En la carretera 2
por
Shiryu
género
exhibicionismo
Continuando con el relato anterior, una vez que mi esposa se subió al carro y que me enseño como en la mochila traía la tanguita blanca que había llevado puesta hasta la llegada a la gasolinera, aunque como ya había mencionado con solo fijarse directamente en su entrepierna se podía ver trasparentado en el vestido que llevaba el poco vello púbico que tenía. Una de las primeras cosas que logre con mi esposa siendo novios, fue el gusto de pasearse con minifaldas, lo cual para ella era raro por lo tradicional de su formación, pero por haber sido tanto en secundaria como en preparatoria parte del equipo de basquetbol de la escuela, tenía muy bien trabajados y delineados sus muslos, así que me encantaba que los mostrará. El siguiente paso fue hacerla adicta a la emoción de llevarlas puesta sin panti y que ya nos había dejado algunas emociones en el pasado. (Como cuando en un restaurante que se llama El chamuco, nos encontramos con un grupo de ex compañeros de escuela, entre ellos un ex novio suyo, que como era de esperarse al verla en minifalda se quedaron azorados, y no lo disimularon, por lo que después ella misma se levantó al baño y al regresar, por debajo de la mesa me puso en la mano su tanga. Debo decir que fue la cena más rápida de mi vida y que termino en una sesión de sexo en la cochera de su casa, no sin antes hacer que se levantara la falda y mostrara su desnudez de la cintura para abajo en la puerta de la reja).
En fin, después de todo lo anterior era lógico que estuviera a mil y que insistiera en que ya quería que se la metiera. Yo sabía que aun así con lo que quedaba de camino sería fácil que decayera su libido, así que decidí continuar con los juegos ya no para ver hasta donde llegaba, sino para que mantuviera ese pico.
En éste momento quiero describir un poco el lugar al que llevaba a mi esposa. Se encuentra en la carretera San Pedro de las Colonias a Cuatro Ciénagas, camino a Monclova, esto en el estado de Coahuila, en ese momento aún era únicamente de dos carriles, ahora ya la están ampliando en algunas partes a cuatro carriles, quien haya manejado por ésta carretera no me dejará mentir que es poco transitada, literalmente te puedes detener en medio de los dos carriles, dejar el carro en marcha, echarte una miada o hasta cagar agusto, fumarte un cigarro y no tendrás la necesidad de mover el carro porque no pasará nadie, lo cual podría resultar muy conveniente para fines como los que llevábamos, aunque también peligrosa porque la señal de radio y de los celulares suele perderse, por lo que si te ocurre algún percance tienes que esperar a que alguien pase para que de aviso, no cuenta con casetas y por lo mismo es poca la vigilancia que hay de las autoridades de caminos.
El lugar esta como a 80 metros de la carretera por un camino de terracería, y es como un mausoleo en honor a la virgen, debe ser de unos cuatro metros de ancho por dos de alto, y consecuentemente es para rezar, aunque después mi esposa me dijo que podría ser también en memoria de alguien. Lo interesante es que alrededor crece la maleza como entre 1.80 a 2 metros, por lo que yo calculaba que la misma podría fácilmente ocultar un carro compacto de la vista de los que transitaran por la carretera. El lugar lo descubrí cuando venía de Monclova manejando y desde esa vez tuve la fantasía de echarme un buen palo ahí. Antes de iniciar el viaje pude conseguir que de la empresa para la que trabajo me prestaran un bochito que estaba sin asignar, así que por lo compacto del modelo me imagine que sería ideal para la travesura, además de que mi esposa y yo teníamos mucha historia con los bochos cuando éramos novios.
