Compilación de Correos Zoo:

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Compilación de Zoo-correos:

De Martina:
Con mi marido compramos un joven macho de raza Rottweiller para no estar sola cuando el se va a la mar, es marino mercante y se ausenta por meses. Juntos lo entrenamos para que me montara, él aprendió rápidamente. Cuando mi marido vuelve a casa, los primeros días tiene que dormir en la habitación para invitados, pues él no le deja acercarse a mí. Él tiene su puesto en mi cama. Sabe exactamente cuando estoy cachonda y necesito que me monte y yo sé exactamente cuando puedo hacerle una linda mamada, cosa que me encanta tanto como a él. Puedo decir que me gusta más que con mi marido. Hay veces que pienso que nuestro perro es mi verdadero marido. Él está siempre ahí para mí. Lo que más me gusta es cuando me despierto en la madrugada con él lamiéndome el coño mientras estoy todavía dormida, me despierto con mi pelvis levantada hacia su áspera lengua. Mi marido nunca ha hecho algo parecido. Lo amo má que a nada en el mundo.
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De Nancy:
No sé si hay muchas mujeres que lo hacen. Para mí fue una casualidad. Nuestro perro siempre me saltaba encima y yo no sabía porque, pensé, ¿Qué le sucede? Un día lo encontré con toda su cosa gigantesca fuera de su funda. A penas lo vi supe que debía tocarlo. No podía sacármelo de la cabeza. Comencé a masturbarlo. Después me masturbaba junto a él. Un día me saltó sobre la espalda y dije ¿Por qué no? Desde entonces lo hacemos casi a diario.
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De Josefina:
Tengo un Golden Retriver, no tengo hijos y estoy divorciada. Normalmente dejo la puerta del baño cerrada cuando me ducho. Una vez se me quedó abierta. Cuando termine de ducharme vi que mi perro había entrado al baño y estaba echado bajo el lavabo, no le di mayor importancia. Terminé de secarme y salí completamente desnuda, el vino a olfatear mi entrepierna y lamió mis sensibles labios mayores. Me enojé y lo ahuyenté. Pero su lengua me impactó. La noche siguiente que debía ducharme otra vez, antes de hacerlo me senté a mi computador y Googleé sobre el tema. Por primera vez vi lo que un perro podía hacerle a una mujer. Cuando me desnudé para ir a la ducha, lo dejé que se acercara y se saliera con la suya, nunca había probado algo así, me llevó al orgasmo más de una vez solo con su lengua. La noche sucesiva volví a repetirlo, pero esta vez puse unas calcetas en sus patas y las sujeté con cinta adhesiva, después me puse a cuatro patas para él. Fue simplemente ¡¡GENIAL!! Desde entonces lo dejo hacerlo todas las veces que quiere y también cuando yo quiero, no creo que lo dejaré de hacer cuando vuelva a tener un hombre.
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De Raquel:
A menudo tengo que cuidar a los hijos de mi hermana, los recojo desde el colegio y la guardería. Ella tiene dos perros machos, uno de ellos siempre se ha interesado en mí e intenta meterse entre mis piernas o trata de follar mi pierna cuando estoy sentada en el sofá. Una vez que estaba muy caliente, cogí el consolador de mi hermana y me encerré en el baño con él. Mientras me daba placer con el juguete, él lamía mi coño. Mientras más lamía, más cachonda yo me colocaba. No sé en que momento se me ocurrió de meterme a cuatro patas y él me penetró. La sensación de su entera pija dentro de mí mientras su nudo crecía y crecía, fue simplemente divina. Me asusté mucho cuando se corrió dentro de mí y luego no podía despegarme de él. Me tuvo atada por más de veinte minutos. Yo sabía que en cualquier momento podía regresar mi hermana y me desesperé. Desde entonces lo dejo follarme, pero cuido mucho de que su nudo no se vuelva a atascar en mí y me corro con su lengua.
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De Alicia:
Hace mucho tiempo que practico sexo con mi perro, no hay nada mejor que ser follada por un macho dominante. Entregarse a esta cruda lujuria animal es genial. Además, tengo pareja y mi pareja me folla antes o después, incluso a veces antes y después. Me encanta.
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De José Miguel:
Me gusta follar tu coño delante del macho, él viene y lame tu coño y mi verga. Después que eyaculo en tu chocho, él te monta y te entierra su nudo, luego te vuelve a llenar de semen. Me gusta que te podamos dar tantos orgasmos, él te folla sin restricción alguna y te lleva al clímax una y otra vez. Eres tan maravillosamente caliente y sensible.
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De María:
Por mera casualidad una vez me encontré un sitio en la web donde perros machos follaban a jóvenes chicas. Inmediatamente me impactó, quedé literalmente prendada. Pase semanas masturbándome con esos videos. Nunca lo he hecho con un perro de verdad, solo mi imaginación, pero me gustaría conocer a más gente como yo y poder compartir mis sensaciones.
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De Teresa:
Es importante que, al follar con el perro macho, toda su pija esté dentro del coño, su nudo también debe penetrarte. Luego se hincha y se atasca dentro de ti. Ningún hombre puede hacer algo parecido. Él perro macho anudará tu coño por largo rato, sobre todo si eres estrecha, durante ese tiempo prueba a jugar con tu clítoris. También es agradable si tienes un tapón en tu ano. Después que él te folla tu seguirás caliente y volverás a hacerlo. A mi me sucede así. Si él no puede más termino masturbándome con mi consolador. Yo tengo más de sesenta años y es raro que pueda encontrar un hombre que me folle con el entusiasmo con que me folla mi perro.
