una maceta y un cincel traídos de la bodega de Felipe a escondidas.
-toma, es lo mejor que te pude conseguir- dijo la joven cantinera, Miriam Caballero observó las herramientas y su carita se iluminó, con esto bien podría romper la puerta entera, con algo de trabajo pues era tan delicada que hasta le costaba levantar la bolsa donde venían dichos materiales.
-bueno yo me voy, no digas nada nadita, cuídate amiga- la cantinera se despedía.
-gracias amiga, tú también cuídate mucho-
Miriam Caballero veía que era de noche, estaba oscuro y posiblemente el viejo regresaría pronto y podría encontrarla a ella ocasionando destrozos a su patrimonio y esto lo encabronaría sin duda alguna, así que la jovencita decidió por el momento esconder los utensilios en un lugar seguro y esperar a que amaneciera, la otra opción que rondaba la mente de tan apetecible ya mujer era que posiblemente el viejo regresaría muy tarde o con suerte no regresaría, quería huir pero aun recordaba los peligros que vagaban el barrio en las noches.
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Mientras tanto en el coche de Pancho…………
La nena ya se había terminado su cigarrillo pero los sujetos no se iban, veía desesperada como los minutos pasaban y la situación de estar en un auto todo oxidado y oliendo a mugre junto a un obeso desconocido con la cara del mismo diablo la tenían muy nerviosa, para colmo todo el asiento trasero del coche estaba en deplorables condiciones, el viejo notó la femenina incomodidad y le ofreció pasarse al asiento del copiloto, ella dudó un poco pero la aparición de una cucaracha sobre uno de sus bracitos la hicieron brincar y pegar un grito y sin darse cuenta ya estaba sentada al lado del gordo.
-señor por favor lléveme a mi casa,- dijo la chiquilla después de pasar por la inesperada escena, limpiándose su blanco bracito con un clínex mientras sus cabellos se le iban para adelante enseñando una apariencia muy llamativa.
El viejo lobo solo sonrió mientras encendía nuevamente el auto, pero antes de lograr esto hizo como que accidentalmente se le caía algo, dicho objeto cayó del lado de la principiante modelo quien educadamente comenzó con la realización de la búsqueda para dárselo al viejo pero justo cuando esta agachaba su azulada mirada fue asaltada por él, quien valiéndose de su fortaleza y de un trapo húmedo en cloroformo logró someter a tan encantadora fémina.
Pero que fácil había caído la nena, tantas veces en donde sus intentos fueron en vano y ahora cuando menos se lo esperaba estaba ahí, con el cuerpo de la inerte hembra acurrucado en su viejo auto, se la hubiera violado ahí mismo pero tenía otros planes y había muchos presentes.
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La encantadora Dulce se despertaba, después de haber estado acostada en un viejo sillón incorporaba su exquisito cuerpo para darse cuenta de que se encontraba en un lugar completamente desconocido, oscuro, muy sucio, y más se asustó cuando escuchó los chillidos de unas ratas que por ahí deambulaban, pero su temor fue mayor al contemplar a tres hombres exageradamente horribles parados al lado de ella y cada uno expresando una mirada y sonrisa casi satánica.
-quienes son ustedes??!!!- gritó la intimidada y joven promesa del modelaje al verse rodeada por tan desagradables sujetos.
-shhh, no grites ricura, solo queremos jugar un ratito contigo, se buena con nosotros y te prometemos que nada malo te va a pasar- dijo uno de los sujetos, la nena recordó entonces esa fea y cachetona cara, se trataba del gigantesco Pancho, volteo a ver a su segundo captor, un viejo feo y con una dentadura que sobresalía de su boca, dientes extremadamente chuecos y desnivelados, se trataba del anciano Felipe quien a sus casi 70 años aun tenia energías para coger, para su edad se notaba muy lleno de vitalidad, y por último un hombrecillo panzón y de cara alargada, el joven Lucio, joven comparándolo con estos otros dos antagonistas ya que su edad rasguñaba los 50.
La nena miraba con terror a estos pervertidos seres, quienes esperaban que la nena entrara en un ataque de pánico, suplicara por su seguridad o de plano intentara arremeter contra uno de ellos, pero ninguna de estas opciones ocurrió, la nena se tomó la situación de la manera menos pensada por este trio de malhechores.
-jaja…. Jajajaja…….. jajajajjajajajajajjajajaja- la jovencita Fuentes comenzó con un serio ataque pero de carcajadas para sorpresa de los tipejos quienes se veían extrañados el porqué de la reacción de la señorita.
-jajajajajajaja, esperen jajajaja, ya en serio, jajajaja, discúlpenme de verdad jaja, o sea, la verdad que que buena broma eh, miren hasta con disfraz de pordioseros y toda la cosa, y quien se supone que eres tu eh, cuasimodo?? jajajajja (decía la nena refiriéndose a Lucio), ya en serio amigos díganme, a donde está la cáMiriam Caballeroa para sonreírle- la nena se ponía de pie en toda su perfecta y delineada carnación.
-te atreves a burlarte de nosotros perra estúpida- dijo el gordo y avanzó hacia la risueña chiquilla quien llevaba una de sus manitas a su carnosa boquita para disimular las ganas de seguir riendo, creía que el lenguaje soez era parte de la actuación.
-señor, no se haga, está más que obvio que esto se trata de una broma, o si no, no me explico que haría yo, Dulce Lissette Fuentes Ruvalcaba, heredera única de la fortuna Fuentes, una verdadera promesa del mundo del modelaje, o sea, cual Adriana Lima, cual Bar Rafaeli, yo!!!, Dulce Lissette, que haría en un lugar tan……. cochino como este y compartiendo el escenario con unos pordioseros como ustedes, o sea, sin ofender eh, es más tome, mi pañuelo, se lo obsequio, más adelante valdrá una fortuna- dijo la nena sin ofenderse por la forma vulgar de Pancho refiriéndose a su encantadora persona.
El viejo se encolerizó, como era posible que una muchachita se estuviera burlando de él tratándolo como un payaso, siendo él uno de los secuestradores más peligrosos y “buscados” por el Estado, así que sin más decidió dejar bien en claro la posición de ella.
-así que eres modelo chiquilla pendeja, más bien pareces actriz porno-
-sabias que el modelaje y la pornografía van de la mano?- dijo el Miriam Caballerorano.
-a que se refiere?- preguntó la chiquilla.
-si pendeja, me refiero a que si no sabías que muchas modelos son también actrices pornos, de la misma manera muchas actrices pornos empezaron o siguen modelando-
-primero son edecanes en las empresas de sus papis, más tarde representantes de alguna Miriam Caballeroca de prestigio, se lanzan como modelos, después reciben una oferta para posar en alguna revista para caballeros primero de entretenimiento y luego nudista para posteriormente terminar haciéndole favores orales a patrocinadores para seguir en vigencia, y cuando ya pasaron sus añitos de inocencia debutan en alguna película porno de bajo presupuesto jejeje,- decía el pervertido sujeto, la nena escuchaba las parloteadas del viejo empezándose una discusión entre ellos.
-bueno, eso creo yo…… se da dependiendo de los gustos de cada una- decía la nerviosa chiquilla, se estaba empezando a inquietar pues veía la depravada mirada que el gordo le mandaba a cada curva que conformaba su cuerpo, como esa nariz de cerdo se expandía para llevarse hasta sus fosas nasales la mayor cantidad de perfume femenino y olor a mujer que de la nena se desprendía.
-nada pendeja, si te dedicas al modelaje llegará un momento en que tendrás que aflojar para que tu carrera suba, si no te estancas, pierdes terreno, te olvidan y terminas siendo desplazada por alguna de esas otras zorritas más jóvenes que vendrán detrás de ti, así es esto- Lucio escuchaba atento como el gordo croaba, pero a la vez no podía evitar recorrer de pies a cabeza la descomunal figura de la atractiva chiquilla, estaba tan caliente que ya comenzaba a masajearse su verga por encima de su pantalón, se decía que hoy volvería a probar carne tierna mientras le daba otro trago a su mula de caña y sonreía maliciosamente.
-eso no es cierto, hay muchas que……- apenas y la nena iba a mostrar su descontento cuando fue interrumpida por la superior y carrasqueña voz de Pancho.
-a mí no me rezongues!!!!, jejejeje, se nota que te hace falta mucha disciplina, y si no me crees lo que te digo porque no se lo preguntas a la puta de tu madre, ella cuando empezó a modelar tuvo que hacer ciertos favores a algunos productores para mantenerse vigente aun después de que te tuvo a ti, por lo visto no te dio pecho pues no se le han caído la chiches jejejejeje, no te dio pecho ti pero que tal a su representante- dictaminó el gordo, la nena se quedó sorprendida, al parecer estaba ante sujetos que la conocían a ella y a su familia.
-oiga y usted como sabe que mi mamá fue modelo?-
-jejeje, yo conozco mucha gente chiquilla……. Lo que yo te digo es cierto, así que porque mejor no empezamos para que te vayas acostumbrando al tipo de favores que a futuro tendrás que realizar, anda, ven, chúpamela, quizás y en una de esas tu carrera se desvíe a actriz de telenovela- decía el viejo mientras sacaba sus 22 centímetros de dura carne morena y recorrida por centenares de venas y arterias.
La nena al ver los vulgares comportamientos del viejo y que esto iba en serio decidió escapar, pero la única entrada y salida estaba justo detrás de estos animales, así que sin importarle nada trató de huir como si pudiera atravesarlos pero su cuerpecito chocó con la gruesa y grasosa mole de Pancho.
-a dónde vas putita?-
-iiiuuuu, viejo cochino suélteme está sudado, apesta!!- dijo la nena librándose de las garras de Pancho, retrocediendo un poco mandando manotazos.
-mi celular, mis cosas, dónde están?!!!!, dónde están???!!!!, auxilio!!!!!, auxilio!!!!!!, alguien que me ayude por favor!!!!!!!!!!!!!- gritaba la histérica nena, comenzó a temblar de todo su cuerpo, al parecer estaba entrando en un ataque de pánico, y como no, estaba a punto de ser violada y la habían despojado de sus posesiones de valor.
Pero pancho con toda la calma del mundo se acercó a ella y de una fuerte y sonora cachetada la hizo volver en sí.
-mira pendeja, puedes gritar todo lo que quieras que nadie te va a escuchar, pero eso sí, grita cuando no esté yo quieres, tengo mucho dolor de cabeza como para estar soportando tus berridos así que…….. Si en verdad aprecias esa carita de muñequita que tienes lo mejor será que te calles y seas obediente, entendiste?- dijo Pancho sacando una navaja y pasándola por el cuello de la mujercita, la nena al sentir el frio filo solo asintió con la cabeza, como por arte de magia sus lágrimas desaparecieron.
-sí, sí, pero por favor, por favor, no me haga nada, no me haga nada, mi familia tiene mucho dinero y puedo darles lo que quieran pero no me hagan nada- la nena hablaba demasiado rápido.
-shhhh, shhhhh, tranquila princesita, tranquila, nadie va a hacerte daño, lo único que tienes que hacer es chupar algunas vergas y dejar que estas te penetren hasta que se vacíen y ya, es más ni siquiera puede que seamos nosotros quienes te violemo…. Jejeje perdón juguemos contigo- dijo Pancho tallando los dorados cabellos de la casi modelo.
-ustedes no?, si ustedes no entonces quiénes???- preguntó la chiquilla.
-mira chiquilla, escucha bien, en este juego hay dos grupos, uno está conformado por nosotros tres y el otro son solo dos gentes, ahora sin ver al otro grupo tu tendrás que decidir, fíjate, hasta te estoy dando a escoger, tendrás que decidir quiénes serán los afortunados de iniciarte formalmente en el mundo del modelaje jejeje, recuerda nosotros somos tres, el otro grupo solo son dos personas- dijo Pancho, la nena podía aspirarle todo su apestoso aliento.
La nena se quedó aterrada, sería violada, de eso no había duda, utilizando al máximo sus conocimientos matemáticos dedujo que muy posiblemente sería más fácil contener a dos personas que a tres, ya que si Pitágoras y los deditos de su mano no le fallaban tres era un número mayor que dos, además veía a estos tres viejos extremadamente pervertidos y asquerosos, apestaban a sudor y estaban re feos, en especial el chaparro (Lucio) quien parecía el duende maldito, además ya de reojo había visto la verga de Pancho y estaba enorme, la partiría pensaba ella considerando la medida vergal de su apuesto y drogadicto novio, así que sin dudarlo escogió su decisión.
-el otro, si, el otro grupo- dijo la nena pensando que alguien más asqueroso que estos tres era imposible de encontrar, la nena no dimensionaba que estaba escogiendo a una pareja de hombres para que ¿la cogieran?, que desequilibrada está la juventud de hoy en día.
-segura chiquilla?, es tu decisión final?- preguntaba Pancho.
-sí, convencida, los otros dos, el otro grupo- decía la asustada chiquilla.
-qué pena, me hubiera gustado estar en el grupo ganador, Lucio!!, has pasar a los apuestos caballeros, ¡¡¡¡la reina ha escogido!!!!- ordenó Pancho.
La chiquilla veía con horror como por esa puerta entraban dos seres los cuales dudaba si estos podían calificar como humanos, se trataba de dos vagabundos que ya llevaban algunos meses deambulando por la zona, usaban ropas muy desgastadas y rotas, sucias, llegándose a ver como si estas fueran de color café o negro como tonos originales, uno de ellos era tan gordo y casi tan alto como Pancho, traía colgada una maleta en donde metía todas las latas y botellas que se encontraba y aplastaba en los basureros, usaba unos pantalones arremangados y unas chanclas de las cuales una ya estaba partida a la mitad, tenía una pata demasiado hinchada lo que hacía verlo caminar de manera dificultosa, chueca, hablando de su rostro era feo y no se podía distinguir cual era en realidad el color natural de su tez pues estaba cubierto por tanta mugre hasta el punto de parecer negro, con solo el desagradable olor de este sujeto la dulce fragancia femenina de la chiquilla se desvaneció, era tal el apeste que muy posiblemente cualquier animal doméstico hubiera huido de la zona despavorido, la razón de su olor se debía en mayor medida a que tomaba mucho y con frecuencia vomitaba en sus mismas ropas o limpiaba el vómito en su cuerpo con sus prendas, podía apreciarse algo parecido a caMiriam Caballeroones y papilla impregnadas en su extenso pecho, pero si este era asqueroso el siguiente estaba en otro nivel.
A diferencia del primero cuyo rostro aparentaba una edad de por lo menos unos 40 años, este segundo era un viejo, un anciano, traía en su cabeza un pasamontañas, barba ceniza y muy poblada, su rostro lleno de arrugas y verrugas, pero lo más espantoso era su boca, casi en su totalidad desprovista de dientes, solo se alcanzaban a visualizar cuatro piezas adornando su boca, de esta escurría baba y no solo eso, de sus fosas nasales escurría también una gran concentración de mucosa verde, este no era tan gordo, su cuerpo más bien tenía la forma de una pera, poco pecho y algo de panza, e igualmente vestido con ropas andrajosas y acompañado de un perro que no dejaba de ladrar, la razón por la que este otro viejo también apestaba era que venía cagado de sus pantalones, y una superpoblación de moscas tanto en sus nalgas como arriba de su cabeza adornaban a tan repulsivo sujeto.
-señor por favor creo que ha habido una confusión, permítame escoger otra vez quiere- la chiquilla se había echado para atrás al contemplar la inmunda atrocidad que le esperaba, hasta experimentaba un tip nervioso en su ojo izquierdo.
-nada chiquilla, tú escogiste, ahora cumple, bueno caballeros ustedes han sido los ganadores, ahora preséntese ante la señorita-
-la verga, yo vengo porque a mí me prometieron comida- dijo el más gordo.
-no seas pendejo Culandro, yo te decía que solo nos llaMiriam Caballeroon pa´ corretearnos con agua fría por lo de la otra vez- dijo el moquiento, aspirando su asquerosa mucosidad.
Don Culandro (el gordo) y Don Penesio (el anciano), no eran sus nombres reales pero así se hacían llaMiriam Caballero y así les pusieron los vecinos, eran dos vagabundos que también tenían la maña de robar a quien vieran no pertenecía a los alrededores, acompañados de su fiel Rintintín, un aberrante y enorme perro negro sarnoso, pulgoso y rabioso, de raza desconocida o aun no clasificada, hasta por momentos se dudaba que eso en realidad fuera un perro.
-se equivocan caballeros, están ustedes aquí presentes para disfrutar de un dulce manjar, ven a esta niña, pues pueden hacerle lo que quieran, es una puta que hemos rentado para ustedes, como un obsequio por ser tan buenas personas y limpiar estas calles de toda la basura que arroja la gente, no se preocupen está domesticada, así que adelante, se vale meterle la verga, maMiriam Caballerole la panocha y vaciarse donde ustedes quieran y cualquier berrinche o negación por parte de esta francesilla pendeja se analizará para su respectivo castigo, así que adelante, sírvanse- invitaba el obeso de Pancho mientras él tomaba asiento en una silla ubicada enfrente del sillón donde esperaba la nena, ya Lucio y Felipe había tomado sus respectivos lugares.
-ohh, apoco es francesa?- preguntó Culandro.
-no, pero parece- dijo Pancho.
Los viejos errantes observaron detenidamente a la preciosidad ahí sentada, tenían mucho tiempo que no cogían, al menos Culandro, Penesio tenía mucha más experiencia en el ámbito sexual pero solo con perras pulguientas y así sin lavárselo guardaba su aparato entre sus pantalones cubierto por cualquier cantidad de extrañas fragancias y enemas caninos, ya que no había hembra humana en el mundo que quisiera tener un momento de lucidez con tan desagradable y cagado sujeto.
Por eso con el simple hecho de ver en primera fila a una perfecta ejemplar de hembra de su ahora sí misma especie no pudieron evitar experimentar una rara sensación en sus pantalones, algo entre sus piernas cobraba viva y se erigía poderosamente mientras iba casi desbaratando los trapos esos que ellos mismos llamaban pantalones así como desprendiéndose de costras de mugre que literalmente formaban una armadura que cubrían sus miembros y que se partían conforme las vergas resucitaban.
Los desagradables viejos se acercaban a la nena quien veía aterrada el aspecto visual y edades de los sujetos que disfrutarían de sus servicios, sus manitas comenzaron a sudar y su cuerpo se puso extremadamente tenso, cuando los viejos se sentaron junto de ella no pudo evitar expresar un gesto de vómito, y es que el olor era insoportable que hacia llorar sus ojitos, sintió como una de las tantas manos se posó sobre uno de sus pechos y comenzó a masajearlo, ella intentó retirarlo con su mano pero le fue inútil, otra mano había asaltado ese salvador bracito y de paso se lo había cubierto de suciedad, la futura modelo podía escuchar el zumbido que venía a partir del aleteo de todo el enjambre de moscas que revoloteaban para allá y para acá y que ya empezaban a pararse sobre su cuerpecito y friccionar sus patitas.
La cochina mano seguía masajeando ese perfecto, redondito y paradito seno mientras otra se posaba sobre la torneada y carnosa pierna de la fémina y principiaba un calloso recorrido hacia arriba dejando una impregnosa Miriam Caballeroca de suciedad y algunas flemas, Dulce sentía como ya eran tres manos las que tallaban su cuerpo, se preguntó por la cuarta, que estaría haciendo, así que desvió su azulada mirada para contemplar con terror como esta cuarta mano masturbaba una imponente verga, la verga de Don Culandro era enorme, gigantesca y muy gorda, de nada había servido que hubiera rechazado la de Pancho si esta estaba en igualdad de condiciones y longitudes.
-vamos zorra muéstranos tus chiches, anda!!- el pervertido de Penesio con todo y mocos en la cara y barba ordenaba, su aspecto era de lo más repugnante e intimidaba a la nena con solo saber que existía.
La nena conmocionada solo volteaba a ver al trio de depravados quienes bebían cerveza sentados como si estuvieran disfrutando de algún entretenimiento televisivo, pero a la vez veía una moruna en las manos de Felipe y recordaba sobre el supuesto castigo que tendrían sus negaciones, así que esperando unos minutos en donde disputaba sus sentimientos dentro de su avara cabecita llevó sus manitas atrás de su nuca, lentamente deshacía un nudo para de esta manera el sugerente escote fuera deslizándose hacia abajo hasta que aparecieron ante todos los presentes los carnosos pechos de la joven modelo, los cuales se mantenían exquisitamente levantados en una muestra por ofender o faltarle al respeto a la gobernante fuerza de gravedad.
A Lucio hasta le salió la cerveza por la nariz, nunca había contemplado en su vida unos senos desnudos tan perfectos, tallados por las mejores y más profesionales manos escultoras, lucían muy blanquitos, limpios, sin ninguna mancha o arruga o señal de flacidez, grano, verruga o algún vello o lunar que pudiera aparentar paño, adornados por un par de finos pezones y rodeados por unas hermosas y cautivantes aureolas rosadas y completamente erguidos ya que a raíz de que el escote fue retirado estos conservaban su misma posición en un afán por mentarle la madre a la poderosa fuerza de atracción; Pancho, al ver como esto empezaba a toMiriam Caballero formas decidió mandar a Lucio a cuidar la entrada del edificio por cualquier cosa que pudiera solicitársele tanto a él como a Felipe y de esta manera no subiera alguien más que pudiera interrumpirlos.
Lucio reclamó pues por nada del mundo quería perderse ese inigualable espectáculo tan insólito, y eso que apenas iba a sacarse la verga para masturbarla, pero fue silenciado por el portentoso sujeto.
-mira pequeña sabandija, está claro que no pueden ir ninguno de los invitados que en estos momentos disfrutan de la piruja esa, tampoco puede ir Felipe porque es el dueño del edificio y tiene ese derecho, así que solo quedamos tu y yo, dime, como podemos decidir quién de nosotros dos irá a cuidar y se perderá de este momento…………….. anda dime- dijo el descomunal sujeto levantándose de su asiento y sacando todo su pechaje, quitándose la camisa y mostrando cualquier cantidad de cicatrices y tatuajes, tantos que era casi imposible colocar uno más.
Lucio comprendió entonces que nada tenía que hacer allí, así que derrotado y humillado en cuanto a condiciones corporales salió cabizbajo por la puerta, maldiciendo al gordo y a su inferior genética corpórea.
La pornográfica escena se reanudó, como becerros ambos vagos se pegaron a cada uno de los senos, lambiéndolos, pasándoles sus asquerosas lenguas y de esta manera comenzar a impregnarlos con un maloliente brillo, mientras Culandro jugaba con su lengua revolviéndose en un pezón, Penesio con su babeante y chimuela boca succionaba el otro como si quisiera absorberle toda la carne que en él se encontraba, llegando a enterrar uno de sus venenosos dientes en esa suave y tersa piel.
La nena reaccionó con un grito e intento de evadir la horrenda cara, pero el solo ver al viejo le daba hasta asco tocarlo, le provocaba nauseas tocar esa cara incluso para retirarla mientras esto era aprovechado por el viejo para darse el mejor festín de su vida y devorar chiche como si esto fuera la única y exclusiva razón por la cual fue enviado a este mundo, estaba tan concentrado que ya comenzaba a ejercer movimientos representativos del acto carnal, impulsaba su pelvis y esta comenzaba a friccionar su babeante instrumento en las tremendas caderas de la joven hembra.
Ella se incomodó y alejó su cuerpo del desalmado y caliente viejo que se restregaba en su escultural figura próxima Miss México pero este movimiento solo hizo que se acercara al otro sudado sujeto que ya, junto con su compañero, habían agriado el ambiente con olores propios de las trocadas y zurradas provenientes de ambos.
-noo!!!, basta, esto es demasiado!!!- la nena se incorporaba ante el asombro de los presentes.
-que pasa puerca, apenas y te iba a dar un besito jejejeje- dijo Culandro.
-no puedo, por favor, esto es tan asqueroso, ustedes realmente apestan, moriré si respiro otros segundos más su hedor- decía la joven mientras tapaba con sus manitas sus babeados senos.
-por favor señor, no habrá otra forma de arreglar esto- decía la nena dirigiéndose a Pancho pero la verdad es que, ¿Qué era lo que la nena quería arreglar?, no les debía dinero, no estaba involucrada en nada, su único “pecado” se podría decir era haber salido tan buena, sentirse superior a los demás y haber caído en las malvadas garras de Pancho.
-así que nos dices apestosos, nosotros no tenemos la culpa de no ser finos como tú y poder bañarnos todos los días, si yo tuviera agua me bañaría, así que ven y siéntate con nosotros o si no Rintintín te enseñara a respetarnos- dijo el panzón de Penesio, mientras el aMiriam Caballerorado Rintintín comenzaba a ladrar como el mismísimo Cerbero, tiraba de su cadena intentando liberarse llegando a mover el pesado mueble de donde yacía aprisionado.
-que te sientees!!!!!!!!- Culandro jaló a la desescotada nena de una de sus manitas y fue a caer nuevamente en medio de ellos.
-ahora vamos a darnos unos buenos besitos entendiste, y si me muerdes la lengua te suelto al Rintintín, que mira que él también tiene un tiempo que no ha probado hembra jejejeje- la nena era amenazada por el putrefacto de Penesio, quien se quitaba su camisa para estar parejo con Dulce.
La nena al escuchar esta aberrante amenaza se puso fría de todo su cuerpo, llegándose a ver hasta azul de su carita, y es que el simple hecho de pensar que la echarían a coger con ese perrote le ocasionaba un trastorno muy fuerte que quizás ni el mejor psicólogo con sus terapias propias podrían aliviar, el perro en cambio también tenía su roja verga bien parada, al parecer hasta él disfrutaba del momento.
El viejo Penesio dejaba contemplar a su preciosa amante una figura fofa, el viejo era moreno de la cara y brazos pero al liberarse de su atuendo dejó ver que de su cuerpo era más claro, en la parte que era cubierta por su trapo, un abundante bosque selvático adornaba solo en medio de sus pechos y una caída y arrugada panza bajaba hasta tapar el mecate que servía como cinturón de su pantalón, así fue como comenzó un forcejeo entre este viejo y Dulcecita pues él quería meterle su sucia lengua en su boca y ella por razones obvias lo impedía, mientras Culandro se dedicaba a lamer a la nena de sus magistrales pantorrillas; Dulce no era una modelo delgada, era más bien de esas modelos vulgarmente voluptuosas y cuyo cuerpo o mejor dicho caderas hacían estirar esa pequeña falda hasta el desgarro, notándose perfectamente donde acababan las nalgas y donde comenzaban las piernas.
-nooo, suélteme malditoo- la nena se resistía, pero vanos fueron sus intentos pues en poco tiempo el asqueroso de Penesio metió hasta dentro su por demás repulsiva y vomitoria lengua y comenzó con un remolinesco movimiento acaparando toda la fresca extensión bucal que pudiera conquistar de la señorita.
Ella tosía pues sentía su boquita llenarse de babas, las cuales comenzaban a escurrir por las barbillas de ambos amantes, desesperada luchaba ante la aberrante situación pues sumada al hedor le estaba resultando psicológicamente traumante, su boquita pronto se volvió a llenar de saliva pero ahora no podía escupirla pues los labios del viejo formaban un sucio tapón en sus rojos labios de actriz porno así que por reflejo no le quedó otra que mover su lengua, que más que para lograr algo era más que nada para estar en movimiento pues Culandro ya le había sujetado de las piernas, la lengua de Dulce se encontró con los pocos sobrevivientes dentales del pervertido, eran más grande de lo normal y pudo sentir como en cada roce de su órgano lingual se desprendía una rara concentración de algo por parte de estos.
En poco tiempo se comenzó a escuchar un desquiciante sonido húmedo, proveniente del constante choque de ambas lenguas cortejándose, que solo puso bien duros tanto a Felipe como a Pancho al imaginarse la fuente que producía dicho sonido, para esto el viejo Penesio con una de sus manos había aferrado la barbilla de la nena para de esta manera poder darle sus mejores y más obscenos besos de lengua, la nena mantenía un rostro entre asustado y asqueado pues era heroico estar soportando a ese viejo que muchas veces fue corrido de la cantina por andar faltándole al respeto a las empleadas de Felipe, la falda de la nena se había levantado hasta casi la mitad de su ejercitado trasero y dejaba ver los blancos y apretados calzones de la chiquilla formados por finos encajes en los laterales, Pancho y Felipe no daban crédito a lo que su cerebro procesaba mediante sus calientes miradas y empalmados masturbaban sus grotescas vergas listas para entrar en acción.
Culandro al ver la infernal imagen de esos blancos calzones apretarse exageradamente en ese ejemplo de culo bien hecho comenzó a realizar movimientos perrunos, rozando su monstruosidad entre las carnosas nalgas de dulce quien podía sentirla aun sabiendo que esta volvieron a refugiarse entre los pantalones del tipejo, de repente sintió como algo húmedo había chocado con su espalda, Culandro había arrojado un cuantioso y pegajoso escupitajo en ella y esta asquerosa secreción venia resbalando por toda la zanja y algunos músculos que se Miriam Caballerocaban ligeramente en la femenina espalda de la joven edecán.
-no, no haga eso- decía la chiquilla quien para hablar tuvo que liberarse de la sucia boca de Penesio, pero este otro depravado volvió a llevar su boca hasta esos tentadores labios para volver a fundirse en un malsano beso de lengua, la nena poco a poco se iba sonrojando de su carita pero más que por sentir bonito era por la situación de alcanzar a observar a los otros dos viejos masturbarse con la visión de su cuerpo, llegándose a sentir como una especie de instrumento exclusivo para disfrute de machos, que ha decir verdad, eso es lo que representa esta nena en las pasarelas pero visto desde un punto más maquillado.
De repente la nena mordió el labio de su improvisado amante, este se emputó y le pegó una cachetada por tremenda osadía, Dulce no lo había hecho por asco, no fue esa su intención, fue porque Culandro había hecho a un lado su calzón, se había ensalivado dos de sus dedos todo con la finalidad de lubricar a la cálida chiquilla y había comenzado con un morboso refrego sobre su conchita, pero el viejo se llevó la sorpresa de que la nena estaba mojadita, su sexo se sentía calientito, así que continuo pues la experiencia para él era enloquecedora, ya ni recordaba cómo es que se sentía un sexo femenino en proceso de lubricación y este además estaba ausente de cualquier vellosidad por lo que su piel era tan suave casi comparado como acariciar un durazno.
-zorra hija e puta, me vuelves a morder y te muelo a golpes entendites- dijo el satanizado viejo mientras desabrochaba su mecate.
-ora si vas a ver hija e puerca, esta me la pagas- decía el dañado sujeto.
El viejo bajó sus sucios pantalones dejando ante la mirada atónita de Dulce su verga de 23 centímetros, morada tirándole a negra de su glande, lucia tremendamente brillosa, de su punta colgaba un hilo de una rara sustancia parecida o de consistencia similar a la clara de un huevo, su glande apestaba a verga no lavada en meses, estaba atascada de suciedad, era posible visualizar tremendos restos de cosas blancas y algunas aMiriam Caballeroillentas que muy posiblemente habrían sido blancas con anterioridad pero ahora estaban añejadas.
-no por favor eso no- dijo Dulce pues sabia las claras y maquiavélicas intenciones del dueño de sus besos, Penesio la iba a poner a maMiriam Caballerole la verga.
Pero la esculpida nena pronto se sintió desprendida de otra de sus ropas, y es que el bribón de Culandro había tomado sus finos calzones de cada uno de sus laterales y aprovechando que la nena se distrajo reverenciando la amenazante verga jaló la ajustada ropa interior de ella sacándosela por completo, ni siquiera le dio tiempo a esta chiquilla de cerrar sus muslos, cuando sintió ya enseñaba a este otro vago su cajeta completamente desprotegida.
El chueco Culandro tomó los calzones de la nena y los enseñó levantando la mano, como si este hubiera sacado de la piedra encantada a la mismísima Excalibur, y emitió un grito vencedor, pero Penesio quiso reclaMiriam Caballero para sí tan anhelado trofeo, así que comenzó una serie de fuertes jaloneos por parte de los viejos peleándose por las pantaletas de la fémina y es que cada uno quería ser el primero en aspirar la caliente y lubricada esencia de hembra humana.
Era tal su desesperada contienda que ya habían roto la suave prenda de uno de sus elásticos, Dulce por lo tanto seguía en medio de estos dos animales, había adoptado una postura casi de perrito pues una de sus piernas se apoyaba del suelo, de esta manera podía sentir empellones en su culo por parte de Culandro en su riña, mientras la verga de Penesio al estar parada chocaba, punteaba y cacheteaba su carita debido a los bruscos movimientos del vejestorio, la nena no se daba cuenta que su hermoso rostro digno de aparecer en las portadas de las más reconocidas revistas estaba siendo embarrado por muchos de esos sedimentos blanco-aMiriam Caballeroillentos que escurrían de la verga de Penesio.
Fue en esta competición por conocer quién sería el ganador en donde ambos viejos totalmente desesperados jalaron la prenda y esta se estiró tanto del otro de sus elásticos que salió disparada de las manos de ambos, los viejos veían como esta deliciosa prenda casi en cáMiriam Caballeroa lenta llegaba hasta los territorios de Rintintín, rápidamente el perro le puso una de sus patas encima y comenzó a olfatearla por un buen rato, con su espumoso hocico mordía y estira dicha prenda, jalándola y sacudiéndola como si hubiera atrapado algún tlacuache y sin más comenzó a masticarla mientras gruñía y enseñaba sus fieros colmillos ante la intención de alguno de los presentes por quitársela de sus fauces.
La señorita Fuentes, ahora solo vestida con sus tacones y su falda, aprovechó la distracción de los viejos para escurrirse como alimaña bajándose del sillón pero sus movimientos fueron advertidos por Culandro quien fue a su captura, agarrándola de los pelos casi queriéndole arrancar el cuero cabelludo.
-a donde hija de puta!!!!!!!, pendeja zorra creites que te nos ibas a escapar!!!- dijo el viejo mientras empezaba a jalarla como cual trapo viejo o jerga para trapear el piso hasta llevarla de nueva cuenta al viejo sillón nido de tarántulas.
-por favor suélteme, me duele- la nena solo pataleaba y aferraba sus delicadas manitas de princesa en contra del gordo brazo del recolector de botellas, una vez en el sillón el gordo Culandro sentenció.
-ahora pedazo de perra, me vas a dar las más sabrosas de tus mamadas o de lo contrario te echo a Rintintín pa´ que te coja, entenditeeessss!!!!!- rugió el depravado Culandro quien la miraba con sus ojos completamente sulfurados mientras la nena lo miraba con su carita de niña asustada y ojos vidriosos, temblando ante su visible inferioridad.
Mientras Culandro se iba desvistiendo la nena observaba como Penesio, con verga de fuera, se sentaba al lado suyo mirándola de manera retorcida, sonriéndole y enseñándole sus podridos dientes y como a partir de su sonrisa se escapó una putrefacta esencia que le llegó hasta su pequeña naricita. La nena apartó su mirada de tan horroroso sujeto solo para darse cuenta de que Culandro ya estaba listo, su ruda verga de 22 centímetros y apestando a rayos apuntaba directo a su boquita, esa boquita que tantos muchachos admiraban, que muchos llegaron a imaginarse pegada entre sus labios, intentado prefigurar el sabor de sus besos y que ahora dicha boquita sería mancillada por una verga que, para que describirla, si el lector ya anticipará las sépticas condiciones en que se encontraba.
-chúpamela perra, anda, chúpamelaaaaa!!!!!- decía el exasperado gordo ligeramente inclinado hacia un costado debido a su rara malformación en una de sus extremidades inferiores.
Dulce se resistía a realizar tan desatornillada labor, esto no era para nada estimulante ni gratificante, su panocha estaba mojadita pero era porque de por si siempre se humedecía debido a una extraña anomalía en cuanto a su lubricación, no porque estuviera excitada, la chamaca al ver como el viejo levantaba uno de sus brazos para darle una cachetada solo atinó a alegar.
-no espere, está bien, ya se la chuparé, pero por favor no me pegue-
-pues qué esperas!!, anda!!!, o te echo a Rintintín!!!!- el perro no dejaba de ladrar en cada momento en que era mencionado, como si también estuviera pidiendo su parte.
La nena tímidamente abrió su boquita, pero no llegó a engullir tan fétido aparato, retrocedió, volvió a abrirla pero de igual manera se echó para atrás, estuvo así otras cuatro ocasiones, en donde solo abría su boquita, que lo único que hicieron fueron impacientar al viejo Culandro, este tipejo al ver que la nena estaba de zorra calienta vergas decidió toMiriam Caballero cartas en el asunto, así que con un fuerte envión que tomó a Dulce por sorpresa mientras ella abría otra vez su boca, logró meterle más de tres cuartas partes de su cochambroso miembro hasta casi tocarle la campanilla.
Dulce peló los ojos pues el viejo prácticamente la había desvirgado de la boca, la entrada fue violenta, de no ser porque su verga se dobló hacia la garganta esta le hubiera salido por la nuca, Culandro la tomó ferozmente de su cabecita y comenzó a descargar todos sus años de sequía sexual en contra de la boquita de la joven modelo, los brutales azotes que el viejo proporcionaba a su bella sometida eran perturbantes, para poder tener mejor acomodo y de esta manera sus embestidas fueran más potentes apoyó uno de sus pies sobre el sillón dejando la pata mala apoyándose del suelo, para así continuar con su barbarie.
La pobre y malaventurada niña solo se limitaba a recibir las tremendas embestidas, sus modestos ojos azules apenas y podían apreciarse pues cada empellón los obligaba a cerrarlos, la nena solo podía abrirlos para contemplar como la grotesca panza del viejo se dirigía velozmente hasta su carita al punto de chocar con ella, sintiendo como esa grasosa bola de pelos raspaba su cuidado cutis, sintiendo como algo verdaderamente grueso hacia expandir su conducto esofágico, la nena comenzaba a experimentar una apresurada inundación producto del estanque salival que se estaba formando dentro de su boquita y que comenzaba a derraMiriam Caballerose en forma de densas y enormes gotas de babas que caían hasta el precipicio.
-gluuppp!!!, ahhhgggggg!!!!,- la nena se ahogaba ante tales fieros movimientos sumados a la desmesurada medida vergal que se enterraba hasta lo más profundo de su garganta, cosa que la estaba haciendo casi desfallecerse.
El poseído sujeto estaba en un sueño epopéyico al estarse cogiendo la boquita de tan agraciada chiquilla, sus poderosas irrupciones hacían vibrar todo el potente cuerpo de la joven hembra, sus cabellos, sus manos, su cabecita, y más notoriamente sus senos eran sacudidos ante las salvajes acometidas de un hombre en completo estado de abandono racional, el anciano de Penesio no quiso quedarse sin su parte así que incorporándose hizo a un lado a su desnivelado amigo, si bien Culandro era gordo y este otro era un abuelo panzón, se podría decir que el nivel de fortaleza entre ambas bestias era similar.
Cuando Culandro sacó su barreno de esa boquita se impidió que Dulce pudiera cerrar su boca, ya que al contrario, su boquita quedó despilfarrando saliva y completamente abierta como si estuviera esperando que la verga que la mancilló se alojara nuevamente, en su interior podía verse su lengua revolviéndose entre las mezclas de babas y líquidos aceitosos, una gran cantidad de pelusas y residuos yacían naufragando entre dicho océano viscoso y muchos de estos desperdicios caían por efecto de catarata que adquiría la saliva una vez que llegaba al final de los labios de la nena.
El viejo Penesio se acercó a divisar tal hecho, o al menos esto se pensaba cuando acercó su feo rostro a la boquita de Dulce, pero lo que hizo este depravado enfermo fue mandarse uno de sus mejores y más potentes escupitajos el cual entró limpio dentro de la cavidad bucal de la edecán, la nena estaba tan desconcertada que no atinó a mostrar signos de repugnancia, se quedó toda selemba hasta que la nueva y aún más pestilente verga se alojó entre sus labios.
De esta manera el puerco anciano empezó de igual forma a masacrar la dulce boquita de la muchachita, sus manitas no luchaban, solo se mantenían asentadas en las piernas de su verdugo, hubo un momento en que Dulce sintió como algo muy pesado había caído en su pelo y bajaba a velocidades contantes por su frente y nariz, al principio se creyó que era baba del viejo lo que venía bajando debido a su emoción de meter esa verga (que por cierto era la verga que penetraba perras y recién no tiene mucho había penetrado a una) pero cuando a la acaudalada chiquilla se le ocurrió mirar hacia arriba para comprobar su teoría se dio cuenta de que se trataba de otro tipo de líquidos, una enorme cantidad de mucosa verdosa se había desprendido de la nariz del chimuelo y venia corriendo hacia abajo, la nena sentía como esta asquerosidad poco a poco se acercaba a su pulcra boquita pero cuando estaba analizando esta situación esa patógena sustancia ya se había fusionado con las babas que batían dentro de su boca, la verdosa esencia dejó en todo su recorrido un rastro similar al que dejan las babosas cuando se arrastran.
Por un extraño instinto de supervivencia o de defensa la adinerada modelo cerró sus labios, apretándolos contra la sucia herramienta, todo esto quizás en un intento por evitar que entrara más de esa mezcla proveniente de la nariz del viejo, ya que de sus fosas nasales se advertía un segundo e igualmente cargado desprendimiento, pero esta acción fue muy bien aceptada por parte del viejo, ya que sentía extremadamente delicioso que su verga entrara y saliera mientras era friccionada por los carnosos labios de Dulce, los cuales habían perdido toda prueba de su brillo labial, por el contrario habían adoptado una capa blancuzca, formada a partir del atoro de los desechos espermáticos que formaban el antihigiénico sedimento.
El viejo loco reclamaba y reconocía esa boca como suya y en un intento por completa colonización apretó con una fuerza demoledora la carita de Dulce contra su barriga peluda, la nena en un acto reflejo quitó sus manitas de las piernas del viejo para subirlas aún más llegando hasta las peludas y planas nalgas del sujeto pero sintiendo una rara consistencia amasada, espesa, impregnada en el trasero de Penesio ahora adhiriéndose en sus deditos, la pobre chiquilla no sabía que el anciano venía zurrado.
Pero Culandro quiso tener aún más de esa boquita de diosa y no estimando que la boca de dulce estaba albergando la descomunal barra de Penesio metió a Miriam Caballerochas forzadas su desmedida vaina, con mucho esfuerzo el trozo de Culandro se iba abriendo paso entre los apretados labios de la nena los cuales se negaban a recibir dos vergas al mismo tiempo, posiblemente no le cabrían debido al inimaginable grosor de ambas, pero con mucho esfuerzo el gordo logró su cometido otorgándole a Dulce un agudo dolor en su mandíbula casi al grado de llegar a la dislocación, la nena ahora daba asilo a dos terribles y muy apestosas vergas que la ultrajaban a partir de severas estocadas proporcionadas de manera humillante y sincronizada, ahora la moquienta era ella pues de sus fosas nasales escurría este tipo de secreción.
Varios minutos más pasaron para que los viejos pordioseros pudieran estar fuera de la boquita de Dulce, la vejada chiquilla yacía sentada en el sillón con su mirada perdida, de sus labios se apreciaba que mucha saliva fue expulsada, de sus ojos bajaban muchas líneas negras debido a su rímel corrido, su cabello estaba más que alborotado pareciendo una peluca mal puesta, sus chiches al aire y sus piernas muy bien cerradas mientras aún conservaba tanto su falda como sus tacones, de la joven modelo de hace unas horas solo quedaba el potente cuerpo, mientras tanto los viejos estaban parados frente a ella, ya desnudos, con las piernas de ambos cascorvas, sus vergas señalando a la niña y cubiertas por una gruesa capa de saliva en donde varios colgajos de la misma formaban algo similar a estalactitas cavernarias
-bueno pues quien va primero- preguntó Culandro refiriéndose a la penetración vaginal.
-yo, yo iré, apártate gordo- Penesio se le adelantó, el viejo solo se mantenía vestido con su gorro pasamontañas.
Cuando la nena vio que uno de los viejos se acercaba nuevamente se dio a patalear y suplicar misericordia como si fuera el mismo Dios el que estuviera presente, pero el viejo poco le importaba, según ellos esta era una puta alquilada y se les había pedido una cooperación para su participación, dicha cooperación no era nada en comparación a lo que pedían las prostitutas gordas de allá afuera y con el rendimiento de que esta puta estaba mucho mejor que cualquiera de esas que cobraban exorbitantes cantidades por mercancía mallugada y agujeros en pésimas condiciones, sin mencionar lo viejas, gordas y feas.
El anciano mandó una de sus más fieras cachetadas para asosiegar a la nena, aprovechó el momento de desconcierto que en ella había causado el golpe para despojarla de su falda de la manera más bruta, colocó su mórbido cuerpo entre las esculpidas piernas de la modelo, acomodó su babeado instrumento en la entrada de la conchita de ella y sin más se dignó a mandarse el primer empujón, al parecer el viejo tendría un privilegio mayúsculo, que nadie sabía, de lo contrario el mismo Pancho hubiera reclamado para si ese derecho, y esto se constataba en la estoica defensa que la panocha de la nena estaba realizando en contra de tan nauseabunda verga.
-jejejeje, según tu muy vergas Penesio, y no puedes metérsela a esa putilla- decía en forma de burla Culandro.
-es que esta perra está bien apretujada, mi verga ni va a cabeeeeerrrrr!!!!!!- bramó el viejo al sentir como su glande empezaba a resbalar hacia adentro, al parecer los vaginales labios de la nena empezaban a sucumbir.
Por un rato el viejo Penesio estuvo en su faena penetrante, comenzó a sudar cantidades industriales y estas bañaban el cuerpo de la también sudada Dulce quien se aferró del viejo mientras su carita mostraba que efectivamente la verga hacia su entrada trigarante, hubo un momento en que la ya también mugrosa Dulce expresó un rostro de espanto, la pestilente verga de Penesio había entrado en toda su dimensión.
Felipe y Pancho, y más que nada Culandro, quedaron como unos pendejos al escuchar la escandalosa noticia que de los labios del viejo barbón se parloteaba como si se hubiese hecho el más grande descubrimiento científico, y es que lo que a continuación relató el anciano moquiento era algo que rebasaba todas las expectativas lógicas de la libertina chiquilla considerando precisamente eso, su libertinaje.
-jejejejejejejeje, jejejejejejejejejej, jejejejejejejejejejeje- primero una risa macabra proveniente del más bajo nivel del inframundo se escuchó pero después vociferar a todo pulmón lo virginal de la nena.
-es virgen (en voz baja), es virgen (un poco más fuerte), esta zorra era virgeeeeeennnn!!!!!!!! (Berrido)-
-esta zorra era virgen jajajajajaj!!!!!!!, y yo fui el primero!!!!!!!!!!- gritaba Penesio con lágrimas de felicidad en sus ojos.
Ninguno de los ahí presentes creían tan presumida afirmación así que sin más se acercaron para constatar lo dicho por el panzón anciano, a medida que se acercaban podían apreciar como efectivamente el viejo aun clavado pero mostrando parte de su aparato ensangrentado tenía razón, decía la verdad, ¿pero cómo si todos creían que Dulce era una zorrita que asistía a antros y fiestas?, la apenada y ruborizada Dulce mantenía sus dos puños cerca de su carita y pensaba en esa vez que su novio según la había desvirgado pero que ocasionó una fuerte pelea puesto que Dulce no sangró, llevando a esta pareja al borde de la separación debido a que el macho de Dulce desconocía que muchas veces una hembra no sangra en su primera vez, o quizás su arma era muy pequeña y no alcanzó a ocasionar tal daño.
El tener sus manitas tan cerca de su cara llevaron a Dulce a aspirar una rara y fétida fragancia, volteó a ver de qué se trataba comprobando que había mierda en sus deditos, “iiiiiuuuuuuu que asco, maldito viejo asqueroso” pensó y rápidamente los talló en el viejo sillón como si quisiera desprenderse de su misma piel.
Aun así Dulce sentía dolor, y más lo sintió cuando el viejo Penesio comenzó a embestirla, una fuerte punzada nacía en su vagina en cada uno de sus vulgares empalamientos y se extendía como si recorriera un gran nervio por todo su vientre, senos y así hasta llegar a su cabeza y manifestarse en forma de punzada, en pocas palabras, un doloroso camino que la surcaba a la mitad de su cuerpo, algo que la partía por dentro.
Y así con estos tres envidiosos viejos observando la penetraciones tan cerca que podían sentir el olor de la sangre virgen emanando de esa rajita es como continuaron una serie de desconsideradas y salvajes picadas de verga en contra de la suave y delicada vagina de Dulce, pero esto no solo era observado por Culandro, Pancho y Felipe, el cuarto donde se encontraban estaba cerrado con una pesada puerta metálica pero cerca de ella había un orificio lo suficientemente grande como para que un ojo humano pudiera evidenciar toda la pervertida escena, y esto era lo que precisamente estaba aconteciendo, había otra persona observándolo todo.
Pancho y Felipe regresaron a su posición, decepcionados, enojados y vencidos.
-puta verga Pancho para que vergas invitaste a estos pendejos, mira que desvirgar a Dulce no chingues-
-yo que vergas iba a saber, esa chiquilla se veía tan puta que yo pensé que ya le habían dado hasta por las narices- alegaba Pancho.
Mientras tanto Penesio seguía taladrando a la pobre y maltratada Dulce quien ya abandonada de toda esperanza se dedicaba a que todo pasara de la manera más rápida, recibía verga por su papaya por parte de este animal sintiendo como sus paredes vaginales se abrían forzadamente para recibirlo, por lo tanto la sangre se iba mezclando con los caldos lubricantes que escurrían bajando por las nalgas de la nena, el viejo tomaba dichas posaderas y las levantaba para tener mejor embiste, ahora si Dulce sentía todos los centímetros vergales en su acalorada y ensangrentada vagina.
Por acción natural el clítoris de la nena empezó a drenarse de sangre y de esta manera aumentó en tamaño y sensibilidad, los movimientos del viejo a pesar de ser inhumanos llegaban hasta tal lugar, llenando de extrañas sensaciones a la nena nunca sentidas con anterioridad cuando con su novio, dicha percepción estaba empezando a aumentar la temperatura en una nena que se negaba a aceptar que se estaba calentando, no por cómo era sometida, pero si en respuesta a una reacción natural por parte de su cuerpo debido a estar expuesta a los placenteros roces que la verga del viejo mantenía cerca de su clítoris.
-nooo, pare por favor- solicitaba la afamada edecán pues experimentaba algo inusual formándose en su vientre.
El viejo no hacía caso, solo estaba ahí embistiendo a la nena, con su horrible rostro sudado y regurgitando palabras obscenas en contra de la rubia chiquilla que tenía debajo, la cual yacía ahora patiabierta, con sus muslos bien expuestos en donde acoplaba como mandado a hacer el cuerpo del anciano, la nena aún conservaba sus tacones, única pernada que la acompañaba puesto que había sido despojada hasta de sus finos aretes, pulseras, cadenas y esclavas de oro por Pancho y Felipe cuando ella llegó aquí.
Pero las blasfemas palabras no era lo único que soltaba el viejo, además de sudor el viejo volvía a soltar una cuantiosa cantidad de mocos los cuales caían hasta el bello rostro de la chamacona llenándoselo por completo, quedando casi irreconocible, pero el viejo ajeno a este asco llevó su viciosa lengua hasta la boquita de la nena aprovechando que esta la tenía abierta y comenzó con una aguerrida lucha lingual en donde la perdedora siempre era la boquita de Dulcecita.
La aristócrata chiquilla sentía eso caliente formándose en su vientre casi de fuera, era una sensación rara y nunca antes experimentada por ella, sus vanos conocimientos la llevaron a deducir que se estaba meando y que si no hacía algo por impedir las penetraciones terminaría haciéndose, esto sería muy vergonzoso para ella pues todos la verían y se burlarían, así que empezó con sus manitas a querer librase de tan desagradable sujeto.
Pero este no cesaba, parecía no cansarse, ya llevaban un buen rato cogiéndosela y este viejo no bajaba su velocidad, al contrario la había aumentado pues el bollo de Dulce había aceptado el cortejo vergal de Penesio, de repente la joven se tensó de todo su cuerpecito, arqueó un poco su espalda exhibiendo toda la potencia y uniformidad de sus pechos, sintió como su vagina se cerraba dejando atrapada la verga del viejo ahí adentro para después destensarse y soltar una importante cantidad de líquido por su conchita.
-ayyy no, me meo!!- gritó la nena pero fue corregida por su mancillador.
-no seas pendeja hija de la chingada, te estas corriendo, te estas corriendo como las perras jejejeje-
-nooo!!, yo no soy……… ninguna perraaaaaa!!!! Aaahhhhmmmmm, que es estooooo!!-
-aaahhhhhh cállate!!!, te corres exactamente igual que unaaa!!!!- el viejo dio un doloroso manazo contra uno de los cachetitos de Dulce, pero ella ni se inmutó, estaba en pleno trance orgásmico que a poco le había sabido el golpe, entonces el macabro viejo barba ceniza le dio otro, y otro más, y uno con más fuerza, y ahora su otro cachete mientras esta nena estaba imposibilitada para ejercer cualquier tipo de reclamo o defensa.
Fue lo más tormentoso pero a la vez lo más delicioso que la nena pudo haber experimentado en su vida, a pesar del momento y la compañía disfrutó su primer orgasmo en casi el minuto que este duró, una vez después de que se corrió su cuerpo fue asaltado por una serie de ondulaciones infernales que hacían moverla como si estuviera siendo exorcizada, aun con verga dentro la nena se movía como pescado vivo metido al sartén.
-ya me toca- dijo Culandro quien había observado todo, Penesio accedió pero solo porque ya se estaba cansando.
-oigan!!!,vagabundos hediondos!!!, ni se les ocurra meterle la verga por el culo a esa puta!!!, ya que la desvirgaron de la panocha me corresponde a mi romperle el culo!!!- rebuznaba Pancho.
-que ahí de mí?- reclamaba Culandro.
-tú ya le desvirgaste la boca gordo trocao- relinchaba Pancho observando desde la silla.
-me vale verga, le voy a dar por el culo pinche pelota playera- dijo Culandro retando a Pancho, al parecer se avecinaba una auténtica lucha de colosos, un duelo de titanes, un choque de trenes, una colisión interplanetaria, la misma Laurasia y Gondwana dispuestas a tectonizarse para forMiriam Caballero de nuevo a Pangea pues Culandro tenía casi las mismas medidas corporales que Pancho, quizás unos 10 centímetros menos de altura.
Pancho aun sin camisa se levantó, cuadrándose a la hora de caminar, dirigiéndose precisamente a Culandro quien desafiaba sus reglas, la indefensa Dulce, toda babeada y despeinada, veía la descomunal genética de las bestias allí reunidas dispuestas a disfrutar de sus encantos, era como estar en medio de un ambiente jurásico, en cada paso que daba las chiches de Pancho se elevaban como senos femeninos así como un horrísono crujido se podía escuchar en el suelo procedente de cada una de las pisadas del bárbaro sujeto, al fin llegó hasta su destino y se puso en posición intimidante.
-si te acercas más te echo a Rintintín,- el perro al escuchar se nombre comenzó a desgastar su garganta en ladridos y gruñidos, estaba furioso pues veía como uno de sus dueños era intimidado
-que me va a hacer ese cochino perro- dijo Pancho acercándose al can, mientras este lo miraba con ojos desafiantes, gruñía casi aventándosele al desproporcionado hombre con cuerpo de morsa, pero Pancho pegó uno de sus característicos y gorilescos gritos territoriales como ese que lanzó en el cine porno espantando a los presentes teniendo la misma reacción en la sarnosa mascota, la cual agachó sus orejitas y comenzó a chillar como un cachorrito al que le acaban de pegar.
-jejejeje, perro pulguiento-
-bueno ya, te dejamos el culo parado, pero que conste que no me doy un trompo contigo solo porque estoy malo de la pata- dijo Culandro, hasta cierto punto tenía razón.
Ya una vez resuelto el malentendido el chueco de Culandro se dirigió a la nena, la cual estaba desnuda y recostada en el sillón como la misma Maja de Goya, esta ya no luchó pues vio que la escena era casi apocalíptica, así que el viejo con toda la paciencia del mundo se fue acoplando en las carnosas piernas de la chiquilla mientras su miembro se fue enterrando dentro de ella lo más lento y doloroso posible, embarrándose esta también con la sangre que aun salpicaba su sexo, así hasta que ambos cuerpos se tocaron de sus pelvis.
Lo que a continuación sucedió fue una casi réplica de la cogida de Penesio, con la diferencia de que ahora este viejo obligó a la nena a chuparle su sangrienta verga mientras Culandro se la cogía de la manera más humillante posible, tratándola como una vil muñeca de trapo, como si esta fuera un juguete, un entretenimiento para su sádica diversión, un hoyo donde se mete la verga, uno de esos juguetes en forma de vulva que venden para disfrute de los solitarios hombres.
El gordo enterró sus dientes entre los alucinantes senos de la chiquilla los cuales se bamboleaban por los fornicadores movimientos soltando gotas de sudor a cada una de las direcciones cardinales, mientras Penesio literalmente la cogía por la boca, llegándola a jalar de manera que la cabeza de la nena quedara colgando del sillón y Penesio diera la impresión de darse de sentones sobre su carita enterrándole su verga hasta lo más profundo de su garganta, dejándola a un paso del asfixiamiento, que quizás hubiera sido lo mejor ya que era el momento en que el culo de Penesio quedaba lo más cerca posible del rostro de Dulce y recuerden, Penesio era el cagado.
La verga del desdentado se enterraba en esa castigada boquita, por momentos se quedaba mucho tiempo ahí clavándole hasta el fondo toda su irregular vaina mientras sus huevos se aplastaban contra la respingada naricita de la nena, impidiéndole el poder respirar libremente, comenzando ella a manifestarse con visibles arcadas que inflaban sus cachetitos lo que indicaban el alto grado de salivación que ahí se debía de estar creando, y cuando la verga era retirada, como lava emanando de un volcán salían las caudalosas corrientes de saliva regando a su paso el inmaculado rostro de la jovenzuela.
El gordo Culandro tomó a la nena y sin el menor esfuerzo la volteó boca abajo, acomodó su tembloroso cuerpo a manera que adoptara la posición de perra y una vez hecho esto se mandó otro poderoso envión que entró directo en esa adolorida panochita, la torturada chamaquita solo se quejó con un casi mugido, el viejo la tomaba de las caderas para equilibrarse comenzando una verdadera carnicería pues la nena más que gemir gritaba como si la estuvieran desmembrando, al viejo Culandro esto lo excitaba y lo alentaba a seguir, mantenerse constante y aumentar el ritmo de sus frenéticas y ferrocarrilescas embestidas de rinoceronte.
Poco después el viejo ya no se satisfacía en esa posición y ahora tomaba a la nena de su cuello, aplicando una especie de llave de lucha libre como si quisiera hacerla que esta se rindiera en un cuadrilátero, y de nueva cuenta principió con otra serie de mortales apuntalamientos los cuales en cada lanzamiento hacían crujir jugosamente la encharcada vagina, para esto Penesio ya había tomado nuevamente posesión de los terrenos bucales de la apetitosa carne que tenía a disposición, pero regresando a Culandro el muy valiente le había sacateado al trompo con Pancho, pero que tal aplicando llave de luchador con una indefensa y maltrecha muñequita.
Esta pose resultó ser más cansada, puesto que Culandro tenía que hacer mucha fuerza en esos constrictores brazos al aplicar su castigo, mientras la pobre nena ya casi sentía que le era desprendida su cabeza del resto de su cuerpo, un dolor y Miriam Caballeroca roja en su cuello quedaron como resultado de tan abominable Miriam Caballerotirio, pero no contó con que el gordo ahora se iría con su fino cabello, el mugriento y grasiento cerdo sin sacar su verga de la panocha de Dulce se aferró de los cabellos de ella, con una mano tomó un abundante mechón y con la otra pues otro, simulando algo parecido a las riendas de un caballo, una yegua, o mejor dicho una potranca a la que le ha llegado el momento para su domesticación.
De este modo se inició la más salvaje de las contiendas jamás vista por Pancho y Felipe, quienes completamente empalmados por los sonidos y olores a sexo reían y brindaban ante la animalesca situación compadeciéndose de ellos mismos de que por lo menos les quedaba disponible el culo de la adinerada, las velocidades de ataque por parte de Culandro aumentaron considerablemente, mientras el pobre bollito de la chiquilla era castigado hasta la saciedad al mismo tiempo que era jalada con fuerza desmedida de sus cabellos, su carita demostraba un aspecto como si no sintiera nada de esto pero claro que lo sentía, solo que el mismo dolor era tan fuerte que se había convertido en una misma anestesia, las nalgas de Dulce estaban al rojo vivo debido al catastrófico choque que mantenían contra la panza del viejo y más rojas se pusieron cuando este animal la soltó de uno de sus mechones para ajusticiársela con lacerantes nalgadas que no se sabían si hacían llorar, pujar o braMiriam Caballero a la hembra.
El que si pujaba era el gordo, se estaba quedando sin energías, su cuerpo estaba tan caliente hierro fundido pero no paraba pues sabía que, hasta quien sabe cuándo podría volver a presentársele una oportunidad así.
-jejeje, así es como tratamos por aquí a las francesitas presumiditas como tú,- bufaba el repugnante sujeto en los colorados oídos de la ocupada muñequita, pero cuando el cerebro de la nena estaba procesando dicha oración pudo distinguir que el que se dedicaba a cogerle la boca también alegaba.
-noooo, nooooo, aun nooooooo!!- justo en ese momento la entrante y saliente verga de Penesio se despanzurró dentro de la boquita de Dulce.
La nena sintió un asqueroso sabor aMiriam Caballerogo, probaba la flemática consistencia de esa inmundicia cuya capacidad de crear vida aún no se había perdido por completo, la nena se comenzó a trocar, a expulsar esa asquerosa sustancia que sentía le estaba llenando su boquita con su pegajoso hedor, lo que de su boca salió era la cosa más desagradable jamás vista en su joven vida, eso no era blanco, era completamente verdoso, y pensar que un trago de eso se la había ido directo hasta su estómago, volteó a ver al viejo deslechado solo para admirar la retorcida imagen que este poseía en su, si eso se podría llaMiriam Caballero cara.
Penesio estaba muy contento, el ver a la nena con su boquita bien abierta y de esta escurriendo su semen era una situación digna de fotografiarse, enMiriam Caballerocarse, mandarle una copia a su madre y pegarla en el refrigerador de su casa, así que chiflando quien sabe que canción se metió su verga dentro de la boquita de la nena para comenzar a revolver el esperma de la misma manera que se revuelve la sopa, desde que la boquita de Dulce había alojado dos vergas esta aún no se había cerrado, para Dulce era imposible realizar esta acción, su mandíbula estaba aparentemente trabada.
Pero el hermoso rostro de la nenita nuevamente se fruncía, pues a pesar de tener impregnada la asquerosa mezcla salida de los testículos del viejo esto no impedía que ella pudiera orgasmearse por segunda ocasión, todo porque el pervertido de Culandro no había dejado de toquetearle el sensitivo clítoris, abriéndose ella de patas para dejar caer su néctar, el cual goteaba desde lo más céntrico de su rajita mezclado con algo de sangre y líquidos lubricantes del viejo.
La nena, como toda una muñeca de trapo, fue volteada a manera que regresara a su posición original o anterior, boca arriba, para nuevamente ser penetrada sagazmente por el despiadado de Culandro quien se había apropiado de ese bollito y más ahora que Penesio se había vaciado dando a entender que estaba fuera de combate.
La nena estaba toda desnuda, su cuerpo estaba muy sucio, lleno de mugre, cochambre, grasas cubriendo su cuerpo, así como vómito pues momentos antes a Culandro lo había atacado una arcada y alcanzó a vomitar llenando de caMiriam Caballerooncitos mal desintegrados por sus jugos gástricos los enormes pechos de Dulce y en su rostro mucho semen y flemas embarradas, la modelo no se había dado cuenta cuando una gran cantidad de moscas mascotas de Penesio y Culandro ya la habían aceptado como un cuarto miembro y revoloteaban al lado de ella, aterrizando sobre su antes pulcra piel, pero aun así en estas arcaicas condiciones la nena siguió experimentado en contra de su voluntad repetitivos orgasmos.
Los orgasmos que la joven experimentó a partir de ahí la fueron dejando sin fuerzas hasta el casi estado de coma, miraba a Pancho y a Felipe masajearse sus vergas con la visible intención de unirse a la cofradía y reconocía que no soportaría tanta crueldad, estos viejos la matarían a orgasmos, miró al techo aun con la esperanza de ver algo que la salvara, quizás un ángel bajando del cielo; sintiendo como su vagina era reclamada para Culandro mientras esta reía de forma mórbida y chocaba esos cinco con su amigo Penesio mientras este sorprendentemente y en contra de todo pronóstico le llenaba nuevamente la boquita con su recuperada verga, de pronto un último orgasmo la abordó, la nena se corría al tiempo que gemía ahogando sus berridos en la verga de Penesio, su lengüita apenas y podía ser apreciada asomando tímidamente tallando el grueso mástil.
Sintió como algo caliente chocaba con sus paredes uterinas mientras escuchaba al viejo Culandro gruñir y repetir una y otra vez que se corría, cabe recordarles que Culandro tenía meses que no cogía ni se masturbaba así que tenía dentro de él todo un almacenamiento de esperma en sus testículos tan abundante como para en caso de una extinción masiva poder repoblar el planeta, y la cantidad de semen fue evidenciada al rellenar por completo la fértil vagina de Dulce.
Primero un ciclo de ininterrumpidas pulsaciones pudieron ser apreciadas atacando la verga de Culandro, indicando que en cada una, una potente ráfaga de prolífico semen era velozmente enviada hasta lo más recóndito de la matriz de Dulce, después de unas diez, doce o quizás quince inyecciones el líquido fue tanto que este comenzó a derraMiriam Caballerose (la verga aún estaba dentro) debido a que ya había rellenado a la modelo por dentro, cayendo sobre el apestado sillón y formando una gruesa posa del mismo.
Por su parte Penesio hacia presión en su verga mientras esta alojaba solo el glande dentro de la boca de la recién fertilizada chiquilla para, en poco tiempo, comenzar a vaciarse también y nuevamente, demostrando las mismas pulsaciones vergales de su pepenador compinche, de igual modo la boca de Dulce no pudo soportar tanto semen y comenzó a desbordarse en este mismo debido a las regurgitaciones de la nena por mantenerse consiente, teniendo que tragarse ahora más porciones de este, sentía la cuantiosa y espesa secreción bajar lentamente por su garganta.
Los viejos experimentaron la más grande y épica corrida de sus vidas, los niveles espermáticos que expulsaron rebasaban lo convencional, el dolor sentido en sus vientres bajos los obligó a doblarse por la mitad y así tímidamente ambos ogros se fueron acomodando al lado y encima de su hermosa y desvirgada doncella, Pancho y Felipe se acercaban a comprobar si alguno de los tres seguía con vida pues ninguno se movía ni nada, los tres cuerpos amontonados lucían inertes y llenos de moscas que se despabilaban ante el acercamiento de Pancho, el ojo que había observado todo tenia ratísimo que se había ido, pero ¿de quién se había tratado?, ¿Quién había estado observando la enferma escena sin poder haber hecho nada?.
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Poco más de dos horas antes, en el cuarto de Pancho…..
La otra despampanante fémina, la Miriam Caballero encerrada se había decidido, utilizaría las herramientas que su amiga le dio para abrir la puerta que impedía su libertad, demoró algo pues la nena era tan femenina para sus cosas, delicada y no acostumbrada a este tipo de trabajos consistente en golpear el cincel con la maceta para que este rompiera la chapa, al final lo logró.
Para Miriam Caballero poner un pie fuera de su cautiverio debió de haber sido algo parecido a la experiencia que tuvo Neil Armstrong cuando se supone puso un pie en la Luna, avanzó sigilosamente entre las sombras, era de noche y su felino camuflaje negro le ayudaba a pasar desapercibida por donde un grupo de borrachos a lo lejos gritoneaban por algún malentendido.
Aprovechó que la cantina podía ser rodeada por un chapeado caminito cuyo final daba a la calle, una vez allí volteó para ambos lados, casi no había personas pero la verdad era que no sabía en qué parte de la cuidad estaba, esperó un rato a ver si algún taxi pasaba pero nada, al parecer la zona era tan peligrosa que ni los taxis entraba, la calle en uno de sus extremos comenzó a llenarse de vagos malvivientes de aspecto drogado y cholo, lanzando botellas de aquí para allá y golpeando coches y todo lo que encontraran a su paso, era un auténtico caos, algo parecido a cohetones se escuchó aún más lejos, o “¿habrán sido balazos?” pensó la nena.
Estaba pensando en regresar al cuarto, la verdad que no sería muy buena idea caminar por la calle en esas condiciones sumado a la provocativa forma que vestía, parecía una puta en todas sus letras, una actriz porno al inicio de una escena gangbang, en eso desvió su verdosa mirada hacia el otro extremo de la calle y descubrió un local que había servido de referencia para la mejor ubicación de un edificio en donde se supone se encontraba su papacito, aun no lo creía pero solo quería comprobarlo.
Así que valientemente y no importando lo que podría sucederle caminó lo más rápido que pudo, su excelso caminado más que para llegar deprisa a algún lugar parecía más para llaMiriam Caballero las miradas de los machos que ahí se encontraban, que en esa esquina eran varios, todos borrachos, y se suscitó una chifladera acompañada de cualquier cantidad de peladeces en donde lo que más se escuchaba eran cosas que podrían hacerle a tan suculenta hembra a la hora de estar en la cama y de cómo sus agujeros podrían ser utilizados de maneras para ella nunca antes escuchadas, una hembra salida de las mismísimas entrañas del infierno y enviada a la tierra a seducir a los machos para de esta manera tenernos asegurados por toda la eternidad en el abismo.
La niña no hacía caso y seguía su camino, bajando su vestido constantemente pues el caminar se lo levantaba, pero Miriam Caballero pasaba por un dilema, el vestido era en extremo corto y carecía de tirantes sumado a los cada vez más grandes orificios que se alineaban a un costado de él, había escogido el más emputecido precisamente para salir esa noche, si lo bajaba intentando cubrir sus piernas este se bajaba de sus senos casi exhibiéndolos en su enorme y carnosa totalidad, de la misma manera si lo subía de su escote este se levantaba de la parte de abajo mostrando a todo transeúnte que por ahí circulaba el nacimiento de sus orgullosas nalgas, si se ponía atención, se tenía suerte y una perfecta ubicación se podía apreciar entre sus muslos una tonalidad negra tapando en donde claramente se encontraría ubicado su sexo.
La nena llegó al edificio buscado, veía que una de las puertas de las láminas estaba abierta así que entró, sin saber que el viejo Lucio, aquel que había perdido su derecho a participar en la anterior escena que en estos momentos aún no se llevaba a cabo, se dio por irse detrás de ella; el viejo dejó que la joven se adelantara pues no quería que advirtiera de su presencia, pero aun manteniendo una considerable distancia podía escuchar el desquiciante y alterante sonido que producían sus tacones en el piso de loseta.
La nena llegó hasta donde unas escaleras, algo le decía que debía de subirlas, que su papacito se encontraba arriba, en el último piso, su idea era liberarlo y escapar de ahí como fuera, subió esquivando cualquier cantidad de cajas viejas, aparatos electrónicos, eléctricos y electrodomésticos robados hasta que llegó al tercer piso.
Allí un largo pasillo con varias puertas encontró, colocó muy sensual uno de sus dedos en sus anhelados labios meditando en cual puerta podría ser, se dirigió a la primera, al parecer cerrada con llave, la empujó pero nada, aunque susurró la palabra “papá” nadie le respondió, caminó a la segunda y lo mismo, decepcionada intentó con la tercera y esta si accedió, pero encontró algo parecido a un salón de clases abandonado, un ruido y unos alegatos llaMiriam Caballeroon su atención, con la respiración profunda elevándole todos sus encantos caminó hasta allá, justo cuando se disponía a abrir la puerta la intimidante voz de Pancho la heló.
El gordo estaba ahí al parecer platicando con otro viejo, después escuchó que se trataba de Felipe y no solo eso, más voces así como un ladrido de perro se escuchaba, pensó que a lo mejor estarían maltratando al pobre animal, ella que tanto apreciaba a los animales en especial a los perros y se indignaba de este tipo de tratos, pensó en socorrer al pobre desamparado, pero como, sus fuerzas eran nulas comparadas con las del viejo quien al parecer tenia compañía, llegándose a pensar que se trataba de toda la banda ahí reunida.
Miriam Caballero pensó que sería mejor abandonar el lugar, si los viejos la descubrían posiblemente ahí mismo se la agandallaban, así que entristecida por el pobre animalito decidió irse de ahí, pero justo en ese momento descubría un orificio en la pared, “y si echo un vistazo” pensó, para de esta manera cerciorarse de lo que estaba sucediendo, así que agachándose muy sutilmente regalándole a Lucio una prefecta visión de su espléndido trasero aun virgen y levantado aún más con la ayuda de las exageradísimas zapatillas de plataforma que portaba asomó uno de sus verdes ojitos por ahí y comprobó lo que ya se venía relatando.
Un par de viejos desconocidos para ella maltrataban oralmente a una mujer, después por algunos movimientos de estos que le permitieron observar a la otra fémina se dio cuenta de que se trataba de una chiquilla quizás de su misma edad, muy hermosa, rubia y de cuerpo muy estilizado, por un momento se le vino a la mente el horrible suplicio por el que ella tuvo que pasar cuando llegó aquí, y enojada apretaba sus puños como queriendo meterse ahí mismo y poner en su lugar a todos para librar de ese sufrimiento a su congénere pero se dio cuenta de que nada podía hacer.
Decidió irse pero antes de despegar su ojito de ahí observó como la monstruosa verga de Pancho le quedaba a escasos dos metros, con solo verla la sentía casi adentro de ella, imaginando la última vez que la masacró empezó a sudar de la parte superior de sus labios, continuo en esa sugerente e invitante pose mientras el depravado de Lucio la veía a partir de donde terminaba la esquina de la pared, este desagradable sujeto ya estaba completamente borracho pero lo suficientemente consiente como para saber que hizo, que estaba haciendo y que quería hacer.
El sujeto de por si era espantoso, y en estado embriagado era lo que se podría decir lo más parecido a un zombie, no tenía mucho control en su cuerpo pero su verga estaba tremendamente embravecida, era de agradecer que este tipejo aun poseía su cabellera casi completa pero terriblemente desordenada, enMiriam Caballeroañada y grasosa, sus abundantes cejas formaban una sola, contaba con unas piernas muy cortas en proporción a su cuerpo y demasiado rechonchas dando la impresión de poseer la complexión de un enano con una estatura un poco mayor, pues la altura de Lucio era la más corta de toda la banda, incluso la misma Miriam Caballero aun sin tacones era 5 centímetros más alta que él y ahora con las zapatillas de plataforma le parecía altísima cuando en realidad la nena apenas rasguñaba el 1.77 mts.
Miriam Caballero seguía toda ida, hipnotizada, viendo como Pancho masturbaba su brillosa herramienta, como aun con su callosa mano, que casi era un guante de béisbol, al abarcarla aún quedaba de fuera poco más de la mitad de la longitud de esa barra, de repente sintió su vaginita nuevamente escurrirse, se dio cuenta que aún tenía un orgasmo retenido y que su vagina estaba más sensible que nunca, sus caderas ya habían adquirido un sutil pero perceptible movimiento de balanceo.
Se dijo para ella misma que quizás podría masturbarse ahí, total que nadie la veía, así que tímidamente llevó su delicada manita derecha hasta donde se encontraba ese trastornante y aromático reducto vaginal, cuando la manita tocó su parte íntima fue capaz de experimentar la más caliente y mojada sensación vulval jamás recordada, su tanguita estaba empapadísima.
Sus muslos se abrieron para permitir mejor el acceso, estirando sus músculos y ligamentos al máximo, sus piernas se veían tremendamente trabajadas, como si la nena llevara años ejercitándolas, sus dedos lentamente llevaron a cabo el primer roce, fue exquisito, delirante, destellante, electrizante, y no pudo quedarse solo con ese, de ahí siguieron más, cada vez más recios e intensos hasta que sin darse cuenta, la caliente chiquilla ya se encontraba gimiendo delicadamente, hay que hacer mención que la nena no se masturbaba con la enferma escena carnal, ella tenía sus verdes ojitos fijos en la pulsante y babeante verga de Pancho, no existía otra cosa.
El equino estaba embrutecido, no podía creer lo que veía, la nena quería verga, se estaba tocando su pepa sin disimulo, y algunos gemidos eran tan audibles que llegaban a los llenos de cerilla oídos de este. Sabía que este era el momento que había estado esperando, quien sabe cómo vergas la nena había llegado hasta ahí, lo importante era que estaba, así que decidió salir de su roedor escondite dirigiéndose a esta muy lentamente, caminando de manera torpe debido a su alcoholizado estado y, una vez estando a escasos tres metros de la chiquilla vestida de prostituta dio un último trago a su mula de a litro para dirigirse a la fémina.
-que vergas haces aquí?!!- Miriam Caballero reaccionó dejando de hacer lo que hacía, quedándose callada.
-te pregunté, que que vergas haces aquí?!!- la nena veía a este viejo mirándola con cara de pervertido, una de sus manos limpiaba el escurrimiento de caña que de su asquerosa boca bajaba mientras la otra empuñaba una moruna como la de Felipe, el viejo chaparro venia armado.
-Don……… Don Lucio, buenas noches, yo estaba, este…… eh, este- la nena no tenía excusa para defenderse, sabía que venía desarmada y eso la ponía en gran desventaja.
-te voy a decir lo que estabas haciendo puta caliente, te estabas rascando la concha, tienes la concha caliente verdad jejejejeje- el impúdico sujeto le regalaba a la nena su sonrisa mas aberrante, cariada y repugnante.
-nooo, no, este yo- la colorada chiquilla había sido descubierta en una de sus zorrerías.
-me estás diciendo mentiroso??- gruñía el vetusto sujeto.
-no Don Lucio como cree, yo, ay no que pena-
-pues ahora mismo me vas a decir que es lo que estabas haciendo perra caliente, o te rajo el frijol (clítoris) con esto- dijo el viejo enseñando su moruna.
