El teco
por
Valjean
género
incesto
No se como empezar. Es una historia sexual maliciosa. No sé, si cumpla los requisitos para ser historia en hamster. Es un hecho real, distinto a las narrativas editadas, pero comprendido en una atmósfera sexual.
"Habíamos sido citados todos los maestros de la zona escolar, a un seminario pedagógico. No todos, llevábamos consigo los materiales a utilizar, como, programas, libros de texto, guías didácticas. Quienes gustábamos de la pedagogía era motivante asistir para conocer o discutir nuevas alternativas de trabajo y aplicarlas a las escuelas.
Al arrivar a la Escuela donde se desarrollaría el seminario, a la entrada, junto al monumento a la bandera, se encontraba un grupo de maestros, cuyo centro de atracción era un maestro al que llamaban "el teco" (debido a su singularidad, nunca conocí su nombre)
"El teco" tenía carisma y simpatía entre los maestros. Esta gracia del teco era por sus conversaciones que hacía a los maestros. Alrededor de el los maestros, como le gustaba, contaba, sus aventuras sexuales en la zona roja de la ciudad de San Luis Potosí, México.
En el seminario al que os hago referencia, "el teco" daba rienda suelta a su hilaridad. Sin ningún material escolar, sin ningún cuaderno para tomar una nota, "el teco" lo sustituía, por sus mordaces comentarios sexuales.
Decía el sudodicho, llamado "el teco" que los fines de semana se trasladaba a la ciudad -puesto que era de municipio y ahí también se encontraba la zona escolar-, y se arreglaba con una de las jovecitas servidoras sexuales en cuanto a precio. Y con gracia, lleno de gusto y contento, hacía mímica con la mano, palma extendida hacia arriba, unía los dedos y los volvía a extender, afirmaba que así le hacía la jovencita a él. Despúes de esta acción era puro bombear. Soltaba la carcajada al igual que los emocionados maestros que le escuchaban. Además decía, que el se arreglaba o le gustaba con jovencitas de las bonitas. El teco era un señor-viejo casado y vestía como campesino.
En el desarrollo del seminario, se me ocurrió, volver la vista hacia atrás, para ver que hacía el teco. Recargado en la pared del fondo del aula, el teco bostezaba, fastidiado y esperando que el tiempo se consumiera, y terminara el seminario. Sin embargo, antagónica a esta actitud el teco gozaba de la simpatía de todos, es decir, era intocable.
El teco nunca se distinguió por ser un buen maestro, sobresaliente en su trabajo académico, con buenos resultados en su grupo, al cierre de un año escolar. Me enteré por otros maestros, que el teco era un golpeador de niños.
Como Director de la escuela, me correspondía comentar los resultados del seminario con los maestros adscritos al centro de trabajo. En lo académico, tomar nuevas alternativas para mejorar la calidad del trabajo, a partir del análisis de las lecciones de los libros de texto.
No faltó quien hiciera un comentario sobre las declaraciones y actitud del teco en el seminario. Tuve que referirme al respecto; en la persona del teco se observan varios aspectos. Su imágen campesina revela que en su adolescencia no tuvo oportunidad de estar cerca de una muchacha bonita. Ahora cuenta con la gran oportunidad por tener un salario base. El pago quincenal del maestro lo hace una computadora mediante una clave, así trabaje o no trabaje el maestro y sin darse cuenta quien es. El ahora no es el ayer del teco, las muchachas que vemos en la ciudad de San Luis Potosí, paradas en las calles que conocemos, todas ellas son muy bonitas y están muy bién. El teco se engaña, no es un conquistador, la evolución de la ciudad ha creado una liberación en su población, existe otra mentalidad mas actualizada, es algo que no puede entender el teco, por qué, puede estar con una jovencita bonita. En el caso del teco es como una etapa de la adolesencia no superada y que ahora el erario nacional le da la oportunidad que la reconstruya.
Tengo que salir de la zona escolar, porque a los maestros no les gusta trabajar. Sin embargo el teco, se queda, no por ser una eminecia en pedagogía, sino, por sus pláticas sexuales, que lo hacen un ídolo en la zona escolar. Y a los maestros les gusta la liviandad. No tengo recelos, porque el problema se encuentra en el sistema educativo. No existen soluciones a los problemas de educación.
Una real autoridad educativa -al escuchar al teco a la entrada de la escuela con sus pláticas sexuales, fuera de todo contexto educativo-, en ese momento debe decretar un cese fulminante de funciones como servidor público. En base a que las agravantes cometidas se encuentran diametralmente opuestas al contexto educativo, específicamente al seminario programado por la Secretaría de Educación. Así el Sindicato intervenga, no tiene autoridad ni facultades cuando esta en riesgo la educación que el Estado imparte a la niñez."