En fin transcurría el viaje con aparente normalidad, con la única salvedad de que de vez en cuando mi esposa se tocaba de manera lasciva su cuerpo, y yo dedicaba bastante tiempo a tocarle el clítoris por su entrepierna ya que iba con las piernas abiertas. En eso estábamos cuando se me ocurrió la siguiente prueba. Hice como que tenía ganas de orinar (a final de cuentas yo no utilice los baños de la gasolinera), así que le dije que iba a parar a hacerlo. Ella en tono de broma me dijo, ay si, te vas a parar en la carretera para hacer, le dije que sí, no te creo respondió, que me gano si lo hago le dije, no sé después de todo lo que he hecho este día quieres más?, le dije si por mi fuera desde la puerta de la casa al salir, hasta regresar te traería desnuda, no juegues eso es pasarse de la raya, ah sí, pues ya está, si yo me bajo a orinar en medio de la carretera, tú te vas a quitar el vestido y te vas a ir desnuda manejando por 20 kilómetros exactos, pase lo que pase. Me contestó no, es mucho por tan poquito, mejor te paras en medio de la carretera, te bajas los pantalones y te masturbas hasta venirte, le dije ok, es pan comido ya que por la excitación que yo traía y las experiencias del día iba a ser muy fácil el descargar el semen que traía acumulado, así que lo hice y me tarde yo creo que como dos minutos, a lo que mi esposa respingo, no se vale, fue muy rápido, le dije lo siento mucho hicimos una apuesta y ahora la cumples.
Cuando mi esposa se pasó al asiento del chofer y a quitarse el vestido, sucedió algo que hace mucho no veía, a lo lejos se vislumbraba una torreta, así que le dije que sacara el auto del camino y esperáramos a que pasara el vehículo, que resultó ser una patrulla de la Federal de Caminos, que al pasar si vi cómo se nos quedó viendo el copiloto pero no se detuvieron, además de que iban a madres. Le dije a mi esposa, nos esperamos 10 minutos a que avancen y nos vamos. Así lo hicimos y hasta que regresamos al camino mi esposa se desnudó. No les puedo describir la sensación que tuve durante todo el tramo que manejo así, sobre todo porque en el camino nos topamos con Un lugar que creo que se llama Ventanillas, y en donde hay dos restaurantes al costado del camino, en donde estaba parada la patrulla de la Federal de Caminos y como tres vehículos más, al ir en el asiento del copiloto pude ver que en la puerta del restaurante estaba parado uno de los Federales, más por la distancia no pude distinguir si se dio cuenta de en qué condiciones iba manejando mi esposa.
En cuanto se cumplió el tramo mi esposa volvió a ponerse el vestido y a urgirme por verga, le dije faltan como15 minutos aún, así que no nos va a quedar otra más que jugar con tu deliciosa vagina, me dijo ya estuvo suave de que me estés chingando nomas a mí, se acomodó como Dios le dio a entender, me saco la verga del pantalón y se puso a regalarme una buena mamada, la verdad agradecí que no tuviera que hacer muchos cambios de velocidad ya que hubiera sido muy incomodo, aunque lo que si hice fue al estilo Clinton estarle metiendo dedo.
Estábamos en eso cuando por fin llegamos al lugar y deje el auto de tal manera que entre la maleza no se alcanzara a ver desde la carretera. Nos bajamos y lo primero que hizo fue rezar, mientras que yo no veía la hora que terminara. Cuando lo hizo, volteo a verme y me dijo papi ahora si soy toda tuya, desde hace como hora y media que quiero verga, le dije para luego es tarde.
Se perfectamente que la manera más fácil de hacer gemir a mis esposa es la combinación de unas buenas metidas de varga con unos profundos besos, así que me acerque, la jale hacia atrás de la construcción, exactamente a la esquina del lado izquierdo desde donde se podía apreciar la carretera, la recargue y la empecé a besar lo más apasionado que pude, tomándola de la cintura y repagándomela con fuerza a mi cuerpo para que sintiera a mi amigo en el proceso, seguí besándole el cuello y los hombros mientras con las manos le recorría sus nalguitas. Cuando los gemidos estuvieron subiendo de tono lo primero que hice fue bajarle los tirantes del vestido dejando al descubierto sus senos, así que me regodee dándoles unas mamadas a sus pezones, succionando como recién nacido.