-yo, estaba viendo, solo estaba viendo lo que pasa ahí adentro pero ya me iba, adiós, con su permi..- la nena avanzaba hacia el viejo.
-cállate, eso no es cierto, me estas agarrando de pendejo verdad?- el viejo decía todo esto, pero sin gritar, sabía que ante un levantamiento de voz Pancho podría aparecerse y echarle a perder todos sus sueños e ilusiones.
-no no, Don Lucio por favor, guarde eso antes de que alguien pueda salir lastimado- dijo Miriam Caballero pues Lucio comenzó a mandar morunazos al aire, escuchándose como el filo de la hoja cortaba el viento.
-así que estabas viendo?, nada más,- preguntaba el bastardo.
-sí, se lo juro-
-te diré algo, te dejaré ver otro poco con la condición de que yo pueda ver contigo, los dos juntitos jejeje,- la risa del viejo era por demás pervertida.
-no, ya me iba, gracias de todos modos-
-calla puta, no he terminado, si tu respuesta es sí, los dos veremos cómo se cogen a la otra puta que está ahí adentro, pero, ahí un pero, si tu respuesta es no, en este mismo momento te acuso con Pancho que andas afuera sin su permiso jejeje, y sabes que te va a hacer, una es que te agarre a cuerazos y la otra es que te ponga a que le ayudes a la zorrita con los apestosos esos, tú decides jejeje, que sea rápido- un silencio sepulcral reinó en el ambiente, un sudor frio comenzó a cubrir el carnoso cuerpo de Miriam Caballero, una risa macabra atravesaba la caballuda cara de Lucio.
-está bien, puede ver conmigo, pero deje esa moruna ahí- dijo la nena pues no tenia de otra.
-y quien eres tú para poner condiciones, tu solo eres una puta que sirve para darle caña jejejeje- Lucio intentaba meter su sucia mano por debajo del vestido de Miriam Caballero, ella como era de suponerse se lo negó.
-ahora, sigue viendo, diez minutos tú diez minutos yo y así nos vamos- Miriam Caballero sabía que debía de obedecer, ya no quería seguir viendo pero si no obedecía al viejo lo más seguro es que este cobarde gritaría el nombre del coloso, así que sin más volvió a inclinar su tremendo cuerpo no sin antes dirigirle una mirada de enojo al hombrecillo centímetros mas chaparro que ella.
El casi enano veía como el cuerpo de Miriam Caballero al agacharse estiraba todas las fibras del vestido hasta el desgarro, su culo era casi traslucido por el nivel de tensión que se generó en la prenda, veía la casi infantil espalda siendo claramente superada en anchura por las desarrolladas caderas, y que decir de ese medianamente tapado culo, el de Miriam Caballero era casi comparado con el de una yegua mientras que el de Lucio era solo el final del espinazo, el viejo sería muy pendejo si solo se limitaba a mirar ese cuerpo sabiendo que estaba caliente, así que decidió acercar su rostro al de la mirona chamaca.
-jejeje, que está pasando ahí dentro?- dijo mientras se acercó tanto como para que Miriam Caballero aspirara su caliente aliento, además de poner una de sus manos en una de las desnudas nalgas de ella, la nena puso cara de asco pero le contestó a su pregunta.
-están dos viejos, uno gordo y otro más panzón, hay un perro muy grande, una chava como ahhh- gimió la nena mordiéndose el labio inferior, Lucio se había atrevido, su mano había bajado por toda su nalga hasta su conchita y se la estaba masajeando, la sensibilidad de todas las yemas de sus dedos unidas en ese punto.
-qué te pasa culo, porque te detienes, sigue contándome- Miriam Caballero siguió relatando lo que sus ojos veían, cabe decir que a partir de los expertos y vulgares manoseos la voz de la chiquilla se endulzó y sensualizó escandalosamente, y sus labios adquirieron una forma casi de mamadora profesional.
-ohhh, en serio, eso se oye muy sucio, tengo ganas de masturbarme, porque no me masturbas, anda, sácame la verga- dijo Lucio y como si Miriam Caballero fuera un robot programado dirigió una de sus manitas hasta el abierto cierre del pantalón del casi pigmeo, pero esto lo hizo porque Lucio la invitaba a hacerlo golpeando uno de sus bracitos con la fría hoja de la moruna, veía a Lucio borracho y recordaba a su papá, a un hombre borracho mejor seguirle el juego ya que es capaz de hacer cualquier estupidez que en ese momento su retrasado cerebro puede llevarlo a realizar.
La nena tocó un tubo caliente y gordo, comenzó a inspeccionarlo como si quisiera detectar en el alguna rara tumoración, mientras Lucio estaba feliz sintiendo esos deditos apretujarle femeninamente la verga, según el fino tacto de la hembra la verga debería de ser también generosa así que sin importar todos los malos ratos que este viejo le había hecho pasar sacó la herramienta de tan verde viejo, lo que los ojos de Miriam Caballero vieron fue algo indescriptible, excepcional, de esas vergas que vienen al mundo cada que termina un ciclo del calendario maya, quedó hasta boquiabierta al contemplar las desgarradoras medidas que se gastaba el más pequeño de la banda, la verga ahí presente debía de medir fácilmente unos 26 centímetros y aprovechando la reducida altura de Lucio y sus cortas piernas esta daba la impresión de llegarle hasta las rodillas.
-jjejeje, te quedaste hasta pendeja verdad?- dijo Lucio quien no dejaba de observar y estudiar cada una de las reacciones de la joven ex cajera.
-este, yo, Don Lucio- decía Miriam Caballero, se relamía los labios constantemente, casi babeaba al vislumbrar la bíblica herramienta que el viejo traía pegada entre sus piernas, era como una versión algo diminuta de la trompa de un elefante, pero mucho muy grande para la media de un pene humano.
Miriam Caballero después de recobrar la prudencia se dispuso a seguir observando pero sin dejar de mantenerse aferrada a la verga del viejo como si esta se tratara de la mano de su ex novio, Lucio en cambio sentía como esa pequeña manita casi de niña le apretaba su verga de manera exquisita, sintiendo como su palma estaba libre de cualquier tipo de callosidad, pero el viejo casi se vacía cuando esta misma manita empezó a realizar una especie de fricción en su carnal exageración, la nena sentía que esta pesaba aún más que la maceta que cargo minutos atrás, quizás su peso era aproximadamente kilo y medio.
-te gusta mi verga zorra caliente- dijo el etílico sujeto llenando el ambiente con su sudoroso aroma.
-sii- fue lo que sus oídos escucharon para su sorpresa, nunca esperó escuchar esa respuesta, un susurro débil que se constató en la forma de posicionarse de los labios de la fémina, de la caliente zorra, caliente porque Lucio seguía tallándola de su panochita con la tanga en estos momentos a un lado, enterrándose entre el muslo y la carnosa vagina.
-¿qué te parece sin dejamos de ver a estos pendejos, y nos vamos a un lugar más cómodo?- preguntaba el pervertido sujeto casi sintiendo como se le salía el corazón de la emoción de esperar que la respuesta fuera precisamente, después de unos minutos de controversia en la mente de Miriam Caballero, lo que sus oídos escucharon.
-sí, vamos, lo sigo- el viejo tuvo que hacer un esfuerzo majestuoso para no caer ahí fulminado de un ataque cardiaco, pero con una gran concentración de saliva en su cogote se llevó a la nena de ahí, buscando ese lugar cómodo del que hablaba.
El desesperado sujeto con crisis sexual llevaba de la mano a la nena quien solo se dejaba hacer, caminando de la manera más escandalosamente sensual que su cuerpo pudo representar, su vestido iba subido enseñando parte de sus lúbricos tesoros medio tapados pero a ella poco le importaba, ella en estos momentos solo obedecía a una parte en su cerebro que le decía que debía de seguir y a su vez obedecer al viejo en cada cosa que él le exigiera.
La pareja de amantes llegó a un cuarto muy oscuro, Lucio encendió la luz para dejar ver un baño en deplorables condiciones, al momento de que se encendió la luz toda una localidad de cucarachas huyeron despavoridas ante la presencia de las dos sombras, el baño estaba muy socio, la tasa ya era color verdoso, dentro de ella había algo indescifrable, negro y café, con un olor fuerte y con algunos gusanos típicos de cuando algo se descompone ahí rondando, pero para el viejo esto era una penthouse y la abochornada de Miriam Caballero al parecer estaba del todo cómoda.
Lucio bajó el asiento y se mandó la primera orden,
-siéntate zorra, y sácate los calzones- la muchachita obedeció y de la manera mas coqueta y lenta que pudo aplastó su tremendo trasero contra el asiento, juntó sus piernas y metió sus delicadas manitas hasta que estas encontraron los hilos de su tanga, lentamente comenzaron a deslizar la microscópica prenda hacia afuera, recorriendo todo sus muslos, llegando a sus rodillas, todo esto sin separar un solo centímetro sus piernas, y levantando muy coqueta las gimnasticas pantorrillas para terminar el recorrido, hubo un pequeño imprevisto pues uno de los hilos se atoró en uno de sus tacones pero no fue nada que la nena no pudiera remediar.
Debido al constante cambio que Miriam Caballero ha sufrido en los últimos días, pasando por situaciones de lo más deplorables, estas han de cierto modo causado estragos en su comportamiento a la hora de aparearse, la nena está confundida a partir de esa noche con Pancho, ni ella sabe que le pasa, quizás se trate del síndrome de Estocolmo, en este momento es llevada por una extraña e inexplicable sensación en su cabecita así como una sarnosa comezón en su panochita solo obedeciendo a su más rústico y malsano pensamiento, algo que ya hizo con Pancho pero borracha, aquí está libre de cualquier toxina……..
-la quiere?- dijo Miriam Caballero mientras su tanga giraba en uno de sus dedos, el viejo Lucio hasta se pellizcaba para asegurarse que esto no fuera un sueño o alguna ilusión creada por efecto del alcohol, a él no le importaba la manera tan puta en que la nena se estaba comportando, él lo que quería era cogérsela y quería asegurarse que al aventársele encima la nena no se evaporaría.
El viejo no contestó, solo se dignó a arrebatar la tanga de Miriam Caballero de sus manos pero esta nena también era más rápida, o Lucio estaba tan borracho que era muy lento, que impidió que el chaparro se la despojara, el viejo pensó que aquí la nena se levantaría y lo mandaría a la chingada, por pendejo se la había olvidado la moruna allá arriba pero su sorpresa fue enorme al ver como la misma chiquilla se metía su tanga a su boca para después decirle.
-guiguemega- dijo con su boca llena de tanga, el viejo se abalanzó desesperado sobre esos carnosos labios fundiéndose en un Miriam Caballerorano beso en donde ambas lenguas intentaban encontrarse pero el cacho de tela se los impedía.
Los suspiros de Miriam Caballero no tardaron en aparecer mientras que los bufidos de Lucio hacían lo propio, él la tenía buen aferrada de su cintura mientras ella hacia lo mismo de su horrible cara de caballo, ella empezaba a abrirse de patas mientras él iba acomodando su verga en esa celestial entrada que precisamente hoy pasaría a ser una más de sus conquistas, uno de los más perversos y violentos violadores golpeadores de mujeres estaba a punto de disfrutar de los encantos de la bella Miriam Caballero.
Miriam Caballero recordó lo grande que era eso que se acercaba a su concha pero no le importó, quería experimentar en carne propia que se sentía tener alojada dentro de ella algo así de desmesurado, Lucio sacó victorioso la empapada tanga de la boca de Miriam Caballero y le pegó una potente aspiración llevándose hasta sus enfisémicos pulmones todo el aroma de la hembra caliente, casi metiéndose por sus narices la prenda de la nena.
Pero recordó que tenía otro propósito, así que sin perder más tiempo apuntó su tosca longaniza y poco a poco la fue introduciendo en la hecha agua concha de Miriam Caballero, ella se aferró con sus manitas de unos mohosos tubos que pasaban arriba, en los lados, de donde ella estaba sentada, presentando algunas goteras que sabrá Dios que tipo de sustancia era lo que de allí caía, sin embargo dichos tubos adquirían una posición perfecta como si estos se tratasen de algún instrumento para hacer ejercicio.
-ahí te va zorra!!!.- fue el mugido de Lucio cuando este lanzó un mortal arponazo en contra de ella, la verga de Lucio atravesó a Miriam Caballero como si esta fuera de algodón pero casi a la mitad de su larga extensión esta se quedó atorada, y es que en esta parte el miembro se hacía más grueso y venudo, era tal la cantidad de venas que quedaban encimadas unas de otras, Lucio no podía permitirse esto y juntó tanta fuerza en sus caderas para después sacar un poderoso ataque que envió esa verga hasta el fondo de la rebelde cuevita.
Miriam Caballero pegó un grito apocalíptico, salpicando muchas gotas de saliva en ese berrido, y es que la irrupción había causado en ella prácticamente un segundo desquintamiento, resultaba increíble que esta no le hubiera traspasado el útero, Lucio comenzó a mover su protuberante arma, con secos movimientos pélvicos sacaba de ahí unos 17 centímetros para después volver a meterlos con más fuerza, cada nuevo embiste aumentaba en fortaleza, aferrándose de la cintura de su pareja para que estos fueran más fuertes, mientras tanto, en cada golpe, toda la zona pélvica y monte venus de Miriam Caballero se sacudían, en el vientre de esta podía apreciarse un tumor que crecía cada que el viejo metía hasta el fondo su mortífera carne.
La pobrecita chiquilla sentía como si estuviera siendo corneada por un toro, a esto ayudaba que el viejo bufaba y esto hacia más realista su alucinación, el rostro de la bella señorita quien solo había venido a ver si era cierto que aquí se encontraba su papi lucia desbaratado, su cabello rápidamente se vino hacia adelante por más que ella lo echara para atrás, y cada nueva acuchillada se movía y gemía desesperada.
Lucio decidió apoyarse ahora de los tobillos de la nena, separándoselos lo más que pudo, en esta posición los muslos de ella era exhibidos en su máxima expresión mientras el viejo con un suave movimiento en donde solo pendulaba su pelvis lograba meter gran parte de su venuda verga, quizás solo faltaban tres centímetros, Miriam Caballero gritaba en cada penetración, pero sentía riquísimo esa verga del macho que tanto asco le daba, ese macho que se excitaba hasta con ver gente agonizando, por un momento pensó que demonios estaba haciendo ahí atravesada por tan repugnante sujeto pero cuando se decidía por avisarle al viejo que era suficiente este la regresaba a su lugar con otro fiero apuntalamiento.
Uno de los golpes fue tal que se pudo escuchar como el cuerpecito de la nena había chocado con la parte trasera del excusado, pero también tuvo repercusiones en las facetas pervertidas de Miriam Caballero, sus ojitos se pusieron blancos así como sus cejas se fruncieron exageradamente mientras sus labios se abrieron intentando gemir pero al perecer este sonido se quedó atorado en su diafragma, la gruesa verga de Lucio seguía atravesando a la delicada conchita.
Miriam Caballero liberó una de sus manitas y la llevó hasta su masacrado sexo, comenzó a realizar esos movimientos de representación fiel que llevó a cabo en la regadera de su casa (la de Pancho) embarrando en esa parte tan íntima y cuidada de su cuerpo una rara concentración de algo de apariencia oscura proveniente de la tubería, que, por las ininterrumpidas penetraciones de Lucio se empezó a batir por todo el territorio vaginal tanto externo como interno pues la verga del viejo se encargó de llevar lo más profundo que pudo parte de esa inmundicia.
Miriam Caballero había dejado de tocarse, ahora solo se dedicaba a ser una simple espectadora de como se la cogían, miró al viejo que se encargaba de hacerla hembra, estaba sudado, se había quitado su camisa mostrando un cuerpo mitad fofo mitad Miriam Caballerocado, muy moreno y con algunos tatuajes en su cuerpo, la depravada de Miriam Caballero incorporó de su cintura para arriba para poder llenar de besos, mordiditas y lamidas el descuidado cuerpo del viejo llevándose a su boca todo tipo de salados sabores.
Lucio decidió cambiar de posición, ahora se sentaba en el retrete mientras Miriam Caballero se sentaba arriba de él y de frente y lentamente fue bajando sus caderas, su vagina literalmente iba devorando esa tiesa verga hasta que quedaron perfectamente acoplados, nunca pensó que su cuerpo pudiera comerse algo de semejante manufactura, obviamente después de mucho sufrimiento; la sensual chiquilla se aferró de la nuca del viejo mientras este hacía lo propio de la cintura de ella porque lo que se venía se veía descomunal, y así fue, Miriam Caballero hizo a un solo lado todo su cabello para comenzar con un legendario movimiento de caderas que sepa Dios o el Diablo donde aprendió a realizarlo, movía sus caderas como una auténtica batidora para después cambiar estos endemoniados y ordeñadores movimientos por severos sentones tan agresivos que el mismo Lucio estaba sintiendo que posiblemente no podría controlar a tan salvaje yegua relinchando arriba de él.
Y es que la casi desfallecida Miriam Caballero comenzó a ensartarse cada vez más fuerte, las piernas de Lucio estaban siendo demolidas por la desquiciada chiquilla quien no dejaba de gemir y gritar como una posesa, los espeluznantes sonidos que hacían ambos cuerpos al chocar espantaban a todas las alimañas que por ahí se entretenían mirando a unos seres muy lejos de parecer humanos así como los violentos sentones hacían cimbrar toda la planta en que se encontraban.
La nena estaba que ardía, su calor quemaba a su chaparro amante, este estaba casi con los ojos de fuera soportando a la hembra convulsionándose sobre de él, por momentos le era imposible sostenerla con todas sus fuerzas pues los meneos eran tales que superaban la fortaleza que este viejo poseía, en un sentón tan poderoso que la nena se dio este pobre hombre casi sintió que se le habían caído los huevos al suelo, posiblemente no hubiera aguantado mucho antes de caer muerto pero fue gracias a que Miriam Caballero tuvo un orgasmo que pudo descansar, Lucio había subestimado a Miriam Caballero, una nena que le había dado ciertos problemas en la cama hasta al mismo Pancho por la forma tan ruda de moverse cuando llegaba a su límite.
Nuestra nena se había corrido y se meneaba como si estuviera retorciendo por dentro la verga del viejo, a nadie sorprendería que si Miriam Caballero se levantaba la verga de Lucio saldría formando alguna figura exactamente como las que hacen los payasos globeros, la nena aun moviéndose comenzó a besar el pecho de su hombre, subiendo esos carnosos labios hasta el sudado y percudido cuello de este, lamiéndolo y mordiéndolo como una vampiresa, para después besarlo en la boca con fogosos enredamientos linguales, solo así el viejo mostró signos de vida, estaba todo desparramado y respirando agonizantemente pues los movimientos habían sido brutales.
Aun así el recuperado Lucio quiso más, experimentó por vez primera como la vagina de Miriam Caballero mordisqueaba las vergas que la penetraban y eso le había gustado, lo que Pancho contaba y presumía en la cantina era cierto, la nena comenzó a moverse de nuevo, ahora más lento y masajeándose sus pechos, al verlos Lucio se les mandó como perro hambriento, comenzó a estrujarlos, apachúrralos, aplastarlos uno contra el otro, juntándolos hasta que el par de pezones se unía y ahí fue donde su lengua comenzó a darse el mejor banquete de su podrida vida, completamente desubicado mamaba esos pechos saboreando el sazón que estos tenían, su asquerosa lengua se revolvía feliz pasando de uno a otro, los mordía enterrando sus dientes como si en verdad se los fuera a digerir, se separó de ello para verlos como le regalaban la mejor danza jamás vista.
-escúpeme perra- dijo el demente abriendo su bocota
-que?- preguntó Miriam Caballero quien acariciaba su rostro y cabello (de ella) al tiempo que no dejaba de ensartarse.
-que me escupas, aquí en mi boca,- dijo Lucio sacando su lenguota.
Miriam Caballero no estaba en sus cinco sentidos como para extrañarse por tan raras solicitudes, así que juntando en su boca la mayor cantidad de saliva que pudo lanzó el cuantioso escupitajo en contra de la boca de Lucio, pero al no ser muy buena para realizar esta actividad de mal gusto su escupo quedó colgando de su barbilla, aunque esto no fue impedimento para que esas babas llegaran a su destino pues Miriam Caballero las recogió con una de sus manitas y la llevó hasta tan fétido lugar.
-ahora voy yo, te voy a enseñar cómo se escupe!!!, abre la boca perra mal parida!!!- dijo Lucio ya con las babas de Miriam Caballero y las suyas mezclándose dentro de él.
Ella obedientemente separó sus canosos labios lo más abiertos que pudo para recibir de la manera más repugnante posible una mezcla de sus babas con las del apestoso sujeto, sintiendo claramente la chiquilla cuando estas chocaron contra su lengua.
-no te las tragues, junta más saliva y escúpeme ahora tú, hazlo bien- dijo Lucio a una escupida chiquilla, la sudada pareja había detenido un poco su acalorante labor para poder comunicarse con claridad.
Miriam Caballero escupía ahora una mayor cantidad de saliva, esta vez lo hizo bien, prácticamente llenado de babas la boca del viejo y aun dándose el gusto de que algunos hilos colgaran de su barbilla (de ella), Lucio hizo lo propio y juntando una gargarea cantidad de babas tan grande que inflaban sus cachetes se mandó esa repulsiva mezcla hasta lo más fondo de la garganta de la nena, escupiéndole a bocajarro, así continuo la pareja con este extraño ritual de apareamiento, al final una muy estructurada y sofisticada red de hilos de saliva en todos los grosores formaban una compleja telaraña de cristalinas uniones entre el feo y rasposo rostro de Lucio y el suave y hermoso rostro de Miriam Caballero, y aun así la pareja se seguía escupiendo, solo pararon porque Miriam Caballero comenzó a vaciarse otra vez pues el bribón nunca dejó de pellizcarle el clítoris.
El borracho de Lucio la orientó para que ella quedara de espaldas a él, y así comenzaron a acoplarse otra vez, una posición muy excitante en donde la morena verga de Lucio se veía desaparecer entra las rosadas pieles de la nena, primero fue Lucio el que comenzó a taladrarla para después secundarlo la chiquilla con enloquecidos movimientos de pelvis, la nena terminó por recargar su cuerpo contra el de su macho, no tardaron en aparecer una negras manos que se apoderaron de sus pechos, cacheteándolos o jalando de sus pezones mientras ella se comía esa desabrida boca, la nena dejó de besar al depravado solo para gemir más fuerte y en pocos minutos volver a venirse expulsando un pequeño chorro de jugos desde su vagina, dejándole una clara sensación de ir al baño.
La nena no haciendo caso a lo que su cuerpo le dictaminaba siguió ensartándose en la agraciada y completamente babeada verga de Lucio, la nena aceleró sus drásticas ondulaciones mientras intentaba ver, con sus ojitos casi cerrándose, cuál era el procedimiento utilizado por su bollito para poder albergar tanta carne, pero al parecer después de un rato la posición no fue lo bastante cómoda, ambos cuerpo se resbalaban debido a tanto sudor teniendo que acomodarse en varias ocasiones así que la nena decidió regresar a la pose anterior.
Lentamente se desacoplaba mientras veía como la verga del viejo a raíz que salía de ella se iba acostando en la panza de este, por la forma en que le iba saliendo casi parecía que Miriam Caballero estaba dando a luz a una verga, ella se acomodó con sus potentes piernas ya temblándole y procedió a enclocharse de nuevo, la pareja de amantes continuo en lo que estaba, los gritos y grosería hacia la persona de ambos era tales como:
-zorra de mierda!!! Sabía que eras una hija de la gran puta!!!!!- obviamente esto era gritado por el cincuentero.
-si- la nena suspiró esta afirmativa palabra, ella estaba atravesando por un estado emocional algo retorcido que haría que comenzara a desgastar su garganta en groserías que en sus cinco sentidos nunca diría.
-sí que perra asquerosa!!!!!- ladraba el repugnante.
-sí, si soy mmmmm- decía la agitada chiquilla.
-si eres que ramera barata!!!,- el viejo soltaba a la nena de su cintura y comenzaba con todo un ciclo de fieras nalgadas, en donde el sonido de la según última no hacia otra cosa que aniMiriam Caballero al viejo a mandarse una más, ella simplemente arqueó su cuerpo y paró más el culo.
-si, siiii, siiiii Don Lucito, soy una perraaaa, una perra asquerosaaaaa, soy la perra de todoooossss!!!!!- el viejo quedaba hasta con la boca abierta a raíz de las fuertes declaraciones y confesiones que su puta en turno realizaba.
-jejejeje, demuéstramelo ahhhhhh, ensártate más duro, házmela polvo!!!- bramaba el imperdonable.
-siii, ssiiii, uuhhhhgg su verga es miaaaa!!!, miaaaaa!!!!, aayyyy dioooosss que ricaaaaaa!!!!!!- la nena obedecía al sacrílego sujeto para mandarse sus más yegüinas empaladas en contra de la astronómica barra.
-es la más grade que he probado en mi asquerosa vida de putaaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena, o quien sabe quién lo hacía por ella, sin embargo estaba tan fuera de sí que quería algo más…………. sádico.
-Don Lucio uuhhhhggg, escúcheme, óigame!!!!!, escúcheme maldito violador de mierdaaaaa!!!!- la nena se expresaba con diálogos propios de las mujerzuelas.
-perra caliente, estas tan cachonda que no te mides en tus palabrotas!!!!!- de más está decir que Lucio con esto se ponía mas duro.
-escúcheme hijo de su puta madre viejo cabrónnnn!!!!,- ahora la endemoniada era la nena, estaba tan embravecida que ese sencillo grito había implementado un temor en Lucio creyendo que esta perra en cualquier momento se lo despacharía a cachetadas.
Pero la nena en vez de eso pidió su sádico tormento.
-péguemeeee!!!, péguemeeeee!!!, agárreme a cachetadas por haber salido tan putaaaaa!!!!- la aun ensartándose nena agarraba al viejo de los pellejos que colgaban terminando su cuello y lo azotaba ferozmente contra el retrete.
-estas segura zorra hija de puercaaaaa!!- bramó Lucio adolorido de esa parte, la cual la nena ya había comenzado a amoratarle por tan severos pellizcones.
-si segura, péguemeeeeee!!!, no le gusta eso viejo pendejo?!! (la nena le mandaba otro escupo impactándolo contra su equina cara), no vive de pegarle a las mujeres??!!!, que acaso no le excita pegarle a una mujer?!! Péguemeeeeeeeeeeeeee!!!- gritaba la nena.
-pues hay te voy puta!!!- gruñó el desequilibrado sujeto y con la palma de su mano mandó una aberrante cachetada que le dejó fotocopiada la mano en todo el pómulo de la nena, tan bestial que pudo haberle sacado algunos dientes, por fortuna para la belleza de esta nena su dentadura quedó intacta.
-más fuerte viejo Miriam Caballeroica, que no tiene fuerzas!!!- gritaba la caliente Miriam Caballero presa de una calentura nunca antes experimentada, Lucio desde luego se ofendió y encolerizado mandó uno de sus mejores golpes pero esta vez a puño cerrado, la nena veía como esa apuñada mano venia acercándose cada vez más a su rostro hasta que después de sentir un tremendo impacto su visibilidad quedó a oscuras.
El impacto fue tan brutal que dejó a Miriam Caballero en un cercano estado al knockout, la cabeza de la nena se balanceó como si esta estuviera hecha de goma, de una de sus fosas nasales comenzó a rodar una gota roja, a pesar de que Lucio era el más débil de la flotilla su fuerza en los puños era aún muy superior a la de la nena, quien había dejado de mal hablar a partir del golpe.
La pareja siguió en lo suyo, a estas altura Miriam Caballero ya no mostraba coordinación en su cuerpo, menos en su cabeza, ni siquiera en sus labios, o al menos eso parecía pues una de sus manos subió a limpiarse esa gota de sangre que rodaba por ellos, la nena comenzó a sentir el nacimiento de otro orgasmo pero también sus ganas de orinar ya estaban casi de fuera, el viejo se dio cuenta y comenzó a castigar el clítoris de ella con fuertes golpes de dedo, tanto hasta que terminó vaciándose primero en líquidos agridulces, apretando sus labios con sus dientes tan fuerte que casi hace sangrar a estos también, mientras que sus ojos no se unieron solo porque tenían el nacimiento de su nariz en medio.
Ella misma quizás tan acostumbrada a que la dejaran encuerada cada que se la cogían intentó desgarrar su vestido, pero no pudo, sus fuerzas no eran tantas, pero aun no pasaban las contracciones orgásmicas del todo cuando sintió como una gran cantidad de orines venían bajando sin la menor intención de detenerse, así que rápidamente quitó a Lucio de donde estaba sentado para ella misma levantar la tapa del retrete, liberando el mefítico aroma de esas extrañas y agusanadas formaciones, se abrió de patas lo más que pudo de la misma forma que abrió con una de sus manos sus labios vaginales, apreciándose lo rojo y abiertos que estos estaban, para comenzar a dejar salir ese dorado líquido.
Los meados caían chocando contra las porquerías de ahí abajo, en dicho choque varias gotitas de algo negro brincaban y alcanzaban a pegarse en los blancos y temblorosos muslos de Miriam Caballero, ella en tanto mantenía su frente levantada para evitar que le saliera más sangre mientras Lucio veía ese par de nalgas liberadas del yugo del vestido y como de en medio de sus abiertos muslos caía el líquido.
Una vez que la nena terminó de mear dirigió su hermosa mirada al viejo, dicha mirada ya no era de esa niña viciosa y desfallecida que hace poco mero se telelea arriba de él, esta vez su mirada era tan inocente, tan tierna, tan distintiva de Miriam Caballero que hacía imposible creer que esta niña hace poco estuvo gritando tantas obscenidades y moviéndose como un remolino, debido a que ella aun portaba las zapatillas es que había una notable diferencia de altura entre ellos.
Sin que el viejo emitiera palabra alguna Miriam Caballero se agachó, tomo la verga de Lucio y se la metió a la boca, pero el gran error de esta nena fue creer que se metía la de Felipe o la de Taco, ella empezó muy alegre metiéndose esa monstruosidad, alojó lo más que pudo dentro de ella pero no pasaron ni cinco segundo cuando ya estaba trocándose en saliva, aun así se lo tomó a reto, volvió a engullirla lo más que pudo para comenzar a realizar movimientos en su cuello propios de sus mejores mamadas de verga pero de igual forma se volvió a vomitar en saliva, de nueva cuenta esta nena se metió otra vez casi un total de 22 centímetros, lo que medía la verga de Pancho, comenzó a chuparla como toda una puta pero esta vez la arcada no pudo ser controlada y se vomitó expulsando lo que Silvia le había llevado de comer algunas horas antes.
-ay- dijo la nena completamente apenada.
-ahh que puerca eres, deja eso, abre la boca que te los voy a echar todos- dijo Lucio, la nena solo sonrió mostrándole sus dientes superiores e inferiores muy juntos, esta vez no blancos pues estaban cubiertos de residuos de vómito.
La señorita abrió la boca lo más que pudo y sin más el viejo, después de haber tenido muchos meses sin coger, se desparramó en semen dentro de la boquita de Miriam Caballero, la llenó completamente no viéndose dentro de ella otra cosa que no fuera líquido Miriam Caballerofilesco, solo su lengua por momentos alcanzaba a salir a la superficie de ese Miriam Caballero de semen.
La nena con las piernitas muy juntas y sus manitas descansando en la rodilla de estas jugueteaba con el apestoso líquido, al parecer le había gustado el sabor pero después la sensación cambio a algo más desagradable por lo que recordando que el semen en la boca no se desperdicia sencillamente se lo tragó junto a los mal digeridos restos de su trocada comida.
Unos minutos después……………………
El viejo Lucio veía como la nena se acicalaba en el espejo del baño, al parecer para ella ya todo había terminado, peinaba su sudado cabello, tarareaba una dulce melodía, acomodaba su arrugado vestido y mantenía pegado en su nariz un pedazo de papel que ya se estaba llenado de sangre, pero el viejo aún seguía duro, lo suficiente para aguantarse otro raund, lentamente el viejo se acercaba por detrás, azotaba el rostro de la nena en el espejo del baño, por suerte este no se rompió sino los resultados en el hermoso rostro de Miriam Caballero no hubieran sido tan hermosos, la nena por reflejo paró el culo, el viejo intentó nuevamente la penetración vaginal.
Sus largas e imponentes piernas aunadas a sus tacones imposibilitaban que Lucio pudiera penetrarla en dicha posición, su mediana estatura no era suficiente, no le llegaba, enojado el hombrecillo buscó algo para el ganar altura, por suerte encontró un par de blocks de construcción los cuales acomodó a manera que le pudiera llegar a la jugosa papayita de Miriam Caballero, el viejo era capaz de quitarle los tacones a Miriam Caballero para ponérselos él con tal de llegarle, Lucio iba a mandar el primer empujón pero ya con verga en mano observó como el anal y virginal puntito de Miriam Caballero pulsaba como pidiendo guerra, entonces preguntó.
-jejeje, te lo han hecho por el culo?- entonces la asustada Miriam Caballero defensora de su trasero dijo.
-no, por favor, por ahí no, dicen que duele mucho-
-ahh, eso no es cierto, no duele tanto, depende si el que te la coge te la sabe meter y yo si se jejeje- decía el viejo.
-es que, no sé, me va a doler- dijo Miriam Caballero, aún seguía caliente e inconscientemente comenzó a menearle el culo al viejo, una hembra cortejando al macho.
-no, no duele, anda, vamos a intentarlo- dijo Lucio ya punteando la entrada rectal de la chamaca.
-jijiji, no se Don Lucio- Miriam Caballero también seguía el juego, ella hacía para atrás su culo para que ano y glande tuvieran un mejor contacto y así empezaran a conocerse, así estuvieron unos minutos en donde el culito de Miriam Caballero ya se estaba acostumbrando a los besitos que le regalaba la verga del viejo, este pervertido al tener mayor altura apretó las nalgas de Miriam Caballero en contra de su desmesurada verga, chaqueteándose su palanca con las carnosas posaderas de la niña, la tierna chiquilla ya suspiraba casi de amor con esos sucios movimientos, Lucio se dio cuenta y decidió preguntar de nuevo, caliente como un burro profetizaba que esta vez la nena aceptaría.
-entonces que putita, intentamos romperte ese culo que te cargas-
-ayyy Don Lucio jijijiji, romper es una palabra que se oye muy fea- dijo la coqueta nena.
-bueno, entonces, te gustaría que probáramos ese culito- Lucio le hablaba casi metiéndole la boca al oído, el viejo ya estaba casi que se volvía a vaciar en mocos.
-jijijiji, pero me promete que si me duele mucho, la va a sacar- decía la zorra de Miriam Caballero.
-si pendeja, si sientes que te está doliendo mucho me dices y te la saco- decía el viejo derritiéndose en sudor de la emoción de estar a punto de desvirgar un culo, y vaya culo.
-ehh, este, no puedo creer que vaya a decir esto pero si, está bien, quiero calar que se siente- dijo la nena arqueando su cuerpo, sacando aún más su culo y apretando sus dientes para resistir el seguro dolor que se avecinaba.
Pero justo cuando Lucio comenzaba a ejercer presión sobre ese culito la puerta del baño se abría, la pareja volteaba observando una enorme sombra negra, era Pancho quien miraba enojado como uno de sus compinches estaba disfrutando de su mercancía sin pagar y de cómo su mercancía le estaba dando el culo a este viejo, ¡¡¡¡¡le estaba ofreciendo la virginidad de su culo de a gratis!!!!!, algo que para el obeso sujeto era inconfesable, imperdonable.
-que se supone que están haciendo ustedes dos aquí!!!!!!!!- era como si el mismo Satanás los estuviera regañando.
Lucio parecía camaleón cambiando constantemente de color, mostrando casi todas las tonalidades en menos de medio minuto, mientras la pálida Miriam Caballero se acomodaba su vestido y se colocaba la babeada tanga.
-Pancho yo- dijo Lucio, a quien hasta lo borracho se le quitó, estaba más sobrio que nunca.
-nada cabrón hijo e puta, les dije muy claramente que tenían prohibido cualquier tipo de contacto con esta zorra, pero como veo que ya te me la disfrutaste tendrás que pagarme hijo e puta!!!, en este momento me pagas 15 000 mil pesos ya con intereses por haberlo hecho a mis espaldas, si no te corto los huevos aquí mismo- sentenció el viejo.
-y tu puta!!, que no te dejé encerrada!!, dime como vergas te saliste!!!, te ayudó este pendejo verdad!!!,- el viejo la jaló tan bruscamente de los cabellos tirándola al suelo y arrastrándola por todo donde se le podía, Lucio aprovechó el momento para salir corriendo completamente desnudo, como si lo fuera persiguiendo el mismísimo Diablo queriéndoselo coger por el culo con una verga de medio metro, dejando a la nena sola con el problema.
-este si me la pagas escuchaste perra caliente, esta si me la pagas!!!!!- gritaba el endiablado sujeto echando lumbre por los ojos y engrosando las venas de su cuello, el viejo salió del cuartito pero no demoró en regresar con un cacho de tieso cable doblado a la mitad, aunque con voz más tranquila.
-en este mismo momento me vas a explicar cómo vergas te saliste o quien te ayudó a salir- dijo Pancho abarcando con su cuerpo toda la puerta y levantando el brazo en donde sostenía el cable, perdiéndose para los ojos de Miriam Caballero en el brillo del foco, Miriam Caballero solo veía en el viejo toda la intención de darle la cueriza de su vida.
…Miriam Caballero, Miriam Caballero (como le dice su padre, único familiar con el que vive) o Miriam Caballero (como le dicen sus amigos) es una chica muy hermosa, acaba de terminar la preparatoria donde era la sensación de alumnos y maestros, no porque sea una chica fácil, pero si por vestirse sexy y poseedora de una belleza inigualable así como de un cuerpo que cualquier hombre admiraría y se imaginaria desnudo en una cama, es tal su popularidad que le llueven invitaciones a salir por el Facebook por la gran cantidad de muchachos y hombres maduros que la mandan solicitud de amistad día a día, tanta es su fama que apenas con un perfil de menos de 5 meses en esta red social ya supera los 1000 amigos, cada foto que sube recibe más comentarios y “me gusta” que cualquier otra muchacha que ella conozca, si algo le gusta a esta chica es que los hombres admiren su belleza.
Miriam Caballero, así como posee un bello rostro, también tiene un cuerpo muy bonito, desarrollado, y nos complace al mostrarlo usando shortcitos de mezclilla, cortas minifaldas, entallados vestidos y blusas pegaditas, haciendo voltear a más de uno, o más bien a todos cuando sale a la calle, vive sola con su padre, quien trabaja como empleado de una fábrica de la zona donde recibe un sueldo bajo como para mantenerse los dos, por eso es que Miriam Caballero tiene que ayudar a la economía.
Ella trabaja como cajera en una tienda de conveniencia, una plantilla de siete personas de las cuales todas son mujeres y en donde la que recibe la mayoría de los piropos, saludos y presentes por parte de clientes y empleados de negocios vecinos es ella.
Cierto día, Miriam Caballero venia entrando a trabajar, en la tienda se encontraban doña Claudia y Miriam Caballero, esta última, joven también y muy fiestera, famosa por ponerse una borracheras y amanecer en la cama del primero que se la encuentra en los bares en tales condiciones, y eso que no es muy bonita, y de cuerpo algo gordita, no tiene nada que hacer si se le compara con Miriam Caballero, existe una enorme distancia entre ellas.
Pues sí, Miriam Caballero llego a la tienda y se encontró a Miriam Caballero platicando a Doña Claudia una de sus aventuras del día de ayer, rápido Miriam Caballero pregunto qué de que se trataba la plática a lo que Miriam Caballero respondió:
-le estoy contando a doña Claudia que ayer fui con Cruzito a un cine porno- Cruzito es un gay que se lleva mucho con Miriam Caballero, amigo de todas sus aventuras
-queeee- respondió sorprendida Miriam Caballero, pues era la aventura más loca que le había escuchado a Miriam Caballero
-un cine porno Miriam Caballero, pero nada más a ver, asu pero no manches está bien fuerte- decía Miriam Caballero
-porque, fuerte en qué forma?- pregunto Miriam Caballero
-bueno, pues al que fuimos es así como un cine normal, con sus butacas y toda la cosa, solo que más pequeño, hay unos tipos en la entrada que no supe su función, solo están ahí parados, entré con Cruzito y no había mucha gente solo uno que otro viejo, pero no manches se están masturbando ahí enfrente de ti, lo bueno que fui con Cruzito y no yo sola, sino hasta me violan,-
-ay qué asco, imagínate que te coja un viejo de esos; y va puro hombre?- decía Miriam Caballero mientras se ponía su uniforme
-pues al principio si, había puro hombre, creo que yo era la única mujer, asu pero me sentía bien incomoda, pero después llego una muchacha que pensé que era muchacha- seguía contando Miriam Caballero
-como, no era?- pregunto Miriam Caballero mientras la ayudaba a Doña Claudia a hacer su corte
-pues mira, yo estaba sentada junto con Cruzito hasta atrás, en una esquina, cuando en eso vi que entro una chava, en una faldita muy chiquita, su blusa bien escotada y unas zapatillotas, nombre parecía mujer pero era un choto,-
-apoco, y como te diste cuenta?- Miriam Caballero empezó a reírse tapando su boca muy educadamente
-pues no manches, se sentó como a dos asientos de nosotros y de repente un señor llego y se saco su “ese” y se lo puso a la altura de la boca y el choto se la empezó a maMiriam Caballero, hay enfrente de nosotros, y después el señor se sentó y el choto se sentó arriba de el y se lo empezó a coger, y ahí me di cuenta que era choto porque no traía calzón y se le veía su cosa, ay no, y sabes que fue lo peor, que el choto traía su cosa también bien parada- decía Miriam Caballero
-jajajajajajajajajaja, solo te fijas en eso verdad?- Miriam Caballero exploto en risa al igual que doña Claudia
-es que solo a ti se te ocurren esas locuras Miriam Caballero- dijo doña Claudia
-asu no, deberás que yo no veía la hora de salir de ahí, es que no manches nada mas entras y te llega el tufo de viejos ahí masturbándose y cogiendo, ay no deberás que esta fuerte, casi me vomito-
-no regresarías otra vez?- pregunto Miriam Caballero
-pues no, o al menos no sola, a lo mejor acompañada, porque? Quieres ir?, vamos nosotras dos solas un día- preguntaba Miriam Caballero
-ay no, yo que voy a andar haciendo, donde me violen,- contesto Miriam Caballero
-pues ya te dejas, imagínate que te quiera violar un chavo como el del poster que tenemos pegado en el baño, así hasta vas a querer regresar- dijo Miriam Caballero
-pues sí, ojala y fuera uno de esos pero dices que va puro anciano, yo así no- respondió Miriam Caballero
-no, pues yo pienso que para eso están los hombres esos parados en la entrada, por si pasa algo, porque no se sientan, ni se meten, ni siquiera te hablan ni nada, hasta se salen pero siempre se queda uno adentro- dijo Miriam Caballero
-ay niñas- decía doña Claudia
Ya de regreso a su casa, Miriam Caballero todavía llevaba ese pensamiento en su mente, se imaginaba como debía de verse el lugar, como seria esa clase de hombres, y se imaginaba ella ahí presente rodeada de hombres morbosos con sus vergas de fuera, babeando semen a chorros, llego a su casa, y después de comer y hacer sus quehaceres, se durmió no sin antes masturbarse, a pesar de que los viejos morbosos le daban asco su mente había estado en sus 5 minutos de perversión.
Pasaron los días y llego una tarde en que Miriam Caballero se había quedado de ver con un chico que la contacto precisamente por el Face y la había convencido de invitarla a salir, se arreglo muy bonita pues le gustaba llaMiriam Caballero la atención, además el muchacho estaba muy guapo y quería causar una buena impresión, Miriam Caballero estaba en la tienda donde trabajaba esperando al muchacho, le había tocado descansar ese día y lo cito hay porque hacía mucho calor afuera y en la tienda hay aire acondicionado además de bancas para sentarse.
Miriam Caballero se fue muy coqueta, llevaba unas zapatillas de tacón para estilizar su ya de por si estética figura, y un vestido blanco ajustadísimo y muy corto, mostrando mas pierna de la que se debe, debajo de ella una sexy tanguita de hilo estrenada para la ocasión además gustaba usar este tipo de prenda interior, en fin ese muchacho debía de ser la envidia de todos, Miriam Caballero no dejaba de chulearla y de decirle que se portara bien, además de que le enseñaba una caja de condones, lo que hacía reír a Miriam Caballero.
Miriam Caballero veía que Miriam Caballero también andaba maquillada, y le pregunto que a donde iba, lo que gano como respuesta que iba con su amigo Cruzito a dar la vuelta, pero ese dar la vuelta que para nosotros significa salir a pasear, para Miriam Caballero significa ir a toMiriam Caballero a algún antro o centro botanero.
Desafortunadamente Miriam Caballero recibió un mensaje de última hora por parte del muchacho, diciendo que no iba a poder ir pues le había salido otro compromiso, era uno de esos chavos riquillos que se creen que están por encima de los demás y que le hacen un favor a las mujeres al salir con ellas, Miriam Caballero a pesar de ser tan hermosa como para que algún chavo la cancelara, para este tipo de muchachos no dejaba de ser solo una simple cajera y un pedazo de carne que sirve solo para pasar un buen rato.
-o sea, puedes creerlo Miriam Caballero, que clase de compromiso puede ser más importante que yo- decía enojada Miriam Caballero con justa razón, pues se había demorado toda la mañana arreglándose en vano.
-ay amiga, que mala suerte, no estés triste, si quieres ven con nosotros para que no arruines tu día- le dijo Miriam Caballero
Miriam Caballero dudo, pues ella sabía que ir con Miriam Caballero era despertar en quien sabe donde, además no había avisado a su padre que llegaría algo tarde, y pues Miriam Caballero asistía a antros, no a bares o cantinas, lugares muy frecuentados por Miriam Caballero, pero estaba tan enojada que acepto, a lo que Miriam Caballero decía:
-eso amiga, lo que no aprovecha uno, que otro lo disfrute- Miriam Caballero solo se le quedo viendo raro a Miriam Caballero.
De todos modos aviso a su padre que se quedaría en casa de Miriam Caballero, Miriam Caballero por su parte avisaba a sus padres que se quedaría en casa de Doña Claudia, Doña Claudia por su parte ponía cara enojada pues pensaba que el día que le pasara algo a Miriam Caballero ella se metería en problemas por alcahueta.
Llego Cruzito en su camioneta y se subieron las féminas, ya del otro lado de la cuidad, los chicos fueron a un cine (normal), vieron una película, se fueron a dar la vuelta por la costa, pararon a comer algo, a cualquier lugar que iban Miriam Caballero robaba cáMiriam Caballeroa por su vestimenta, Miriam Caballero se veía tremendamente sexy capaz de levantarle la verga a cualquiera, incluso en el lugar donde estaban comiendo una mesera le llevo una bebida diciéndole que se la mandaba el caballero de la mesa 4, los tres amigos voltearon y vieron a un hombre maduro quien le cerraba el ojo a Miriam Caballero, haciendo que la chica se pusiera roja de pena y sus compañeros la codearan y se burlaran de ella.
-Miriam Caballero, salúdalo- decía Miriam Caballero
-ay no maches, como crees, me da pena, es un viejo,- contesto Miriam Caballero
-ay mana, esos son los mejores,- decía el choto
-los mejores para sacarles dinero,- decía Miriam Caballero
-pues sí, pero va a querer que le de otra cosa a cambio de dinero- decía Miriam Caballero
-amiga, pero por lo menos salúdalo, y agradécele el detalle- dijo Cruzito
Miriam Caballero no sabía qué hacer, pero con mucha pena le mando una sonrisa al viejo y se levanto de su mesa, camino muy coqueta hacia la mesa del viejo, sentía que la tanguita le ajustaba perfectamente su sexo, además de la parte de atrás se le había metido completamente en la raya del culo.
Llego a la mesa y el viejo rápidamente se levanto y le cedió una silla
-buenas noches, vengo a agradecerle por la copa- dijo Miriam Caballero con la copa en mano
-no tienes por qué bonita, cómo te llamas?- pregunto el viejo
-Miriam Caballero, pero me dicen Miriam Caballero- contesto la joven
-mucho gusto Miriam Caballero, vienes aquí seguido?- volvió a preguntar el viejo
-no, lo que pasa es que no soy de por aquí- respondió la joven
-quiero ser directo Miriam Caballero, eres bellísima, me gustaría que saliéramos- dijo el viejo mientras colocaba su arrugada mano sobre la suave piel de las manos de Miriam Caballero
-no creo que se pueda señor, soy casada- dijo eso Miriam Caballero para haber si así el viejo se desilusionaba
-pero el que salgamos a conocernos no tiene nada de malo, solo depende hasta donde quieras que llegue jejeje- dijo el señor mientras reía algo lujurioso, así como su mano recorría ahora el brazo de Miriam Caballero
-claro que sí, no me gustan los malos entendidos, en caso de que alguien que me conozca me vea con usted me metería en un gran problema- decía Miriam Caballero mientras se cruzaba de piernas
-seriamos discretos Miriam Caballero, me gusta las relaciones a escondidas, me gusta la adrenalina, a ti no?,- dijo el viejo lanzando una mirada seductora
Miriam Caballero solo se le quedo viendo sacada de onda, sabía que estaba ante un viejo morboso que solo quería sexo, no podía entender cómo es que a pesar de que dijo que era casada a este viejo parecía no importarle, era claro, quería llevarse a alguien esta noche a su cama.
-en verdad me alaga su oferta señor pero no, gracias-
-de todos modos te doy mi tarjeta, llámame cuando quieras preciosa, me gustaría mucho platicar un día contigo- dijo el viejo sacando de su bolsillo una tarjeta
Miriam Caballero volteo para su anterior mesa y vio que sus amigos ya no estaban, entonces se levantó y se despidió del viejo,
-bueno señor, hasta luego- dijo Miriam Caballero guardando su tarjeta en su cartera
-hasta luego preciosa, llámame, espero verte pronto- dijo el viejo, lo malo para el es que ya no la vería mas, Miriam Caballero estaba destinada esta noche para otro viejo, mucho más repugnante que este.
Salió de ahí lo mas apenada y lo más rápido que sus tacones le permitían, su sexy andar llamaba poderosamente la atención de los demás clientes, los empleados y sobre todo del viejo, pero más el exquisito meneo de su culito y la forma en que este se Miriam Caballerocaba perfecto en su vestido, ya arriba de la camioneta Miriam Caballero y Cruzito se burlaban ininterrumpidamente de la pobre Miriam Caballero, después de haberse llevado un momento muy apenado para ella.
-bueno y ahora a donde vamos- dijo Miriam Caballero viendo que apenas eran las 8 de la noche
-ya vámonos- dijo Miriam Caballero
-qué tal si vamos al cine porno para que conozcas- dijo Miriam Caballero
-ay no, no maches- decía Miriam Caballero insistiendo en que ya se quería ir
-sí, vamos, ahora que somos tres- dijo Miriam Caballero
-no, no manches Miriam Caballero, no ves como ando vestida- decía Miriam Caballero esperando convencer a Miriam Caballero
-con más razón, te van a llover hombres- decía Cruz
-pero no de los hombres que me gustan, ya me imagino la clase de hombres que han de ir, puro viejo, ay no que asco- decía Miriam Caballero
-entonces porque te fuiste a sentar con el viejo de hace rato- pregunto Miriam Caballero
-pues ustedes me obligaron- contesto Miriam Caballero
-ay mana y tu bien obediente- respondió Cruz
-me dio su número- dijo Miriam Caballero
-márcale,- decía insistente Miriam Caballero
-um, todavía, ni que estuviera tan guapo, pinche viejo rabo verde- se quejaba Miriam Caballero
-ay mana déjame contarte algo, tengo una amiga que es putísima y se ha acostado con viejos más ancianos que ese que te dio el numero, ese es un niño a comparación de con los que se ha acostado mi amiga- decía Cruz
-qué asco- decía Miriam Caballero poniendo cara de fuchi al igual que Miriam Caballero
-pero me ha dicho que, se verán ancianos y feos pero pegan unos mamadones de bollo que terminas buscándolos, además de que te dan una buena propina por un ratito en donde no haces nada, solo dejar que te laman el tamal-
-yaaa, que va ser, deja de decir eso, vas a hacer que me vomite- decía Miriam Caballero
-pues no creerás tu, pero mi amiga orita jala un celular que dice que se lo regalo el viejo con el que anda ahorita, la otra vez fui a Coppel y vi que ese celular estaba en $5 999.00, imagínate- decía Cruz
-enserio- pregunto Miriam Caballero
-claro que si mana, así se mueve el mundo, solo los viejos con dinero tiene acceso a nuestros cuerpos perfectos- decía Cruz enseñando su obeso cuerpo, haciendo reír a las dos jovencitas
-bueno niñas, díganme vamos a ir a putear sí o no- volvió a ganar la palabra Cruz
-sí pero primero vamos al cine- dijo Miriam Caballero
-no, no hay que ir allí- volvía a decir Miriam Caballero
-ay Miriam Caballero, ya me chocaste, mira, nosotros vamos a ir, así que si tú no quieres te quedas encerrada en la camioneta y se acabo- dijo Miriam Caballero ya chocada por la negatividad de su amiga
Partieron rumbo al cine porno, llegaron, y Miriam Caballero y Cruzito se bajaron y después de pagar su entrada se perdieron ante la vista de Miriam Caballero, la sensual chica se quedo adentro de la camioneta, no quería salir, pero también se estaba incomodando al estar ella sola, y más por que se veía un lugar muy inseguro, había una bolita de muchachos todos rapados ahí afuera y al parecer estaban provocando a otros muchachos, además un viejo muy borracho estaba orinando un coche enfrente de ella, sin mencionar los viejos que se estaban masturbando al aire libre viendo una revista para hombres, un coche delante de la camioneta de ella se movía de un lado a otro de forma sospechosa, parece que sus ocupantes la estaban pasando muy bien.
Pero donde se asusto fue cuando un viejo de apariencia de vagabundo golpeo el vidrio de la ventanilla con su rostro, asustando a la chica, y ya que estaba ahí lamio el vidrio de arriba hacia abajo viendo a Miriam Caballero a través del cristal y dejando un camino de saliva con su lengua, el viejo hacia movimientos como si se estuviera masturbando con la imagen de Miriam Caballero, expresaba un rostro orgásmico, como si estuviera a punto de correrse, además su boca al estar abierta se veía asquerosa y mostraba muchas ausencias dentales.
Miriam Caballero no aguantó más y salió de la camioneta para alcanzar a sus amigos, caminó lo más rápido posible logrando dejar atras al viejo que la asusto ya que el pobre hombre estaba tan borracho que caminaba como un zombie, mientras los demás viejos que tenían el privilegio de que les pasara cerca le decían obscenidades como
-ay cosita rica, ven que te voy a ensartar-
-ey putita, estas buscando quien te de tu leche antes de dormir jajajajajaja-
-ey, putita, somos dos, yo por la panocha y mi amigo por el culo-
-tengo mucha leche guardada para la primera puta que pase, ah mira, ahí va una, jajajajaja-
Hasta que en eso otro tipo que parecía vagabundo se le paro enfrente y le dijo,
-mira como me tienes hija de tu puta madre- y acto seguido abrió su gabardina vieja y enseño a Miriam Caballero su miembro completamente erecto, Miriam Caballero no pudo evitar ver esa verga de tamaño considerable, lo que la hizo ponerse roja, además de lo asustada que estaba, aun así se armo de valor y se abrió paso entre el viejo, llego a la taquilla y pago su entrada no sin antes regalarle al taquillero un panorama de su provocativo escote.
Avanzo hacia las salas pero al llegar se dio cuenta de que había tres, pregunto a un hombre de esos que fungen como seguridad que si no vio a una muchacha gordita entrar con un muchacho que se ve gay, a lo que el señor respondió que sí, que parece que habían entrado a la sala A, así que Miriam Caballero se metió a esa sala sin saber que era la equivocada.
Abrió la cortina roja de tela semitransparente que cubría la entrada de la sala, apenas y traspaso esa barrera y le llego un fuerte olor a tufo nauseabundo, tal y como le había explicado Miriam Caballero, se acomodo el vestido pues al caminar se le subía de mas, trataba de reconocer las siluetas de las personas sentadas pero por la oscuridad y el reflejo de la luz que emitía la película no pudo.
La película estaba en una de sus escenas mas fuertes, un poderoso negro se cogía a una sexy y delicada rubia, y su macanón que parecía una culebra mazacuate se incrustaba en lo más profundo del castigado culo de la actriz, quien a pesar de estar acostumbrada a ese tipo de trato, este negro la hacía pegar unos gritos desgarradores.
Miriam Caballero se sentó en una zona donde no había gente, de por si no había mucha en toda la sala, se incomodó pues la butaca aparte de estar floja, como si en vez de sentarse se le montaran, también estaba muy pegajosa, estaba muy incómoda pues sentía ese pegamento en sus desnudos muslos, ya que el vestido era tan corto que sentía la tela que cubría el asiento en sus glúteos, se cambio de lugar pero el asiento de al lado estaba en las mismas condiciones.
Se dispuso a disfrutar un poco la película, pensando que cuando esta acabara podría ver a sus amigos, aprovecho lo corto de su vestido para tocarse disimuladamente su sexo por encima de su pequeña tanguita, la cual rápido se empezó a mojar, al estar en esas condiciones nauseabundas no sabía cómo es que se podía excitar, recordaba a su ex novio, lo recordaba imaginando cuando él la tocaba.
Estaba a punto de irse pues un viejo había pasado cerca de ella y se le había quedado viendo muy descarado, regresaría a la camioneta pues pensaba que los vagos ya se habían ido, cuando en eso entro otro señor, viejo como de unos 54 años, su aspecto era de lo mas asqueroso, sudado y sucio como de grasa de automóvil, con la camisa abierta y algo rota, y enseñando una prominente barriga peluda y unas chiches caídas, su cabello era chino y muy esponjado, el tipo era muy moreno de piel, su cara grasosa, papada, labios gruesos, en fin, parecía un sapo.
Se paro en la puerta y lanzo un grito territorial, esto hizo que los pocos hombres hay presentes salieran de la sala con miedo, dejando la sala vacía, quedando solo el viejo panzón y Miriam Caballero quien se escondía entre las butacas pues al ver que todos corrieron se asusto pero al querer salir de ahí se le cayó la cartera junto con su celular y por la oscuridad no los encontraba.
El gordo avanzo y para desgracia de Miriam Caballero la vio, y al ver que no corrió como los demás, se sentó a su lado, el viejo se rio cuando la miro de cerca, Miriam Caballero en cambio estaba asustada, la figura del viejo intimidaba, tenía muchas cicatrices de golpes en la cara, traía la camisa arremangada, mostrando unos brazos peludos y muy fuertes, el viejo se sentó haciendo que la butaca casi se rompiera.
-mira nada más, que haces aquí tan solita putita mía-
Dijo el viejo, estirando su brazo por el hombro de Miriam Caballero, llegándole a la joven un fuerte olor a sudor proveniente de la axila peluda, también su otra callosa mano se fue a depositar sobre la suave y tersa piel de una de las piernas de Miriam Caballero, comenzó a pasarla por toda su pierna, Miriam Caballero estaba más que asustada, nerviosa, no se explicaba como había acabado en esa situación, si no le hubiera hecho caso a la loca de Miriam Caballero, seguramente estaría en casa descansando y no allí, ante un viejo desconocido de lo mas asqueroso y que imaginaba que le haría daño.
El cochino viejo le abrió las piernas y con su dedo medio tallo la depilada conchita de Miriam Caballero, pasando ese maestro dedo por sus labios vaginales, Miriam Caballero al principio se resistió, intento cerrar sus piernas pero aun así el viejo tenía más fuerza en su mano que Miriam Caballero en sus dos piernas juntas, pero al sentir el cosquilleo rico sumado al miedo, inconscientemente empezó a emitir sus primeros gemidos de la noche, arqueando sus brazos para recargarlos en el respaldo de la butaca,
-señor por favor déjeme ir- decía débilmente Miriam Caballero
-no perra, acabo de romperle la jeta a tres cabrones allá afuera y cada vez que le rompo la madre a alguien me dan ganas de cogerme una puta, y además putas como tú no vienen todos los días, jejejeje, traigo la verga bien caliente- decía el viejo con su vos rasposa y que mostraba leves efectos del alcohol
El viejo hizo a un lado la tanguita de Miriam Caballero, y empezó a penetrarla con el dedo, comprobando la excitación que la envolvía pues estaba muy mojada por haberse autocalentado momentos antes, Miriam Caballero gemía más fuerte, a pesar de la situación, estaba excitada, en parte ayudaba a que no podía ver bien al viejo, pues estaba algo oscuro, además el viejo la estimulaba de manera profesional, y como no, si prácticamente toda su vida se la había pasado cogiendo putas, logrando hacer que estas se vinieran que se podía esperar de una muchacha más decente.
El viejo se acerco a ella para besarla, metía su babosa lengua dentro de la boquita de Miriam Caballero, quien no hacía otra cosa que tragar saliva para no ahogarse, el brazo que antes rodeaba el hombro de la joven ahora manoseaba un seno, el cual era castigado por una mano muy callosa, en esos mismo momento el dedo medio del viejo estimulaba el clítoris de la joven que ya estaba hinchadísimo, Miriam Caballero gemía cada vez más fuerte, su cuerpo se culebreaba en la butaca, sudaba y seguía tragando saliva, su vestido se había subido tanto que mostraba sin ningún pudor su cuerpo semidesnudo.
-te gusta de verdad puerca?, por eso veniste para que te cogieran verdad?, puta, eres una puta- dijo el viejo y arrojo un escupitajo que fue a caer al rostro de Miriam Caballero
-no señor, noooo, pareeeeee, por favoooooooor, ohhhh,- decía la nena refiriéndose a la manoseada que le estaba dando, la cual estaba por robarle un orgasmo,
El viejo se seguía dando gusto, babeaba a la pobre Miriam Caballero, hasta que saco su asquerosa lengua, esto fue aprovechado por Miriam Caballero para toMiriam Caballero aire, parecía que se estaba ahogando pues jalo aire como desesperada, el viejo la tomo de la cara, Miriam Caballero abrió sus labios y el viejo aprovecho para meter su lengua dentro de la boca de Miriam Caballero en forma circular, Miriam Caballero gemía de asco pues el viejo lanzo un eructo cuyo gas se metió todo en la boca tan fresca hasta ese entonces de la chica, su ex novio nunca fue tan asqueroso a la hora que hacían el amor.
El viejo seguía masturbándola con su dedo, le arrancaba suspiros y gemidos, la pobre Miriam Caballero temblaba como si tuviera frio, pero en realidad estaba por venirle un orgasmo ya que el viejo logro estimular como se debe el clítoris de la nena, de pronto el viejo metió dos dedos dentro de su vagina y comenzó a moverlos muy rápido, tanto que se podía escuchar lo mojado del sexo de la muchacha, mientras Miriam Caballero se perdía en gritos y pujidos.
Miriam Caballero temblaba y se retorcía, su nivel de temperatura corporal subían a grados exagerados, abrió las piernas lo mas que pudo exponiendo su intimidad apenas cubierta por un semitransparente triangulo de tela a un viejo desconocido.
De pronto Miriam Caballero apretó lo mas que pudo las piernas para después venirse en un descomunal orgasmo que le arranco un gemido tan intenso que nunca con su ex novio había tenido uno así, el orgasmo fue tan bestial que hasta lagrimas y mocos le saco, así como hilos de saliva salían por los extremos de sus labios, el viejo se llevo sus dedos empapados en jugos vaginales hacia su boca para chuparlos, degustando el mejor sabor vaginal que su paladar había saboreado.
-ahhh, que rico te sabe la concha, la tienes deliciosa, creo que te la voy a penetrar- dijo el viejo
-no por favor- decía Miriam Caballero entre suspiros, aun no se recuperaba del orgasmo
El viejo prosiguió a desabrochar su pantalón y saco una poderosa herramienta venuda y completamente babosa, Miriam Caballero se recuperaba de ese orgasmo, estaba exhausta recostada en la butaca, respirando entrecortada, el viejo toma a la chica y la medio incorporo, le puso su verga en la boca pero Miriam Caballero se negaba a abrirla, entonces el viejo tomo su nariz y se la apretó impidiéndole la respiración, lo que obligo a Miriam Caballero a abrir la boca.
La apestosa verga del viejo se alojo dentro de esa fresca boquita, el color rojo con el que Miriam Caballero había pintado sus carnosos labios se había corrido, parte de ese color estaba embarrado en la boca del viejo y ahora se embarraba en el pedazo de carne morena.
-mámamela puta, chúpame la verga, anda- decía el viejo al tiempo que tiro otro escupitajo al rostro de Miriam Caballero,
-mámamela o te rompo tu madre a ti también, hija de puta- volvió a decir el viejo muy enojado
Miriam Caballero no tuvo otra que empezar a pasar su lengua por la cabeza de ese miembro, su lengua recorría cada centímetro de esa babosa cabeza, Miriam Caballero saboreaba el liquido lubricante proveniente de esa pestilente verga, la verga olía a rayos, picaba la nariz el aspirar ese hostil aroma, sin embargo Miriam Caballero aguantaba todo eso por miedo a que el viejo la pegara, pues se veía muy convincente a la hora de amenazarla, de pronto Miriam Caballero empezó a llorar, esto encabrono mas al viejo.
-porque lloras?-dijo muy enojado el gordo
-señor déjeme ir, yo solo estoy buscando a mis amigos, por favor déjeme se lo suplico- decía Miriam Caballero en medio del llanto y con saliva saliendo de su boca.
-mira hija de tu puta madre, todas las que viene aquí es para buscar verga, así que ahora no me salgas con pendejadas, o me mamas la verga o te rompo tu madre- y dicho esto el viejo saco una navaja de su bolsillo y la paso por uno de los cachetes de la asustada chica, era la primera vez en su vida que vivía una experiencia así que casi se desmaya.
-tienes una carita muy bonita y ambos queremos que siga a si de bonita, o no?- volvió a decir el viejo
Miriam Caballero no contesto nada, sabía que nada podía hacer, miro hacia la entrada esperando ver a un guardia de seguridad o a uno de los tipos que decía Miriam Caballero que estaban afuera pero nada, así que ante una segunda advertencia del viejo se dispuso a continuar con su desagradable labor, Miriam Caballero de vez en cuando se sacaba el miembro de su boca para dejar caer una gran cantidad de saliva combinada con liquido preseminal, para después reanudar su labor, la verga apestaba demasiado y al estarla chupando poco a poco el aliento a menta de la boca de Miriam Caballero fue desapareciendo para impregnarse de ese aroma asqueroso.
Hay estaba Miriam Caballero, arrodillada, mamándole la verga a un viejo repugnante, no era tarea fácil así que trataba de imaginar que ese descomunal tronco era la verga de su ex novio, aunque no había comparación en tamaño y grosor, la misma Miriam Caballero reconocía eso, después de un buen rato de estar así Miriam Caballero con la mandíbula adolorida, sus pómulos enrojecidos y un enorme charco de saliva en el suelo Miriam Caballero chupaba la verga del viejo se podría decir que voluntariamente, excitada, como si lo estuviera disfrutando.
Al poco tiempo tres sujetos mas entraron a la sala, uno de ellos vestido de policía fue quien llamo por su sobrenombre al viejo, a quien Miriam Caballero le seguía mamando la verga
-los del cine quieren que te vayas, otra vez les estas causando problemas,- decía el joven policía
-yo no he hecho nada, y a ti quien te dijo que dejaras de maMiriam Caballero- dijo enojado a Miriam Caballero, quien a pesar de la presencia de tres sujetos mas seguía mamando golosamente ese pedazo de carne sin hueso,
-está usted bien señorita?- dijo el policía gentilmente
-ella está bien, viene conmigo- dijo el viejo en un tono altanero
-le pregunté a la joven, está bien señorita?- volvió a preguntar el policía
-anda dile, dile que vienes conmigo, que pague por ti, es una puta, le gusta que le den por el culo- decía el viejo a los presentes
Miriam Caballero saco el pedazo de carne llena de saliva de su sexy boca, estaba asustada, pero sin embargo tenía la oportunidad para librarse de esa situación, sin embargo el viejo le había causado temor, pero también le había regalado el mejor orgasmo de su joven vida.
-sí, vengo con el- dijo Miriam Caballero mientras volvía a meterse el miembro del viejo a la boca, ante la mirada atónita de los presentes, incluso del mismo viejo a quien se le dibujo una gran sonrisa para explotarla en una sonora carcajada
-ves que es una puta, me salió cara como para que tú te la lleves, y es de primera, que rico me la esta mamando,- decía el viejo de la manera más patán que podía haber dicho
-de todas maneras tienes que irte, podría arrestarte a ti y a la muchacha por hacer esto en lugares públicos, para eso están los moteles-dijo el policía
Pero los muchachos del cine ni se quejaban, miraban mas atentos esta amateur exhibición que la de los actores de la películas que todavía se proyectaba en la sala, se les podía ver que estaban más excitados que el mismo viejo, pues en sus pantalones se levantaba un pequeño bulto al igual que en el del policía.
-bueno, me voy- dijo el viejo rompiendo el silencio
-pero me voy con mi puta, y esto no impide que regrese a este puto cine hediondo otro día,- amenazaba el viejo
El viejo saco su verga de la boca de Miriam Caballero y se abrocho su pantalón, al mismo tiempo Miriam Caballero se levantaba mostrando su espectacular figura cubierta por el ajustadísimo vestido, además estaba tan subido que se podía apreciar su tanga a la vista, así como saliva que en vez de caer al suelo había caído en sus muslos, incluso su bello rostro se veía mojado, esto por la saliva que de la verga del viejo se pegaba a su cara y por los escupitajos que el viejo le había tirado, Miriam Caballero se acomodo el vestido bajándolo un poco, acomodándose su cabello que aunque no lo usaba tan largo si se la había alborotado.
-queee, ehh, que vergas me ven- decía al viejo enojado a los empleados del cine que acompañaban al policía mientras avanzaba por el pasillo con el mujeron a su lado bien agarrada de la cintura.
El viejo y Miriam Caballero desaparecieron por la cortina de la entrada,
-pero que pedazo de hembra lleva ese cabrón- decía el policía
-si no mames, ha de ser mas chica que tu- dijo uno de los empleados a su compañero, un muchacho de apenas unos 20 años
Ya afuera el viejo subía a Miriam Caballero a un coche tan viejo casi como él, mientras el permanecía parado afuera del vehículo.
-oiga por favor ya déjeme ir, le mentí al policía para que no lo arrestara, le hice un favor, ahora déjeme ir por favor, se lo suplico- decía Miriam Caballero desesperadamente
-nada, no me vengas con chingaderas, apoco crees que me iba a arrestar ese pendejo, tú te vas conmigo, todavía no acabamos y cuidadito y gritas que te rompo el chipo hasta dejarte sin dientes,- dijo el viejo golpeando la lamina de otro coche tan fuerte que la sumió.
El viejo encendió el auto, el coche comenzó a lanzar una humazón así como explosiones provenientes de su escape, la pobre Miriam Caballero estaba asustada, volteaba a ver si de casualidad veía a sus amigos pero nada, el viejo le tomo de sus piernas y comenzó a manosearlas.
-suélteme, pare por favor- suplicaba Miriam Caballero
-que buena estas, tú no eres de aquí verdad?, lo primero que voy a hacer llegando es cogerte y vaciar toda esta leche rezagada que tengo en mis huevos adentro de ese panuchon que te cargas jajajajajaja, nos vamos a divertir mucho- dijo el viejo mientras pasaba su babosa lengua por toda la extensión de sus asquerosos labios.
UNA AMIRIAM CABALLEROGA Y REPUGNANTE TORTURA
Miriam Caballero y el viejo salían del improvisado estacionamiento del cine, durante el transcurso del viaje Miriam Caballero intentó inútilmente escapar del viejo, para esto se desesperaba tratando de abrir la puerta del copiloto pero esta no cedía, el viejo riéndose de sus fallidos intentos y de su desesperación e impotencia le dijo:
-jajajajaja, ay mamita esa puerta esta atorada, ni siquiera yo he podido desatorarla apoco crees que tu vas a poder con esas manitas tan débiles-
-señor, por favor, déjeme ir, le juro que no diré nada a nadie pero déjeme ir, mi padre debe de estar preocupado- decía Miriam Caballero, como si esas palabras fueran a conmover al viejo.
-nada, a mi no me vengas con eso, eso debiste de haber pensado antes de salir de jarra, chamaca purija, y luego juran que no son putas, así que vele avisando a tu papacito que vas a llegar tarde porque vas a coger con un verdadero macho- decía el viejo con su rasposa voz.
Miriam Caballero veía por la ventana con sus ojitos vidriosos y su rostro preocupado como las calles luminosas, pavimentadas y llenas de gente poco a poco iban siendo reemplazadas por calles oscuras, en pésimo estado y en donde pocas almas caminaban muy deprisa buscando la protección de sus hogares.
Llegaron a una zona ubicada en una parte de la ciudad muy peligrosa y desconocida para nuestra protagonista, un lugar que ni los más valientes se aventurarían a ir, las calles sin pavimentar, poco alumbrado y muchas cantinas y bares de mala muerte a los alrededores, mucho vago se veía en las calles, prostitutas en cada esquina, pero no de buen ver, prostitutas gordas usando vestidos tan ajustados que las hacían parecer tamales mal envueltos y hacían verles vientres muy abultados como si estuvieran embarazadas, la autoridad brillaba por su ausencia ya que la zona era controlada por una célula delincuencial de la que el viejo era parte y la misma policía recibía una buena tajada para seguir dejándolos operar.
El viejo estacionó su coche enfrente de una bolita de malandros, estos al verlo bajar y avanzar hacia ellos solo se abrieron pero a la vez contemplaron el pedazo de hembra que sacó del auto jalándola del cabello, pues se le había puesto algo rebelde en el transcurso del viaje, ella forcejeaba con el viejo y aun así no dejaba de caderearse coqueta gracias a sus tacones, Miriam Caballero intentó liberarse del viejo pero le era inútil, el viejo se enojó y empujó a la joven haciéndola caer de culo sobre el suelo, cuando cayó abrió ligeramente las piernas volviendo a mostrarle su intimidad apenas cubierta por su húmeda tanguita, podía apreciarse todavía restos de jugos vaginales que aun no se secaban, productos del orgasmo que vivió en el cine, el viejo le dijo:
-mira hija de la chingada, si no te portas bien conmigo te dejo aquí afuera con estos pendejos, para que te hagan lo que ellos quieran, tú decides si después de que te metan sus vergas por todos tus agujeros quieres que tus padres encuentren tu cuerpecito tirado en las vías del tren, así que, ¡o te comportas o te comportas!- dijo el viejo muy convincente, los malandros se acercaron un par de pasos hacia donde se encontraba tirada la joven, amenazando con empezar a rodearla.
Miriam Caballero volteó tímidamente hacia donde se encontraban los vagos, si bien no eran tan viejos ni gordos si eran lo suficientemente feos y desarrapados como para que una muchachita tan limpia y perfumada se dejase manosear por ellos, y se les veía una cara de arrechos que ni ellos se aguantaban, que le quedaba a la pobre Miriam Caballero que seguir en posesión del viejo, al menos estando al lado de él estos no se le acercaban, así que dejaría de luchar, se levantó acomodándose su vestido y solita se acercó al viejo mientras miraba asustada a los vagos, sabía que estaba a merced del viejo, escapar era imposible.
Miriam Caballero sabía que independientemente del bando que escogiera, ya sea el viejo o los malandros, terminaría follada, pensó “el viejo por lo menos es uno, a lo mejor se emborrache y se quede dormido y me dé algo de tiempo para escapar, y en caso de que me vea, como esta obeso debe de ser lento para correr”, veía a los vagos y con la simple intuición aseguraba que ellos posiblemente la matarían durante la copulación, ya que estaban bajo la influencia de drogas, alucinógenos y aspirando líquidos corrosivos, se veían extremadamente agresivos, uno estaba hasta echando espuma por la boca y otro tenía una especie de machete en la mano, el viejo solo estaba bajo el efecto de un par de latas de cervezas.
-que le ven a mi hembra hijos de puta, váyanse a la verga, vayan a verle el culo apestoso a su madre,- decía el viejo mientras tomaba a Miriam Caballero de su cintura y la pegaba a su obeso cuerpo, una cintura tan fina que casi podía ser abarcada por ambas manos y seguida por unas prominentes caderas y un orgulloso culito Miriam Caballerocados perfectamente por el entallado y cortísimo vestido, un vestido de color blanco que ya presentaba algunas manchas de mugre debido a las sucias manos del viejo; los malandros no les quedó de otra que retirarse, a pesar de su estado y su superioridad numérica no eran lo suficientemente pendejos como para meterse con el viejo, sabían que estaba muy bien apadrinado.
-parece que ya vas entendiendo tu papel, putita rica, esta noche eres mi hembra, y si me gusta como coges te quedas conmigo,entendiste- dijo el viejo y plantó un beso asqueroso a la asustada chiquilla, ella lo correspondió pero no porque le gustara, sino por temor al viejo, pensó que si lo rechazaba este la golpearía, o peor aún, la echaría a los vagos, el viejo intentaba dentro de su boca enrollar su lengua con la de la joven pero esta se negaba, ya de por si era mucho estar soportando el pútrido aliento del vejete, el viejo dejó de besarla después de haberle llenado la boca de saliva asquerosa y emitió un sonido como aquel que degusta una bebida refrescante.
El viejo caminó junto con Miriam Caballero, la había abrazado con uno de sus peludos brazos pasándolo por sus hombros y la llevaba como si se tratara de su pareja, la silueta obesa del viejo al caminar y moverse de manera gelatinosa y amorfa hacia contraste con la silueta perfecta de Miriam Caballero, al caminar coqueta y mover su cuerpo de una forma tan seductora gracias a la vestimenta que portaba, Miriam Caballero llevaba una cara de asco, primero por la desagradable sensación en su boca después del beso y segundo por el hedor que salía de la axila del viejo que al llevar el brazo en esa posición quedaba a escasos centímetros del rostro de Miriam Caballero.