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De Juan:
Una mujer cachonda y mal follada, es más proclive a dejarse follar por un perro macho. También lo disfrutará oral, vaginal y analmente. Le gustarán todas esas experiencias. Por lo menos eso me ha sucedido con mi mujer y mi perro.
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De María:
Por supuesto he leído mucho sobre bestialidad, hay clásicos como Leda con el cisne, aunque en realidad no me parece factible. Pero me parece una muy buena solución, solo que el macho debe estar limpio y bien arreglado. Su pene es muy sensible y no solo hay que lamerlo después de follar, sino también hay que lavarlo muy bien. La higiene importa.
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De Gladys:
Para comenzar hay que tener un perro bien entrenado y acostumbrado al sexo, por delante y por detrás. Es genial cuando él te prende a lo perrito y sientes su lengua en tus cabellos o cuello y su pija enorme inflándose dentro de tu coño. No importa si eres gorda o flaca, joven o vieja, linda o fea, blanca o negra, él te follará y te dará todo, toda su pija entrará en ti y ahí se quedará por mucho tiempo.
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De Mauricio:
Siempre hemos tenido un perro desde que tengo uso de razón, siempre un perro macho. Al principio a mi mujer le molestaba que el perro le metiera la nariz en la entrepierna cada vez que llegaba del trabajo. Se sentía avergonzada. Un día le dije que lo hacía porque de seguro olía muy bien, que le dejara hacerlo, ella se quitó las bragas y le dejo olerlas, el perro comenzó a lamerlas y ella quedó impresionada. Nuestro perro siempre esta cercano cuando follamos y nos lame a ambos, especialmente a mi mujer después de que me corro dentro de ella, tiene nuevos orgasmos de ese modo. Mi mujer nunca ha follado con nuestro perro y no quiere hacerlo.
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De Javiera:
Creo que simplemente es un tema tabú y no muy publicado porque no está permitido. Tengo una amiga que se divorció hace cinco años, tiene un Dálmata. Son un solo corazón y una sola alma. Por supuesto que duerme con él. Siempre tiene la nariz en su entrepierna y ella dejo de usar bragas. Somos de confianza y lo ha hecho hasta cuando estoy de visita con ella. A mi no me molesta, pero quizás a otros sí. Es muy excitante verla así, lo reconozco. Y por la forma en que ella se comporta debe ser como el cielo en la tierra. Una vez me deje convencer para que me lamiera y debo decir que fue realmente abrumador, tuve un orgasmo múltiple, cosa que nunca antes había tenido y me costó mucho recuperarme.
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De Verónica:
Una vez en una excursión, me separé del grupo y me perdí. Comenzó a llover y me encontré con un hombre con su perro pastor alemán, estaba toda mojada. El hombre me miró de arriba abajo y solo me dijo, “ponte a cuatro patas”, increíblemente no me asusté y lo hice. El perro se vino detrás de mí y comenzó a olisquear mis agujeros, después sentí su lengua que me hizo excitar, no sé como salto sobre mi y comenzó a follarme como un rayo, a una velocidad increíble, estaba tan mojada que su pija entró fácilmente dentro de mí. Me follaba tan fuerte que no podía reprimir mis gemidos. Llovía y llovía, pero el querido perrito empujaba más fuerte y rápido. Se detuvo de repente y noté como su esperma caliente chorreaba dentro de mi vagina, grite en presa a una lujuria increíble. Al cabo de un rato su pija se deslizó fuera de mí. El hombre me ayudo a pararme y luego me acompaño a lugar donde acampábamos, después desapareció y jamás le volví a ver.
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De Antonio:
No sé si hay muchas mujeres que lo hacen, pero mi ex tenía esa predilección y yo estaba feliz de ayudarla. Porque el perro iniciaba lentamente mientras buscaba de meter su polla dentro de ella, luego se desencadenaba y lo hacia muy fuerte y rápido, muchas veces tuve que sujetar sus piernas porque el perro la empujaba y bombeaba muy fuerte, cuando él le metía su nudo ella gritaba y mordía mi brazo y se sacudía y estremecía todo su cuerpo, tengo que admitirlo, ningún hombre podría darle un orgasmo de esa manera. Yo en tanto le acariciaba sus tetas. Se veía tan caliente que muchas veces sacaba mi pija y ella me lo chupaba. Desde que nos alejamos no he vuelto a encontrar otra mujer igual.
