Primeras incursiones sexuales

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Es la primera vez que me motivo a escribir sobre mis experiencias sexuales (han sido muchas). Y para iniciar esta travesía les voy a contar mis primeros pasos en el mundo del sexo oral.

Un poco sobre mi.

Desde pequeña siempre he sido rellenita. Mi color de piel claro pero no blanca. Ojos marrón intenso y grandes, labios carnosos, pelo rizado aunque a veces también lo uso lacio mi color natural castaño claro. Gran trasero y senos aceptablemente grandes. Todo natural.

Desde pequeña se me metió en la cabeza la idea de que no quería que ningún hombre me desvirgara, ya que esto les da poder de posesión y según escuchaba historias, el primer hombre que tuvo una mujer, siempre reclama su cuerpo como que tiene derecho. Yo no quería eso en mi vida. (tengo una forma de pensar muy independiente).

Me masturbaba desde los 9 o 10 años, no recuerdo exactamente. En esa época, lo hacía torpemente pasando mi mano por mi clítoris. Luego comencé a leer las revistas Cosmopolitan que leía mi hermana y fui adquiriendo experiencia teórica a nivel sexual. Así cuando me masturbaba ya con más teoría poco a poco iba introduciendo mis dedos dentro de mi para autodesvirgarme y lograr así mi propósito de que no lo hiciera un hombre.

Tenía mucho tiempo para probar todas esas cosas ya que mis padres me dejaban mucho tiempo sola en casa para ir a sus actividades de la iglesia.

Logrado mi autodesvirgamiento, comencé a masturbarme con berenjenas, plátanos maduros, pepinos (todos delgados). Ya a los 16-17 años comencé a experimentar con chicos.

Con el primer chico solo experimenté sexo oral. Siempre lo visitaba los sábados en la tarde antes de ir a las actividades de la iglesia a la que asistían mis padres. Un día me invitó a su habitación y me enseño a mamar su pene. Les cuento como pasó.

Era un moreno de aproximadamente 6 pies y 3 pulgadas, de unos 25 o 26 años. Tenía la espalda ancha y una hermosa dentadura. Su nombre era Roberto. Ese día al caer la tarde, estábamos en el balcón de su apartamento en un tercer nivel. De estas tardes calurosas de verano. Yo llevaba puesta una falda hasta los tobillos de color rosado intenso y muchos dibujos muy lindos. Una blusa blanca a de tirantes que permitía ver el tronco de mis pechos y mi calzado blanco también. Tenía una chaqueta en el bolso, pero me la pondría cuando llegara a la iglesia.

Después de un rato conversando en el balcón de todas las cosas que quería enseñarme, me dijo que quería ser el primero en meterme el pene en la boca. Que con él iba a aprender a mamar. Y así fue.

Me llevó de la mano hacia la habitación. Me recostó en la cama y se puso a gatas sobre mi. Comenzó a besarme por el cuello, las orejas, los labios y mientras me besaba, apoyaba su mano derecha en el colchón y con la izquierda me acariciaba desde los muslos hasta subir a mis pechos, por encima de la ropa. Luego comenzó a deslizar su mano por debajo de la blusa y acariciar mis seno derecho. Me levantó la blusa hasta descubrir mis senos por completo. Mi sostén era de esos que tiene un broche delante y eso le maravilló. Lo desajustó y mis pechos se desplegaron para satisfacer su vista. Inmediatamente bajó y comenzó a chuparlos, lamerlos, mordisquearlos y a provocarme sensaciones espectaculares. Yo jadeaba de placer. Después de un rato deleitándose con mis pechos, comenzó a bajar dándome besitos por toda la barriga, mis costados. Me decía que me iba a encantar lo que me haría.

Y yo, como nunca había estado con un hombre. Estaba que me moría de nervios. Poco a poco fue subiendo mi falda, besando mis muslos y besando mi chochito (bastante grande por cierto), por encima del panty. Yo sentía un hormigueo por todo mi cuerpo. El cuando me sentía temblar, levantaba su mirada y sonreía de una manera muy pervertida por lo que estaba a punto de hacer.