El viejo y la chica llegaron a una de las tantas cantinas que formaban parte del colorido paisaje de la zona, detrás de este negocio estaba la casa del viejo, para llegar a ella se podía rodear la cantina, pero el viejo quiso atravesarla, sabía que muchos compinches suyos posiblemente ahí estarían y quería impresionarlos con el mujeron que llevaba.
-oiga yo no voy a entrar ahí,- dijo Miriam Caballero
-como de que no perra barata, si es donde deberías de estar, órale- dijo el viejo y de un empujón la lanzó adentro del malsano lugar.
Adentro todo era desagradable, olor a cerveza, a cigarro, sudor, gritos, risas de cantineras, música de narcocorridos provenientes de un stereo a todo volumen, Miriam Caballero pudo contemplar sobre la espesa niebla de humo de cigarro muchos borrachos de la misma calaña que su acompañante, gordos, feos y muy repugnantes.
Las meseras que atendía a tan selecta clientela eran chicas jóvenes y de buen cuerpo, si bien Miriam Caballero reflejaba un rostro de vergüenza y timidez al estar en semejante situación, las chicas reflejaban un rostro de impudor y cinismo al estar atendiendo a los borrachos o estar sentadas junto a ellos, era como si estuvieran orgullosas por desempeñar este trabajo, aunque solo se trataba de un cascaron, por dentro estas pobres chicas guardaban tanto o quizás más asco que el que Miriam Caballero sentía, pero lo que más indignó a Miriam Caballero fue ver entre los clientes un trío de policías, tomando y con una de las chicas en las piernas de uno de ellos, Miriam Caballero poco a poco comprendía que ese mundo de justicia color de rosa que tanto le hacían creer en la tele y las noticias en realidad no existía.
El viejo y Miriam Caballero avanzaban hacia la barra, mientras caminaban el viejo era saludado por un número considerable de personas, incluidas las chicas que fungían como meseras, los caballeros se dedicaban a admirar al trozo de carne que llevaba a su lado, digo trozo de carne porque para ellos Miriam Caballero solo se trataba de eso:
“un trozo de carne, un par de melones para manosear a su antojo hasta que las manos duelan de tanto apretar y salgan cayos, un culo andante que solo sirve para ser penetrado hasta reventarlo, una boquita cuya única función es la de maMiriam Caballero y sacar la leche de vergas calientes y una panocha que su principal uso es el de utilizarla para penetrarla salvajemente hasta vaciarse dentro de ella al punto de quedarse seco, Miriam Caballero había llegado a un mundo en donde todas sus cualidades, aptitudes y virtudes que hacen a la mujer un ser intelectual no tienen valía”.
Durante el trayecto, Miriam Caballero pudo sentir sobre su exquisito cuerpo todo tipo de miradas lujuriosas y calientes, uno que otro viejo borracho se atrevía a lanzarle cantidades de piropos subidos de tono, sin importarles la presencia del viejo, además se escuchaban frases como:
-otra Pancho-
-que hembra te cargas Pancho-
-Pancho, porque no me prestas tantito a esa hembrita- dijo uno de los borrachos más ancianos ahí presentes, y aprovechando que Miriam Caballero pasó cerca de él, le alcanzó a dar un pellizco en una de sus nalgas, haciendo que la chica pegara un brinco y volteara a verlo enojada al tiempo que se sobaba la nalga, varios borrachos comenzaron a reírse y alabar al viejo por semejante acto de valentía, siendo el viejo Pancho uno de los que reían.
-jajajajaja, será mejor que no te me despegues, si te quedas atrás te hacen cachos- decía el viejo Pancho, Miriam Caballero solo apretaba el paso para alcanzar al que parecía ser su única defensa.
A pesar de que la distancia entre la entrada de la cantina y la barra no superaba los 30 metros, para Miriam Caballero se le hizo una eternidad atravesar ese camino y fue en ese lapso cuando más veces acomodó su vestido intentando tapar un poco sus piernas, ya que por la forma en que la miraban sentía que caminaba desnuda.
-no te tapes mamita, esas piernas están para comérselas- decía un viejo
-que se lo quite, que se lo quite- decía otro
-me quiero orinar sobre esa zorra- decía uno cayéndose de borracho
En la barra estaba otro viejo, más longevo que el viejo Pancho, de aspecto horrible y vomitorio, era casi calvo, solo unos pocos cabellos canos y largos peinados hacia atrás cubrían su coco, desde que Miriam Caballero entró la miró con una sonrisa enferma, mostraba dientes aMiriam Caballeroillos llenos de caries y muy mal acomodados, encimados unos con otros, algunos salían de su boca aun teniéndola cerrada debido a su deforme dentadura, un bigote completamente canoso y mal cuidado, podían apreciarse varios pelos que asomaban de sus fosas nasales al igual que de sus orejas, su pabellón de la oreja estaba lleno de cerilla, sus axilas habían manchado de sudor su vieja camisa, dicho viejo se encontraba limpiando un vaso con una especie de franela sucia y utilizaba escupitajos para despegar las manchas.
El viejo Pancho colocó a Miriam Caballero entre su cuerpo y la barra, en esta posición podía repegarle todo su paquete es sus carnosas nalgas y lo hacía descaradamente, sentía la suavidad y tersura de ese trasero perfecto mientras que Miriam Caballero sentía una autentica barra de fierro que no era otra cosa más que la verga del viejo en todo su poderío, en la mente de Miriam Caballero solo se escuchaba “y todo eso me piensa meter”, el viejo de paso aprovechaba para llenarle de babas su nuca, cuello y todo lo que alcanzara, la pobre Miriam Caballero solo se movía de un lado a otro intentando zafarse pero era inútil, el viejo la tomó de las caderas y hasta parecía como si estuvieran bailando por la forma en que ambos de culebreaban, el viejo Pancho llamó al viejo de la barra para pedirle un par de cervezas.
-Pancho el jefe me llamó la atención porque no le hemos dado su cuota del mes?- dijo el viejo de la barra (que se llamaba Felipe).
-fíjate que ando sobre una chamaca hija de un empresario, no se pero presiento que a ese si le vamos a sacar una buena feria, como para pagarle al jefe todo un año, además la chamaca esta rebuena, también podemos divertirnos un rato con ella y a lo mejor se le regresamos a su papito con sorpresa dentro- ambos viejo explotaron en una carcajada burlona mientras era vistos con temor y rabia por Miriam Caballero después de haber escuchado sus maquiavélicos planes.
-y tú que vergas ves, no vas a toMiriam Caballerote esa cerveza,- reclamó el viejo a nuestra protagonista.
-no, no tomo cerveza señor- dijo Miriam Caballero tímidamente.
-no tomo cerveza (decía el viejo arremedándola), quítate lo mamona y tómatela, ora- y dicho esto el viejo agarró la cerveza y se la empinó a Miriam Caballero obligadamente haciendo que parte del aMiriam Caballerogo líquido cayera sobre su blanco vestido.
-y de que putero sacaste a este culito Pancho?- preguntó el viejo Felipe
-estaba en el cine porno de allá del centro, yo pase por ahí y me metí para jalármela un rato y allí me la encontré,- respondió Pancho.
-ahh, y como se llama?- preguntó el viejo Felipe
-no sé, deberás puta, cómo te llamas?- preguntó el viejo Pancho a Miriam Caballero
-M… Miriam Caballero….. Miriam Caballero- dijo la jovencita con un miedo que la hacía tragar saliva.
-ahh, Miriam Caballero, así se llamaba una novia que tuve cuando era joven, que tiempos aquellos, no que ahora estoy viejo y feo, las niñas ya no se fijan en mi, solamente obligándolas a coger conmigo, y dime Miriam Caballero, por donde te gusta más que te den, a mi me gusta más por la almeja, porque una vez le metí la verga a una niña casi de tu edad por el culo y se lo desgarré, y que desagradable es eso, que se te embarre de sangre, y luego estar soportando sus chillidos.- dijo el viejo Felipe, mientras Miriam Caballero se quedó callada tratando de asimilar lo que había escuchado y que seguro era lo que tenían preparado para ella.
-y dime Miriam Caballero, cuántos años tienes?- pregunto el viejo Felipe
-dddd… diii….. dieciocho,- respondió Miriam Caballero tímidamente
El viejo Felipe empezó a hacer cuentas en su mente y movía sus dedos como si estuviera realizando una sumatoria hasta que habló:
-18, osea que naciste cuando yo tenía 49 años, lo que son las cosas a Pancho, jajajajajaja, no cabe duda que ya estoy viejo jajajajaja- casi 70 años se cargaba el vejete y todavía andaba de culion.
-cuanto es de las cervezas?- preguntó el Pancho
-son 50 pesos,- respondió Felipe
-ora tu, Miriam Caballero, págale, págame mi cerveza, yo estoy acostumbrado a que las hembras me paguen las cosas- dijo Pancho
-oiga yo no voy a pagar eso- dijo Miriam Caballero un poco mas envalentonada, sin embargo lo valiente se le fue cuando el viejo nuevamente volvió a amenazarla con golpearla y dejar que todos los presentes la cogieran si no pagaba las cervezas.
-ten, creo que es tuya, la recogí en el cine cuando te acomodabas tu vestido- el viejo dio a Miriam Caballero su cartera, la pobre chica la creía perdida.
-págamela, o te meto esta botella por el culo- amenazó el viejo Pancho enseñando a Miriam Caballero la botella de cerveza de 355 ml.
Miriam Caballero resignada abrió su cartera y se dio cuenta de que estaba vacía, el viejo Pancho le había sacado el poco dinero que la joven llevaba, ese dinero que a Miriam Caballero tanto trabajo le costaba ganarse, y que a pesar de trabajar en un negocio en donde se vendían bebidas alcohólicas y tener un poco de experiencia en la forma de cómo se comportan los hombres cuando están borrachos, estos no tenían nada que ver con los que ahora estaban a su alrededor, tipos tan despiadados de esos que no se tocan el corazón a la hora de quitarle la vida una persona, y que tenían armas de fuego arriba de las mesas sin importar que estuvieran a la vista de los policía que ahí se encontraban, aun así Miriam Caballero sacó fuerzas quien sabe de donde para reclaMiriam Caballero al viejo por su dinero.
-nooo, no tengo, devuélvame mi dinero viejo ratero,- decía Miriam Caballero nuevamente rompiendo en llanto ante la impotencia de no poder hacer nada.
-devuélvamelo que es lo único que tengo y es para ayudar a mi papá,- decía insistentemente.
-devuélvamelo o le digo a la policía- decía Miriam Caballero
-a cuales, a esos que están ahí,- señalo Felipe a los tres policías que estaban hasta el culo de pedos,
-no creo que te hagan caso putita, les estoy invitando las cervezas por protegernos y servirnos jajajajajajajajajajaja- reía el viejo Felipe
-devuélvamelo por favor- decía Miriam Caballero ya casi sin fuerzas.
-ah que necia, yo no tengo nada, ehh, me dices ratero, quieres que te rompa el chipo perra desgraciada?,- dijo el viejo Pancho con una risa sarcástica y levantó un brazo amenazando con golpearla, rápidamente el viejo Felipe se interpuso y alcanzó a agarrarle el brazo.
-tranquilo Pancho, no te encabrones, espera, con dinero no es la única forma en que esta niña puede pagarme, porque no me la prestas para que me arregle allá atrás con ella,- dijo Felipe que con solo haber dicho esas palabras ya tenía la verga bien parada.
-si llévatela, para que se eduque, ya le pase muchas, ya le hace falta un escarmiento,- dijo Pancho
-jejeje, si no te preocupes yo se lo daré- dijo el viejo Felipe quien llevaba todas las intenciones de penetrarla y vaciarse dentro de ella.
-no me gusta tu risa Felipe, mejor te acompaño, no vaya a ser que te vengas dentro de ella, ese privilegio solo es para mí- dijo Pancho adivinando sus pensamientos pues conocía lo desalmado que podía llegar a ser su amigo.
El viejo Felipe dejó encargada la barra a otro viejo, tomó del brazo a Miriam Caballero, la chica comenzó a forcejear pero el viejo Pancho que iba detrás de ellos la calmó poniéndole la punta de la navaja en su espalda baja, haciendo que la chica sintiera un escalofrío recorrer toda su columna vertebral y que su presión arterial se bajara hasta casi desmayarse.
-mira niña, acompáñanos y calladita- dijo Pancho
Los viejos y la jovencita atravesaban una puerta a la que solo el personal tenía acceso pero fueron vistos por una señora gorda y chaparra que fumaba un cigarro, la encargada de las chicas que atendían a los borrachos.
El trió llegó a un pequeño cuarto, donde solo estaba un deteriorado sillón, el viejo Felipe se sentó y se desabrocho el pantalón y lo bajó hasta los tobillos, exhibiendo unas piernas muy peludas y delgadas, en contraste con su voluminosa panza, su calzoncillo aMiriam Caballeroiblanco dejaba ver un enorme bulto de color oscuro escondido debajo, además el calzón estaba un poco mojado exactamente en donde descansaba la cabeza de su miembro.
Miriam Caballero estaba junto al viejo Pancho, intentaba no ver esa desagradable escena pero muy a su pesar y tratando de que ninguno de los dos viejos se dieran cuenta, volteaba tímidamente a ver el bulto que se cargaba el viejo Felipe, también recordaba el grosor del miembro del viejo Pancho cuando se la mamó en el cine, se pensaba que si acaso estaba en un mundo en donde los viejos más repugnantes y morbosos eran los que se cargaban los miembro más grandes y gruesos, sus pensamientos se revoloteaban en su mente y se los imaginaba penetrando los apretados coñitos de jovencitas tan hermosas como ella, hasta que su mente le jugó una mala pasada y la colocó a ella siendo penetrada por uno de ellos y gimiendo como una reverenda puta, Miriam Caballero no supo en qué momento su sexo se empezó a mojar.
El viejo Pancho dio un ligero empujón a Miriam Caballero, haciéndola llegar casi a donde se encontraba el otro anciano.
-ora puta, has tu trabajo, para lo que sirves, la única función para la que veniste a este mundo- ambos viejos rieron orgullosos
-ve niña, ya quiero sentir tus labios en mi trozo- decía Felipe
Miriam Caballero estaba estática, era de suponerse que no debía mostrar su curiosidad hacia lo que el viejo Felipe escondía entre sus calzoncillos, pero el estar ahí parada en medio de ellos y vestida de esa manera hacia que su cuerpo tuviera reacciones tanto de repudio a los dos gordos como de excitación, un calor intenso recorría todo su cuerpo y sentía como si una mano invisible rascara su sensible conchita, el viejo llevaba una camisa sucia y se la había subido a la altura del ombligo, demostrando que también era un hombre peludo.
Miriam Caballero dio un paso, pero más que por decisión propia fue por haber sentido nuevamente la navaja del viejo Pancho en su espalda, dio otro tímido paso y paró para tragar saliva al mismo tiempo que todo su cuerpo se erizaba demostrando el estado de nerviosismo en que se encontraba.
-rápido puta, si se ve que te estás muriendo por comerte esta verga- gritó el viejo Felipe de forma autoritaria asustando a Miriam Caballero quien reaccionó del trance en que estaba, Miriam Caballero avanzó hasta llegar a donde el viejo estaba sentado.
-arrodíllate,- ordenó el viejo Felipe, Miriam Caballero se resistía a obedecer esa orden permaneciendo parada con una cara de no saber qué hacer y volteando constantemente a los alrededores, en donde no había nada que ver solo paredes y frases groseras escritas con plumón negro.
-que te arrodilles que no oyes,- dijo el viejo Pancho y presionó los hombros de Miriam Caballero haciendo que se arrodillara ante el otro anciano.
-no por favor señor respéteme, no puedo hacer esto, yo no soy lo que ustedes creen, por favor, se lo ruego, déjeme ir por lo que más quiera, se lo suplico, solo quiero ir a mi casa, por favor- decía Miriam Caballero en medio del llanto y escondiendo su bello rostro entre las desnudas y peludas piernas del viejo, las lagrimas habían cubierto sus hermosos ojos verdes y pensaba que con esto convencería a los viejos de dejarla en paz, mientras el viejo Felipe veía como la cabecita de la niña había quedado a escasos centímetros de su verga.
-jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, oye Pancho tu le crees a esta puta, anda exigiendo respeto y mira nada mas como se viste, ora si me hiciste reir; no niña, tu eres una puta y yo te voy a enseñar a reconocerlo, todas las mujeres son unas putas, lo llevan en la sangre, basta con un empujoncito de verga en sus panochitas para que acepten lo que son, por lo que veo eso te falta a ti, por eso sales en las noches vestida de esa manera pidiendo riata verdad?, pues no te preocupes, si no te la han dado yo te la voy a dar, ahora mámamela, y no quiero volver a repetirlo y ya no me salgas con estupideces de que no eres puta, si casi casi lo traes escrito en la frente,- dijo Felipe
-mámasela puta, sino les hablo a todos para que te vengan a coger hasta que te revienten de tanta leche dentro,- dijo Pancho
Miriam Caballero se secó sus lagrimas con sus muñecas, tenía mucho miedo, pero seguía sin ceder a la orden aun después de la fuerte amenaza y las crudas palabras, entonces el viejo Pancho se enojó y avanzó hacia ella.
-sabes que, ya me canse de esto- dijo Pancho sacando su navaja y apretándola con su mano, agarró a Miriam Caballero de los cabellos y le puso el objeto punzocortante en su cuello, Miriam Caballero podía sentir el frio del arma en su piel, un frio que quemaba, sus ojos se nublaron hasta el punto de no ver nada y otro frio intenso se apoderó de su cuerpo, sin duda la muerte la estaba abrazando, sin embargo su cuerpo se recuperó gracias a que dejó de sentir la navaja en su cuello, el viejo Felipe había detenido a su amigo Pancho.
-espera Pancho, cabrón, no mames, no sé cómo esta niña ha sobrevivido contigo, primero que me pague las cervezas, ya después haces con ella lo que quieras; mira niña, no seas orgullosa, se ve que eres una putita muy difícil de doMiriam Caballero, pero sé que ante todo esto prefieres chuparme la verga antes de que Pancho te clave esa navaja en la tráquea, verdad, nadie quiere eso y mira que te la estoy poniendo fácil, no hagas las cosas más difíciles, de todas maneras nosotros si quisiéramos ya te estuviéramos cogiendo, y te vamos a coger a la fuerza si no me pagas esas cervezas, y créeme que no te va a gustar por las malas, así que abre la boca y mámamela hasta que me corra, si no lo haces todos los tipos que viste allá afuera vendrán y te llenaran tu panocha de leche,- decía el viejo Felipe mientras con una de sus manos agarraba a Miriam Caballero de su mentón y le apretaba ligeramente los cachetes, haciendo que los labios de la nena toMiriam Caballeroan forma de chipo de pescado.
Miriam Caballero escuchaba atenta las palabras del viejo, sus bellos ojos miraban fijamente a los de Felipe, sus sensuales labios mostraban un brillo que los hacía ver mojaditos, y sus delicadas manos se apoyaban en las peludas piernas del viejo.
-como se- un par de palabras se escaparon de los sexys labios de Miriam Caballero.
-como se que ustedes no me violaran a la fuerza, después de que se la chupe, que garantía tengo Don Felipe,- dijo Miriam Caballero en un intento de negociar con dos de las personas más tramposas y embusteras de la cuidad.
-jajajaja, eres lista putilla, hasta que conozco a una puta que sabe usar su cerebro y no nada más su culo, bueno niña, de ti depende que me dejes seco, que me pegues una mamada tan intensa que mi verga no vuelva a pararse en días, que me saques unos dos litros de leche, así que todo depende de ti, y por mi parte te prometo que si me mamas la verga, ninguno de esos pendejos de allá afuera se meterá contigo, estarás bien apadrinada te lo aseguro, podrás caminar tranquilamente por estas calles sin que nadie te moleste- dijo Felipe presumiendo que era el representante directo del jefe de la zona, la única persona que conocía en persona al jefe del que tanto hablaban, un grado más arriba que el mismo Pancho, el que podía decir quien vive y quien muere, y por tanto, la única persona que podía dar inmunidad.
-es más, si me mamas la verga, prometo no penetrarte, ni ninguno de allá afuera, ni Pancho, verdad Pancho?- decía Felipe
-ehhh, si, lo que sea- dijo Pancho sin ni siquiera escuchar lo que Felipe dijo
Miriam Caballero reflexionaba, sabía que el viejo tenía razón, prefería maMiriam Caballero esa pestilente verga que ser abusada violentamente por más de una docena de tipos macuarros y horribles, pero algo dentro de ella sabía que no debía de confiar al 100% en estos tipos, aun así tímidamente tomó con sus manitas el calzón del viejo y poco a poco lo fue bajando hasta los tobillos, ante ella una verga enorme aparecía en estado de semiereccion, rechoncha y arrugada, un glande baboso, brilloso y una peste a esencia de verga sucia, los pelos resecos que cubrían su base eran enormes y canosos, pequeñísimos ácaros negros caminaban entre esa espesa selva blanca.
-vamos putita abre la boca- decía Felipe
Miriam Caballero tímidamente abrió su boquita, sintió su propio aliento, ese aliento pulcro que tenía cuando salió de su casa esa misma tarde había desaparecido, ahora su aliento apestaba a verga sucia y aliento de viejo, acercó sus sensuales labios hacia esa otra pestilente verga, cuando llegó a ella cerró sus ojos y estiró un poco su lengua, hasta que sintió que había tocado la cabeza del miembro, nuevamente probó el salado sabor del líquido preseminal que se desbordaba de la verga del viejo Felipe, puso cara de asco pero volvió a estirar su lengua.
El viejo Felipe veía esa niña probar su carne, su rostro sin duda era el más bello que había visto en su cobarde y corrupta vida, ni siquiera las chicas que atendían la cantina poseían un rostro tan bello y un cuerpo tan perfecto como el que poseía Miriam Caballero, además todas esas putillas rebasaban los 25 años de edad y muchas de ellas con embarazos a cuestas, en cambio Miriam Caballero recién había cumplido los 18, era casi una niña, su rostro aun mostraba facetas infantiles.
Miriam Caballero daba ahora tímidos lengüetazos, recogiendo el líquido lubricante que impregnaba la cabeza del viejo, una sensación aceitosa imperaba dentro de su boca, poco a poco las lamidas aumentaban su velocidad y fricción, el viejo Pancho permanecía como un espectador recargado en la puerta, viendo como esa niña se comía la verga de un viejo para nada agraciado, incluso a Pancho le daba asco la escena, para calMiriam Caballero su malestar estomacal volteaba a ver el culo de Miriam Caballero, quien al estar arrodillada su vestido se le había subido y dejaba ver buena parte de sus nalgas, su tanga había desaparecido entre esos carnosos atributos.
El viejo Felipe estaba que no cavia de la emoción, sentía las lamidas y se daba cuenta de la falta de experiencia de la jovencita, Miriam Caballero lamia el tallo, la cabeza e intentaba enrollarla con su lengua, el viejo tomó su verga y la empezó a tallar en el rostro de Miriam Caballero, la chica no opuso resistencia, el viejo tallaba esa gruesa vara que ya había alcanzado su máximo, unos 18 centímetros de dura carne maciza morena, la verga empapaba de lubricante el bello rostro de la jovencita, quien solo permanecía con los ojos cerrados, su cara se llenaba de saliva y líquido preseminal hasta alcanzar un aspecto brilloso.
-continua- dijo el viejo Felipe
Miriam Caballero como no queriendo pero teniéndolo que hacer comenzó a lamer nuevamente esa barra caliente, a Miriam Caballero le llamaba la atención su grosor, su manita apenas y podía abarcar semejante tallo, a pesar de estar lamiendo la verga con una voluntariedad forzada Miriam Caballero no estaba excitada, se decía ella misma que si iba a estar así los próximos minutos por lo menos tenía que excitarse para hacer más corto su suplicio, así que sin importar que los viejos se dieran cuenta subió un poco mas su vestido y abrió ligeramente sus piernas y con la mano que le quedaba libre se comenzó a estimular su sexo, exactamente los puntos más sensibles y de los cuales ya tenía conocimiento, cuantas veces no se masturbaba en su cuarto arrancándose orgasmos cuando su padre no estaba.
-pero que puta saliste chiquilla- dijo el viejo Pancho, Miriam Caballero escuchó, pero no puso atención a los insultos, ya de por si había recibido bastantes que ya hasta se estaba acostumbrando, ella debía de concentrarse en hacer correr al viejo lo más rápido posible, que caras le estaban saliendo el par de cervezas.
Miriam Caballero también sabia que con lamidas nunca se iba a correr el viejo, así que procedió a meterse a su boquita ese grueso mástil, lo enrolló con su lengua y procedió a realizar ese movimiento mamatorio que su exnovio le enseñó pero sin sacarse el miembro de su boca, el viejo echaba su cabeza hacia atrás y ponía sus manos sobre la cabeza de la joven, una sola de sus manos abarcaba por completo el cráneo de Miriam Caballero.
-que rico la mamas chiquilla, no cabe duda que las niñas de hoy en día son mejores que las viejas de nuestra época, verdad Pancho?- preguntaba el viejo Felipe
-así es,- respondía el viejo Pancho de forma seca, no había aguantado semejante panorama y ahora se había sacado la verga para masturbarse, a pesar de que al principio sintió asco, ese asco se le había trasformado en auténtico morbo, la situación ahí expuesta nunca la vería en ninguna película porno, un viejo que ninguna jovencita follaría con él ni por todo el dinero del mundo, que solo obligando y chantajeando a las mujeres era como podía disfrutar de ellas y que hasta las putas de la cantina lo veían con repulsión, ahora una muchachita por demás bellísima y con un cuerpo que cautivaría al mismo Papa, estaba arrodillada mamándole la verga a este viejo repulsivo quien gemía y reía altaneramente, y encima la niña se masturbaba, lo que hacía pensar a los viejos, que la joven lo estaba disfrutando.
Igual que en el cine, Miriam Caballero dejaba caer saliva constantemente, poco a poco los pómulos de Miriam Caballero se enrojecían, más que por la mamada era por la intensa masturbada que ella misma se estaba dando, incluso empezó a ahogar tímidos gemidos en su garganta ocupada por la verga de viejo, su clítoris se había hinchado y Miriam Caballero atacaba ese botoncito sin tregua.
-levántate el vestido hasta la cintura perra malparida, enséñame el culo, anda, enséñame el culo de putona que te cargas- dijo Pancho mientras daba otro sorbo a su cerveza que aun la llevaba consigo, Miriam Caballero obedeció y se levantó el vestido hasta la cintura, enseñando sus carnosas nalgas desnudas, su pequeña tanga había desaparecido casi por completo, solo los hilos laterales y un pequeño triangulo en la parte de atrás era lo único que intentaban tapar ese suculento manjar que la jovencita tenía por culo.
El cuerpo de Miriam Caballero lucia exquisito, su espalda baja hacia una curva perfecta y daba nacimiento a un tremendo culazo, además había dos hoyitos en la parte baja de su espalda, los cuales vemos a muchas niñas de hoy en día presumir con sus blusitas ombligueras, sus caderas se engrosaban y daban lugar a unas bien cuidadas y firmes piernas, sus pantorrillas se veían carnosas y muy femeninas, el viejo Pancho podía ver la pequeña manita de Miriam Caballero haciendo esos movimientos masturbatorios, el viejo hacia un gran esfuerzo para no arrojársele ahí mismo y penetrarla.
Miriam Caballero comenzó a aumentar la velocidad, su boca bañaba de saliva la gruesa verga del viejo, de esta, chorros de lubricante no dejaban de salir, a menudo Miriam Caballero sacaba esa gruesa verga para jalar aire, o como ya dije, para escupir el exceso de salivación, el viejo Felipe se acercó al rostro de la joven solo para hacer lo mismo que Pancho, lanzar un escupitajo al rostro de Miriam Caballero, ella lo recibió con asco, pero ya que le quedaba, el viejo en otro escupitajo junto tanta saliva e hizo un sonido raro con sus fosas nasales para arrojar otro cargado de gargajos, los cuales cayeron sobre el angelical rostro de la joven Miriam Caballero, todavía el viejo con su verga comenzó a esparcir esos asquerosos fluidos sobre la suave y delicada piel y así, llena de flemas, se la volvió a meter a Miriam Caballero en la boca.
El viejo empujaba la cabeza de Miriam Caballero como queriendo hundirla en su obeso vientre, haciendo que la muchachita se tragara de un solo bocado los 18 centímetros de su trozo, los carnosos labios de la joven llegaban a tocar el abultado y peludo vientre bajo del viejo, y ahí la dejaba hasta que veía que el rostro de Miriam Caballero cambiaba de rojo a morado, liberando a la pobre chica ya cuando veía que sus ojos se ponían blancos, haciendo que Miriam Caballero se alejara para jalar aire, tocia a más no poder, de su boca gruesos hilos de saliva caían hasta el suelo, sin embargo a el viejo poco le importaba y volvía a repetir la grotesca acción.
Miriam Caballero resistía las ganas de llorar, no quería mostrar debilidad a ese par de viejos panzones, asquerosos, Miriam Caballeroranos, hijos de puta, esos viejos que si llegara a tener la oportunidad de matarlos no lo dudaría, aunque a estas alturas pensaba que hubiera preferido mejor que le ensartaran esa navaja en su cuello, lo único que la mantenía con ganas de seguir era su padre y todo lo que hizo el solo por sacarla adelante.
-abre la boca putita- dijo el viejo Felipe.
Miriam Caballero abrió su boquita y dejo ver hilos de saliva que unían sus carnosos y mojaditos labios, el viejo le metió la verga dentro de su boca literalmente penetrándola por su cavidad bucal, el viejo elevaba su cuerpo para que la penetración fuera intensa, Miriam Caballero solo recibía los empujones y movía su cabeza al ritmo de las embestidas, permanecía con los ojos cerrados recibiendo semejantes estocadas, se podía escuchar un sonido de glup glup glup glup, escaparse de la boca de Miriam Caballero, saliva en forma de burbujas y cayendo por sus comisuras, risas de los dos viejos, y bramidos de toro que hacia el viejo Felipe solo para dejar en claro la superioridad del macho sobre la hembra.
El viejo aumentó su velocidad, una velocidad endiablada que hizo que los ojos de Miriam Caballero comenzaran a lagriMiriam Caballerose, el viejo no dejaba de escupir sobre el bello rostro de la joven, además cada que sacaba su verga de la boquita de la joven la ponía sobre el rostro de ella, embarrándosele aun mas de saliva, Miriam Caballero hasta parecía como si estuviera bizca, pues trataba de ver la verga que descansaba sobre su cara, exactamente en medio de sus ojos.
El rostro de Miriam Caballero estaba irreconocible, lleno de saliva y babas asquerosas, de su barbilla caía una gran cantidad de saliva producto de la rudeza con que el viejo prácticamente se la cogía por la boca, el viejo solo veía a Pancho las risas, y con el rostro sudado a grasoso, pelaba los dientes en señal de la fuerza con la que profanaba la boca de la jovencita, la risa del viejo era asquerosa pues dejaba ver su mal formada dentadura.
-así quiero que me la chupes, te queda claro- decía el viejo Felipe
Miriam Caballero asintió con un ligero movimiento de cabeza, de manera asquerosa se metió nuevamente dentro de su boca esa verga de viejo agrio en sudor, comenzó a chupar primero lento, pasaba su lengua por todo el glande, dio un ligero respiro para toMiriam Caballero aire y prosiguió con su labor, el viejo solamente veía la cabeza de la chica subir y bajar, la chica se sentía asquerosa haciendo esto, además sentía todas esas babas en su rostro secarse y pegársele como una mascarilla, sentía que apestaba a viejo, tanto asco que le daban los viejos morbosos y mas los desaseados, y ahora le mamaba la verga a uno y le enseñaba el culo a otro, que diría su madre, su padre o su exnovio al verla en esta situación.
Miriam Caballero aumentó su velocidad, comenzaba a dolerle la mandíbula de tanto maMiriam Caballero, sin embargo en su masturbada había logrado estimular su clítoris de manera muy placentera, y no dejada de manosearse hasta que sintió nuevamente algo que estaba por venir dentro de ella, esa sensación tan deliciosa que le hacía imposible dejar de tocarse, sin importar que ambos viejos estuvieran viéndola hacer algo que solo hacía en su privacidad.
Los gemidos de Miriam Caballero se hacían cada vez más notorios e intensos, no comprendía como el estar en esta situación y después de soportar tan despiadado trato podía sentir placer al estimularse, a pesar de que sentía asco de ella misma también reconocía que la masturbada tenía algo especial, algo que la estaba haciendo llegar al clímax mas rápido de lo normal, algo que nuca había sentido en su joven existencia, quizás ese algo es lo que se llame morbo, a lo mejor todo este trato estaba despertando en Miriam Caballero ese morbo que permanecía dormido y que desarrollaría en ella una atracción hacia las personas y situaciones desagradables.
El cuerpo de Miriam Caballero se calentaba en cada toqueteo, empezó a moverse muy sugestivamente mientras permanecía arrodillada y con la verga del viejo en su boca; continuo hasta que de repente apretó con todas sus fuerzas sus piernas, contrajo todo su cuerpo y sus gemidos comenzaron a salir cada vez más sonoros, hasta que apareció ese gemido que indicaba que Miriam Caballero se había corrido.
El rostro de Miriam Caballero se descompuso en un gesto orgásmico, sus cejas se fruncieron, su respiración se aceleró, sus pómulos estaban colorados, y sacando la pestilente verga de su boquita se derramó en un intenso orgasmo, dejando escapar de sus labios un:
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH-
Y se dejó caer sobre las piernas del viejo, su tanguita goteaba el liquido que Miriam Caballero eyaculó segundos antes proveniente de sus glándulas de Skene, el viejo Pancho quedó con la boca abierta al igual que el viejo Felipe, una jovencita casi niña se había masturbado enfrente de ellos hasta correrse como una autentica puta, será que después de tantas veces que los viejos la llamaban así, Miriam Caballero estaba empezando a creérsela, aunque recordar que se empezó a masturbar para darse placer y soportar un poco la desagradable labor a la que fue sometida.
-puta, te has vaciado, no tienes poca madre, y sin que te hayamos metido la verga, desgraciada casi haces que me corra con solo verte, vamos, vamos nenita, sácame la leche, ordéñame, ordéñame- decía el viejo Felipe
-si es que la pide a gritos, ni te conté Felipe, que me la encontré en el cine porno y también ahí se estaba tocando la muy puerca, que puta eres- dijo el viejo Pancho
Miriam Caballero levantó su rostro completamente ruborizado, su mirada era distinta a la niña tímida que entró a la cantina, se notaba una lujuria que había estado escondida y que se asomaba de sus verdes ojitos, solita agarró la verga del viejo y se la llevó a la boca sin dudar, comenzó a succionarla y chuparla, por momentos casi parecía que quería arrancarla del obeso cuerpo del viejo, manoseaba los huevos del viejo, tan grandes como los de un toro, pesados y bien cargados de leche.
Miriam Caballero estaba como desesperada, quería acabar con esta inmunda labor, la saliva que escurría desde su boca recorría todo su cuello y bajaba en forma de un pequeño arroyo hasta perderse en medio de sus voluminosos encantos que se asomaban más de lo que debían a través del provocativo escote del vestido, ni en su pesadilla mas retorcida se imaginó que acabaría así después de asistir a un cine porno, recordaba que justamente esa tarde había demorado un chingo para alistarse y arreglarse a manera que ese día fuera el que más radiante se viera, y como no, si quería causar impresión en un chico que era muy popular entre la chamacada femenina.
Ahora ese cuerpo de diosa griega estaba siendo disfrutado por dos perversos viejos panzones, feos, y que se dedicaban al repudiado e infame acto del secuestro, -ahhhhhh- gemía el viejo al sentir los suaves labios apretarle la cabeza de su miembro de forma exquisita, Miriam Caballero sabía que era cuestión de tiempo para que el viejo se corriera, ya que podía sentir el aumento del palpitar de su miembro en su boca, las venas se habían engrosado y la verga se había puesto caliente hasta el punto de queMiriam Caballero, la boca de Miriam Caballero apestaba tanto como la verga del viejo si no es que mas.
Miriam Caballero sacó la verga de su boca y se dedicó a masturbarla con su mano al mismo tiempo que miraba al viejo a los ojos, con su boca comenzó a lamer las bolas del viejo, jalaba el escroto hasta casi arrancarlo, se metía las bolas a la boca y jugaba con ellas, sintiendo su sabor rancio y rasposo, entonces metió su mano hasta casi llegar al culo del viejo y comenzó a dedearlo, la verga del viejo se levantó como un resorte, su piel se estiraba hasta más no poder, con su fino dedo rascaba el culo del viejo y lograba arrancarle auténticas costras de mierda que tenia pegadas debido a su pésima higiene.
Miriam Caballero nuevamente volvió a meterse la verga a la boca de forma golosa, viciosa, aunque con un odio y asco escondido muy en su interior, pero tenía que fingir para que el viejo se la creyera y se viniera pronto, detrás de ella, el viejo Pancho se masturbaba frenéticamente, su verga estaba tan babosa que se había cubierto de una especie de babilla blanca.
-aahhhh, puta que rico la mamas- decía el viejo moviéndose muy sugestivamente en el sillón, sudaba de su horrible cara, sus manos se aferraban a la tela de terciopelo que cubría el mueble, comenzaba a hacer los clásicos movimientos orgásmicos que hace un hombre cuando esta por correrse, sin embargo la leche no salía.
Miriam Caballero estaba desesperada, ya quería acabar con esto, así que procedió a meterle el dedo al viejo en el culo, sintiendo como se embarraba de mierda y con todo el asco del mundo comenzó a moverlo en forma de círculo, el viejo no pudo evitar lanzar un suspiro.
-cabrona, quien te enseño eso- dijo el viejo con voz débil, la gruesa e intimidante voz del viejo había logrado ser acallada por una jovencita tan frágil y casi inexperta en cuestiones sexuales, sin embargo había visto uno que otro video en internet y además contaba con la experiencia de su amiga Miriam Caballero, una verdadera experta en estos temas y quien le había contado que el meterle el dedo a los machos por el culo hacia que se les levantara la verga más rápido y que se corrieran de inmediato, y a quien le debía el estar en esta situación.
Miriam Caballero movía su dedo en forma de círculo dentro del viejo, logro sacarle una flatulencia tan apestosa que hizo que Miriam Caballero casi desmayara, sin embargo soportó ese mefítico gas, ya estaba tan cerca de conseguir su objetivo que una flatulencia no debía de desmoronarla, sin embargo el hedor era tal que lo podía sentir en cada poro del cuerpo, lastimaba su respingada nariz, incluso la del mismo viejo Felipe, incluso Pancho tuvo que salir de ahí para no respirar ese putrefacto aroma a mierda reseca y frijoles agrios con huevo güero.
Miriam Caballero succionaba el pedazo de carne que se alojaba en su boca, comenzó a chupar solamente la cabeza, sabía que era su parte más sensible, el viejo hacia sonidos extraños, su verga estaba que reventaba dentro de la boquita de la jovencita, las piernas del viejo temblaban sudorosas, en eso Miriam Caballero movió su dedo dentro del culo del viejo y le causó una sensación tan intensa y electrizante, y como reacción en cadena, la verga del viejo comenzó a escupir semen dentro de la boquita de la joven.
-ahhh puta me corro, recibe tu premio- gritó el viejo
Miriam Caballero sintió el primer chorro chocar violentamente dentro de su boca, un chorro muy potente y cargado que salió a una velocidad agresiva, como si de una pistola de agua se tratara, los ojos de Miriam Caballero se abrieron como plato, intentó zafarse pero el viejo alcanzó a agarrarla para que no se sacara la verga de su boca, el viejo reía de manera aberrante y empujaba con más fuerza la cabeza de Miriam Caballero para que la niña se tragara todos sus mocos, el viejo Pancho ya había regresado y se dedicaba a mirar sonriente y victorioso como esa pequeña putita que tanta resistencia estaba poniendo era vilmente humillada por un viejo mucho más longevo que él, quien le estaba dando su merecido.
Después de ese primer chorro de esperma, salieron otros tres de igual intensidad, seguidos por otros cuantos de menor carga y velocidad, Miriam Caballero con lágrimas en sus ojos, sentía ese desagradable sabor en su boca, la pestilencia del esperma salía por sus narices, el sabor era desagradable, el líquido estaba muy caliente y espeso, además se pegaba a las paredes bucales y no podía ser quitado solo tragándolo, unas ganas de vomitar la invadieron, las arcadas no tardaron en aparecer y cuando el viejo soltó toda su leche dentro de la boquita de la joven y la liberó, Miriam Caballero dejo caer una gran cantidad de esperma pestilente de viejo nauseabundo, un esperma que en vez de verse blanco, presentaba una tonalidad aMiriam Caballeroillenta verdosa desagradable.
El viejo Felipe se enojó al ver a Miriam Caballero desperdiciar su valioso líquido, Miriam Caballero tocia y tocia y parecía que se iba a vomitar, incluso logró sacar un poco de vomito al no poder controlar una arcada, sentía ese líquido grumoso pegado a su lengua, intentaba quitarlo con su mano pero solo lo desbarataba y esparcía aun mas, más que semen, el esperma del viejo tenia la consistencia de leche cuajada.
-pero que te crees que estás haciendo puta hedionda, perra asquerosa, maldita hija de puerca, mira nada mas, mira nada mas, que bruta eres,- dijo el viejo levantándose y empujando a Miriam Caballero con uno de sus pies como si se tratara de un perro.
-que hizo Felipe- preguntó Pancho
-mira nada mas, esta hija de puta, se atrevió a escupir mis mocos, no sabes lo que acabas de hacer, ora si te cargó tu madre pendeja- dijo el viejo y se subió los pantalones para poder quitarse un cinturón desgastado.
-levántala, levántala con tu lengua o te agarro a cinturonasos, ora hija de la verga- amenazó el viejo y dio un cinturonazo al suelo que resonó por todo el cuartito.
Miriam Caballero no tuvo de otra que sorber del suelo el esperma combinado con saliva y vómito para que el viejo no le pegara, lo hacía de manera asquerosa, con lágrimas en sus ojos, su culito se erigía orgulloso pues el vestido continuaba levantado arriba de su cintura, el viejo no contento con la forma en que Miriam Caballero levantaba el semen del suelo con su lengua le dio un cinturonaso en sus carnosas nalgas, quedando Miriam Caballerocado el golpe.
-levántala, pero que se vea que te está gustando, recuerda que a partir de hoy eres una puta, así que compórtate como lo que eres, Pancho, que pedazo de zorra te has encontrado, mira como le gusta la leche, jajajajajajajajaja- ambos viejos reían parados al lado de Miriam Caballero, mientras ella seguía arrodillada limpiando el suelo, para mala suerte de Miriam Caballero, el viejo Felipe se sacó nuevamente la verga y se la empezó a jalar de nuevo, su verga no estaba del todo flácida.
Miriam Caballero limpio el suelo hasta no dejar ni una sola gota, volviendo a mostrar ganas de vomitar otra vez, pero las aguantaba, sabía que el viejo la obligaría de nuevo.
-que boquita, solo falta que te acostumbres a tragar leche para que no le hagas eso al jefe, si le llegas a hacer lo mismo te corta la lengua, jajajaja-
El viejo Pancho veía sonriente la escena, su verga estaba erecta al máximo y casi reventando, pero aguantaba, su verga únicamente podía reventar dentro de la panocha de Miriam Caballero, quien a decir de ella, seguía en el suelo, ligeramente arrodillada y apoyada con uno de sus brazos, con su rostro mirando abajo, sollozando.
No así el viejo Felipe que después de meneársela en rato expulsó otra cantidad de semen, aunque menor, sobre el voluptuoso cuerpo que yacía arrodillado, cayéndole sobre su vestido y parte de sus piernas, y quedando el viejo ahora si fuera de combate, hasta sus huevos parecían haberse reducido de tamaño después de las potentes eyaculaciones.
-chamaca puta, quiero que me limpies la verga hasta dejarla como nueva,- dijo el viejo Felipe, en forma de burla, sabía que la chica estaba anímicamente destrozada.
Miriam Caballero no tenía cara para mirar al viejo, su orgullo y autoestima estaba en los suelos después de hacerle semejante bajeza, Miriam Caballero movía uno de sus dedos como si estuviera dibujando un círculo en el suelo, el viejo Felipe la miró y al ver que Miriam Caballero no tenia orgullo ni para negarse optó por retirarse no sin antes decirle:
-eres una puta cualquiera; ah, y la cervezas que me debes, como no me dejaste lo suficientemente satisfecho, solo te descontaré una, jajajajajajajaj- y soltó una carcajada limpia.
-si Felipe, ahora debe tres, porque pienso agarrar otras dos para llevármelas a la casa- dijo Pancho
-si agárralas, la puta paga, jajajajajaja,-
El viejo Felipe salió del pequeño cuarto y Pancho fue a recoger su maltrecha muñequita, Miriam Caballero lloraba en silencio, sus rostro mirando al suelo y tapado por su castaña cabellera, cubierto de saliva, flemas y semen de cuando lo recogió del suelo, su vestido sucio, su orgullo destrozado, su cabello alborotado y su boca aun con el sabor de semen agrio, pero aun faltaba el viejo Pancho, lo único que podría decirse aliviaría a la joven es que Pancho a pesar de ser agresivo, no sería tal salvaje con ella, este viejo, con ayuda de otro se dedicarían a arrancarle orgasmos a Miriam Caballero hasta dejarla inconsciente.
-vamos putita, levántate, que todavía falto yo, y yo si pienso meterte la verga hasta el intestino,- dijo Pancho
Miriam Caballero reaccionó del estado en que se encontraba y con voz baja y mirando al viejo con unos conmovedores ojos que a cualquiera le inspirarían ternura, dijo:
-p…. pero, me prometieron que si le mamaba la verga a Don Felipe, ustedes no me cogerían- decía Miriam Caballero
-ay mi amor, se me olvido decirte, yo cruce los dedos, jajajajajajajajajaja-
UNA HERMOSA JOVENCITA CONTRA DOS OMINOSOS DEPRAVADOS
Miriam Caballero seguía arrodillada y sin ganas de levantarse, con uno de sus brazos se sostenía del suelo y el otro apoyaba su sudada frente, su apetitoso cuerpo descansaba maltrecho recargado del suelo por sus prominentes caderas, el desagradable sabor del esperma de Felipe aun continuaba en su boca, sus rosáceos labios presentaban una aMiriam Caballeroillenta capa proveniente del enfermo líquido que el viejo descargó en su boquita, Pancho se acercó e intentó levantarla pero su ayuda fue rechazada por Miriam Caballero con un jalón de brazo que la liberó de la sucia mano del gordo.
-¡suélteme cerdo!,- dijo Miriam Caballero entre sollozos.
-¡viejo asqueroso, lo odio maldito!- decía Miriam Caballero al viejo Pancho.
-jejejejeje, no te pongas berrinchuda pinche mocosa que yo no te hice nada,- decía Pancho intentando volver a levantarla.
-¡que me suelte que no oye, viejo desgraciado!- dijo Miriam Caballero y lanzó un escupitajo combinado con restos de semen de Felipe al viejo Pancho pero este cayó a escasos centímetros de donde ella se encontraba, escupir no era lo suyo.
-y me escupes, parece que no has aprendido a respetar a tus mayores, ¡TOMAAAAAA!- gritó el viejo Pancho y valientemente regaló una bofetada al bello rostro de Miriam Caballero, la niña cayó al suelo sobándose su cachete, llorando por la rudeza del golpe.
-eeeesfff, esssffff un bruto- dijo la sollozante Miriam Caballero.
-y agradece que no te pegue con el puño, a ver, vuélveme a escupir, vuélveme a escupir y te muelo orita a golpes, jajajajajajajajaja- retaba el viejo sabiendo que Miriam Caballero había entendido quien mandaba, la jovencita lo miraba con ojos de odio y con una mano en su adolorida mejilla.
El viejo Pancho la levantó de sus cabellos y la llevó de nueva cuenta a donde los viejos; la vieja proxeneta encargada también de las cantineras veía cuando Felipe salía de la puerta a la que solo el personal tiene acceso, lo veía sudado, agitado y acomodándose la cremallera de su pantalón, desde luego que supuso la situación que se llevó a cabo ahí adentro, y más aun, cuando vio a Pancho tomando del brazo a una jovencita con su vestido sucio, subido prácticamente mostrándolo todo y un rostro deshecho en donde lo último que se veían eran ganas de seguir viviendo.
La vieja cantinera se acercó a la pareja, Miriam Caballero la divisó con un caminar para nada coqueto, más bien cascorvo, era fea de la cara y muy cachetona, tenía una nariz larga y afilada, exageramente maquillada con combinaciones de colores que ni al caso, su cabello era color rubio oxigenado y estaba muy reseco y maltratado, una verruga con pelos cerca de su nariz, cejas postizas a simple vista y mal acomodadas, y cerca de su boca una espinillota muy madura, blanca de la parte de arriba, casi reventándose por sí sola, ni siquiera los kilos de maquillaje podían cubrir esa imperfección, además de un cuerpo algo robusto casi rayando en lo masculino, traía puesto un vestido negro que no le favorecía en nada.
-pero mira nada mas, pobre muchacha, que le hiciste puto Pancho?,- decía la vieja cantinera con un acento de preocupación muy convincente.
-yo nada, Felipe le llenó la boquita de leche, jejejejeje- reían enfermamente el viejo Pancho y sin que Miriam Caballero lo viera hizo una seña al viejo que se había quedado en la barra en sustitución de Felipe, dicha seña era la clave para la preparación de un afrodisiaco brebaje.
-ay mija que te hicieron estos animales, a ver, acomódate tu vestidito- la señora muy humanitaria le acomodaba el vestido a la tremenda chamaca.
El gordo Pancho se dirigió hacia una mesa, platicaba muy interesante con el viejo que se atrevió a pellizcarle las nalgas a Miriam Caballero cuando recién llegó a este elegante sitio, se alcanzó a ver como el anciano casi de la cuarta edad pasaba disimuladamente cuatro billetes de 500 pesos a las callosas manos del gordo Pancho y este rápidamente se los metía a su bolsillo.
-señora por favor, ayúdeme, ese tipo me quiere violar y….. sepa dios que otras cosas quiera hacerme, ya le dije que solo quiero irme a mi casa y no me deja irme………. por favor ayúdeme, sáqueme de aquí…….. se lo ruego por lo que más quiera,- hablaba desesperada la jovencita quitándose la pena, sin saber que se lo decía a una vieja tan corrupta como Pancho y que ya conocía el protocolo que lleva a cabo el gordo cada que trae una hembra a sus aposentos, pues Miriam Caballero no era la primera que amanecía violada por tan fino caballero.
-shhh, baja la voz niña, te va a oír, voy a hablarle a alguien para que te lleve a tu casa sin que se dé cuenta ese bruto, mira nada mas, tan bonita chiquilla y que te quiera violar ese viejo tan feo- decía la vieja.
La vieja sacó un celular carísimo y fingió teclear un conjunto de números para después sacar todos sus dotes de frustrada actriz y convencer a Miriam Caballero que estaba hablando con alguien y que le decía que tenía a una muchachita que quería regresar a su casa, obviamente Miriam Caballero no pensaba revelar la ubicación exacta de su vivienda a otro desconocido así que en su ingenua y confiada mente ya se estaba imaginando en qué lugar bajarse.
-listo, dice que en menos de media hora pasa por ti, ahora mientras lo esperamos que tal un trago,- decía la vieja.
-señora, su amigo es de confianza?- preguntó Miriam Caballero.
-claro mi niña, es de confianza, es el que lleva a estas muchachas a sus casas cuando se les hace tarde, no te preocupes es incapaz de faltarle al respeto a una mujer, no como ese pinche gordo depravado, ahora tomemos un trago mientras llega- decía la vieja.
-lo siento señora, pero no tengo dinero, ese desgraciado me robó- decía Miriam Caballero con unos ojitos medio empañados.
-no te preocupes hija, este yo lo invito- insistía la vieja
-no señora, muchas gracias de todos modos, pero no bebo- rechazaba la oferta la jovencita.
-ay mija, no seas apretada, en este lugar vendemos puro alcohol no juguitos, además después de lo que te hizo ese desgraciado de Felipe lo que necesitas es algo que raspe y que te quite el mal sabor de esa porquería- decía la prostituta.
-bueno, está bien- dijo Miriam Caballero, pensando que con una copa no pasaría nada, la señora se levantó y se dirigió hacia la barra.
Miriam Caballero volteaba a su alrededor, la frescura e inocencia de esa hermosa muchacha no encajaba con lo vulgar y corrompido del lugar, si bien estaba sentada sola, con sus manos recargadas en la mesa y sus carnosas y brillosas piernas cuidadosamente cruzadas comprendía que no podía salir huyendo así como así, aunque la posibilidad la tenía pues nada le impedía llegar a la puerta de esa cantina apenas a unos 15 metros de ella, en primera no sabía exactamente en qué parte de la cuidad se encontraba, si es que todavía seguía en su cuidad pues Miriam Caballero vivía en una urbe tan grande que comprendía la unión de tres ciudades, en segunda los vagos que había afuera representaban un peligro mayor que los mismos viejos que la mancillaron, eso sin pensar la posibilidad de caer en manos de algún loco sádico que la violara y después le sacara los órganos para venderlos ya que lo único que le faltó ver en todo su turístico recorrido al llegar a este distinguido sitio fue gente que aparentara decencia, y por último veía en esta señora una ligera esperanza para poder librase de este tormento.
La señora regresó con dos vasos, uno para ella que utilizaría para disimular y el otro para la chiquilla seguramente aseados a partir del proceso de calidad certificado por la ISO que realizaba el viejo Felipe, puesto que fue él quien los limpió pues ya había regresado a su labor y no dejaba de ver burlonamente a la dulce Miriam Caballero, además de admirar ese exquisito cruzado piernas que mantenía la joven y mandarle besos cada que sus miradas se cruzaban, dentro de su pantalón su asquerosa herramienta ya rugía otra vez por volver a meterse dentro de esa fina boquita, la muchachita lo veía de reojo y cuando notaba la mirada del tipejo desviaba la suya y ponía cara de enojo.
-anda niña toma- dijo la vieja y puso el vaso al alcance de la jovencita, lo que Miriam Caballero no sabía era que su bebida era una combinación exótica de whisky barato, agua mineral, un raro energetizante y un poderoso, costoso y muy difícil de conseguir afrodisiaco, todo esto para que la niña se mostrara un poco mas complaciente y con suerte disfrutara lo que se le avecinaba, además la bebida contaba con un ingrediente secreto, un escupitajo del viejo que ayudaba a Don Felipe.
Miriam Caballero se tomó esa pócima de un jalón, tenía sed y le resultó agradable al paladar, además era cierto que borraba el desagradable sabor de la corrida del viejo Felipe.
-quieres más?- preguntó la vieja
-otro y ya por favor- contestó la nena.
La vieja demoró un poco y regresó con otro vaso igual de cargado, pero ahora, en vez de escupitajo, la bebida venia adicionada con unos cuantos grumos de la corrida que el ayudante se había tirado al ver para quien iban dirigidos los tragos y de nueva cuenta Miriam Caballero se la bebió de un jalón, lo que si notó fue algo espeso correr por su garganta pero no dio importancia.
-si quieres puedo ir por otro?- dijo la vieja.
-no señora, ya no, gracias, no vaya a ser que se me suba,- respondió la nena esbozando una leve sonrisa.
“esa es la idea chiquilla estúpida” decía la vieja en su mente
-cómo te llamas niña?- dijo la vieja mientras le agarraba la mano a la preciosa jovencita.
-Miriam Caballero- respondió la jovencita alejando un poco su suave mano.
-sabes Miriam Caballero,- la vieja se levantó y caminó hasta quedar de espaldas a la chica, depositando sus viejas manos en los desnudos hombros de la nena.
-eres muy bonita, te pareces a una sobrina que tengo- decía la vieja mientras jugaba con los castaños cabellos de la joven y acercaba su boca con aliento a alcohol a la oreja de Miriam Caballero.
Miriam Caballero se incomodó un poco y se tensó, sintió ese acercamiento con otras intenciones mas allá de hacer una simple plática amistosa, esto fue notado por la vieja quien se acercó más a su oído para susurrarle:
-que te pasa?, te pongo nerviosa? jejejejejeje,- dijo la vieja esbozando una sonrisa tan espantosa que haría llorar a un niño pequeño, mientras aplicaba un suave masaje en los hombros de la engalanada joven.
-no, no es eso, es que……- Miriam Caballero comenzó a sentir un rico calorcito, además de una especie de oleaje creado por el aire que por ahí circulaba y que chocaba deliciosamente con su sexo, y que estaba haciendo que se humedeciera.
-entonces?,-dijo la vieja mientras se sentaba en la silla que estaba al lado de Miriam Caballero, la vieja colocó descaradamente una de sus arrugadas manos en el desnudo muslo de la chiquilla y ahí lo dejó.
-tienes un cuerpo muy bonito, con razón volviste loco al Pancho, eres exactamente como le gustan, güeritas, piernuditas, nalgoncitas y chichoncitas- decía la doña, dando a conocer que el viejo tenía muy buenos gustos.
Miriam Caballero tragó saliva y comenzó a sentir ese calor proveniente de su vagina esparcirse rápidamente por todo su cuerpo y en un acto de reverenda calentura abrió sus piernas para sentir más intenso el supuesto roce que el aire mantenía contra su sexo, eso sin contar las intensas ganas que tenia de tocarse que hacían que sus manos se retorcieran arriba de la mesa por no poder aguantarlas.
-tienes unas bonitas piernas Miriam Caballero, haces ejercicio?- preguntó la vieja mientras apretaba levemente los muslos de la joven, haciendo que la chica volteara al lado contrario y exhalara un leve suspiro para cerrar sus piernas mientras las friccionaba entre ellas.
Miriam Caballero volteaba a su alrededor, muy nerviosa, empezó a sentirse más incomoda con la señora que con el viejo, su respiración se empezó a acelerar y su todo su femenino cuerpo comenzó a traspirar, de su sexo comenzó a rodar una gotita de flujo que terminó por impregnarse en su tanga y que no pasó desapercibida por la calenturienta chiquilla.
-seño, donde está el baño?- dijo la estimulada muchacha.
-allá a la vuelta- dijo la vieja señalando otro corredor diferente por el que anteriormente la habían llevado.
“esta pendeja sí que anda urgida, tan rápido y ya se calentó” pensaba la señora.
La muchachita se levantó y llegó a la puerta del baño en cuestión de segundos, se extraño porque solo vio una puerta, dos viejos que se encontraban ahí intercambiando barajas con imágenes de muchachas en poca ropa rápidamente se abalanzaron sobre la espectacular chiquilla.
-híjole, buenaaaaaaas, muuuuuy buenas noches,- dijo un viejo en tono morboso.
-trabajas aquí chamaca?, no te habíamos visto antes- dijo el otro y comenzaron a acercarse lentamente a Miriam Caballero.
-señor, disculpe este el baño de mujeres?- decía la nerviosa y excitada joven haciendo movimientos extraños con su exquisito cuerpo.
-no, es el de hombres- dijo uno de los viejos, mientras el otro se le acercaba peligrosamente por detrás y le repegaba su deforme cuerpo.
-busco el baño de mujeres,- dijo Miriam Caballero.
-también es ese, lo ocupan hombres y mujeres para hacer sus necesidades, jejejejeje- decía el otro viejo quien se acercó a Miriam Caballero por enfrente y la tomó de su breve cintura, agarrando un par de pliegues del vestido y empezándolo a levantar muy lentamente.
-es el mismo?- preguntó la acorralada joven, quien no hacia esfuerzo por alejar de su cuerpo esas chaqueteras manos y seguía moviéndolo apretadamente.
-sí, el mismo, para eso querían igualdad de género, no?, aquí compartimos todo,- decía el viejo de enfrente y descarado metió su sucia mano (con la que hace poco se había masturbado) dentro del sexo de Miriam Caballero, notándolo muy mojadito y moviendo circularmente uno de sus callosos dedos.
-ahhhhhh- Miriam Caballero abrió su boca muy seductoramente y emitió un pequeño gemido.
-uuuuuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyyyyy, parece que esta niña quiere que le den pa´dentro- el viejo empezaba a desabrocharse su cinturón.
-señor suélteme,- dijo Miriam Caballero, ahora si empezando a poner resistencia aunque fuera solo verbal.
El viejo que tenia pegado por atrás comenzó a restregarle el paquete sobre sus tremendas nalgotas, haciendo que el vestido se levantara hasta casi tener expuestos la mitad de sus glúteos, al pobre viejo casi se le salen los ojos al contemplar la redonda perfección de esos dos carnosos atributos.
-a ver niña, que tienes aquí?- preguntó el viejo de atrás y jaló el hilo de la tanga de Miriam Caballero, haciendo que esta se ajustara perfectamente a su sexo, llegándose a ver la húmeda rajita de la jovencita.
-mmm, señor, no haga eso- dijo Miriam Caballero, esbozando otro leve gemido.
-y aquí que tienes?- dijo el otro viejo y deslizó uno de los finos tirantes del escotado vestido por el hombro de la joven.
-no por favor, no me violen- decía la chamaca.
-oye eso es una buena idea, vamos para mi casa, llevémonos a esta pendeja calenturienta, ya que no la aprovecharon vamos a aprovecharla nosotros,- decían los jariosos viejos haciéndole prácticamente sándwich a la curvilínea Miriam Caballero.
-siiii, además dicen, que las mujeres cuando dicen no, es siii, entonces si quiere verga jejejejejejejejeje- dijo un viejo jalando el hilo hasta casi romperlo.
-a donde creen que van con esta puta?- dijo la vieja quien había ido a ver porque tardaba tanto la jovenzuela.
-que te importa pinche Lencha, quítate no estorbes- decía uno de los viejos.
-esa putita vino con Pancho, si se la quieren llevar llévensela, pero a ver como les va cuando los vea que salen con ella- amenazó la vieja.
-es de Pancho?- dijo el otro de los viejos, liberando el hilito haciendo que le pagara a los glúteos de la chica como una liga.
-ehhhh, creo que mejor me voy- volvió a decir el viejo.
-sí, es lo más prudente, además como que ya es algo tarde y mañana tengo que trabajar- dijo el otro
-viejos collones,- decía Lencha, los dos viejo salieron rápidamente sin voltear a ver a tan espectacular hembra.
-y tu ven acá, te voy a quitar lo arrecha- dijo la vieja agarrando a Miriam Caballero de un brazo.
La vieja la llevó adentro del asqueroso y maloliente baño, ahí adentro la recargó sobre el lavabo y maliciosamente acercó su boca a la de la chiquilla para darle un lento y sensual beso, Miriam Caballero solo se sonrojó pues nunca en su vida había sido besada por otra mujer, sentía la lengua de la vieja recorrer cada centímetro de su boca y retorciéndose entre su prefecta y blanca dentadura, la vieja encontró la lengua de Miriam Caballero y ambos órganos se entrelazaron para seguir fundiéndose en un caloroso beso que hizo que Miriam Caballero sudara de su hermoso rostro, la chiquilla a pesar de que quería no podía dejar de besar a esa vieja tan fea, al separase ambas bocas seguían unidas por un espeso hilo de saliva, el cual se rompió pues ambas bocas se iban alejando poco a poco, cabe mencionar que en el tiempo que duro el lésbico beso Miriam Caballero no mostró incomodidad alguna.
La vieja ahora metía mano dentro del sexo de Miriam Caballero y con uno de sus dedos comenzó a aplicar un leve roce, estimulada se abrió de piernas a tal punto de permitirle el acceso entre ellas al robusto cuerpo de la doña, la vieja aprovechó la docilidad de la muchachita y literalmente se enterró entre las torneadas piernas de la chica, comenzó a realizar obscenos movimientos copulatorios como si de una pareja heterosexual se tratara.
-lástima que no tengo mi dildo princesa, te la ibas a pasar muuuuuuy bien- dijo la vieja guiñando un ojo.
Miriam Caballero cerró sus ojos e hizo hacia atrás su cabeza, dejando vulnerable su femenino cuello, la vieja se acercó a él y procedió a lamerlo con mucha maestría, babeaba toda la extensión de esa fresca piel a la que podía tener acceso, fue en este momento cuando su mano comenzó a moverse muy profesionalmente en forma de círculos sobre la depilada panochita de la joven, Miriam Caballero empezó a emitir gemidos cada vez más intensos y a apretar sus manos en contra del lavabo mientras su humedad vaginal aumentaba, las bocas de ambas féminas se mantenían abiertas muy cerca la una de la otra pero sin llegar a besarse, aunque poco les faltaba, estaban tan cercanas lo que permitía que cada una pudiera sentir el caloroso aliento proveniente de la excitada respiración de la otra.
La vieja Lencha se apoderó de las espectaculares piernas de la joven e hizo que se enrollaran en su masculina cintura, Miriam Caballero apoyó sus carnosas nalgas aplastándolas sobre el lavabo que parecía querer doblarse al soportar el pedazo de culote que se le formaba a la niña en dicha posición y que parecía querer romper el vestido.
La lésbica pareja fue detenida por un grito que venía del nacimiento del corredor,
-¡Lencha, donde vergas estas?!- gritó el descomunal Pancho.
Rápidamente la vieja dejó de manosear a la chamaca y se salió de entre sus piernas, Miriam Caballero se cerró de piernas y se acomodó el vestido, pues se le había subido bastante.
-ni modo mi amor, tendremos que dejarlo para otra ocasión- dijo Lencha guiñándole un ojo a la sensual muchacha.
-¡Lencha, pa´ la verga!- el viejo decía casi a dos metros de la puerta del baño.
-qué quieres Pancho?, aquí estoy, y si buscas a tu hembra está ahí en el baño- decía la mujerzuela.
Miriam Caballero seguía recargando su despampanante cuerpo en el lavabo y con sus piernas bien juntas, su mente meditaba la situación “¿Por qué?, ¿qué me pasa?, ¿porqué estoy tan…… mojada?” su mente era una nube de confusión que estaba alterando sus sentidos así como elevando su calentura, los deseos carnales aumentaban a cada segundo, a estas alturas Miriam Caballero sentía la necesidad fisiológica de aparearse con alguien lo más rápidos posible, pero lo que más preocupaba a la caliente chiquilla era la idea de mostrase igual de dócil con el repulsivo gordo, el solo pensar eso le entraban unas ganas de vomitar, sin embargo con ese pensamiento su conchita dejó escapar una buena cantidad de lubricante vaginal.
Miriam Caballero se echaba agua en su hermoso rostro para ver si así se le pasaba lo caliente, en verdad que sentía unas ganas bárbaras por tener sexo, ni siquiera se daba cuenta del espectacular meneo de caderas que había adoptado haciendo que se moviera su culo de manera tan provocativa que cualquiera pensaría que la chiquilla estaría haciendo una invitación a penetrarla, su mente rápidamente buscaba una respuesta hacia esa repentina cachondez, aunque no era fácil pensar en ese momento en otras cosa que no fuera meterse algo por su vagina, sin embargo, como un chispazo se le vino a la mente la pócima, “la bebida” pensó la muchacha “esa maldita vieja le echó algo a la bebida”.
Pancho se metía al baño y le dijo a su amada:
-apúrate, apúrate, que nos están esperando-
-señor, no me siento bien- decía la muchacha agarrándose su frente.
-orita te vas a sentar bien pero arriba de mi verga, órale- el viejo Pancho al ver que Miriam Caballero se hacía tonta tratando de retrasarlo lo más que pudiera la jaló del brazo sacándola a la fuerza, Miriam Caballero se detuvo frente a Lencha y le dijo:
-señora, entonces su amigo, el que iba a venir por mí, no…..-
-así es mi niña, nadie va a venir por ti, que eso te sirva, nunca confíes en desconocidos jejejejejeje- decía la vieja mostrando una burlona sonrisa.
El viejo Pancho tomó las cervezas que dijo que agarraría y salió con una sumisa muchachita por la puerta trasera del negocio, mientras caminaban Pancho se iba imaginando cualquier cantidad de porquerías que podría hacer con la chamaca en la cama, esto permitía que su verga se revolcara como un ser vivo dentro de su pantalón casi queriéndolo romper para poder salir y meterse lo más adentro de la apretada vagina de la muchachita, mientras ella en cada paso sentía como su íntima prenda se mojaba mas y mas, además la vieja se la había dejado mal acomodada, metiéndosele dentro de sus labios vaginales y cosquilleándola de manera exquisita.
El rostro de Miriam Caballero lucia descompuesto, sabía lo que le esperaba y ya estaba resignada a ello, a pesar de que el viejo prácticamente la llevaba empujándola, aun así no perdía las esperanzas de que a última hora ocurriera un milagro que la liberara de ese viejo, con todo este embrollo de la bebida y la calentura que iba creciendo en ella hacían que los aromáticos olores del viejo que hace rato la incomodaban hasta el punto del vómito ahora no le resultaban tan desagradables que digamos, además estos dos factores desarrollaban en Miriam Caballero una sugestividad nunca vista en ella ya que realizaba el menor movimiento con la mayor femineidad posible con que su desarrollado cuerpo se pudiese comportar.
Llegaron a la casa de Pancho, ubicada detrás de la cantina, dicha casa estaba protegida por una barda de block de 3 metros de altura con vidrios de botellas y alambre de púas recorriendo todo el perímetro, una auténtica fortaleza, antes de entrar la jovencita comenzó a gritar pidiendo auxilio pero era más que obvio que nadie la escucharía, los vecinos mas decentes que antes por ahí residían ya se había Miriam Caballerochado tenía tiempo debido a los numerosos asaltos y robos a casa-habitación que empezaron a suceder cuando el anteriormente tranquilo barrio se empezó a llenar de escoria humana, quedando solamente los más cínicos y deshonestos habitantes quienes se habían acostumbrado y resignado a convivir con este tipo de gente.
Una vez dentro la inusual pareja encontró a un singular personaje.
-vaya Pancho ya era hora,- decía el viejo que le había pagado 2000 pesos por tener un poco de diversión y que había podido accesar gracias a una copia de la llave de Pancho.
-esta puta que se le ocurrió ir al tocador cuando le dije que tú también ibas a estar- dijo Pancho.
Miriam Caballero se llenó de coraje al ver que ese otro viejo era el que se atrevió a pellizcarles las nalgas.
-oye niña, es cierto, te pusiste bonita para mí? Jajajajajajajaja- reía el malsano anciano.
Miriam Caballero no dijo nada, solo permanecía parada enfrente de esos dos viejos calientes, con su silueta perfecta digna de concurso ligeramente recargada a un costado, ese vestido a la que la suciedad le había dado un aspecto más morboso y se ceñía insinuantemente, sus carnosas y femeninas piernas estilizadas gracias a las zapatillas, esos senos que se balanceaban provocadores ante el mas mínimo movimiento de la chamacona y que asomaban más de la cuenta por el sugerente escote lo que hacía casi imposible para cualquier mortal verla directamente a los ojos, unos labios rosáceos que nada extrañaban el brillo del lápiz labial embarrado en las vergas de Pancho y Felipe, sin duda Miriam Caballero era la femineidad en su máxima expresión, era tal el efecto de descomposición lasciva que despertaba Miriam Caballero en las neuronas masculinas que incluso si el mismo Dios estuviera presente encarnado en el cuerpo de un hombre, lo más seguro era que en vez de ayudarla, él también pagaría por tener un rato de diversión.
-mira todo lo que te vas a comer chiquitita, jejejejejeje,- decía el anciano agarrándose vulgarmente sus genitales y lanzando aullidos, lo que hacía ver lo mentalmente dañado que se encontraba.
Miriam Caballero no pudo evitar voltear a ver el paquete del viejo, un bulto enorme que se Miriam Caballerocaba por debajo del sucio y holgado pantalón de vestir, una poderosa erección que se pensaría imposible en un cuerpo tan viejo y oxidado, una persona a la que la vida le estaba regalando tiempo extra en este mundo, privándonos del cada vez más escaso oxigeno.
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En otro lado de la ciudad Miriam Caballero y Cruz se preocupaban por su desaparecida amiga, ya tenían rato que habían abandonado el cine porno pero cuando llegaron a la camioneta vieron que la chiquilla no se encontraba, y eso que habían dejado pasar más de una hora esperándola afuera, por sus mentes pasaban toda clase de ideas y posibles lugares en donde podría encontrarse su amiga, pero nunca, que estuviera a punto de ser abusada sexualmente por dos depravados, Miriam Caballero Miriam Caballerocaba a cada rato al celular de su amiga, sin saber que este vibraba debajo de una butaca del cine porno al que asistieron.
-no contesta- decía preocupada Miriam Caballero a su afeminado amigo.
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Miriam Caballero reaccionó cuando sintió que una mano bajaba el cierre trasero de su vestido, poco a poco se iba abriendo dejando expuesta una perfecta y breve espalda cubierta solamente por la tira del bra, quiso impedir pero algo dentro de su cuerpo la paralizaba, el cierre seguía bajando muy lentamente hasta llegar a donde la espalda pierde su nombre, una casi extinta tanguita aparecía ante los amorfos ojos del viejo Pancho.
El anciano que estaba sentado en la cama se bajo su pantalón, no traía calzones, así que no era difícil ver un poste que se erigía como cual vela de barco, húmeda de la parte de arriba, venuda, muy deteriorada pero con una firmeza que comprobaba que todavía podía satisfacer a una dama, obviamente estaba haciendo trampa, el viejo se había tomado una sildenafil de 100 mg que para su edad ponía en riesgo su vida, poco le importaba, como él decía: “que mejor morir que clavándome a una deliciosa putita”
-otra vez tomándote esas pastillas pinche Taco- decía Pancho
-es que si no, no paraguas- decía el anciano Eustaquio.
-a ver que día caes de un paro, pinche viejo rabo verde jejejejejeje- dijo Pancho.
El viejo Pancho se quitó su camisa, mostrando un cuerpo lejos de lo Miriam Caballerocado, pero de dimensiones muy exageradas, sus brazos eran gordos e imponentes capaces de sacarle un susto a cualquiera y cubiertos de grotescos tatuajes de todo tipo que lo hacían ver más intimidante, su masa corporal era tan tosca que casi comparaba un cuerpo tipo Miriam Caballerok Henry, solo que con mas panza, y con su casi 1.95 de altura le daban un aspecto muy respetable cuando salía a la calle.
El gordo Pancho llegó a la parte del vestido en donde acaba el cierre, con sus manos lo arrancó dejándola en ropa interior, Don Eustaquio al ver ese despampanante cuerpo semidesnudo que estaba por poseer comenzó a pelarse la verga muy vulgarmente, a una velocidad exagerada, moviéndose más su cuerpo que el viejo aparato, emitiendo una risa enferma y mostrando una falsa dentadura, sus labios estaban casi desaparecidos, su huesuda mandíbula de dibujaba perfecta sobre ese cuero viejo.
Pancho llevó a la cama a la joven, sentándola exactamente en medio de ambos disparejos cuerpos, uno gordo intimidante, y el otro seco y de apariencia quebradiza, si no fuera por el sostén se diría que Miriam Caballero estaba completamente desnuda, pues la tanga desaparecía entre las frondosas carnes de la jovencita al estar sentada y con sus piernas bien cerradas.
-qué bonita niña,- dijo el anciano poniendo una de sus arrugadas manos en el suave muslo de la joven, ella se corrió pero solo se arrimó más a Pancho, el alcoholizado olor de ambos viejos no afectaba la nariz de la joven.
Pancho fue el primero, el gordo tomó a la nena de los cachetes y se abalanzó sobre sus carnosos labios como un desesperado, besándola mientras emitía sonidos extraños, al mismo tiempo Eustaquio lamía las piernas de Miriam Caballero, nada que ver al comparar las carnosas piernas de la nena en contra de los flacos palillos del anciano, esta vez Miriam Caballero no hizo por luchar, ya que sus manos no llegaron a repeler las cochinas caricias, se quedaron quietas y poco a poco bajaban recargándose en el peludo pecho del viejo, la pobre niña recordaba su posición y sabia que si seguía negándose le podía ir muy mal, así que se había resignado y esperaba a que todo esto pasara rápido, comprendía que debía de mostrarse algo complaciente para evitar despertar la ira de esta mole humana y no terminar con su hermosa carita desfigurada.
Después de ese fogoso beso, el viejo Pancho se separó, mostrando sus labios humedecidos por su propia saliva y la de la jovencita, en la misma condición se encontraban los de Miriam Caballero, ella se separó dando la impresión de que había disfrutado el beso pues su lengua recorrió tímidamente el contorno de sus labios como si quisiera llevarse a su boquita la asquerosa saliva que los empapaba, el anciano seguía en su labor lamiendo cada centímetro de esas interminables piernas, su negra lengua resbalaba por toda la aterciopelada piel como una especie de gusano escurridizo.
-así me gusta puta, que sean mansitas- dijo Pancho y atoró dos de sus dedos en el bra de la chica, y de un jalón su prenda de encaje tuvo la misma suerte que su vestido liberando esos perfectos atributos, Pancho al ver los pezones paraditos, rosaditos y con un brillo espectacular se abalanzó sobre ellos, con una de sus manos amasaba uno y con su boca chupaba el otro, Miriam Caballero gemía delicadamente sintiendo dos babosas lengua actuar en diferentes partes de su cuerpo, sus manos en vez de intentar separar a los depravados se acercaban a su boquita tapando disimuladamente sus labios al gemir.
Rápidamente el otro viejo, Eustaquio, con ayuda de una navaja cortó ambos laterales de la tanga de Miriam Caballero y la jaló de la parte de enfrente, sintiendo la pobre muchacha como su prenda resbalaba por entre su culito al abandonarla, quedando completamente desnuda ante este par de degenerados.
Ambos viejos se pusieron de pie, desnudándose completamente en fracciones de segundos y dejando expuestas sin ningún pudor ni respeto sus malolientes vergas, la del viejo Eustaquio con una aceptable longitud de 17 centímetros aunque delgada pero muy venuda y con una cabeza más puntiaguda que redonda, la del gordo Pancho lucia colosal, con sus 22 centímetros, gruesa, muy morena, con una grandísima vena morada surcándole por en medio casi tan gruesa como el dedo meñique de Miriam Caballero y una brillante cabezota que casi parecía una manzana, ambas húmedas por efecto de la lubricación.
