En la carretera
por
Shiryu
género
exhibicionismo
Esto sucedió hace como siete años. Por fin había convencido a mi esposa para tener una sesión de sexo en carretera o algo similar. Ella mide como 1.58 mts., tiene pelo negro y rizado, delgada, pesa 51 kg., en aquel entonces tenía 30 años. Ese día era domingo y después de desayunar dejamos a la niña con mis papas y salimos rumbo a un lugar que había visto cada vez que manejaba a Monclova, como a 40 minutos de San Pedro. Sin embargo ella aún no entendía porque le había pedido que se llevara en una mochila un vestido que se le amoldaba como guante, de tirantes y que le llagaba arriba de las rodillas, por lo que al sentarse dejaba ver sus muslos, ya que se le hacía más lógico llevárselo ya puesto. Cuando salimos de la ciudad vestía blusa de tirantes y pantalón de mezclilla. Durante el camino antes de llegar a San Pedro, nada más de imaginarme todo lo que le quería hacer estaba por demás excitado, por lo que se me ocurrió algo para ir probando si mi esposa verdaderamente estaría dispuesta a seguir con la aventura, me detuve a un lado de la carretera y le dije que se quitara el sostén ya que quería ver como se le notaban los pezones a través de la blusa, a lo que ella accedió, (después me dijo que no se le hizo extraña la petición ya que se suponía que íbamos directo al lugar que le había platicado y nadie más la vería así).
Continuamos en el trayecto y yo de vez en vez contemplaba a través de la blusa como sus pezones erectos señalaban que deseaba sexo tanto como yo. Al haber accedido a mi petición anterior decidí que debía comenzar un juego con ella para ver hasta donde era capaz de llegar: debo señalar que mi esposa fue educada de forma muy tradicional, con decir que su primera verga la conoció hasta los 24 años, y si fue la mía, así que no era muy común que hiciera cosas muy arriesgadas en cuanto a sexo se refiere, por lo que de alguna manera debía mantenerle la libido muy arriba.
Sin necesidad de entrar en San Pedro hay un camino que bordea la ciudad, pasamos por una tienda y recordé que no llevábamos nada que tomar o beber para el camino así que le comente y estuvo de acuerdo conmigo en que debíamos comprar algo, en ese momento se me ocurrió la siguiente prueba. Al ser un camino muy socorrido por camioneros y vender gorditas (comida típica de la Comarca Lagunera) y comida en el mismo establecimiento, había varios comiendo en el lugar, así que le dije que se bajara ella a comprar las cosas. Sus ojos se abrieron como platos y me dijo inmediatamente que no, que como se me ocurría, que se le notaban los pezones y que seguramente atraería las miradas de los viejos esos, entonces le conteste que de eso se trataba, de demostrarle que era capaz de excitar a cualquiera y que no se hiciera pendeja que seguramente era una de sus fantasías, (lo cual confirme después). Se me quedo viendo y entonces alcance a ver como en sus ojos se manifestaba un pequeño brillo de morbo y me dijo que estaba bien que lo iba a hacer pero que si se le acercaba alguno de los hombres esos que me bajara para llevarla al carro, tomo aire y se enfilo a la tienda.
Para no perderme el espectáculo, salí del carro e hice como que llamaba por celular, y lo que vi me dejó asorado, la vi caminar con mucha seguridad y como era de esperarse atrajo las miradas lujuriosas de todos los presentes, yo imagine que eso sería suficiente para que se regresara pero no fue así, aguantó al pie del cañón, una vez que pagó y se encamino de regreso se topó en el camino con un cuate que acababa de ingresar al local y que no dejó pasar la oportunidad de decirle algo e hizo como que se obstruyeron el paso mutuamente, en ese momento mi esposa me volteo a ver suplicando que fuera por ella, pero yo solo le hice la seña que lo pasara por un lado, que yo le vigilaba desde ahí, lo cual hizo muy deprisa, se subió al carro con cara de angustia y le puso seguro a la puerta.
Otra vez en camino le pregunte que le había dicho aquel hombre y, cambiando la expresión en su rostro, humedeciéndose los labios me dijo: el tipo dijo que se veía que necesitaba de una buena verga, que mis pezones eran hermosos y que se moría por llenar de leche todos sus agujeros, terminando por decir que ya le urgía coger.
No quise arriesgarme con quedarme sin gasolina, por lo que ya al termino del rodeo por las afueras de San Pedro hay una gasolinera, y me detuve a cargar, como a 10 metros estaban los baños, las puertas de ambos estaban abiertas y colocadas de forma contigua, además pude por el ángulo en el que estaba el carro notar que se veía perfectamente al interior, fue entonces que se me ocurrió el siguiente reto para mi mujer. Le dije que el camino era como de una hora o de hora y media y le pregunte si no quería ir al baño porque sería el último que tendría a su alcance, asintió y como sólo estaban dos despachadores, ambos ocupados, se disponía a bajar cuando le dije, espera, escucha lo que vas a hacer ahora, llévate la mochila con el vestido, una vez que termines te vas a desnudar, para esto me vas a llamar para avisarme y en cuanto te lo indique vas a abrir la puerta del retrete así, desnuda, para que yo te vea desde el carro.