De vez en cuando escuchábamos el ruido que hacen los carros cuando pasan a alta velocidad, pero la verdad ni nos importaba, mi esposa empezó a decir, ya papi, ya, dame lo que necesito, métemela. Lo siguiente que hice fue levantarle poco a poco el vestido hasta la cintura, así que mi esposa ya estaba con las nalgas, la vagina y los senos al aire, continúe con la sesión de besos solo que ahora lo que hice fue cambiar los lugares, ahora yo era el que estaba recargado a la pared y a mi mujer la puse pegada a mi cuerpo pero dándome la espalda, así que por encima de su hombro la seguía besando en la boca mientras con una mano le acariciaba los senos y le apretaba los pezones y con la otra le tocaba su clítoris, ella empezó a hacer movimientos circulares con sus nalgas, como para masajearme la verga, entonces dijo no puedo más, se separó, fue al carro y de la mochila saco una sábana vieja que yo pensé que ya había tirado a la basura, la dejo caer a mis pies junto con la mochila y, así semidesnuda como estaba, se puso en cuatro, me volvió a sacar la verga del pantalón y me la empezó a mamar, contoneando su cuerpo, lamiendo riquísimo.
Ya me imagino el espectáculo por detrás de ella, que delicioso. Cuando estaba a punto de venirme me dijo a no papacito, todavía no, entonces me quito la ropa y dijo, ya era hora que tú también lo hicieras, que chingón ya nada más a mí me encuerabas, a lo que le respondí, sus deseos son ordenes, le tome los brazos, los junte y se los subí para por arriba sacarle el vestido enrollado, luego lo puse en la parte de arriba del mausoleo para que una parte colgara por la pared, tome a mi esposa, la atraje hacia mí, la tome por las nalgas y la levante, me voltee, la recargue en la pared sobre el vestido y le coloque la verga en su vagina, entonces empecé a rosar su clítoris con mi pene, hasta que llegó un momento en que grito, no seas cabro y ya mételo, bueno pensé, al cliente lo que pida y de un solo jalón se la metí toda. Comencé a cogérmela y bombear, lo hacia despacio ya que no quería que se lastimara con el roce en la pared, luego ella me dijo, ay ya cámbiale porque me estas tallando la espalda, ok, la recosté le puse la mochila debajo de la cabeza, le agarre las piernas y me las puse a los hombros, se la metí de nuevo, logrando que gritara de placer, cabrón como la metes, que rico rosa por dentro, me matas papi, así estuvimos hasta que tuvo su primer orgasmo.
Quedo quietecita sobre la sabana sí que para levantarle el ánimo comencé a chuparle el clítoris, y ya que la sentí húmeda de nuevo, sin dejar de darle lengua le metí un dedo y como si le quisiera tocar su clítoris pero por dentro, le seguí dando hasta que me dijo que se iba a “orinar”, en ese momento deje de hacerlo y la levante, me acomode debajo y la hice que me montara, le acariciaba los senos, las nalgas y ella al tener el control de las embestidas, tuvo su segundo orgasmo. La deje reposar un rato. Luego recordé que había visto en el bocho un paliacate, así que me pare y fui a revisar, me regrese a donde estaba mi esposa y le dije ahora vamos a cambiar de posición, ponte de perrita y entonces le dije pero te voy a vendar los ojos, me dijo ya vas a empezar con tus cosas raras, le dije a poco no te excitan, y luego me dijo sí, pero también quiero yo hacer algo nuevo. Lo que siguió a continuación me dejo sin habla, me dijo quiero que lo intentemos otra vez por el culo, le dije, pero cosita, no lo hemos logrado y con eso matamos cualquier sesión amorosa que tenemos, me dijo es que una amiga me recomendó un gel que dijo que era muy bueno, le dije a poco lo traes, pues tú qué crees, y de la mochila saco un fresco, lo abrío y me dijo, ándale, úntamelo, bueno al mal paso darle prisa, y se lo empecé a untar, primero le metí un dedo, luego dos para probar y ella solo emitía gemidos muy suaves, entonces le acomode la verga y le comencé a meter primero la punta, ella como que no lo estaba disfrutando, pero luego cuando logre metérsela por completo si empezó a gritar que le dolía, entonces le dije si quieres ya no seguimos, me dijo, no, si quiero portarme como puta necesito saber gozar una verga en mi culo (esta respuesta me sorprendió, pero en el momento no quise cuestionarla al respecto).