-mámalas puta,- ordenó Pancho, Miriam Caballero veía esos dos trozos apuntándola amenazantemente, ambas vergas parecían bajar pero casi al instante recuperaban su poderío por medio de pulsaciones, las del gordo Pancho casi parecía reventar por lo desmedido de sus punzadas.
Los hermosos ojos de Miriam Caballero tímidamente veían esos mutantes instrumentos, su boquita se torcía de forma curiosa, ese calorcito rico que invadía su cuerpo aun no desaparecía y los olores jugosos de los machos hacían que su cerebro trabajara para que ese calorcito aumentara, la manita derecha de Miriam Caballero se levantó y se aferró a la verga de Pancho, podía sentir sus pulsaciones en su suavecita manita, acercó su boca tímidamente y sin pensárselo la engulló de manera golosa y ahí la retuvo, su mente casi no le daba para pensar, simple y sencillamente seguía sus instintos más bajos, como si la parte racional de su cerebro se hubiese apagado y solo quedara funcionando aquella que responde a estímulos carnales, entonces sin mostrar ningún tipo de asco a ese tipo que prácticamente la secuestró y que se había portado con ella como el peor de los patanes, comenzó a mover su salivada lengua delicadamente por toda la apestosa cabeza de esa desproporcionada verga.
-jejejeeeehhhhhhh,- reía fanfarronamente Pancho.
-acá chiquilla, acá hay otra- dijo Eustaquio.
La mano izquierda de Miriam Caballero se apoderó de la verga del otro hombre, si es que todavía se le podía llaMiriam Caballero hombre a esa auténtica reliquia viviente, y comenzó a masturbarla, dicha verga comenzó a escurrir en líquido preseminal hasta parecer como si estuviera orinando.
-ahhhhh, que mano de suavecita, ni un solo callo- decía Eustaquio.
Poco a poco la boca de la jovencita se inundaba de lubricante de la verga de Pancho, hasta que llegó un momento en que su bucal capacidad cúbica fue incapaz de retener tanto salado líquido, teniendo de esta manera que tragar todo esa babosa secreción para evitar ahogarse, observándose por su garganta como bajaban los sorbos acompañados de su saliva con destino a su estómago.
-y deberías de sentir su boca, jajajaja- decía Pancho
-pues qué esperas pásamela- Pancho sacó su verga de la boca de Miriam Caballero de manera dificultosa ya que la chica dio la impresión de no querer desprenderse de ella.
-mámasela a este pobre viejito, jejejejejejejeje- la chica solo veía a aquellos dos animales que se estaban dando un agasajo con su boca.
De la misma manera Miriam Caballero se metió el trozo del anciano, empezando a recoger el grueso hilo preseminal que colgaba de él hasta llegar a su glande y enroscando su lengua alrededor suyo, Taco al sentir el comprimir de semejantes labios casi se corre, aguantando su vaciada teniendo que apretar el mismo su verga, tenía mucho que no le chupaban su podrido aparato con esa golosidad que estaba utilizando la joven Miriam Caballero que del puro gusto movía una de sus piernas en un movimiento similar a como cuando un perro menea su pata cuando se le rasca la panza.
-jejejejejeje, que puta eres, se ve que te encanta la verga, y la verga vieja, mira que en una sola noche mamársela a tres, no cualquiera- dijo Pancho
Miriam Caballero no escuchaba todos los insultos dirigidos a ella, estando tan concentrada en su labor y con el efecto del afrodisiaco poniendo de su parte, sus ojos estaban idos, como si no mirara a ningún lado, solo su boca al emitir ligeros gemidos, murmullos succionadores, mojados sonidos y su cabeza al moverse mientras realizaba sus chupadas eran las únicas señales de vida que mostraba.
Ahora procedía a masturbar la verga de Pancho con su mano, ambos órganos masculinos desprendía un olor insalubre, sin embargo los sentidos de Miriam Caballero estaban tan distorsionados por el efecto de la bebida que ni siquiera los sentía, al contrario, se relamía los labios cada vez que podía sintiendo el sabor del líquido preseminal, pasaba su boca de un miembro a otro, ensalivándolos y mezclando dentro de ella el sabor hediondo de ambas vergas, la saliva comenzó a caer y prácticamente bañaba sus enormes pechos que parecían haberse hechos más grandes.
Los desnudos viejos permanecían parados al lado de la joven, Eustaquio con los brazos sobre la cabecita de la niña y temblando de sus piernas y Pancho su masa corpórea casi inamovible y con sus brazos agarrando su enorme cintura, una cintura tan abultada que parecía que tenía una llanta de tractor como lonja.
-que ganas tengo de maMiriam Caballerole la pepita a esta chiquilla- dijo Eustaquio
-no se la mamas porque no quieres- respondió Pancho.
- jejejeje, acomódamela- dijo el vejestorio.
-a ver putita vamos a acomodarnos- dijo Pancho.
-nooo, Donn- dijo Miriam Caballero, sin embargo recordó lo violento que podía ponerse el Miriam Caballerorano si no se hacia lo que el quería.
Pancho levantó a Miriam Caballero, dada su fortaleza no le costó mucho, como levantar un muñeco de trapo, y la acomodó en la cama, acomodándose él detrás de ella y sujetándole ambos brazos con sus toscas manos y aprisionando su breve cintura con sus peludas pantorrillas, la pobre niña para su sorpresa se abrió de piernas como un acto reflejo, mostrándole a Eustaquio su exquisita panochita ya brillosa por sus fluidos vaginales.
Eustaquio comenzó a mover su mandíbula de manera graciosa, acomodando su postiza dentadura dentro de su sepulcra boca y hundió su anciano rostro en la mojada intimidad de la joven.
-ahhhhh, que rico, ya se me había olvidado como huelen las niñas,- aspiraba Eustaquio levantando su horrenda cara empapada en jugos vaginales llenando sus podridos pulmones de ese femenino aroma que se desprendía del sexo de la nena.
El viejo comenzó a lamer de manera obscena la panochita de la joven como un perro tomando agua, pasaba su lengua por toda la extensión haciendo que Miriam Caballero comenzara a derretirse en gemidos debido a las placenteras sensaciones que le regalaba el apuesto caballero, poco le importaba gemir y revelar su nivel de calentura, la joven y más que nada su sexo reconocían que este viejito estaba haciendo bien su trabajo.
Eustaquio casi enterraba su podrida boca dentro de esa bien cuidada vagina, dejándola llenas de babas y absorbiendo los jugos que de ella salían, su postiza dentadura se le movía constantemente y tenía que acomodarla a cada rato, entonces el viejo con aprobación de Pancho se acomodó entre las carnosas piernas de Miriam Caballero con la intención de penetrarla.
Miriam Caballero veía con terror como ese auténtico muerto viviente se acercaba cada vez más a ella (su anciano rostro parecía como de un zombie acercándose al cuello de su víctima) pero no podía hacer nada para evitarlo, sus manos estaban inhabilitadas, el viejo llevó su negra boca y le robó un malsano beso a Miriam Caballero, su lengua se metía hasta casi llegar a la campanilla, haciendo que las ganas de vomitar en Miriam Caballero tuvieran presencia, parece ser que el efecto del afrodisiaco ya estaba pasando o será que ni ese brebaje podía ocultar el asco a un anciano como este.
Una de las arrugadas y temblorosas manos de Eustaquio agarró su acorazada verga y empezó a tallarla en ese húmedo sexo, las talladas iban de izquierda a derecha haciendo que los muslos internos de la niña se llenaran de lubricante formando un puente lúbrico entre ellos, casi parecía que Taco le quería comer la boca a la niña, el viejo estaba tan desesperado que también besaba y lamía de manera repulsiva el rostro de la joven, llenándolo de babas que escurrían por toda su cara, Miriam Caballero ya debería tener unas tres capas de babas cubriendo su hermoso rostro.
El desnivelado viejo intentaba meter su lengua en las fosas nasales de la jovencita, ella solo ladeaba su colorada cara tratando de evitar esa zafada acción pero el viejo era tan insistente que terminaba acorralándola, en un movimiento hábil para la edad del cadavérico logró meter a su inmunda boca la respingadita nariz de Miriam Caballero y la absorbía como si quisiera tragarse su mucosa, el viejo Pancho apoyó a su compañero y con sus manotas tomó el rostro de Miriam Caballero de los costados de manera que impedía cualquier movimiento lateral del rostro de la joven mientras que sus peludas piernas se habían enrollado en los frágiles brazos de la joven cajera.
-que asqueroso eres Taco, ya métele la verga de una vez o te la quito- dijo Pancho
-no Pancho, no me la quites, es….. es que…..esta niña esta rebuena, como quisiera tener una así en mi casa, me la cogería todo el tiempo, cuanto quieres por ella?, te la compro, te la compro- dijo el cerdo asqueroso de Taco, tratando a Miriam Caballero como un objeto que se vende.
-nada Taco, esta putita no está en venta, esta es para mi uso personal, pero si me llegó a encontrar otra así ya veremos jejejejejeje- dijo Pancho
El viejo Taco volvió a profanar la ya no tan aseada boca de la niña, en un arranque de desesperante besuqueo su dentadura cayó dentro de la boca de Miriam Caballero, ella intentaba sacarla pero sus brazos estaban sometidos por Pancho con sus piernas en una especie de llave de lucha libre, la prótesis dental se le fue mal y hacia que Miriam Caballero pareciera como si se estuviera ahogando, a pesar de que la pobre joven trataba desesperada de quitarla con su lengua esta no tenía la fuerza ni equilibrio suficiente como para liberar su boquita de tan cochambroso aparato, el viejo Taco se carcajeaba y aplaudía por la escena para el cómica mostrando una boca cubierta solo de dientes inferiores y se abalanzó sobre ella a comerle nuevamente la boca y hacerle prácticamente una transfusión de saliva, teniendo la niña que tragarla para no ahogarse.
-creo que ya con esto chiquilla, ahora te perforare ese tamalito, jejejejejeje- reía el vejete, el viejo dijo esas palabras tan cerca de la boca de la necrofílica Miriam Caballero, sintiendo la nena todo el aliento a muerto.
“Dios mío que sea rápido” rezaba la nena.
Los ojos de Miriam Caballero se abrieron al máximo, el asqueroso viejo la había penetrado de un solo empujón todo gracias a la lubricación de ambos órganos reproductivos, le había metido esa verga (con todo y pelos) casi en estado de descomposición lo más profundo que le pudiera llegar, sin dejar fuera de esa vagina ni un milímetro de esa podrida pija llena de manchas hepáticas, el viejo como pudo se empezó a menear, pareciera que era el solo el que se movía pues las embestidas de su flacucho cuerpo no tenía la fuerza suficiente como para mover la voluptuosa anatomía de su compañera de cama, incluso el viejo tomaba impulso con sus pies y simulaba estar escalando la perfecta anatomía de la chamaca.
-mírame puta, mírame, mira el podrido rostro del viejo que te está metiendo la verga,- ordenaba el perturbado Taco mientras jadeaba como un perro y realizaba sonidos similares a rebuznos.
Miriam Caballero obedeció al viejo y aunque ella no lo hacía a propósito miró a ese decrépito y ojeroso rostro con esa verde hermosura que forzosamente tenían que mostrar sus ojos, era imposible no ser cautivado por semejante mirada, excepto estos viejos que pareciera que la juvenil mirada solo los desequilibraba mas, Pancho retiró con asco la dentadura del otro vejete de la boca de Miriam Caballero haciendo que la chica tosiera.
-que puerco Taco, con razón ya ni pagando cogen contigo-
El vejete sudaba más que un caballo, su arrugado abdomen escurría en sudor mientras penetraba a Miriam Caballero como un perro excitado, Pancho se había apoderado de la boquita de Miriam Caballero y le metía su babosa lengua hasta la campanilla, la chiquilla solo deseaba que ya fuera el otro día.
-te gusta verdad putita- decía el viejo pancho al oído de su sensual víctima.
Miriam Caballero podía sentir el eco de esas palabras dentro de su cabeza.
-lo estas disfrutando verdad, jejejejeje, te encanta la riata,-
Eustaquio no paraba de penetrara a la jovencita, quien sabe de donde sacaba toda esa energía, su ritmo cardiaco había rebasado por mucho la media, la cueva de Miriam Caballero era un auténtico lago y cada embestida que recibía era acompañada por un morboso sonido húmedo que podía ser escuchado por el desproporcionado trío.
-nooooooo, ustedesss aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh, dan ascooooooooooooooommmmmmmmmmmm- decía a medias la pobre Miriam Caballero quien sufría las vulgares embestidas.
-asco, y porque estas tan mojada?- dijo Pancho.
- y porque gruñes como una puerca? Jejejejejejejeje- dijo Taco
-no seeeeeeeeeee hhhhhhhhhhhhhhhmmmmmmmm, aaaaayyyyyyy déjenmeeeeeeeee por favooorrrrrrrrrrr-
-cállate puta, jejejejejejeje, esto es mejor que metérsela a la muñeca inflable que tengo en la casa, ahhh, tenía mucho tiempo que no la metía en una pepa tan calientita- dijo Eustaquio, y aceleró aun mas sus animalescos movimientos.
Miriam Caballero trataba sin éxito de retener los gemidos, las embestidas eran tan intensas que parecía como si estuviera siendo cogida por una especie de máquina que no necesita descanso, el viejo llevaba algo de tiempo que no bajaba el ritmo, se escuchaba el golpeteo de ambos cuerpo sudados, risas de ambos viejos burlándose de esa pobre mártir, y pujidos de dolor consecuentes a los movimientos del viejo tan violentos y que lastimaban a Miriam Caballero por dentro al meterle la verga de manera torcida.
Eustaquio llegó a un punto que su verga se deslizaba a una velocidad tremenda, arrancándole suspiros a la joven apoyándose de su cintura mientras la penetraba, la verga comenzó a rozar de manera tan apasionada su sensible e hinchado clítoris, los labios de Miriam Caballero permanecían en cada momento abiertos solo emitiendo gemidos cada vez más orgásmicos, indicando que el clímax estaba cerca.
“no puede ser me voy a correr, me voy a correr, noooooooooo, estooooo se sienteeeeee……………………. ricooooo”, pensaba la chiquilla quien a pesar de ser un moribundo viejo la estaba haciendo correrse como una burra.
-te vas a correr verdad zorra, te estás apretando- dijo el sofocado viejo.
-ahhhhh, nooooooo, pareeeeeeeeeeeeeeee, ahhhhhhhhhhhhhh- gritaba la orgásmica joven, mientras intentaba mover sus brazos para impedir que Taco le regalara un orgasmo, obviamente no podía, Pancho la estaba inmovilizando.
-sigue Taco, acábatela, dale duro, dale duro, ya la tienes,- alentaba el viejo Pancho.
-aaaaahhhhhhhhhhhh, me vengoooooooooooooooo, malditooooooooo viejooooooooooooooo me vengooooooooooooooooooooo aaaahhhhhhhhmmmmmffffffffffffffff- Miriam Caballero se vino en un bestial orgasmo y producto de la fuerza de su corrida apretó sus potentes piernas contra el debilucho cuerpo del vejete, los músculos de las piernas de Miriam Caballero se contraían tanto que casi parte en dos a su violador, para poco a poco volver a ponerse flojita y exhalar un prolongado suspiro.
Taco estaba feliz, parecía como si la vida le hubiera regresado a su decadente cuerpo, como si se hubiese nutrido con los fluidos vaginales de la chica que se regaban por toda su apestosa verga y gran parte de la cama, sacó su verga que no había perdido dureza, el putrefacto miembro goteaba en flujos y se mantenía más roja que nunca, al igual que la sensible vagina de Miriam Caballero.
-Pancho, Pancho viste, viste como hice que se corriera, y aquellas putas cantineras que no me creen que todavía puedo, anda sácame una foto para enseñárselas anda y acomódamela de perrito, le quiero dar como la perra que es- decía el zafado vejete.
Pancho sacó la foto con el viejo Taco posando como un campeón, la niña al escuchar el flashazo despertó de su orgásmico estado.
-nooo, q… que hace?, no me tome fotos- decía la nena dificultosamente, sin embargo el viejo no le tomó la palabra, los femeninos puntos de vista no eran tomados en cuenta por tan machista sujeto.
-cállate, deja de ladrar perra caliente, jejejejeje perra caliente jejejejeje, si yo fuera tu dueño te tendría prohibido hablar y solo te permitiría ladrar como la perra que eres, y te metería una correa por el culo y solo podrías moverte como una vil perra, y harías tus necesidades como las perras, porque para mí no eres más que una perra que solo sirve para preñarla y que nos de mas perritas, entendiste, es más las perras valen más que tú- decía el desequilibrado anciano a una jovencita con unas ganas inmensas por llorar ante tales palabras.
-basta de pláticas-dijo Pancho.
Pancho acomodó esa sensual anatomía femenina, ahora el viejo Taco se acomodaba detrás de ella, y de un empujón metió nuevamente su miembro en la conchita de Miriam Caballero.
-ayyyyy,- dijo Miriam Caballero al sentir nuevamente esa verga dentro de ella, a pesar de estar hechizada sabía perfectamente lo que le estaban haciendo y recordaba el orden exacto de las anteriores y crudas palabras, por eso sus ojos comenzaron a dejar caer lágrimas de impotencia por no poder hacer nada, y más que eso por dejar que un bastardo así la penetrara, haber disfrutando de la anterior cogida y haberse corrido como una perra.
-jejejejejeje, eso perra, aúlla, aúlla, aaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu- decía Taco volviendo a mostrar que su cerebro tenía alguna especie de desorden psicológico.
Taco empezó a bombear nuevamente a la joven moviéndose desesperado como si quisiera que su verga le saliera a Miriam Caballero por la boca, las perfectas nalgas de la joven (que aun Miriam Caballerocaban el cinturonazo que le dio Felipe hace poco más de una hora) chocaban contra ese despellejado cuerpo, el desnutrido viejo golpeaba las frondosas posaderas de la jovencita dejándoselas mas rojas aun y haciendo ademanes como si estuviera montando a caballo, el viejo aullaba y gritaba como un loco (como si le estuvieran metiendo a él un palo por el culo), Pancho reía al ver lo trastornado de su amigo.
Pancho aprovechó su posición para meter a la boca de la niña su enorme palanca, los viejos llegaron a efectuar por un prolongado momento una perfecta sincronía, es decir, mientras Taco penetraba a Miriam Caballero por su panocha, el viejo Pancho lo hacían de la misma manera pero por su boca, los ojos de la niña se ponían blancos y enormes ríos lagrimales escurrían de ellos ya que la fuerza de Pancho era muy superior a la del otro violador, la enorme verga morena desaparecía por completo dentro de esa rosácea boquita, los pelos púbicos que cubrían la base del miembro llegaban a meterse y enredarse con los finos vellos que protegían las fosas nasales de la mujercita, debido a la potencia de los masculinos embates llegaba a forMiriam Caballerose un ligero bulto en la garganta de Miriam Caballero cada que el viejo Pancho embestía a tan preciosa jovencita ya que su verga se deslizaba alegremente encorvándose hacia la garganta.
Hubo un momento en que Pancho hacia que Miriam Caballero se ensartara en la verga de Taco; es decir, el viejo Taco se dio cuenta de que los empujones de Pancho tenia por mucho más fuerza que los suyos, así que se quedó quieto con su verga dentro de la joven panocha admirando el perfecto culo de la nena, esa exquisita forma que el cuerpo femenino adquiere en la perruna posición, Pancho embestía la boca de la niña con tanto vigor que hacía que ella misma echara su cuerpo hacia atrás debido a la fuerza del impacto, lo que hacía que solita se ensartara en la verga del otro viejo sin querer, y cuando la joven intentaba desatorarse de Taco ya estaba recibiendo otro empujón que la hacía volver a clavarse.
Pancho sacó su maloliente verga de la húmeda boca, Miriam Caballero emitió un quejido casi de parto cuando se liberó, la saliva era el elemento viscoso más presente en esa inmunda cama ya que cayó como cascada de la carnosa boquita, de repente Miriam Caballero empezó a gemir nuevamente, pues Taco aceleró sus enfermos movimientos, el difunto la tomó de los cabellos y la atraía hacia él, mientras Pancho le volvía a comer su boquita sin importar que su verga hubiera estado alojada ahí segundos antes, la niña presa de la calentura movía su lengua tratando de llegar lo más lejos de la boca de tan desagradable sujeto a la vez que con una de sus finas manos masturbaba la poderosa verga del seboso queriéndolo vaciar lo antes posible con la esperanza de que este no la penetrara, podía sentir ese aliento característicamente alcohólico en ella, incluso al humear en sus aMiriam Caballeroillentas encías la jovencita quitaba restos de comida alojada entre las cariadas piezas dentales del gordo, prácticamente haciéndole un lavado a esa pútrida boca.
El viejo Taco penetraba sin misericordia esa castigada panochita, comenzaba a gritar y a balbucear palabras que no se podían entender debido a las babas que inundaban su chimuela boca y a una especie de espuma que se formaba por tanta bacteriana saliva que sin detenerse su producción caía hasta el cuerpo de la nena resbalándose por su espalda.
Pancho posicionó a Miriam Caballero, prácticamente enterrando el rostro de la joven en la sucia cama, el viejo ejercía presión en la espalda de Miriam Caballero, inmovilizando en este acto el cuerpo y los brazos de la nena que se sometían cruzados por su breve espalda, Taco se encargó de mantener elevado ese provocador culo, penetrándolo sin tregua, era la única parte de Miriam Caballero que seguía levantada, y así continuo hasta que Miriam Caballero no pudo más y se desbordó en otro orgasmo, quedando con sus sudados glúteos levantados y sometida debajo del monstruoso cuerpo de Pancho, respirando entrecortadamente.
El anciano Eustaquio continuo penetrándola sin importarle su estado, comenzó a bajar el nivel de intensidad pues sentía su corrida próxima, fue en uno de estos periodos en que el viejo no pudo evitar retrasar su eyaculación por más tiempo y se corrió dentro del fértil útero de Miriam Caballero mostrando una cara de esfuerzo como si estuviera levantando algo extremadamente pesado, una gruesa vena se le Miriam Caballerocaba en su delgado cuello producto de la dedicación que exigía mientras expulsaba semen añejo casi agusanado dentro de la joven, el anciano apretaba su verga con crudeza y la exprimía como queriendo sacarle hasta la última gota lechosa de el más alejado reducto testicular, Miriam Caballero reaccionó ante tal depravado acto.
-nooooooooooooooooo, por……. porqueeeeeeeeeeeee, porque se ha venido adentroooo?- dijo una cansada y casi sin fuerza muchachita.
-jejejejejejeje, tranquila chiquilla moquienta, no hay de qué preocuparse, mi leche ya no pega, jejejejeje- dijo el cansado Taco secando con su mano el sudor que corría en su frente y embarrándolo en el cuerpo de la joven, Pancho aprovechó para inmortalizar a la desnivelada pareja con otra comprometedora foto.
Taco sacó su flácida verga, completamente vomitada en semen, su espumosa boca se dirigió al ano de Miriam Caballero y lo lamio aplicándole un sonoro masaje rectal para después con su lengua penetrar ese reducido conducto (dicha lengua se movía serpenteantemente mientras intentaba alojarse dentro del apretado agujero) y por ultimo pegarle una mordida a sus nalgas, el viejo podía oler la fragancia masculina de su esperma aun fresco y que se asomaba tímidamente por el sexo de Miriam Caballero.
-nooooo, pare, pooooor ahí nooooooooooo- dijo Miriam Caballero asustada de que el viejo loco intentara penetrarla por su culito.
Afortunadamente para ella el viejo se detuvo para incorporarse y dejarse caer en un sillón, sacando de su pantalón una cajetilla de cigarro y llevándose uno a la boca, festejando su triunfal batalla, ya contaba con otra anécdota para relatar a sus nietos.
-ahhhhhh, que cogida te pegué niña, Pancho, de veras no quieres venderme a esta chamaquita, dime, te doy 15 000 ahorita, dime cuanto quieres por ella?- dijo Eustaquio.
Un poco de la historia de Eustaquio, el viejo Taco era un ex diputado con grandes amistades en la alta política, y que siempre veló por los intereses de grupos criminalísticos, y que ahora en su retiro de las cáMiriam Caballeroas, seguía conviviendo con estos desalmados, quienes sin olvidarse de sus aportaciones como fiel contacto y nexo político, cada cierto tiempo le ofrecían culitos de seleccionada manufactura, claro que no dé a gratis, pero al menos se las amansaban.
El viejo Taco seguía recibiendo pensiones exageradas por parte del gobierno, jubilarse en un alto puesto político en México significa casi asegurar un pedazo de lote en la tierra prometida, por eso siempre se la daba de que podía comprarlo todo, un diputado con mucho poder que toda su vida fue corrupto y ambicioso y que todavía seguía codeándose con espectaculares mujeres con las que muchos solo podemos soñar y que como persona era visto por sus familiares, vecinos (su residencia no se ubicaba por esa malandra zona), amigos y conocidos como un hombre pulcro y recto, todo un caballero, sin imaginarse lo perturbado que se encontraba la garrocha andante.
-no está en venta……………………………….. por ahora- respondió Pancho.
- a ver putilla, no te duermas que ahora voy yo- dijo Pancho y acomodó a la joven otra vez boca arriba, metiéndosele entre sus sudados muslos a manera de predecir otra morbosa sesión de sexo oral.
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En otra parte de esta gran ciudad, Miriam Caballero y Cruzito ya habían llegado a casa, estaba preocupados por su amiga porque no contestó ninguna de sus llamadas.
-y si le Miriam Caballerocas a su papá, a lo mejor se haya chocado de esperarnos y se vino sola y ya esté en su casa- decía Cruz
-no manches, y si no está, que vamos a decir si se supone que se quedaría a dormir conmigo- contestaba Miriam Caballero, si algo tenía el papá de Miriam Caballero es que era muy reglamentario con su única hija y si Miriam Caballero no se encontraba en el lugar en donde le había dicho que estaría, era capaz de ir a buscarla y traérsela de los cabellos, sin embargo le había dado permiso de quedarse a dormir con Miriam Caballero pues consideraba a esta chica como una jovencita seria, desconociendo la fama que poseía esa chiquilla.
-ay mana, que problema- decía el aMiriam Caballeroiconado.
-ay Miriam Caballero, en dónde andarás?,- se preguntaba Miriam Caballero preocupada volviendo a Miriam Caballerocar al número de su amiga.
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El viejo había comenzado con lamidas sutiles, sus dedos le servían para abrir esa entrada que poco antes había sido cobardemente penetrada, podía aspirar el aroma de esa vieja verga impregnado en el joven sexo de la chica, saboreaba el repulsivo semen que se encontraba embarrado en todo el sexo de la joven y con su lengua lo empujaba para que no abandonara su recinto vaginal.
La lengua del viejo se movía como si tuviera vida, el viejo procedió a lamer no solo su sexo, sino también la parte que se encuentra entre el sexo y donde inicia el muslo, regresó a su sexo para seguir lamiéndolo pero pronto cambio y ahora con su boca cubría toda la panochita, lo succionaba tragándose la gran cantidad de fluidos que de la vagina de Miriam Caballero se escapaban, succionaba como si estuviera succionado el jugo de una naranja, el chipo del viejo había adquirido una forma similar a una nariz de cochino.
Con un movimiento brusco e involuntario Miriam Caballero dio un grito y de igual modo acomodó sus piernas para enrollarlas en la cabeza del viejo, este dejó de succionar pero sin cambiar la posición de su boca metía su lengua dentro de la húmeda cuevita de Miriam Caballero, moviéndola en forma de circulo y penetrándola a una velocidad brutal, la chica empujó la cabeza del viejo apretándola con sus potentes piernas, al mismo tiempo su cuerpo se enroscaba presentando contracciones orgásmicas, señales evidentes de que el viejo estaba haciendo que nuevamente se corriera.
-nooooooooooo, señoooooorrrr, no me chupeeeeeeeeeeeeeeeeeeee- grataba la ardiente chiquilla, pero al viejo poco y nada le importaba, el seguía degustando ese manjar prohibido, ese suculento batido de flujos y que lo animaban a continuar, y menos se detenía al contemplar el hermoso rostro fruncido orgásmicamente de una muchachita preciosa que recién acababa de conocer.
“nooo, otra vez noooooooooooooooooooooo” dijo Miriam Caballero para después desploMiriam Caballerose en otro orgasmo.
Miriam Caballero enrolló sus piernas por sobre la nuca del viejo y expulsó una gran cantidad de fluidos que fueron a parar a la boca de Pancho quien saboreaba hasta la última gota de tan peculiar caldo, escupía sobre el sexo de Miriam Caballero y volvía a tragar la exótica mezcla compuesta también por restos de semen de aborrecible Taco.
El viejo se incorporó y colocó su poderosa herramienta venuda sobre los frágiles labios vaginales de Miriam Caballero, la talló por encima de ellos arrancándole suspiros a la muchachita y poniendo más que colorados los pómulos, cachetes y zona T del hermoso rostro de la joven, la piel de todo su curvilíneo cuerpo se erizó, el viejo comenzó con un movimiento muy lento como si estuviera penetrando a la chica pero su verga no se incrustaba dentro de su sexo, solo se tallaba por encima de esa zanjita que sudaba a chorros, la verga se paseaba por el clítoris de la muchachita en toda su morena extensión, todo esto continuo hasta que la verga del viejo fue prácticamente abrazada por los labios vaginales externos de Miriam Caballero.
El viejo juntaba saliva para después dejar caer una gran cantidad sobre el sexo de la joven, ella gemía con solo sentir la saliva bajar como un río de sus labios vaginales hasta caer a la cama o desviarse hacia donde empieza su culito.
El viejo tomó la cabeza de su verga y la acomodó a manera que quedara a la entrada del sexo de Miriam Caballero, poco a poco el viejo fue ejerciendo presión, la panochita de Miriam Caballero resistía todo lo que podía negándose a ser penetrada por ese repugnante sujeto, la verga del viejo era demasiado gruesa para ese canal a pesar de haber sido recién penetrado sin embargo el viejo de un fuerte y seco movimiento de cadera logró penetrarla hasta el fondo, arrancándole un grito a Miriam Caballero moviéndose desesperada para poder liberarse, el viejo solo se reía de los vanos intentos de la pobre muchacha quien sufría un momento muy fuerte y perturbante para ella.
“me la está metiendo, este viejo asqueroso me la está metiendo, que ascoooooo” decía Miriam Caballero en su mente como respuesta a la retorcida, anormal e irrazonable copulación que se llevaba a cabo en ese momento en la casa de un viejo malnacido.
-ah, qué rica estas chamaca, que apretada tienes tu panocha, ni porque te la metió Taco- dijo el gordo.
-eehhh, esa perra ya se volvió a cerrar, pa´ la otra le meto un bate de beisbol- dijo el distinguido Taco.
-jejejejeje, lo que pasa es que la tienes flaquita, verdad putita, que se siente tener hasta dentro una verga de verdad, ehh?- dijo Pancho, Miriam Caballero no contestó nada, solo su nariz hacia señales de que estaba conteniendo el llanto.
El viejo arremetía muy despacio, disfrutaba del momento, de la espectacular vista del cuerpo de la nena cubierto por millares de gotas de sudor recién salido y que olían a esencia pura de mujer, su sudor era una especie de perfume natural; sus pechos se levantaban como montañas, el viejo disfrutaba de ver esa breve cintura al igual que ese abdomen completamente plano y levemente Miriam Caballerocado por las contracciones abdominales que hacia la niña contrastando en comparación con su obeso cuerpo peludo, disfrutaba el ver como su grueso y moreno aparato se perdía entre los delicados y rosaditos labios vaginales de Miriam Caballero y cuando la gruesa vara venía de reversa podía verse como salía empapada en jugos lubricantes, abriéndose más los labios vaginales cuando la cabezota estaba por salir, pero, sin sacarla completamente, el viejo volvía a enterrársela repitiendo otra vez el procedimiento.
El viejo aceleró un poco sus movimientos, ahora con sus manos se apoyaba de la breve cintura de Miriam Caballero, atrayéndola hacia él en cada una de sus embestidas, haciendo que el femenino cuerpo se moviera y por ende sus senos comenzaran con un provocador danzar logrando que algunas gotas de sudor que los cubrían comenzaran a rodar cuesta abajo.
El viejo ya había acelerado otro poco su mete y saca, ahora apoyaba sus brazos en la cama, entre sus poderosos brazos quedaba el apetecible cuerpo de Miriam Caballero, el viejo había echado un poco su obeso cuerpo hacia adelante para apoyarse mejor, sus brazos yacían sosteniendo esa pesada masa Miriam Caballerocándosele todo un sistema de venas que los hacían ver más intimidantes, el sudor de su grasoso rostro corría como pequeños riachuelos buscando caída y logrando encontrarla principalmente en su nariz y barbilla, cayendo hacia el frágil cuerpo de Miriam Caballero, formándosele en su vientre un pequeño lago de sudor.
Los ojos negros y rojos por el efecto de la cerveza del viejo se cruzaron con los verdes y seductores de Miriam Caballero, ambos se vieron directamente a los ojos por pocos segundos, hasta que los de Miriam Caballero voltearon a otro lado debido a la mirada tan pesada que tenía el viejo y a lo incómodo de la situación.
Miriam Caballero se estaba reconociendo como una hembra en celo que disfrutaba lo que estaba viviendo, a pesar de lo desagradable de la masculina persona era imposible que con esa maestría culiadora la jovencita no sintiera estimulantes descargas de júbilo y éxtasis que muy difícil se logran ocultar, poco a poco su rostro se descomponía en facetas placenteras y risueñas que por más que la joven quería esconder simple y sencillamente no podía, y más repugnante, estaba reconociendo al macho que la estaba poseyendo sin importar que se tratara de un despreciable sujeto, machista, cobarde, y que se valía del sufrimiento de otras personas para sacar la mayor cantidad de provecho que pudiera sin importar los momentos tormentosos que hacía pasar a sus víctimas, pero por otro lado lo veía como un macho bruto, fuerte, dominante, en parte lo feo también ayudaba a que su morbo aumentara mas; contrario a ella, una muchachita tan femenina y débil, que sin importar lo que hiciera nunca iba a poder contra la fortaleza del viejo, esa sensación de sometimiento sumado a los efectos de la bebida la habían derrumbado a tal grado de abrazarse tímidamente a tan desagradable persona.
El viejo llevó una de sus manos al cuello de Miriam Caballero para apretarlo levemente (según él) pero con la fuerza suficiente como para que Miriam Caballero sintiera dificultosa su respiración, la sometida joven llevó ambas manos aferrándose del brazo del viejo, intentando liberarse pero le era imposible, la joven volteó a ver al viejo y veía un rostro desbordado en la depravación, este apretaba sus dientes y de sus fosas nasales auténticos humos de calor salían al tiempo que bufaba como un toro.
-s…. seeeñoorrr m…. asfixiaaa….. cooooooffffffff, coooffffffffff- dijo Miriam Caballero.
El viejo colocó sus brazos ahora rodeando y aferrándose al cuerpo de Miriam Caballero, pegando su sudado cuerpo al de ella, quien solo se dejó aferrar por esos venudos y poderosos brazos, el viejo comenzó a penetrarla nuevamente, el rostro que ponía la niña denotaba que estaba sintiendo la penetración hasta el fondo casi tocándole con el glande la pared uterina y revelaba el grado de excitación que la envolvía, poco a poco sus piernas fueron enrollándose alrededor del seboso cuerpo del viejo.
Pancho con una de sus manos levantaba la cabeza de Miriam Caballero apoyándola por sobre su nuca, sus dedos se perdían entre los castaños cabellos de la joven, y la otra mano levantaba el curvilíneo cuerpo de la parte de sus caderas, esas caderas tan desarrolladas que hacían ver a Miriam Caballero una hembra que había llegado al punto ideal para la concepción, prácticamente se la cogía en el aire.
Su fértil útero recibía al desagradable intruso y se llenaba de líquido preseminal, ya que el miembro del viejo babeaba este líquido a chorros, Miriam Caballero no comprendía cómo es que un viejo tan feo, gordo, sucio, borracho y lépero podía coger con esta maestría, sentía un placer nunca antes experimentado que la estaba llevando al borde de otro orgasmo que la dejaría rendida y a merced de un viejo completamente desconocido que esa misma noche la suerte le había sonreído y todo le había salido a la perfección al grado que ya tenía a la jovencita en su cama, desnuda, estimulada y con su oloroso trozo dentro, muy adentro de ella.
El viejo llevó su séptica boca hasta los senos de Miriam Caballero, esos globos de carne que se movían en cada embestida del viejo y que ya tenía rato que lo estaban provocando visualmente, los succionaba y jugaba con sus pezones moviendo su lengua en forma de círculo, Miriam Caballero sentía esa lengua babosa y caliente recorrer cada centímetro de sus pechos, estas caricias y la penetración la tenían totalmente entregada, por momentos gemía mientras sus labios denotaban una especie de morbosa risa.
Los gemidos de Miriam Caballero y el viejo resonaban por todo el cuarto, era lo único que se podía escuchar además de el golpeteo que provenía de las embestidas que hacían chocar ambos cuerpos sudados que por momentos alcanzaba velocidades tan agresivas escuchándose un sonido similar como si una señora estuviera haciendo tortillas a mano, lo que hacía que Miriam Caballero se diluyera en quejidos y aferrara sus manitas a la sudada sábana que cubría la vieja cama de Pancho.
La verga del viejo hacia Miriam Caballeroavillas en el colorado botoncito que casi parecía querer salir disparado de tan hinchado que se encontraba, Miriam Caballero se mordía su labio inferior al mismo tiempo que seguía gimiendo tan fuerte que casi dejaba sordo al gordo, su cuerpo se convulsionaba de nuevo avisando que sería sacudida por otro orgasmo, esta vez jaló la sábana prácticamente tapando su voluptuoso cuerpo junto con el del viejo, haciendo que Taco por un momento dejara de observar la panorámica vista a cambio de una sábana que se movía fornicadoramente.
-te gusta puta, te gusta sentir mi verga dentro verdad?, nada mas con verte se da uno cuenta de que te encanta la verga- preguntaba el ya algo cansado viejo mientras no dejaba de perforarla.
-aaaah, aaaahh, aaaahhh, aaaahhhh, mmmmmmmmmmmhhhhhhhh,- era lo que el viejo tenía como respuesta por parte de Miriam Caballero.
-te gusta, dime que te gusta mi verga, dímelo, puta hija de la mierda- decía Pancho, Miriam Caballero en un completo estado de depravación y en un abandono total de coherencia y cordura grito:
-siiiiiiiiiiiii, me gusta, me gusta su verga, maldito viejoooooooooooooooooo, lo odiooooo uuuuhhhhhhhhhgggggggg…………. lo odio p………. pero ahhhhhhhhhhhhhhhh, - decía Miriam Caballero presa de la morbosidad.
-entonces que vergas te estoy haciendo según tuu, vas a ver te voy a dejar bizca de tanto vergazo pedazo de culooooo- dijo Pancho acelerando sus movimientos endiabladamente.
Cada vez que Miriam Caballero era ensartada un sonido similar como si un cuerpo macizo chocara con un charco se escuchaba, así como un salpicar de fluidos salían disparados fuera de su vagina producto de la catastrófica colisión de entre ambos órganos reproductivos, los golpes que el viejo daba eran tan bravíos que Miriam Caballero debería de tener mucha suerte si su pelvis no resultaba con alguna fractura después del encarnizado y desnaturalizado ayuntamiento carnal.
-no creo poder aguantar mucho puta malnacida, siento que ya viene, aaaaaaaaaahhhhhhhh, no he descargado en casi un meeeeeeeessss- decía el viejo algo forzado.
Los ojitos de Miriam Caballero veían al viejo pronunciar esas palabras, estaba preocupada porque sabía que el viejo se correría dentro de ella, pero también era imposible no desear llegar a otro orgasmo, el viejo seguía penetrándola y nuevamente la mente de la joven se nublaba por la excitación y la sumisión, no le importaba el trato y todas sus asquerosidades, se aferraba al cuerpo del viejo sintiendo toda su obesidad en su esbelto cuerpo, la cama rechinaba por la fuerza en que era penetrada y parecía que se iba a despernancar, de por si esa cama se había movido unos 30 centímetros de su ubicación inicial gracias a la fuerza que el macho desempeñaba.
-ahora si putita ahí viene mi lecheeeeeeeeeeeeeeee- bramó el viejo.
-n…, noooo, dentro noooooooo, me va a embarazaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrr- alcanzó a gritar Miriam Caballero, sin embargo ella misma fue quien enrolló sus piernas como serpiente en el obeso cuerpo del viejo con toda la intención de sentir dentro de ella el correr del apestoso líquido.
-¡siiiiiii Pancho, préñala! ¡quiero cogérmela panzona!, ¡si la preñas te doy lo doble que pagué orita!, jejejejejejejeje- gritaba extasiado el viejo Taco y meneaba más rápido su semierecta verga.
Las piernas de Miriam Caballero se habían quedado abrazadas al viejo mientras esperaba la descarga, pero también sintió en su cuerpo un calor infernal que provenía de su intimidad, de pronto su cuerpo se tensó mientras ella comenzó a moverse de arriba hacia abajo con la verga del viejo dentro de ella, por más que Miriam Caballero quiso impedir su orgasmo el viejo muy hábil meneaba su verga dentro de ella, cosquilleándola por dentro y haciéndola correr una vez más.
-mee vengooooo, meeee vengoooooooooooooooooooo, meee vengoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo- gritaba Miriam Caballero sin importar al tipo de hombre que se lo decía.
Todos los músculos del cuerpo de Miriam Caballero se contrajeron principalmente los de su vagina, la chica se ahogó en un intento por jalar aire que casi le resulta imposible, para explotar en un orgasmo descomunal, una corrida que expulsaba fluidos de su sexo todavía ocupado por la verga del viejo como si de una presa desbordada se tratara, el moreno miembro resistió heroico el apretón que la chiquilla le dio, logrando retrasar otro poco su corrida, el viejo tuvo que realizar un esfuerzo sobrehumano para no venirse.
Miriam Caballero se retorcía y temblaba en la cama, boca arriba, exhausta y tapada con esa andrajosa sábana, el viejo también se veía agotado, aunque más entero que Miriam Caballero, comenzó a retroceder sacando su verga lentamente del encharcado sexo de la joven cuidando que un roce traicionero le hiciera derraMiriam Caballerose en ese momento.
-te corriste Pancho?, te corriste?- preguntaba Eustaquio.
-no, aun no- decía el agitado Pancho.
El viejo sacó su ciclópeo barreno completamente brilloso dejando el coño de Miriam Caballero muy abierto, un enorme agujero estaba ahora en donde antes eran dos labios vaginales apretadísimos y se podía hacia adentro sin ninguna dificultad, sin embargo su panochita volvía a recuperarse y a través de exquisitas pulsaciones su sexo se volvía a cerrar casi en cáMiriam Caballeroa lenta.
-uuuuhhhhhhhhhhhhh, que bruto, que cogidas pega esta chiquilla, y según ella no sabe, jejejejeje- dijo Pancho.
-debería de pasarle la receta a las chiquillas de la cantina, para que estén igual de cerraditas como ella- dijo Taco
-voy a acabarla de una vez- dijo Pancho.
-siiii, pero préñala Pancho, préñala, hazle una chamaca y cuando nazca me la vendes, jejejejejejeje, la voy a tener bien cuidadita para que crezca igual de tronca que la puta de su madre- decía ese desperdicio de ser humano.
-jejejeje, veré que puedo hacer- dijo Pancho
El viejo se acomodó al lado de la casi desmayada Miriam Caballero, quedando ella de espaldas a él, el viejo llevó su brazo derecho por debajo de la cabeza de la semiinconsciente chica, de esta manera la aprisionaba y podía manipular su rostro y sus senos, su brazo izquierdo bajaba por toda la espalda de la joven hasta llegar a manosear sus partes, meter un poco sus gruesos dedos dentro de la adolorida panochita y poner su verga en la entrada de su vagina.
La enorme verga se volvía a alojar entre esos canales vaginales, arrancándole nuevamente gemidos a Miriam Caballero, ella pegaba su cuerpo al del viejo sintiendo su calor y llenándose otra vez de su sudor, el cuerpo de Miriam Caballero, el cual estaba libre de cualquier vello ahora se veía en partes peludo por los vellos que se soltaban del cuerpo del viejo y se pegaban a ella.
El viejo la penetraba con fuerza, podía sentir el perfecto culito femenino chocar contra su abultado vientre, mordía la espalda de la joven y por momentos la daba un fuerte abrazo que apretaba el cuerpo de Miriam Caballero contra el de él, prácticamente haciéndole crujir sus frágiles huesos para que la chica sintiera el poderío de un verdadero macho.
Pancho se daba gusto observar a Miriam Caballero, le excitaba su breve espalda, sus hombros estaban cubiertos por varias pecas que respetaban la perfección de su rostro y se negaron a salir sobre su cutis, le excitaba ver ese rojo culito castigado cubierto de gotas de sudor, su cabello que aunque no era muy largo si lo suficiente como para tener ese seductor movimiento que le daba cada una de las estocadas del viejo, pero lo que más llamaba la atención del viejo era ver esos dos hoyitos que se Miriam Caballerocaban en la parte baja de la espalda de las muchachas y que muchas gustan lucir, hoyitos que por supuesto se Miriam Caballerocaban en la espalda baja de Miriam Caballero.
La joven, entregada, confundida y sin explicarse que le pasaba buscó con desesperación los labios del viejo y cuando los encontró le regalo un amoroso beso, si bien el viejo besaba a la chica con depravación y asquerosidad, la chica lo besaba con inocencia y ternura.
El viejo volvió a toMiriam Caballerola de la cintura, las nalgas de la joven chocaban contra su bofa panza, Pancho al estar en esa posición, detrás de Miriam Caballero, no podía ver el rostro de la chica, pero si podía escuchar todos sus gemidos provocados por la cogida que le estaba dando, el viejo apretaba los dientes a cada embestida que le daba a la afortunada chica, su rostro estaba totalmente descompuesto, los ojos rojos, sudado, la grasa de su cara lo hacían parecer como si le hubieran untado una especie de aceite, su frente mostraba venas muy saltadas que parecían iban a reventar debido a la fuerza que estaba utilizando.
Miriam Caballero en cambio mantenía su muslo izquierdo levantado para facilitar la penetración, fue en este momento cuando Miriam Caballero pronunciaba otras imprudentes palabras.
-ayyyyyy, Doooonnn Panchoooooooooo, mmmmmmmmmm que ricooooooooooo,- dijo la muchacha y rápidamente llevó una de sus manos para tapar su boca, esta vez había recapacitado, se había dado cuenta de lo bajo que había caído.
-jejejejeje, dime Pancho o papacito- respondía el viejo con voz agotada.
Entonces el viejo mientras la penetraba dejó de toMiriam Caballero la cintura de la chica y con su mano izquierda estimulaba el clítoris, movía su mano muy rápido hasta que con ese movimiento y la penetración logró arrancarle otro orgasmo que hizo que Miriam Caballero se retorciera primero y luego tallara su cuerpo en el del viejo, la vagina de Miriam Caballero se contrajo nuevamente, hasta que hubo un momento en que el conducto vaginal tomó por sorpresa al morado glande mientras se introducía y lo rosó de manera tal que lo obligó a eyacular.
-ahhh cabrona, esa no me la sabia, ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!- gritó el viejo
Su verga se hinchó para de repente empezar a soltar cantidades exageradas de una asquerosa secreción aMiriam Caballeroillenta dentro del útero de la chica, los bombeos eran tan grumosos que hacían que los conductos deferentes del viejo tuvieran que ampliarse para permitir la salida de ese apestoso fermento, la uretra se expandía hasta la desproporción para dejar salir los voluminosos grumos espermáticos que casi parecían pequeños cálculos renales y que acompañaban al esperma en forma más cercana a líquido, Miriam Caballero al sentir los potentes chorros chocando contra sus paredes uterinas cerró los ojos y su rostro se descompuso en una especie de gesto gozoso, las paredes del útero eran repelladas por ese pastoso líquido, el viejo en cada chorro también daba otro empujón para hacer que este llegara hasta el fondo, el útero literalmente se llenó de esperma formándose una poza calórica y aMiriam Caballeroillenta dentro de el y buscando el orificio que lo llevaría a inundar las trompas y ovarios de tan apetitosa chica para así consuMiriam Caballero el propósito que tiene la unión sexual entre un macho y una hembra, la preservación de la especie.
El útero de Miriam Caballero estaba invadido por semen aun fértil, costras de semen yacían pegadas en la parte superior y no caían debido a lo pegajoso del líquido, el viejo dejó su verga dentro haciendo el efecto de tapón y levantaba ligeramente la femenina pelvis con la finalidad de que su semilla se fuera hasta lo más hondo, Miriam Caballero debería de tener mucha suerte si esperaba no quedar embarazada.
Una vez vaciado el viejo bajó el muslo de la fecunda chica quien quedó acostada de ladito abrazada por el viejo quien todavía no sacaba su verga, la sacó hasta que sintió que ya no salía nada, aun así no se le desinfló del todo y seguía en estado de semierección, Miriam Caballero se quedó quieta, sus ojos se cerraban mostrando lo cansada que estaba, de su sexo salían pequeñas cantidades de esperma, así como un pestilente olor a semen la invadía, un hediondo aroma que llegaba hasta las narices del viejo Taco.
Pancho se despegó de Miriam Caballero con mucha dificultad pues ambos cuerpos parecían estar unidos por una especie de velcro que no era otra cosa que el sudor reseco de ellos, el ventoso Pancho se paró de la cama solo para ponerse su viejo calzón y sucio pantalón, mientras Taco reía al haber presenciado el desagradable acto inhumano de apareamiento que se llevó a cabo dentro de ese sucio cuartucho, nuevo hogar de la dulce Miriam Caballero.
-ahhh, que rico coges putita, creo que siempre si te vas a quedar a vivir conmigo, jejejejeje,-dijo Pancho
Miriam Caballero reaccionó asustada
-¡queeeeeee! señor no, por favor ya me cogió, ya por favor déjeme ir- decía de manera dificultosa debido a su agotamiento jalando aire en cada oración pronunciada.
-ehhh, dejarte ir, no putita, me arriesgo demasiado, además ya conoces el camino hasta aquí y eso no me conviene- dijo Pancho.
-señor, le juro que no diré nada, por favor, déjeme ir- decía Miriam Caballero rompiendo en llanto y respirando todavía algo cansada.
-cállate puta, deja de chillar porque ora si te rajo tu puta madre, mira que no está Felipe para que te defienda- dijo Pancho.
-siiii, pégale, agárrala a golpes hasta molerla,- dijo el mentalmente dañado Eustaquio.
-señor, por favor, no puede hacerme esto, tengo que regresar a mi casa- rogaba la chiquilla.
-desde ahora esta es tu casa, a partir de hoy eres mi nuevo juguete, solo servirás para dos cosas, para limpiar y para coger, esas serán tus dos funciones aquí, entendiste- dijo Pancho.
-señor no, usted está loco, no me haga esto, por favor- la pobre chiquilla ya no sabía que mas decir.
-jejejeje, siiii ya dije, así que presta mucha atención a lo que te voy a decir, como primera tarea, quiero que limpies esta pocilga, no sé cómo le vas a hacer pero quiero que quede reluciente, no tengo jerga así que agarra ese cochino vestido para trapear, ahhh, y si te sobra tiempo te duermes un rato para que agarres fuerzas, porque en la noche vamos a seguir cogiendo y quiero que ora si me des mas batalla, jajajajajaja- dijo Pancho.
-noooooo, por favor, no me haga estooo, pooor favooor, cuantas veces le tengo que decir que no soy una putaaa,- Miriam Caballero rompía en llanto, poco le importaba mostrar su lado más débil a este par de desalmados a los que parecían no conmoverse con nada.
Pancho y Eustaquio salían con dirección a la cantina a seguir conviviendo y presumir sus valientes logros con la chiquilla dejando a Miriam Caballero encerrada en la cama, desnuda, sudada y muy cansada, la joven lloraba desconsolada pero también resignada, a pesar de que intentó inútilmente abrir la reforzada puerta golpeándola hasta que sus finas manitas no pudieron mas, desilusionada se regresó a la cama, se enrolló en la sudada sábana para cubrir su desnudez, se recostó con los ojos cerrados pensando que esto era una pesadilla y que pronto despertaría en su casa, gracias al cansancio ni siquiera se dio cuenta cuando se quedó dormida.
Horas después……
Ya había amanecido, los hermosos ojos de Miriam Caballero se abrían gracias a tenues rayos de luz que los iluminaban, por un momento había olvidado donde estaba y todo lo que le había sucedido hasta que reconoció el cuarto y volvió a sentir el mancillar en su cuerpo, su espectacular anatomía estaba llena de moretones, su vestido yacía tirado en el suelo completamente roto, lo que hace unas horas era una tanga blanca ahora eran solo dos inservibles hilos tirados en el piso.
La hermosa chica se levantó enrollada en la sucia sábana que cubría la apestosa cama para evitar su desnudo andar, no sin antes sentir un molesto dolor de caderas y una punzada en su vientre, levantó su vestido y vio que estaba completamente roto, observó un viejo ropero, lo abrió y sacó una camisa propiedad del viejo Pancho, no dudó en ponérsela pues la sábana que traía era algo traslucida y además apestaba a toda clase de fluidos corporales, la prenda le quedaba grandísima, las mangas cubrían por completo todo el largo de sus brazos, pero para ella era perfecta para cubrir sus endemoniadas curvaturas.
Observó un pequeño cuarto que la noche anterior no había visto, entró y vio un baño, buscó la taza y sin importar su precario estado se vomitó tras recordar lo sucedido, el efecto del afrodisiaco había desaparecido y ahora si sentía asco de lo acontecido y de ella misma por haberlo disfrutado y permitido.
Buscó algún jabón de tocador y encontró uno muy desgastado y cubierto de pelos, jaló la rechinadora perilla y afortunadamente si servía, así que procedió a desvestirse, a pesar de la ausencia de luz podía observa tímidamente un clavo para colgar la camisa.
Revisó todo el pequeño cuarto, tratando de descubrir alguno de esos bichos desagradables que suelen habitar los baños descuidados, al no percatarse de ninguno procedió a bañarse.
La fría agua de la regadera caía sobre el voluptuoso cuerpo de la chica, haciendo Miriam Caballeroavillas en ese maltratado cuerpo, regresándole la frescura perdida, mientras ella con la coquetería que distinguía cada uno de sus movimientos tallaba el jabón por toda su femenina piel, podía sentir que junto al agua cayendo por su cuerpo también caían todos esos restos de babas y fluidos asquerosos que la cubrían.
La jovencita quitaba todos esos líquidos repulsivos de su rostro, e intentaba sacar toda esa porquería que se había alojado dentro de su vagina pero le era inútil, sabía que estaba en días fértiles, lo único que le quedaba era que el semen del moreno y gordo viejo ya no fuera tan potente, como en forma de río un pequeño chorro de agua caía por su blanco monte Venus, su alborotado cabello adquirió un alaciado perfecto gracias al agua de la regadera, y gracias a lo frío del agua sus labios toMiriam Caballeroon una tonalidad rojiza que los hacía ver muy comestibles, sin mencionar que sus puntiagudos pezones reaccionaba de la misma manera.
Miriam Caballero terminó de bañarse dejándose como nueva, lo único que no pudo quitar fue el semen alojado en su interior y los numerosos moretones que cubrían su piel, se vistió con la misma camisa y con un coqueto pero acostumbrado caminar se dirigió de nuevo a la cama, allí se sentó y no pudo evitar llorar por todo lo que le había pasado y por lo que imaginaba le faltaba pasar.
En ese momento, en la cantina, Pancho platicaba con Felipe y otros tres hombres, de edad y corpulencia similar a él e igual de feos, se habían puesto de acuerdo para platicar sobre la persona a la que espiaban, un hombre de buena posición económica.
-bueno caballeros el jefe me está presionando porque no le hemos dado su cuota mensual, lo malo es que ustedes no reciben los regaños, está insiste e insiste que casi lo tengo metido en el culo, a ver, quien me da opciones,- decía Felipe.
-por suerte yo tengo ubicado a un cabrón que casi nos va a sacar de pobres- decía el moreno Pancho.
-quién Pancho?- preguntó uno de los rufianes.
-su nombre es Gustavo Fuentes, un importante empresario- dijo Pancho.
-ese puto viejo yo lo conozco, es bien caliente con las hembras, yo lo he visto como entra a bares finos de gente rica y sale con putas bien buenas directo a los moteles,- dijo otro viejo
-yo digo que entremos a su casa y violemos a su esposa enfrente de él y de paso también se la metamos a él por puto- dijo otro viejo
-no, tampoco podemos hacer tanto escándalo, tiene que ser limpio y solo a él, y si no quiere cooperar entonces secuestramos a su hija, mira que le tengo unas ganas a esa escuincla, con lo que me calientan las chiquillas altaneras,- dijo Pancho.
-sí, esas altanerillas siempre son las más putas, se tragan unas vergotas como la mía, jejejejeje- decía uno de los depravados enseñando un bulto considerable mientras todos los demás reían.
-Pancho, pero como podría ser entonces, y porque no quieres escándalo, la poli ya sabe como trabajamos- dijo otro viejo.
-tampoco hay que llaMiriam Caballero tanto la atención, mira que hay mucho policía nuevo que aun no saben quién manda aquí, además que tal si los perros andan sueltos, te les vas a poner al brinco a ellos?- decía Pancho refiriéndose a los militares, quienes ya empezaban a hacer recorridos en otras zonas bajas.
-pues mira, ese pendejo tiene cierta debilidad por las putas, pero putas de buen ver, hay que aprovecharnos de eso, no sé, podemos contratar una puta que esté tan sabrosa que no pase desapercibida para él, y que esta piruja lo lleve a un motel alejado, que nos mande un mensaje o llamada en donde se encuentran y el número de la habitación donde están, entramos y lo trabamos, todo en menos de cinco minutos,- dijo uno de los viejos.
-aja, y donde vamos a conseguir una puta de esas, si mira que la Silvia y la Citlalli serán las más buenas del bar pero ya se les ven lonjas, y ya caminan bien abiertas, ahora no pensaras llevarle a la Lencha- dijo Felipe.
-jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja- todos los viejos rieron a carcajadas.
Todos los demás se quedaron callados, pensando, sin embargo no daban con una muchacha de tanto calibre, hasta que Pancho habló.
-jejejeje, tengo una, la acabo de secuestrar, una a la que ese vejete no podrá resistirse, está tan buena que es capaz de levantarle la verga a los muertos,- dijo Pancho mostrando una sonrisa presumida.
-la Miriam Caballero?- dijo Felipe.
-esa mera- dijo Pancho mientras los demás viejos ponían cara de ignorantes pues no conocían a tan escultural fémina.
-y crees que se preste, que tal si aprovecha que la soltamos tantito para escaparse- dijo Felipe.
-para eso debemos de tener algo que la aMiriam Caballerore a nosotros, algo que haga que esa puta a pesar de que la dejemos en otro Estado regrese a nosotros por decisión propia- dijo Pancho.
-algo como qué?- preguntó otro.
-algo como……… su jefecito, jejejeje, tengo pensado hacerle una visita hoy a mi suegro- dijo Pancho.
-eres malo Pancho- dijo Felipe
-lo sé jejejeje, es mas orita mismo voy a convencer a esa hija de puta, jajajajajajajajajajajajajajajajajaja- reía Francisco.
Miriam Caballero estaba acostada en la cama, la visión era impresionante al verse con una camisa de manga larga húmeda (ya que al no encontrar una toalla no se había secado) trasparentando su apetitoso cuerpo, con sus interminables piernas arqueadas e imaginarse que debajo no llevaba ningún tipo de ropa interior, claro está que la niña tenía sus piernas cerradas y utilizaba la camisa para tapar sus íntimos encantos, su cabello aun continuaba mojado y al ser castaña y estar a contra luz aparentaba un hermoso tono rubio rojizo, la belleza natural de esta niña era simplemente inigualable.
Estaba distraída pensando como escapar mirando como las ventanas tenían angostas protecciones por donde nunca cabría cuando un duro jalón a la puerta la despertó, era el viejo Pancho que venía a explicarle su nueva tarea como carnada de viejos verdes y ricos.
-mira nada más, ahí te ves bien, acostadota, porque no has limpiado el cuarto?- dijo Pancho.
-váyase al diablo viejo asqueroso, yo no voy a ser su chacha- dijo Miriam Caballero.
-jejejejeje eso lo arreglaremos después, mira chiquilla bolluda, por hoy pospondremos lo de la cogida, necesito que te emputescas porque esta noche nos vas a ayudar a capturar a un importante hombre de negocios- dijo Pancho.
-queeee?- dijo Miriam Caballero
-escuchaste bien, o que, la cogida de ayer te dejó sorda?- decía el gordo.
-yo no me prestare a hacer esas cosas, yo no soy una……….- dijo Miriam Caballero
-¡ah no quieres?!, mira chiquilla, aquí tengo tu credencial de elector (el viejo mostraba la cartera de la joven) que me dice la dirección exacta donde vives, y gracias a ello puedo hacerle una visita al Miriam Caballeroicón de tu jefe, y no será una visita agradable,- amenazaba el viejo.
-nooooo, no haga eso, le juro que lo mataré si hace eso- decía Miriam Caballero envalentonada mostrando un rostro enojado.
-jejejejeje, tu, matarme a mí, cuantos cabrones no lo han intentado y ninguno lo ha conseguido y ahora me dices que tu, una putilla cualquiera, una chiquilla mugrosa, una…………… escuincla pendeja, me va a matar a mí, a ver, eso es algo que quiero ver, ora inténtalo- retaba burlonamente el viejo Pancho haciéndole a dar a Miriam Caballero su navaja para que mandara el primer golpe.
Miriam Caballero se llenó de impotencia al darse cuenta de que sus fuerzas no eran lo suficiente como para hacerle daño al viejo, ella reconocía que el viejo podía aplastarle la cabeza en cuanto se le diera la gana.
-entonces que chamaca, vas a venir con nosotros sí o no?, ya sabes lo que pasará si te niegas- dijo Pancho.
-sí, lo haré- dijo la resignada joven, su rostro se empañaba nuevamente y uno de sus ojos dejaba caer una fría lágrima por la responsabilidad que se acababa de echar.
-más fuerte que no te escuché- dijo Pancho.
-dije que sí, lo haré, haré todo lo que me diga a cambio de que no lastime a mi papá- dijo una desamparada muchachita.
-eso, así me gustan, pendejas y obedientes jejejejejeje- dijo Pancho.
El risueño Pancho salió del cuarto dejando nuevamente encerrada a la chamaca, la había engañado, la visita que tenía pensada hacerle a su padre no la había cancelado, Miriam Caballero sollozaba por el ahora nuevo trabajo que desempeñaría, una actividad que ella siempre vio de personas cobardes e incapaces de ganarse el dinero dignamente, una actividad que solo practicaba la escoria de la sociedad, ahora ella forMiriam Caballeroía parte de ellos; ella, una preciosa y elegante muchachita de recién 18 años, seria y de buenos sentimientos junto a cinco bastardos y depravados animales, si es que los animales se merecen tal insulto.
UNA TENTADORA DISTRACCIÓN PARA UN ACAUDALADO VIEJO
Cuarto relato de Miriam Caballero, la joven tendrá que seducir a un rico empresario iniciándose de esta manera con la banda delictiva, descubrirá ciertos beneficios al pertenecer a esta, después de su primera participación Pancho la recompensará con una desgastante noche.
Unas 10 horas aproximadamente antes del debut de Miriam Caballero……
Don Pablo (el padre de Miriam Caballero) se despertaba con un punzante dolor de cabeza, una intensa resaca lo acompañaba pues era también un aficionado a la pachanga y la cerveza después de un duro día de trabajo en la fábrica en donde se desempeñaba, tomando su frente en respuesta al dolor intentaba que su vista se recuperara y regresara la claridad que cambiara esas sombrosas formas que medio visualizaba pero que estaba seguro de que se trataban de los muebles de la casa.
Avanzó con un caminar dificultoso gritando el nombre de su preciosa hija pero recordó que esta le había pedido permiso para quedarse a dormir en casa de su llenita amiga, razón por la cual el también aprovechó para llegar algo tarde esa noche.
-buenos días- una gruesa voz lo sacó de su estado crudesco.
El padre de Miriam Caballero volteo rápidamente hacia donde provenía esa tenebrosa voz y observó en la sala de su casa un enorme hombre gordo y moreno sentado en un sillón mecedor que poco faltaba para desmoronarse debido al exceso de peso, Don Pancho quien vivía de forzar las cerraduras de las casas poco le había costado abrir la de esta vivienda.
-quue, quien es usted?, como ha entrado?- dijo el padre de Miriam Caballero un poco asustado.
-tranquilo viejo, solo vengo a hablar con usted sobre su hija- el viejo se relamía los labios con el hecho de articular las peladeces con las que se expresaría ante este hombre.
-mi hija?, que tiene mi hija?,- Don Pablo se hacía lentamente hacia atrás intentando llegar a la barra que separaba la sala de la cocina, algo le decía que este gordo traía malas noticias, lo analizaba y veía las fachas de malviviente que se gastaba el porcino.
-tu hija está bien, un poco adolorida ya que anoche le pegamos un cogidón, pero nada del otro mundo, se menea chingón arriba de las vergas la condenada, jejejejeje, la dejé bien llenita de leche- decía el viejo Pancho.
-queeee?, que peladeces dice gordo cabrón, mi hija está en casa de una de sus amigas- decía Don Pablo sudando producto de la adrenalina que le advertía de algo malo a punto de suceder.
-jejejejeje, así que eso te dice esa chiquilla culona cada que sale a putear, deberías de tenerla más vigilada, nunca se sabe qué tipo de personas se podría encontrar en los lugares que frecuenta, jejejeje, nunca se sabe que verga se le podría meter dentro de su panocha- reía el viejo mostrando sus abultados y negros labios de batracio.
-oiga, le pido que deje de expresarse así y que abandone mi casa si no hablaré a la policía,- decía Don Pablo y su mano se acercaba disimuladamente hacia un porta cuchillos de madera.
-no me amenaces viejo!!!!!! (le decía Pancho aunque el padre de Miriam Caballero era más joven que él), aquí no estás en condiciones de amenazar a nadie!!!!!- gritó el gordo, su cuerpo había adoptado una postura de superioridad y maMiriam Caballeroracheria y se meneaba gelatinosamente ante el menor movimiento, el padre de Miriam Caballero se asusto como cual niño regañado debido a la tenebrosa voz que brotó de la garganta de Pancho.
-mire, la verdad yo no sé de qué me habla, así que por favor le pido que se vaya, créame que conozco muy bien a mi hija y con todo respeto ella nunca se acostaría con un…….. sapo como usted, creo que usted está confundido- dijo Don Pablo agarrando un poco de valor.
-jejejeje, nada de eso, mira pendejo, sabía que no me creerías por eso traje pruebas, de casualidad no es esta la putona de tu hija,- dijo Pancho y lanzó un celular hacia las manos de Pablo, este lo cachó y pudo contemplar con horror como su hija era sometida por un asqueroso y flacucho anciano, y pensaba que el viejo gordo que tenía en frente era el afortunado fotógrafo para después visualizar otra foto en donde el mismo anciano hacia acto de presencia junto a su hermosa hija mientras ambos se expresaban con un gesto orgásmico, esto hizo pensar por un momento al malaventurado padre que su hija se acostaba con viejos en sus ratos libres.
No pudo aguantar semejante repulsiva prueba y cayó en un estado de nauseas, vomitando en la sala por lo desagradable del vejestorio de la fotografía, pensaba que como era posible que su bella hija estuviese teniendo sexo con un viejo casi en estado de descomposición, sus manos temblaban intentando sostener el dispositivo móvil.
-jejejeje como no la grabé para que escucharas las leperadas que gritaba esa perra, ay métanmela, métanmela, lléneme de leche, préñenme me vale madres, que el pendejo de mi padre se encargue de mantener también a mi cria, jejejejeje, préñenme las veces que quieran- decía el malvado viejo imitando la voz de una mujer.
El papa de Miriam Caballero no pudo más y enfurecido tomó un cuchillo.
-gordo hijo de puta, mi hija nunca haría eso, ustedes la violaron,- dijo envalentonado y se abalanzó sobre la grotesca humanidad de Pancho, sin importar que Pancho le sacara una considerable altura y unos aproximadamente 60 kilos de diferencia, pero todo ese valor se congeló cuando vio al viejo gordo sacar de entre sus pantalones un revolver 357 apuntándolo hacia él.
-quieeeto, o te sorrajo el culo a plomazos- dijo Pancho.
El padre de Miriam Caballero se paralizó y no advirtió cuando otro de los malhechores se metía a su vivienda, Pablo se dio cuenta de ello cuanto este le acertaba un estate quieto en la cabeza con un bate de beisbol que utilizaban para anestesiar a sus víctimas, Don Pablo cayó aun consiente y semiconvulsionante, tocándose la parte golpeada de su cabeza y sintiendo como un líquido caliente comenzaba a brotar a partir del golpe, pero fue Pancho quien se encargó de hacerlo dormir mientras le recordaba lo buena que estaba su hija.
-tu hija nos va a hacer ganar mucho dinero esta noche, cabrón hijo de puta, además pretendo llenarle otra vez su panochita de leche hasta que le haga queso jejejeje- dijo Pancho moviendo su lengua muy vulgar y asestó un poderoso golpe que mandó a dormir al padre de Miriam Caballero.
-mira pendejo, quédate aquí hasta nuevo aviso, y si llega alguien más te lo hechas- dijo Pancho dándole un arma de fuego al joven que golpeó a Don Pablo, uno de los tantos muchachos que sirven a esta y otras tantas bandas delictivas pero que no tienen el reconocimiento suficiente.
Una vagoneta modelo no muy nuevo y con vidrios polarizados esperaba en las afueras, ahí otro de los viejos la encendía una vez que Pancho subía el cuerpo inconsciente del papá de Miriam Caballero, a pesar de que el atroz momento fue en la mañana, con gente que caminaba por los alrededores y varios negocios cercanos ya abiertos, como ocurre en estos casos, nadie se dio cuenta de nada.
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Eran alrededor de las 07: 00 pm, el estómago de Miriam Caballero rugía como un león, sus tripas se comían prácticamente unas con otras pero a ella poco le importaba, veía un pedazo de vidrio roto tirado en el piso y por un momento pensó hacer una estupidez, pero recordó la propuesta del viejo y pensaba especialmente en su papá.
Minutos después la puerta de esa casa nuevamente se abría, apareciendo la obesa figura de Pancho al que al parecer que ni el mismo Morfeo se atrevía a visitarlo, pero esta vez no venia solo, venía acompañado de una muchacha quien cargaba lo que parecía ser una bolsa con ropa y un plato de comida, la jovencita traía todo lo necesario para transforMiriam Caballero a Miriam Caballero en una puta irresistible, quien de por sí ya en esas fachas de semidesnudez y sin maquillaje se veía irresistible.
-come puta, no vaya a ser que te nos desmayes en tu primer día, jejeje- dijo Pancho.
-no quiero nada que venga de usted- dijo muy enojada, cuál sería la cara de esta jovencita si supiera lo que el gordo había hecho hace unas cuantas horas.
-jejejeje, bien que anoche si me la pediste jejeje, pos si quieres comer come, si no no comas, nada más que si te desmayas y nos hechas a perder la jugada, en ese mismo momento voy a tu casa y me muelo a golpes a tu papacito y a todo el que me encuentre, ahí te la encargo Silvita- dijo Pancho y se dirigió a la cama y encendió el televisor, aunque no le prestaba atención a lo que veía en el monitor pues en poco tiempo se podían escuchar los bestiales ronquidos que el gordo hacia.
Silvita o Silvia, una muchacha de 23 años, con un cuerpo aceptable aunque con pancita, Silvia es de esas muchachas que aun desvían miradas en la calle y mas con su cara bonita , madre de un niño hijo de uno de los tantos muchachos que servían como ojos para esta y otras organizaciones, y que siempre eran utilizados como distractores cuando las cosas se ponían feas, de modo que terminaban siendo estos muchachos los que acababan por enfrentarse a los policías o bandas contrarias mientras estos viejos huían y se escondían como ratas, a cambio los jóvenes solo recibían si bien les iba inmunidad para ellos y para su familia, pero si se atrevían a hacer otras cosas que no estuvieran dentro de las órdenes de los jefes como vendiendo información simplemente desaparecían.
-hola, me llamo Silvia y tú?- dijo Silvia en un tono amistoso, un saludo tan natural como si se tratara de dos estudiantes que recién se conocen en un salón de clases.
-Miriam Caballero- dijo la nena estirando su mano en forma de saludo, dicha mano cubierta completamente por la manga de la camisa del viejo.
-bueno Miriam Caballero será mejor que comas algo para que empieces a embellecerte, aunque no se en que más te puedes embellecer, eres muy bonita- decía Silvia sin ese morbo con el que se expresó horas atrás la vieja Lencha.
-gracias- dijo Miriam Caballero esbozando una leve sonrisa mientras se disponía a degustar de los sagrados alimentos, otro animalesco ronquido hizo que las dos chiquillas voltearan hacia donde el gordo, solo para ver como la voluminosa y peluda panza se elevaba lentamente en cada respiración.
-yyyy, trabajas en la….. el bar?- preguntó Miriam Caballero.
-sí, ya voy para tres años, solo que ayer no vine, me sentía mal, tu eres la muchacha del vestido blanco?- preguntaba Silvia mientras sacaba todo un arsenal de pinturas faciales acomodadas en un práctico estuche.
-bueno traía uno blanco pero ahora es ese trapo sucio que ves ahí, porque?- dijo Miriam Caballero señalando su vestido tirado en el suelo.
-digo, parece que ayer robaste cáMiriam Caballeroa, varios clientes me han preguntado por una muchacha de vestido blanco, que quien era, que si trabaja ahí, y concuerdas con la descripción física que me dieron- dijo Silvia, aunque “muchacha” no era el adjetivo calificativo verdadero con el que los borrachos se referían a la curvilínea Miriam Caballero quien solo sonrió por lo que dijo Silvia.
-tienes familia Miriam Caballero?- preguntó Silvia.
-sí, un papá,-
-y tu mamá?- preguntó Silvia.
-mi mamá nos abandonó, cuando yo era muy chica, tan chica que no me acuerdo de ella, solo la conozco por una foto que aún conserva mi papá- respondió Miriam Caballero.
-lo lamento-
-pierde cuidado y que me cuentas tu?- preguntó Miriam Caballero.
-me escapé de la casa a los 20, me vine a vivir con un muchacho que conocí en mi anterior trabajo, un casino, tengo un niño de 10 meses, es mi todo, la razón por la que aguanto este trabajo que en ocasiones me desespera, pero por otro lado me va bien, y más cuando me mandan a un table propiedad también de Felipe que está en una zona muy acaudalada, ahí si te sacas un buen varo en una sola noche, los viejos de allá te llenan la tanga de billetes jijiji- reía Silvia.
Miriam Caballero solo escuchaba lo que decía esta otra muchachita, parecía como si se sintiera orgullosa de estar contando este tipo de anécdotas a una chiquilla como Miriam Caballero que hace apenas unos días veía esto como de prostitutas, sin embargo comprendía que en parte Silvia tenía una razón para hacerlo (su niño) hasta que se le vino a la mente su esposo.
-y tu esposo no te dice nada porque trabajes en esto?- preguntó Miriam Caballero.
-mi esposo, mi esposo tiene………… tiene casi el año que lo mataron- respondió Silvia.
-lo siento- dijo Miriam Caballero completamente apenada por recordarle tan doloroso acontecimiento.
-no te preocupes, el tuvo la culpa, el muy estúpido se atrevió a robarle dinero a Felipe porque se quería fugar con otra a la que también había empanzonado, ahora apúrate que no tenemos mucho tiempo- dijo Silvia en un intento de no seguir tocando el tema.
Miriam Caballero comenzó a maquillarse, sin embargo como ella casi no lo hacía o lo hacía pero muy discreto no gustó a Silvia la forma en que lo hizo.
-um, no, no es lo que me pidió Pancho, si me permites te puedo ayudar- dijo Silvia.
-bueno- contestó Miriam Caballero.
Silvia comenzó a aplicar levemente ese polvo antibrillo sobre el perfecto rostro de Miriam Caballero, aplicaba el rímel cuidadosamente concentrada en su labor, sacaba por momentos la lengua para demostrar el nivel de concentración digno de un escultor intentando crear una verdadera obra maestra, Miriam Caballero cerraba los ojos para que Silvia aplicara ese sensual juego de sombras y así darle más vista a esos hermosos ojos verdes,
-qué bonitos ojos tienes, son naturales?- preguntó Silvia.
-gracias, si, son naturales, herencia de mi mamá, bueno al menos eso dice mi papá- respondió la muchachita.
La joven teibolera continuó con su labor, planchó el castaño cabello de la chamacona y aprovechó la manejabilidad de este para recrearle un esplendido y coqueto peinado.
-listo, ahora ponte esto- dijo Silvia y dio a Miriam Caballero la bolsa, que por lo poco que abultaba ya casi se imaginaba lo provocativo que debían de ser las prendas.
Miriam Caballero metió la mano dentro y encontró algo que parecía ser un hilo minúsculo, sacándolo, estirándolo y enseñándolo a Silvia dijo:
-y esto quieren que me ponga?, si quieren mejor me voy desnuda- ambas muchachas reían entretenidas, mientras Pancho se daba la vuelta y se acomodaba boca abajo, a medida que una sonora y prolongada flatulencia era emitida ante la presencia de las muchachas seguida por un ruidoso ronquido, ambas se vieron entre ellas mientras que Silvia tapaba su nariz.
