Durmiendo en casa de Rosario
por
Seneca
género
exhibicionismo
Había ido a Madrid a hacer una entrevista. Mi amiga Rosario me dijo que podía quedarme en su casa para ahorrarme el hotel. Llegué por la noche y después de cenar nos fuimos a acostar.
- Pablo, tenemos que dormir en la misma cama porque no tengo ni sofá.
Nos metimos a su cuarto y Rosario sin cortarse un pelo se quitó la camiseta dejando sus tetas al aire. Eran unas tetas pequeñas pero muy altivas. A continuación se bajó la falda y se quitó las bragas mostrándome su coño depilado.
- Me gusta dormir desnuda, no te importa, verdad?
- Ni, yo también voy a dormir desnudo.
Me desnudé y Rosario ya estaba en la cama. Me acosté a su lado y Rosario me abrazó pegando sus tetas a mi pecho y su coño a mi polla
- Pablo, tenemos que dormir en la misma cama porque no tengo ni sofá.
Nos metimos a su cuarto y Rosario sin cortarse un pelo se quitó la camiseta dejando sus tetas al aire. Eran unas tetas pequeñas pero muy altivas. A continuación se bajó la falda y se quitó las bragas mostrándome su coño depilado.
- Me gusta dormir desnuda, no te importa, verdad?
- Ni, yo también voy a dormir desnudo.
Me desnudé y Rosario ya estaba en la cama. Me acosté a su lado y Rosario me abrazó pegando sus tetas a mi pecho y su coño a mi polla
7
votos
votos
evaluación
1.9
1.9
Continuar leyendo cuentos del mismo autor
historia previa
En la playa con mi hermanasiguiente historia
Durmiendo con mi amiga Rosario
Comentarios de los lectores sobre la historia erótica