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De Berta:
Realmente no sabría decir lo que hacen muchas mujeres con sus perros. Lo que sí puedo decirte es que yo me cojo a nuestro pastor alemán muy a menudo. ¿Cómo sucedió eso? Tengo veintinueve años, soy felizmente casada con un hombre excepcional desde hace cinco años. Él compró el perro, de cachorro era una motita adorable de pelos y creció. Al año y medio comenzó a tratar de meterse entre mis piernas y a follar todo lo que se le ponía por delante. Soy una mujer joven, llena de vida, delgada, me depilo normalmente y con dos grandes tetas, también tan caliente como nuestro perro. Al igual que yo mi marido es un volcán. En realidad, no necesitaba al perro, sin embargo, una vez dejé que él me lamiera el coño y lo encontré maravilloso. Cuando se lo conté a mi marido, él me dijo: ¿Y no lo dejaste a ver si iba más allá? Se levantó y fue a buscar a nuestro perro, inmediatamente abrí mis piernas y lo esperé a la orilla de la cama totalmente desnuda, el perro apenas me vio se abalanzó entre mis piernas y comenzó a lamerme con fuerza inusitada. Después de un rato él se paró apoyado sobre la cama, miré y vi que su pija había salido parcialmente de su vientre, poco a poco fui bajando mi coño hasta tocar su pene y lo sentí menearse alrededor de mi coño, de repente su pija me penetró profundamente, nuestro perro me estaba follando delante de mi marido. Los empujones eran muy violentos y rápidos, al improviso sentí como si mi coño comenzara a estirarse. ¿Qué es eso? Le pregunte un tanto desesperada a mi esposo, él miro por entre mis piernas y luego dijo “Acaba de empujar su gran bola dentro de ti” ahora te está follando como si fueras su perrita. Me sentí conectada con la esencia animal de nuestro perro, lo agarré de sus pelos y lo tironeé más adentro de mí. Era como un martillo machacador y su polla no terminaba nunca de crecer. Intento arrastrarme, pero yo lo sujeté firme, entonces esa cosa caliente que estaba dentro de mí explotó y comenzó a rociar el interno de mi coño. Ahora sí que me sentía como una perrita. Su leche se derramo toda dentro de mí y no se perdía ni siquiera una gota con el tapón de carne que él me tenía dentro. Después de un largo rato y un sinfín de orgasmos, me sacó con un resbalón su cosa rojiza. Yo desesperada por su arnés me acosté debajo de su vientre y comencé a lamer y sorber los chorritos que salían de su pene como sedienta de su leche que en mí boca se sentía muy caliente.
A todo esto mi marido se había colocado a mi lado a tocar mi chocho, yo habría y cerraba mis piernas sintiendo sus dedos que resbalaban en mi coño empapado y recién follado, sus dedos chapoteaban en el charco de semen en que se había convertido mi concha que rezumaba sin descanso la leche de mi amante peludo. Fue maravilloso como mi esposo me acompaño durante la cachonda follada con nuestro pastor. Agradecida lo tiré hacía mí, lo besé con mi boca a sabor de pija de perro y le susurré al oído “Ven a follar mi coño de perra”, ahora necesito un hombre.
Desde entonces las cogidas con nuestro pastor son recurrentes, horas y horas de cachondeo. Nuestro pastor ya sabe de qué, si yo abro las piernas, el tiene via libre para hacer lo que se le antoje.
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De Mary Tere:
Ayer estuve con mi vecino y su Pastor Alemán, Toqui, de hace rato que nos entendemos y el comparte mi adicción al pene canino, así que me fui a su casa. Yo quería ducharme, pero él dijo que quizás sería mejor dejar entrar al perro ahora antes de ducharme y con todos mi aromas y sabores naturales intactos. Él tiene un sótano bastante cómodo y acogedor, hay un baño, un amplio sofá, un televisor plasma gigante y un colchón sobre una tarima de madera. Me indico de arrodillarme sobre el colchón, plegarme hacia adelante apoyándome en mis codos y levantar mi culo lo más alto posible arqueando mis espalda. Toqui corrió hacia mi trasero cuando me vio en esa posición y comenzó a olisquear mi culo y mi coño muy excitado. Mi vecino dijo que me desnudara, mientras lo hacía, Toqui introdujo su hocico entre mis nalgas y lamió mi rajita desde atrás. Quedé desnuda, el perro intentaba de saltar sobre mí, mi vecino me dijo que le acariciara la polla al perro y si me atrevía, que me lo llevara a la boca t se lo chupara. Mi vecino también se desnudó, cosa que no estaba planeado. Solo lo vi masajear las bolas al perro mientras yo se lo chupaba. La pija del perro se había hecho grande y roja. Tenía un sabor que no me desagradaba, me excitaba y se la chupé como loca. Me volteé y puse mi torso apoyando mis tetas en el colchón. El perro estaba tan caliente que me agarró con sus zampas por la cintura y diestramente me empaló en su verga canina, solo que era tal su ímpetu, que me metió y sacó su bola varias veces. Mi orgasmo fue casi instantáneo y abrumador. Me estremecí de pies a cabeza escondiendo mi rostro lujurioso entre mis cabellos. Mi vecino detrás del perro le sujetó las patas para hacerlo que se calmara mientras su verga estaba toda entera enterrada en mi coño. Mi vecino me metió los dedos en el culo, lo sentí gemir al mismo tiempo que el perro. Mientras Toqui me follaba a toda máquina, mi vecino se vino a colocar frente a mi con su verga parada y dura, sin decirme nada me la metió en la boca, bastaron pocos segundos antes de que se corriera abundantemente en mi boca. Como si estuvieran coordinados, el perro comenzó a llenar mi vientre con su esperma caliente, el nudo estaba tan hinchado que ni una sola gota escapó de mi coño. Quede agobiada cuando finalmente Toqui se despego de mi chocho. Un mar de esperma salió de mi vagina. Mi vecino me ayudó a levantarme y me acompaño a la ducha, mis pasos eran inciertos y la esperma escurría por mis muslos.