Miriam Caballero se dirigió al baño y se desabotonó la extra grande camisa, lentamente la camisa comenzó a rodar acariciando cada centímetro de su tentadora piel, la camisa cayó hasta el piso y con un ligero movimiento de pie similar a un taconcito la joven la hizo más para allá, saco la pequeñísima tanga, levantó delicadamente un pie y lo metió entre la prenda, para así continuar con su otro pie, se inclinó un poco sacando su culito para con ambas manos comenzar a estirar delicadamente la minúscula prenda hacia arriba, mientras la tanguita avanzaba y sus hilos laterales se enroscaban se podía notar como esta poco a poco se iba ajustando debido a que había llegado a donde las piernas comienzan a ensancharse, Miriam Caballero tenía que estirarla un poco para que pudiera subir y cubrir su delicada zona íntima, la tanga se apretó contra esos carnosos labios vaginales adquiriendo externamente la forma de estos, los hilos laterales apretaban esas caderas al punto de casi quererse enterrar en ellas.
Posteriormente tomo el minivestido y se lo embutió bajándolo cuidadosamente pues su voluptuoso cuerpo era visiblemente apretado por esa alicrada tela negra, la jovencita se acomodó su cabello pues al meterse el vestido el peinado se le descompuso un poco, Miriam Caballero terminó de bajar el vestido moviéndose tambaleantemente para que su curvilíneo cuerpo fuera semitapado por el atuendo, sus muslos quedaban expuestos a la intemperie al igual que buena parte de sus senos ya que el vestido poco podía hacer para tapar estas partes de su cuerpo, Miriam Caballero terminó de acicalarse con accesorios, perfume, brillo labial y unos zapatillas de plataforma que la hacían aumentar considerablemente de estatura.
Pancho era despertado por Silvia, el gordo abría sus venudos ojos y vio a su cautiva con una emputecida hermosura que nunca se había visto por los alrededores, el solo verla a ella dirigiéndole sus hermosos ojitos hacia su obeso cuerpo lo hizo transpirar como un cerdo, rápidamente sus axilas comenzaron a empapar su camisa y un semicírculo de sudor cubrió la parte de sus caídos pectorales.
-que sabrosa te ves chiquilla, tengo la verga a mil- dijo Pancho haciéndosele agua la boca y masajeándose su escandaloso paquete.
-uyy yo mejor me retiro- dijo Silvia.
La sexy Miriam Caballero se movía ensayando su caminar por el cuarto enfundada en un ajustado vestido negro que casi hace que el pobre viejo perdiera sus ojos de tan salidos que se le pusieron, su verga se levantó haciendo crecer una titánica hinchazón sobre el pantalón, algo que no paso desapercibido para ambas féminas quienes disimuladamente volteaban a ver ese descomunal bulto que casi parecía querer romper el cinturón, el bulto se había extendido desde el lugar que le correspondía hasta casi llegarle al viejo al ombligo.
-estoy lista, cumpliré mi parte y espero que usted cumpla la suya- dijo Miriam Caballero adoptando una pose muy atractiva y hasta exagerada y acalorándose un poco al descubrir su inmenso potencial para levantarles el autoestima a los hombres, para después salir junto con el viejo y reunirse con el resto de la pandilla.
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La banda estaba formada principalmente por cinco hombres maduros, Felipe y Pancho ya conocidos, el resto lo conformaba Lucio, igualmente moreno y el mas chaparro del grupo, con una cara alargada como de caballo, cejas sumamente pobladas y sin división para distinguir la izquierda con la derecha, feo al grado de lastiMiriam Caballero la vista con solo verlo, no era gordo pero si estaba muy panzón, era el más cobarde de todos, broncudo solo cuando se sentía con la protección del resto de sus compañeros o cuando tenía un arma entre sus manos, sin estas dos ventajas era tan indefenso como un corderito, un fino espectador de los curvilíneos cuerpos femeninos jóvenes cubiertos por apretados y minúsculos atuendos, y cuando se tenía la oportunidad de abusar de una indefensa jovencita simplemente no la desaprovechaba.
Raúl era otro de los que conforman esta pequeña organización, con un cuerpo casi tan gordo como el de Pancho solo que una menor estatura, su masa corpórea hacia ver a sus piernas muy cortas en proporción al resto de su cuerpo, una nariz gorda y levantada permitiendo ver las enormes fosas nasales mientras se expandían y contraían dándole una faceta porcinesca, demasiado cachetón, gustaba usar la barba en forma de candado, de todos Raúl era el único de tez blanca así como el mejor vestido, pantalones finos, camisas a cuadros, botas vaqueras, sombrero, usaba un collar con un colmillo de cocodrilo según el de buena suerte.
Ciriaco, el último de los integrantes, el más malo de todos ya que era el que se encargaba de las ejecuciones en caso de llegar a tal extremo, no le importaba si en su lista estaban mujeres, ancianos o niños, era como la muerte en persona ya que no distinguía de raza, género, edad ni estatus socioeconómico, para eso se le pagaba, no conocía la dignidad ni la misericordia, poseía un cuerpo rollizo y unos brazos sumamente musculosos, posiblemente sería el de mayor fortaleza de todos aunque no el de mayor altura, ese primer puesto lo tenía Pancho, un rostro lleno de cicatrices que mostraban las huellas de mil batallas, gustaba raparse casi a ras de coco, en pocas palabras un hombre bruto y cavernícola aunque con la única diferencia que lo Miriam Caballerocaba del resto era que Ciriaco tenia entrenamiento militar, por un buen tiempo había servido al ejército desertando junto con otros miembros de la élite castrense, este personaje vivía prácticamente escondido, solo saliendo a la sociedad cuando se le necesitaba, era buscado por los altos mandos militares, desertar del ejército no se castiga con cualquier cosa.
Pancho llegaba junto con su femenina escultura, estacionaba su viejo auto enfrente de un edificio abandonado de tres pisos propiedad de Felipe, allí la misma vagoneta con la que habían secuestrado al padre de Miriam Caballero los esperaba, rápidamente los hombres ahí presentes desviaban su mirada a ese rostro de combinaciones angelicales e infantiles pero con un aire a puta importada gracias al maquillaje, el gordo se bajó primero y delicadamente tomó la mano de su encantadora para ayudarla a salir del auto, la nena en ese acto enseñó todo su redondito trasero al resto de la pandilla ya que tenía que agacharse para salir por la puerta del piloto (la puerta del copiloto aun seguía sin ser destrabada).
-caballeros, les presento a la nueva integrante- dijo Pancho ayudando a salir del auto a Miriam Caballero mientras ella se acomodaba su vestido pues se le subía demasiado.
Los cuatro viejos se quedaron en estado de shock, como si hubieran recibido un mazazo en la cabeza al ver descender de la camioneta a tan deslúmbrate mujer, Miriam Caballero vestía no provocativamente, mas bien obscenamente, empezando con un vestido negro que se ajustaba a su cuerpo como si fuera una segunda piel, sus senos casi reventaban ese insinuante escote y exhibían tres cuartas partes de ellos al exterior, el vestido era tan corto que con el menor movimiento para agacharse Miriam Caballero podría enseñar más allá del nacimiento de sus posaderas, sus carnosos labios estaban decorados con un exquisito color rojo casi invitando a darles una mordida, además la niña estaba calzada con unas zapatillas de plataforma más altas de las que acostumbraba usar, los petrificados viejos vieron cuando esa diosa descendía cuidadosamente llevando una de sus delicadas manos para taparse y de esta manera impedir que su tanga quedara a la vista de ellos.
-chingada madre Pancho, que cacho de hembra, habla español?- dijo Lucio, el primero en romper el hielo.
-mamita cuántos años tienes?- volvió a preguntar Lucio para quitarse el mismo esa duda mientras se acercaba a la preciosidad a la vez que sin ningún tipo de disimulo se masajeaba su grueso instrumento por sobre su pantalón.
-ehhh, tranquilo Lucio, no me la mallugues, recuerda que esta noche es de Gustavo- dijo Pancho.
-sabes Pancho, tiene mucho tiempo que no estoy con una mujer,- volvió a hablar Ciriaco acercándose a Miriam Caballero y acariciándole suavemente su orejita, mientras ella mostraba rostro de incomodidad y se alejaba un poco a la vez que en un acto de defensa enrolló sus femeninos brazos en los morenos y peludos de Pancho.
Raúl fue el único que mostro un poco de decencia con la chamaca, aunque eso no impido que le diera un buen repaso desde los dedos de sus pies hasta su cabello y que su verga se lubricara.
-esta puta se llama Miriam Caballero, a partir de hoy trabajara para nosotros, ninguno de ustedes bola de pendejos tiene derecho sexual sobre ella a menos que yo lo autorice, ni siquiera pueden hacerse chaquetas mentales a salud de ella, de lo contrario les corto los huevos, está claro?- dijo Pancho.
-Raúl, todo en orden, estamos listos?- dijo Pancho para cerciorarse de que todo estuviera en su lugar.
-si Pancho- respondió Raúl, dándole a entender que algunos chamaquitos ya estaban en sus pociones para alertar a la banda en caso de que algún imprevisto o ronda por parte de militares se presentara.
-perfecto, caballeros a la vagoneta, Raúl maneja tu, yo le explicare a la putita esta lo que tiene que hacer- dijo Pancho.
El desproporcionado quinteto (Felipe se quedó esperando su regreso pero con Miriam Caballero volvían a ser cinco) se subió haciendo que la vagoneta resintiera el exceso de peso, Miriam Caballero volvió a hacerlo con mucho cuidado de no enseñar su semitransparente prenda intima a esos animales que bufaban y rebuznaban como burros calientes que no habían tenido sexo en años y que morían por descargarse sobre el cuerpo de la muchachita, incluso Lucio se quedó a lo último para admirar los carnosos glúteos de la nena cuando esta se subía.
Ya arriba y con la camioneta en Miriam Caballerocha Pancho explicaba a Miriam Caballero su actividad.
-mira putita, pon atención, este es tu hombre (Pancho enseñó una foto del viejo a Miriam Caballero), necesito que te comportes como la más puta de las putas, ya sabes, que ese pobre viejo crea que te interesa, que te quieres acostar con el- Miriam Caballero ponía atención pero al mismo tiempo se le revolvía el estomago, el tipo de la foto era otro viejo con pinta de rabo verde, aunque al menos no estaba tan gordo.
-pon atención (Pancho daba un cocotazo a la joven), porque si nos descubren por tus estupideces me hecho a tu papacito hoy mismo, entendiste, la vida de tu padre también juega, mira lo que tienes que hacer es platicar con él, no sé, platícale puterías tuyas, que se motive, me entiendes?- dijo Pancho.
-que se motive cómo?- preguntó Miriam Caballero.
-ahhh sí serás pendeja, que se le levante la verga para que entiendas, tengo que hablarte en tu idioma para que captes, caliéntalo, dile que te gusta sentirte puta y cosas por el estilo, que te gusta la verga, recuerda que para los hombres solo eres una puta que sirve para desahogar tensiones así que compórtate como eso que eres- dijo Pancho mientras Miriam Caballero no comprendía cómo es que un día de distracción para ella pudo acabar de esta manera.
-ahora, ese viejo va a querer irse contigo a un motel porque de eso vive, de coger putas, tu vas a aceptar, nada de que no quiero como me has dicho a mí, salen y te fijas bien el nombre del motel a donde te lleve, que no se te vaya a pasar el nombre porque te dejo ahí con él y mientras él te coge yo me cojo a tu familia, ahh y el número de habitación, mientras llegamos le cachondeas, le haces las puterías que ya sabes hacer, le mamas la verga y cosas por el estilo y una vez que nosotros entremos y le carguemos su madre tú te vas a comportar como si no nos conocieras, nada de mamadas de Pancho, no nada de eso, tu no me conoces y yo no te conozco, nunca nos hemos visto, así es como trabajamos y te tienes que acostumbrar, entendiste?- dijo Pancho.
-si señor- contestó Miriam Caballero
-ten este celular, nos vas a mandar un mensaje al número que esta anotado atrás de la tapa, guárdalo bien guardadito jejeje- dijo Pancho y sumió el celular entre las carnosas tetas de Miriam Caballero haciendo que estas abrazaran con su femenino calor al frio dispositivo móvil.
La vagoneta seguía avanzando, Miriam Caballero veía como esos hombre aspiraban un raro polvo blanco haciendo gestos extraños con sus narices mientras ella solo permanecía ahí sentada con sus piernas bien cruzadas y sus manos tapándose muy bien entre ellas, veía que el viejo Lucio no le quitaba su pervertida mirada de encima mirándola descaradamente y riéndose morbosamente, enseñando una putrefacta dentadura y una boca muy desaseada.
-qué rica estas chiquilla, ya llegará mi turno jejejeje- dijo Lucio y estiró su mano para apretarle el muslo a la nena, ella solo se enconchó y quitó con asco la morena mano.
-ehh, Lucio, que les dije- dijo Pancho.
-perdón, Pancho, es que me deje llevar- se disculpaba Lucio mientras quitaba su mano y volteaba a ver a Miriam Caballero cerrándole el ojo.
La banda llegó a su destino y estacionó el vehículo cerca de ahí pero en una ubicación que les brindara privacidad, un luminoso y conocido antro se veía cerca, muchas parejas principalmente de jóvenes hacían su entrada, en eso, un niño como de aproximadamente 15 años se acercó al vehículo.
-Don Pancho, Don Pancho, está ahí adentro, el señor que busca acaba de llegar no tiene mucho, ya entró, viene solo- dijo el jovencito todavía con voz chillona.
-bien hecho mocoso toma,- dijo Pancho estirándole una bolsita de ese extraño polvo blanco y descomponiéndole sus cabellos con una fuerte sacudida de mano.
-bueno puta ahora es tu turno, Raúl te acompañará a la entrada- dijo Pancho.
-Don Pancho, no me va a acompañar usted?- preguntó la joven, ya que viéndolo desde otro punto, Pancho era con el que tenía más confianza, ya que estos otros viejo la veían como si fuera un filete.
-no putita, no puedo acercarme ahí desde hace tres días, jejejeje, orita que veas al guardia verás porque, ahh, se me olvidaba, ten este bolso, adentro solo hay pinturas y cosas de esas que usan las putitas, no tiene dinero por si pensabas escapar pero de todos modos pide una bebida, el viejo la va a pagar, lo conozco, jejejeje, te cuidas que tenemos algo pendiente- dijo el gorilesco hombre y descaradamente dio un salivoso beso a la nena ante la envidia de sus compañeros, y más porque vieron que la nena en vez de empujarlo posó delicadamente sus manitas en el sudado pecho de este a la vez que por su cuello bajaban los tragos de saliva que llevaba a cabo Miriam Caballero para no ahogarse.
-ya putita, no quiero que se te apeste la boca jajajaja- dijo Pancho separándose de ella, al parecer la pintura de labios era indeleble pues no manchó los inflados labios del gordo.
-vamos Miriam Caballero,- decía Raúl, nuevamente la nena se bajaba con sumo cuidado de no enseñar de mas y acomodaba su vestido en reiteradas ocasiones.
La chica tomaba al enorme hombre del brazo como una pareja, gracias a las zapatillas caminaba exquisitamente sensual, el movimiento de sus caderas llamaban poderosamente la atención de cualquiera que las veía, cuando llegaron a la entrada Miriam Caballero vio al descomunal guardia que cuidaba la misma con una gasa cubriéndole toda su amoratada nariz, el viejo Pancho se lo había despachado tres días atrás cuando lo sacaron por borracho pesado.
-ahí está tu hombre niña, ya sabes que hacer- dijo Raúl ya una vez adentro y acto seguido la dejó sola y se fue a sentar a otro lado de la barra.
Miriam Caballero avanzó lo mas coqueta posible, sin dejar de mirar su objetivo quien platicaba alegremente con otro caballero acompañado de una mujer de buen cuerpo pero ya algo madura, a su paso Miriam Caballero robaba las miradas de toda la fauna masculina sin importar que estos fuesen acompañados, así como todas las envidias de sus congéneres que veían el cadenciosos andar de la nena quien pareciera les estaba dando una cátedra de cómo se debe mover una hembra.
Pareciera que algo en la mente del viejo Gustavo lo había dicho que volteara hacia donde venía caminando la nena, a partir de ahí no pudo quitar la mirada de encima a tan perfecta fémina, incluso se atrevió a poner su mirada mas galanesca, digna de un actor de telenovela a pesar de que el viejo no presentaba atractivo físico ni rostro agraciado que pudiera cautivar a una mujer como Miriam Caballero, cautivaba pura mujerzuela interesada por lo que el viejo pudiera llevar en su cartera, sin embargo a él nadie le quitaba lo guapo.
Miriam Caballero llegó a la barra y se recargó de ella con ambas manos, arqueando un poco su cuerpo y sacando un poco mas su culo que ya de por si lucia escandaloso, el vestido se subió un poco y llegaba casi a ras de las nalgas, educadamente pidió al barman un beso de ángel y volteó de reojo a ver a su hipnotizado espectador regalándole una coqueta y gótica mirada mientras con una de sus manitas jugaba con sus castaños y bien planchados cabellos.
El viejo empresario olvidándose de la pareja con la que platicaba hace apenas unos segundos admiraba lo ajustado de ese vestido sobre el curvilíneo cuerpo y acercó su físico hacia donde la nena, quien ya se había sentado en uno de los bancos y esperaba su bebida cruzada de piernas y mirándose en un pequeño espejo de bolso como comprobando su perfección facial, la jovencita levantaba un poco su rostro mientras se miraba mostrando unos aires de altanería y fineza, como indicando a todos los que la veían que no cualquiera se podía hacer ilusiones con ella.
-buenas noches hermosa señorita, dichosos los ojos aquí presentes que tiene la fortuna de visualizar a un ángel sin necesidad de ir al cielo- dijo Gustavo, Miriam Caballero volteo para ver quién era el emisor del tan cordial saludo aunque ya sabía que se trataba del viejo verde.
La joven regaló al viejo una verdosa mirada, además de una coqueta sonrisa con esos carnosos y rojos labios que casi invitaban a morderlos como una manzana.
-buenas noches,- dijo Miriam Caballero, quien a pesar de hasta ahora estar actuando muy bien, en el fondo no podía dejar de sentirse muy nerviosa, la vida de su papa también estaba en juego.
-discúlpeme por inmiscuirme pero que trae a una hermosa jovencita como usted a un lugar como este y sola, acaso espera usted a alguien?- preguntó el viejo mientras se recargaba muy fanfarronamente en la barra, dándole completamente la espalda a la pareja de amigos suyos con quienes platicaba.
-sale un beso de ángel- dijo el joven Barman quien también quedó impresionado con la joven pero con otras redondas partes de su cuerpo.
Miriam Caballero no contestó nada a la pregunta de Gustavo, solo sonrió sin mirarlo y coquetamente comenzó a degustar de su bebida recién servida, aunque después de saborear la dulce mezcla volteó a ver a Gustavo, mirándolo a los ojos y sonriéndole le contesto:
-señor, creo que no nos hemos presentado-
-válgame dios, discúlpeme en verdad, donde están mis modales, discúlpeme pero es que con todo el respeto que se merece, su belleza me ha dejado perplejo- respondió Gustavo, Miriam Caballero reía tímidamente mientras uno de sus dedos recorría toda la circunferencia de su vaso.
-no se preocupe- contestó Miriam Caballero quien se empezaba a ver tímida.
-mi nombre es Gustavo, Gustavo Fuentes para servirle (por un momento el nombre y el apellido le pareció familiar a Miriam Caballero), sería un placer conocer el nombre de tan hermosa jovencita- dijo el viejo mientras tomaba delicadamente a Miriam Caballero de su mano y la daba un caballeroso beso.
-Miriam Caballero, Miriam Caballero Ortiz- dijo Miriam Caballero, aunque después pensó que no había sido correcto haber dicho su verdadero nombre pero los nervios se la estaban comiendo.
-hermoso nombre, al igual que la flor de quien proviene,- dijo el viejo mirándola seductoramente y escaneándole las piernas aprovechando que la nena desvió su mirada.
-y dígame Miriam Caballero, espera a alguien?-
-no, solo vengo a distraerme un rato, a conocer amigos y usted señor Gustavo?- respondía la bella princesa.
-de la misma manera, distraerme después de un duro día de trabajo, y porque no, conocer a alguien- dijo el viejo mientras acercaba su asiento quedando de frente a la deslumbrante joven, la pareja con la que dialogaba anteriormente ya se había puesto a platicar sobre sus asuntos.
Varios hombres veían envidiosos como aquel viejo tenía una plática amena con esa preciosidad, algunos ya sabían que se trataba de uno de los viejos más acaudalados de la región, otros quienes ya habían dado algún avance hacia la barra para ver si podían sacarle algo de plática a la joven tuvieron que retroceder al ver que un viejo ya se les había adelantado, y aunque lo hubieran intentado Miriam Caballero nunca les hubiera hecho caso ya que ella se interesaba en un solo hombre.
-en que trabaja Don Gustavo?- dijo la nena mientras se acomodaba a manera de verse interesada en la plática, una de sus cruzadas piernas había adquirido un movimiento pendular y hacia casi juntar su pie en la piernas del viejo.
-jejeje, no me gusta presumir pero, soy dueño de una cadena de negocios, nada importante, hoteles, restaurantes, gasolineras, tiendas de conveniencia (fue aquí donde Miriam Caballero recordaba haber escuchado ese apellido en la tienda de conveniencia para la que trabajaba, al parecer un socio mayoritario para la empresa en la que anteriormente laboraba), también acabo de adquirir acciones de una Miriam Caballeroca cervecera, todo eso me hace andar de allá para acá y pues tanto ajetreo me trae exhausto,- decía el viejo presumiendo todo sus bienes activos.
-también formo parte de varias obras benéficas de caridad que ayudan a niños huer…. que se han quedado sin padres así como animalitos callejeros, pobrecitos como sufren- decía el viejo, sin embargo esto último era mentira, era solo para hacer ver a la joven que tenía un buen corazón ya que esto le había traído buenos dividendos a la hora de ligar, siendo esto último, lo de los niños huérfanos y animales callejeros lo que menos importaba a este vejete.
-ahh, muy interesante, que buena persona es usted Don Gustavo- dijo Miriam Caballero mientras tomaba un popote y le daba un sorbo a su bebida sin dejar de mirar al viejo a su arrugada cara, el viejo veía boca abierta como el dulce líquido subía por el popote hasta llegar a su tentador destino.
-y tu a que te dedicas Miriam Caballero, ah disculpa, puedo hablarte de tú?- preguntó el viejo moviendo sus dedos en señal de la acalorada situación en la que se iba envolviendo.
-sí, puede llaMiriam Caballerome como guste,- respondía Miriam Caballero con un coqueto movimiento de cejas, mientras el viejo imaginaba en su mente cogiéndosela y llamándola puta.
-estudio,- volvió a responder Miriam Caballero, otra mentira ya que ella después de la prepa abandonó la escuela.
-ah sí, que estudias?- preguntó el viejo.
-ee.. enfermería,- respondió Miriam Caballero coquetamente, sin embargo el mentir le costaba bastante.
-ohh, interesante carrera,- decía el viejo quien poco le importaba los gustos y estilo de vida de Miriam Caballero, el viejo estaba tan concentrado en tratar de mantener su compostura con respecto a la joven y no lanzársele ahí mismo, hacia verdaderos esfuerzos para no desviar su mirada a las brillosas piernas de la joven y al sugestivo escote que a duras penas cubría sus redondos atributos y que apretaban exquisitamente un celular, su verga dentro de su pantalón ya se había parado y cada que veía a la dulce nena toMiriam Caballero intencionalmente sensual su bebida del popote se imaginaba su verga en la envidiable posición del utensilio plastificado.
Miriam Caballero sabía muy bien que debía avanzar, imaginaba que este viejo también la tachaba de puta, y que no se había tragado esas patrañas de niña estudiante de enfermería cuando en realidad iba vestida como la más selecta prostituta disponible solo para lo más alto de la aristocracia, así que comenzó a seducir al viejo sin importarle verse tan puta, de todos modos ese era su trabajo ahora.
Empezó con un suave recorrido de su pie por sobre la pantorrilla del viejo cubierta por la tela de casimir del pantalón, el viejo sintió el toqueteo y se dejo hacer, mientras Miriam Caballero lo veía risueña y con su lengua jugaba con el popote disimulando que no podía capturarlo con su boca, la verga del viejo estaba que reventaba teniendo él que cambiar varias veces de posición sobre el asiento en que se encontraba y jalando su corbata frecuentemente como queriendo desatársela del nudo.
-no sé que pienses tu Miriam Caballero pero como que ya me aburrí de este lugar, no te gustaría ir a un lugar más…… cómodo,- preguntó el viejo, Miriam Caballero solo sonrió y se acercó al viejo para decirle muy despacio a su oído.
-sabe Don Gustavo quisiera preguntarle algo pero me da pena- dijo Miriam Caballero.
-con confianza puedes preguntarme y pedirme lo que tú quieras- dijo Gustavo.
-verá, acabo de pelearme con mi novio, discutimos por que no le gustaba que yo me vistiera así como vengo ahorita, dice que parezco una……. una puta, en verdad parezco una Don Gus- dijo Miriam Caballero muy coquetamente, su voz se endulzó y feminizó a tal grado de casi hacer correr al viejo con solo hablarle.
-eehh, la verdad, jumm, no sé qué decir, ora sí que me has agarrado en curva, pero si me permites decirlo tu novio debió de haber sido un imbécil al llaMiriam Caballerote así, que falta de respeto hacia una mujer, de verdad que no comprendo cómo puede haber hombres de mente tan cerrada, no entiendo como se expresan así de las mujeres si todos los hombres provenimos de una mujer, la verdad ese tipo de hombres que tratan a las mujeres como si fueran una vulgares putas me enferman, discúlpame mi niña pero es que cuando me enojo no me controlo- dijo el viejo.
-no se preocupe, aunque tengo que confesarle algo- respondió Miriam Caballero.
-que princesa?-
-verá, no se por donde empezar- Miriam Caballero jalaba aire como para relajarse.
-tranquila tómate tu tiempo- dijo el viejo.
-pues mire, cuando me dirigía a toMiriam Caballero el taxi para venir para acá pase por una obra en construcción donde todavía se encontraban laborando algunos albañiles y nada más me vieron y empezaron a gritarme obscenidades, al principio me pareció sucio pero conformen los piropos avanzaban de intensidad sentí algo dentro de mí que me……, me calentó, incluso hasta empecé a pararles mas mi colita, imaginé que me metía a la construcción con ellos y me hacían lo que querían, me puse mojadita, así como estoy orita- dijo Miriam Caballero nuevamente al oído de Don Gustavo y apretó sus piernas pero esta vez permitiendo que el viejo las viera, el viejo sin duda ya pensaba que la niña que tenia ante sus ojos sí que era una puta pidiendo verga, de esas putas que no les importa si el tipo es guapo o feo, ellas lo que les importa es que tengan un buen trozo con que llenarlas, y el viejo según él, lo tenía.
-cof cof cof jumm, jumm, sí, y que mas sentiste?- el viejo tocia y se relamía los labios a medida que se acercaba mas a la escultural chiquilla, ella cruzó aun mas sus piernas dejándole expuesto al viejo prácticamente todo el muslo, las rodillas de ella se juntaron con las de él y por momentos Miriam Caballero abría un poco sus piernas dejando ver al sudado viejo su minúscula prenda interior.
-Don Gus, si bien discutí con mi novio por llaMiriam Caballerome así, lo cierto es que cuando hacíamos el amor, algo dentro de mi le pedía que me llaMiriam Caballeroa, que me utilizara, que me rebajara al grado de una puta, un objeto que solo sirviera para su disfrute mientras yo lo imaginaba como si fuera uno de esos macuarros albañiles, a veces imaginaba que en vez de mi novio me cogía un viejo feo y gordo (la nena apoyó una de sus manitas a escasos centímetros de la pulsante verga de Gustavo), es una fantasía que tengo, ayy la verdad no sé que estoy haciendo aquí contándole esto a usted si apenas y nos conocemos, que ha de pensar de mí, no que pena, discúlpeme tengo que ir al baño, debo limpiar mi exceso de humedad- dijo la nena y se levantó de su asiento para dirigirse a los sanitarios esta vez limpios y perfumados mientras no dejaba de mover esas prominentes caderas que casi parecían querer romper el vestido y a la vez era observada por todos los caballeros que tenían la dicha de posicionarse cerca de ella.
El viejo Gustavo se quedo impávido ante las declaraciones que le había expresado la que hace unos momentos parecía una inocente niña, pero después de haberse confesado ante el viejo ahora la veía como la más puta entre las putas.
“ahhhh, mira que chiquilla, yo comportándome como un caballero y esta puta casi me está rogando por verga” dijo el viejo mientras acomodaba su paquete dentro del pantalón.
La nena regresó del tocador, caminaba ahora más sensual que hace rato, la situación a la que se expuso a pesar de no estar acostumbrada la habían de cierto modo exaltado, aires de nerviosismo combinados con excitación y morbo la invadían, la jovencita volvió a sentarse junto al fino caballero esta vez demasiado cerca de él.
-Don Gus,-
-si princesa- dijo el viejo.
-creo que mejor me retiro,- dijo Miriam Caballero
-pero, si aún es temprano,- respondió el viejo.
-sí pero como usted dice, este lugar está muy aburrido, ya se, quiere bailar?- preguntó Miriam Caballero volviendo a tallar su entaconado pie en la delgada pantorrilla de Gustavo y como vio que este viejo no decía nada ella misma lo tomó de la mano y lo llevó a la pista.
La pareja bailaba de lo más natural, el viejo hasta cierto punto se comportaba, sin embargo en un movimiento que realizó Gustavo para darle una vuelta a Miriam Caballero la nena aprovechó y quedó bailando de espaldas a él a la vez que el viejo sacó partida para repegarle todo el paquete en sus tentadoras nalgas, mientras Miriam Caballero con sus manos alentaba al viejo a acariciarle todo su exuberante cuerpo, el viejo no se hizo del rogar y comenzó a pasar sus arrugadas manos por toda la extensión de la apetecible anatomía de la nena, hasta que una mano bajó y acariciaba sin pudor uno de sus desnudos muslos, obviamente las babeantes miradas de varios espectadores no se hicieron esperar y muchos bailaban con sus parejas sin dejar de ver el erótico espectáculo protagonizado por Miriam Caballero y el viejo Gustavo.
Miriam Caballero sacó un poco su culito y lo movía cadenciosamente en forma de círculos, repegándoselo a Gustavo muy descaradamente, el viejo se dejó llevar y empezó a realizar con su pelvis un movimiento similar al de la nena, la verga de Gustavo se revolvía incontrolable por debajo del pantalón, el viejo aprovechó que la nena lo tapaba pues su miembro formaba una pequeña carpa y podría ser notada entre los presentes, Miriam Caballero comenzó a mover sus caderas de izquierda a derecha sintiendo en sus carnosas nalgas esa pequeña protuberancia que se había formado debajo de los pantalones del viejo, moviéndose como cual barco es mecido por las olas mientras la nena recostaba su estrecha espalda en el pecho del viejo a la vez que poco a poco regresaba a su posición quedando de frente a él, Miriam Caballero enrolló sus brazos en el cuello del viejo al mismo tiempo que lo veía y se reía de manera traviesa, acercaba sus labios muy peligrosamente para comentarle al viejo sobre lo bueno que era para bailar, el viejo le respondía de igual manera acercando sus delgados labios a los de la nena y sin más la pareja se fundió en un apasionado beso mientras el viejo bajaba una de sus arrugadas manos y apretaba uno de los tentadores glúteos de la jovencita, ante la envidia de los presentes.
-ay niña, te das cuenta de que hiciste que se me levantara el ánimo- Miriam Caballero del mismo malicioso modo respondió:
-no es lo único que le puedo levantar Don Gus- dijo Miriam Caballero en un acento tan emputecido como si llevara años dedicándose al arte de seducir varones, que viéndolo bien ella los seducía sin ni siquiera decirles palabra alguna, bastaba con ver su encantadora figura y sus femeninos movimientos para caer hechizado ante esa beldad, la joven acercó más su apetitoso cuerpo hacia el del viejo para susurrarle.
-Don Gustavo, esta plática que tuvimos, la bebida, el baile, el beso y el estar ante un macho como usted……. me ha puesto caliente, estoy escurriendo- esto último lo dijo casi en susurro mientras sus manitas recorrían peligrosamente la zona pélvica del viejo.
El viejo sin perder tiempo tomó a Miriam Caballero del brazo y se la llevó a la barra, hizo la seña al barman y le dijo:
-por favor amigo mi cuenta junto con la de la señorita-
El viejo Gustavo no cabía de la emoción, esta chiquilla prácticamente le había confesado que quería tener sexo esta noche, hacia más de tres años que Gustavo frecuentaba este sitio por su buen ambiente y seguridad (el viejo no contaba con guaruras ni cosas por el estilo, el hombre se creía un maestro del Kung Fu al practicar desde hace apenas unas semanas esta disciplina), pero durante estos tres años nunca llegó a encontrarse a una dama del calibre de Miriam Caballero, además todas con las que se había ido a la cama le habían costado mucho más que una simple plática y una breve danza, Miriam Caballero le había salido mucho muy accesible.
Ni por un segundo le pasó por la cabeza el hecho de que se tratara de una trampa, nunca se imaginó lo que le esperaba, con su “galanura y encanto” para conquistar a las mujeres se decía que estaba hecho para llaMiriam Caballero la atención de cualquier mujer, y más considerando lo facilitas que salían las jovencitas con las que tenía el placer de convivir, si sabrá él, que tenía una hija dos años mayor que Miriam Caballero y ya se había tirado a tres de sus amigas y el mismo viejo reconocía que su encantadora hija también iba por ese camino, a pesar de tener una esposa hermosa y con un cuerpo muy buen cuidado, Gustavo tenía una cierta debilidad por las jovencitas y más si contaban con la voluptuosidad que presentaba Miriam Caballero.
Miriam Caballero salió con el viejo tomándolo de su hombro, recostando levemente su cabeza en él, Don Gustavo era completamente opuesto al resto de la pandilla con la que ahora trabajaba la nena, Don Gustavo no apestaba a sudor ni nada de eso, usaba perfumes de lo más caros y vestía elegantemente formal; en la barra, tomándose una cerveza, Raúl informaba a través de un radio que la pareja se había movido.
La inusual pareja bajó por unas escaleras que darían a un estacionamiento privado, solo para clientes VIP, el ruido de los zapatos del viejo era fácilmente opacado por los tacones de la nena cuando caminaba, el viejo desde una distancia de unos seis metros apretó el seguro del auto, Miriam Caballero vio como un Audi R8 color blanco chillaba encendiendo sus focos.
-Don Gus, que bonito coche- Dijo Miriam Caballero sorprendida por los lujos del viejo.
-te gusta, es el de los sábados- decía el viejo dándole a entender a su nueva conquista que tenía un auto para cada día de la semana.
-sí, está muy bonito, quizás algún día quiera enseñarme a manejar, es difícil- dijo Miriam Caballero coquetamente.
-nooo, lo único que debes de saber es mover muy bien la palanca- respondió el viejo punteando pélvicamente a la tentadora chiquilla.
-umm, se oye difícil- respondió la nena llevándose un dedo a la boca.
-noo, podemos empezar a practicar aquí afuera- dijo el viejo recargando a Miriam Caballero en el coche a manera de que quedara de frente a él, admirando ese hermoso rostro que tenia a escasos centímetros.
-que hermosa eres, como es que nunca antes nos habían presentado, yo tengo muchos contactos que me presentan hermosas jovencitas, soy miembro de clubes privados, me invitan a pasarelas, he asistido a Nuestra Belleza México, pero nunca me había topado con un ricura como tu- decía el morboso viejo mientras tomaba a la joven de su estrecha cintura.
-jejeje, usted es todo un conquistador Don Gustavo, tal vez le faltó asistir a las universidades, también puede encontrar ahí mucho material- dijo Miriam Caballero mientras con uno de sus delgaditos dedos recorría el smoking del viejo a la altura de su pecho.
El viejo ya sintiéndose con derechos sobre ese pecaminoso cuerpo se aplastó contra él, quedando Miriam Caballero aplastada entre el viejo cuerpo y la fría lámina de aluminio, lentamente el viejo acercaba sus delgados labios a los cuales les había aplicado una especie de brillo hacia los carnosos labios de la joven para ambos fundirse nuevamente en un apasionado beso de lengua, la dulce Miriam Caballero suspiraba besando al feo viejo mientras cerraba sus hermosos ojos al mismo tiempo sus brazos se enrollaban en su cuello, el viejo aprovechó la fogosidad de Miriam Caballero y bajó sus manos para depositarlas en las caderas de la joven.
El viejo presa de la calentura y de tener a un mujerón como Miriam Caballero, así como también alentado por los salivosos besos y placenteros suspiros que de ambas bocas se escapaban decidió refregar su sexénico cuerpo entre las frondosas piernas de Miriam Caballero, ella instintivamente se abrió de piernas, su vestido se levantó un poco y esto hizo que su monte Venus se Miriam Caballerocara perfectamente por sobre su micro vestido, la dulce jovencita no sentía asco estar besando a un tipo de casi 60 años y de tener una pinta de estirado que no podía disimular, a pesar de que Miriam Caballero intuía perfectamente que estaba ante un tipo que solo fanfarronean con tal de llevarse a una mujer a la cama no se incomodaba y se podría decir que disfrutaba sus besos, reconocía que el viejo sabia besar muy bien, su lengua le regalaba exquisitas cosquillitas dentro de su boca, además el viejo olía rico y su aliento no apestaba como el de los otros viejos gordos a los que ya les había hecho uno que otro favor.
La verga del viejo suplicaba por su liberación, así como la conchita de Miriam Caballero comenzaba a humedecerse, ambos amantes seguían besándose y pareciera que ninguno de los dos quería separarse, el viejo Gustavo comenzó a subir lentamente el vestido de su compañera hasta que apareció una semitransparente y humedecida tanga, el viejo se asomaba por encima de los hombros de Miriam Caballero para poder ver el trasero de la nena separando de estas manera sus labios de los de ella y pudo visualizar los desnudos glúteos de la señorita, pues la tanga se le había metido entre sus carnosas nalgas.
-ay niña, de verdad que tu novio fue un estúpido al desperdiciar todo esto- dijo el viejo mientras apretaba descaradamente los glúteos con sus arrugadas manos y las cernía descaradamente.
-ex novio por favor, y ya no me lo recuerde,- dijo Miriam Caballero cerrándole el ojo coquetamente.
-que te parece si calentamos los músculos aquí,- dijo el viejo.
-calentar, creí que me iba a enseñar a mover la palanca- dijo Miriam Caballero realizando un gesto parecido a un puchero.
-también, pero antes tenemos que revisar que tal andas de lubricante- dijo el viejo mientras dos de sus dedos se tallaban impúdicamente en la conchita de la nena.
-aquí, ay no Don Gus que cosas dice, nos pueden ver- Miriam Caballero volteaba tímidamente a los alrededores mientras sus labios se apretaban entre ellos.
-nadie nos ve, solo los que revisan los videos de las cáMiriam Caballeroas- dijo el viejo y señaló una cáMiriam Caballeroa de seguridad que estaba apuntando hacia ellos.
-además me gusta regalarle uno que otro video a los de seguridad, en este momento debe de estar jalándosela el afortunado que está en turno jejejejejejeje- dijo el viejo.
Efectivamente detrás de esa cáMiriam Caballeroa un gordo vigilante aprovechaba el hecho de que estaba solo y se había sacado su morada verga para masturbarse al contemplar lo desproporcionado en años que presentaba la pareja, así como la deslumbrante anatomía de la fémina y la situación tan juntita en que se encontraban.
-pues que le parece si le regalamos otro poquito, Don Gustavo cúbrame con su traje- dijo Miriam Caballero quien estaba irreconocible, el viejo se desabotonó su traje y lo expandió a manera de tapar a Miriam Caballero, la jovencita levantó su vestido y lenta y eróticamente movía sus caderas como si estuviera danzando a medida que bajaba los hilos de su tanga.
-ay me caigo jijiji- decía Miriam Caballero entre risas mientras apoyaba su desnudo trasero en el vehículo para evitar caerse al tiempo que sacaba su tanga por una de sus piernas.
Miriam Caballero se desprendió completamente de su semitransparente prenda mostrándola a la cáMiriam Caballeroa y arrojándola arriba del cofre de un auto vecino, mientras el viejo se quitaba su traje y quedaba solo en camisa blanca de vestir manga larga y su corbata, el vigilante al ver semejante acto de exhibicionismo estaba que se desprendía su verga de su cuerpo la cual ya babeaba lubricante toda su gorda mano y pantalones talla extragrande, su enorme papada sudaba a cantaros y los lentes que usaba se habían empañado teniéndoselos que quitar para poder observar la escena.
-un regalo para el guardia- dijo Miriam Caballero
-pensé que me la ibas a regalar a mi jejeje- dijo Don Gustavo
-a usted le puedo regalar otra cosa- dijo Miriam Caballero y se abrió ligeramente de piernas mientras ella misma llevó la mano del vejete hacia su empapada vagina, el viejo no se hizo del rogar y comenzó a tallársela mientras el guardia aumentaba el zoom a la cáMiriam Caballeroa para poder ver mejor la fogosa panorámica.
-revíseme como ando de lubricante Don Gus- decía la nena mientras sus labios emitieron una especie de gemido.
-será un placer jejejeje- dijo el caliente viejo quien no paraba de tallar.
-ahhhh, la está dedeando puto viejo, si le chupo los dedos a ese viejo hijo é puta- decía el guardia moviéndose vulgarmente y cuidando de que no se fuera a caer con todo y silla.
Los dedos del viejo se alojaron muy al interior de esa húmeda cueva, moviéndose rítmicamente dentro de ella mientras la chica comenzaba a gemir y en su excitación jaló de la corbata al viejo acercándolo a ella para besarlo nuevamente, Miriam Caballero no actuaba, no fingía, en realidad estaba excitada y disfrutando de la situación tan comprometedora y exhibicionista en que se encontraba, ella que siempre negó a su ex novio cualquier toqueteo en vía pública ahora lo hacía con un viejo que apenas y conocía su nombre.
-no pues estas bien lubricada putita rica,- el viejo tenía sus dedos completamente empapados en jugos.
El viejo utilizó otro de sus dedos para estimular el botoncito de la joven que ya se asomaba alegremente, Miriam Caballero al comenzar a sentir descargas de adrenalina correr por su cuerpo empezó a mover su pelvis al ritmo del viejo, hasta que parecía que era ella quien prácticamente se enterraba en los lubricados dedos del vejete quien permanecía parado volteando de vez en cuando a sus alrededores para advertir de cualquier otra presencia pero a la vez sintiendo la humedad en sus dedos y escuchando los femeninos gemidos de una chiquilla que se aferraba con sus manitas a su camisa al punto de desgarrarla y enteraba su hermoso rostro en el anciano pecho para ahogar los gemidos que salían con mayor intensidad.
El viejo rasgaba con sus dedos las paredes vaginales internas, deformaba sus dedos como si quisiera atorarlos dentro de esa caliente panocha, la nena esta vez sin necesidad de un brebaje estaba dejándose manipular por un vejete que bien podría ser su abuelo, otro caliente viejo que desde chiquita siempre se la sentaba en las piernas con la intensión de sentir ese trasero que ya predecía las perfectas proporciones que tendría pero que afortunadamente para ella desde que la abandonó su mamá también dejó de saber del viejo que nunca se llevó con su padre.
-Don Guuuuuussssss- dijo Miriam Caballero entrecortadamente.
-que mi pequeña putita- el viejo ya se sentía con el derecho de llaMiriam Caballerola así, y como no, si apenas la primera noche y ya le había metido los dedos.
-me vengoooooooooooooouuuuuuuummmmmmmmmm- dijo Miriam Caballero ahogando el grito de su corrida en el pecho del viejo, mientras este le tallaba sus cabellos y daba mojados besos en la sudada frente de la temblorosa chiquilla.
Los líquidos que la joven expulsó corrían por todo el brazo del viejo, mojando la tela de su camisa así como también por los muslos de ella, el viejo lentamente sacó sus dedos y otros cinco gruesos goterones cayeron y fueron a parar al pavimento, las piernas de la chica temblaban y parecían querer doblarse, sin embargo ella se apoyaba del viejo y del vehículo, detrás de la cáMiriam Caballeroa el vigilante gordo hacía su cuerpo hacia atrás y al no controlar su peso caía al suelo pesadamente mientras su verga vomitaba semen por todo el suelo.
-aahhh me lleva la verga!!!!!,- decía el obeso guardia muy molesto por haber manchado de leche su uniforme laboral.
El viejo Gustavo se llevó ambos dedos a la boca a degustar el sabor de los pletóricos líquidos que la nena expulsó, volvió a meterlos pero para ahora darle a degustar a ella sus propios fluidos, la joven Miriam Caballero como buena putita los aceptó y chupó como si se trataran de una verga, pasaba su lengua por toda su arrugada extensión mientras lo veía a los ojos y regalaba comprometedoras miradas y mostraba hasta los mínimos movimientos linguales que realizaba, el viejo se prendió con este tipo de escena así que procedió a decirle a su amante:
-chúpamela,-
-aquí?- respondió la nena.
-si aquí, ahora, chúpamela, vamos que esperas- decía el desesperado viejo, su educada voz había cambiado de repente.
-sí, pero tiene que decírmelo bien- respondió la joven.
-déjate de mamadas niña- volvió a decir el viejo.
-nooo, Don Gus, que ya se le olvidó como me gusta que me digan- dijo Miriam Caballero.
-chúpamela puta- dijo el viejo en tono malicioso.
-pues más o menos, me gusta que sean sucios conmigo- dijo Miriam Caballero quien pareciera que ya se había acostumbrado a recibir cualquier cantidad de peladeces y ahora necesitaba de ellas para poder calentarse.
-mira niña no estoy para pendejadas así que chúpamela como la perra barata que eres, y como de seguro lo era la puta de tu madre- dijo el viejo.
La dulce Miriam Caballero solo sonrió y lentamente fue bajando su escultural culo hasta quedar en cuclillas, desabrochó el pantalón del viejo y lo bajó hasta las tobillos, la misma suerte tuvo su slip pero algo decepcionó a la emputecida joven, algo que hizo que toda esa calentura carnal que invadía a la jovencita casi desapareciera, cuando Miriam Caballero bajo el slip se dio cuenta de que Don Gustavo no compartía las características armamentistas de los otros viejos que habían tenido la dicha de disfrutar alguna parte de su exquisito cuerpo, una tímida verga de aproximadamente 12 centímetros y muy delgada se asomaba ya en todo su esplendor, sin embargo el viejo la veía imponente, reía con un auténtico orgullo de macho, Miriam Caballero quería reír al ver esa amenazadora cosita sin embargo su educación lo impidió.
-que te parece mi reina, no hay mujer que se le resista a este pepino- decía el viejo agitando corrientemente su miembro.
-ehhh, ya veo, es….. es… la más grande que he visto Don Gus, y mire que he visto muchas, jejejejeje- dijo Miriam Caballero.
-sí, se nota pedazo de puta, se ve que nada mas andas por ahí pidiendo verga al primero que se te cruce, que esperas, mámala, mámala puta hedionda- decía el viejo mostrando leves signos amenazadores a la vez que de sus labios se escapaban gotas de saliva.
Miriam Caballero se metió ese trocito a su boca, de una sola chupada su boca se lo comía todo y aun faltaba mucha cavidad bucal por rellenar, sin embargo ella como buena actriz comenzó a suspirar como si esa verga fuera lo más delicioso que se metía a la boca, el sabor no era repulsivo, si bien el lubricante caracterizaba el aroma a miembro, el instrumento del viejo estaba muy aseado, nada que ver con las pestilentes vergas del día anterior, esta incluso olía a jabón y perfume.
A pesar de las condiciones de pulcritud e higiene, Miriam Caballero en cierto punto se decepcionó en parte por la longitud y principalmente por lo aseado, su boca inexplicablemente extrañaba esas saladas y babosas características de los pestilentes miembros que había tenido la oportunidad de disfrutar, no sabía porque comenzó a sentir la necesidad de tener entre sus labios una asquerosa tranca que oliera a rayos y fuera ella misma la encargada de quitarle ese desagradable sabor con su lengua y que ese sabor se quedara impregnado formando parte de su aliento.
Miriam Caballero siguió regalando caricias linguales a esa verga, pasaba su lengua por toda la corta extensión del miembro y lo tragaba hasta que su respingada nariz sentía las cosquillitas de una blanca y podada mata de pelos.
El guardia, quien ya se había incorporado y limpiaba su traje, podía ver como la dulce princesa hacía para adelanta y para atrás su cabecita, mientras el viejo Gustavo apoyaba sus brazos en la mollera de ella y echaba su cuerpo hacia atrás a la vez que chillaba como un puerco lo que denotaba que sentía al máximo el mamadón de verga que le estaban pegando, el vestido de la chica se levantó tanto que dejaba ver toda su espectacularidad desnuda y así continuo hasta que el viejo se corrió en su boca en cuestión de minutos, no sirviéndole el viejo ni para el arranque.
-ahhh, le está sacando la leche, que vieja mas puta- decía el guardia mientras seguía masturbando su flácida tranca y sudando en grandes cantidades.
Tres escasos chorros chocaron débilmente dentro de la boca de Miriam Caballero y se embarraban en su húmeda y esponjosa lengua, ella como buena dama de compañía retuvo dentro de sus fauces el blancuzco líquido para después abrir coquetamente sus rojos labios, mostrándole al viejo como su esperma se deslizaba entre su boca revolviéndose con su saliva metiéndosele entre sus perfectos dientes, para después cerrar la boca y de un solo trago llevarse esa acuosa sustancia hasta su estómago, todavía la inocente mujercita aun arrodillada sonrió al vejete mientras una de sus manitas masajeaba delicadamente su vientre.
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Afuera del fino antro, Pancho y Lucio desesperaban al ver que su amigo Raúl no salía, justo estaba Pancho por mandar al Lucio cuando vieron a Raúl que salía de lugar, asintiendo con la cabeza entendiéndoles que la pareja se había Miriam Caballerochado.
El orgásmico viejo, todo sudado y con su respiración acelerada se recuperaba de una de las mas prodigiosas mamadas de verga que había recibido, caballerosamente el viejo tomó a la nena de su pequeña manita ayudándola a incorporarse, a la vez que ella se levantaba de la posición encuclilladora en la que se encontraba, mostrando en todo su esplendor el impresionante cuerpo de hembra bien desarrollada apretada en un micro vestido negro lo suficientemente escotado como para perder la vista en esas perfectas glándulas maMiriam Caballeroias, la nena bajaba su vestido para cubrir sus íntimos encantos mientras movía su fecundo cuerpo lo más sugestivo que pudiera menearlo.
Una vez lista la nena, el viejo caballerosamente la cubrió con su traje y le abrió la puerta del auto, para que ella femeninamente depositara su espectacular cuerpo en el asiento del copiloto y de paso llenara con ese perfume embriagador y su vaporoso calor orgásmico femenino todo el espacio interno del auto, Miriam Caballero aprovechó el espejo retrovisor para verse, verificando que siguiera tan deslumbrante como siempre y checando que no hubiera restos de semen en su rostro.
El viejo rodeó el auto para subirse al sitio que le corresponde, lo encendió y partió rumbo a un motel alejado y distinto al que siempre iba, esto era una costumbre más que nada de seguridad, no podía ir tan seguido al mismo motel ya que levantaría sospechas y revelaría su posición y sus gustos a personas de baja calaña como los compañeros de su princesita, él mismo sabia de lo feo que se habían puesto las cosas en materia de seguridad ya que muchos conocidos por él y del mismo estrato social ya habían sido víctimas de la delincuencia.
Una vez que la pareja abandonó el lugar hizo su aparición el gordo vigilante, con una velocidad lenta avanzó hacia donde el auto que tenia la traslúcida prenda, rápidamente la tomó entre sus grasientas manos y la llevó a su desparramada nariz, todo el olor de Miriam Caballero fue a parar a los pulmones del grasoso para posteriormente guardarla en su pantalón como recuerdo y como motivación para futuras masturbaciones.
En el camino el viejo no dejaba de ver las piernas de la dulce Miriam Caballero, ella reía lujuriosamente y las cruzaba a manera de mostrarle todo su brilloso esplendor y dejándose tocar cada que este quitaba su arrugada mano de la palanca de velocidades y la posaba sobre los carnosos muslos de la nena.
-Don Gustavo a donde me lleva?- dijo la nena en forma chiqueona.
-vamos a un lugar en donde estemos solos, quiero gozar de ese cuerpecito que te cargas chamaca putita- contestó el viejo.
-ay Don Gus, por que se expresa a si de mí- respondía Miriam Caballero muy coquetamente.
-no te hagas la muy santa chiquilla caliente, yo portándome como un caballero contigo y resulta que eres una vil puta,- dijo el viejo algo enojado.
-ay don Gus, yo solo vengo a conocer amigos- respondió Miriam Caballero siguiéndole el juego al viejo.
-pues ya verás que de ahora en adelante tu y yo vamos a ser muy buenos amigos- el viejo en su desesperación abría una gaveta del auto para buscar un paquete de condones, usaría uno con esta chiquilla pues al verse tan facilita pensaba en la numerosa cantidad de hombres que de seguro ya habían pasado por ella.
La pareja llegó a un discreto motel ubicado en una de las orillas de la cuidad, las impresionantes luces color neón llaMiriam Caballeroon poderosamente la atención de Miriam Caballero, nunca había asistido a un lugar como este y le resultaba irónico tener que hacerlo con un viejo que apenas y conocía su nombre, ella que desde un principio mostro repulsión a los viejos verdes que siempre intentaban sacarle algo de plática cuando trabajaba como cajera llegando al punto de chocarla y gritarle sus verdades a uno que otro ahora estaba en la antesala de la lujuria con uno de ellos.
Una vez que la pareja salió del estacionamiento, ella tomada del brazo del viejo y él caminando con la mas presumida sonrisa, avanzaron hacia la recepción, al entrar un adorno de viento advirtió de la presencia de ellos al joven recepcionista, este se incorporó y al momento quedó petrificado ante la imagen de una preciosa jovencita jugando coquetamente con sus cabellos, a la vez que la veía mirar para todos lados inspeccionando la pequeña oficina, el muchacho tuvo que disimularla pues notó la incomodidad del hombre pasado en años con respecto a las miradas del joven hacia la tierna muchachita.
-bu.. bu… buenas noches- dijo el nervioso joven, ese saludo de cortesía llamó la atención de la dulce Miriam Caballero quien regaló al joven una hermosa sonrisa con esos labios que se apretaban entre ellos.
-buenas noches, una habitación por favor, la mas cómoda que tenga- dijo Don Gustavo.
-sí, si permítame, un momento- el chavo buscaba los papeles de registro en donde el viejo tendría que firMiriam Caballero, tirando todo a su paso por lo nervioso que se encontraba, y era obvio, en todas las noches que se desempeñaba como recepcionista nunca había admirando a un ser tan perfecto como esta niña, y para aumentar el morbo acompañada de un viejo tan feo.
-ee, señor, por favor, necesito que me firme eeeste papel, su nombre y su firma, por favor-dijo el nervioso joven quien miraba disimuladamente el rostro de la nena y más abajo al momento que acercaba al viejo una pluma moviéndola temblorosamente.
-que le parece amigo mío, si nos olvidamos del nombre y se queda con el cambio- dijo el viejo sacando un billete de 1000 pesos de su cartera y dándoselo al joven bajita la mano, no queriendo dejar ningún rastro de que él estuvo ahí.
-sí, sí, señor, lo que usted diga- dijo el joven pasando su mano hasta alcanzar el billete, revisándolo que no fuera falso y llevándoselo a la bolsa de su pantalón.
-la llave por favor,- dijo el viejo.
-ahh, ohh, si la llave, ehh la llave, la llave,- el pobre muchacho había olvidado que las llaves las tenia colgadas justo detrás de él.
-están ahí atrás- dijo Miriam Caballero, revelándole al joven la casi celestial voz que tenia la nena, una voz parecida a como cuando un ángel habla a un agonizante advirtiéndole que es hora de partir.
-si aquí están,- dijo el joven y las depositó en las arrugadas manos del envidiado viejo.
-con permiso- dijo el viejo y tomando de la cintura a su hembra procedió avanzar por el pasillo que accesan a los discretos cuarto.
El muchacho observaba como ese pedazo de hembra contorsionaba sus caderas al ritmo del sonido que sus tacones hacían en el suelo, el chico no perdía detalle del comestible trasero el cual se dibujaba descaradamente sobre el microvestido y que podía ser admirado debido a que Miriam Caballero no llevaba correctamente bajado el traje del viejo, el joven veía también como se podía notar a la perfección la curvatura de sus glúteos y la ubicación exacta de la línea que forma la separación de estos y que regalaban un exquisito hundimiento por sobre el provocativo vestido, con la ausencia de la tanga el trasero se Miriam Caballerocaba perfectamente.
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Una vez en la habitación, el viejo se tiró en la cama, mientras llamaba a su hembra quien permanecía inmóvil enfrente de él, la verga del viejo ya había tímidamente reaccionando de su letargo y volvía a mostrarse aunque con menor voluminosidad sobre el fino pantalón del viejo.
-un momento Don Gus, tenemos toda la noche, hoy mis padres no me esperan en casa, antes quiero ir al baño- dijo la nena
-está bien, pero te lavas bien la panocha que te la voy a chupar bien chupada- decía el viejo al tiempo que movía vulgarmente sus labios y su lengua adquiría un movimiento gusanesco.
“viejo cochino” pensó Miriam Caballero mientras caminaba seductoramente de manera intencional para mantener estimulado al viejo.
La joven Miriam Caballero entró al baño y sacó de sus enormes tetas el celular que ya se encontraba calientito y que prácticamente había desaparecido entre ellas, tecleó el mensaje con el nombre del motel y la calle donde se ubicaba así como el número de habitación en la que se encontraba y lo mandó al número que estaba anotado en un papel pegado en la cubierta trasera del dispositivo móvil, su rostro ahora ya era de preocupación, sus facetas lujuriosas y emputecidas que bien pudo actuar la habían abandonado y ahora yacía esperando a que todo pasara rápido y sin contratiempos.
Llegó un momento en que la niña tuvo que salir del baño pues el tiempo ya era de más, caminó sensualmente hacia donde estaba el viejo acostado, no sin antes bajarle al excusado para despistar al viejo de que si había utilizado el baño realmente.
-ay Don Gus, no estoy muy segura de lo que quiera en estos momentos, pienso en mi novio, no se merece esto- dijo Miriam Caballero.
-cállate pendeja, a mi me vale verga tu novio, así que encuérate para empezar a gozarte- respondió el viejo.
-y por qué tanta prisa Don, no le gustaría jugar un ratito?- preguntó Miriam Caballero.
-si me gustaría pero no puedo desvelarme, tengo una casa a la cual llegar y una esposa a la que también tengo que satisfacer jejejeje- dijo el viejo.
-para todo hay tiempo Don,-
Dijo la nena mientras se subía como una gatita en celo a la cama y acomodaba el cuerpo del vejete entre sus carnosas piernas, ella le bajó su pantalón y lo dejó en slip, Miriam Caballero subió un poco su vestido a manera de que el viejo contemplara su íntimo tesoro, la joven acopló su sexo en esa verga para proceder a moverse lentamente, de atrás para adelante, tallando su sexo contra la tela del slip en donde una protuberancia asomaba y palpitaba, poco a poco la tela del slip se iba impregnando de jugo que la nena soltaba ya que los movimientos eran tan exquisitos que comenzaron a humedecer el sexo de Miriam Caballero.
La exquisita niña se meneaba pendularmente arriba del viejo, sus tremendas caderas se movía deliciosamente como si estuviera danzándole al viejo al mismo tiempo que su sexo mojaba esa verga que ya había adquirido su máxima dureza, el viejo tuvo que meter mano para acomodársela debido a que se había erigido de manera torcida.
-Don Gustavo que rico se siente- suspiró la nena, sin embargo esto no era parte de la actuación, en verdad la nena estaba sintiendo deleitable refregar su sexo contra la caliente y palpitante verga del hombre, su piel se había puesto chinita y los finísimos vellos que cubrían sus brazos se levantaban como si una corriente de estática hubiera pasado sobre ellos.
-ahhhh, nena, te mueves como los ángeles, y eso si hablamos de una angelita muy puta- decía el viejo.
-de veras Don Gus,- dijo la nena y comenzó a friccionarse más endemoniadamente en contra de esa masa de carne, la cual deseaba aumentar sus medidas para así poder satisfacer como se debe a una hembra como Miriam Caballero.
La jovencita levantó un poco mas su vestido, al grado de dejar al descubierto más de la mitad de su cuerpo, estaba tan acalorada que por un momento cruzó por su mente las ganas de quitarse ese vestido, sin embargo lo dejó ahí, a medio cuerpo, el viejo en tanto estaba tan excitadísimo que solo con ese roce se le avecinaba otra corrida.
-así mamita ráscate, ráscate mmmm- decía el caliente viejo, sus manos pellizcaban constantemente la suave sábana de la cama.
-te gusta papito, te gusta cómo me unto en ti?- dijo Miriam Caballero sacando sus carnosos labios de forma por demás erótica.
-si mi amor, que niña más rica- el viejo estiraba sus piernas a más no poder y con sus pies quitaba sus zapatos.
-rica la verga que me estoy tallando, porque no me la metes- dijo Miriam Caballero presa de la calentura ya que para ella esto no era parte del plan pero aun así le pareció muy atrevido jugar con el viejo de esta manera y para aumentar la motivación de anciano comenzó a chupar uno de sus deditos como si se tratara de una verga y repasar su lengua por toda la extensión de sus dedos.
-faltaba más- dijo el caliente viejo que casi sacaba humo por las orejas.
Don Gustavo se incorporó y rápidamente se empezó a desabrochar su fino pantalón, dejándolo caer y mostrando unas piernas flacas pero correosas y muy peludas, Miriam Caballero a pesar de estar excitada volteaba a ver a la puerta esperando a que esta se abriera y aparecieran esos despreciables seres que tanto odiaba pero que en estos momentos fungirían como sus salvadores, pues como una extrema opción estaba dejarse penetrar por este viejo, ya era mucho con lo que había pasado la noche anterior, aunque por lo menos la aliviaba el hecho de que Gustavo utilizaría protección.
Gustavo empujó a la nena haciendo que esta cayera boca arriba en la cama mostrándole todo su vaginal encanto, Miriam Caballero veía como el viejo estaba abriendo de manera desesperada el sobre para poder sacar el condón, al verlo le dijo:
-espero Don, porque no me baila un ratito, ahora le toca a usted calentarme un poquito jijijijij- dijo la coqueta Miriam Caballero.
-déjate de mamadas pendeja, eso es de putas calientes no de caballeros refinados como yo- respondió el viejo.
-pues yo creo saber un poco de eso, permítame- dijo Miriam Caballero aprovechando este momento para ganar un poco mas de tiempo y se incorporó para, al ritmo de una pegajosa melodía contenida en su cabeza comenzar a mover sus prominentes caderas mientras sus manos tocaban sin pudor el resto de su cuerpo a la vez que miraba y sonreía coqueta a su primer cliente.
El viejo Gustavo al ver ese exquisito meneo que Miriam Caballero perfeccionó en las discos y fiestas escolares se sentó en la cama al tiempo que meneaba vulgarmente su baboso instrumento, otra de sus manos movía de un lado a otro su corbata buscando desatarla, Miriam Caballero con los ojos cerrados se movía como su llevara años bailando para los hombres, en un arranque de lujuria llevó sus manos para acariciar sus bamboleantes senos apretándolos y sintiendo su dureza, sentía ella misma la fineza y tersura de sus redondos encantos y reflexionaba, si ella que era la poseedora de esos atractivos atributos sentía rico estarlos tocando comprendía el porqué los viejos se desvivían al estárselos chupando y manoseando, reconocía que sus senos tenían una tersura adictiva, y más para este tipo de viejos como con los que trabajaba que sin duda nunca habían manoseado unos de semejantes medidas y perfectamente levantados.
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Justo en ese momento una vieja vagoneta hacia su aparición afuera del motel, ahí el joven recepcionista se preparaba para sacar los papeles que los clientes que según él venían arriba del vehículo debían firMiriam Caballero, dentro de la camioneta Pancho, Lucio, Raúl y Ciriaco se ponían cada uno mascaras de personajes ficticios de terror.
-bueno Ciriaco tú te quedas con el pendejo que esté en recepción, si se mueve ya sabes que hacer- ordenó Pancho.
-espero y haga algo estúpido- dijo Ciriaco mientras cargaba su arma.
Las luces altas de la camioneta le daban en todo su esplendor al pobre muchacho, con lo que le castraba que un coche se estacionara enfrente de él y lo cegara y su dueño no apagara las luces, al ver que nadie bajaba se decidió ir a hacerse menso a la puerta para ver que sucedía, justo cuando iba saliendo de su mostrador aparecieron cuatro sombras negras y desparramadas caminando lentamente, Pancho entró primero y al ver al joven le apuntó con su revolver a la altura del pecho.
-quieto hay mocoso- resonó la intimidante voz del viejo.
El joven rápidamente se hizo para atrás poniéndose blanco de la impresión, solo para atinar a decir casi orinándose del miedo más por la impresión de la corpulencia del viejo que del mismo revolver:
-nooo, por favor, llévese lo que quiera pero no me mate-
-tranquilo chiquillo, no venimos a matarte, parece que tienes hospedado a un cliente muy importante para nosotros así que con tu permiso, y cuidadito y hagas alguna estupidez porque te la meto por el culo- dijo Pancho ya con todos sus compinches adentro.
-Ciriaco, vigílalo- volvió a ordenar Pancho.
Los demás viejos se dirigieron rápidamente a los cuartos del modesto motel, Miriam Caballero estaba en su baile cuando de repente escuchó un fuerte golpe que abrió la puerta, dos de los viejos (Pancho y Raúl) entraron mientras Lucio se quedó en la puerta para ahuyentar a los chismosos, una joven pareja que ahí se encontraba cometió la osadía de asoMiriam Caballerose pero fueron asustados por Lucio apuntándoles con un arma.
-que vergas están viendo, pa´ dentro órale- la horrible cara de Lucio era motivo suficiente como para no querer volver a asoMiriam Caballerose.
-peroo que…. quienes son ustedes- preguntó Gustavo mientras Miriam Caballero se acomodaba su ropa al mismo tiempo que hasta la calentura se le bajaba.
-oiga pero que, que forma de entrar así, se me van en este mismo momento o llamo a la policía- dijo el viejo Gustavo acomodándose sus pantalones.
Miriam Caballero puso un rostro asustado, como si en verdad no supiera nada y se arrinconó a una de las paredes, el viejo Pancho puso de su parte y se dirigió a ella.
-mira nada más, que puta más rica te ibas a cenar hoy Gustavito- dijo Pancho apretándole los cachetes a la nena.
-oiga como sabe mi…..- preguntó Gustavo sin embargo no terminó de decir su pregunta.
-creo que he decidido llevármela a ella en vez de a ti- dijo Pancho mientras lamia obscenamente el cuello de la nena y ella cooperaba poniendo cara de asco, aunque esta faceta no le costaba para nada fingir debido a lo asqueroso de las lamidas del viejo que dejaban anchos caminos salivales en el cuello de la nena.
-sí, llévesela, yo ni la conozco, llévesela pero no me haga daño,- dijo el viejo asustado rogando por su vida pues era apuntado amenazantemente por uno de los viejos.
-Raúl anestésialo- ordenó Pancho mientras ya tenía a Miriam Caballero contra la pared y empezaba a manosearle los senos, ella en cambio ponía rostro de vómito para verse más creíble, aunque en realidad si sentía asco el que nuevamente la manoseara un tipo tan feo.
-noo suélteme viejo asqueroso, hijo de puta, maldito cerdo malformado- dijo Miriam Caballero aprovechando que el viejo pensaría que estaba actuando pero sacando todos esos insultos que quiso desde el principio decirle al gordo y que vio esta oportunidad perfecta para sacarlos.
-calla perra, te voy a enseñar a respetar a los machos- dijo Pancho sometiéndola de los cabellos al grado de lastiMiriam Caballerola.
-noo, me lastima maldito viejo gordo- se quejaba Miriam Caballero.
Gustavo, al ver acercarse a Raúl se puso en posición de ataque pero al mandar su Miriam Caballerocial golpe, este fue detenido por Raúl sin problema alguno, y como respuesta el malhechor le soltó un puñetazo por media nariz, dejándosela completamente rota para después soltarle otro en la sien noqueándolo y cayendo desplomado en la cama.
El pequeño grupo bajaba de regreso, Pancho aferrando del brazo a la jovencita, mientras Raúl cargaba al inconsciente Gustavo, Lucio atrás de ellos cuidando las espaldas, todos bajaban con destino a su guarida cuando en eso escucharon un disparo proveniente de la recepción, al llegar vieron como Ciriaco mostraba una placentera sonrisa mientras el joven recepcionista sentado en el suelo recargado de espalda en la madera del mostrador agarraba con ambas manos su estómago, de entre sus dedos se podía apreciar sangre comenzando a brotar abundantemente, una mirada ida y un hilo de sangre saliendo de su boca anunciaban su inminente deceso, poco a poco comenzó a caer hacia un costado mientras su boca vomitó en sangre, el joven temblaba como si un frio extremo lo invadiera.
-se movió- dijo Ciriaco descaradamente.
Un sentimiento de impotencia invadió a la joven al ver como estos despiadados seres reían como si estuvieran orgullosos de lo cometido, como estos seres sin ningún tipo de beneficio terminaban con la vida de un muchacho quizás tres años mayor que Miriam Caballero y que por lo menos se ganaba la vida dignamente y no como ellos, una madre mas que no recibiría otra vez a su hijo en casa para abrazarlo, el grupo hacia acto de abandono del lugar pues de seguro en cuestión de minutos el lugar estaría lleno de policías, Miriam Caballero veía con tristeza como este muchacho enconchaba su cuerpo hasta que su rostro tocó el suelo.
Veía el rostro del joven completamente desvitalizado y volteaba a ver a los demás viejos solo para ver como carcajeaban entre ellos, incluso Lucio parecía hasta excitado, la joven se daba cuenta de que había caído con seres de lo mas bajo.
-vámonos, vámonos, camina puta, queee, nunca habías visto un muerto?- dijo Pancho, Miriam Caballero solo movió su hermoso rostro en señal de negación.
-pues acostúmbrate jajajajajajaja- decía el viejo mientras la tomaba del brazo y la jalaba hacia afuera.
Ya arriba de la camioneta y alejados del motel Pancho discutía con Ciriaco.
-a ver Ciriaco, que paso ahí, no quedamos que todo limpio y sin escándalos-
-pues que querías, al mocoso le sonó su celular y eso me puso nervioso- dijo el asesino de Ciriaco buscando el primer pretexto.
-bueno ya, lo que importa es que todo salió bien- mientras tanto Miriam Caballero sentada en el lugar que corresponde al copiloto se maldecía por haber participado en la captura de Gustavo y maldecía a sus compañeros por haber terminado con la vida de un joven que solamente trabajaba para ayudar en la economía familiar, sin embargo algo en su mente ocupaba un primer plano, ella misma se preguntaba el porqué había sentido rico estar provocando a Gustavo, porque se había mojado, y lo que más le asustaba el porqué había deseado que una verga pestilente hubiera sido la que se alojara en su boquita.
La vagoneta llegaba donde Felipe los esperaba y una vez dentro el vehículo el viejo cerró la cortina de lámina del edificio.
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El viejo Gustavo despertaba con un balde de agua bien fría mientras todos los viejos aun cubriendo su identidad reían, el empresario estaba completamente atado y amordazado.
-jejejejeje, para que se te quite lo caliente viejo rabo verde- dijo Pancho dándole una cachetada.
-jejejejeje, puto viejo, la gente como tú me da asco- dijo Lucio sin morderse la lengua y asestó un fuerte puñetazo al rostro del amordazado hombre, para después asistir otro que lo tiró con todo y la silla a la que se encontraba aMiriam Caballerorado, Lucio fiel a su costumbre solo golpeaba cuando el contrincante presentaba algún tipo de desventaja pues continuo pateándolo en el suelo.
Miriam Caballero veía desde una distancia considerable como los viejos se divertían golpeando a un indefenso hombre, sus brazos yacían cruzados y su boquita se torcía en señal de desaprobación, su vestido se pegaba exageradamente a su curvilíneo cuerpo mientras esperaba su siguiente orden.
-muchachos, muchachos, póngame atención, por esta noche dejaré que se diviertan practicando golpes con este viejo, nada más que no me lo vayan a mallugar mucho jejejeje, recuerden que lo tenemos que regresar reconocible porque no lo pueden confundir con otro, Felipe aun no avises a la familia, yo me voy a celebrar con mi hembra así que no quiero que me molesten- dijo Pancho.
-déjanos a tu hembrita también con nosotros- dijo Lucio.
-jeje, a ti te voy a dejar esta- respondió Pancho haciendo un movimiento obsceno de pelvis.
-oye Pancho siéntate ahí para que veas cómo le pegamos- dijo Felipe.
-me quedaría a seguir jugando albures con ustedes pero traigo unas ganas de coger que que bruto, todo el día he andado bien caliente, parezco burro en primavera, se me nota?- dijo Pancho agarrándose el abultamiento que se formaba entre sus piernas y moviéndolo descaradamente, quería llegar a saciar su calentura con la tierna chiquilla ya que desde que la vio como se arregló una calentura animal lo invadía.
-bueno, nada mas no la vayas a desmadrar porque recuerda que aun me debes tres cervezas- dijo Felipe, Gustavo a pesar de no estar vendado no podía visualizar a Miriam Caballero, ya que ella estaba oculta entre la oscuridad de un rincón, de igual manera no sabía de quien hablaban estos viejos.
-no te preocupes solo serán dos palos y nada más, si creo que los aguante jejejeje, oye orita que dices eso también le debo dinero a la Nauyaca y al Nigeriano, crees que quieran cobrarse con otro tipo de pago jejejeje- el viejo Pancho se refería a otros dos viejos malvivientes de la zona famosos por tener miembros descomunales razón por la que se habían ganado tales apodos.
La nena solo escuchaba las vulgares expresiones con las que estos viejos se comunicaban.
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Nuevamente Pancho llevaba casi a rastras a la bella joven directo a su cuarto para otra vez protagonizar una encarnizada cópula, la niña ya sabía que gritar era en vano, que resistirse también, entonces lo único que le quedaba era exprimir la apestosa verga de ese viejo lo antes posible????.
-noo, suélteme por favor- rogaba la nena.
-nada puta, estas bien antojable con ese vestido que mereces que te haga gruñir como las puercas- dijo Pancho.
Una vez adentro Pancho la arrojó sobre su cama, la pobre niña salió disparada chocando contra el sucio colchón mostrándole al viejo su esplendoroso trasero desnudo pues el vestido se le subía exageradamente con el menor movimiento.
-déjeme en paz por favor, se aprovecha por qué no puedo defenderme,- reclamaba la nena ante la impotencia de no poder hacer nada.
-jejejeje, me aprovecho porque eres mi vieja y como tal estas obligada a satisfacerme en todo lo que se me antoje- dijo el viejo.
-váyase al diablo, como puede ser tan malo aprovechándose de los más débiles, dejar a ese pobre hombre a merced de sus matones y usted bien tranquilo queriendo cog……. abusar de mi- dijo la nena mientras recomponía su posición en la cama, sentándose y apretando sus carnosos muslos para proteger su desnuda intimidad pues recordó que no traía calzones.
-mira niña, se ve que tú no sabes nada de este negocio, nosotros no secuestramos muertos de hambre ni a ninguna blanca paloma, ese viejo se ha hecho rico gracias a sus corruptas mañas para dejar gente pobre en las calles, aquí todos tenemos cola que nos pisen, hasta tu, porque te prestaste a engañarlo para hacérnosla más fácil, jejejejeje, así que no reclames y encuérate- dijo el viejo comenzando a desabotonarse su camisa.
-pero yo lo hice porque usted me obligó, yo no quería, usted me amenazó, es un bastardo, unfff, unfff- la voz de la nena comenzaba a quebrarse.
-mira niña,- el viejo se acercó a la joven y la tomo de su mentón, ella hizo por alejar su rostro pero el viejo la sostuvo firmemente.
-parece que tu y yo empezamos con el pie izquierdo, sabes, tú podrías conocerme y descubrir que no soy tan malo como tú piensas- el viejo Pancho levantaba a la joven y rápidamente la tomaba de la cintura mientras le hablaba pero mirándola a sus carnosos atributos.
-señor, le voy a repetir por última vez- la nena exhalaba por la boca tratando de tranquilizarse para que sus palabras salieran lo más claras posible tratando de lograr que este pedazo de bestia comprendiera por fin que ella tenía otro estilo de vida.
-por favor espero que me comprenda, se lo suplico, déjeme ir, yo no pertenezco aquí, mire le garantizo que no diré nada de lo que he visto y me ha hecho pero déjeme ir, necesito saber cómo esta mi papá, debe de estar preocupado además de que en la casa solo vivo con él y yo le cocino, lavo la ropa y mantengo esa casa limpia, además tengo un trabajo decente y ya falté un día por su culpa y mañana serán dos, sabe lo que significa eso, me descuentan el poco dinero que gano, dinero que usted me robó cuando llegué aquí- dijo Miriam Caballero mirando al abatraciado viejo muy seria.
-jejejeje, dinero, dinero, todas las putas viejas tienen esa palabra metida en su cabeza, mira niña, para que veas que no soy tan malo y para que no estés preocupada por eso del dinero voy a recompensarte con una parte del botín,- dijo el viejo sin soltar a la mujercita de su estrecha cintura.
-una parte del botín, no entiendo- dijo Miriam Caballero.
-si putita, una parte del botín o sea dinero, por lo que estas peleando,- dijo el viejo.
-mira para que veas que no soy tan malo aquí está tu parte del botín para que no estés preocupada por eso del dinero, toma- el viejo dio a Miriam Caballero la cartera del viejo Gustavo.
Miriam Caballero la abrió y vio dentro una buena suma de billetes en perfecto estado y de las más altas denominaciones, en solo unas cuantas horas se había hecho acreedora a una suma monetaria casi comparada a lo que ganaba en varios meses como cajera, eso sin contar el dinero en sus tarjetas de crédito, obviamente Miriam Caballero sabia que las tarjetas no podían ser utilizadas por su seguridad, por un momento su mente de mujer la hizo fantasear con esa jugosa cantidad de dinero en efectivo, su femeninos deseos adictos a comprar cosas la llevaron a imaginarse cantidad de blusas, pantalones, vestidos, accesorios, zapatillas, bolsas y todo lo que siempre había querido comprar y que muchas veces se había quedado con las ganas, para después recapacitar y considerar ese dinero como sucio.