Sin otro particular.
Valjean
"Habíamos sido citados todos los maestros de la zona escolar, a un seminario pedagógico. No todos, llevábamos consigo los materiales a utilizar, como, programas, libros de texto, guías didácticas. Quienes gustábamos de la pedagogía era motivante asistir para conocer o discutir nuevas alternativas de trabajo y aplicarlas a las escuelas.
Al arrivar a la Escuela donde se desarrollaría el seminario, a la entrada, junto al monumento a la bandera, se encontraba un grupo de maestros, cuyo centro de atracción era un maestro al que llamaban "el teco" (debido a su singularidad, nunca conocí su nombre)
"El teco" tenía carisma y simpatía entre los maestros. Esta gracia del teco era por sus conversaciones que hacía a los maestros. Alrededor de el los maestros, como le gustaba, contaba, sus aventuras sexuales en la zona roja de la ciudad de San Luis Potosí, México.
En el seminario al que os hago referencia, "el teco" daba rienda suelta a su hilaridad. Sin ningún material escolar, sin ningún cuaderno para tomar una nota, "el teco" lo sustituía, por sus mordaces comentarios sexuales.
Decía el sudodicho, llamado "el teco" que los fines de semana se trasladaba a la ciudad -puesto que era de municipio y ahí también se encontraba la zona escolar-, y se arreglaba con una de las jovecitas servidoras sexuales en cuanto a precio. Y con gracia, lleno de gusto y contento, hacía mímica con la mano, palma extendida hacia arriba, unía los dedos y los volvía a extender, afirmaba que así le hacía la jovencita a él. Despúes de esta acción era puro bombear. Soltaba la carcajada al igual que los emocionados maestros que le escuchaban. Además decía, que el se arreglaba o le gustaba con jovencitas de las bonitas. El teco era un señor-viejo casado y vestía como campesino.
En el desarrollo del seminario, se me ocurrió, volver la vista hacia atrás, para ver que hacía el teco. Recargado en la pared del fondo del aula, el teco bostezaba, fastidiado y esperando que el tiempo se consumiera, y terminara el seminario. Sin embargo, antagónica a esta actitud el teco gozaba de la simpatía de todos, es decir, era intocable.
El teco nunca se distinguió por ser un buen maestro, sobresaliente en su trabajo académico, con buenos resultados en su grupo, al cierre de un año escolar. Me enteré por otros maestros, que el teco era un golpeador de niños.
Como Director de la escuela, me correspondía comentar los resultados del seminario con los maestros adscritos al centro de trabajo. En lo académico, tomar nuevas alternativas para mejorar la calidad del trabajo, a partir del análisis de las lecciones de los libros de texto.
No faltó quien hiciera un comentario sobre las declaraciones y actitud del teco en el seminario. Tuve que referirme al respecto; en la persona del teco se observan varios aspectos. Su imágen campesina revela que en su adolescencia no tuvo oportunidad de estar cerca de una muchacha bonita. Ahora cuenta con la gran oportunidad por tener un salario base. El pago quincenal del maestro lo hace una computadora mediante una clave, así trabaje o no trabaje el maestro y sin darse cuenta quien es. El ahora no es el ayer del teco, las muchachas que vemos en la ciudad de San Luis Potosí, paradas en las calles que conocemos, todas ellas son muy bonitas y están muy bién. El teco se engaña, no es un conquistador, la evolución de la ciudad ha creado una liberación en su población, existe otra mentalidad mas actualizada, es algo que no puede entender el teco, por qué, puede estar con una jovencita bonita. En el caso del teco es como una etapa de la adolesencia no superada y que ahora el erario nacional le da la oportunidad que la reconstruya.
Tengo que salir de la zona escolar, porque a los maestros no les gusta trabajar. Sin embargo el teco, se queda, no por ser una eminecia en pedagogía, sino, por sus pláticas sexuales, que lo hacen un ídolo en la zona escolar. Y a los maestros les gusta la liviandad. No tengo recelos, porque el problema se encuentra en el sistema educativo. No existen soluciones a los problemas de educación.
Una real autoridad educativa -al escuchar al teco a la entrada de la escuela con sus pláticas sexuales, fuera de todo contexto educativo-, en ese momento debe decretar un cese fulminante de funciones como servidor público. En base a que las agravantes cometidas se encuentran diametralmente opuestas al contexto educativo, específicamente al seminario programado por la Secretaría de Educación. Así el Sindicato intervenga, no tiene autoridad ni facultades cuando esta en riesgo la educación que el Estado imparte a la niñez."
Sin otro particular.
Valjean
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