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De Manuela:
Una amiga mía suele dejar que su perro la coja. Pude mirar un par de veces y me dejé convencer para probar, ella me ayudo para que me montara bien. Si se hace bien es una experiencia increíble. El pene del perro propiamente tal no tiene nada de excitante, pero cuando te mete su bola y esta crece dentro de ti. Él te domina y tú estás a su merced. Él te follara sin contemplaciones hasta bombear todo su semen dentro de ti. Es siempre abrumador. Ningún hombre puede igualar esa sensación apabullante que te remece toda.
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De Martina:
Desde luego no es una cosa normal, pero es diferente, mientras lo haga voluntariamente y no se le obligue ni se le haga daño. ¿por qué no? Llevo mucho tiempo haciéndolo y no creo que ningún hombre lama tan largo e intensamente. Solo tengo que acomodarme con mis piernas abiertas y disfrutar de él, incluso cuando estoy de pie en la cocina y no tengo nada debajo, él se las arregla para hacer que me corra. Cuando estoy mojada él se vuelve loco y su pene sale casi por completo y es todo por y para mí.
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De Gaby:
Hola, no creo sea algo tan inusual. Cuando vi por primera vez el aspecto del pene de un perro con nudo incluido, tampoco me pareció mal, me excité. Me informé si había un consolador y lo encontré en un sex shop. Inmediatamente lo ordené por correo. No solo parecía muy real, sino que se sentía casi como el original, pero solo casi. En algún momento, mi hermano me dejo su perro un par de semanas mientras el se iba de vacaciones, sin siquiera reflexionar lo preparé para mí experimento. Un buen baño, calcetas en sus patas y fui paulatinamente excitándolo, una delicada masturbación, le di a oler mi coño, dejé que lamiera mi culo, chupé su pija que había crecido más que mi consolador. Me puse en cuatro patas y lo dejé penetrarme. Fue muy intenso y cachondo con él. Fueron dos semanas que volaron y prácticamente follábamos todos los días
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De Michela:
En el pasado, también escuche de una amiga que había sorprendido a su macho con toda su pija afuera y lo sintió en sus manos. No era repulsivo. Entonces lo hizo con él. Estaba ligeramente borracha cuando lo hizo la primera vez. Fue genial de principio a fin. Su nudo se posicionó presionando su punto G y enseguida comenzó a tener orgasmos uno detrás de otro hasta que él la llenó a chorros.
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De Sylvia:
Nunca había oído hablar de tal cosa, pero una vez lo vi en internet. Una joven mujer se dejaba lamer y follar por un perro, sus gemidos y chillidos me excitaron tanto que me estimularon a masturbarme. Me gustaría probar con un perro grande de verdad, ¿es tan genial?
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De Macarena:
Nunca se me había pasado por la cabeza, pero ahora cuanto más lo pienso, más me apetece. Compré la copia de un pene de perro por internet, lo comparé con mi consolador de pene de hombre, son diferentes. La forma es extraña. Como dije, nunca se me había pasado por la cabeza, pero ahora que lo hice, pienso a menudo y me apetece probar uno de verdad.
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De Mirella:
Hola, para mí, mi primera experiencia de tener sexo con un perro. Creo que fue lo más pervertido que he hecho hasta ahora. Al principio tenía miedo, estaba un poco recelosa y reticente a hacerlo. Pero me informé con videos en internet y vi a muchas chicas haciéndolo con perros machos. La penetración se veía claramente, se escuchaban sus gemidos de placer, sus caras cachondas y unas reacciones muy reales. Me interesé cada vez más. Quería sentir una pija así en mi coño. La primera vez fue muy intensa y supe inmediatamente que era algo que nunca dejaría de hacerlo. Sue impactante y agobiante. Hoy cuando pienso en ello, me vuelvo a mojar. Me pareció y me sigue pareciendo el mejor y más cachondo sexo que he tenido.
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De Juana María:
Yo tengo un perro macho y de tanto leer me vino la curiosidad, quise probarlo con mi Ralph. Como recomendaban tanto la higiene, lo bañe, lo lleve a sus visitas al veterinario para que me lo revisara y luego me decidí a intentarlo. Tengo que decir que no fue fácil. Él no demostraba mucho interés en mí, alguien me dijo que podía estar un poquito excedido de peso y se cansaba muy luego. Entonces lo puse a dieta y lo sacaba todos los días a correr al parque. Lo intentaba todos los días, pero nada él terminaba yéndose a su camita y me daba pena molestarlo, pero no ceje en mi empeño y una tarde a la vuelta de una caminata en el parque. Él como que se despertó al sexo, me aferró firme con sus patas, tiene una fuerza increíble, pocos intentos bastaron y me metió su pija, solo que como su bola se hizo tan grande y yo soy muy estrecha, no hubo caso de que pudiera metérmela, eyaculó sobre mis nalgas, se lo chupé. Al día siguiente sucedió por completo, su pija entró un poco lacia dentro de mi y comenzó a crecer mientras me follaba, su bola también entró con cierta facilidad, pero me tuvo anudada por casi una hora y a momentos creí morir de tanta lujuria. Fuimos mejorando con el trascurso de los días y hoy no puedo quitármelo de encima, me folla a menudo. La hija de una amiga mía dijo que quería probar y mi perro le quitó su virginidad. Descubrí que si masajeó mi clítoris mientras me tiene anudada, mis orgasmos se multiplican.