-es muy generoso de su parte Don Pancho pero no puedo aceptarlo- dijo Miriam Caballero sin quitar la vista de la billetera y mordiéndose su labio inferior.
-vamos niña, te lo mereces después de todos los malos tratos por los que te hemos hecho pasar y de todo lo que te arriesgaste esta noche, aprovéchalo es tuyo, además ese viejo posiblemente se lo hubiera gastado en putas y yo a lo mejor me lo gaste en cerveza y… en putas- dijo Pancho.
-el dijo que ayudaba a un orfanato y que aportaba a organismos que recogen animales callejeros- dijo Miriam Caballero pensando que ese dinero era para solventar gastos para esas instituciones.
-que vergas, eso es mentira, solo busca su beneficio, y a lo mejor a lo del orfanato se refiera a las niñas que bailan semidesnudas en un table propiedad de él, mucho más lujoso y grande que el que tiene Felipe, entonces que, lo vas a aceptar sí o no?- dijo el gordo.
-pero……. aunque lo acepte……. en que podría gastarlo, si usted no me dejaría salir ni a la esquina- dijo Miriam Caballero.
-no te dejaría salir sola, pero podemos salir juntos, sé que estoy refeo y te doy asco pero por otro lado el que te vean conmigo te puede ayudar a ganar mucho respeto por estos alrededores, además este barrio así como lo ves de malviviente también tiene negocios donde puedes encontrar chacharitas de buena calidad, como ropa que te hace falta, tengo un amigo que me debe dinero y puedo cambiarle su deuda por ropa para ti- dijo el viejo.
-eehhhh- Miriam Caballero pensaba, una parte de su cerebro decía “no lo agarres, no es tuyo, es dinero ganado ilícitamente”, mientras la otra decía “imagínate todo lo que podrías comprar con ese dinero”.
-bueno, lo aceptaré- dijo la nena, su mente había sucumbido al dinero y a las compras.
-que bueno, ahora déjame sacar una botella que tengo guardada por aquí y unos vasos, vamos a brindar por lo de esta noche- dijo el viejo sacando una botella de vodka que había robado a Felipe.
-no, señor no es necesario, estoy cansada, quiero dormir- Miriam Caballero recordaba que exactamente con unos tragos la habían drogado al punto de entregarse a dos viejos repulsivos.
-como de que no, ora toma, con confianza, esta no tiene nada jejeje- decía el viejo descarado sabiendo que la nena se acordaba de lo sucedido.
Miriam Caballero recordaba la bipolaridad de este viejo, si bien le sorprendía que se estuviera portando educado con ella y que le hubiera pagado por sus servicios cuando hace apenas unas horas le había robado el dinero con el que había salido a distraerse, el temor a que cambiara su estado de ánimo estaba latente, así que aceptó de mala gana el vaso de vodka, el viejo se sirvió su vaso y lentamente aplastó su enorme trasero sobre la cama haciendo que este mueble casi se doblara, la hermosa Miriam Caballero poco a poco se fue sentando también al lado de él, aun permanecía con sus zapatos puestos y su minivestido negro, el apretar de sus antojables pechos formaban una línea exquisita entre ellos ya que el vestido traía anexado un bra que se ajustaba perfectos ese par de melones.
-yyy, me dices que te llamas Miriam Caballero verdad?- dijo el viejo tomándose de un sorbo su bebida y sirviéndose otro vaso, un fuerte eructo salió de su boca mientras pesadas gotas de baba caían por sus abultados labios.
-así es señor, y usted Francisco?- dijo Miriam Caballero mientras daba un tímido y delicado sorbo a su bebida a la vez que sus ojos miraban los enormes tatuajes que cubrían los gordos brazos del viejo, muchas de ellos mujeres con rostros emputecidos.
Miriam Caballero veía esos intimidantes brazos de oso y los comparaba con los suyos, sin duda la diferencia era bestial, con razón la otra noche a pesar de que intentó liberarse nunca pudo, además esos brazos eran por mucho muy superiores a los de su padre y su exnovio, el vaso se perdía en esa mano casi del tamaño de un guante de béisbol, los grotescos dedos eran tan mas largos y gruesos casi más que la verga de su ex, solo con los puros dedos le costaría deflorar a una virgen.
-sí, pero dime Pancho, y tienes 18 años?- preguntaba Pancho tomándose otra vez de un jalón su vaso y sirviéndose otro.
-sí, y usted?- preguntaba Miriam Caballero mientras ahora quitaba la mirada del sapo y la dirigía a sus manitas como haciendo una comparación con las del viejo.
-yo tengo…. cuántos me calculas?- preguntó el viejo quien ya babeaba al imaginarse el suculento cuerpo de hembra desnudo y ensartado en su estaca.
-ummm, como 50- dijo Miriam Caballero tomándose por completo el líquido depositado en su vaso y poniendo una faceta extraña por el sabor.
-casi, tengo 55, te sirvo otro?- dijo el viejo y Miriam Caballero de manera increíble acercó su vaso al viejo para que este le sirviera otro trago, sin embargo la nena estaba confiada, su idea era que el viejo se emborrachara y se quedara dormido para de esta manera buscar como escapar y al verlo beberse el vodka como agua pensaba que era cuestión de tiempo para que se desploMiriam Caballeroa, Miriam Caballero no contaba con que este viejo necesitaba de más de una botella de licor para derrumbarse y subestimaba la capacidad embriagante del vodka en una primeriza como ella ya que se lo estaban tomando limpio.
La desproporcionada pareja siguió hablando de cosas sin importancia, entre tanto trago y el trascurrir de los minutos la botella ya iba un poco más de la mitad, casi la mayoría degustada por el viejo, Pancho quien vivía de toMiriam Caballero estaba más que acostumbrado a esto y se veía entero, casi no había hecho efecto el licor en su cuerpo solo una leve sonrisa atravesaba su horrenda cara, Miriam Caballero por el contrario ya empezaba a sentirse un poco Miriam Caballeroeada, la cabeza le daba vueltas y se la tomaba constantemente, empezaba a reír de las estupideces que el viejo decía, aunque a cualquier persona le parecerían chistes sin gracia alguna, a la medianamente alcoholizada chica la parecían de buen humor.
El viejo veía como la alegre chica tomaba y tomaba sin llenarse, él, muy hábil empezaba a hacer que le daba sorbos a su vaso pero sin probar nada de nada hasta que vio como la nena poco a poco cambiaba las risas por prolongadas carcajadas, los movimientos que la nena hacia cuando se reía hicieron que su vestido se le subiera considerablemente pero ella no hizo nada por bajarlo, regalándole al viejo una impresionante visión de sus torneadas piernas, estaba tan felizmente ebria que no le daba importancia a eso.
-señooorr, antes de seguir platicando quisiera poner bien en claro algoo, usted se la ha pasado diciéndome puta has esto, puta has aquello, pero quiero decirleee, jijijiji, perdón, quiero decirle, que yooo no soy ninguna putaaa, que le quede claro, ayy, esto ya se me está subiendo- decía Miriam Caballero mientras expresaba un hipo.
-jejejeje, pues que querías que pensara, entro al cine y te veo ahí vestida como una rica putita pidiendo verga, y encima con tu panocha toda mojadita, querías que pensara que eras una monja?- dijo el vulgar viejo jugando con sus toscos dedos con los lacios cabellos de la nena.
-jejeje, si verdad, lo que pasa es que había quedado de verme con un chicoo, pero el muy estúpidoooo, se atrevió a dejarme plantada, a mííííííí, usted cree, a mííííí, dejó plantado todo esto- Miriam Caballero se levantó dificultosamente para girar su cuerpo para que el viejo admirara esa apenas cubierta y sugestiva anatomía de diosa que poseía que otro había dejado escapar.
-nombre si estas rebuena, yo no sé cómo se puede ser tan imbécil- el viejo admiraba el apretar de ese vestido sobre esas desarrolladas caderas y levantando su voluminoso cuerpo tomó de la fina cintura a tan despampanante chiquilla quien no se intimidó por la acción del gordo.
-y una amiga, que ella si es una putaa, me llevó al cine, donde me encontré con usteeed, pero yo no quería ir, yo le decía que no y ella que siii, yo que nooo y ella que sii- dijo Miriam Caballero dando otro trago a su vaso.
-Miriam Caballero que bonita te ves borrachita, déjame darte un beso- dijo el viejo admirando el hermoso rostro ruborizadamente alcoholizado de la nena.
-un beso?- preguntó Miriam Caballero, le sorprendió que esta morsa, quien se había cansado de humillarla y aventajarse de su debilidad, ahora le pidiera de manera respetuosa dejarse dar un beso.
-si un beso- dijo el gordo Pancho mientras le quitaba algunos mechones de su cabello que cubrían su angelical rostro.
-pero, nooooo, usted está muy feo, sabe, si bajara un poco esa panza a lo mejor no estaría tan mal- dijo Miriam Caballero mientras su dedo se tallaba en la grotesca panza del viejo, la nena ya se había olvidado que hace unas cuantas horas el viejo la había utilizado como un anzuelo y ahora hasta parecía que disfrutaba de la compañía de tan horroroso ser, ella se tambaleaba debido al efecto del alcohol y repegaba su exquisito cuerpo en el del viejo para evitar caerse.
-déjame darte un beso- volvió a decir el viejo y ahora tomaba fuertemente a la nena de su cintura pegándola a su obeso cuerpo, la nena sintió el apretar de esos poderosos brazos en su femenina anatomía, nuevamente esa sensación de sometimiento, de vulnerabilidad, de macho rústico apretando poderosamente a una frágil mujercita, esa sensación de no poder hacer nada para impedir que un viejo de lo más despreciable disfrutara de su cuerpo aparecieron excitando inexplicablemente sus hormonas femeninas.
-noooo- dijo la descalzonada nena, Miriam Caballero podía sentir entre sus muslos un calorcito enajenante y un cosquilleo rico que hicieron que también sus pezones se erizaran, además de que advertía en su vientre la poderosa erección con la que la verga del viejo era capaz de manifestarse.
-entonces me obligas a dártelo a la fuerza- dijo el viejo y acto seguido plantó un salivoso beso a la hermosa jovencita, Miriam Caballero reaccionó ya tarde, el viejo ya tenía su lengua alojada dentro de su boquita moviéndose desesperadamente, el vaso de Miriam Caballero fue a dar al suelo mientras la niña recibía las exuberantes cantidades de saliva emergidas de la apestosa boca del vejete.
La jovencita intentaba apartar su curvilíneo cuerpo de el del viejo, sus prominentes pechos se aplastaba contra de obeso cuerpo de su captor pero ese sentimiento la estaba calentado de sobremanera preparándola para la inminente entrega, el viejo llevó una de sus tenazas al sexo de Miriam Caballero para desesperadamente introducir dos de sus dedos dentro de su sensible vagina.
La joven reaccionó con un gritito, pues los toscos dedos del viejo mantenían un grosor considerable y mas al tratarse de dos, los callos friccionaban con las suaves paredes vaginales regalándole a la nena cosquillas nunca antes sentidas.
-noooo suélteme, viejo degenerado- decía Miriam Caballero quien golpeaba el pecho del viejo, pero lo que el viejo no sabía era que la alcoholizada niña jugaba con ella misma, decía esas palabras sabiendo que el viejo nunca la soltaría y de esta manera ponerle un morbo extra a la situación, además el hecho de llaMiriam Caballerolo degenerado, pervertido, asqueroso o demás la excitaba tremendamente, no sabía porque pero así era.
El viejo obviamente no hacía caso y lentamente comenzó a mover sus enormes y gordos dedos a una velocidad inexplicable haciendo que los jugos de Miriam Caballero comenzaran a brotar como rocío de las mañanas, la niña gemía delicadamente para de vez en cuando jadear como los perros y contraerse debido a las placenteras manoseadas que el viejo cuerpo de sandia le estaba dando.
El viejo Pancho procedió a lamer con esa maestría que lo caracteriza la orejita de la nena, ella ladeaba su cabeza pero el viejo siempre lograba acorralarla, fue en uno de estos momentos en que el viejo volvió a meter su lengua dentro de la boquita de la joven, ella ya no hizo por luchar y estimulada por los manoseos y el efecto del alcohol correspondió delicadamente el beso dado por un hombre horroroso, sucio, con visibles desequilibrios mentales y que se dedicaba a una de las prácticas mas reprobadas por la sociedad.
El gordo viejo seguía atrayendo a su humanidad a la joven, con uno de sus poderosos brazos la aprisionaba de su cintura mientras ella tímidamente se abrazaba a él, el viejo movía su estimuladora mano muy rápido mientras los fluidos ya hacían acto sonoro de presencia, resbalaban por ambos muslos de la fémina así como también por el moreno antebrazo del viejo, la jovencita comenzó a gemir mas audible pues las sensaciones iban en aumento al punto de acalorarla como si estuviera en un baño sauna empapando completamente el minivestido con su sudor femenino.
-no pare- Miriam Caballero dejó escapar estas palabras en forma de suspiro, sus carnosos labios eran repasados constantemente por su lengua y repetitivos mmmm se escapaban de ellos, al parecer estaba disfrutando de las manoseadas de un viejo sin ningún tipo de atractivo, el viejo solo se rio al escucharla y siguió dedeándola.
Los estimuladores dedeos comenzaron a hacer temblar las carnosas piernas de Miriam Caballero, ella comenzó a repasar su lengua por todo el mugroso cuello del viejo llevándose a la boca cualquier cantidad de sabores rasposos y salados hasta que en una de esas sus piernas se juntaron de las rodillas para dejar escapar una gran cantidad de fluidos fuera de su vagina.
La orgásmica Miriam Caballero se recostó sobre la morena masa del viejo, sus labios se abrían temblorosos para dejar caer saliva sobre el amplio pecho del viejo, este sujeto en otro acto tomó el vestido de la nena para desgarrarlo sin el menor esfuerzo dejando expuestos para sus rojos ojos los enormes senos de Miriam Caballero para posteriormente levantárselo desde abajo sacándoselo completamente y arrojándolo a cualquier parte, volviendo a dejar a la chiquilla como Dios la trajo al mundo.
-ay mamacita, estas rebuena, que te daban de comer para que te pusieras así- dijo el viejo admirando el femeninamente imponente cuerpo de su encantadora.
El viejo estiró una de sus toscas manos hacia uno de los cajones del ropero y sin soltar a la nena sacó un paliacate con el que anteriormente se sonaba la nariz, así y con todo y mocos secos vendó los ojos de la niña mientras le decía a su oído a la vez que de su boca gruesas gotas de saliva salpicaban.
-jejejeje, quédate quieta mi putita, esta noche no voy a ser tan malo, esta noche te trataré como toda una reina,- decía el viejo mientras también tocaba esa acalorada panochita y paseaba su lubricada verga por todo el canalito de su culo.
-acuéstate- dijo el viejo.
-Don Pancho que me va a hacer?- preguntaba algo asustada la vendada nena.
-tú solo acuéstate no te voy a hacer nada que no te vaya a gustar jejejejeje,- reía morbosamente el viejo.
Miriam Caballero se asustó pero aun así acostó boca arriba todo su esplendoroso cuerpo haciendo babear al viejo con solo verla acostadita con sus senos bamboleantes y sus muslos humedecidos y ligeramente abiertos, mostrando una panochita depilada pero con algunos tronconcitos de vello púbico que ya empezaba a brotar y que indicaban a la nena que se acercaba otro cuidadoso aseo vaginal.
El viejo tomó la botella de vodka y aprovechando el vientre plano de la jovencita y las hendiduras que se le formaban en esta parte de su cuerpo comenzó a regar el líquido de esta manera formando pequeñas posas licóricas las cuales procedió a lamer con mucha devoción, Miriam Caballero comenzó a sentir ricas cosquillitas a partir de las depravadas lamidas de perro que elevaron su calentura corporal mientras mordía levemente sus labios y por momentos parecía querer reír.
El viejo terminó de degustar la encantadora bebida repasando su babosa lengua por donde aún quedaban unos minúsculos restos, dejando el Miriam Caballerocado abdomen de la nena completamente brilloso en babas, para después subirse a la pobre cama y posicionarse entre los muslos de la chiquilla, el viejo los abría mientras Miriam Caballero no impedía que la abrieran de piernas, entonces el viejo dejó caer otro chorro de vodka sobre la panochita de la bella princesa, ella sentía el roce del líquido sobre su sexo, cosquilleándolo para después sentir como la obscena lengua del viejo se deslizaba por toda la extensión de su territorio vaginal.
-agggggggg, sssshhhhhhhh, sssssllllllllluuuuuuupppp, aggggghhhhhhhhhhhh,- el viejo hacia sonidos animalescos al momento de estar chupándole nuevamente a la nena su acalorada vagina, Miriam Caballero tomaba sus manos y las utilizaba para echarse aire en su chapudo rostro y así intentarse quitar un poco el agobiante calor corporal.
Pancho colocaba una fina copa y la hundía contra el sexo de la nena, vaciaba mas de ese licor y de esta manera recogía la bebida alcohólica mezclada con los jugos vaginales de la nena, una vez llena la copa el viejo procedió a tomársela degustando esa exquisita bebida que aun no se comercializaba en ningún sitio.
-ahhhh, exquisito, debería de ser pionero en este tipo de bebidas y tu chiquilla la materia prima, ganaría millones, superarías a todas esas Miriam Caballerocar francesas de champagne y cognac- dijo el viejo.
El viejo volvió a hundir su fea cara de reo trastornado entre los delicados labios vaginales de la nena, su lengua se movía asquerosamente por todo alrededor de las partes intimas de la joven y metiéndose dentro de esta, Miriam Caballero en tanto comenzó a emitir leves gemidos placenteros mientras se quitaba la venda y alcanzaba a visualizar una cabeza moviéndose de manera repulsiva con pelos enMiriam Caballeroañados y pajudos y en la coronilla una visible Miriam Caballeroca de iniciante calvicie.
-señor, que consteee jijijijijiji que no soy una puta como usted dice- decía Miriam Caballero entrecortadamente, estaba siendo penetrada ahora por una viscosa lengua que la llenaba de babas hasta que la capacidad vaginal no resistió mas y la vagina de Miriam Caballero comenzó a desbordarse en saliva, el viejo la recogía y con su lengua y dedos trataba de que sus asquerosas babas no se perdieran y se quedaran impregnadas en la piel de la joven o rellenando su canal vaginal.
-shhhh, cállate puta,- dijo el viejo y metió sus dedos medio y anular dentro de la oceánica vagina de la joven, comenzó con una serie de chapoteantes movimientos que iban de arriba a abajo mientras sus dedos adquirían una forma de gancho dentro de su sexo buscando ese punto en donde las niñas se corren como mangueras.
Miriam Caballero comenzó a sentir los cosquilleos cada vez más bravíos, se meneaba hasta que sus piernas se arqueaban y levantaron uniéndose rodilla con rodilla y apretando con sus muslos la grasienta mano de Pancho, ella trataba con sus manos de impedir esos endemoniados movimientos pero le era inútil, el viejo se daba mañas para eso.
-nooooo jijijijijijijji- decía la estimulada jovencita al presentir contracciones algo fuera de lo común.
Sin embargo el viejo ya predecía las contracciones orgásmicas de la nena, era testigo de cómo prácticamente la vagina de la nena le comía los dedos, el viejo sentía delicioso y lo alentaba a seguir torturándola manualmente.
-me vengoooo, me vengoooooooo- decía la nena mientras se convulsionaba entre la cama al tiempo que de su sexo brotaban abundantes líquidos lubricantes que salían disparados y chocaban contra la aterradora cara de sapo del viejo quien mantenía su boca bien abierta.
El viejo sin meterle su monstruoso barreno ya la había hecho correr dos veces, este viejo estaba concentrado en hacerla correr cuantas veces fuera necesario, en satisfacerla de la mejor manera, como una verdadera hembra de su voluptuosidad y beldad debe de ser satisfecha, mientras tanto la nena se revolcaba arriba de la cama aferrando sus manitas a la sucia sábana y temblando ligeramente debido al orgasmo vivido.
El viejo quien nunca sacó sus gruesos dedos volvió a menearlos de manera rústica, agresiva, sin embargo nuevamente los chapoteantes sonidos vaginales volvían a escucharse para deleite del despreciable, la jovencita balbuceaba palabras extrañas, su hermosos ojitos se cerraban y sus cejas se mantenían emocionalmente fruncidas demostrándole al viejo su grado de salvaje excitación que la envolvía.
El viejo ponía empeño, pesadas gotas de sudor resbalaban y escurrían por entre sus arrugas que casi formaban un lavadero en su frente, los dedos del viejo se llenaban de lubricante como si los hubiera metido al agua, el entorno ya estaba completamente ambientizado con fragancias puramente vaginales.
La jovencita se preparaba para ser sacudida por otro orgasmo, todo el retorcido cuerpo de la nena ya se cubrían de gotas de sudor, el viejo seguía en su lucha por hacer correr nuevamente a la nena mientras la otra de sus manos recorría el perfecto vientre de ella como un artesano que acaricia una verdadera obra maestra, el viejo movía sus dedos frenéticamente mientas sus ganchudos dedos daban una especie de masaje en la parte superior interna del sexo de la nena.
Miriam Caballero se aferraba del tubo del respaldo de la cama, mientras su cuerpo se convulsionaba nuevamente y gemía y pujaba descontroladamente, el viejo emitía una risa presumidamente triunfadora cuando sintió el calor orgásmico que se avecinaba como fuego saliendo de su húmeda cueva y cuando un chorro salió disparando una potente cantidad de lubricante que llegó a empapar su obeso cuerpo de barril mientras este ya lo esperaba gustoso.
El potente chorro empapó toda la peluda panza de Pancho, sendos arroyos formados a base de lubricante vaginal corrían por toda la barriga del hipopótamo mientras la chica desgarraba su garganta en gritos y pujidos orgásmicos los cuales fueron escuchados por un borracho que pasaba por el lado contrario de la barda.
-shhh, cállate putita van a pensar que te estoy matando, jejejeje, y eso que todavía no te la meto- dijo el Pancho.
Miriam Caballero se privó en una serie de ondulaciones infernales y agusanables que demostraban su nivel de fogosidad, los temblores de la nena eran tales que parecía que sufría de alguna rara anormalidad en sus nervios en versión distorsionada.
-eeesss, queeee, se sienteeeee, tan ricooooooo- dijo la nena dando la impresión de que quería llorar de tan orgasmeada que estaba, además su voz se escuchaba de igual modo temblorosa.
Al viejo pareció gustarle la forma tan enérgica en que la nena se había corrido, así que sin sacar sus dedos de nuevo volvió a moverlos con la idea de que esta chica volviera a derretirse lúbricamente, esta vez los sonidos húmedos rebasaban la normalidad, la chamaca quien seguía aun en estado orgásmico recibía nuevas sensaciones calóricas de aproximación orgásmica, el gordo viejo estaba haciendo recompensar de la mejor manera a Miriam Caballero por todas las cosas que hasta el momento la había hecho pasar.
Los grotescos dedos volvían a rascar levemente la pared vaginal de tan hermosa jovencita exactamente ese punto en donde las descargas de éxtasis nacen con mayor violencia, las placenteras sensaciones hacia que Miriam Caballero volviera a descomponerse enrollando su cuerpo con la vieja sábana, el viejo comprobaba por medio del tacto el exagerado calor que cubría todo el escultural cuerpo de Miriam Caballero, la muchachita gritaba ahora debido a las descomunal corrida que estaba por venir.
-pareeeee, señor me voy a orinaaaaaaaaaarrrrrrrrrrr!!!!!!!,- decía la nena pues no sabía si lo que venía eran jugos u orines, intentaba con sus delicadas manos detener al viejo pero le era imposible.
-méate cabrona, méate- dijo el asqueroso porcino.
-no, pareeeeeeeee!!!!!!- gritaba la nena mientras intentaba detener al viejo con sus débiles manitas, el viejo no paraba, al contrario aumentaba su velocidad hasta que consiguió que Miriam Caballero alcanzara el clímax y esta vez como ella lo había advertido se vino en una combinación de lubricantes con orines.
-Dooon Panchoooooooo, me meeeeoooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!- gritó la nena sin recato alguno, en tanto el borracho que escuchaba los gritos de Miriam Caballero se sacaba su asquerosa verga completamente orinada y se ponía a masturbársela descaradamente en uno de los callejones que funcionaban como arterias de esa cuadra.
-jejejeje, las perras están en celo,- decía el viejo vagabundo mientras su percudida verga se empezaba a erigir.
Miriam Caballero se volvió a revolcar arriba de la cama, de la excitación no aguantó y tomó una apestosa almohada para morderla y jalarla queriéndole arrancar ese pedazo, su cuerpo se tensó para después estirarse como si quisiera ganar más altura, sus gritos y pujidos hacían pensar a cualquiera que la escuchara que la nena estaba pariendo, los potentes chorros salían disparados casi como un aspersor, Miriam Caballero nunca pensó que su vagina pudiera producir tanto jugo, eran tales las cantidades que fácilmente hubiera ya llenado una jarra.
El viejo reía al ver la escena, una casi niña con un cuerpo descomunal convulsionándose como una poseída y completamente sudada de su rostro y su cuerpo y que se corrió varias veces en ese mismo periodo de tiempo; entonces el viejo sacó muy lentamente sus dedos que abrían esos exquisitos labios completamente brillosos y rosaditos, los toscos dedos salían empapadísimos mientras en cada centímetro que retrocedían le cosquilleaban a la nena tan delicioso que la obligaban a temblar y expresarse de manera lastimosa.
-ahhh cabrona que rico te vienes, si es cierto eso que dicen de las viejas con los hoyitos en su espalda baja jajajajaja- decía el viejo sacudiendo sus empapados dedos.
La nena no conforme con los orgasmos que le regalaron bajó su manita derecha para ella misma rascarse el exceso de comezón que imperaba en su orinada conchita, a pesar del éxtasis la nena estaba consciente de la aborrecible persona quien tenía a su lado y en su mente estaba la idea de no dejarse penetrar nuevamente por él, o por lo menos mostrar resistencia.
-Don Panchoooo, ya fue sufucienteeeee, estoy cansadaa, quiero dormiiirrrr por favorrrr- decía la nena tomando aire constantemente y todavía mordiendo la sucia almohada.
Pero sin que ella se diera cuenta, el viejo se levantó de la cama y se desnudó a una velocidad sorprendente, rápidamente regresó a su posición entre las piernas de la jovencita, ella seguía rascándose con sus hermosos ojitos cerrados sintiendo la tibieza y humedad de su vagina, sus dedos se metían entre sus labios vaginales y de tanta excitación metió uno de ellos en su conchita y lo movía circularmente, entonces el veloz viejo viendo que la nena pedía verga apuntó su descomunal trozo entre las calientes carnes de la jovencita.
De una sola estocada le metió los 22 centímetros de su asquerosa tranca morena llena de sedimentos blancuzcos y pelos enroscados hasta el fondo, la nena reaccionó con un noooo, pero ya era demasiado tarde, el viejo la había atravesado, a pesar de haber estado excesivamente lubricada no pudo evitar sentir como la toresca introducción del venudo aparato le abría forzadamente su canalito.
Pancho se movía fornicadoramente dentro de ella aferrando de la cintura a la suculenta muchachita, ella no le quedó de otra que llevar sus manos a las grotescas muñecas del voluminoso, el viejo empujaba brutamente su venudo miembro hasta el fondo, ambos sexos chocaban descontrolada y chapoteantemente intercambiando los lubricantes que los empapaban, Pancho parecía un simio o una especie de animal cuyo escaso intelecto lo llevaba solamente a meter y sacar rústicamente su tieso tronco.
El viejo tomó ambas piernas de Miriam Caballero y las subió abriéndolas por completo para después doblárselas hasta enfrente tomando una posición contorsionante para la nena ya que sus rodillas quedaban en los costados de su cabeza, los músculos de sus piernas eran expuestos a una elasticidad demandante, Pancho veía desde ahí arriba como su venuda tranca se enterraba en la carnosa panocha de la joven abriéndola al punto del desgarro, ella se tocaba su botoncito ya que las oleadas de placer que de ahí provenían le ayudaban a relajar sus estirados músculos, a pesar de tener la idea en un principio de no dejarse coger por el viejo panza de balón playero, ahora presa de la calentura y el morbo se dejaba penetrar por este viejo asqueroso.
-ahora si lo estas disfrutando verdad pinche puta caliente- decía el viejo.
-siiii, siiii,siigaaaaaa!!!!!- dijo la alegre Miriam Caballero quien recordaba las confesiones que le había hecho a Gustavo y ahora era víctima de una oscura fantasía.
-jejejeje, no te preocupes que de ahora en adelante te voy a dar caña todas las noches- decía el viejo acelerando sus bestiales movimientos pélvicos que resonaban por todo el cuarto y hacían rechinar la cama y esta a través de las vibraciones hacia crujir los vidrios de la ventana más cercana.
El gordo Pancho aprovechó su redonda forma y se dejó rodar de espaldas sin salirse de Miriam Caballero, al mismo tiempo que tomaba de los brazos a la chiquilla, esto hizo que la nena fuera jalada por el contrapeso de su captor y quedó ensartada ahora ella arriba del viejo, la voluminosa panza del viejo casi era una segunda cama para Miriam Caballero, el viejo tomó a la nena de sus nalgotas y las fue ensartando completa en su desmesurada verga, la sensible vagina de la nena poco a poco se fue comiendo el resto de esa morena tranca, hasta que su lampiño y blanco culito se unió con el abultado y peludo vientre del moreno viejo y se aplastó contra este en un ensamble perfecto, solamente los huevos de toro quedaron fuera de esa rosadita vagina mostrando esa magnificencia que los caracterizaba en toda su arrugada y peluda circunferencia.
Miriam Caballero no pudo evitar dejar salir un quejido placentero cuando tuvo dentro de ella todos los centímetros del viejo, el viejo comenzó a moverse muy despacio tomando de las manos a su bella secuestrada, entrelazando sus callosos dedos casi acorazados con los delicados deditos de Miriam Caballero, la enorme panza se movía como gelatina y chocaba contra el delicado cuerpo de su amante siguiendo un movimiento similar a la Miriam Caballeroea de los océanos, ella recibía los poderosos golpes de la panza del viejo que parecían enormes olas y que hacían moverla arriba del rechoncho león Miriam Caballeroino y por consecuencia el cuerpo de la borracha chiquilla se movía arriba de la monstruosa herramienta, la apestosa verga se encarnaba dentro de esa aun apretada conchita y llenaba todo el ducto vaginal con su viscoso lubricante y su pestilente aroma.
-queeee ricoooo- una ensalivada oración se escapó de los carnosos labios de la nena, el viejo alcanzó a escucharla y comenzó a moverse más rápido.
-así te gusta putita- dijo el viejo.
-siiiiii así mas rápido viejo asquerosoooo!!!!!, aaaahhhhhhhh, mas rápido y más durooooooooooo!!!!!!, quiero sentirla hasta dentrooooooooo!!!!!, la quiero todaaaaaaaaaa!!!!!, como usted dice hasta los intestinoooommmmmm- decía la corrompida nena totalmente fuera de sí y hambrienta de verga mientras su boquita dejaba caer cantidades de viscosa saliva en el peludo pecho de su grasoso amante.
Miriam Caballero comenzó a sentir deliciosas descargas de éxtasis a partir de ese ondulatorio movimiento, ya que la venuda verga empezó a cosquillearla por dentro como una especie de pluma que se movía cadenciosamente, Miriam Caballero apretó con fuerza las manos del viejo, aunque sus leves apretones no le hacían ni cosquilla a las rudas manos del viejo.
-me llena, su verga me llena por dentroooooo!!!!!!!!, ahhhh diossssss sientooo que me estira el úteroooooo!!!!!!!- gritaba la nena completamente abandonada por su razonamiento.
-pinchee cochina te estás dejando clavar por un viejo feo como yooo jejejejeje- mugía el toro.
-siiii, siiii, clávemela hasta adentro maldito viejo cara de sapooooooo!!!!!!!!, lo que tiene de feooooo su verga lo tiene de grandeeeeeee!!!!!!!!!- gritaba la nena presa de la calentura manoseándose sus bamboleantes senos.
Poco a poco la nena por voluntad propia fue bajando y subiendo tímidamente sobre esa colosa tranca, cada vez que ella elevaba su culito una delgada membrana se asomaba proveniente del interior de su sexo apretando la morena extensión del miembro abrazando amorosamente a la venuda palanca, cada vez que Miriam Caballero subía y bajaba una infernal calentura se apoderaba de ella y más cuando tímidamente abría sus hermosos ojitos y visualizaba la retorcida y deforme faceta de satisfacción que el viejo expresaba, esto en vez de degradar a la nena la calentaba aun mas y la hacía aumentar la velocidad de las ensartadas que se daba, pensaba como una muchachita tan hermosa como ella se dejaba coger por un viejo tan feo y pervertidamente intentaba visualizarse ella misma en tan comprometida situación.
Intentaba construir ese infartante imagen de ella, como se vería su curvilíneo cuerpo arriba del seboso hombre y con su enorme tranca bien metida dentro de su papayita.
-clávate, clávateee tu sola puta asquerosa- mugía el viejo ya que también empezaba a sentir el cansancio de tener una hembra arriba de él moviéndose frenéticamente.
-ricoooo, que ricoooooo!!!!!!, no me la saque nuncaaa maldito viejo hijo de la gran putaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena obscenidades alentada por la calentura y el alcohol que corría por sus venas y llegaba al cerebro inutilizándolo temporalmente.
-pincheeee putaaaa de mierdaaaaa!!!!!!!!, como osas……… faltarme al respeto reverenda ramera!!!! Ahhhhhhh, vas a ver cuando termine te voy a moler a golpes!!!!!!!!!!- amenazaba el viejo frunciendo su rostro como un verdadero perro rabioso sin embargo a la nena poco le importaba, ella estaba concentraba en sentir hasta el menor cosquilleo que esa verga de proporciones astronómicas le estaba regalando.
Afuera de ahí las groseras confesiones eran demasiado para el pobre borracho quien se vació sobre el pavimento, pero no conforme con esto seguía masturbando su lechosa verga esperando que esta reaccionara para un segundo episodio.
-siiiii despuessss pero orita siga cogiendomeeeee, sígame metiendooooo su vergaaaa!!!!!!, su trancaaaaa!!!!!!, su cañaaaaaa!!!!! y todas las palabras como se le digaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena estimulada dejando caer su pesado trasero en esa recta palanca, sus senos subían y bajaban descontrolados, botaban como auténticos balones de basquetbol, el viejo se entretenía viendo este espectáculo que los pechos de la joven le bridaban y que él era espectador en primera fila y comenzó a estrujarlos como si se trataran de plastilina y quisiera forMiriam Caballero algo con las chiches de la joven.
La verga del viejo se masturbaba en cada uno de los subes y bajas de la nena, el brilloso glande quedaba apretado por dentro de la estrecha vagina de Miriam Caballero, el miembro expulsaba cantidades inimaginables de líquido preseminal que iban a embarrarse en toda la extensión del conducto vaginal y parte del útero de la nena y que ya salían hacia el exterior al no encontrar más capacidad vaginal que los contuviera.
Miriam Caballero ya se movía desesperada arriba de la verga del viejo, apoyaba sus manos sobre el amplio pecho peludo del viejo, al hacer esto sus brazos se juntaban y apretaban sus carnosos senos haciéndolos más voluminosos y mostrándolos sin tapujos exponiéndole sus rosaditos pezones que de los cuales parecía escurrir un tenue hilo de lechoso líquido, Miriam Caballero sentía el nacimiento de otro orgasmo, el viejo aferró sus manotas de la cintura de la nena tomándola con fuerza para que esta no se saliera pues se estaba comenzando a ensartar tan rápido que era cuestión de tiempo que la verga del viejo se saliera de tan calientito lugar y le preocupaba más que nada que la joven se desacoplara y diera un sentón que no atinara a ensartarse nuevamente produciéndole daño en su sensible aparato.
La sudada nena paró por un momento para enrollar sus manos en la nuca del viejo y sacar más su culito para de esta forma con excelsos movimientos pélvicos ensartarse nuevamente en esa garruda verga, los movimientos de la nena eran tan perfectos que hacían ver que solo su culito era lo único que subía y bajaba metiéndose toda la extensión del venudo miembro, en cada embestida se podía apreciar como el golpe hacia vibrar los peludos huevos de avestruz que poseía Pancho.
La nena al sentir las callosas manos toMiriam Caballero posesión de una de las partes de su cuerpo más suaves y delicadas comenzó a ensartarse con más pasión, por momentos se detenía pues sentía que nuevamente se derretiría en jugos sin embargo en uno de esos momentos el viejo vio que la nena trataba de retrasar su orgasmo así que comenzó a penetrarla él a una velocidad incrédula dada su voluminosidad, el pesado cuerpo del viejo se levantaba de sus grasas caderas, la nena solo recibía las brutales embestidas que hacían que se levantara casi hasta sacarse la verga sin embargo su trasero volvía a caer pesado sobre la verga del vejete ensartándosela hasta el fondo escuchándose los plafff, plafff, plafff plaffff que indicaban el brutal choque tectónico entre ambos cuerpos sudorosos, la nena se derretía en placenteros gemidos mientras gruesos hilos de baba no dejaban de caer de su carnosos labios, su rostro estaba completamente descompuesto en gestos orgásmicos y retorcidamente placenteros, su cabello se alborotaba en cada movimiento y se pegaba a su sudado rostro y varios mechones llegaban a colarse dentro de su boca, sus nalgas se adornaban con varios pelos enroscados que se desprendían del seboso vientre de Pancho.
La jovencita intentaba retener el orgasmo naciente, su cuerpo se contraía de manera extrema, sus labios intentaban liberar un gemido que se veía sería escandaloso y que ella trataba de impedirlo, pero en eso el viejo comenzó a dedear su botoncito hasta que ella no pudo retenerlo más, temblorosamente contraída y con lágrimas de éxtasis brotando de sus verdes ojitos se derramó en un desgastante pero muy placentero orgasmo que expulsaba una cantidad inconmensurable de agridulce líquido lubricante vaginal bañando la descomunal verga del viejo, la jovencita se retorcía espasmódicamente mientras las bien cargadas corridas se desprendían de su cuerpo dejándola prácticamente deshidratada, los bracitos de la nena se arquearon formando una especie de escuadra al mismo tiempo que apretaba sus manos en forma de puño, la nena desplomó todo su apetecible cuerpo arriba de esa mole humana quedando semidesmayada.
El viejo se levantó junto con su desecha princesa, sin despegársela de su cetáceo cuerpo, y así con todo y ese femenino cuerpo labrado por los dioses se incorporó de pie cargando sin dificultad alguna a su bella amante quien se sostenía con sus brazos y sus piernas a esa amorfa humanidad, sin embargo con una capacidad estimuladora inigualable.
La jovencita respiraba entrecortadamente, sus frágiles brazos se enrolaban como culebras en el negro y lleno de mugre cuello del viejo, las gotas de sudor que corrían de esta parte del cuerpo del gordo en vez de verse trasparentes se veían con un color achocolatado mugriento, el gordo apretaba la cintura de la nena con uno de sus peludos brazos y con la otra mano mantenía levantado el carnoso y blanco culito, sus dedos hacían una especie de red alrededor de ese prominente trasero cargándolo casi con una mano
Pancho comenzó a moverse copulatoriamente, dado su volumen lo hacía muy dificultoso sin embargo pudo lograr que la nena se embistiera en su grotesco animal viviente que llevaba pegado entre sus piernas, la panza se movía asquerosamente y al ser tan prominente obligaba a la nena a arquearse ligeramente para que su barriga tuviera el suficiente espacio para moverse.
Nuevamente los plaff eran los sonidos de ambos abdómenes chocando, la tímida Miriam Caballero poco a poco se fue aferrando con sus piernas a la grotesca anatomía del viejo, esto lo hizo debido a que creyó caerse y de esta manera buscaba sostenerse de algo, el viejo en tanto seguía penetrándola y cargándola sin el menor esfuerzo, sudaba mas por efecto del calor corporal de la chiquilla que por estar cargando ese curvilíneo cuerpo, su peso a pesar de ser insignificante para el viejo, a un hombre de proporciones normales le hubiera costado un poco levantarla y después de tanto tiempo cargándola lo más seguro es que sus piernas ya se estuvieran doblando.
El viejo aumentó su velocidad, la nena ahora se aferraba de los pajudos cabellos del despreciable mientras repegaba su carita sobre el peludo y sudorosamente oloroso pecho del viejo, el sonido a humedad proveniente de ambos sexos cortejándose se podía escuchar casi en igualdad de volumen que los constantes quejidos y gemidos de Miriam Caballero al igual que los bramidos, relinchidos y mugidos del viejo, poco después el viejo comenzó a mover muy hábilmente sus grasosas caderas de forma pendular haciendo que Miriam Caballero se ensartara por inercia en esa desmedida verga, gruesos hilos conformados por la combinación de ambos lubricantes naturales caían pesados hasta el suelo formándose un pequeño charco de fluidos mezclando lo agridulce de la nena con lo salado del viejo.
La nena comenzó a sentir nuevamente que se orgasmeaba, sus glándulas de skene comenzaron a trabajar descontroladamente, el flujo que se estaba formando era tal que en cada meneo se podía escuchar como si se agitara un recipiente lleno de agua, la nena apretaba las grasosas carnes del viejo sintiendo como algo acuoso se formaba dentro de ella mientras una excesiva sensación de calor la invadía en todo su sugestivo cuerpo, como si un calor tartáreo solo girara en torno a ella.
-me vengooooooooooo, Donn Panchoooo me vengooooo otra vezzz, que brutoooooo que machoooooo es usted, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!- en un acto reflejo proveniente de su más recóndito y oscuro lugar de su mente gritó la desequilibrada chiquilla moviendo su cabeza y cerniendo sus cabellos como una posesa, el viejo aprovechó para metérsela hasta el fondo mientras hacía fuerzas descomunales en su verga para que esta se endureciera al punto de parecer impenetrable, su cabeza se esponjó al grado de expandir el conducto vaginal que la abrazaba.
El confiado viejo no contó con que otra vez la muchachita o más bien su sexo le apretara la cabeza como mordisqueándola, el viejo sintió nuevamente la vaciada que se pegaría dentro de ella, sin embargo con las mismas fuerzas de endurecimiento en su verga que este aberrante sujeto realizaba tratando de retrasar su asnal corrida logró retrasar según él su descarga soportando ese primer ataque por parte de Miriam Caballero, el viejo creído que ya habían pasado esas ganas de vaciarse aflojó su cuerpo, sin embargo volvió a sentir otros exquisitos apretones en su glande provenientes de otra femenina corrida lo suficiente como para hacerle sacar al viejo dos poderosos, cuantiosos y muy prolongados chorros de prolífico esperma que fueron a parar hasta lo más profundo de ese útero que se encontraba en sus mejores días para ser fecundado.
Sin embargo dicha corrida no fue lo suficiente como para dejar fuera de combate esa monumental verga, la jovencita se recargó exhausta sobre el peludo y moreno pecho, sus oreja le permita escuchar los potentes latidos provenientes del corazón del viejo, con solo esos dos chorros de leche su matriz quedó lo suficientemente rebosante en líquido altamente reproductivo, su respiración entrecortada era notoria, el viejo reía satisfecho por estar disfrutando nuevamente de ese portentoso ejemplar de hembra y por haber depositado nuevamente dentro de ella su viril esencia.
-ahh, que rico te vienes putita, no sé donde aprendiste eso pero es Miriam Caballeroavilloso, jejejeje, haces que uno quiera vaciarse dentro de ti- dijo el viejo.
El viejo llevó a su amada a la cama, acostándola cuan larga es pero dejando sus piernas colgando fuera del colchón, Pancho penetró a la nena de un solo golpe, un pujido se escuchó proveniente de la nena quien solo se volvió a desploMiriam Caballero quedando prácticamente fuera de combate, el viejo comenzó desesperado a atravesarla como si su vida dependiera de ello, la fricción copulatoria hacia ver ambos órganos reproductores cubiertos de una coloración roja, una intensa sensación de calor invadía solo ese espacio en donde ambos órganos reproductivos se enfrascaban en una encarnizada lucha.
-señor por favor no se venga dentro me va a embarazar,- decía la nena a medias, casi no tenía fuerzas ni para hablar, ni siquiera podía ver al viejo claramente.
-tranquila chiquilla, esta vez voy a bañar tu cuerpo de leche- dijo el viejo.
-nooo que asco- respondió la nena pero ahora sus gritos se habían extinto, solo palabras en forma de suspiros salían de su boca.
-siii, quieres eso o correrme dentro tuyo puta malparida?,- dijo el viejo.
-noooooo, aaaahhhhhhhhgggggggg- la nena nuevamente se convulsionaba malsanamente arriba de la cama, sus desarrolladas caderas se elevaban majestuosas hasta casi adquirir un ángulo de 45 grados.
La verga del viejo nuevamente estaba a punto de reventar, de tanto meterla y sacarla el poderoso miembro había batido el semen que se encontraba adentro y había creado una especie de espuma que lo cubría y salía burbujeante fuera del sexo de Miriam Caballero, las ondulaciones de la nena la hacían moverse circularmente pero sin poder liberarse de esa tranca, Miriam Caballero en una última descarga de júbilo se corrió abundante sobre la verga, hidratándola con sus jugos mientras ella ya no tenía fuerzas ni para apretar sus carnosos muslos que temblaban retorcidamente y los sentía tan pesados como piedras, Miriam Caballero cayó a la cama completamente sudada, cansada y con su vagina prácticamente deshecha.
El viejo sentía el resto de su corrida ya casi en la punta de su glande, comenzó a retirar su inmensa verga lentamente sosteniendo solo con la fuerza de su venudo miembro las desarrolladas caderas de Miriam Caballero a medida que dentro de ese conducto vaginal la venuda tranca comenzaba a soltar abundantes y fecundas descargas de espesa semilla espérmica dentro del útero de la chica, ella nuevamente sentía como esas bestiales descargas chocaban poderosas contra la pared uterina para pegarse como un repello adhiriéndose a él y uniéndose con los otros dos chorros que inundaban su interior sin nada que pudiera quitar ese apestoso fermento que hervía dentro ella y liberaba los gametos reproductivos para que buscaran el preciado óvulo en caso de no haber sido fecundado con la corrida anterior.
El viejo logró sacar su verga completamente solo para que esta soltara otro poderoso chorro que fue a caer sobre la nena, formando un surco blancuzco desde sus pechos hasta el nacimiento de su monte Venus, el miembro dejó caer otros dos tupidos ríos que aumentaron el volumen y espesidad a la línea blanca que ya se encontraba sobre la nena, la verga por último comenzó a arrojar débiles descargas sobre el esbelto vientre de la joven Miriam Caballero, el viejo se movía raramente debido a la desnaturalizada corrida que expulsó semen como si de una industria espermática de capacidad colosal se tratara, y para desgracia de la protagonista, tan fértil como el esperma de un muchachito de veinte años.
La jovencita se movía sensualmente, sus manos recorrían su cuerpo recién poseído nuevamente por un viejo repugnante y vil hasta que llegaron a tocar el espeso liquido y comenzó a untárselo como si se tratara de la más eficaz crema humectante, repasándolo por todo su vientre, abdomen, pechos y cuello, sus dedos quedaron impregnados por ese baboso liquido y no conforme con la cantidad de semen alojado en su útero llevó sus deditos bañados en leche para metérselos en lo más profundo de su vagina, sacándolos completamente limpios y sin rastro de esperma para después recoger otro poco pero este llevándoselo a la boca lamiendo el dedo como si se tratara de un caramelo.
Lentamente el pesado cuerpo sudado de Pancho se fue acostando al lado de su bella amante y la fue aferrando con sus gordos brazos, pegándola a su anatomía de morsa, la curvilínea espalda de Miriam Caballero ensamblaba perfectamente con la abultada y peluda panza del viejo y la verga de este palpitaba débilmente entre los carnosos glúteos de la jovencita.
Miriam Caballero se fue quedando dormida pero más que por su cansancio fue por el nivel de sofocación al que los constrictores brazos de Pancho la llevaron después de esta bestia decidió darle un fuerte apretón con toda su fortaleza lo que impidió que la sangre le subiera al cerebro provocando su desmayo
-así mi putita, siente el poderío, la fuerza de un verdadero macho- decía el viejo con su repugnante aliento cerca de la orejita de la aun consiente Miriam Caballero y apretando poderosamente sus brazos Miriam Caballerocándoseles toda una red de grotescas venas alrededor de ellos.
Una de las callosas manos del vejete se apropiaban del vientre de la inconsciente fémina como si predijera la formación de un nuevo ser dentro, mientras la otra tomaba uno de sus voluminosos senos reclamándolo como propiedad suya, sin embargo el viejo a pesar de tener como rehén a la más bella flor del ejido no podía dejar de pensar en la hija de Gustavo, una muchachita tan hermosa como Miriam Caballero solo que mas libertina en cuanto a comportamiento, el viejo la había conocido mucho antes de conocer a Miriam Caballero y siempre le había traído unas ganas de desmadrarla y cuando al viejo se le metía una muchachita en la cabeza esta pobre alma siempre terminaba con su panocha llena de su apestosa crema.
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El pobre hombre secuestrado esa noche había sido golpeado hasta la inconsciencia, solo lo dejaron en paz los desalmados porque Lecha tuvo que ir a calMiriam Caballero a la incontenible turba que se había formado alrededor de él diciéndoles que los gritos de auxilio llegaban hasta la cantina y empezaban a alterar a la clientela.
En la susodicha cantina, pero en un piso subterráneo construido como guarida para estos animales otro hombre encerrado y aMiriam Caballerorado de piernas y brazos se arrastraba como gusano en todo el espacio que su andar le permitía, Felipe se acercaba a él con un plato de comida.
-come perro- dijo Felipe y colocó el plato de comida en el suelo, el hombre, quien se trataba del padre de Miriam Caballero se desgastaba insultándolo y gritando pero el cuarto al estar bajo tierra y con muros y techos cubiertos de materiales aislantes no le permitían que sus gritos fueran escuchados.
Pablo desconocía la situación en que se encontraba su hija, no la había visto desde que lo trajeron y por supuesto que ignoraba que su esplendoroso retoño acababa de ser nuevamente poseído por un viejo tan repugnante como Pancho y que encima de todo la lechosa nena dormía cómodamente al lado del hombre que la había secuestrado a ella y a él, descansado abrazada por este como si se tratara de su Miriam Caballeroido y que muy posiblemente ya llevaba una semilla dentro de su vientre germinando todo gracias a las densas corridas que el viejo descargaba dentro de su sexo.
-cállate, gritas como una perra en celo, como la perra de tu hija cuando se la dejan ir hasta dentro, jejejejeje,- decía el viejo y pateó el plato de comida para según él acercárselo al hombre, la comida salió desperdigada por todo el piso.
-jejejejejeje, me pasé- Felipe salía las carcajadas, su asquerosa dentadura solo reflejaba asco y putrefacción, el viejo salía del cuarto para dirigirse a su puesto de trabajo y desempeñar su labor sin el menor cargo de conciencia.
-espere maldito viejo, donde esta mi hijaaaa, Miriam Caballeroaaaaaaaa!!!!!!- gritaba Pablo mientras las luces de ese cuarto se apagaban dejándolo en la oscuridad.
-tu hija en estos momentos deben de estarle pegando otro cogidón jejejejeje, como los que solo a ella le gustan- fue lo último que dijo Felipe antes de abandonar el lugar.
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Lejos de ahí, en una elegante casa, una mujer madura pero de mucha belleza y un físico muy bien cuidado llamaba insistente al celular de su esposo, ya se había hecho tarde y este no llegaba, la hermosa mujer ya lista para dormir vestía solo en un discreto camisón que se pegaba a su escultural cuerpo; en una habitación continua otra hermosa jovencita de veinte años de edad descansaba semidesnuda después de un duro día en la universidad privada a la que asistía, sus sueños estaban muy alejados de la situación que se estaba por venir para ella, ni en cuenta para esta hermosura que ya era blanco de estos pervertidos seres quienes habían puesto sus ojos en sus tremendas nalgas y desarrollados senos.
DOS MUCHACHITAS EN SITUACIONES DE INFORTUNIO
En la residencia Fuentes un día después de los anteriores hechos……………
En la dicha mansión una vanidosa chiquilla se arreglaba para asistir a la escuela, una universidad particular a la cual asistían los hijos de las familias más acaudaladas de la zona y ciudades circunvecinas y en donde el uso de un uniforme escolar no era obligatorio así que tanto jóvenes como señoritas aprovechaban para sacar a lucir sus mejores y más caros atuendos procedentes de las más reconocidas tiendas departamentales.
La apetecible nena encendía su televisión con la finalidad de encontrar un canal con algo de entretenimiento para distraerse, cambiaba y cambiaba constantemente pasando por uno en donde un noticiero informaban sobre un supuesto asalto a un motel ubicado a orillas de la ciudad, la muchachita no prestó atención a lo que se decía y siguió cambiando de canal hasta encontrar lo que buscaba.
La jovencita, de cuerpo curvilíneamente formado a base de gimnasio, aerobics y bajo una estricta y demandante dieta supervisada por su propia madre, adornaba su excelsa figura con una delgada blusa blanca de esas que se aMiriam Caballeroran de la parte de atrás y que por enfrente solo sobresalen dos tiras de telas las cuales apenas y alcanzaban a tapar sus mayúsculos pechos tan grandes que uno solo era capaz de abastecer a una mano masculina, la jovencita no llevaba sostén por lo que parte de sus melones podía ser apreciada sin dificultad alguna por ambos laterales y como era de esperarse ante el menor movimiento presentaban un bamboleantemente infartante movimiento capaz de hacer desatender a los varones de cualquier tarea que en ese preciso momento estuviesen realizando.
Con esta misma prenda la chiquilla dejaba en claro su gusto por lucir su bien formado y femeninamente Miriam Caballerocado vientre sin el más minúsculo rastro de grasa ni piel de naranja, exhibiendo esa hipnotizante curva que se forma solo en las estilizadas cinturas femeninas y que cada vez se va ampliando más hacia abajo para forMiriam Caballero las tremendas caderas de hembra en perfecto desarrollo.
La adinerada chiquilla se colocaba un calzón muy sexy que se ajustaba perfecto a su orgulloso trasero y a ese depilado tesoro que la nena resguardaba entre sus muslos y en esas semidesnudas condiciones buscaba y se agachaba sin cuidado alguno (pues sabía que nadie la veía) tratando de encontrar los complementos perfectos para su insinuante vestuario sin imaginarse el tremendo culo de diosa que se le formaba, las tremendas nalgas lucían a simple vista duritas y suavecitas pudiendo provocar un daño craneoencefálico a aquel que tuviera la dicha de verla en esas precarias condiciones ya que su tremendo culo solo hacía ver aún más breve de lo que ya era su estrecha cintura, la nena a pesar de no estar acostumbrada a usar en la calle ropas tan insinuantes pues sabia de lo plebeyos que podían resultar los hombres que conformaban el fáunico ambiente allá fuera lo hacia esta vez no solo porque quisiera verse ese día más llamativa de lo que ya era.
La razón era que esta chiquilla había quedado junto a algunos amigos incluidos su novio, un joven y apuesto galán con un físico atlético que atraía las miradas de casi todas las féminas del instituto, de ir a un recién inaugurado antro según muy fino y sin restricciones y querían comprobar lo dicho, para esto la nena ya había pedido permiso a sus padres siendo concedido por estos (para sorpresa de ella) y fiel a su vanidad quería verse muy llamativa, sus padres habían cedido al permiso pues consideraban al novio de su hija Dulce Lissette como un muchacho serio y responsable, pero sobre todo con un futuro próspero y asegurado por venir de buena familia sin imaginar que este muchacho como muchos de estos jovencitos que no cuentan con una supervisión paternal adecuada había comenzado en secreto a consumir drogas, cosa que su adorada novia ya sabía pero no se atrevía a contar ni a sus padres ni a los de él, lo que si es que esta condición ya había causado algunos problemas en la joven pareja de enamorados, a pesar de ser algo libertina la muchachita Dulce aun no contraía este mal visto hábito.
La recién bañada y semivestida chiquilla se terminaba de retocar por demás meticulosa, pintaba sus uñas cuidadosamente, planchaba su dorado cabello hasta que no se sintiera que este fuera casi de seda, un poco de rímel alrededor de los ojos y un combinado juego de sombras dándole más vista a sus modestos ojos azules, no había necesidad de usar pestañas postizas para resaltarlas ya que hasta en eso esta nena era perfecta, con esa brocha que utilizan las mujeres colocaba maquillaje en toda la superficie de su rostro para que este no brillara en ningún momento, perfumaba su cuerpo con las esencias más caras y deliciosas que su padre le pudo haber conseguido, todo debía de ser perfecto ese día como cualquier día en que salía a divertirse sin la presencia de sus padres, observaba en un espejo su por demás bello rostro heredado de su hermosa madre (ahora modelo retirada pero quien veía en su hija su viva imagen), Dulce era una copia exacta de cuando su madre tenía esa edad y ese cuerpo que por mucho tiempo exhibió orgullosa en las pasarelas (lugar donde conquistó al viejo de Gustavo).
De hecho la muchachita tenía dos años que se dedicaba al modelaje, no al modelaje profesional pues solo participaba como edecán en eventos de alcurnia en las empresas donde su padre, pero ya su mamá aun con contactos en este glamoroso mundo había estado forjando los cimientos de lo que sería el inicio formal de la carrera de su hija, además de que en dichos eventos la jovencita había logrado acaparar las miradas de los viejos empresarios interesados en disponer del “talento” de tan jugosa chiquilla y de igual modo interesados en patrocinar la despegante carrera de tan hermosa promesa.
Pero toda esta perfección física y todo este mundo novelesco, todo este encantador rostro y sugerente cuerpo pertenecían a una nena por demás altanera y berrinchuda. La jovencita Fuentes siempre, desde pequeña, fue una niña presumida, siempre por lo general grosera con la servidumbre a disposición de su familia, incapaz de valorar el trabajo de los demás, despreciar o criticar a las personas solo porque estas no tenían los mismos lujos y oportunidades para salir adelante, negándose rotundamente a considerarlos como semejantes, todo esto alentada por su padre quien desde pequeña le dejó bien en claro que ellos pertenecían a una estirpe superior, su madre si bien no enseñaba ese tipo de cosas a la chiquilla tampoco le importaba inculcarle valores como el respeto, era una mujer que aún no reconocía sus responsabilidades como madre aun cuando su nena ya contaba con recién cumplidos 19 añitos.
En materia sexual la joven Dulce no era muy activa, no había tenido muchos encuentros amorosos con su novio (único en su vida) debido que al pertenecer a tan reconocida y pudiente familia la cual siempre estaba presente en las más selectas reuniones y exquisitas congregaciones no dejaban tiempo suficiente para que la nena saliera muy seguido a distraerse como una jovencita de su edad lo demanda, su vida se limitaba a aburridos simposios de familias honorables las cuales se reunían para discutir el porqué de sus logros y el cómo hacerse más ricos, a los cultos llegaban personalidades tan reconocidas como miembros de la política en servicio al pueblo o jubilados, importantes accionistas o algún inversionista extranjero interesado.
La nena además de estudiar en tan distinguida institución también contaba con maestros particulares que ocupaban más tiempo que bien podría ella utilizar para dedicar a alguna actividad propia de su juventud, incluso también sus padres pareciera que querían convertir a la nena en una especie de máquina traductora pues pagaban exageradas cantidades de dinero a maestros idiomáticos quienes atareaban a la niña con extenuantes clases principalmente de inglés, alemán, italiano y la siempre favorita de ella, el francés.
Todo esto no dejaba mucho tiempo a la joven pareja para entretenerse en cuestiones amorosas, limitándose a solo besos, abrazos y apapachos con su prometido, en alguna ocasión el joven macho tuvo la oportunidad de llegar hasta el coito pero debido a las prisas y a su inexperiencia en estos campos, a su duda si con su arma podría lastiMiriam Caballero a su doncella, al estrés que le brindaban sus desgastantes estudios y su participación directa en los negocios de su (de él) padre ni siquiera recuerda bien si llegó a desvirgar a su novia como se debe, cosa que después de una serie de complicados acontecimientos y mitos machistas llevaron a una casi desintegración de la pareja, en estos momentos buscando la reconciliación.
La nena una vez terminada de vestirse, habiendo escogido una minifalda compuesta aparentemente por lentejuelas rosas que le daban un aspecto brilloso, bajó para despedirse de su madre quien se encontraba en la sala tomando un café y pensando en cual sería ahora la excusa que su esposo le daría por no haber llegado a dormir la noche anterior, no era la primera vez que el viejo no llegaba a dormir pero esta vez la joven esposa se notaba seria y enojada.
-mamá ya me voy- bajaba la chiquilla con ese atuendo muy llamativo, esto no era molesto para su madre ya que se veía en su hija recordando sus buenos tiempos, no es que la señora Fuentes fuera un cuerpo ya en decadencia, a sus 40 años (ella inició en el modelaje muy joven, después de tener a Dulce no abandonó las pasarelas) lucia lo suficientemente joven y bella como para dar la impresión de ser una hembra de 30, y eso hablando de una treintañera de muy buen ver, aparentando de esta manera que el viejo Gustavo le llevaba más de los veintitantos años de los que en realidad era mayor que ella.
-hija que crees, tu padre otra vez no llegó a dormir anoche- decía la voluptuosa señora.
-umm, lo anormal sería que hubiera venido a dormir- respondía la nena al tiempo que veía como su madre al parecer tenía un compromiso pues estaba vestida para una situación elegante, la nena tomaba una postura insinuantemente coqueta, posturas que le salían naturalmente y solo resaltaban lo mejor de su anatomía.
-lo llamé pero nunca contestó, debió de haberse ido de fiesta con sus amigos- Mónica (la señora de la casa) sabía muy bien los gustos de su esposo, conocía de sus mentiras e infidelidades pero se mantenía en silencio para evitar un escándalo mayor.
Este tipo de familias suelen ser objeto de observación por parte de algunos metiches quienes se valen de eso para sacar algo de provecho o simplemente para vender alguna noticia que interese a los medios, además de las repercusiones que esto tendría y los desprestigios que se generarían en el seno de la familia Fuentes, que si bien todas las demás familias tenían cola que les pisaran en este tema solo esperaban a que una cayera para demostrar su hipócrita repudio ante tales situaciones, de por si Mónica no se casó con el viejo por amor, y si en algún momento le faltara amor y el viejo no se encontrara para proporcionárselo no hacía falta quien quisiera darle un poco de cariño.
-umm, sí que ha de ver estado buena la fiesta como para no llegar a dormir- decía la chiquilla en forma de sarcasmo, pues ya intuía en donde posiblemente se encontraba su respetable padre al tiempo que recargaba sus manos en un sillón y femeninamente sacaba más el tremendo culo que poseía, su faldita se subía a niveles infernales ya que se detenía a escasos centímetros de enseñar el nacimiento de sus carnosas nalgas, considerando que sus elevadas zapatillas también aportaban a la causa.
-sabes que hija?, hoy voy a ir a visitar a tu abuela y posiblemente no llegue a dormir, ¿si tu padre puede porque yo no?, ¿tengo entendido que vas a salir con tus amigos después de la escuela verdad?- dijo la señora.
-si mamá, acuérdate que voy a ir con mis amigas al antro, llegaré tarde- respondía la nena.
-ok, bueno hija me voy, cualquier cosa molesta a tu padre quieres- decía esto la señora saliendo por la puerta principal dejando a su hija en la sala esperando a su novio quien pasaría por ella.
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En un pequeño cuarto ubicado justo detrás de una cantina una discrepante pareja dormía plácidamente, ambos cuerpos desnudos y sudorosos se recuperaban después de una ardua noche de pasión en donde a base de gritos e insultos la pareja demostró su amor mutuamente, de esos dos el que más llamaba la atención era un tremendo cuerpo femenino que había quedado prácticamente desecho, un gigantesco gordo era el primero en despertarse para contemplar la visión de una verdadera belleza cuya melena castaña yacía revoloteada por todo su hermoso rostro, sus párpados aún se cubrían con ese juego de sombras con la cual fue maquillada la noche anterior, de igual manera sus labios aún se cubrían, aunque en menor medida, de ese atractivo color rojo que utilizó para adornarlos y reforzarlos como arma de seducción, dichos labios se veían extremadamente jugosos y muy carnosos, dignos de tener una verga entre ellos.
El gordo escuchó como la nena prolongaba una de sus respiraciones y emitía una especie de suspiro ronroneante al tiempo que ella misma cambiaba de posición y dormida acurrucaba su curvilíneo cuerpo aún más cerca del gordo mientras uno de sus bracitos se aferraba a la voluminosa bola de cebo de Pancho, quedando abrazada de este pelmazo.
El troglodita veía ese blanco y femenino bracito descansar arriba de su morena y grotesca panza completamente peluda y grasienta, dejándolo nuevamente empalmado con esa impactante visión de hembra desnuda y recién cogida contrastando tonos de pieles y apariencias anatómicas, aunque la barriga del porcino le imposibilitaba que pudiera verse su verga en esa posición, podía sentir el poderío de esta manifestándose en sus máximas prolongaciones, repegada a su cuerpo de lo rígida que se encontraba, todavía a partir de fuerza en su pelvis jugaba a moverla escuchándose el sonido de esta cuando caía y chocaba contra su grasoso vientre bajo sobrepoblado de pelos.
-Panchoo, Panchoo- alguien tocaba la puerta, el viejo escuchó y con toda la lentitud que lo caracterizaba se levantó buscando sus sucios pantalones dejando a la desnuda chiquilla aun dormida tendida en la cama para dirigirse a ver quién lo llamaba.
-que vergas quieres pendejo, no ves que estoy descansando- se trataba de su compañero Lucio quien venía a buscar al cetácico.
El otro bribón asomaba por la puerta su horrendo rostro de descendencia equina alcanzando a observar la acostada silueta de Miriam Caballero, quien aun semitapada la sábana no podía disimularle el tremendo culo que se gastaba esta otra chiquilla recién conocida por él, su mente no lograba razonar como este viejo gordo de Pancho tenia o pudo haber tenido la suerte de toparse con una jovencita de ese calibre y más encima de todo verla dormida y desnuda y a él todo sudado y apestoso a sexo y comprender como es que una nena tan hermosa como esa pudo haber tenido sexo con ese viejo tan repugnante, sin embargo el pensar las posibles cochinadas que este par pudo haber hecho en la intimidad no hacía más que pararle la verga a todo lo que esta daba y mantener viva la llama de la esperanza de poder lograr algo con esa hermosura, ya que si se acostaba con Pancho que estaba viejo y obeso lo más seguro es que también podría acostarse con él, eso es lo que pensaba este otro vejete considerándose no tan gordo ni viejo como el primero.
Y es que el deforme cuerpo de Pancho aún se impregnaba por los jugos vaginales que de la nena se escaparon como manguera y cuyo olor llegaba a las narices de este otro viejo despertándole una ganas tremendas por meterse ahí mismo y cogérsela hasta caer prácticamente muerto, del cuarto un reconocible y muy penetrante olor a sexo se escapaba por entre la puerta y la nena dormida boca abajo dejaba ver lo despeinada que se encontraba corroborando las posibles porquerías que se pudieron llevar a cabo en tan desgastante noche pasional, lo que indicaba que había tenido una noche muy agitada.
El verla toda despeinada y destrozada no causaba más que acrecentarle su morbo a este extraño hombrecillo, digo extraño por su formación corporal que más tarde relataré más a detalle, era un estímulo extra verla ahí acostadita recién cogida, admirar su perfección y justificar que el tipo de hembras como Miriam Caballero nacieron exactamente para lo que seguro Pancho le hizo, darle verga hasta por las orejas, hablando de Pancho este se empezaba a molestar al ver como Lucio, con su vista clavada en la chiquilla, comenzara a babear aparentemente solo por la calorosa visión y a reír de forma retorcida.
-y vienes a decirme algo o vienes a hacerte chaquetas mentales con mi vieja??- dijo Pancho quien veía enojado como Lucio no le quitaba sus lujuriosos y lagañudos ojos de encima a su atractiva hembra quien volvía a acomodarse ahora de lado adquiriendo una posición fetal lo que hacía Miriam Caballerocar poderosamente sus caderas las cuales sobresalían más que notoriamente por sobre su cintura, además de exhibir aún más descarada la tremenda redondez de su provocativo culo.
-eehh………………… jejejejeje……………… este……………… Felipe, te quiere ver- dijo Lucio quien en verdad estaba hipnotizado con la visión, hubiera pagado a Pancho para que este solo lo dejara ver como la nena dormía y masturbarse ahí al lado de esa pletórica ninfa sacada de alguna novela élfica, el gordo supuso que Lucio al parecer no traía ningún otro mensaje además de que ya casi atravesaba por él mismo la puerta así que se dignó a retirarlo.
-dile que en un momento voy- el oso volvía a meterse a su cuarto cerrando la puerta y dejando a Lucio con ganas de ver más, Lucio estaba atravesando por una crisis sexual, tenía algo de tiempo que no cogía y sus huevos reventaban en leche, estaba tan feo el pobre que ni siquiera las putas todas gordas y viejas aceptaban echarse un palo con él, aun ni pagándoles, este viejo solo tenía sexo violando a alguna pobre alma desamparada y hacía meses que no había tenido mucha suerte, y el ver a Miriam Caballero en semejante estado solo lo perturbaba aún más recriminando su maldita suerte.
Pero el chaparro viejo no se desanimaba y creía fervientemente que el día de su próxima cogida estaba cerca, y que esta afortunada señorita debía de ser nada menos que la voluptuosa Miriam Caballero.
“esa pinche vieja esta rebuena, me la tengo que coger si o si, me vale verga que el puto Pancho me corte los huevos, vale verga que sea una vil puta que se deje coger por dinero, esa hembra lo vale, es más, con el dinero que me den por mi participación en el secuestro me la trabo y me desaparezco jejejejeje” decía para sus adentros el empalmado Lucio ya masajeándose su verga de forma descarada por encima de su pantalón como si esta le picara, solo quedaba desearle a Miriam Caballero que saliera ilesa ante las depravadas intenciones de Lucio o de cualquier otro viejo que parece solo pensaban en cogérsela nada más con verla.
El delincuente de Pancho salía para reunirse con Felipe en su oficina.
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Miriam Caballero se despertaba después de la desgastante cogida que el viejo Pancho le había pegado la noche anterior, toda adolorida de su rico cuerpo (principalmente de su pelvis) abría sus hermosos ojitos un poco rojos por efecto del alcohol, era tarde, casi las diez de la mañana, había dormido unas seis horas que en nada le habían ayudado, su cuerpo literalmente molido se revolvía tratando de incorporarse, podía sentir el colchón de la cama donde descansaba aun húmedo por toda clase de fluidos corporales tanto de ella como del gordo así como una esencia pegajosa y olorosa cubriendo toda su sensual anatomía, su vagina estaba muy apestosa a lubricantes y verga sucia así como unos cuantos vellos púbicos del viejo yacían pegados a sus labios vaginales, además sentía en su boca un raro sabor, su cabeza le dolía como respuesta después de haber ingerido alcohol toda la noche.
Después de expresar un profundo bostezo la jovencita se dio cuenta de su completa desnudez, así que con toda la femineidad que caracterizaba cada uno de sus movimientos se enrolló con la sucia sábana para cubrir su esbelto cuerpo, con una de sus manos llevó un extremo de la sabana para tapar sus apetecibles senos y con otro delicado movimiento logró cubrir sus prominentes caderas junto a su formidable trasero, buscó con su verde mirada al viejo pero este no estaba, nuevamente la había dejado encerrada, buscó su vestido negro pero al igual que el blanco estaba hecho un harapo.
Aprovechó el momento de soledad para darse un baño, se sentía asquerosa, ultrajada y no pudo evitar llorar mientras el agua de la regadera limpiaba su imponente cuerpo, con sus delicadas manitas refregaba su cuerpo y golpeaba su cabeza en la pared por haber sido tan estúpida y haberse dejado nuevamente coger por el desagradable y ruin villano “como pude ser tan estúpida”, decía la tremenda y encuerada chiquilla con el agua de la regadera resbalando por sus potentes nalgas.
A pesar de haber estado borracha la jovencita aun recordaba parte de la fogosa escena, y por supuesto recordaba algunas de las frases con las que ella misma alentaba a su grasiento compañero de cama a darle más, “yo no quise decir eso” decía la desconsolada chiquilla en una forma de autojustificarse por lo que había acontecido horas atrás mientras las ganas de llorar parecían derrumbarla.
Sin embargo, así como recordaba todas estas frases también recordó haber sentido ¿una especie de atracción hacia tal sujeto?, recordó las sensaciones tan placenteras que este le proporcionaba mamándole y masturbándole la panocha, cada orgasmo recibido y nunca antes sentido que la llevaron hasta la locura, a experimentar convulsiones y a chorrearse de una forma nunca antes disfrutada por ella, lo llena que se sentía al tener esa vergota dentro y como ella reaccionaba moviéndose ondulatoriamente secundándolo hasta el grado de rendirse ante un viejo que sin duda en otras condiciones vomitaría con solo imaginárselo penetrándola.
Si bien recordaba todo esto ella se negaba a reconocerlo, pero su sexo la hizo entrar más en confusión o le hizo ver lo inevitable, mientras recordaba todo esto ella se humedecía, se llevó su mano a su concha solo para ver como esta estaba mojada, muy mojada, y pensando en la posibilidad de que nada de esta excitación era cierto y solo se trataba del agua que caía de la regadera en una desesperada opción por constatar lo dicho por ella se talló su panocha y se llevó su mano a su nariz para comprobar como efectivamente lo que le escurría era lubricante vaginal.
-estoy mojada- dijo la nena sin creer hasta donde podía llegar su cuerpo, estaba nerviosa corroborando como su cuerpo se estaba excitando con solo pensar como el viejo le hacia el amor.
Intentó calMiriam Caballerose, quizás si pensaba en otras cosas su calentura desaparecería pero no pudo, las imágenes de Pancho arremetiéndola mientras sonreía victorioso se aclaraban casi al realismo y no hacían más que mojarla más, para colmo sus pezones se empezaron a erizar como púas así que llevándose un dedo a su boquita pensó.
“quizás solo sea una reacción normal por haber tenido sexo hace rato, quizás si me…. (la nena se abochornaba de su carita) rasco un poquito se me pase” dijo Miriam Caballero cruzando sus piernas, colocando una por delante de la otra y comenzando con un delicado y muy femenino movimiento de fricción de sus muslos sobre su escurrida panochita.
Muy pronto Miriam Caballero comprendió que así nunca iba a lograr su propósito, así que separando un poco sus piernas y volteando a todos lados como si se sintiera observada por millones de ojos comenzó a llevar su manita cada vez más abajo, dejaba ver que no lo hacía muy decidida pues su manita avanzaba unos cuantos centímetros para retroceder otros pocos llegándose a quedar estancada haciendo un círculo sobre su ombligo mientras con su otra mano peinaba a mas no poder su cabello.
Al fin se decidió y con toda la pena del mundo comenzó a deslizar sus dedos muy levemente mientras su vista se dirigía a cualquier parte, como si le diera pena lo que estaba haciendo pero era más que nada la incomodidad de estarse tocando en una casa distinta a la suya, pero al parecer esto se le olvidó cuando muy sonrojada ya deslizaba uno de sus deditos por toda le extensión de su húmeda zanja.
“¿pero que estoy haciendo?” decía la nena ya una vez que su dedo se enterraba en tan gloriosa y deseada fuente de su mujeril néctar capaz de asosiegar a las bestias más salvajes sin embargo no paró ahí, a pesar de todo estaba sintiendo tan rico así que sin preocupación alguna ahora se dedicaba a masajearse la concha como lo dictan los cánones, la nena aún se encontraba en el baño, por un momento pensó en irse a tirar a la cama y abrirse de patas para seguirse tocando pero allá no podría alertar de la presencia del gordo en caso de que este entrara sino hasta que ya lo tuviera enfrente por lo que decidió continuar y terminar su labor adentro de ese descuidado baño todo sucio y con limo creciendo bajo las paredes.
La nena acomodó su cuerpo recargando su esbelta espalda en una de las dichas paredes, la que vio más limpia de esa verde esencia natural, manteniendo su cuerpo ligeramente angulado, comenzó a realizar los movimientos masturbatorios que ella ya conocía, primero con una mano pero después se fue incorporando la otra, ante sus vanos impedimentos comenzó a emitir cada vez más reconocibles y alargados gemidos a tal punto que estos en cuestión de minutos ya resonaban con todo y eco dentro de ese cuartito.
Fue aquí donde su mente volvió a ser asaltada por las deformes muecas de gozo que expresaba el porcino cada que tenía el placer de someterla, la conchita de Miriam Caballero reaccionaba ante tales desequilibrados eventos y se escurría como pocas veces lo había hecho, los ríos de jugos recorrían buena parte de sus muslos bañando todo lo que encontraban a su paso, llegando hasta sus rodillas, algunos cayendo en forma de gotas a partir de ahí, otros bajando hasta sus carnosas pantorrillas femeninamente porporcionadas, y es que Miriam Caballero no se daba tregua metiéndose ahora dos dedos, penetrándose como si de una verga se trataran, quizás la nena lo que quería era que una caliente y pulsante verga estuviera en esos momentos ocupando el lugar de sus delgados deditos y precisamente eran estos retorcidos pensamientos los que estaban haciendo que Miriam Caballero no dejara de escurrirse.
Miriam Caballero abrió por un momento sus ojitos, le pareció escuchar algo pero al comprobar que era un clavo lo que se cayó volvió a cerrarlos y siguió en lo suyo, sacó su jugosa lengua que recorría sus apetecibles labios mientras ahora movía su mano en forma de círculo justo arriba de su clítoris para continuar ahora con ligeras pero sonoras palpadas que daba sobre su colorada conchita, si bien la noche anterior aclaró al viejo no ser una puta en estos momentos se estaba comportando como una, su carita de pequeña viciosa salida era prueba de ello.