Le fui metiendo y sacando poco a poco, aumentando lentamente el ritmo de mis embestidas, tomándola de la cintura y jalándola hacia mí, ella empezó a disfrutar de mi verga y a gemir coma antes con la misma intensidad, luego yo escuche algo de ruidos muy leves, me iba a zafar para ir a ver cuándo mi esposa se empezó a mover para adelante y atrás, así que me tomo por sorpresa y me vine dentro de su culo, ella al sentir mi leche también se vino. Cuando quedamos los dos lacios sobre la sabana, fue que escuchamos en tono fuerte, que tenemos aquí, muy bonito, ahora que vamos a hacer, entonces volteamos a donde venía la voz y era un Federal de Caminos, nos dijo después de lo que escuche en la gasolinera en San Pedro y lo que vi en la puerta del restaurante, lo más lógico es que terminaran así, mi esposa se puso de pie más rápido que yo y quiso jalar la sabana para taparse, solo que como yo me tarde un poco más y por mi peso no pudo, así que no le quedó más remedio que tratar de taparse con los brazos, la típica posición de con un brazo taparse los pezones y con la otra su vagina.
El Policleto dijo, no me queda más remedio que llevarlos a la estación, señor, tome su ropa, vaya a su carro por la tarjeta de circulación, su licencia y vístase, luego viene para que la dama, esto último en tono sarcástico, puede hacer lo mismo. En ese momento no cavile en nada y obedecí, hasta que me estaba poniendo los calzones a un lado del bocho fue que me dije, a cabrón, que hijo de la chingada, me manda a mí por delante a que me vista al bocho y él se queda con mi esposa desnuda, me vestí lo más rápido que pude, abrí la guantera y saque el documento y corrí hasta donde estaban, solo que al doblar por atrás del mausoleo, vi a mi esposa de rodillas sobre la sabana mamándole la verga el federal, dije puta madre este wuey ya se la gano, porque de inmediato pensé en que de alguna manera había forzado a mi esposa, solo que al poner más detalle en la escena vi como mi esposa tomaba la verga con una mano y se la metía en la boca, y con la otra se acariciaba su clítoris, entonces dije, ni madres de veras que esta puta lo está disfrutando.
Por lo mismo de que estaban en su mundo no se dieron cuenta de que había llegado, así que me escondí a la vuelta del mausoleo y me puse de mirón. El policía le decía a mi mujer, que rico mamas y que puta eres, mi esposa se zafo y dijo, no soy puta, como no, después de lo que me dijo el despachador de la gasolinera en San Pedro que habías hecho, de verte manejar desnuda por la carretera, encontrarte de nuevo en pelotas y cogiendo por el culo, no me queda duda. Nos estuviste viendo?, si, desde que te vendaron y te untaron el gel en el culo. Ay no que vergüenza, mucha vergüenza que has de tener que no has dejado de tocarte. Mi esposa esbozo una sonrisa y continúo mamando. En eso recordé que una de las fantasías de mi mujer era coger con un desconocido, y otra coger con un policía, (esto porque uno de sus pacientes, perdón mi esposa es médico, es policía y dice que está muy cuero y que una de las veces que fue a consulta tuvo que ponerle inyecciones, así que pudo admirar el tremendo aparato que se cargaba y había tenido que disimular para que no se le cayera la baba), así que de cierto modo ahora comprendía la situación y que mi esposa no resistió la tentación. (Luego me dijo que el policía si le había dicho que iba a salir muy caro y que iba a quedar exhibida, mientras se tocaba la verga por encima del pantalón, entonces mi esposa, ya sabiendo lo que iba a pasar le dijo, y como se pudiera solucionar, entonces el wuey se sacó la verga y dijo que te parece mamacita, y mi esposa ni tarda ni perezosa comenzó con la faena.
De repente el policía se zafo de la boca de mi mujer y la puso en cuatro contra la pared y se le metió, mi esposa dijo esto no era parte del trato, él dijo cuál era el trato piruja de mierda y acto continuo le dio unas embestidas de miedo, mi espesa comenzó a gozar la aventura hasta que aviso que se iba a venir, el cuate también lo dijo pero ella logro zafarse antes de que sucediera y el policía le lleno la espalda de leche. Entonces hice acto de presencia y mi esposa puso cara de apenada, cosa distinta del policía que dijo, que puta tienes, me la vas a tener que prestar más seguido, a lo que le dijo, no, esta fue la única, entre menos sepamos uno de los otros mejor, que lastima, por lo menos me darás la del estribo, si no soy vino pendejo dijo mi mujer, le dije puede que sí, me dirigí a mi esposa y le dije, ya cumpliste tus fantasías, ahora va la mía, te vas a coger al policía como piruja pero en la patrulla, el policía dijo por mí no hay problema, mi esposa me volteo a ver y dijo, que cabrón me saliste, tomo al policía de la mano y se encamino a la patrulla, pero en el camino dijo, señor policía, necesito su macana pero entre mis nalgas.