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De Katty:
Me encantaría hacerlo, pero mi perro no me entiende. ¿Alguien me podría dar algún consejo? Mi perro es un mestizo grande de color negro, sin castrar. Yo le he acariciado por ahí por abajo y su cosa a veces sale mucha y a veces menos. Al menos ya no se asusta y no intenta huir ni morderme cuando lo masturbo, pero no pasa nada más. Su cosa luego que se corre abundantemente, desaparece rápidamente. Una vez pude metérmela en la boca por un breve momento, pero se asustó u salió corriendo. Muchas veces me pongo desnuda y me ofrezco a él, por así decirlo, pero él no reacciona en el modo en que a mi gustaría, solo me lame y olfatea brevemente, luego escapa a su camita. Lo he intentado de tirarlo sobre mí y nada. Lo máximo es masturbarlo mientras yo también me masturbo. Ya no sé que hacer con él, no quiere mi coño.
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De Maite:
Ya he visto mucho porno de perros y me pone muy cachonda, pero no tengo un perro. Realmente me encantaría probarlo, pero yo sola y sin actividad sexual con nadie más que con él. Quisiera ser lamida y follada por un perro grande, sueño con un Rottweiller o un Pastor Alemán y me gustaría chuparle su polla hasta dejarlo vacío. Soy de pucón.
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De Josefina:
Tengo cinco perros machos, actualmente es un ritual fijo con ellos, mis perros me montan todos los días incluso cuando estamos afuera en el patio y me mantienen bien anudada. Me encanta cuando me lamen el coño y se gruñen entre ellos peleando por quien es el primero en inyectarme una abundante carga de semen. Por supuesto que tienen una jerarquía entre ellos, pero saben muy bien quien es la jefa. A veces no se llevan muy bien, entonces yo los ordeno y hago que se acerquen de a uno a la vez. El otro día estábamos en el patio, recién habíamos regresado del paseo, el mas pequeño estaba empalmado, así que me arrodillé y lo dejé que me cogiera, los otros cuatro se echaron a mirarnos sin disturbarnos. A veces los cinco quieren y a veces solo uno, tengo que reaccionar dependiendo de la situación.
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De Rafaela:
Mi perro se llama Bruno y me cubre según su estado de ánimo. Es esencial de que yo lo masturbe y luego le permita poseerme. Además, su pija es tan grande que vaginalmente me duele, así que lo he acostumbrado a follarme el culo. Solo tenemos sexo en mi dormitorio, creo que él es tímido y vergonzoso, jamás a exhibido su pija delante a otras personas.
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De Roberto:
Todo empezó con mi mujer acostada en la tumbona de la terraza, cuando nuestro macho se acercó a olerle el coño y luego estiro su lengua para lamerla. Mi mujer se exaltó y lo gritó muy enojada, yo le dije que se calmara y probara si le gustaba su lengua en su coño o no. Me dio del pervertido, pero abrió sus piernas e hizo un lado el calzón de su bikini. En menos de cinco minutos se estaba revolcando en la tumbona presa de un poderoso orgasmo. Ella le acarició su polla hasta que le creció muy grande, después se arrodillo poniendo sus pechos en la tumbona y el perro le salto por detrás y la follo como un loco. Desde ese momento lo hace muy a menudo.
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De Helena:
Mi vecina tiene dos machos y los comparte conmigo. Su marido siempre nos ayuda en la monta, ya sea por delante o por atrás, cuando su perro termina conmigo y mi chocho reboza de semen canino, estoy tan caliente que como una recompensa, le dejo a él meterme su polla.
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De Maritza:
Había estado acariciando y lamiendo las pollas de mi dos machos durante mucho tiempo y luego fui más allá, dejé que me lamieran. Mi coño mojado no podía tener suficiente de sus lenguas. Empujaban sus lenguas en el agujero de mi coño que era una delicia.
Cuando el más grande me follo por primera vez, mi orgasmo fue increíble, su nudo me mantuvo atada y hacía presión en mi punto G que casi me volví loca, luego disparó su jugo con toda su fuerza dentro de mí.
Hoy estábamos en la lavandería, me miraba fielmente con afecto, no pude resistir, rápidamente me subí la falda y me quité las bragas, me apoyé con las piernas abiertas en la lavadora y deje que me lamiera hasta darme un placer inmenso. Su cosa se extendió por completo, estaba tan excitada que me puse de rodillas y él empezó a embestirme, la excitación hizo que mi coño estuviera más jugoso que de costumbre, entró en mi coño y me tuvo atada por unos veinte minutos.