La mente de Miriam Caballero siguió siendo atacada por horrendas imágenes cada vez más lúgubres y asquerosas, pero que asco era lo último que a esta nena le causaban, ella se imaginaba ahora en tales momentos y completamente poseída por una insana calentura comenzó a realizar movimientos copulatorios sin importar que en estos minutos careciera de pareja, pero en su mente imaginaba que la presencia del gordo estaba con ella acompañándola en dichos ajetreos, por un momento llegó a sentir, como si esto fuera cierto, la verga del gordo abriéndose paso por su reducido y cuidado conducto, sintiendo como el pesado cuerpo del hombre que la cogía la aplastaba hasta hacerla pegar su cuerpo a la pared, incluso llegó a pronunciar el nombre de tan despreciable ser que hasta hace poco la había secuestrado a ella y a su querido padre, la sencilla jovencita estaba imaginándose el ser cogida nuevamente por quizás la persona más repugnante para ella en estos momentos.
-Don Panchooo!!- dijo la nena en voz alta y sin recriminarse por eso siguió dándose ella misma hasta que su cuerpo comenzó a sentir las contracciones orgásmicas a las que estaba a punto de sucumbir.
Por nada del mundo paraba, estaba caliente, completamente en estado de celo y deseosa por terminar con tan gratificante tarea que estaba realizando debido a una repentina aparición periódica que liberaba hasta los niveles más insanos su sexualidad más mórbida.
El orgasmo que vendría sería terrible, casi al grado de doblarle las piernas haciéndola caer, por eso esa obsesión de terminarse ahí mismo, estaba en eso, su panochita ya empezaba a dejar descargar las primeras gotas de tan anhelado elixir pero justo cuando estaba por vaciarse un ruido en la cerradura de la puerta se escuchó, era el viejo quien había regresado.
El viejo, que traía cara de perro debido una fuerte discusión con Felipe, entraba asomándose como primera instancia hacia esa desgastada cama y al no ver a su hembra en ella solo atinó a gritar
-¿en dónde estás hija de tu puta madre?!!!!!!- pensó por un momento que su bella rehén se había escapado.
En milésimas de segundos Miriam Caballero reaccionó acomodando su cuerpo y apretando sus manos en contra de su sexo, queriendo impedir a toda costa que su orgasmo saliera y de este modo evitar también sus escandalosos gemidos que saldrían de su boca, alcanzó a gemir pero casi en silencio así que tratando de recomponer su voz habló, no muy audible pero si lo suficientemente entendible.
-ahhh, ahhhaaquie estoy, en el baño, no entre por favor- el gordo quien ya casi se estaba dando la vuelta para salir a buscarla a la calle sintió como su cuerpo inmediatamente dejaba de sudar.
La nena volteó para todos lados y afortunadamente para ella una vieja camisa colgaba de otro clavo así que sin pensarlo mucho la tomó para cubrir su cuerpo y no exponer sus desnudas carnes ante las pervertidas miradas de Pancho, pero el viejo no traía intención de acoplarse en estos momentos, estaba muy emocionado pues ya le habían dado el pitazo de que la hija de Gustavo estaría en un evento social sin supervisión de sus padres, ¿Cómo se enteró?, quien sabe, pero al parecer la explicación más lógica seria que los tantos muchachitos que trabajaban o tenían contacto con el gordo y podían mezclarse con tan distinguidos y adinerado personajes o que mantenían una constante vigilancia de estos a partir de lo que publicaban en sus redes sociales, posiblemente habían visto el estado o biografía del Face de tan despampanante chiquilla donde hacia descripción con lujo de detalle del lugar que se encontraría a tal hora del día, el día de la reunión y con cada una de las personas que la acompañarían, cada una (o) respectivamente etiquetada (o).
Así que el contento viejo se vestía, aunque aún no era la hora pronosticada para tales eventos quería verificar por el mismo de la misma boca de sus jóvenes secuaces si lo que decían era verdad, él no le entendía mucho a eso de las redes sociales, era como un cavernícola en los tiempos actuales pero quería que le explicaran más a detalle cómo se enteraron de eso, estos muchachos seguían a detalle cada movimiento de la jovencita Fuentes, estaba claro que por su hermosura y sus ganas de tenerla desnuda en la cama, pero sabían que Pancho estaba por mucho, niveles arriba de ellos, era como el macho alfa de una manada de leones cuyo propósito se remonta únicamente a fertilizar a las jóvenes leonas para así perpetuar la especie hasta que llegue otro miembro de la plantilla y lo destrone de su puesto.
-a dónde va?- dijo Miriam Caballero pues veía al viejo metiéndose a su bolsillo la llave de su coche así como guardándose una pistola dentro de sus pantalones, justo a la altura de sus partes.
-que te importa pendeja,- respondió el viejo con su tenebrosa voz.
-usted me dijo que cumpliría su promesa, maldito viejo mentiroso- dijo Miriam Caballero pensando que el viejo se dirigía a despacharse a su papacito y tímidamente se acercaba al viejo como si pudiera detenerlo, cabe mencionar que esta niña aun no sabía lo de su papacito.
-cállate puta asquerosa!!!, no voy a donde tú crees, voy a tratar otros asuntos,- dijo el viejo sacando de su refri una lata de cerveza, devorándola solo de tres tragos y arrojándola al piso.
-que asuntos??- preguntó Miriam Caballero frunciendo el ceño y retirando con una de sus manos un mechón de su fleco que yacía sobre su frente.
-uuuuggggggggg- Pancho lanzaba un tremendo eructo.
-jejejejeje, me da gusto que quieras involucrarte en los asuntos personales de tu macho pero son cosas de hombres, cosas que a ti no incumben, tu solo dedícate a limpiar en el día y a coger durante la noche, nada más, está claro??-
-a propósito porque no has limpiado?!!!!!!- bramó el viejo con la intención de amedrentar a la débil señorita.
-ya le dije, ya le dije que yo no soy su chacha- dijo la nena notándose cada vez más molesta pero sin dejar de sentir extrañas cosquillitas en su panochita debido al estar entablando una conversación precisamente con el hombre con quien había estado fantaseando y hasta masturbándose, ¿o será que las cosquillitas eran debido a que no se pudo consuMiriam Caballero el orgasmo y por esta causa es que le comía tanto su sexo?, la mente de la nena se debatía entre estas dos posibles hipótesis.
El viejo vio como la nena le rezongaba, al parecer de tanta amenaza incumplida ya se sentía segura de que el viejo no le haría nada, que era pura boca, apretó el puño con la intención de dejarle bien en claro quién manda pero el notar algo inusual en ella lo hizo calMiriam Caballero, al parecer el viejo había notado en el aire como la pequeña hembrita estaba deseosa de contacto carnal, veía como su carita seguía enrojecida y como sus labios parecían apretarse como si fueran a soplar una vela (el viejo hizo un cambio drástico en su voz, de enfurecido a cachondo).
-yo no quiero pegarte mi amor, pero a veces me obligas, sabes, en este momento me dirigía a ver a un amigo que me debe dinero para cambiarlo por ropa para ti para que ya no andes con esos trapos, para que vistas como solo una hembra de Pancho merece vestir- dijo Pancho acercándose a su hermosa prisionera, esta se volteó dándole la espalda pues lo veía abultando sus asquerosos labios pidiendo beso, el viejo posó sus enormes manos sobre los hombros de ella y terminando de decir su frase le regaló una sonora nalgada que incomodó y sonrojó a la chiquilla pero que no hizo nada para mostrarle al viejo su incomodidad.
La nena al contrario, aprovechando lo romántico que andaba el viejo y al sentir sus caricias sobre sus posaderas (pues el viejo le estaba masajeando la nalga castigada) se atrevió a realizar una solicitud.
-Don Pancho, tengo mucha hambre- dijo la nena volteándose para impedir que el viejo la siguiera tocando y tomándose su estómago.
-mmm, veré que puedo hacer, si me haces el favor de limpiar el cuarto claro- el viejo al parecer había decidido cambiar su táctica de mandón por comenzar a tratar a la nena como un organismo pensante, una persona con garantías individuales y no como un par de agujeros que sirven solo para desestresarse (pues aun no le ocupaba el tercero).
-sí, lo haré- dijo la nena, a decir verdad estaba tranquila que ahora la tarea no consistiera en ofrecer a algún viejo alguna de sus lúbricas cavidades.
-bueno te lo encargo-, el viejo salía del cuarto dejando a la nena otra vez encerrada.
-oiga perooo!!- la nena desconsolada veía como nuevamente sus posibilidades de escapar se reducían, así que no le quedó más que ponerse a realizar la tarea que le dejó encomendada el viejo gordo.
Solo pasaron unos cuantos minutos cuando en eso tocaron a la puerta.
-¿Quién es?- respondió Miriam Caballero.
-soy yo, Silvia, abre la puerta-
-no puedo, est…………… no tengo la llave-
-te traigo algo de comer, como te lo paso entonces??- preguntó la joven bailarina.
-por acá, por la ventana- Miriam Caballero abría una de las ventanas, la otra chiquilla pasaba el alimento por entre los barrotes, Silvia ya había escuchado pláticas sobre el porqué de la estancia de Miriam Caballero sin embargo decidió sacarse la duda por ella misma.
Por un momento dudó sobre los chismes que Lencha imprudentemente se había encargado de hacer correr entre las chiquillas que servían tragos en la cantina pues vio como la nena realizaba la limpieza como cualquier ama de casa, como cualquier esposa que quiere mantener limpia su estancia nupcial al lado de su Miriam Caballeroido, pero se aventuró a preguntar pues era raro que Pancho la dejara encerrada cada vez que salía.
-entonces es cierto?, estas secuestrada?- Miriam Caballero solo asintió con la cabeza mientras devoraba el alimento como desesperada, rápidamente vio en esta chiquilla si bien no un medio para escapar si la posibilidad de enviar un recado al exterior, veía como esta otra niña tenía total libertad de andar para acá y para allá, así que sin más se arriesgó.
-Silvia, por favor, necesito que me ayudes-
-no amiga olvídalo, créeme que me indigna tu caso y que de ser posible te ayudaría a salir pero me metería en problemas, de hecho tengo prohibido estar aquí platicando contigo- la joven cantinera incorporaba su cuerpo para hacer acto de abandono cuando en eso fue detenida nuevamente por Miriam Caballero.
-noo, no te vayas espera, no pido que me ayudes a salir- dijo Miriam Caballero.
-entonces- respondió Silvia.
-tienes un lápiz y algo donde escribir??- por azares del destino la chiquilla contaba en ese momento con un lapicero y la libretita donde tomaba las órdenes aunque no eran horarios de servicio, prestándoselos a la bella rehén quien escribía y escribía lo más rápido que podía hasta que terminó, arrancando la hoja y devolviendo las cosas a su dueña.
Lo que ambas niñas no sabían era que estaba siendo acechadas por el buitre de Lucio quien había visto como Pancho se retiraba en su cacharro y veía la oportunidad exacta para colarse y hacer suya a la castaña ojiverde, refiriéndose a lo más vulgar posible al decir hacerla suya.
-mira, porfa, solo quiero que lleves esto a la dirección que esta anotada ahí, porfa, es para mi papá, debe de estar preocupado, por favor dime que puedes-
-asu es que- era de pensar lo que le pedía Miriam Caballero a Silvia.
-mira te pago pero por favor- dijo la nena y sacó de la cartera de Gustavo (que aún estaba en su poder) dos billetes de 500, total ella no los ocupaba y sabía que algo así de arriesgado merecía un incentivo más que el solo agradecimiento.
-bueno te los aceptaré, a ver dame eso- Silvia al estar tan acostumbrada a recibir dinero de otras personas era algo común aceptarlo, tenía un niño y era hasta cierto punto un poco interesadilla, sin pensarlo los tomó pero le curioseó la procedencia de dicho dinero.
-y este dinero, no es de Pancho verdad?- dijo revisándolo de atrás y adelante.
-noo!!, ayer parece que debuté con esos depravados y pues Don Francisco me recompensó-
-jijijijiji, Don Francisco, que chistoso, debiste de haberle hecho una chamba muy buena a Pancho para que te pagara- dijo Silvia poniendo más que colorada a Miriam Caballero.
-oye y porfa, podrías comprarme algo para arreglo personal ya sabes, cepillo de dientes, pasta y…………… algo para ahí abajo- dijo la apenada de Miriam Caballero.
-jijijiji sí, eso sí es más fácil, bueno ya, déjame y regreso, en la noche te aviso- justo en ese momento Lucio abordaba a Silvia.
-jejejeje, así que quieres ayudar a escapar a esta zorrita verdad, le voy a decir a Pancho- dijo Lucio más que nada por decir algo pues era pendejo hasta para hablar, lo único que quería era entrar y trabarse a Miriam Caballero quien lo traía caliente desde que la vio, cuantas manuelas quiso hacerse pero se había jurado que su leche no sería desperdiciada a menos si esta rellenara algún orificio de la joven castaña.
-usted que hace aquí viejo rabo verde?- preguntó Silvia.
-que te importa puta, porque mejor no te largas mientras yo y tu amiguita nos conocemos un poco más íntimo- dijo Lucio agarrándose su verga por encima de su pantalón.
-lárguese viejo cochino- Miriam Caballero trataba de ahuyentarlo desde adentro.
Lucio había visto que las nenas se pasaron algo, quizás un papel, y este seguía en las manos de Silvia, así que dio un manazo con la intención de arrebatárselo pero Silvia fue más rápida y sacando una navaja de bolsillo amenazó temblorosamente al horrible viejo quien al parecer venia envalentonado por exceso de caña.
No hubo necesidad de que Silvia dijera más, puesto que Lucio venia desprovisto y al verse en situaciones de desventaja optaba por retirarse.
-maldito viejo, es un depravado, ten cuidado Miriam Caballero, lo he escuchado en la cantina platicándole a otros que te trae unas ganas, que te va a…. ya sabes- dijo Silvia guardándose el punzocortante objeto.
Que tan peligroso debía de ser este barrio como para que una joven madre de 23 años tuviera que portar una navaja como defensa personal, hasta que nivel tan bajo de incompetencia, corrupción y descrédito habían caído nuestras “autoridades” como para que los mismos ciudadanos tuvieran que buscar la justicia por su propia mano.
-ja, ni que estuviera tan urgida, mejor un perro, pierde cuidado Silvia esas pulgas no brincan en mi petate- dijo Miriam Caballero.
Ambas féminas se despedían y regresaban a sus labores pero Miriam Caballero estaba contenta de que su papá, a quien ya llevaba casi tres días sin ver, sabría algo de ella e intentaría alertar a las autoridades ya que en la nota Miriam Caballero había escrito algunos datos suficientes para dar con su paradero, era una chiquilla inteligente, había memorizado el nombre de las calles, el nombre y número del establecimiento (la cantina) y algún negocio que referenciara, a todo esto Silvia le daba confianza pero aun así había maquillado el mansaje para que ni ella sospechara, sin saber que la nota no llegaría a su destino.
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Pasado prácticamente todo el día el monstruoso sujeto regresaba con unas bolsas, se elevó al ver como su hembra le había hecho caso y tenía la casa prácticamente limpia, ahora sí podría presumir que era su hembra y quizás esta noche le sacaría un rato de pasión ahora sin obligarla o tenerla bajo el efecto del alcohol o alguna droga.
Como todo un hombre de la casa llegó y se sentó en su sillón, encendió la tele y para su disfrute había una sensual escena con jóvenes actrices ataviadas en sexys vestidos, el viejo sacó su tremenda verga y sin disimulo comenzó a masajearla.
En tanto la chiquilla intentaba no prestar atención al viejo, ya sabía que se estaba masturbando sin pudor alguno y le incomodaba desviar la vista hacia esa posición, aunque podía escuchar los asquerosos sonidos que la verga del viejo hacía en cada una de sus despescuezadas debido a la exagerada humedad que de esta brotaba.
-oye tú!!, Miriam Caballero!!!- gritaba el viejo, no tanto por intimidar sino porque estaba medio drogado pues traía una rara bolsita aspirándola y eso le hacía encrudecerle la voz notoriamente.
-mande- respondió la nena sin mirarlo.
-ves esas bolsas, es ropa para ti, porque no te pruebas un vestido, anda modélamelo- dijo el viejo, estaba caliente por ver como las hembras de la televisión enseñaban pierna y quería ver a su musa hacer lo mismo, vestida de la misma manera.
-ora, y si me concedes ese favor mañana te llevo a ver a tu papacito jejejeje- dictó el viejo.
La jovencita no pudo evitar sorprenderse al escuchar como este viejo decía que le había comprado ropa y más aún, el decirle que la llevaría a ver a su papá, aunque esto último no se lo creyó pero aun así su rostro se iluminó y llevada por tal emoción dirigió su coqueto caminado hacia donde las bolsas. Aunque Miriam Caballero ya se imaginaba lo corto que debían de ser las prendas no dejaba de ser ropa para ella y aparte nueva, la camisa del viejo apestaba a sudor y eso la incomodaba pero mejor así que andar desnuda enfrente de tan baboso sujeto.
Tomó la bolsa y la abrió, en su interior un conjunto de cinco vestidos yacían muy bien doblados, los sacó y empezó a medírselos por encima, demostrando su gusto por uno negro al parecer con aberturas que quedarían en uno de sus costados, si bien reconocía que eran muy bonitos y que la calidad era pues no muy buena pero tampoco para quejarse también notó que eran extremadamente cortos y por su escote predecían que nuevamente enseñaría todo, exactamente como a este porcinesco sujeto le gustaba.
-ponte uno- ordenó en viejo, en sus ojos no había más que lujuria y morbosidad, aumentó sus movimientos manuales para de esta manera darle casi vida propia a su moreno instrumento.
La sensual chiquilla comenzó a desabotonarse la camisa, estaba muy nerviosa pues lo estaba haciendo enfrente del viejo quien no le quitaba su caliente mirada de encima, hasta ella se preguntaba porque se cambiaba ahí enfrente de él y no se había ido en primera instancia al baño, el temblor en sus deditos y lo colorado de su rostro eran prueba de su nerviosismo, si bien la noche anterior se había portado como toda una puta esto fue más que nada por el alcohol en su cuerpo y las exquisitas sensaciones que la verga del viejo le hicieron experimentar, pero ahora ya recuperada de sus sentido sentía que debía de moverse de manera graciosa y cachonda y en momentos se mostraba risueña pero sin atreverse a mirar al viejo, fue cuando las cosquillitas en su panocha aparecieron de nuevo recordando que no terminó su labor masturbatoria en cuanto el viejo se fue.
El viejo en tanto estaba con su asquerosa boca abierta, mostrando sus aMiriam Caballeroillos dientes y llenos de comida atorada entre ellos, su cabello lucia tremendamente seco y se esponjaba tipo afro, solo que con un enorme hundimiento en su coronilla y con visibles faltas de pelo en muchas partes.
Poco a poco Miriam Caballero iba dejando al descubierto más carne, su monte venus junto con su sexo se podían apreciar a la vista pues ella había empezado a desvestirse de abajo, la nena en un movimiento rápido se sacó la vieja camisa por sus hombros cayendo esta hasta sus tobillos y escogió el vestido que le había gustado.
La nena se colocó el prostivestido quedando su infernales curvas muy bien delineadas, se podría decir que su físico hasta resaltaba más, sus senos se apretaban escandalosamente ante ese apenas cubriente escote, no tenía tirantes así que el vestido se sostenía solo apretándose de sus enormes senos y dejaba a la vista sus hombros desnudos y ligeramente pecosos, y sus caderas eran comprimidas a tal grado que al vestido no se le hiciera ningún pliegue y se trazaran perfectos tanto sus muslos como su vientre, para desgracia del viejo las aberturas u orificios que el vestido tenia al costado hacían ver pieles de Miriam Caballero que con cualquier otro vestido convencional no se verían, a todo esto el viejo babeaba con sus ojos desorbitados y su verga derramando líquido preseminal, la nena sin fijarse en eso se calzó con unas exageradísimas zapatillas de plataforma también compradas, una vez lista se dirigió a modelar para el viejo.
-ya- dijo la nena equilibrándose pues la altura de los tacones era exagerado, además de jalar el vestido hacia abajo pues se le subía escandalosamente.
-pero qué bárbaro que mujeeer!!!!!- el viejo no se cansaba de admirar el cuerpo de Miriam Caballero, era tan perfecto que admirarlo era una bendición, era como estar en el paraíso y contemplar a un modelo mucho muy mejorado de lo que debió de haber sido Eva, con todos los errores corregidos y con la voluptuosidad mucho más aumentada.
Veía con sus ojos de sapo esas imponentes piernotas que se cargaba la nena, esas moldeadas pantorrillas tremendamente carnosas que parecieran pertenecer a una gimnasta olímpica, las curvilíneas caderas que se gastaba junto a su cintura perfecta le daban la silueta casi de una guitarra, el viejo se incorporaba para poder apreciar más de cerca los voluminosos pechos y como estos hacían creer que en cualquier momento saltarían ante sus depravados ojos, acercó su rechoncha nariz al cuello de tan espectacular hembra y dio una inhalación tan fuerte llevándose a sus nasales fosas todo ese olor natural de Miriam Caballero.
-ahhhhhhhh (al parecer casi tuvo un orgasmo con solo aspirar a la chiquilla), que rico hueles niña,- dijo el viejo mientras ella solo se mordía sus coquetos labios.
La chiquilla lucia algo sumisa, ya no respondía como solía hacerlo antes, no le contestaba al viejo de mala manera, evitaba las groserías y apodos hacia su obesa persona y evitaba también mirarlo con desprecio, ¿será qué se estaba acostumbrando a él?.
-ahora niña, me voy a ir unas horas pero cuando regrese quiero encontrarte así vestida entendiste, jejejeje, otra vez nos vamos a divertir tu y yo esta noche, está claro??- el viejo no dejaba de morbosearla principalmente a sus pechos mientras Miriam Caballero daba vueltas intentado proteger a sus gemelas de las pervertidas miradas, lo traían loco ver como estos se apretaban cada vez más, parte de ellos sobresalía carnosamente sobre el vestido a partir de donde terminaba la tela evidenciando que la parte contenida debajo del escote estaba siendo forzada a permanecer ahí.
-si Don Pancho,- respondió la nena desviando la mirada y cerrando sus ojitos pues el viejo ya estaba olfateándola en sus orejas, tocándolas con su grasosa nariz que solo le embarraba en su piel una sustancia aceitosa productora del brillo en la cara del viejo.
Miriam Caballero sentía ricas cosquillitas pero aun negaba reconocerlo, fue en esto cuando recordó que no traía puesto calzones pues su vagina nuevamente estaba escurriendo, el gordo la tomó de las nalgas sintiendo la suavidad y dureza de cada una de ellas, enterrando sus grotescos dedos entre las suaves pieles de ella y dando un fuerte apretón jalándola hacia él, juntando ambos vientres en ese movimiento, ella dobló sus bracitos y emitió un leve quejido mientras el viejo ya lamia su cuello de manera asquerosamente morbosa.
Los bracitos de Miriam Caballero poco a poco se iban enrollando entre las grasosidades del viejo quien se mostraba orgulloso de que la nena estaba sucumbiendo pues podía sentir el tremendo calor que brotaba de su cuerpecito y que indicaba que en pocos minutos la tendría abierta de patas, además de que su exquisito vestido que en este momento portaba no hacía más que alterarle las hormonas hasta la depravación absoluta, comenzando con una serie de punteos en contra de la grácil anatomía de tan esplendida joven quien yacía aferrada del Miriam Caballerorano con sus ojitos cerrados y suspirando tratando de sacar toda su calentura acumulada sutilmente para que el viejo no se diera cuenta, calentura que contrario a eso, se acumulaba más.
El vestido poco a poco comenzó a elevársele debido a la posición y a los cada vez más bravos apuntalamientos, el despreciable y ruin villano dejó de lamerla solo para dirigir su alcohólica boca hacia los frescos y carnosos labios de la nena, por un momento estuvieron luchando en un juego por demás erótico en donde la boca del Miriam Caballerorano intentaba alcanzarla pero la de la jovencita se escabullía, el viejo para esto había levantado uno de los potentes muslos de ella y lo tenía aferrado con una de sus manazas recorriendo todo su candor de arriba a abajo y viceversa, ella en tanto se aferraba cada vez más a tan abundante humanidad, llena de llantas y tatuajes por doquier y con las tetas más caídas que se habían visto.
Por fin la boca del viejo logró atrapar a la de Miriam Caballero para ambos comenzar a realizar dentro de ellas excelsos y muy profesionales movimientos linguales en donde más que nada la del viejo se encargaba de abarcar todo el espacio de ambos, la nena podía sentir todo el aliento apestoso a cerveza y a comida de la calle muy encebollada pero esto no hacía más que acrecentar su mórbida calentura, incluso no se disgustó al retirar de las aMiriam Caballeroillentas piezas dentales de Pancho un pedazo de cilantro que por ahí se encontraba.
La nena comenzó a hacer lo propio y con suaves ondulaciones empezó a secundar al viejo en una simulación coital más que perfecta, la desnuda vagina de ella chocaba directamente con el pantalón de él sintiendo como su verga ya estaba en las condiciones ideales como para proporcionarle el placer que una hembra de su distinción se merece, estaba por dirigir una de sus delicadas manitas para ser ella misma la que desabrochara el pantalón de su amante cuando el viejo, ajeno a estos movimientos que le nena se concentraba en realizar, decidió por parar con el caliente faje pues su modesto celular lo alertó de lo tarde que se estaba haciendo, así que sin despedirse de la nena solo la separó de ella y salió por la puerta dejándola nuevamente encerrada y más caliente que antes.
La nena tremendamente agitada y completamente colorada solo veía como su macho dueño de esa potente protuberancia saliente de entre sus piernas se retiraba dejándola a medias, pero recomponiendo su cordura acomodaba su cabello y vestido para ponerse a limpiar el exceso de humedad de su brilloso sexo, si bien podría Miriam Caballero justificarse que la noche anterior había estado borracha y por eso se dejó llevar por la emoción, ahora que explicación podría darse ella misma viendo como en pleno uso de sus facultades mentales reaccionaba cachonda ante cualquier insinuación por parte de Pancho y más que nada haberse masturbado pensando en él.
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La jovencita Fuentes bailaba muy pegada con otra de sus coquetas amigas, en el lugar había una concentración muy grande de chiquillas de muy buen ver, excelsas, hermosas, todas unas diosas luciendo sus más inmorales vestimentas utilizadas para embobar a algún chiquillo afortunado dispuesto a llevarlas a la cama, chiquillos precisamente de la misma estirpe del que hace unos días Miriam Caballero se disponía a conquistar con un coqueto vestido blanco.
-no mames wey me uuurge un piquete- decía Daniel o Dan, el novio de Dulce, a uno de sus amigos, quienes recargados en la barra veían como sus novias movían el culo muy sensualmente, se abrazaban entre ellas a veces realizando poses meramente para parejas heterosexuales pero que realizadas en dos niñas tan sabrosas como ellas no hacían más que alterar hormonalmente a todos los ahí presentes.
-jaja, pues yo te lo doy- dijo el también agraciado compañero adornado en ropas como un verdadero retrasado pero con la seguridad que le daba su autoestima y las descarriadas chiquillas de que se veía como todo un artista pseudocantante.
-no chingues, en verdad wey que no sé qué voy a hacer si no consigo una ahorita, vale madre lo que me dijo Dulce yo quiero una- el joven ya desesperado por su buena dosis comenzaba a sudar y exaltarse, cosa que lo ponía violento.
-mira wey, ¿ves esto?, (el otro muchacho enseñaba unas pastillas), es para alocar a las chavas, la voy a usar con Cindy, tu deberías aprovechar con Dulce, aprovecha que sus jefes no están y porque no te la clavas en su casa we- dijo el otro joven, Dan observó como este otro jovencillo guardaba la bolsita dentro de su chaleco.
-no mames donde, donde conseguiste eso?- preguntó el apuesto jovencillo.
-ohh, por ahí,- respondió. –Cindy!!!- el muchachito gritaba a su novia, esta se separaba de su amiga Dulce quien seguía bailando ella sola mientras muchos no le quitaban la calorosa mirada de encima así como algunos celulares.
-que pasó amor- la nena llegaba donde su novio, recibía un vaso de whisky por parte de él sin saber lo que en realidad contenía, su novio veía muy risueño como la hueca chiquilla bebía hasta terminárselo.
Dan veía sorprendido como en pocos minutos esta parejita estaba en un semioscuro rincón comiéndose a besos y casi cogiendo con la ropa puesta, quiso poner a prueba eso que le dijo su amigo pero mientras se dirigía a este con la intención de pedirle una de esas mágicas pastillas fue accidentalmente tropezado por otro etílico chamaco, el muchacho se tomó a reto tal osadía y embravecido comenzó a tirar golpes por doquier sin impactar a su adversario, pero fue en uno de sus golpes que al no controlarse él mismo se dirigió colisionándose contra su inadvertido combatiente quien no se había percatado de nada hasta que sintió el empujón cayendo al suelo con todo y copa, ambos muchachos se levantaron solo para protagonizar una pelea alcanzando a deteriorar parte del inmueble del establecimiento hasta que fueron detenidos por personal calificado en este tipo de circunstancias.
La artística señorita pintada como toda una putilla se molestó, su novio le había prometido que sería una noche inolvidable, además le había asegurado que él no iba a toMiriam Caballero, no iba a drogarse y por supuesto no iba a pelear, así que el ver como su novio era dirigido junto con otro a responder por los daños se decepcionó y dio por terminada para ella la velada, además de que ella estaba un poco tomadilla y alguno de los empleados domésticos a su servicio viéndola llegar en tales condiciones le podrían contar a su madre quien la tenía extenuantemente cuidada para el futuro que le auguraba, ya habría tiempo para fiestas le decía ella.
Dulce buscó con la vista a sus demás compañeros pero no los halló, veía como un grupillo de hombres un poco mayores y con vestimentas extrañas adornados a mas no poder con cadenas y lujos estrafalarios, cinturones con hebillas grotescas y chistosos sombreros de los cuales asomaba una colorida pluma no dejaban de verla a ella y sus comestibles redondeces, así que optó por salir antes de que descubrieran que estaba sola, total que cerca estaba la carretera y podría pedir un taxi, era tarde pero confiaba con poder encontrar uno a estas horas, pudo haberse llevado el coche de su novio pero no contaba con las llaves y este no bajaba de donde lo llevaron, y no bajó por unos buenos minutos mientras ella muy nerviosa veía como uno de esos hombres, un negro, bailaba solo, pero con la reconocible mirada de que pensaba acercarse a ella.
La jovencita salía por la entrada principal, llevándose una buena cantidad de piropos por algunos muchachos que ahí se encontraban, caminó más deprisa pues uno se aventuró a seguirla unos metros pero gracias a ella eran jovencitos de su misma edad y se supone alguno de su mismo estatus social, así que ni eran muy leperos ni eran muy insistentes.
Pancho, quien había estado esperando algunas horas afuera alcanzó a divisar como la suerte estaba más que de su lado, el verla caminar sola y expectante para todos lados solo le indicaban lo desprotegida que se encontraba, era el momento para este gordo quien sin perder tiempo encendió su auto y se apresuró a alcanzarla, nunca pensó que la suerte y la casualidad fueran a convertirse en sus mejores amigas.
Dulce se detuvo y esperó unos minutos, siendo vigilada a lo lejos por el viejo, ella en tanto esperaba ver algún taxi pero para su suerte no fue así, aunque sin perder la esperanzas se dijo que posiblemente sea porque estaba alejada de la autopista, quizás si llegaba allá a lo mejor encontraría uno, era un verdadero manjar ver a esta voluptuosa nena vestida de esa manera caminar despacio por las oscuras calles de una ciudad insegura, el ruido de los tacones delataban la posición de la chiquilla al sonar con el concreto, fue el momento en que su mente le dictaminaba regresar a espera a su novio, “quizás ya salió” pensaba la futura modelo, pero ella había abandonado por decisión propia y era muy orgullosa para regresar derrotada, para ella no encontrar taxi seria la derrota.
Fue entonces cuando, mientras caminaba observó un viejo auto alcanzarle el paso, se asustó y apretó su andar pero le era imposible dejarlo atrás, apenas iba a gritar cuando en eso el viejo Pancho habló
-jovencita, no te parece muy tarde como para que una niña como tu ande sola, estas calles son muy inseguras, si me permites yo podría llevarte a tu casa- dijo el viejo mientras por su parte agarraba su astronómico paquete, estimulado ante la impactante visión de esta chiquilla sola, el escuchar como sus tacones resonaban y el verla vestida como esperando a algún cliente.
“estúpido viejo y que dijo, está ya se subió” –eso a usted no le incumbe señor, y por favor déjeme tranquila, aquí tengo mi cel y no dudaré en hablarle a la policía si usted no me deja en paz- dijo la nena deteniéndose en el acto, mostrando su lujoso celular al gordo mientras una de sus manos se apuñaba en su desnuda cintura pero a la vez inclinando ligeramente su cuerpo, dejando ver al gordo uno de sus hipnotizantes bamboleos de pechos.
El viejo en tanto recorría con una de sus manos su barbilla, había sido un monumental acontecimiento poder disfrutar por un momento de esos perfectos pechos, tan blancos y carnosos, se imaginaba lo rosado de los pezones y como estos debían de estar paraditos pues la noche estaba fresca, así que sin dejar que la nena avanzara continuo gruñendo.
-oye chiquilla, yo no te he faltado al respeto para que me contestes así, yo solo te ofrecía llevarte a tu casa o adelantarte por lo menos a que pasaras esos tipos que están allá enfrente y que parece ya te echaron el ojo- dijo el viejo encendiendo un cigarrillo.
-¿cuáles tipos?- preguntó la nena, detenidamente observó hacia la dirección que apuntó el gordo, ella, por ir pensando en sus cosas no advirtió la presencia de al parecer cinco sujetos recargados en una barda pero alejados aun como para poderla escuchar tanto a ella como a sus tacones, pero aun así el viejo no la convencía de subirse a su coche, y más por las fachas de vago con las que este contaba, con todo esto no pasaba ningún taxi por lo que decidió regresar con su novio para que este la llevara pero justo cuando había volteado a ver el camino por donde venía notó más presencia extrañas que se acercaban caminado en dirección a ella.
Estos traían un escándalo brutal, venían todos locos, por lo que asustaron a la chiquilla quien hasta esos momentos se daba cuenta de que estaba completamente indefensa, sola y en una de las calles más oscuras de la ciudad, en estos momentos la veía muy oscura.
-bueno yo ya me voy- dijo Pancho en un intento por presionar la decisión de la nena.
-noo!!, espere por favor, no quiero que me lleve a casa, puedo irme sola, pero por favor déjeme entrar a su auto en lo que pasan esos tipos de allá atrás, por favor solo entrar- dijo la nena escuchando como la Miriam Caballerocha del casi destartalado coche de Pancho se había encendido.
El pervertido secuestrador se sentía como todo un robachico enseñándole una paleta a un niño, no cabía de gozo pero tuvo que guardar su estimulada verga la cual había sido masajeada todo este tiempo en que duró la plática aprovechando la oscuridad que lo favorecía, tanto que la nena ni siquiera alcanzó a contemplar muy bien lo feo de cara que era.
La jovencita observando que el viejo no tenía intención alguna por bajarse a abrirle la puerta se dignó a abrirla ella misma, ofreciendo en cada detalle cualquier cantidad de estéticos movimientos féminos como si estuviera en una pasarela, que igual a su caminar, eran perfectos, la jovencita entró por una de las puertas trasera, sentándose como toda una dama de sociedad, cruzando elegantemente las piernas y depositando sus manos en el lugar exacto donde se hacía un hueco que pudiera hacer evidente el color de su ropa interior.
Una vez dentro se dedicó a esperar que los tipos de atrás pasaran pero estos se habían detenido, estaban al parecer dialogando entre ellos y rebuznando cualquier cantidad de estupideces, aventaban botellas a donde sea exhibiendo su circo callejero, Pancho veía desde el retrovisor que la nena estaba asustada, era obvio pues a pesar de sus altanerías aún era una niña, pero se veía más maleada que la caliente Miriam Caballero, así que caballerosamente le ofreció un cigarro para calMiriam Caballero su temperamento.
-relájate chiquilla, en un momento se irán y podrás seguir tu camino-
-gracias- dijo la nena aceptando el cigarro y el fuego y poniéndose a fuMiriam Caballero con mucha sutileza, una de sus manos echó para un solo lado el abundante y dorado cabello de la señorita modelo.
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Pero mientras el gordo esperó a que la nena saliera del antro, que pasaba en su cuarto que una joven cantinera se metía nuevamente a sus dominios…………..
-Miriam Caballero, Maaaar- decía Silvia, había ido a verla con la excusa de volver a dejarle comida por órdenes de Pancho, con esto se quitaba a Lencha de encima.
Miriam Caballero yacía recostada y vestida exactamente como Pancho la había dejado, solo que ahora para cubrir su intimidad se había puesto una de las tangas que el viejo le había conseguido, o más bien unos pedazos de hilos que solo se cruzaban alrededor de sus caderas y entrepierna.
-amiga que pasó, viste a mi papá?, le diste la nota?- preguntaba la nena, pero Silvia primero decidió chulearla un poco por lo exclusiva que se veía.
-pero mira nada más que guapa jijijiji, como no te va a pagar Pancho así, pero ya……… a lo que vengo, Miriam Caballero lamento decepcionarte pero no entregué la nota- dijo la otra chiquilla.
-pero como, Silvia tú me prometiste que- la chiquilla se molestaba, había pagado por eso y merecía una explicación lógica y creíble.
-si amiga, si fui, pero por más que toqué no salió nadie, (a partir de aquí la voz de Silvia se convirtió en un susurro) pero siento que hay algo raro en todo esto, pregunté a algunos vecinos y nadie me supo dar respuesta sobre tu papá, dicen que no lo han visto, además hay rumores en la cantina de que Pancho tiene a un hombre secuestrado en un edificio abandonado de Felipe, aquí a la vuelta, a media cuadra, pasando una llantera, no sé qué esté ocurriendo la verdad, nadie quiere dar más detalles- la ataviada Miriam Caballero escuchaba atenta.
-pero eso no es todo amiga, aquí va la parte fea, escuché a Lencha quejarse con Atilano (el viejo ayudante de Felipe quien le preparó a Miriam Caballero una bebida semenergética) que algo de llevarle de comer ya le estaba cansando a un tal papá de la zorrita esa, algo así escuché, te lo juro, ¿Desde cuándo Lencha es llevadora de comida?, ¿Por qué no envía a una de las chiquillas?, todo esto es muy raro, nada más que yo me hice la desentendida porque se dio cuenta de que yo andaba por ahí, la Lencha es mala, cuídate de ella, tiene toda la protección de Felipe y Felipe está hasta el cuello enredado con unos tipos que vienen cada mes, gente mala, amiga no será tu papá del que hablaba la bruja?- preguntaba la conmocionada Silvia.
-no, eso no es cierto, debiste de haber escuchado mal, ese hombre del que hablas posiblemente se trata de Gustavo, un viejo que secuestraron utilizándome como sebo- respondía Miriam Caballero.
-ay amiga, la verdad no quise preguntar porque esas son cosas mayores, cosas donde ya no podría ayudarte, no sabes cuantas personas han matado últimamente por estos alrededores por andar de hocicones y preguntones, la verdad me da miedo, a veces quisiera irme pero a donde, y yo sola, si dicen que todo el país está igual- dijo Silvia.
-si amiga te entiendo, gracias-
-de que, si no te pude ayudar en nada- dijo Silvia enculillándose y recargándose en la pared de la casa, observando con sus negros ojitos como las estrellas adornaban el firmamento, cerrando muy bien sus también potentes muslos pues llevaba una faldita demasiado corta, de manera que Miriam Caballero perdía la visión de ella pero seguía escuchándola.
La mente de Miriam Caballero reflexionaba, primero se preguntaba sobre su papá, posiblemente Silvia había ido cuando este se encontraba trabajando por lo que preguntó la hora y coincidió con su premisa, además su papá no era muy sociable con los vecinos, y por lo que respecta al hombre secuestrado estaba segura que se trataba de Gustavo, además no había lógica en lo que Silvia contaba, para que quería Pancho a su papá si ella ya había aceptado quedarse con ellos a cambio de dejar en paz a su progenitor, así que se resignó a pensar que la casualidad no le había favorecido en estos momentos.
-lo que si te traje son tus cosas, toma- dijo Silvia incorporándose, notando en Miriam Caballero ganas de llorar compadeciéndose de ella.
-que tienes amiga, no llores,-
-Silvia yo lo que quiero es salir de aquí, quiero irme a mi casa pero este…… gordo no me deja, bueno gracias como quiera, en verdad, te lo agradezco- dijo Miriam Caballero volviéndose a acostar como toda una doncella que espera la llegada de su apuesto príncipe a rescatarla.
-espérame- Silvia desaparecía por un rato para después aparecer con una maceta y un cincel traídos de la bodega de Felipe a escondidas.
-toma, es lo mejor que te pude conseguir- dijo la joven cantinera, Miriam Caballero observó las herramientas y su carita se iluminó, con esto bien podría romper la puerta entera, con algo de trabajo pues era tan delicada que hasta le costaba levantar la bolsa donde venían dichos materiales.
-bueno yo me voy, no digas nada nadita, cuídate amiga- la cantinera se despedía.
-gracias amiga, tú también cuídate mucho-
Miriam Caballero veía que era de noche, estaba oscuro y posiblemente el viejo regresaría pronto y podría encontrarla a ella ocasionando destrozos a su patrimonio y esto lo encabronaría sin duda alguna, así que la jovencita decidió por el momento esconder los utensilios en un lugar seguro y esperar a que amaneciera, la otra opción que rondaba la mente de tan apetecible ya mujer era que posiblemente el viejo regresaría muy tarde o con suerte no regresaría, quería huir pero aun recordaba los peligros que vagaban el barrio en las noches.
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Mientras tanto en el coche de Pancho…………
La nena ya se había terminado su cigarrillo pero los sujetos no se iban, veía desesperada como los minutos pasaban y la situación de estar en un auto todo oxidado y oliendo a mugre junto a un obeso desconocido con la cara del mismo diablo la tenían muy nerviosa, para colmo todo el asiento trasero del coche estaba en deplorables condiciones, el viejo notó la femenina incomodidad y le ofreció pasarse al asiento del copiloto, ella dudó un poco pero la aparición de una cucaracha sobre uno de sus bracitos la hicieron brincar y pegar un grito y sin darse cuenta ya estaba sentada al lado del gordo.
-señor por favor lléveme a mi casa,- dijo la chiquilla después de pasar por la inesperada escena, limpiándose su blanco bracito con un clínex mientras sus cabellos se le iban para adelante enseñando una apariencia muy llamativa.
El viejo lobo solo sonrió mientras encendía nuevamente el auto, pero antes de lograr esto hizo como que accidentalmente se le caía algo, dicho objeto cayó del lado de la principiante modelo quien educadamente comenzó con la realización de la búsqueda para dárselo al viejo pero justo cuando esta agachaba su azulada mirada fue asaltada por él, quien valiéndose de su fortaleza y de un trapo húmedo en cloroformo logró someter a tan encantadora fémina.
Pero que fácil había caído la nena, tantas veces en donde sus intentos fueron en vano y ahora cuando menos se lo esperaba estaba ahí, con el cuerpo de la inerte hembra acurrucado en su viejo auto, se la hubiera violado ahí mismo pero tenía otros planes y había muchos presentes.
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La encantadora Dulce se despertaba, después de haber estado acostada en un viejo sillón incorporaba su exquisito cuerpo para darse cuenta de que se encontraba en un lugar completamente desconocido, oscuro, muy sucio, y más se asustó cuando escuchó los chillidos de unas ratas que por ahí deambulaban, pero su temor fue mayor al contemplar a tres hombres exageradamente horribles parados al lado de ella y cada uno expresando una mirada y sonrisa casi satánica.
-quienes son ustedes??!!!- gritó la intimidada y joven promesa del modelaje al verse rodeada por tan desagradables sujetos.
-shhh, no grites ricura, solo queremos jugar un ratito contigo, se buena con nosotros y te prometemos que nada malo te va a pasar- dijo uno de los sujetos, la nena recordó entonces esa fea y cachetona cara, se trataba del gigantesco Pancho, volteo a ver a su segundo captor, un viejo feo y con una dentadura que sobresalía de su boca, dientes extremadamente chuecos y desnivelados, se trataba del anciano Felipe quien a sus casi 70 años aun tenia energías para coger, para su edad se notaba muy lleno de vitalidad, y por último un hombrecillo panzón y de cara alargada, el joven Lucio, joven comparándolo con estos otros dos antagonistas ya que su edad rasguñaba los 50.
La nena miraba con terror a estos pervertidos seres, quienes esperaban que la nena entrara en un ataque de pánico, suplicara por su seguridad o de plano intentara arremeter contra uno de ellos, pero ninguna de estas opciones ocurrió, la nena se tomó la situación de la manera menos pensada por este trio de malhechores.
-jaja…. Jajajaja…….. jajajajjajajajajajjajajaja- la jovencita Fuentes comenzó con un serio ataque pero de carcajadas para sorpresa de los tipejos quienes se veían extrañados el porqué de la reacción de la señorita.
-jajajajajajaja, esperen jajajaja, ya en serio, jajajaja, discúlpenme de verdad jaja, o sea, la verdad que que buena broma eh, miren hasta con disfraz de pordioseros y toda la cosa, y quien se supone que eres tu eh, cuasimodo?? jajajajja (decía la nena refiriéndose a Lucio), ya en serio amigos díganme, a donde está la cáMiriam Caballeroa para sonreírle- la nena se ponía de pie en toda su perfecta y delineada carnación.
-te atreves a burlarte de nosotros perra estúpida- dijo el gordo y avanzó hacia la risueña chiquilla quien llevaba una de sus manitas a su carnosa boquita para disimular las ganas de seguir riendo, creía que el lenguaje soez era parte de la actuación.
-señor, no se haga, está más que obvio que esto se trata de una broma, o si no, no me explico que haría yo, Dulce Lissette Fuentes Ruvalcaba, heredera única de la fortuna Fuentes, una verdadera promesa del mundo del modelaje, o sea, cual Adriana Lima, cual Bar Rafaeli, yo!!!, Dulce Lissette, que haría en un lugar tan……. cochino como este y compartiendo el escenario con unos pordioseros como ustedes, o sea, sin ofender eh, es más tome, mi pañuelo, se lo obsequio, más adelante valdrá una fortuna- dijo la nena sin ofenderse por la forma vulgar de Pancho refiriéndose a su encantadora persona.
El viejo se encolerizó, como era posible que una muchachita se estuviera burlando de él tratándolo como un payaso, siendo él uno de los secuestradores más peligrosos y “buscados” por el Estado, así que sin más decidió dejar bien en claro la posición de ella.
-así que eres modelo chiquilla pendeja, más bien pareces actriz porno-
-sabias que el modelaje y la pornografía van de la mano?- dijo el Miriam Caballerorano.
-a que se refiere?- preguntó la chiquilla.
-si pendeja, me refiero a que si no sabías que muchas modelos son también actrices pornos, de la misma manera muchas actrices pornos empezaron o siguen modelando-
-primero son edecanes en las empresas de sus papis, más tarde representantes de alguna Miriam Caballeroca de prestigio, se lanzan como modelos, después reciben una oferta para posar en alguna revista para caballeros primero de entretenimiento y luego nudista para posteriormente terminar haciéndole favores orales a patrocinadores para seguir en vigencia, y cuando ya pasaron sus añitos de inocencia debutan en alguna película porno de bajo presupuesto jejeje,- decía el pervertido sujeto, la nena escuchaba las parloteadas del viejo empezándose una discusión entre ellos.
-bueno, eso creo yo…… se da dependiendo de los gustos de cada una- decía la nerviosa chiquilla, se estaba empezando a inquietar pues veía la depravada mirada que el gordo le mandaba a cada curva que conformaba su cuerpo, como esa nariz de cerdo se expandía para llevarse hasta sus fosas nasales la mayor cantidad de perfume femenino y olor a mujer que de la nena se desprendía.
-nada pendeja, si te dedicas al modelaje llegará un momento en que tendrás que aflojar para que tu carrera suba, si no te estancas, pierdes terreno, te olvidan y terminas siendo desplazada por alguna de esas otras zorritas más jóvenes que vendrán detrás de ti, así es esto- Lucio escuchaba atento como el gordo croaba, pero a la vez no podía evitar recorrer de pies a cabeza la descomunal figura de la atractiva chiquilla, estaba tan caliente que ya comenzaba a masajearse su verga por encima de su pantalón, se decía que hoy volvería a probar carne tierna mientras le daba otro trago a su mula de caña y sonreía maliciosamente.
-eso no es cierto, hay muchas que……- apenas y la nena iba a mostrar su descontento cuando fue interrumpida por la superior y carrasqueña voz de Pancho.
-a mí no me rezongues!!!!, jejejeje, se nota que te hace falta mucha disciplina, y si no me crees lo que te digo porque no se lo preguntas a la puta de tu madre, ella cuando empezó a modelar tuvo que hacer ciertos favores a algunos productores para mantenerse vigente aun después de que te tuvo a ti, por lo visto no te dio pecho pues no se le han caído la chiches jejejejeje, no te dio pecho ti pero que tal a su representante- dictaminó el gordo, la nena se quedó sorprendida, al parecer estaba ante sujetos que la conocían a ella y a su familia.
-oiga y usted como sabe que mi mamá fue modelo?-
-jejeje, yo conozco mucha gente chiquilla……. Lo que yo te digo es cierto, así que porque mejor no empezamos para que te vayas acostumbrando al tipo de favores que a futuro tendrás que realizar, anda, ven, chúpamela, quizás y en una de esas tu carrera se desvíe a actriz de telenovela- decía el viejo mientras sacaba sus 22 centímetros de dura carne morena y recorrida por centenares de venas y arterias.
La nena al ver los vulgares comportamientos del viejo y que esto iba en serio decidió escapar, pero la única entrada y salida estaba justo detrás de estos animales, así que sin importarle nada trató de huir como si pudiera atravesarlos pero su cuerpecito chocó con la gruesa y grasosa mole de Pancho.
-a dónde vas putita?-
-iiiuuuu, viejo cochino suélteme está sudado, apesta!!- dijo la nena librándose de las garras de Pancho, retrocediendo un poco mandando manotazos.
-mi celular, mis cosas, dónde están?!!!!, dónde están???!!!!, auxilio!!!!!, auxilio!!!!!!, alguien que me ayude por favor!!!!!!!!!!!!!- gritaba la histérica nena, comenzó a temblar de todo su cuerpo, al parecer estaba entrando en un ataque de pánico, y como no, estaba a punto de ser violada y la habían despojado de sus posesiones de valor.
Pero pancho con toda la calma del mundo se acercó a ella y de una fuerte y sonora cachetada la hizo volver en sí.
-mira pendeja, puedes gritar todo lo que quieras que nadie te va a escuchar, pero eso sí, grita cuando no esté yo quieres, tengo mucho dolor de cabeza como para estar soportando tus berridos así que…….. Si en verdad aprecias esa carita de muñequita que tienes lo mejor será que te calles y seas obediente, entendiste?- dijo Pancho sacando una navaja y pasándola por el cuello de la mujercita, la nena al sentir el frio filo solo asintió con la cabeza, como por arte de magia sus lágrimas desaparecieron.
-sí, sí, pero por favor, por favor, no me haga nada, no me haga nada, mi familia tiene mucho dinero y puedo darles lo que quieran pero no me hagan nada- la nena hablaba demasiado rápido.
-shhhh, shhhhh, tranquila princesita, tranquila, nadie va a hacerte daño, lo único que tienes que hacer es chupar algunas vergas y dejar que estas te penetren hasta que se vacíen y ya, es más ni siquiera puede que seamos nosotros quienes te violemo…. Jejeje perdón juguemos contigo- dijo Pancho tallando los dorados cabellos de la casi modelo.
-ustedes no?, si ustedes no entonces quiénes???- preguntó la chiquilla.
-mira chiquilla, escucha bien, en este juego hay dos grupos, uno está conformado por nosotros tres y el otro son solo dos gentes, ahora sin ver al otro grupo tu tendrás que decidir, fíjate, hasta te estoy dando a escoger, tendrás que decidir quiénes serán los afortunados de iniciarte formalmente en el mundo del modelaje jejeje, recuerda nosotros somos tres, el otro grupo solo son dos personas- dijo Pancho, la nena podía aspirarle todo su apestoso aliento.
La nena se quedó aterrada, sería violada, de eso no había duda, utilizando al máximo sus conocimientos matemáticos dedujo que muy posiblemente sería más fácil contener a dos personas que a tres, ya que si Pitágoras y los deditos de su mano no le fallaban tres era un número mayor que dos, además veía a estos tres viejos extremadamente pervertidos y asquerosos, apestaban a sudor y estaban re feos, en especial el chaparro (Lucio) quien parecía el duende maldito, además ya de reojo había visto la verga de Pancho y estaba enorme, la partiría pensaba ella considerando la medida vergal de su apuesto y drogadicto novio, así que sin dudarlo escogió su decisión.
-el otro, si, el otro grupo- dijo la nena pensando que alguien más asqueroso que estos tres era imposible de encontrar, la nena no dimensionaba que estaba escogiendo a una pareja de hombres para que ¿la cogieran?, que desequilibrada está la juventud de hoy en día.
-segura chiquilla?, es tu decisión final?- preguntaba Pancho.
-sí, convencida, los otros dos, el otro grupo- decía la asustada chiquilla.
-qué pena, me hubiera gustado estar en el grupo ganador, Lucio!!, has pasar a los apuestos caballeros, ¡¡¡¡la reina ha escogido!!!!- ordenó Pancho.
La chiquilla veía con horror como por esa puerta entraban dos seres los cuales dudaba si estos podían calificar como humanos, se trataba de dos vagabundos que ya llevaban algunos meses deambulando por la zona, usaban ropas muy desgastadas y rotas, sucias, llegándose a ver como si estas fueran de color café o negro como tonos originales, uno de ellos era tan gordo y casi tan alto como Pancho, traía colgada una maleta en donde metía todas las latas y botellas que se encontraba y aplastaba en los basureros, usaba unos pantalones arremangados y unas chanclas de las cuales una ya estaba partida a la mitad, tenía una pata demasiado hinchada lo que hacía verlo caminar de manera dificultosa, chueca, hablando de su rostro era feo y no se podía distinguir cual era en realidad el color natural de su tez pues estaba cubierto por tanta mugre hasta el punto de parecer negro, con solo el desagradable olor de este sujeto la dulce fragancia femenina de la chiquilla se desvaneció, era tal el apeste que muy posiblemente cualquier animal doméstico hubiera huido de la zona despavorido, la razón de su olor se debía en mayor medida a que tomaba mucho y con frecuencia vomitaba en sus mismas ropas o limpiaba el vómito en su cuerpo con sus prendas, podía apreciarse algo parecido a caMiriam Caballeroones y papilla impregnadas en su extenso pecho, pero si este era asqueroso el siguiente estaba en otro nivel.
A diferencia del primero cuyo rostro aparentaba una edad de por lo menos unos 40 años, este segundo era un viejo, un anciano, traía en su cabeza un pasamontañas, barba ceniza y muy poblada, su rostro lleno de arrugas y verrugas, pero lo más espantoso era su boca, casi en su totalidad desprovista de dientes, solo se alcanzaban a visualizar cuatro piezas adornando su boca, de esta escurría baba y no solo eso, de sus fosas nasales escurría también una gran concentración de mucosa verde, este no era tan gordo, su cuerpo más bien tenía la forma de una pera, poco pecho y algo de panza, e igualmente vestido con ropas andrajosas y acompañado de un perro que no dejaba de ladrar, la razón por la que este otro viejo también apestaba era que venía cagado de sus pantalones, y una superpoblación de moscas tanto en sus nalgas como arriba de su cabeza adornaban a tan repulsivo sujeto.
-señor por favor creo que ha habido una confusión, permítame escoger otra vez quiere- la chiquilla se había echado para atrás al contemplar la inmunda atrocidad que le esperaba, hasta experimentaba un tip nervioso en su ojo izquierdo.
-nada chiquilla, tú escogiste, ahora cumple, bueno caballeros ustedes han sido los ganadores, ahora preséntese ante la señorita-
-la verga, yo vengo porque a mí me prometieron comida- dijo el más gordo.
-no seas pendejo Culandro, yo te decía que solo nos llaMiriam Caballeroon pa´ corretearnos con agua fría por lo de la otra vez- dijo el moquiento, aspirando su asquerosa mucosidad.
Don Culandro (el gordo) y Don Penesio (el anciano), no eran sus nombres reales pero así se hacían llaMiriam Caballero y así les pusieron los vecinos, eran dos vagabundos que también tenían la maña de robar a quien vieran no pertenecía a los alrededores, acompañados de su fiel Rintintín, un aberrante y enorme perro negro sarnoso, pulgoso y rabioso, de raza desconocida o aun no clasificada, hasta por momentos se dudaba que eso en realidad fuera un perro.
-se equivocan caballeros, están ustedes aquí presentes para disfrutar de un dulce manjar, ven a esta niña, pues pueden hacerle lo que quieran, es una puta que hemos rentado para ustedes, como un obsequio por ser tan buenas personas y limpiar estas calles de toda la basura que arroja la gente, no se preocupen está domesticada, así que adelante, se vale meterle la verga, maMiriam Caballerole la panocha y vaciarse donde ustedes quieran y cualquier berrinche o negación por parte de esta francesilla pendeja se analizará para su respectivo castigo, así que adelante, sírvanse- invitaba el obeso de Pancho mientras él tomaba asiento en una silla ubicada enfrente del sillón donde esperaba la nena, ya Lucio y Felipe había tomado sus respectivos lugares.
-ohh, apoco es francesa?- preguntó Culandro.
-no, pero parece- dijo Pancho.
Los viejos errantes observaron detenidamente a la preciosidad ahí sentada, tenían mucho tiempo que no cogían, al menos Culandro, Penesio tenía mucha más experiencia en el ámbito sexual pero solo con perras pulguientas y así sin lavárselo guardaba su aparato entre sus pantalones cubierto por cualquier cantidad de extrañas fragancias y enemas caninos, ya que no había hembra humana en el mundo que quisiera tener un momento de lucidez con tan desagradable y cagado sujeto.
Por eso con el simple hecho de ver en primera fila a una perfecta ejemplar de hembra de su ahora sí misma especie no pudieron evitar experimentar una rara sensación en sus pantalones, algo entre sus piernas cobraba viva y se erigía poderosamente mientras iba casi desbaratando los trapos esos que ellos mismos llamaban pantalones así como desprendiéndose de costras de mugre que literalmente formaban una armadura que cubrían sus miembros y que se partían conforme las vergas resucitaban.
Los desagradables viejos se acercaban a la nena quien veía aterrada el aspecto visual y edades de los sujetos que disfrutarían de sus servicios, sus manitas comenzaron a sudar y su cuerpo se puso extremadamente tenso, cuando los viejos se sentaron junto de ella no pudo evitar expresar un gesto de vómito, y es que el olor era insoportable que hacia llorar sus ojitos, sintió como una de las tantas manos se posó sobre uno de sus pechos y comenzó a masajearlo, ella intentó retirarlo con su mano pero le fue inútil, otra mano había asaltado ese salvador bracito y de paso se lo había cubierto de suciedad, la futura modelo podía escuchar el zumbido que venía a partir del aleteo de todo el enjambre de moscas que revoloteaban para allá y para acá y que ya empezaban a pararse sobre su cuerpecito y friccionar sus patitas.
La cochina mano seguía masajeando ese perfecto, redondito y paradito seno mientras otra se posaba sobre la torneada y carnosa pierna de la fémina y principiaba un calloso recorrido hacia arriba dejando una impregnosa Miriam Caballeroca de suciedad y algunas flemas, Dulce sentía como ya eran tres manos las que tallaban su cuerpo, se preguntó por la cuarta, que estaría haciendo, así que desvió su azulada mirada para contemplar con terror como esta cuarta mano masturbaba una imponente verga, la verga de Don Culandro era enorme, gigantesca y muy gorda, de nada había servido que hubiera rechazado la de Pancho si esta estaba en igualdad de condiciones y longitudes.
-vamos zorra muéstranos tus chiches, anda!!- el pervertido de Penesio con todo y mocos en la cara y barba ordenaba, su aspecto era de lo más repugnante e intimidaba a la nena con solo saber que existía.
La nena conmocionada solo volteaba a ver al trio de depravados quienes bebían cerveza sentados como si estuvieran disfrutando de algún entretenimiento televisivo, pero a la vez veía una moruna en las manos de Felipe y recordaba sobre el supuesto castigo que tendrían sus negaciones, así que esperando unos minutos en donde disputaba sus sentimientos dentro de su avara cabecita llevó sus manitas atrás de su nuca, lentamente deshacía un nudo para de esta manera el sugerente escote fuera deslizándose hacia abajo hasta que aparecieron ante todos los presentes los carnosos pechos de la joven modelo, los cuales se mantenían exquisitamente levantados en una muestra por ofender o faltarle al respeto a la gobernante fuerza de gravedad.
A Lucio hasta le salió la cerveza por la nariz, nunca había contemplado en su vida unos senos desnudos tan perfectos, tallados por las mejores y más profesionales manos escultoras, lucían muy blanquitos, limpios, sin ninguna mancha o arruga o señal de flacidez, grano, verruga o algún vello o lunar que pudiera aparentar paño, adornados por un par de finos pezones y rodeados por unas hermosas y cautivantes aureolas rosadas y completamente erguidos ya que a raíz de que el escote fue retirado estos conservaban su misma posición en un afán por mentarle la madre a la poderosa fuerza de atracción; Pancho, al ver como esto empezaba a toMiriam Caballero formas decidió mandar a Lucio a cuidar la entrada del edificio por cualquier cosa que pudiera solicitársele tanto a él como a Felipe y de esta manera no subiera alguien más que pudiera interrumpirlos.
Lucio reclamó pues por nada del mundo quería perderse ese inigualable espectáculo tan insólito, y eso que apenas iba a sacarse la verga para masturbarla, pero fue silenciado por el portentoso sujeto.
-mira pequeña sabandija, está claro que no pueden ir ninguno de los invitados que en estos momentos disfrutan de la piruja esa, tampoco puede ir Felipe porque es el dueño del edificio y tiene ese derecho, así que solo quedamos tu y yo, dime, como podemos decidir quién de nosotros dos irá a cuidar y se perderá de este momento…………….. anda dime- dijo el descomunal sujeto levantándose de su asiento y sacando todo su pechaje, quitándose la camisa y mostrando cualquier cantidad de cicatrices y tatuajes, tantos que era casi imposible colocar uno más.
Lucio comprendió entonces que nada tenía que hacer allí, así que derrotado y humillado en cuanto a condiciones corporales salió cabizbajo por la puerta, maldiciendo al gordo y a su inferior genética corpórea.
La pornográfica escena se reanudó, como becerros ambos vagos se pegaron a cada uno de los senos, lambiéndolos, pasándoles sus asquerosas lenguas y de esta manera comenzar a impregnarlos con un maloliente brillo, mientras Culandro jugaba con su lengua revolviéndose en un pezón, Penesio con su babeante y chimuela boca succionaba el otro como si quisiera absorberle toda la carne que en él se encontraba, llegando a enterrar uno de sus venenosos dientes en esa suave y tersa piel.
La nena reaccionó con un grito e intento de evadir la horrenda cara, pero el solo ver al viejo le daba hasta asco tocarlo, le provocaba nauseas tocar esa cara incluso para retirarla mientras esto era aprovechado por el viejo para darse el mejor festín de su vida y devorar chiche como si esto fuera la única y exclusiva razón por la cual fue enviado a este mundo, estaba tan concentrado que ya comenzaba a ejercer movimientos representativos del acto carnal, impulsaba su pelvis y esta comenzaba a friccionar su babeante instrumento en las tremendas caderas de la joven hembra.
Ella se incomodó y alejó su cuerpo del desalmado y caliente viejo que se restregaba en su escultural figura próxima Miss México pero este movimiento solo hizo que se acercara al otro sudado sujeto que ya, junto con su compañero, habían agriado el ambiente con olores propios de las trocadas y zurradas provenientes de ambos.
-noo!!!, basta, esto es demasiado!!!- la nena se incorporaba ante el asombro de los presentes.
-que pasa puerca, apenas y te iba a dar un besito jejejeje- dijo Culandro.
-no puedo, por favor, esto es tan asqueroso, ustedes realmente apestan, moriré si respiro otros segundos más su hedor- decía la joven mientras tapaba con sus manitas sus babeados senos.
-por favor señor, no habrá otra forma de arreglar esto- decía la nena dirigiéndose a Pancho pero la verdad es que, ¿Qué era lo que la nena quería arreglar?, no les debía dinero, no estaba involucrada en nada, su único “pecado” se podría decir era haber salido tan buena, sentirse superior a los demás y haber caído en las malvadas garras de Pancho.
-así que nos dices apestosos, nosotros no tenemos la culpa de no ser finos como tú y poder bañarnos todos los días, si yo tuviera agua me bañaría, así que ven y siéntate con nosotros o si no Rintintín te enseñara a respetarnos- dijo el panzón de Penesio, mientras el aMiriam Caballerorado Rintintín comenzaba a ladrar como el mismísimo Cerbero, tiraba de su cadena intentando liberarse llegando a mover el pesado mueble de donde yacía aprisionado.
-que te sientees!!!!!!!!- Culandro jaló a la desescotada nena de una de sus manitas y fue a caer nuevamente en medio de ellos.
-ahora vamos a darnos unos buenos besitos entendiste, y si me muerdes la lengua te suelto al Rintintín, que mira que él también tiene un tiempo que no ha probado hembra jejejeje- la nena era amenazada por el putrefacto de Penesio, quien se quitaba su camisa para estar parejo con Dulce.
La nena al escuchar esta aberrante amenaza se puso fría de todo su cuerpo, llegándose a ver hasta azul de su carita, y es que el simple hecho de pensar que la echarían a coger con ese perrote le ocasionaba un trastorno muy fuerte que quizás ni el mejor psicólogo con sus terapias propias podrían aliviar, el perro en cambio también tenía su roja verga bien parada, al parecer hasta él disfrutaba del momento.
El viejo Penesio dejaba contemplar a su preciosa amante una figura fofa, el viejo era moreno de la cara y brazos pero al liberarse de su atuendo dejó ver que de su cuerpo era más claro, en la parte que era cubierta por su trapo, un abundante bosque selvático adornaba solo en medio de sus pechos y una caída y arrugada panza bajaba hasta tapar el mecate que servía como cinturón de su pantalón, así fue como comenzó un forcejeo entre este viejo y Dulcecita pues él quería meterle su sucia lengua en su boca y ella por razones obvias lo impedía, mientras Culandro se dedicaba a lamer a la nena de sus magistrales pantorrillas; Dulce no era una modelo delgada, era más bien de esas modelos vulgarmente voluptuosas y cuyo cuerpo o mejor dicho caderas hacían estirar esa pequeña falda hasta el desgarro, notándose perfectamente donde acababan las nalgas y donde comenzaban las piernas.
-nooo, suélteme malditoo- la nena se resistía, pero vanos fueron sus intentos pues en poco tiempo el asqueroso de Penesio metió hasta dentro su por demás repulsiva y vomitoria lengua y comenzó con un remolinesco movimiento acaparando toda la fresca extensión bucal que pudiera conquistar de la señorita.
Ella tosía pues sentía su boquita llenarse de babas, las cuales comenzaban a escurrir por las barbillas de ambos amantes, desesperada luchaba ante la aberrante situación pues sumada al hedor le estaba resultando psicológicamente traumante, su boquita pronto se volvió a llenar de saliva pero ahora no podía escupirla pues los labios del viejo formaban un sucio tapón en sus rojos labios de actriz porno así que por reflejo no le quedó otra que mover su lengua, que más que para lograr algo era más que nada para estar en movimiento pues Culandro ya le había sujetado de las piernas, la lengua de Dulce se encontró con los pocos sobrevivientes dentales del pervertido, eran más grande de lo normal y pudo sentir como en cada roce de su órgano lingual se desprendía una rara concentración de algo por parte de estos.
En poco tiempo se comenzó a escuchar un desquiciante sonido húmedo, proveniente del constante choque de ambas lenguas cortejándose, que solo puso bien duros tanto a Felipe como a Pancho al imaginarse la fuente que producía dicho sonido, para esto el viejo Penesio con una de sus manos había aferrado la barbilla de la nena para de esta manera poder darle sus mejores y más obscenos besos de lengua, la nena mantenía un rostro entre asustado y asqueado pues era heroico estar soportando a ese viejo que muchas veces fue corrido de la cantina por andar faltándole al respeto a las empleadas de Felipe, la falda de la nena se había levantado hasta casi la mitad de su ejercitado trasero y dejaba ver los blancos y apretados calzones de la chiquilla formados por finos encajes en los laterales, Pancho y Felipe no daban crédito a lo que su cerebro procesaba mediante sus calientes miradas y empalmados masturbaban sus grotescas vergas listas para entrar en acción.
Culandro al ver la infernal imagen de esos blancos calzones apretarse exageradamente en ese ejemplo de culo bien hecho comenzó a realizar movimientos perrunos, rozando su monstruosidad entre las carnosas nalgas de dulce quien podía sentirla aun sabiendo que esta volvieron a refugiarse entre los pantalones del tipejo, de repente sintió como algo húmedo había chocado con su espalda, Culandro había arrojado un cuantioso y pegajoso escupitajo en ella y esta asquerosa secreción venia resbalando por toda la zanja y algunos músculos que se Miriam Caballerocaban ligeramente en la femenina espalda de la joven edecán.
-no, no haga eso- decía la chiquilla quien para hablar tuvo que liberarse de la sucia boca de Penesio, pero este otro depravado volvió a llevar su boca hasta esos tentadores labios para volver a fundirse en un malsano beso de lengua, la nena poco a poco se iba sonrojando de su carita pero más que por sentir bonito era por la situación de alcanzar a observar a los otros dos viejos masturbarse con la visión de su cuerpo, llegándose a sentir como una especie de instrumento exclusivo para disfrute de machos, que ha decir verdad, eso es lo que representa esta nena en las pasarelas pero visto desde un punto más maquillado.
De repente la nena mordió el labio de su improvisado amante, este se emputó y le pegó una cachetada por tremenda osadía, Dulce no lo había hecho por asco, no fue esa su intención, fue porque Culandro había hecho a un lado su calzón, se había ensalivado dos de sus dedos todo con la finalidad de lubricar a la cálida chiquilla y había comenzado con un morboso refrego sobre su conchita, pero el viejo se llevó la sorpresa de que la nena estaba mojadita, su sexo se sentía calientito, así que continuo pues la experiencia para él era enloquecedora, ya ni recordaba cómo es que se sentía un sexo femenino en proceso de lubricación y este además estaba ausente de cualquier vellosidad por lo que su piel era tan suave casi comparado como acariciar un durazno.
-zorra hija e puta, me vuelves a morder y te muelo a golpes entendites- dijo el satanizado viejo mientras desabrochaba su mecate.
-ora si vas a ver hija e puerca, esta me la pagas- decía el dañado sujeto.
El viejo bajó sus sucios pantalones dejando ante la mirada atónita de Dulce su verga de 23 centímetros, morada tirándole a negra de su glande, lucia tremendamente brillosa, de su punta colgaba un hilo de una rara sustancia parecida o de consistencia similar a la clara de un huevo, su glande apestaba a verga no lavada en meses, estaba atascada de suciedad, era posible visualizar tremendos restos de cosas blancas y algunas aMiriam Caballeroillentas que muy posiblemente habrían sido blancas con anterioridad pero ahora estaban añejadas.
-no por favor eso no- dijo Dulce pues sabia las claras y maquiavélicas intenciones del dueño de sus besos, Penesio la iba a poner a maMiriam Caballerole la verga.
Pero la esculpida nena pronto se sintió desprendida de otra de sus ropas, y es que el bribón de Culandro había tomado sus finos calzones de cada uno de sus laterales y aprovechando que la nena se distrajo reverenciando la amenazante verga jaló la ajustada ropa interior de ella sacándosela por completo, ni siquiera le dio tiempo a esta chiquilla de cerrar sus muslos, cuando sintió ya enseñaba a este otro vago su cajeta completamente desprotegida.
El chueco Culandro tomó los calzones de la nena y los enseñó levantando la mano, como si este hubiera sacado de la piedra encantada a la mismísima Excalibur, y emitió un grito vencedor, pero Penesio quiso reclaMiriam Caballero para sí tan anhelado trofeo, así que comenzó una serie de fuertes jaloneos por parte de los viejos peleándose por las pantaletas de la fémina y es que cada uno quería ser el primero en aspirar la caliente y lubricada esencia de hembra humana.
Era tal su desesperada contienda que ya habían roto la suave prenda de uno de sus elásticos, Dulce por lo tanto seguía en medio de estos dos animales, había adoptado una postura casi de perrito pues una de sus piernas se apoyaba del suelo, de esta manera podía sentir empellones en su culo por parte de Culandro en su riña, mientras la verga de Penesio al estar parada chocaba, punteaba y cacheteaba su carita debido a los bruscos movimientos del vejestorio, la nena no se daba cuenta que su hermoso rostro digno de aparecer en las portadas de las más reconocidas revistas estaba siendo embarrado por muchos de esos sedimentos blanco-aMiriam Caballeroillentos que escurrían de la verga de Penesio.
Fue en esta competición por conocer quién sería el ganador en donde ambos viejos totalmente desesperados jalaron la prenda y esta se estiró tanto del otro de sus elásticos que salió disparada de las manos de ambos, los viejos veían como esta deliciosa prenda casi en cáMiriam Caballeroa lenta llegaba hasta los territorios de Rintintín, rápidamente el perro le puso una de sus patas encima y comenzó a olfatearla por un buen rato, con su espumoso hocico mordía y estira dicha prenda, jalándola y sacudiéndola como si hubiera atrapado algún tlacuache y sin más comenzó a masticarla mientras gruñía y enseñaba sus fieros colmillos ante la intención de alguno de los presentes por quitársela de sus fauces.
La señorita Fuentes, ahora solo vestida con sus tacones y su falda, aprovechó la distracción de los viejos para escurrirse como alimaña bajándose del sillón pero sus movimientos fueron advertidos por Culandro quien fue a su captura, agarrándola de los pelos casi queriéndole arrancar el cuero cabelludo.
-a donde hija de puta!!!!!!!, pendeja zorra creites que te nos ibas a escapar!!!- dijo el viejo mientras empezaba a jalarla como cual trapo viejo o jerga para trapear el piso hasta llevarla de nueva cuenta al viejo sillón nido de tarántulas.
-por favor suélteme, me duele- la nena solo pataleaba y aferraba sus delicadas manitas de princesa en contra del gordo brazo del recolector de botellas, una vez en el sillón el gordo Culandro sentenció.
-ahora pedazo de perra, me vas a dar las más sabrosas de tus mamadas o de lo contrario te echo a Rintintín pa´ que te coja, entenditeeessss!!!!!- rugió el depravado Culandro quien la miraba con sus ojos completamente sulfurados mientras la nena lo miraba con su carita de niña asustada y ojos vidriosos, temblando ante su visible inferioridad.
Mientras Culandro se iba desvistiendo la nena observaba como Penesio, con verga de fuera, se sentaba al lado suyo mirándola de manera retorcida, sonriéndole y enseñándole sus podridos dientes y como a partir de su sonrisa se escapó una putrefacta esencia que le llegó hasta su pequeña naricita. La nena apartó su mirada de tan horroroso sujeto solo para darse cuenta de que Culandro ya estaba listo, su ruda verga de 22 centímetros y apestando a rayos apuntaba directo a su boquita, esa boquita que tantos muchachos admiraban, que muchos llegaron a imaginarse pegada entre sus labios, intentado prefigurar el sabor de sus besos y que ahora dicha boquita sería mancillada por una verga que, para que describirla, si el lector ya anticipará las sépticas condiciones en que se encontraba.
-chúpamela perra, anda, chúpamelaaaaa!!!!!- decía el exasperado gordo ligeramente inclinado hacia un costado debido a su rara malformación en una de sus extremidades inferiores.
Dulce se resistía a realizar tan desatornillada labor, esto no era para nada estimulante ni gratificante, su panocha estaba mojadita pero era porque de por si siempre se humedecía debido a una extraña anomalía en cuanto a su lubricación, no porque estuviera excitada, la chamaca al ver como el viejo levantaba uno de sus brazos para darle una cachetada solo atinó a alegar.
-no espere, está bien, ya se la chuparé, pero por favor no me pegue-
-pues qué esperas!!, anda!!!, o te echo a Rintintín!!!!- el perro no dejaba de ladrar en cada momento en que era mencionado, como si también estuviera pidiendo su parte.
La nena tímidamente abrió su boquita, pero no llegó a engullir tan fétido aparato, retrocedió, volvió a abrirla pero de igual manera se echó para atrás, estuvo así otras cuatro ocasiones, en donde solo abría su boquita, que lo único que hicieron fueron impacientar al viejo Culandro, este tipejo al ver que la nena estaba de zorra calienta vergas decidió toMiriam Caballero cartas en el asunto, así que con un fuerte envión que tomó a Dulce por sorpresa mientras ella abría otra vez su boca, logró meterle más de tres cuartas partes de su cochambroso miembro hasta casi tocarle la campanilla.
Dulce peló los ojos pues el viejo prácticamente la había desvirgado de la boca, la entrada fue violenta, de no ser porque su verga se dobló hacia la garganta esta le hubiera salido por la nuca, Culandro la tomó ferozmente de su cabecita y comenzó a descargar todos sus años de sequía sexual en contra de la boquita de la joven modelo, los brutales azotes que el viejo proporcionaba a su bella sometida eran perturbantes, para poder tener mejor acomodo y de esta manera sus embestidas fueran más potentes apoyó uno de sus pies sobre el sillón dejando la pata mala apoyándose del suelo, para así continuar con su barbarie.