Así que por fin pude ver cómo le metían la verga a mi esposa por el culo arriba de la patrulla, y que lo disfrutara como loca, claro que otra vez con un poco de gel. Espero que les haya gustado este relato, que debo advertir al igual que los otros no es inventado. Tengo más no solo con mi esposa, ya que por mi trabajo debo viajar mucho, y después de 19 años haciéndolo, tengo algunas historias que contar. Saludos.
En fin, después de todo lo anterior era lógico que estuviera a mil y que insistiera en que ya quería que se la metiera. Yo sabía que aun así con lo que quedaba de camino sería fácil que decayera su libido, así que decidí continuar con los juegos ya no para ver hasta donde llegaba, sino para que mantuviera ese pico.
En éste momento quiero describir un poco el lugar al que llevaba a mi esposa. Se encuentra en la carretera San Pedro de las Colonias a Cuatro Ciénagas, camino a Monclova, esto en el estado de Coahuila, en ese momento aún era únicamente de dos carriles, ahora ya la están ampliando en algunas partes a cuatro carriles, quien haya manejado por ésta carretera no me dejará mentir que es poco transitada, literalmente te puedes detener en medio de los dos carriles, dejar el carro en marcha, echarte una miada o hasta cagar agusto, fumarte un cigarro y no tendrás la necesidad de mover el carro porque no pasará nadie, lo cual podría resultar muy conveniente para fines como los que llevábamos, aunque también peligrosa porque la señal de radio y de los celulares suele perderse, por lo que si te ocurre algún percance tienes que esperar a que alguien pase para que de aviso, no cuenta con casetas y por lo mismo es poca la vigilancia que hay de las autoridades de caminos.
El lugar esta como a 80 metros de la carretera por un camino de terracería, y es como un mausoleo en honor a la virgen, debe ser de unos cuatro metros de ancho por dos de alto, y consecuentemente es para rezar, aunque después mi esposa me dijo que podría ser también en memoria de alguien. Lo interesante es que alrededor crece la maleza como entre 1.80 a 2 metros, por lo que yo calculaba que la misma podría fácilmente ocultar un carro compacto de la vista de los que transitaran por la carretera. El lugar lo descubrí cuando venía de Monclova manejando y desde esa vez tuve la fantasía de echarme un buen palo ahí. Antes de iniciar el viaje pude conseguir que de la empresa para la que trabajo me prestaran un bochito que estaba sin asignar, así que por lo compacto del modelo me imagine que sería ideal para la travesura, además de que mi esposa y yo teníamos mucha historia con los bochos cuando éramos novios.
En fin transcurría el viaje con aparente normalidad, con la única salvedad de que de vez en cuando mi esposa se tocaba de manera lasciva su cuerpo, y yo dedicaba bastante tiempo a tocarle el clítoris por su entrepierna ya que iba con las piernas abiertas. En eso estábamos cuando se me ocurrió la siguiente prueba. Hice como que tenía ganas de orinar (a final de cuentas yo no utilice los baños de la gasolinera), así que le dije que iba a parar a hacerlo. Ella en tono de broma me dijo, ay si, te vas a parar en la carretera para hacer, le dije que sí, no te creo respondió, que me gano si lo hago le dije, no sé después de todo lo que he hecho este día quieres más?, le dije si por mi fuera desde la puerta de la casa al salir, hasta regresar te traería desnuda, no juegues eso es pasarse de la raya, ah sí, pues ya está, si yo me bajo a orinar en medio de la carretera, tú te vas a quitar el vestido y te vas a ir desnuda manejando por 20 kilómetros exactos, pase lo que pase. Me contestó no, es mucho por tan poquito, mejor te paras en medio de la carretera, te bajas los pantalones y te masturbas hasta venirte, le dije ok, es pan comido ya que por la excitación que yo traía y las experiencias del día iba a ser muy fácil el descargar el semen que traía acumulado, así que lo hice y me tarde yo creo que como dos minutos, a lo que mi esposa respingo, no se vale, fue muy rápido, le dije lo siento mucho hicimos una apuesta y ahora la cumples.