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De José:
Sí, yo también experimenté como mi mujer se dejaba follar por el perro, me pareció algo muy cachondo. Todo empezó un bonito día que estábamos en nuestro patio, yo estaba ocupado con el coche y mi mujer estaba aseando la caseta del perro, vestía una falda y abajo solo una pequeña tanga. Estaba arrodillada sobre el césped intentando limpiar el interior de la caseta, el perro se abalanzó sobre ella por detrás, con las zampas la aferró de las caderas y tiró de ella con movimientos de joder. Mi mujer logró zafarse y golpeó al perro con la caseta. Me acerqué a ella y le dije:
—¿Por qué no le dejas probar? … quizás lo que él haría podría gustarte …
—¿Hablas en serio? …
—Sí …
—Bueno … pero luego no te quejes …
Ella volvió a arrodillarse y el perro rápidamente la amarró con sus patas delanteras y diestramente le metió su polla en su coño y la folló. Era un poco brutal la fuerza del perro y la velocidad con que la follaba, pero duró solo algunos minutos, luego paso su pata sobre su espalda y quedaron amarrados como dos perritos culo con culo, mi mujer estaba rígida y no dejaba de decir:
—Sí … sí … sí … fóllame más querido … ¡Oh! … sí … sí … que rico lo haces … Sí … ¡Oh! … me voy a correr otra vez …
Me quedé parado allí y solo miré como mi esposa disfrutaba de la pija del perro.
—¡Oh! … sí … sí … lo estás haciendo bien … ¡Oh! … sí … dame toda tú lechita … sí … que estoy viniendo otra vez … eres genial … que rico que se siente tú esperma …
Follaron como por treinta minutos, cuando por fin se separaron le pregunté a ella:
—Y … ¿Qué te pareció? …
—¡Oh!, gracias … gracias por permitirme esto tan cachondo … fue indescriptible lo que se siente … gracias por esta primera vez …
—Yo ya te lo di una primera vez … ¿recuerdas? …
Luego agregó:
—Me gustaría hacerlo otra vez … me gustaría tener al perro otra vez … fue maravilloso …
Una noche en que los niños ya dormían, la deje en el dormitorio y fui a buscar al perro, cuando volví ella ya estaba desnuda y arrodillada sobre la cama, el perro inmediatamente fue a lamerle el coño y luego se subió a su espalda y comenzó a hacer esos movimientos de follar, cuando ella gritó supe que su pene estaba en el coño de ella. Mi verga estaba tan dura que me acerqué a ella y le dije:
—¡Chúpame! … ¡Chúpalo! …
Mientras el perro follaba su coño, yo follaba su boca, no me demoré mucho en correrme en su boca y ella se tragó todo, el perro la folló por un rato más, se quedó atascado dentro de ella y después de un rato se despegó y volví a preguntarle:
—Y … ¿Qué te parece? …
—¡Uy! … genial … me gustaría repetirlo contigo junto a mí …
Son cinco años que llevamos haciéndolo y no sabía que tenía tantas ganas de sexo. Yo, ella y el perro estamos felices, un día me dijo:
—Tú y el perro son mis super machos … yo los quiero tanto … y me encanta cuando me follan …
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De Daniela:
De adolescente me ha siempre gustado masturbar a mi perro, la sensación de su semen caliente en mis manos era increíble. Un día se lo comenté a mi mejor amiga y ella quiso ver y nos pajeamos las dos juntas al perro, entonces con todo descaro y cachonda le dije:
—¿Quieres que se suba y te coja de verdad? …
Se arrodilló y ayudé al perro a montarla, desde ese día nos reunimos más a menudo y nos dejamos coger por el perro.
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De Myriam:
Al principio era extraño y no muy satisfactorio. No siempre funcionaba, había que entrenarlo, porque si la polla le crece mucho fuera de ti, luego la bola no puede entrar y él no eyacula bien. Después, cuando coges el ritmo y el te mete toda su pija con su bola, él aprende a hacerlo y es lo más bonito que hay. Mi perro macho tiene su cosota muy grande y sólida. Tengo que hacerlo entrar cuando no esté demasiado grande, porque soy muy estrecha y su bola no me entra si le crece muy rápido afuera. Siempre empujo mi trasero fuerte hacia atrás y hacia arriba para que él pueda entrar rápidamente en mí. Cuando empieza a embestirme y siento su nudo dentro de mí, cojo sus patas y levanto mi culo para que esté bien enterrado y noto como su bola se infla toda dentro de mí. En cuanto comienza a correrse con su leche caliente, lo mantengo con sus patas bien firmes y arqueo mi espalda para permitirle que se relaje sobre mi y no intente separarse, queda tumbado sobre mí con su pija muy profunda en mi coño, esa sensación de estar amarrada a él es lo más bonito al mundo. Sientes realmente como su esperma caliente te llena la vagina y no se escapa ni siquiera una gota debido al nudo. Los cojones del macho palpitan sobre tu culo, se siente de verdad como se corre. Después de una media hora se acaba todo y él sale de dentro de mí y también sale como una cascada de su semen, me atrevería decir que es cerca de un litro.
Una vez no le deje montarme por casi una semana, te digo que su nudo nunca había sido así de grande, nunca había palpitado tanto y casi se me revienta el coño con tanta leche que me echó. Lo tengo muy mimado, pero se lo merece y yo también lo disfruto mucho.