La pobre y malaventurada niña solo se limitaba a recibir las tremendas embestidas, sus modestos ojos azules apenas y podían apreciarse pues cada empellón los obligaba a cerrarlos, la nena solo podía abrirlos para contemplar como la grotesca panza del viejo se dirigía velozmente hasta su carita al punto de chocar con ella, sintiendo como esa grasosa bola de pelos raspaba su cuidado cutis, sintiendo como algo verdaderamente grueso hacia expandir su conducto esofágico, la nena comenzaba a experimentar una apresurada inundación producto del estanque salival que se estaba formando dentro de su boquita y que comenzaba a derraMiriam Caballerose en forma de densas y enormes gotas de babas que caían hasta el precipicio.
-gluuppp!!!, ahhhgggggg!!!!,- la nena se ahogaba ante tales fieros movimientos sumados a la desmesurada medida vergal que se enterraba hasta lo más profundo de su garganta, cosa que la estaba haciendo casi desfallecerse.
El poseído sujeto estaba en un sueño epopéyico al estarse cogiendo la boquita de tan agraciada chiquilla, sus poderosas irrupciones hacían vibrar todo el potente cuerpo de la joven hembra, sus cabellos, sus manos, su cabecita, y más notoriamente sus senos eran sacudidos ante las salvajes acometidas de un hombre en completo estado de abandono racional, el anciano de Penesio no quiso quedarse sin su parte así que incorporándose hizo a un lado a su desnivelado amigo, si bien Culandro era gordo y este otro era un abuelo panzón, se podría decir que el nivel de fortaleza entre ambas bestias era similar.
Cuando Culandro sacó su barreno de esa boquita se impidió que Dulce pudiera cerrar su boca, ya que al contrario, su boquita quedó despilfarrando saliva y completamente abierta como si estuviera esperando que la verga que la mancilló se alojara nuevamente, en su interior podía verse su lengua revolviéndose entre las mezclas de babas y líquidos aceitosos, una gran cantidad de pelusas y residuos yacían naufragando entre dicho océano viscoso y muchos de estos desperdicios caían por efecto de catarata que adquiría la saliva una vez que llegaba al final de los labios de la nena.
El viejo Penesio se acercó a divisar tal hecho, o al menos esto se pensaba cuando acercó su feo rostro a la boquita de Dulce, pero lo que hizo este depravado enfermo fue mandarse uno de sus mejores y más potentes escupitajos el cual entró limpio dentro de la cavidad bucal de la edecán, la nena estaba tan desconcertada que no atinó a mostrar signos de repugnancia, se quedó toda selemba hasta que la nueva y aún más pestilente verga se alojó entre sus labios.
De esta manera el puerco anciano empezó de igual forma a masacrar la dulce boquita de la muchachita, sus manitas no luchaban, solo se mantenían asentadas en las piernas de su verdugo, hubo un momento en que Dulce sintió como algo muy pesado había caído en su pelo y bajaba a velocidades contantes por su frente y nariz, al principio se creyó que era baba del viejo lo que venía bajando debido a su emoción de meter esa verga (que por cierto era la verga que penetraba perras y recién no tiene mucho había penetrado a una) pero cuando a la acaudalada chiquilla se le ocurrió mirar hacia arriba para comprobar su teoría se dio cuenta de que se trataba de otro tipo de líquidos, una enorme cantidad de mucosa verdosa se había desprendido de la nariz del chimuelo y venia corriendo hacia abajo, la nena sentía como esta asquerosidad poco a poco se acercaba a su pulcra boquita pero cuando estaba analizando esta situación esa patógena sustancia ya se había fusionado con las babas que batían dentro de su boca, la verdosa esencia dejó en todo su recorrido un rastro similar al que dejan las babosas cuando se arrastran.
Por un extraño instinto de supervivencia o de defensa la adinerada modelo cerró sus labios, apretándolos contra la sucia herramienta, todo esto quizás en un intento por evitar que entrara más de esa mezcla proveniente de la nariz del viejo, ya que de sus fosas nasales se advertía un segundo e igualmente cargado desprendimiento, pero esta acción fue muy bien aceptada por parte del viejo, ya que sentía extremadamente delicioso que su verga entrara y saliera mientras era friccionada por los carnosos labios de Dulce, los cuales habían perdido toda prueba de su brillo labial, por el contrario habían adoptado una capa blancuzca, formada a partir del atoro de los desechos espermáticos que formaban el antihigiénico sedimento.
El viejo loco reclamaba y reconocía esa boca como suya y en un intento por completa colonización apretó con una fuerza demoledora la carita de Dulce contra su barriga peluda, la nena en un acto reflejo quitó sus manitas de las piernas del viejo para subirlas aún más llegando hasta las peludas y planas nalgas del sujeto pero sintiendo una rara consistencia amasada, espesa, impregnada en el trasero de Penesio ahora adhiriéndose en sus deditos, la pobre chiquilla no sabía que el anciano venía zurrado.
Pero Culandro quiso tener aún más de esa boquita de diosa y no estimando que la boca de dulce estaba albergando la descomunal barra de Penesio metió a Miriam Caballerochas forzadas su desmedida vaina, con mucho esfuerzo el trozo de Culandro se iba abriendo paso entre los apretados labios de la nena los cuales se negaban a recibir dos vergas al mismo tiempo, posiblemente no le cabrían debido al inimaginable grosor de ambas, pero con mucho esfuerzo el gordo logró su cometido otorgándole a Dulce un agudo dolor en su mandíbula casi al grado de llegar a la dislocación, la nena ahora daba asilo a dos terribles y muy apestosas vergas que la ultrajaban a partir de severas estocadas proporcionadas de manera humillante y sincronizada, ahora la moquienta era ella pues de sus fosas nasales escurría este tipo de secreción.
Varios minutos más pasaron para que los viejos pordioseros pudieran estar fuera de la boquita de Dulce, la vejada chiquilla yacía sentada en el sillón con su mirada perdida, de sus labios se apreciaba que mucha saliva fue expulsada, de sus ojos bajaban muchas líneas negras debido a su rímel corrido, su cabello estaba más que alborotado pareciendo una peluca mal puesta, sus chiches al aire y sus piernas muy bien cerradas mientras aún conservaba tanto su falda como sus tacones, de la joven modelo de hace unas horas solo quedaba el potente cuerpo, mientras tanto los viejos estaban parados frente a ella, ya desnudos, con las piernas de ambos cascorvas, sus vergas señalando a la niña y cubiertas por una gruesa capa de saliva en donde varios colgajos de la misma formaban algo similar a estalactitas cavernarias
-bueno pues quien va primero- preguntó Culandro refiriéndose a la penetración vaginal.
-yo, yo iré, apártate gordo- Penesio se le adelantó, el viejo solo se mantenía vestido con su gorro pasamontañas.
Cuando la nena vio que uno de los viejos se acercaba nuevamente se dio a patalear y suplicar misericordia como si fuera el mismo Dios el que estuviera presente, pero el viejo poco le importaba, según ellos esta era una puta alquilada y se les había pedido una cooperación para su participación, dicha cooperación no era nada en comparación a lo que pedían las prostitutas gordas de allá afuera y con el rendimiento de que esta puta estaba mucho mejor que cualquiera de esas que cobraban exorbitantes cantidades por mercancía mallugada y agujeros en pésimas condiciones, sin mencionar lo viejas, gordas y feas.
El anciano mandó una de sus más fieras cachetadas para asosiegar a la nena, aprovechó el momento de desconcierto que en ella había causado el golpe para despojarla de su falda de la manera más bruta, colocó su mórbido cuerpo entre las esculpidas piernas de la modelo, acomodó su babeado instrumento en la entrada de la conchita de ella y sin más se dignó a mandarse el primer empujón, al parecer el viejo tendría un privilegio mayúsculo, que nadie sabía, de lo contrario el mismo Pancho hubiera reclamado para si ese derecho, y esto se constataba en la estoica defensa que la panocha de la nena estaba realizando en contra de tan nauseabunda verga.
-jejejeje, según tu muy vergas Penesio, y no puedes metérsela a esa putilla- decía en forma de burla Culandro.
-es que esta perra está bien apretujada, mi verga ni va a cabeeeeerrrrr!!!!!!- bramó el viejo al sentir como su glande empezaba a resbalar hacia adentro, al parecer los vaginales labios de la nena empezaban a sucumbir.
Por un rato el viejo Penesio estuvo en su faena penetrante, comenzó a sudar cantidades industriales y estas bañaban el cuerpo de la también sudada Dulce quien se aferró del viejo mientras su carita mostraba que efectivamente la verga hacia su entrada trigarante, hubo un momento en que la ya también mugrosa Dulce expresó un rostro de espanto, la pestilente verga de Penesio había entrado en toda su dimensión.
Felipe y Pancho, y más que nada Culandro, quedaron como unos pendejos al escuchar la escandalosa noticia que de los labios del viejo barbón se parloteaba como si se hubiese hecho el más grande descubrimiento científico, y es que lo que a continuación relató el anciano moquiento era algo que rebasaba todas las expectativas lógicas de la libertina chiquilla considerando precisamente eso, su libertinaje.
-jejejejejejejeje, jejejejejejejejejej, jejejejejejejejejejeje- primero una risa macabra proveniente del más bajo nivel del inframundo se escuchó pero después vociferar a todo pulmón lo virginal de la nena.
-es virgen (en voz baja), es virgen (un poco más fuerte), esta zorra era virgeeeeeennnn!!!!!!!! (Berrido)-
-esta zorra era virgen jajajajajaj!!!!!!!, y yo fui el primero!!!!!!!!!!- gritaba Penesio con lágrimas de felicidad en sus ojos.
Ninguno de los ahí presentes creían tan presumida afirmación así que sin más se acercaron para constatar lo dicho por el panzón anciano, a medida que se acercaban podían apreciar como efectivamente el viejo aun clavado pero mostrando parte de su aparato ensangrentado tenía razón, decía la verdad, ¿pero cómo si todos creían que Dulce era una zorrita que asistía a antros y fiestas?, la apenada y ruborizada Dulce mantenía sus dos puños cerca de su carita y pensaba en esa vez que su novio según la había desvirgado pero que ocasionó una fuerte pelea puesto que Dulce no sangró, llevando a esta pareja al borde de la separación debido a que el macho de Dulce desconocía que muchas veces una hembra no sangra en su primera vez, o quizás su arma era muy pequeña y no alcanzó a ocasionar tal daño.
El tener sus manitas tan cerca de su cara llevaron a Dulce a aspirar una rara y fétida fragancia, volteó a ver de qué se trataba comprobando que había mierda en sus deditos, “iiiiiuuuuuuu que asco, maldito viejo asqueroso” pensó y rápidamente los talló en el viejo sillón como si quisiera desprenderse de su misma piel.
Aun así Dulce sentía dolor, y más lo sintió cuando el viejo Penesio comenzó a embestirla, una fuerte punzada nacía en su vagina en cada uno de sus vulgares empalamientos y se extendía como si recorriera un gran nervio por todo su vientre, senos y así hasta llegar a su cabeza y manifestarse en forma de punzada, en pocas palabras, un doloroso camino que la surcaba a la mitad de su cuerpo, algo que la partía por dentro.
Y así con estos tres envidiosos viejos observando la penetraciones tan cerca que podían sentir el olor de la sangre virgen emanando de esa rajita es como continuaron una serie de desconsideradas y salvajes picadas de verga en contra de la suave y delicada vagina de Dulce, pero esto no solo era observado por Culandro, Pancho y Felipe, el cuarto donde se encontraban estaba cerrado con una pesada puerta metálica pero cerca de ella había un orificio lo suficientemente grande como para que un ojo humano pudiera evidenciar toda la pervertida escena, y esto era lo que precisamente estaba aconteciendo, había otra persona observándolo todo.
Pancho y Felipe regresaron a su posición, decepcionados, enojados y vencidos.
-puta verga Pancho para que vergas invitaste a estos pendejos, mira que desvirgar a Dulce no chingues-
-yo que vergas iba a saber, esa chiquilla se veía tan puta que yo pensé que ya le habían dado hasta por las narices- alegaba Pancho.
Mientras tanto Penesio seguía taladrando a la pobre y maltratada Dulce quien ya abandonada de toda esperanza se dedicaba a que todo pasara de la manera más rápida, recibía verga por su papaya por parte de este animal sintiendo como sus paredes vaginales se abrían forzadamente para recibirlo, por lo tanto la sangre se iba mezclando con los caldos lubricantes que escurrían bajando por las nalgas de la nena, el viejo tomaba dichas posaderas y las levantaba para tener mejor embiste, ahora si Dulce sentía todos los centímetros vergales en su acalorada y ensangrentada vagina.
Por acción natural el clítoris de la nena empezó a drenarse de sangre y de esta manera aumentó en tamaño y sensibilidad, los movimientos del viejo a pesar de ser inhumanos llegaban hasta tal lugar, llenando de extrañas sensaciones a la nena nunca sentidas con anterioridad cuando con su novio, dicha percepción estaba empezando a aumentar la temperatura en una nena que se negaba a aceptar que se estaba calentando, no por cómo era sometida, pero si en respuesta a una reacción natural por parte de su cuerpo debido a estar expuesta a los placenteros roces que la verga del viejo mantenía cerca de su clítoris.
-nooo, pare por favor- solicitaba la afamada edecán pues experimentaba algo inusual formándose en su vientre.
El viejo no hacía caso, solo estaba ahí embistiendo a la nena, con su horrible rostro sudado y regurgitando palabras obscenas en contra de la rubia chiquilla que tenía debajo, la cual yacía ahora patiabierta, con sus muslos bien expuestos en donde acoplaba como mandado a hacer el cuerpo del anciano, la nena aún conservaba sus tacones, única pernada que la acompañaba puesto que había sido despojada hasta de sus finos aretes, pulseras, cadenas y esclavas de oro por Pancho y Felipe cuando ella llegó aquí.
Pero las blasfemas palabras no era lo único que soltaba el viejo, además de sudor el viejo volvía a soltar una cuantiosa cantidad de mocos los cuales caían hasta el bello rostro de la chamacona llenándoselo por completo, quedando casi irreconocible, pero el viejo ajeno a este asco llevó su viciosa lengua hasta la boquita de la nena aprovechando que esta la tenía abierta y comenzó con una aguerrida lucha lingual en donde la perdedora siempre era la boquita de Dulcecita.
La aristócrata chiquilla sentía eso caliente formándose en su vientre casi de fuera, era una sensación rara y nunca antes experimentada por ella, sus vanos conocimientos la llevaron a deducir que se estaba meando y que si no hacía algo por impedir las penetraciones terminaría haciéndose, esto sería muy vergonzoso para ella pues todos la verían y se burlarían, así que empezó con sus manitas a querer librase de tan desagradable sujeto.
Pero este no cesaba, parecía no cansarse, ya llevaban un buen rato cogiéndosela y este viejo no bajaba su velocidad, al contrario la había aumentado pues el bollo de Dulce había aceptado el cortejo vergal de Penesio, de repente la joven se tensó de todo su cuerpecito, arqueó un poco su espalda exhibiendo toda la potencia y uniformidad de sus pechos, sintió como su vagina se cerraba dejando atrapada la verga del viejo ahí adentro para después destensarse y soltar una importante cantidad de líquido por su conchita.
-ayyy no, me meo!!- gritó la nena pero fue corregida por su mancillador.
-no seas pendeja hija de la chingada, te estas corriendo, te estas corriendo como las perras jejejeje-
-nooo!!, yo no soy……… ninguna perraaaaaa!!!! Aaahhhhmmmmm, que es estooooo!!-
-aaahhhhhh cállate!!!, te corres exactamente igual que unaaa!!!!- el viejo dio un doloroso manazo contra uno de los cachetitos de Dulce, pero ella ni se inmutó, estaba en pleno trance orgásmico que a poco le había sabido el golpe, entonces el macabro viejo barba ceniza le dio otro, y otro más, y uno con más fuerza, y ahora su otro cachete mientras esta nena estaba imposibilitada para ejercer cualquier tipo de reclamo o defensa.
Fue lo más tormentoso pero a la vez lo más delicioso que la nena pudo haber experimentado en su vida, a pesar del momento y la compañía disfrutó su primer orgasmo en casi el minuto que este duró, una vez después de que se corrió su cuerpo fue asaltado por una serie de ondulaciones infernales que hacían moverla como si estuviera siendo exorcizada, aun con verga dentro la nena se movía como pescado vivo metido al sartén.
-ya me toca- dijo Culandro quien había observado todo, Penesio accedió pero solo porque ya se estaba cansando.
-oigan!!!,vagabundos hediondos!!!, ni se les ocurra meterle la verga por el culo a esa puta!!!, ya que la desvirgaron de la panocha me corresponde a mi romperle el culo!!!- rebuznaba Pancho.
-que ahí de mí?- reclamaba Culandro.
-tú ya le desvirgaste la boca gordo trocao- relinchaba Pancho observando desde la silla.
-me vale verga, le voy a dar por el culo pinche pelota playera- dijo Culandro retando a Pancho, al parecer se avecinaba una auténtica lucha de colosos, un duelo de titanes, un choque de trenes, una colisión interplanetaria, la misma Laurasia y Gondwana dispuestas a tectonizarse para forMiriam Caballero de nuevo a Pangea pues Culandro tenía casi las mismas medidas corporales que Pancho, quizás unos 10 centímetros menos de altura.
Pancho aun sin camisa se levantó, cuadrándose a la hora de caminar, dirigiéndose precisamente a Culandro quien desafiaba sus reglas, la indefensa Dulce, toda babeada y despeinada, veía la descomunal genética de las bestias allí reunidas dispuestas a disfrutar de sus encantos, era como estar en medio de un ambiente jurásico, en cada paso que daba las chiches de Pancho se elevaban como senos femeninos así como un horrísono crujido se podía escuchar en el suelo procedente de cada una de las pisadas del bárbaro sujeto, al fin llegó hasta su destino y se puso en posición intimidante.
-si te acercas más te echo a Rintintín,- el perro al escuchar se nombre comenzó a desgastar su garganta en ladridos y gruñidos, estaba furioso pues veía como uno de sus dueños era intimidado
-que me va a hacer ese cochino perro- dijo Pancho acercándose al can, mientras este lo miraba con ojos desafiantes, gruñía casi aventándosele al desproporcionado hombre con cuerpo de morsa, pero Pancho pegó uno de sus característicos y gorilescos gritos territoriales como ese que lanzó en el cine porno espantando a los presentes teniendo la misma reacción en la sarnosa mascota, la cual agachó sus orejitas y comenzó a chillar como un cachorrito al que le acaban de pegar.
-jejejeje, perro pulguiento-
-bueno ya, te dejamos el culo parado, pero que conste que no me doy un trompo contigo solo porque estoy malo de la pata- dijo Culandro, hasta cierto punto tenía razón.
Ya una vez resuelto el malentendido el chueco de Culandro se dirigió a la nena, la cual estaba desnuda y recostada en el sillón como la misma Maja de Goya, esta ya no luchó pues vio que la escena era casi apocalíptica, así que el viejo con toda la paciencia del mundo se fue acoplando en las carnosas piernas de la chiquilla mientras su miembro se fue enterrando dentro de ella lo más lento y doloroso posible, embarrándose esta también con la sangre que aun salpicaba su sexo, así hasta que ambos cuerpos se tocaron de sus pelvis.
Lo que a continuación sucedió fue una casi réplica de la cogida de Penesio, con la diferencia de que ahora este viejo obligó a la nena a chuparle su sangrienta verga mientras Culandro se la cogía de la manera más humillante posible, tratándola como una vil muñeca de trapo, como si esta fuera un juguete, un entretenimiento para su sádica diversión, un hoyo donde se mete la verga, uno de esos juguetes en forma de vulva que venden para disfrute de los solitarios hombres.
El gordo enterró sus dientes entre los alucinantes senos de la chiquilla los cuales se bamboleaban por los fornicadores movimientos soltando gotas de sudor a cada una de las direcciones cardinales, mientras Penesio literalmente la cogía por la boca, llegándola a jalar de manera que la cabeza de la nena quedara colgando del sillón y Penesio diera la impresión de darse de sentones sobre su carita enterrándole su verga hasta lo más profundo de su garganta, dejándola a un paso del asfixiamiento, que quizás hubiera sido lo mejor ya que era el momento en que el culo de Penesio quedaba lo más cerca posible del rostro de Dulce y recuerden, Penesio era el cagado.
La verga del desdentado se enterraba en esa castigada boquita, por momentos se quedaba mucho tiempo ahí clavándole hasta el fondo toda su irregular vaina mientras sus huevos se aplastaban contra la respingada naricita de la nena, impidiéndole el poder respirar libremente, comenzando ella a manifestarse con visibles arcadas que inflaban sus cachetitos lo que indicaban el alto grado de salivación que ahí se debía de estar creando, y cuando la verga era retirada, como lava emanando de un volcán salían las caudalosas corrientes de saliva regando a su paso el inmaculado rostro de la jovenzuela.
El gordo Culandro tomó a la nena y sin el menor esfuerzo la volteó boca abajo, acomodó su tembloroso cuerpo a manera que adoptara la posición de perra y una vez hecho esto se mandó otro poderoso envión que entró directo en esa adolorida panochita, la torturada chamaquita solo se quejó con un casi mugido, el viejo la tomaba de las caderas para equilibrarse comenzando una verdadera carnicería pues la nena más que gemir gritaba como si la estuvieran desmembrando, al viejo Culandro esto lo excitaba y lo alentaba a seguir, mantenerse constante y aumentar el ritmo de sus frenéticas y ferrocarrilescas embestidas de rinoceronte.
Poco después el viejo ya no se satisfacía en esa posición y ahora tomaba a la nena de su cuello, aplicando una especie de llave de lucha libre como si quisiera hacerla que esta se rindiera en un cuadrilátero, y de nueva cuenta principió con otra serie de mortales apuntalamientos los cuales en cada lanzamiento hacían crujir jugosamente la encharcada vagina, para esto Penesio ya había tomado nuevamente posesión de los terrenos bucales de la apetitosa carne que tenía a disposición, pero regresando a Culandro el muy valiente le había sacateado al trompo con Pancho, pero que tal aplicando llave de luchador con una indefensa y maltrecha muñequita.
Esta pose resultó ser más cansada, puesto que Culandro tenía que hacer mucha fuerza en esos constrictores brazos al aplicar su castigo, mientras la pobre nena ya casi sentía que le era desprendida su cabeza del resto de su cuerpo, un dolor y Miriam Caballeroca roja en su cuello quedaron como resultado de tan abominable Miriam Caballerotirio, pero no contó con que el gordo ahora se iría con su fino cabello, el mugriento y grasiento cerdo sin sacar su verga de la panocha de Dulce se aferró de los cabellos de ella, con una mano tomó un abundante mechón y con la otra pues otro, simulando algo parecido a las riendas de un caballo, una yegua, o mejor dicho una potranca a la que le ha llegado el momento para su domesticación.
De este modo se inició la más salvaje de las contiendas jamás vista por Pancho y Felipe, quienes completamente empalmados por los sonidos y olores a sexo reían y brindaban ante la animalesca situación compadeciéndose de ellos mismos de que por lo menos les quedaba disponible el culo de la adinerada, las velocidades de ataque por parte de Culandro aumentaron considerablemente, mientras el pobre bollito de la chiquilla era castigado hasta la saciedad al mismo tiempo que era jalada con fuerza desmedida de sus cabellos, su carita demostraba un aspecto como si no sintiera nada de esto pero claro que lo sentía, solo que el mismo dolor era tan fuerte que se había convertido en una misma anestesia, las nalgas de Dulce estaban al rojo vivo debido al catastrófico choque que mantenían contra la panza del viejo y más rojas se pusieron cuando este animal la soltó de uno de sus mechones para ajusticiársela con lacerantes nalgadas que no se sabían si hacían llorar, pujar o braMiriam Caballero a la hembra.
El que si pujaba era el gordo, se estaba quedando sin energías, su cuerpo estaba tan caliente hierro fundido pero no paraba pues sabía que, hasta quien sabe cuándo podría volver a presentársele una oportunidad así.
-jejeje, así es como tratamos por aquí a las francesitas presumiditas como tú,- bufaba el repugnante sujeto en los colorados oídos de la ocupada muñequita, pero cuando el cerebro de la nena estaba procesando dicha oración pudo distinguir que el que se dedicaba a cogerle la boca también alegaba.
-noooo, nooooo, aun nooooooo!!- justo en ese momento la entrante y saliente verga de Penesio se despanzurró dentro de la boquita de Dulce.
La nena sintió un asqueroso sabor aMiriam Caballerogo, probaba la flemática consistencia de esa inmundicia cuya capacidad de crear vida aún no se había perdido por completo, la nena se comenzó a trocar, a expulsar esa asquerosa sustancia que sentía le estaba llenando su boquita con su pegajoso hedor, lo que de su boca salió era la cosa más desagradable jamás vista en su joven vida, eso no era blanco, era completamente verdoso, y pensar que un trago de eso se la había ido directo hasta su estómago, volteó a ver al viejo deslechado solo para admirar la retorcida imagen que este poseía en su, si eso se podría llaMiriam Caballero cara.
Penesio estaba muy contento, el ver a la nena con su boquita bien abierta y de esta escurriendo su semen era una situación digna de fotografiarse, enMiriam Caballerocarse, mandarle una copia a su madre y pegarla en el refrigerador de su casa, así que chiflando quien sabe que canción se metió su verga dentro de la boquita de la nena para comenzar a revolver el esperma de la misma manera que se revuelve la sopa, desde que la boquita de Dulce había alojado dos vergas esta aún no se había cerrado, para Dulce era imposible realizar esta acción, su mandíbula estaba aparentemente trabada.
Pero el hermoso rostro de la nenita nuevamente se fruncía, pues a pesar de tener impregnada la asquerosa mezcla salida de los testículos del viejo esto no impedía que ella pudiera orgasmearse por segunda ocasión, todo porque el pervertido de Culandro no había dejado de toquetearle el sensitivo clítoris, abriéndose ella de patas para dejar caer su néctar, el cual goteaba desde lo más céntrico de su rajita mezclado con algo de sangre y líquidos lubricantes del viejo.
La nena, como toda una muñeca de trapo, fue volteada a manera que regresara a su posición original o anterior, boca arriba, para nuevamente ser penetrada sagazmente por el despiadado de Culandro quien se había apropiado de ese bollito y más ahora que Penesio se había vaciado dando a entender que estaba fuera de combate.
La nena estaba toda desnuda, su cuerpo estaba muy sucio, lleno de mugre, cochambre, grasas cubriendo su cuerpo, así como vómito pues momentos antes a Culandro lo había atacado una arcada y alcanzó a vomitar llenando de caMiriam Caballerooncitos mal desintegrados por sus jugos gástricos los enormes pechos de Dulce y en su rostro mucho semen y flemas embarradas, la modelo no se había dado cuenta cuando una gran cantidad de moscas mascotas de Penesio y Culandro ya la habían aceptado como un cuarto miembro y revoloteaban al lado de ella, aterrizando sobre su antes pulcra piel, pero aun así en estas arcaicas condiciones la nena siguió experimentado en contra de su voluntad repetitivos orgasmos.
Los orgasmos que la joven experimentó a partir de ahí la fueron dejando sin fuerzas hasta el casi estado de coma, miraba a Pancho y a Felipe masajearse sus vergas con la visible intención de unirse a la cofradía y reconocía que no soportaría tanta crueldad, estos viejos la matarían a orgasmos, miró al techo aun con la esperanza de ver algo que la salvara, quizás un ángel bajando del cielo; sintiendo como su vagina era reclamada para Culandro mientras esta reía de forma mórbida y chocaba esos cinco con su amigo Penesio mientras este sorprendentemente y en contra de todo pronóstico le llenaba nuevamente la boquita con su recuperada verga, de pronto un último orgasmo la abordó, la nena se corría al tiempo que gemía ahogando sus berridos en la verga de Penesio, su lengüita apenas y podía ser apreciada asomando tímidamente tallando el grueso mástil.
Sintió como algo caliente chocaba con sus paredes uterinas mientras escuchaba al viejo Culandro gruñir y repetir una y otra vez que se corría, cabe recordarles que Culandro tenía meses que no cogía ni se masturbaba así que tenía dentro de él todo un almacenamiento de esperma en sus testículos tan abundante como para en caso de una extinción masiva poder repoblar el planeta, y la cantidad de semen fue evidenciada al rellenar por completo la fértil vagina de Dulce.
Primero un ciclo de ininterrumpidas pulsaciones pudieron ser apreciadas atacando la verga de Culandro, indicando que en cada una, una potente ráfaga de prolífico semen era velozmente enviada hasta lo más recóndito de la matriz de Dulce, después de unas diez, doce o quizás quince inyecciones el líquido fue tanto que este comenzó a derraMiriam Caballerose (la verga aún estaba dentro) debido a que ya había rellenado a la modelo por dentro, cayendo sobre el apestado sillón y formando una gruesa posa del mismo.
Por su parte Penesio hacia presión en su verga mientras esta alojaba solo el glande dentro de la boca de la recién fertilizada chiquilla para, en poco tiempo, comenzar a vaciarse también y nuevamente, demostrando las mismas pulsaciones vergales de su pepenador compinche, de igual modo la boca de Dulce no pudo soportar tanto semen y comenzó a desbordarse en este mismo debido a las regurgitaciones de la nena por mantenerse consiente, teniendo que tragarse ahora más porciones de este, sentía la cuantiosa y espesa secreción bajar lentamente por su garganta.
Los viejos experimentaron la más grande y épica corrida de sus vidas, los niveles espermáticos que expulsaron rebasaban lo convencional, el dolor sentido en sus vientres bajos los obligó a doblarse por la mitad y así tímidamente ambos ogros se fueron acomodando al lado y encima de su hermosa y desvirgada doncella, Pancho y Felipe se acercaban a comprobar si alguno de los tres seguía con vida pues ninguno se movía ni nada, los tres cuerpos amontonados lucían inertes y llenos de moscas que se despabilaban ante el acercamiento de Pancho, el ojo que había observado todo tenia ratísimo que se había ido, pero ¿de quién se había tratado?, ¿Quién había estado observando la enferma escena sin poder haber hecho nada?.
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Poco más de dos horas antes, en el cuarto de Pancho…..
La otra despampanante fémina, la Miriam Caballero encerrada se había decidido, utilizaría las herramientas que su amiga le dio para abrir la puerta que impedía su libertad, demoró algo pues la nena era tan femenina para sus cosas, delicada y no acostumbrada a este tipo de trabajos consistente en golpear el cincel con la maceta para que este rompiera la chapa, al final lo logró.
Para Miriam Caballero poner un pie fuera de su cautiverio debió de haber sido algo parecido a la experiencia que tuvo Neil Armstrong cuando se supone puso un pie en la Luna, avanzó sigilosamente entre las sombras, era de noche y su felino camuflaje negro le ayudaba a pasar desapercibida por donde un grupo de borrachos a lo lejos gritoneaban por algún malentendido.
Aprovechó que la cantina podía ser rodeada por un chapeado caminito cuyo final daba a la calle, una vez allí volteó para ambos lados, casi no había personas pero la verdad era que no sabía en qué parte de la cuidad estaba, esperó un rato a ver si algún taxi pasaba pero nada, al parecer la zona era tan peligrosa que ni los taxis entraba, la calle en uno de sus extremos comenzó a llenarse de vagos malvivientes de aspecto drogado y cholo, lanzando botellas de aquí para allá y golpeando coches y todo lo que encontraran a su paso, era un auténtico caos, algo parecido a cohetones se escuchó aún más lejos, o “¿habrán sido balazos?” pensó la nena.
Estaba pensando en regresar al cuarto, la verdad que no sería muy buena idea caminar por la calle en esas condiciones sumado a la provocativa forma que vestía, parecía una puta en todas sus letras, una actriz porno al inicio de una escena gangbang, en eso desvió su verdosa mirada hacia el otro extremo de la calle y descubrió un local que había servido de referencia para la mejor ubicación de un edificio en donde se supone se encontraba su papacito, aun no lo creía pero solo quería comprobarlo.
Así que valientemente y no importando lo que podría sucederle caminó lo más rápido que pudo, su excelso caminado más que para llegar deprisa a algún lugar parecía más para llaMiriam Caballero las miradas de los machos que ahí se encontraban, que en esa esquina eran varios, todos borrachos, y se suscitó una chifladera acompañada de cualquier cantidad de peladeces en donde lo que más se escuchaba eran cosas que podrían hacerle a tan suculenta hembra a la hora de estar en la cama y de cómo sus agujeros podrían ser utilizados de maneras para ella nunca antes escuchadas, una hembra salida de las mismísimas entrañas del infierno y enviada a la tierra a seducir a los machos para de esta manera tenernos asegurados por toda la eternidad en el abismo.
La niña no hacía caso y seguía su camino, bajando su vestido constantemente pues el caminar se lo levantaba, pero Miriam Caballero pasaba por un dilema, el vestido era en extremo corto y carecía de tirantes sumado a los cada vez más grandes orificios que se alineaban a un costado de él, había escogido el más emputecido precisamente para salir esa noche, si lo bajaba intentando cubrir sus piernas este se bajaba de sus senos casi exhibiéndolos en su enorme y carnosa totalidad, de la misma manera si lo subía de su escote este se levantaba de la parte de abajo mostrando a todo transeúnte que por ahí circulaba el nacimiento de sus orgullosas nalgas, si se ponía atención, se tenía suerte y una perfecta ubicación se podía apreciar entre sus muslos una tonalidad negra tapando en donde claramente se encontraría ubicado su sexo.
La nena llegó al edificio buscado, veía que una de las puertas de las láminas estaba abierta así que entró, sin saber que el viejo Lucio, aquel que había perdido su derecho a participar en la anterior escena que en estos momentos aún no se llevaba a cabo, se dio por irse detrás de ella; el viejo dejó que la joven se adelantara pues no quería que advirtiera de su presencia, pero aun manteniendo una considerable distancia podía escuchar el desquiciante y alterante sonido que producían sus tacones en el piso de loseta.
La nena llegó hasta donde unas escaleras, algo le decía que debía de subirlas, que su papacito se encontraba arriba, en el último piso, su idea era liberarlo y escapar de ahí como fuera, subió esquivando cualquier cantidad de cajas viejas, aparatos electrónicos, eléctricos y electrodomésticos robados hasta que llegó al tercer piso.
Allí un largo pasillo con varias puertas encontró, colocó muy sensual uno de sus dedos en sus anhelados labios meditando en cual puerta podría ser, se dirigió a la primera, al parecer cerrada con llave, la empujó pero nada, aunque susurró la palabra “papá” nadie le respondió, caminó a la segunda y lo mismo, decepcionada intentó con la tercera y esta si accedió, pero encontró algo parecido a un salón de clases abandonado, un ruido y unos alegatos llaMiriam Caballeroon su atención, con la respiración profunda elevándole todos sus encantos caminó hasta allá, justo cuando se disponía a abrir la puerta la intimidante voz de Pancho la heló.
El gordo estaba ahí al parecer platicando con otro viejo, después escuchó que se trataba de Felipe y no solo eso, más voces así como un ladrido de perro se escuchaba, pensó que a lo mejor estarían maltratando al pobre animal, ella que tanto apreciaba a los animales en especial a los perros y se indignaba de este tipo de tratos, pensó en socorrer al pobre desamparado, pero como, sus fuerzas eran nulas comparadas con las del viejo quien al parecer tenia compañía, llegándose a pensar que se trataba de toda la banda ahí reunida.
Miriam Caballero pensó que sería mejor abandonar el lugar, si los viejos la descubrían posiblemente ahí mismo se la agandallaban, así que entristecida por el pobre animalito decidió irse de ahí, pero justo en ese momento descubría un orificio en la pared, “y si echo un vistazo” pensó, para de esta manera cerciorarse de lo que estaba sucediendo, así que agachándose muy sutilmente regalándole a Lucio una prefecta visión de su espléndido trasero aun virgen y levantado aún más con la ayuda de las exageradísimas zapatillas de plataforma que portaba asomó uno de sus verdes ojitos por ahí y comprobó lo que ya se venía relatando.
Un par de viejos desconocidos para ella maltrataban oralmente a una mujer, después por algunos movimientos de estos que le permitieron observar a la otra fémina se dio cuenta de que se trataba de una chiquilla quizás de su misma edad, muy hermosa, rubia y de cuerpo muy estilizado, por un momento se le vino a la mente el horrible suplicio por el que ella tuvo que pasar cuando llegó aquí, y enojada apretaba sus puños como queriendo meterse ahí mismo y poner en su lugar a todos para librar de ese sufrimiento a su congénere pero se dio cuenta de que nada podía hacer.
Decidió irse pero antes de despegar su ojito de ahí observó como la monstruosa verga de Pancho le quedaba a escasos dos metros, con solo verla la sentía casi adentro de ella, imaginando la última vez que la masacró empezó a sudar de la parte superior de sus labios, continuo en esa sugerente e invitante pose mientras el depravado de Lucio la veía a partir de donde terminaba la esquina de la pared, este desagradable sujeto ya estaba completamente borracho pero lo suficientemente consiente como para saber que hizo, que estaba haciendo y que quería hacer.
El sujeto de por si era espantoso, y en estado embriagado era lo que se podría decir lo más parecido a un zombie, no tenía mucho control en su cuerpo pero su verga estaba tremendamente embravecida, era de agradecer que este tipejo aun poseía su cabellera casi completa pero terriblemente desordenada, enMiriam Caballeroañada y grasosa, sus abundantes cejas formaban una sola, contaba con unas piernas muy cortas en proporción a su cuerpo y demasiado rechonchas dando la impresión de poseer la complexión de un enano con una estatura un poco mayor, pues la altura de Lucio era la más corta de toda la banda, incluso la misma Miriam Caballero aun sin tacones era 5 centímetros más alta que él y ahora con las zapatillas de plataforma le parecía altísima cuando en realidad la nena apenas rasguñaba el 1.77 mts.
Miriam Caballero seguía toda ida, hipnotizada, viendo como Pancho masturbaba su brillosa herramienta, como aun con su callosa mano, que casi era un guante de béisbol, al abarcarla aún quedaba de fuera poco más de la mitad de la longitud de esa barra, de repente sintió su vaginita nuevamente escurrirse, se dio cuenta que aún tenía un orgasmo retenido y que su vagina estaba más sensible que nunca, sus caderas ya habían adquirido un sutil pero perceptible movimiento de balanceo.
Se dijo para ella misma que quizás podría masturbarse ahí, total que nadie la veía, así que tímidamente llevó su delicada manita derecha hasta donde se encontraba ese trastornante y aromático reducto vaginal, cuando la manita tocó su parte íntima fue capaz de experimentar la más caliente y mojada sensación vulval jamás recordada, su tanguita estaba empapadísima.
Sus muslos se abrieron para permitir mejor el acceso, estirando sus músculos y ligamentos al máximo, sus piernas se veían tremendamente trabajadas, como si la nena llevara años ejercitándolas, sus dedos lentamente llevaron a cabo el primer roce, fue exquisito, delirante, destellante, electrizante, y no pudo quedarse solo con ese, de ahí siguieron más, cada vez más recios e intensos hasta que sin darse cuenta, la caliente chiquilla ya se encontraba gimiendo delicadamente, hay que hacer mención que la nena no se masturbaba con la enferma escena carnal, ella tenía sus verdes ojitos fijos en la pulsante y babeante verga de Pancho, no existía otra cosa.
El equino estaba embrutecido, no podía creer lo que veía, la nena quería verga, se estaba tocando su pepa sin disimulo, y algunos gemidos eran tan audibles que llegaban a los llenos de cerilla oídos de este. Sabía que este era el momento que había estado esperando, quien sabe cómo vergas la nena había llegado hasta ahí, lo importante era que estaba, así que decidió salir de su roedor escondite dirigiéndose a esta muy lentamente, caminando de manera torpe debido a su alcoholizado estado y, una vez estando a escasos tres metros de la chiquilla vestida de prostituta dio un último trago a su mula de a litro para dirigirse a la fémina.
-que vergas haces aquí?!!- Miriam Caballero reaccionó dejando de hacer lo que hacía, quedándose callada.
-te pregunté, que que vergas haces aquí?!!- la nena veía a este viejo mirándola con cara de pervertido, una de sus manos limpiaba el escurrimiento de caña que de su asquerosa boca bajaba mientras la otra empuñaba una moruna como la de Felipe, el viejo chaparro venia armado.
-Don……… Don Lucio, buenas noches, yo estaba, este…… eh, este- la nena no tenía excusa para defenderse, sabía que venía desarmada y eso la ponía en gran desventaja.
-te voy a decir lo que estabas haciendo puta caliente, te estabas rascando la concha, tienes la concha caliente verdad jejejejeje- el impúdico sujeto le regalaba a la nena su sonrisa mas aberrante, cariada y repugnante.
-nooo, no, este yo- la colorada chiquilla había sido descubierta en una de sus zorrerías.
-me estás diciendo mentiroso??- gruñía el vetusto sujeto.
-no Don Lucio como cree, yo, ay no que pena-
-pues ahora mismo me vas a decir que es lo que estabas haciendo perra caliente, o te rajo el frijol (clítoris) con esto- dijo el viejo enseñando su moruna.
-yo, estaba viendo, solo estaba viendo lo que pasa ahí adentro pero ya me iba, adiós, con su permi..- la nena avanzaba hacia el viejo.
-cállate, eso no es cierto, me estas agarrando de pendejo verdad?- el viejo decía todo esto, pero sin gritar, sabía que ante un levantamiento de voz Pancho podría aparecerse y echarle a perder todos sus sueños e ilusiones.
-no no, Don Lucio por favor, guarde eso antes de que alguien pueda salir lastimado- dijo Miriam Caballero pues Lucio comenzó a mandar morunazos al aire, escuchándose como el filo de la hoja cortaba el viento.
-así que estabas viendo?, nada más,- preguntaba el bastardo.
-sí, se lo juro-
-te diré algo, te dejaré ver otro poco con la condición de que yo pueda ver contigo, los dos juntitos jejeje,- la risa del viejo era por demás pervertida.
-no, ya me iba, gracias de todos modos-
-calla puta, no he terminado, si tu respuesta es sí, los dos veremos cómo se cogen a la otra puta que está ahí adentro, pero, ahí un pero, si tu respuesta es no, en este mismo momento te acuso con Pancho que andas afuera sin su permiso jejeje, y sabes que te va a hacer, una es que te agarre a cuerazos y la otra es que te ponga a que le ayudes a la zorrita con los apestosos esos, tú decides jejeje, que sea rápido- un silencio sepulcral reinó en el ambiente, un sudor frio comenzó a cubrir el carnoso cuerpo de Miriam Caballero, una risa macabra atravesaba la caballuda cara de Lucio.
-está bien, puede ver conmigo, pero deje esa moruna ahí- dijo la nena pues no tenia de otra.
-y quien eres tú para poner condiciones, tu solo eres una puta que sirve para darle caña jejejeje- Lucio intentaba meter su sucia mano por debajo del vestido de Miriam Caballero, ella como era de suponerse se lo negó.
-ahora, sigue viendo, diez minutos tú diez minutos yo y así nos vamos- Miriam Caballero sabía que debía de obedecer, ya no quería seguir viendo pero si no obedecía al viejo lo más seguro es que este cobarde gritaría el nombre del coloso, así que sin más volvió a inclinar su tremendo cuerpo no sin antes dirigirle una mirada de enojo al hombrecillo centímetros mas chaparro que ella.
El casi enano veía como el cuerpo de Miriam Caballero al agacharse estiraba todas las fibras del vestido hasta el desgarro, su culo era casi traslucido por el nivel de tensión que se generó en la prenda, veía la casi infantil espalda siendo claramente superada en anchura por las desarrolladas caderas, y que decir de ese medianamente tapado culo, el de Miriam Caballero era casi comparado con el de una yegua mientras que el de Lucio era solo el final del espinazo, el viejo sería muy pendejo si solo se limitaba a mirar ese cuerpo sabiendo que estaba caliente, así que decidió acercar su rostro al de la mirona chamaca.
-jejeje, que está pasando ahí dentro?- dijo mientras se acercó tanto como para que Miriam Caballero aspirara su caliente aliento, además de poner una de sus manos en una de las desnudas nalgas de ella, la nena puso cara de asco pero le contestó a su pregunta.
-están dos viejos, uno gordo y otro más panzón, hay un perro muy grande, una chava como ahhh- gimió la nena mordiéndose el labio inferior, Lucio se había atrevido, su mano había bajado por toda su nalga hasta su conchita y se la estaba masajeando, la sensibilidad de todas las yemas de sus dedos unidas en ese punto.
-qué te pasa culo, porque te detienes, sigue contándome- Miriam Caballero siguió relatando lo que sus ojos veían, cabe decir que a partir de los expertos y vulgares manoseos la voz de la chiquilla se endulzó y sensualizó escandalosamente, y sus labios adquirieron una forma casi de mamadora profesional.
-ohhh, en serio, eso se oye muy sucio, tengo ganas de masturbarme, porque no me masturbas, anda, sácame la verga- dijo Lucio y como si Miriam Caballero fuera un robot programado dirigió una de sus manitas hasta el abierto cierre del pantalón del casi pigmeo, pero esto lo hizo porque Lucio la invitaba a hacerlo golpeando uno de sus bracitos con la fría hoja de la moruna, veía a Lucio borracho y recordaba a su papá, a un hombre borracho mejor seguirle el juego ya que es capaz de hacer cualquier estupidez que en ese momento su retrasado cerebro puede llevarlo a realizar.
La nena tocó un tubo caliente y gordo, comenzó a inspeccionarlo como si quisiera detectar en el alguna rara tumoración, mientras Lucio estaba feliz sintiendo esos deditos apretujarle femeninamente la verga, según el fino tacto de la hembra la verga debería de ser también generosa así que sin importar todos los malos ratos que este viejo le había hecho pasar sacó la herramienta de tan verde viejo, lo que los ojos de Miriam Caballero vieron fue algo indescriptible, excepcional, de esas vergas que vienen al mundo cada que termina un ciclo del calendario maya, quedó hasta boquiabierta al contemplar las desgarradoras medidas que se gastaba el más pequeño de la banda, la verga ahí presente debía de medir fácilmente unos 26 centímetros y aprovechando la reducida altura de Lucio y sus cortas piernas esta daba la impresión de llegarle hasta las rodillas.
-jjejeje, te quedaste hasta pendeja verdad?- dijo Lucio quien no dejaba de observar y estudiar cada una de las reacciones de la joven ex cajera.
-este, yo, Don Lucio- decía Miriam Caballero, se relamía los labios constantemente, casi babeaba al vislumbrar la bíblica herramienta que el viejo traía pegada entre sus piernas, era como una versión algo diminuta de la trompa de un elefante, pero mucho muy grande para la media de un pene humano.
Miriam Caballero después de recobrar la prudencia se dispuso a seguir observando pero sin dejar de mantenerse aferrada a la verga del viejo como si esta se tratara de la mano de su ex novio, Lucio en cambio sentía como esa pequeña manita casi de niña le apretaba su verga de manera exquisita, sintiendo como su palma estaba libre de cualquier tipo de callosidad, pero el viejo casi se vacía cuando esta misma manita empezó a realizar una especie de fricción en su carnal exageración, la nena sentía que esta pesaba aún más que la maceta que cargo minutos atrás, quizás su peso era aproximadamente kilo y medio.
-te gusta mi verga zorra caliente- dijo el etílico sujeto llenando el ambiente con su sudoroso aroma.
-sii- fue lo que sus oídos escucharon para su sorpresa, nunca esperó escuchar esa respuesta, un susurro débil que se constató en la forma de posicionarse de los labios de la fémina, de la caliente zorra, caliente porque Lucio seguía tallándola de su panochita con la tanga en estos momentos a un lado, enterrándose entre el muslo y la carnosa vagina.
-¿qué te parece sin dejamos de ver a estos pendejos, y nos vamos a un lugar más cómodo?- preguntaba el pervertido sujeto casi sintiendo como se le salía el corazón de la emoción de esperar que la respuesta fuera precisamente, después de unos minutos de controversia en la mente de Miriam Caballero, lo que sus oídos escucharon.
-sí, vamos, lo sigo- el viejo tuvo que hacer un esfuerzo majestuoso para no caer ahí fulminado de un ataque cardiaco, pero con una gran concentración de saliva en su cogote se llevó a la nena de ahí, buscando ese lugar cómodo del que hablaba.
El desesperado sujeto con crisis sexual llevaba de la mano a la nena quien solo se dejaba hacer, caminando de la manera más escandalosamente sensual que su cuerpo pudo representar, su vestido iba subido enseñando parte de sus lúbricos tesoros medio tapados pero a ella poco le importaba, ella en estos momentos solo obedecía a una parte en su cerebro que le decía que debía de seguir y a su vez obedecer al viejo en cada cosa que él le exigiera.
La pareja de amantes llegó a un cuarto muy oscuro, Lucio encendió la luz para dejar ver un baño en deplorables condiciones, al momento de que se encendió la luz toda una localidad de cucarachas huyeron despavoridas ante la presencia de las dos sombras, el baño estaba muy socio, la tasa ya era color verdoso, dentro de ella había algo indescifrable, negro y café, con un olor fuerte y con algunos gusanos típicos de cuando algo se descompone ahí rondando, pero para el viejo esto era una penthouse y la abochornada de Miriam Caballero al parecer estaba del todo cómoda.
Lucio bajó el asiento y se mandó la primera orden,
-siéntate zorra, y sácate los calzones- la muchachita obedeció y de la manera mas coqueta y lenta que pudo aplastó su tremendo trasero contra el asiento, juntó sus piernas y metió sus delicadas manitas hasta que estas encontraron los hilos de su tanga, lentamente comenzaron a deslizar la microscópica prenda hacia afuera, recorriendo todo sus muslos, llegando a sus rodillas, todo esto sin separar un solo centímetro sus piernas, y levantando muy coqueta las gimnasticas pantorrillas para terminar el recorrido, hubo un pequeño imprevisto pues uno de los hilos se atoró en uno de sus tacones pero no fue nada que la nena no pudiera remediar.
Debido al constante cambio que Miriam Caballero ha sufrido en los últimos días, pasando por situaciones de lo más deplorables, estas han de cierto modo causado estragos en su comportamiento a la hora de aparearse, la nena está confundida a partir de esa noche con Pancho, ni ella sabe que le pasa, quizás se trate del síndrome de Estocolmo, en este momento es llevada por una extraña e inexplicable sensación en su cabecita así como una sarnosa comezón en su panochita solo obedeciendo a su más rústico y malsano pensamiento, algo que ya hizo con Pancho pero borracha, aquí está libre de cualquier toxina……..
-la quiere?- dijo Miriam Caballero mientras su tanga giraba en uno de sus dedos, el viejo Lucio hasta se pellizcaba para asegurarse que esto no fuera un sueño o alguna ilusión creada por efecto del alcohol, a él no le importaba la manera tan puta en que la nena se estaba comportando, él lo que quería era cogérsela y quería asegurarse que al aventársele encima la nena no se evaporaría.
El viejo no contestó, solo se dignó a arrebatar la tanga de Miriam Caballero de sus manos pero esta nena también era más rápida, o Lucio estaba tan borracho que era muy lento, que impidió que el chaparro se la despojara, el viejo pensó que aquí la nena se levantaría y lo mandaría a la chingada, por pendejo se la había olvidado la moruna allá arriba pero su sorpresa fue enorme al ver como la misma chiquilla se metía su tanga a su boca para después decirle.
-guiguemega- dijo con su boca llena de tanga, el viejo se abalanzó desesperado sobre esos carnosos labios fundiéndose en un Miriam Caballerorano beso en donde ambas lenguas intentaban encontrarse pero el cacho de tela se los impedía.
Los suspiros de Miriam Caballero no tardaron en aparecer mientras que los bufidos de Lucio hacían lo propio, él la tenía buen aferrada de su cintura mientras ella hacia lo mismo de su horrible cara de caballo, ella empezaba a abrirse de patas mientras él iba acomodando su verga en esa celestial entrada que precisamente hoy pasaría a ser una más de sus conquistas, uno de los más perversos y violentos violadores golpeadores de mujeres estaba a punto de disfrutar de los encantos de la bella Miriam Caballero.
Miriam Caballero recordó lo grande que era eso que se acercaba a su concha pero no le importó, quería experimentar en carne propia que se sentía tener alojada dentro de ella algo así de desmesurado, Lucio sacó victorioso la empapada tanga de la boca de Miriam Caballero y le pegó una potente aspiración llevándose hasta sus enfisémicos pulmones todo el aroma de la hembra caliente, casi metiéndose por sus narices la prenda de la nena.
Pero recordó que tenía otro propósito, así que sin perder más tiempo apuntó su tosca longaniza y poco a poco la fue introduciendo en la hecha agua concha de Miriam Caballero, ella se aferró con sus manitas de unos mohosos tubos que pasaban arriba, en los lados, de donde ella estaba sentada, presentando algunas goteras que sabrá Dios que tipo de sustancia era lo que de allí caía, sin embargo dichos tubos adquirían una posición perfecta como si estos se tratasen de algún instrumento para hacer ejercicio.
-ahí te va zorra!!!.- fue el mugido de Lucio cuando este lanzó un mortal arponazo en contra de ella, la verga de Lucio atravesó a Miriam Caballero como si esta fuera de algodón pero casi a la mitad de su larga extensión esta se quedó atorada, y es que en esta parte el miembro se hacía más grueso y venudo, era tal la cantidad de venas que quedaban encimadas unas de otras, Lucio no podía permitirse esto y juntó tanta fuerza en sus caderas para después sacar un poderoso ataque que envió esa verga hasta el fondo de la rebelde cuevita.
Miriam Caballero pegó un grito apocalíptico, salpicando muchas gotas de saliva en ese berrido, y es que la irrupción había causado en ella prácticamente un segundo desquintamiento, resultaba increíble que esta no le hubiera traspasado el útero, Lucio comenzó a mover su protuberante arma, con secos movimientos pélvicos sacaba de ahí unos 17 centímetros para después volver a meterlos con más fuerza, cada nuevo embiste aumentaba en fortaleza, aferrándose de la cintura de su pareja para que estos fueran más fuertes, mientras tanto, en cada golpe, toda la zona pélvica y monte venus de Miriam Caballero se sacudían, en el vientre de esta podía apreciarse un tumor que crecía cada que el viejo metía hasta el fondo su mortífera carne.
La pobrecita chiquilla sentía como si estuviera siendo corneada por un toro, a esto ayudaba que el viejo bufaba y esto hacia más realista su alucinación, el rostro de la bella señorita quien solo había venido a ver si era cierto que aquí se encontraba su papi lucia desbaratado, su cabello rápidamente se vino hacia adelante por más que ella lo echara para atrás, y cada nueva acuchillada se movía y gemía desesperada.
Lucio decidió apoyarse ahora de los tobillos de la nena, separándoselos lo más que pudo, en esta posición los muslos de ella era exhibidos en su máxima expresión mientras el viejo con un suave movimiento en donde solo pendulaba su pelvis lograba meter gran parte de su venuda verga, quizás solo faltaban tres centímetros, Miriam Caballero gritaba en cada penetración, pero sentía riquísimo esa verga del macho que tanto asco le daba, ese macho que se excitaba hasta con ver gente agonizando, por un momento pensó que demonios estaba haciendo ahí atravesada por tan repugnante sujeto pero cuando se decidía por avisarle al viejo que era suficiente este la regresaba a su lugar con otro fiero apuntalamiento.
Uno de los golpes fue tal que se pudo escuchar como el cuerpecito de la nena había chocado con la parte trasera del excusado, pero también tuvo repercusiones en las facetas pervertidas de Miriam Caballero, sus ojitos se pusieron blancos así como sus cejas se fruncieron exageradamente mientras sus labios se abrieron intentando gemir pero al perecer este sonido se quedó atorado en su diafragma, la gruesa verga de Lucio seguía atravesando a la delicada conchita.
Miriam Caballero liberó una de sus manitas y la llevó hasta su masacrado sexo, comenzó a realizar esos movimientos de representación fiel que llevó a cabo en la regadera de su casa (la de Pancho) embarrando en esa parte tan íntima y cuidada de su cuerpo una rara concentración de algo de apariencia oscura proveniente de la tubería, que, por las ininterrumpidas penetraciones de Lucio se empezó a batir por todo el territorio vaginal tanto externo como interno pues la verga del viejo se encargó de llevar lo más profundo que pudo parte de esa inmundicia.
Miriam Caballero había dejado de tocarse, ahora solo se dedicaba a ser una simple espectadora de como se la cogían, miró al viejo que se encargaba de hacerla hembra, estaba sudado, se había quitado su camisa mostrando un cuerpo mitad fofo mitad Miriam Caballerocado, muy moreno y con algunos tatuajes en su cuerpo, la depravada de Miriam Caballero incorporó de su cintura para arriba para poder llenar de besos, mordiditas y lamidas el descuidado cuerpo del viejo llevándose a su boca todo tipo de salados sabores.
Lucio decidió cambiar de posición, ahora se sentaba en el retrete mientras Miriam Caballero se sentaba arriba de él y de frente y lentamente fue bajando sus caderas, su vagina literalmente iba devorando esa tiesa verga hasta que quedaron perfectamente acoplados, nunca pensó que su cuerpo pudiera comerse algo de semejante manufactura, obviamente después de mucho sufrimiento; la sensual chiquilla se aferró de la nuca del viejo mientras este hacía lo propio de la cintura de ella porque lo que se venía se veía descomunal, y así fue, Miriam Caballero hizo a un solo lado todo su cabello para comenzar con un legendario movimiento de caderas que sepa Dios o el Diablo donde aprendió a realizarlo, movía sus caderas como una auténtica batidora para después cambiar estos endemoniados y ordeñadores movimientos por severos sentones tan agresivos que el mismo Lucio estaba sintiendo que posiblemente no podría controlar a tan salvaje yegua relinchando arriba de él.
Y es que la casi desfallecida Miriam Caballero comenzó a ensartarse cada vez más fuerte, las piernas de Lucio estaban siendo demolidas por la desquiciada chiquilla quien no dejaba de gemir y gritar como una posesa, los espeluznantes sonidos que hacían ambos cuerpos al chocar espantaban a todas las alimañas que por ahí se entretenían mirando a unos seres muy lejos de parecer humanos así como los violentos sentones hacían cimbrar toda la planta en que se encontraban.
La nena estaba que ardía, su calor quemaba a su chaparro amante, este estaba casi con los ojos de fuera soportando a la hembra convulsionándose sobre de él, por momentos le era imposible sostenerla con todas sus fuerzas pues los meneos eran tales que superaban la fortaleza que este viejo poseía, en un sentón tan poderoso que la nena se dio este pobre hombre casi sintió que se le habían caído los huevos al suelo, posiblemente no hubiera aguantado mucho antes de caer muerto pero fue gracias a que Miriam Caballero tuvo un orgasmo que pudo descansar, Lucio había subestimado a Miriam Caballero, una nena que le había dado ciertos problemas en la cama hasta al mismo Pancho por la forma tan ruda de moverse cuando llegaba a su límite.
Nuestra nena se había corrido y se meneaba como si estuviera retorciendo por dentro la verga del viejo, a nadie sorprendería que si Miriam Caballero se levantaba la verga de Lucio saldría formando alguna figura exactamente como las que hacen los payasos globeros, la nena aun moviéndose comenzó a besar el pecho de su hombre, subiendo esos carnosos labios hasta el sudado y percudido cuello de este, lamiéndolo y mordiéndolo como una vampiresa, para después besarlo en la boca con fogosos enredamientos linguales, solo así el viejo mostró signos de vida, estaba todo desparramado y respirando agonizantemente pues los movimientos habían sido brutales.
Aun así el recuperado Lucio quiso más, experimentó por vez primera como la vagina de Miriam Caballero mordisqueaba las vergas que la penetraban y eso le había gustado, lo que Pancho contaba y presumía en la cantina era cierto, la nena comenzó a moverse de nuevo, ahora más lento y masajeándose sus pechos, al verlos Lucio se les mandó como perro hambriento, comenzó a estrujarlos, apachúrralos, aplastarlos uno contra el otro, juntándolos hasta que el par de pezones se unía y ahí fue donde su lengua comenzó a darse el mejor banquete de su podrida vida, completamente desubicado mamaba esos pechos saboreando el sazón que estos tenían, su asquerosa lengua se revolvía feliz pasando de uno a otro, los mordía enterrando sus dientes como si en verdad se los fuera a digerir, se separó de ello para verlos como le regalaban la mejor danza jamás vista.
-escúpeme perra- dijo el demente abriendo su bocota
-que?- preguntó Miriam Caballero quien acariciaba su rostro y cabello (de ella) al tiempo que no dejaba de ensartarse.
-que me escupas, aquí en mi boca,- dijo Lucio sacando su lenguota.
Miriam Caballero no estaba en sus cinco sentidos como para extrañarse por tan raras solicitudes, así que juntando en su boca la mayor cantidad de saliva que pudo lanzó el cuantioso escupitajo en contra de la boca de Lucio, pero al no ser muy buena para realizar esta actividad de mal gusto su escupo quedó colgando de su barbilla, aunque esto no fue impedimento para que esas babas llegaran a su destino pues Miriam Caballero las recogió con una de sus manitas y la llevó hasta tan fétido lugar.
-ahora voy yo, te voy a enseñar cómo se escupe!!!, abre la boca perra mal parida!!!- dijo Lucio ya con las babas de Miriam Caballero y las suyas mezclándose dentro de él.
Ella obedientemente separó sus canosos labios lo más abiertos que pudo para recibir de la manera más repugnante posible una mezcla de sus babas con las del apestoso sujeto, sintiendo claramente la chiquilla cuando estas chocaron contra su lengua.
-no te las tragues, junta más saliva y escúpeme ahora tú, hazlo bien- dijo Lucio a una escupida chiquilla, la sudada pareja había detenido un poco su acalorante labor para poder comunicarse con claridad.
Miriam Caballero escupía ahora una mayor cantidad de saliva, esta vez lo hizo bien, prácticamente llenado de babas la boca del viejo y aun dándose el gusto de que algunos hilos colgaran de su barbilla (de ella), Lucio hizo lo propio y juntando una gargarea cantidad de babas tan grande que inflaban sus cachetes se mandó esa repulsiva mezcla hasta lo más fondo de la garganta de la nena, escupiéndole a bocajarro, así continuo la pareja con este extraño ritual de apareamiento, al final una muy estructurada y sofisticada red de hilos de saliva en todos los grosores formaban una compleja telaraña de cristalinas uniones entre el feo y rasposo rostro de Lucio y el suave y hermoso rostro de Miriam Caballero, y aun así la pareja se seguía escupiendo, solo pararon porque Miriam Caballero comenzó a vaciarse otra vez pues el bribón nunca dejó de pellizcarle el clítoris.
El borracho de Lucio la orientó para que ella quedara de espaldas a él, y así comenzaron a acoplarse otra vez, una posición muy excitante en donde la morena verga de Lucio se veía desaparecer entra las rosadas pieles de la nena, primero fue Lucio el que comenzó a taladrarla para después secundarlo la chiquilla con enloquecidos movimientos de pelvis, la nena terminó por recargar su cuerpo contra el de su macho, no tardaron en aparecer una negras manos que se apoderaron de sus pechos, cacheteándolos o jalando de sus pezones mientras ella se comía esa desabrida boca, la nena dejó de besar al depravado solo para gemir más fuerte y en pocos minutos volver a venirse expulsando un pequeño chorro de jugos desde su vagina, dejándole una clara sensación de ir al baño.
La nena no haciendo caso a lo que su cuerpo le dictaminaba siguió ensartándose en la agraciada y completamente babeada verga de Lucio, la nena aceleró sus drásticas ondulaciones mientras intentaba ver, con sus ojitos casi cerrándose, cuál era el procedimiento utilizado por su bollito para poder albergar tanta carne, pero al parecer después de un rato la posición no fue lo bastante cómoda, ambos cuerpo se resbalaban debido a tanto sudor teniendo que acomodarse en varias ocasiones así que la nena decidió regresar a la pose anterior.
Lentamente se desacoplaba mientras veía como la verga del viejo a raíz que salía de ella se iba acostando en la panza de este, por la forma en que le iba saliendo casi parecía que Miriam Caballero estaba dando a luz a una verga, ella se acomodó con sus potentes piernas ya temblándole y procedió a enclocharse de nuevo, la pareja de amantes continuo en lo que estaba, los gritos y grosería hacia la persona de ambos era tales como:
-zorra de mierda!!! Sabía que eras una hija de la gran puta!!!!!- obviamente esto era gritado por el cincuentero.
-si- la nena suspiró esta afirmativa palabra, ella estaba atravesando por un estado emocional algo retorcido que haría que comenzara a desgastar su garganta en groserías que en sus cinco sentidos nunca diría.
-sí que perra asquerosa!!!!!- ladraba el repugnante.
-sí, si soy mmmmm- decía la agitada chiquilla.
-si eres que ramera barata!!!,- el viejo soltaba a la nena de su cintura y comenzaba con todo un ciclo de fieras nalgadas, en donde el sonido de la según última no hacia otra cosa que aniMiriam Caballero al viejo a mandarse una más, ella simplemente arqueó su cuerpo y paró más el culo.
-si, siiii, siiiii Don Lucito, soy una perraaaa, una perra asquerosaaaaa, soy la perra de todoooossss!!!!!- el viejo quedaba hasta con la boca abierta a raíz de las fuertes declaraciones y confesiones que su puta en turno realizaba.
-jejejeje, demuéstramelo ahhhhhh, ensártate más duro, házmela polvo!!!- bramaba el imperdonable.
-siii, ssiiii, uuhhhhgg su verga es miaaaa!!!, miaaaaa!!!!, aayyyy dioooosss que ricaaaaaa!!!!!!- la nena obedecía al sacrílego sujeto para mandarse sus más yegüinas empaladas en contra de la astronómica barra.
-es la más grade que he probado en mi asquerosa vida de putaaaaaaaa!!!!!!!!- gritaba la nena, o quien sabe quién lo hacía por ella, sin embargo estaba tan fuera de sí que quería algo más…………. sádico.
-Don Lucio uuhhhhggg, escúcheme, óigame!!!!!, escúcheme maldito violador de mierdaaaaa!!!!- la nena se expresaba con diálogos propios de las mujerzuelas.
-perra caliente, estas tan cachonda que no te mides en tus palabrotas!!!!!- de más está decir que Lucio con esto se ponía mas duro.
-escúcheme hijo de su puta madre viejo cabrónnnn!!!!,- ahora la endemoniada era la nena, estaba tan embravecida que ese sencillo grito había implementado un temor en Lucio creyendo que esta perra en cualquier momento se lo despacharía a cachetadas.
Pero la nena en vez de eso pidió su sádico tormento.
-péguemeeee!!!, péguemeeeee!!!, agárreme a cachetadas por haber salido tan putaaaaa!!!!- la aun ensartándose nena agarraba al viejo de los pellejos que colgaban terminando su cuello y lo azotaba ferozmente contra el retrete.
-estas segura zorra hija de puercaaaaa!!- bramó Lucio adolorido de esa parte, la cual la nena ya había comenzado a amoratarle por tan severos pellizcones.
-si segura, péguemeeeeee!!!, no le gusta eso viejo pendejo?!! (la nena le mandaba otro escupo impactándolo contra su equina cara), no vive de pegarle a las mujeres??!!!, que acaso no le excita pegarle a una mujer?!! Péguemeeeeeeeeeeeeee!!!- gritaba la nena.
-pues hay te voy puta!!!- gruñó el desequilibrado sujeto y con la palma de su mano mandó una aberrante cachetada que le dejó fotocopiada la mano en todo el pómulo de la nena, tan bestial que pudo haberle sacado algunos dientes, por fortuna para la belleza de esta nena su dentadura quedó intacta.
-más fuerte viejo Miriam Caballeroica, que no tiene fuerzas!!!- gritaba la caliente Miriam Caballero presa de una calentura nunca antes experimentada, Lucio desde luego se ofendió y encolerizado mandó uno de sus mejores golpes pero esta vez a puño cerrado, la nena veía como esa apuñada mano venia acercándose cada vez más a su rostro hasta que después de sentir un tremendo impacto su visibilidad quedó a oscuras.
El impacto fue tan brutal que dejó a Miriam Caballero en un cercano estado al knockout, la cabeza de la nena se balanceó como si esta estuviera hecha de goma, de una de sus fosas nasales comenzó a rodar una gota roja, a pesar de que Lucio era el más débil de la flotilla su fuerza en los puños era aún muy superior a la de la nena, quien había dejado de mal hablar a partir del golpe.
La pareja siguió en lo suyo, a estas altura Miriam Caballero ya no mostraba coordinación en su cuerpo, menos en su cabeza, ni siquiera en sus labios, o al menos eso parecía pues una de sus manos subió a limpiarse esa gota de sangre que rodaba por ellos, la nena comenzó a sentir el nacimiento de otro orgasmo pero también sus ganas de orinar ya estaban casi de fuera, el viejo se dio cuenta y comenzó a castigar el clítoris de ella con fuertes golpes de dedo, tanto hasta que terminó vaciándose primero en líquidos agridulces, apretando sus labios con sus dientes tan fuerte que casi hace sangrar a estos también, mientras que sus ojos no se unieron solo porque tenían el nacimiento de su nariz en medio.
Ella misma quizás tan acostumbrada a que la dejaran encuerada cada que se la cogían intentó desgarrar su vestido, pero no pudo, sus fuerzas no eran tantas, pero aun no pasaban las contracciones orgásmicas del todo cuando sintió como una gran cantidad de orines venían bajando sin la menor intención de detenerse, así que rápidamente quitó a Lucio de donde estaba sentado para ella misma levantar la tapa del retrete, liberando el mefítico aroma de esas extrañas y agusanadas formaciones, se abrió de patas lo más que pudo de la misma forma que abrió con una de sus manos sus labios vaginales, apreciándose lo rojo y abiertos que estos estaban, para comenzar a dejar salir ese dorado líquido.
Los meados caían chocando contra las porquerías de ahí abajo, en dicho choque varias gotitas de algo negro brincaban y alcanzaban a pegarse en los blancos y temblorosos muslos de Miriam Caballero, ella en tanto mantenía su frente levantada para evitar que le saliera más sangre mientras Lucio veía ese par de nalgas liberadas del yugo del vestido y como de en medio de sus abiertos muslos caía el líquido.
Una vez que la nena terminó de mear dirigió su hermosa mirada al viejo, dicha mirada ya no era de esa niña viciosa y desfallecida que hace poco mero se telelea arriba de él, esta vez su mirada era tan inocente, tan tierna, tan distintiva de Miriam Caballero que hacía imposible creer que esta niña hace poco estuvo gritando tantas obscenidades y moviéndose como un remolino, debido a que ella aun portaba las zapatillas es que había una notable diferencia de altura entre ellos.
Sin que el viejo emitiera palabra alguna Miriam Caballero se agachó, tomo la verga de Lucio y se la metió a la boca, pero el gran error de esta nena fue creer que se metía la de Felipe o la de Taco, ella empezó muy alegre metiéndose esa monstruosidad, alojó lo más que pudo dentro de ella pero no pasaron ni cinco segundo cuando ya estaba trocándose en saliva, aun así se lo tomó a reto, volvió a engullirla lo más que pudo para comenzar a realizar movimientos en su cuello propios de sus mejores mamadas de verga pero de igual forma se volvió a vomitar en saliva, de nueva cuenta esta nena se metió otra vez casi un total de 22 centímetros, lo que medía la verga de Pancho, comenzó a chuparla como toda una puta pero esta vez la arcada no pudo ser controlada y se vomitó expulsando lo que Silvia le había llevado de comer algunas horas antes.
-ay- dijo la nena completamente apenada.
-ahh que puerca eres, deja eso, abre la boca que te los voy a echar todos- dijo Lucio, la nena solo sonrió mostrándole sus dientes superiores e inferiores muy juntos, esta vez no blancos pues estaban cubiertos de residuos de vómito.
La señorita abrió la boca lo más que pudo y sin más el viejo, después de haber tenido muchos meses sin coger, se desparramó en semen dentro de la boquita de Miriam Caballero, la llenó completamente no viéndose dentro de ella otra cosa que no fuera líquido Miriam Caballerofilesco, solo su lengua por momentos alcanzaba a salir a la superficie de ese Miriam Caballero de semen.
La nena con las piernitas muy juntas y sus manitas descansando en la rodilla de estas jugueteaba con el apestoso líquido, al parecer le había gustado el sabor pero después la sensación cambio a algo más desagradable por lo que recordando que el semen en la boca no se desperdicia sencillamente se lo tragó junto a los mal digeridos restos de su trocada comida.
Unos minutos después……………………
El viejo Lucio veía como la nena se acicalaba en el espejo del baño, al parecer para ella ya todo había terminado, peinaba su sudado cabello, tarareaba una dulce melodía, acomodaba su arrugado vestido y mantenía pegado en su nariz un pedazo de papel que ya se estaba llenado de sangre, pero el viejo aún seguía duro, lo suficiente para aguantarse otro raund, lentamente el viejo se acercaba por detrás, azotaba el rostro de la nena en el espejo del baño, por suerte este no se rompió sino los resultados en el hermoso rostro de Miriam Caballero no hubieran sido tan hermosos, la nena por reflejo paró el culo, el viejo intentó nuevamente la penetración vaginal.
Sus largas e imponentes piernas aunadas a sus tacones imposibilitaban que Lucio pudiera penetrarla en dicha posición, su mediana estatura no era suficiente, no le llegaba, enojado el hombrecillo buscó algo para el ganar altura, por suerte encontró un par de blocks de construcción los cuales acomodó a manera que le pudiera llegar a la jugosa papayita de Miriam Caballero, el viejo era capaz de quitarle los tacones a Miriam Caballero para ponérselos él con tal de llegarle, Lucio iba a mandar el primer empujón pero ya con verga en mano observó como el anal y virginal puntito de Miriam Caballero pulsaba como pidiendo guerra, entonces preguntó.
-jejeje, te lo han hecho por el culo?- entonces la asustada Miriam Caballero defensora de su trasero dijo.
-no, por favor, por ahí no, dicen que duele mucho-
-ahh, eso no es cierto, no duele tanto, depende si el que te la coge te la sabe meter y yo si se jejeje- decía el viejo.
-es que, no sé, me va a doler- dijo Miriam Caballero, aún seguía caliente e inconscientemente comenzó a menearle el culo al viejo, una hembra cortejando al macho.
-no, no duele, anda, vamos a intentarlo- dijo Lucio ya punteando la entrada rectal de la chamaca.
-jijiji, no se Don Lucio- Miriam Caballero también seguía el juego, ella hacía para atrás su culo para que ano y glande tuvieran un mejor contacto y así empezaran a conocerse, así estuvieron unos minutos en donde el culito de Miriam Caballero ya se estaba acostumbrando a los besitos que le regalaba la verga del viejo, este pervertido al tener mayor altura apretó las nalgas de Miriam Caballero en contra de su desmesurada verga, chaqueteándose su palanca con las carnosas posaderas de la niña, la tierna chiquilla ya suspiraba casi de amor con esos sucios movimientos, Lucio se dio cuenta y decidió preguntar de nuevo, caliente como un burro profetizaba que esta vez la nena aceptaría.
-entonces que putita, intentamos romperte ese culo que te cargas-
-ayyy Don Lucio jijijiji, romper es una palabra que se oye muy fea- dijo la coqueta nena.
-bueno, entonces, te gustaría que probáramos ese culito- Lucio le hablaba casi metiéndole la boca al oído, el viejo ya estaba casi que se volvía a vaciar en mocos.
-jijijiji, pero me promete que si me duele mucho, la va a sacar- decía la zorra de Miriam Caballero.
-si pendeja, si sientes que te está doliendo mucho me dices y te la saco- decía el viejo derritiéndose en sudor de la emoción de estar a punto de desvirgar un culo, y vaya culo.
-ehh, este, no puedo creer que vaya a decir esto pero si, está bien, quiero calar que se siente- dijo la nena arqueando su cuerpo, sacando aún más su culo y apretando sus dientes para resistir el seguro dolor que se avecinaba.
Pero justo cuando Lucio comenzaba a ejercer presión sobre ese culito la puerta del baño se abría, la pareja volteaba observando una enorme sombra negra, era Pancho quien miraba enojado como uno de sus compinches estaba disfrutando de su mercancía sin pagar y de cómo su mercancía le estaba dando el culo a este viejo, ¡¡¡¡¡le estaba ofreciendo la virginidad de su culo de a gratis!!!!!, algo que para el obeso sujeto era inconfesable, imperdonable.
-que se supone que están haciendo ustedes dos aquí!!!!!!!!- era como si el mismo Satanás los estuviera regañando.
Lucio parecía camaleón cambiando constantemente de color, mostrando casi todas las tonalidades en menos de medio minuto, mientras la pálida Miriam Caballero se acomodaba su vestido y se colocaba la babeada tanga.
-Pancho yo- dijo Lucio, a quien hasta lo borracho se le quitó, estaba más sobrio que nunca.
-nada cabrón hijo e puta, les dije muy claramente que tenían prohibido cualquier tipo de contacto con esta zorra, pero como veo que ya te me la disfrutaste tendrás que pagarme hijo e puta!!!, en este momento me pagas 15 000 mil pesos ya con intereses por haberlo hecho a mis espaldas, si no te corto los huevos aquí mismo- sentenció el viejo.
-y tu puta!!, que no te dejé encerrada!!, dime como vergas te saliste!!!, te ayudó este pendejo verdad!!!,- el viejo la jaló tan bruscamente de los cabellos tirándola al suelo y arrastrándola por todo donde se le podía, Lucio aprovechó el momento para salir corriendo completamente desnudo, como si lo fuera persiguiendo el mismísimo Diablo queriéndoselo coger por el culo con una verga de medio metro, dejando a la nena sola con el problema.
-este si me la pagas escuchaste perra caliente, esta si me la pagas!!!!!- gritaba el endiablado sujeto echando lumbre por los ojos y engrosando las venas de su cuello, el viejo salió del cuartito pero no demoró en regresar con un cacho de tieso cable doblado a la mitad, aunque con voz más tranquila.
-en este mismo momento me vas a explicar cómo vergas te saliste o quien te ayudó a salir- dijo Pancho abarcando con su cuerpo toda la puerta y levantando el brazo en donde sostenía el cable, perdiéndose para los ojos de Miriam Caballero en el brillo del foco, Miriam Caballero solo veía en el viejo toda la intención de darle la cueriza de su vida.
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