Me bajó el panty, recuerdo que era un calzoncito blanco, se incorporó y llevó a su nariz y lo olió suspirando de placer. se le veía un bulto palpitante en el pantalón. Luego se puso a gatas nuevamente y bajó hasta mi chocho que para ese momento estaba mojadito. Me abrió los labios con las manos y llevó su lengua hasta mi centro. Empezó a moverla despacio, a lamer como un perrito y yo jadear como una perrita. Le daba lametones, chupones, mordisquitos. Para ese momento estaba recostado en la cama sobre su pecho, su cabeza entre mis piernas y sus manos jugando con mis senos. Pronto comencé a temblar y el a introducir uno y luego dos dedos hasta provocarme una explosión interna. Mis jugos comenzaron a desparramarse y el saboreando ese festín. Cuando me lamió todo el jugo que había salido de mi, se incorporó y me besó. Yo sabía delicioso. Metió los dedos en su boca y antes de sacarlos acercó su boca a la mía para que ambos saboreáramos mi sabor a placer.

Luego se puso de rodillas, se bajó el pantalón y me dijo: Ven que te voy a mostrar cómo se hace. Yo en terreno desconocido, estaba nerviosa. Nunca había mamado en mi vida. Se le veía el paquetón bajo el bóxer, recuerdo que era negro. Me dijo que se lo besara por encima de la ropa interior y yo obedecí. Se sentía muy duro. Luego comencé a besar su abdomen y algo en mí se encendía. Tenía un olor muy excitante. Despacio bajé el bóxer y su erección salió rozándome la cara y el respingó de placer. Se agarró su pene duro y lo puso en mis labios y me dijo "lamelo" y yo volví a obedecer. Tímidamente saqué mi lengua húmeda y lamí la punta de su pene que tenía una gotita cristalina de juguito pre seminal. Estaba saladito. Para mi era un sabor extraño en ese momento (y pensar que me iba a gustar tanto chupar penes). Rodee la cabeza con mi lengua (siguiendo instrucciones), luego lo fui chupando como paleta y después lo fui metiendo de a poco en mi boca. De momento me agarró la cabeza y lo metió muy profundo provocándome arcadas pero lo retiró de una vez y me calmé.

Seguía lamiendo, metiedolo en mi boca hasta donde no me dieran arcadas y ensalibandolo. Me decía que lo pajeara con mi mano y que le chupara las bolas. Torpemente lo masturbaba en el tronco y seguía chupando la cabeza. Luego lo masturbaba y lamía las bolas. El se pasaba la lengua por los labios y jadeaba. Suspiraba cada vez que daba un lametazo en sus bolas. Sentía como palpitaba cuando lo lamía. Sin dejar de masturbarlo metí una de sus bolas en mi boca y la chupé y eso ocasionó que derramara un poquito de semen, pero se controló y no acabó completamente. El semen había caído en mi mejilla, el lo limpió con su dedo y lo llevó a mi boca para que lo limpiara y así lo hice, y otra vez esa sonrisa macabra hacía asomo en sus labios, mostrando su linda dentadura branca que relucía en su piel negra y carnosos labios rosados.

Luego de eso se recostó en la cama y la que se puso a gatas fui yo con el culo al aire. Ya tenía un poco más de confianza en mi nuevo oficio chupando penes y comencé a lamer y chupar con más soltura. Me gustaba lo que estaba probando y el me veía disfrutarlo y a la vez lo disfrutaba el. Comencé a usar algunas de las técnicas que tantas veces había leído en Cosmo y el parecía muy complacido. Hasta que llegó el momento de que saliera toda la leche, me dijo que quería que me la tragara toda. Puse cara extraña pero así lo hice, cuando comenzó a hincharse la cabeza y a palpitar en mis labios, me dijo que dejara la boca abierta y el comenzó a masturbarse con rapidez. Comenzó a salir muy tibia, mucha leche, toda en mi boca. Estaba dulce y muy viscosa. se sentía extraño tener tanta leche en la boca. Como pude me la tragué y me dio un poco de nauseas, pero me tome un poco de agua que el me buscó y así logré que no se desperdiciara esa deliciosa leche.

De ahí en adelante me fui puliendo en mis técnicas orales y con los años y la experiencia se han afinado muy bien. Me encanta chuparme un pene bien chupado hasta que me derrame toda la leche caliente en la boca y tragármela toda. Siempre digo que la leche no se puede desperdiciar.

Después que terminamos, entré al baño me lavé la cara y me fui a la iglesia. Mi corazón estaba a millón.

Espero que les haya gustado la historia y me dejen sus comentarios. Pronto les contaré como fue la primera vez que me penetró un hombre, que tuve sexo lésbico, en público, anal y otras historias.
escrito el
2016-07-12
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