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De Sonya:
Es mejor no tener relaciones sexuales con tu perro antes de salir de casa, porque tu vagina goteará por horas y horas. Otro consejo. Si lo quieres anal debes irte despacio. La primera vez que lo hicimos, lo tuve tres días en abstinencia, yo también estaba en abstinencia y lo sufrí mucho. Me lo llevé a mi cama esa noche y saltó desesperado sobre mí, era tanta la desesperación que se equivocó de agujero y me encontré con su tremenda pija en el culo. Te digo que casi me partió el culo, grité de dolor y me tuvo anudada por más de una hora. Pero a partir de ese momento comenzamos a hacerlo analmente muy a menudo. Lo mejor es tumbarse sobre el sofá y metértelo tu misma y dejar que entre lentamente, tu culo es más estrecho que la vagina, él no va a durar mucho. Cuando empiece a correrse tu aprietas tus glúteos para que se descargue todito dentro de ti y no se escape nada, tus piernas bien hacia arriba y empujas con tu culo. Con su nudo muy dentro de ti, lo abrazas, vas a sentir sus pelitos en tus tetas y lo mantienes así mientras él te llena. Créeme que su miembro se adapta perfectamente a tu intestino y no te soltará por lo menos una hora. A veces siento que el eyacula mejor en mi culo, tiene más espacio y menos resistencia.
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De Erica:
Desde que deje a mi perro macho hacerlo anal, él prefiere eso y no quiere vaginal. A veces me gruñe, lo que significa que debo dejarlo entrar en mi ano. Una vez llamaron a mi puerta y yo no pude abrir porque él me tenía atada por el culo, cuando traté de moverme, él me enseño sus dientes y me dio miedo. Soy físicamente inferior a él, él es enorme y su pija también, pero a veces es molesto que me tenga anudada hasta casi por dos horas por el culo. Cuando estoy con la regla solo quiere por la vagina y me anuda por media hora y me encanta la velocidad con que me embiste y su bola pulsa y se infla dentro de mí
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De Jocelyn:
Con esta maldita pandemia mamá se ha venido vivir conmigo y ya no puedo hacerlo. Estoy desesperada y mis perros también, no veo la hora que se vaya. Antes me anudaban hasta dos veces al día y ahora nada de nada.
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De Marcelo:
Para nosotros todo empezó como un juego, luego se convirtió en algo serio. Mi mujer siempre estaba ligera de ropas estando en casa. Mi hijo pequeño estaba tonteando con el perro como siempre, mi esposa estaba cerca de ellos y el perro trataba de meterse bajo su falda, siempre metía su hocico entre sus piernas tratando de alcanzar su coño, claro que ella siempre lo ahuyentaba.
Pero una noche llegamos a casa de una fiesta en casa de mis suegros y habíamos bebido, no estábamos borrachos, pero sí más alegres que de costumbre. Mi esposa se relajó sobre el sofá con sus piernas abiertas, Rudy, nuestro perro, se fue inmediatamente hacia ella y lamió su coño sin previo aviso, mi mujer se sobresaltó y lanzo un gemido cachondo, la miré y le dije:
—¡Umh! … debe haber estado sabroso eso, pedazo de cachonda …
Ella solo se sonrió y abrió más sus piernas, el perro desapareció entre ellas y mi mujer se agarró con las dos manos al sofá y comenzó una danza de vientre, unos gemidos, unos chillidos ¡¡Joder!! Hasta yo me puse caliente, muy luego la vi revolcarse en un potentísimo orgasmo, muy violento. La ayudé a arrodillarse y colocar sus pechos sobre el sofá y Rudy le fue encima.
Desgraciadamente Rudy era ya un perro anciano, duro otros cuatro años con nosotros y fue el mimado de mi mujer. Siempre que estábamos solos, yo les dejaba follar y mi mujer me lo chupaba mientras era lamida o follada por Rudy. ¡Qué días más maravillosos! ¡Qué hay de malo en ello? Si el perro está cachondo con su polla bien parada y la mujer también quiere ser asaltada y follada por un gran perro macho … pues adelante … que lo hagan. Mi mujer estaba realmente encantada con la polla de nuestro perro, su polla era muy bonita y gruesa y siempre se corría abundantemente dentro de ella.
¡¡¡así que adelante y deja a tus mujeres follar con sus perros........te lo agradecerán por siempre y para siempre!!!
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Siempre miro a las jóvenes que pasean a sus perros por la calle. Siempre observo que la mayoría de los perros son machos. Eso hace que mi imaginación se ponga inmediatamente en marcha. Cuando veo a un determinado tipo de mujer paseando con un perro relativamente grande (por ejemplo, un gran danés), estoy casi seguro de que la mujer también dejará que su perro la lama y la monte. A muchas mujeres también les gusta el hecho de que los perros salgan constantemente de sus colas. Es maravilloso chupar y sorber. Si el perro no se hace daño en el proceso, si sigue estando muy cachondo por la mujer y la mujer lo disfruta igual, creo que está perfectamente bien.

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De Camilo:
Tengo que admitir que me sorprende mucho la cantidad de mujeres que tienen sexo anal con su perro macho. Algunos de los relatos me pusieron muy cachondo porque algunos son muy realistas y puedo estar de acuerdo por mi propia experiencia. Mi esposa es un poco mayor y bastante estrecha, nos costó mucho de que ella pudiera aceptar el nudo, pero finalmente funcionó y le gusto demasiado. Pero tanto yo como ella queríamos nuevas cosas, pasaron años intentando el sexo anal y ella no podía, hasta me dijo que yo lo intentara, mi culo virgen jamás había tenido ninguna polla, así que practiqué con sus consoladores, hasta que mi agujero los aceptada con una cierta facilidad, hoy en día puedo decir con un poco de rubor que mi intestino se adapto perfectamente a la dimensiones de nuestro perro, sin ser gay lo encontré fantástico. Mi esposa hizo lo mismo, me pedía que penetrara su suculento culo con los consoladores más grande y también ella pudo recibir la pija de nuestro perro en sus entrañas.