Cuando mi esposa se pasó al asiento del chofer y a quitarse el vestido, sucedió algo que hace mucho no veía, a lo lejos se vislumbraba una torreta, así que le dije que sacara el auto del camino y esperáramos a que pasara el vehículo, que resultó ser una patrulla de la Federal de Caminos, que al pasar si vi cómo se nos quedó viendo el copiloto pero no se detuvieron, además de que iban a madres. Le dije a mi esposa, nos esperamos 10 minutos a que avancen y nos vamos. Así lo hicimos y hasta que regresamos al camino mi esposa se desnudó. No les puedo describir la sensación que tuve durante todo el tramo que manejo así, sobre todo porque en el camino nos topamos con Un lugar que creo que se llama Ventanillas, y en donde hay dos restaurantes al costado del camino, en donde estaba parada la patrulla de la Federal de Caminos y como tres vehículos más, al ir en el asiento del copiloto pude ver que en la puerta del restaurante estaba parado uno de los Federales, más por la distancia no pude distinguir si se dio cuenta de en qué condiciones iba manejando mi esposa.
En cuanto se cumplió el tramo mi esposa volvió a ponerse el vestido y a urgirme por verga, le dije faltan como15 minutos aún, así que no nos va a quedar otra más que jugar con tu deliciosa vagina, me dijo ya estuvo suave de que me estés chingando nomas a mí, se acomodó como Dios le dio a entender, me saco la verga del pantalón y se puso a regalarme una buena mamada, la verdad agradecí que no tuviera que hacer muchos cambios de velocidad ya que hubiera sido muy incomodo, aunque lo que si hice fue al estilo Clinton estarle metiendo dedo.
Estábamos en eso cuando por fin llegamos al lugar y deje el auto de tal manera que entre la maleza no se alcanzara a ver desde la carretera. Nos bajamos y lo primero que hizo fue rezar, mientras que yo no veía la hora que terminara. Cuando lo hizo, volteo a verme y me dijo papi ahora si soy toda tuya, desde hace como hora y media que quiero verga, le dije para luego es tarde.
Se perfectamente que la manera más fácil de hacer gemir a mis esposa es la combinación de unas buenas metidas de varga con unos profundos besos, así que me acerque, la jale hacia atrás de la construcción, exactamente a la esquina del lado izquierdo desde donde se podía apreciar la carretera, la recargue y la empecé a besar lo más apasionado que pude, tomándola de la cintura y repagándomela con fuerza a mi cuerpo para que sintiera a mi amigo en el proceso, seguí besándole el cuello y los hombros mientras con las manos le recorría sus nalguitas. Cuando los gemidos estuvieron subiendo de tono lo primero que hice fue bajarle los tirantes del vestido dejando al descubierto sus senos, así que me regodee dándoles unas mamadas a sus pezones, succionando como recién nacido.
De vez en cuando escuchábamos el ruido que hacen los carros cuando pasan a alta velocidad, pero la verdad ni nos importaba, mi esposa empezó a decir, ya papi, ya, dame lo que necesito, métemela. Lo siguiente que hice fue levantarle poco a poco el vestido hasta la cintura, así que mi esposa ya estaba con las nalgas, la vagina y los senos al aire, continúe con la sesión de besos solo que ahora lo que hice fue cambiar los lugares, ahora yo era el que estaba recargado a la pared y a mi mujer la puse pegada a mi cuerpo pero dándome la espalda, así que por encima de su hombro la seguía besando en la boca mientras con una mano le acariciaba los senos y le apretaba los pezones y con la otra le tocaba su clítoris, ella empezó a hacer movimientos circulares con sus nalgas, como para masajearme la verga, entonces dijo no puedo más, se separó, fue al carro y de la mochila saco una sábana vieja que yo pensé que ya había tirado a la basura, la dejo caer a mis pies junto con la mochila y, así semidesnuda como estaba, se puso en cuatro, me volvió a sacar la verga del pantalón y me la empezó a mamar, contoneando su cuerpo, lamiendo riquísimo.