Solía embestirla por uno o dos minutos hasta que le metía el nudo, luego se ponía más lento y su nudo se hinchaba dentro de ella, luego la llenaba de lechita fresca. Hoy soy yo que a veces me agacho primero, así él después folla a mi mujer con menos agitación. Me encanta ver a mi mujer follada salvajemente por nuestro perro, sus glúteos tiritan y le saltan al ritmo de los empujes de él, su pene lanza chorros de esperma caliente dentro de ella. Con los años ha disminuido la cantidad, pero parece más denso. Muchas veces el me folla de madrugada mientras mi esposa duerme, luego va a lamer su coño hasta que la despierta y la folla a ella.
Una vez tuve una idea estúpida, quería que me hiciera un nudo en mi garganta, me alegro de que la cosa no resultó del todo, porque logré sacármelo a tiempo, sino eso habría acabado muy mal.
Cuando voy al parque a pasear con él, me fijo en todas las lindas chicas que caminan o trotan con un macho al lado, siempre me fijo en la parte de atrás y si veo sus cojones ligeros y livianos, me viene de pensar que ella se lo está disfrutando tanto como lo hacemos nosotros.
Una vez tuve que viajar por una semana y él me buscaba todos los días y le dio una especie de depresión. Saltaba de contento cuando me vio de regreso. Mi esposa dijo que tampoco quería follar con ella. Lo hace con nosotros dos o con ninguno.
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De Jaime:
Tenía tantas ganas de ver a mi mujer follar con nuestro perro, que una vez la hice beber un poco y luego la até a la mesita de centro, después traje al perro y lo subí encima de ella, gritaba como una loca y me decía un saco de improperios, pero me mantuve firme, aferré la pija del perro y se lo metí entre sus gordiflones labios vaginales, luego de un breve momento de estupor, se quedó en silencio y comenzó a gemir. Le gustó tanto que ahora se arrodilla cada vez que se le asoma una porción de pija a nuestro perro, me encanta verla follar en nuestra sala de estar.
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De Desesperada:
¿Cómo consigo que mi perro me monte? No está castrado y tiene cinc años. Nunca ha montado a nadie y las veces que me he ofrecido a él, no sabe como hacerlo. ¿Cómo hago para que aprenda rápidamente?
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De Graciela:
Hola a todos, no sé si sea posible lanzar una pregunta aquí, así que por favor perdónenme mi ignorancia. A menudo he pensado en dejar que mi perro me monte. Me lame casi todos los días cuando estamos tumbados en el sofá, cuando salgo del baño recién duchada o por la noche cuando estamos juntos en la cama. Apenas me ve sin bragas se acerca a lamer toda mi conchita. Lo tengo de cachorrito y ahorita va a cumplir un año. Al principio me untaba con alimento suyo, a veces Nutella o mantequilla de cacahuete, el a veces intentaba masticar mi coño, pero yo quería hacerlo meter su lengua al interior de mi vagina, así que me echaba restitos de su alimento preferido al interno de mi conchita y el lograba con el largo de su lengua recogerlos todos. Ya no necesita ninguna ayuda para incitarlo a lamer mi panocha, lo hace con toda naturalidad.
Siempre me ha dado un poco de miedo su pija, él es de raza American Staffordshire Terrier, es muy robusto y su pija es enorme. Ahora con esto del Coronavirus, dejé de tener relaciones sexuales y me vino a la cabeza su hermosa pija que se la he visto muchas veces y pensé de probarla. A decir la verdad, tenía muchísimas ganas de hacerlo.
El problema es que solo me lame. Su polla no le crece mucho, excepto cuando lo masturbo o se la chupo hasta hacerlo eyacular. Siento una sensación muy extraña cada vez que logró hacer crecer su pija a esas grandes dimensiones. Entonces me coloco en cuatro y hago que él me monte, pero no me folla, tengo que masturbarme con su polla en medio a mi labia vaginal y no alcanza a durar un minuto que se corre abundantemente. En definitiva, lo he probado dos a tres veces al día en el último mes, pero no funciona como yo quisiera. He intentado estimularlo más, chupárselo más, masturbarlo más, pero igualmente no funciona. De alguna manera mi coño no le apetece. ¿Podría alguien ayudarme y darme consejos sobre cómo debería hacerlo mejor? ¿O quizás estoy haciendo al mal?
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De Simone:
Yo también he dejado que nuestro perro no solo me lama, sino que lo deje follarme desde siempre y también disfruto haciéndole sexo oral, me encanta su esperma, lo chupo casi a diario, sobre todo cuando termina de follarme y todavía tiene su pija chorreando lechita. Mi vagina es bastante holgada y elástica, así que casi no me abotona, apenas lo siento que se está corriendo, me giro y le chupo su pija hasta la última gota, me encanta deslizarme bajo su miembro chorreante. Hay veces que lo recojo en un vaso y me lo bebo después, incluso hay veces que lo utilizo como aderezo de mis ensaladas, a mi marido le encanta y mis invitados no saben el secreto del sabor nuevo de las lechugas frescas
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Fin

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2022-11-18
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