Ya me imagino el espectáculo por detrás de ella, que delicioso. Cuando estaba a punto de venirme me dijo a no papacito, todavía no, entonces me quito la ropa y dijo, ya era hora que tú también lo hicieras, que chingón ya nada más a mí me encuerabas, a lo que le respondí, sus deseos son ordenes, le tome los brazos, los junte y se los subí para por arriba sacarle el vestido enrollado, luego lo puse en la parte de arriba del mausoleo para que una parte colgara por la pared, tome a mi esposa, la atraje hacia mí, la tome por las nalgas y la levante, me voltee, la recargue en la pared sobre el vestido y le coloque la verga en su vagina, entonces empecé a rosar su clítoris con mi pene, hasta que llegó un momento en que grito, no seas cabro y ya mételo, bueno pensé, al cliente lo que pida y de un solo jalón se la metí toda. Comencé a cogérmela y bombear, lo hacia despacio ya que no quería que se lastimara con el roce en la pared, luego ella me dijo, ay ya cámbiale porque me estas tallando la espalda, ok, la recosté le puse la mochila debajo de la cabeza, le agarre las piernas y me las puse a los hombros, se la metí de nuevo, logrando que gritara de placer, cabrón como la metes, que rico rosa por dentro, me matas papi, así estuvimos hasta que tuvo su primer orgasmo.
Quedo quietecita sobre la sabana sí que para levantarle el ánimo comencé a chuparle el clítoris, y ya que la sentí húmeda de nuevo, sin dejar de darle lengua le metí un dedo y como si le quisiera tocar su clítoris pero por dentro, le seguí dando hasta que me dijo que se iba a “orinar”, en ese momento deje de hacerlo y la levante, me acomode debajo y la hice que me montara, le acariciaba los senos, las nalgas y ella al tener el control de las embestidas, tuvo su segundo orgasmo. La deje reposar un rato. Luego recordé que había visto en el bocho un paliacate, así que me pare y fui a revisar, me regrese a donde estaba mi esposa y le dije ahora vamos a cambiar de posición, ponte de perrita y entonces le dije pero te voy a vendar los ojos, me dijo ya vas a empezar con tus cosas raras, le dije a poco no te excitan, y luego me dijo sí, pero también quiero yo hacer algo nuevo. Lo que siguió a continuación me dejo sin habla, me dijo quiero que lo intentemos otra vez por el culo, le dije, pero cosita, no lo hemos logrado y con eso matamos cualquier sesión amorosa que tenemos, me dijo es que una amiga me recomendó un gel que dijo que era muy bueno, le dije a poco lo traes, pues tú qué crees, y de la mochila saco un fresco, lo abrío y me dijo, ándale, úntamelo, bueno al mal paso darle prisa, y se lo empecé a untar, primero le metí un dedo, luego dos para probar y ella solo emitía gemidos muy suaves, entonces le acomode la verga y le comencé a meter primero la punta, ella como que no lo estaba disfrutando, pero luego cuando logre metérsela por completo si empezó a gritar que le dolía, entonces le dije si quieres ya no seguimos, me dijo, no, si quiero portarme como puta necesito saber gozar una verga en mi culo (esta respuesta me sorprendió, pero en el momento no quise cuestionarla al respecto).
Le fui metiendo y sacando poco a poco, aumentando lentamente el ritmo de mis embestidas, tomándola de la cintura y jalándola hacia mí, ella empezó a disfrutar de mi verga y a gemir coma antes con la misma intensidad, luego yo escuche algo de ruidos muy leves, me iba a zafar para ir a ver cuándo mi esposa se empezó a mover para adelante y atrás, así que me tomo por sorpresa y me vine dentro de su culo, ella al sentir mi leche también se vino. Cuando quedamos los dos lacios sobre la sabana, fue que escuchamos en tono fuerte, que tenemos aquí, muy bonito, ahora que vamos a hacer, entonces volteamos a donde venía la voz y era un Federal de Caminos, nos dijo después de lo que escuche en la gasolinera en San Pedro y lo que vi en la puerta del restaurante, lo más lógico es que terminaran así, mi esposa se puso de pie más rápido que yo y quiso jalar la sabana para taparse, solo que como yo me tarde un poco más y por mi peso no pudo, así que no le quedó más remedio que tratar de taparse con los brazos, la típica posición de con un brazo taparse los pezones y con la otra su vagina.
El Policleto dijo, no me queda más remedio que llevarlos a la estación, señor, tome su ropa, vaya a su carro por la tarjeta de circulación, su licencia y vístase, luego viene para que la dama, esto último en tono sarcástico, puede hacer lo mismo. En ese momento no cavile en nada y obedecí, hasta que me estaba poniendo los calzones a un lado del bocho fue que me dije, a cabrón, que hijo de la chingada, me manda a mí por delante a que me vista al bocho y él se queda con mi esposa desnuda, me vestí lo más rápido que pude, abrí la guantera y saque el documento y corrí hasta donde estaban, solo que al doblar por atrás del mausoleo, vi a mi esposa de rodillas sobre la sabana mamándole la verga el federal, dije puta madre este wuey ya se la gano, porque de inmediato pensé en que de alguna manera había forzado a mi esposa, solo que al poner más detalle en la escena vi como mi esposa tomaba la verga con una mano y se la metía en la boca, y con la otra se acariciaba su clítoris, entonces dije, ni madres de veras que esta puta lo está disfrutando.
Por lo mismo de que estaban en su mundo no se dieron cuenta de que había llegado, así que me escondí a la vuelta del mausoleo y me puse de mirón. El policía le decía a mi mujer, que rico mamas y que puta eres, mi esposa se zafo y dijo, no soy puta, como no, después de lo que me dijo el despachador de la gasolinera en San Pedro que habías hecho, de verte manejar desnuda por la carretera, encontrarte de nuevo en pelotas y cogiendo por el culo, no me queda duda. Nos estuviste viendo?, si, desde que te vendaron y te untaron el gel en el culo. Ay no que vergüenza, mucha vergüenza que has de tener que no has dejado de tocarte. Mi esposa esbozo una sonrisa y continúo mamando. En eso recordé que una de las fantasías de mi mujer era coger con un desconocido, y otra coger con un policía, (esto porque uno de sus pacientes, perdón mi esposa es médico, es policía y dice que está muy cuero y que una de las veces que fue a consulta tuvo que ponerle inyecciones, así que pudo admirar el tremendo aparato que se cargaba y había tenido que disimular para que no se le cayera la baba), así que de cierto modo ahora comprendía la situación y que mi esposa no resistió la tentación. (Luego me dijo que el policía si le había dicho que iba a salir muy caro y que iba a quedar exhibida, mientras se tocaba la verga por encima del pantalón, entonces mi esposa, ya sabiendo lo que iba a pasar le dijo, y como se pudiera solucionar, entonces el wuey se sacó la verga y dijo que te parece mamacita, y mi esposa ni tarda ni perezosa comenzó con la faena.
De repente el policía se zafo de la boca de mi mujer y la puso en cuatro contra la pared y se le metió, mi esposa dijo esto no era parte del trato, él dijo cuál era el trato piruja de mierda y acto continuo le dio unas embestidas de miedo, mi espesa comenzó a gozar la aventura hasta que aviso que se iba a venir, el cuate también lo dijo pero ella logro zafarse antes de que sucediera y el policía le lleno la espalda de leche. Entonces hice acto de presencia y mi esposa puso cara de apenada, cosa distinta del policía que dijo, que puta tienes, me la vas a tener que prestar más seguido, a lo que le dijo, no, esta fue la única, entre menos sepamos uno de los otros mejor, que lastima, por lo menos me darás la del estribo, si no soy vino pendejo dijo mi mujer, le dije puede que sí, me dirigí a mi esposa y le dije, ya cumpliste tus fantasías, ahora va la mía, te vas a coger al policía como piruja pero en la patrulla, el policía dijo por mí no hay problema, mi esposa me volteo a ver y dijo, que cabrón me saliste, tomo al policía de la mano y se encamino a la patrulla, pero en el camino dijo, señor policía, necesito su macana pero entre mis nalgas.
Así que por fin pude ver cómo le metían la verga a mi esposa por el culo arriba de la patrulla, y que lo disfrutara como loca, claro que otra vez con un poco de gel. Espero que les haya gustado este relato, que debo advertir al igual que los otros no es inventado. Tengo más no solo con mi esposa, ya que por mi trabajo debo viajar mucho, y después de 19 años haciéndolo, tengo algunas historias que contar. Saludos.
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