Ya se imaginaran como se me levanto el asunto cuando lo hizo y la vi a 10 metros desnuda, y la muy canija aún se puso a bailar y, para terminar, se empinó para agarrarse sus tobillos, mostrándome su culo y sus orificios, con eso a mí ya me andaba. Después ya no puse atención, pero en lo que salía del baño se estacionó una camioneta exactamente en la banqueta a las afueras del esos baños, de las que son cerradas para llevar a varias personas de Coopel y fácilmente eran como 6 hombres. Me llamo la atención que de repente comenzaron a oírse chiflidos y gritos de mamacita, estas bien buena, a lo que los despachadores de la gasolinera y un cliente que cargaba combustible también voltearon a donde se escuchaba el alboroto, ya solo vi que mi esposa venía caminando ya para subirse al carro, como ya les había comentado el vestido se le amoldaba como guante y para mi sorpresa seguía sin ponerse sujetador y por lo que me enseñó una vez ya dentro del carro, tampoco traía puesta su tanga, el vestido era color verde muy tenue, y observando fijamente se podía notar un el poco vello púbico que tenia pues le gusta depilarse, fue hasta entonces que los despachadores se fijaron en mi mujer y uno de ellos se unió al concierto de chiflidos.
Me sentía además de excitado orgulloso de la mujer que tenía a mi lado, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijo la verdadera razón de los chiflidos de los de Coopel, dijo, ya había terminado de hacer pipí y lo hacía ya desnuda, había puesto mi ropa en la mochila, dejando hasta arriba el vestido y mi tanga, así que te hable y abrí la puerta, me viste y me calente muchísimo, estaba tan excitada que no escuche cuando llegó la camioneta y en mi afán de calentarme pensé en volver a abrir la puerta del retrete para que me vieras, de nuevo me coloque de espaldas a la puerta del retrete y volví a agacharme, nada más que en esa postura no podía abrir la puerta, entonces lo único que se me ocurrió fue darle una patada a la puerta para que se abriera, fue cuando escuché los chiflidos y me giré para ver qué pasaba, viendo a la camioneta obstruyendo mi vista y la cara de todos los que venían en la camioneta con sus ojos fijos en mí, ya les había mostrado mi trasero, mis hoyitos y mis senos, cerré la puerta y me puse lo único que tenía arriba de la mochila, con prisa para poder salir ya de ahí por eso no alcanzó a ponerse la tanga. Hasta aquí con el relato y de antemano agradezco su lectura, publicare la segunda parte, que fue ya cuando llegamos a ese lugar en la carretera para coger. Debo señalar que además de esa fantasía ahí cumplimos otra, ¿alguna vez su pareja tuvo sexo en una patrulla?.
Continuamos en el trayecto y yo de vez en vez contemplaba a través de la blusa como sus pezones erectos señalaban que deseaba sexo tanto como yo. Al haber accedido a mi petición anterior decidí que debía comenzar un juego con ella para ver hasta donde era capaz de llegar: debo señalar que mi esposa fue educada de forma muy tradicional, con decir que su primera verga la conoció hasta los 24 años, y si fue la mía, así que no era muy común que hiciera cosas muy arriesgadas en cuanto a sexo se refiere, por lo que de alguna manera debía mantenerle la libido muy arriba.
Sin necesidad de entrar en San Pedro hay un camino que bordea la ciudad, pasamos por una tienda y recordé que no llevábamos nada que tomar o beber para el camino así que le comente y estuvo de acuerdo conmigo en que debíamos comprar algo, en ese momento se me ocurrió la siguiente prueba. Al ser un camino muy socorrido por camioneros y vender gorditas (comida típica de la Comarca Lagunera) y comida en el mismo establecimiento, había varios comiendo en el lugar, así que le dije que se bajara ella a comprar las cosas. Sus ojos se abrieron como platos y me dijo inmediatamente que no, que como se me ocurría, que se le notaban los pezones y que seguramente atraería las miradas de los viejos esos, entonces le conteste que de eso se trataba, de demostrarle que era capaz de excitar a cualquiera y que no se hiciera pendeja que seguramente era una de sus fantasías, (lo cual confirme después). Se me quedo viendo y entonces alcance a ver como en sus ojos se manifestaba un pequeño brillo de morbo y me dijo que estaba bien que lo iba a hacer pero que si se le acercaba alguno de los hombres esos que me bajara para llevarla al carro, tomo aire y se enfilo a la tienda.
Para no perderme el espectáculo, salí del carro e hice como que llamaba por celular, y lo que vi me dejó asorado, la vi caminar con mucha seguridad y como era de esperarse atrajo las miradas lujuriosas de todos los presentes, yo imagine que eso sería suficiente para que se regresara pero no fue así, aguantó al pie del cañón, una vez que pagó y se encamino de regreso se topó en el camino con un cuate que acababa de ingresar al local y que no dejó pasar la oportunidad de decirle algo e hizo como que se obstruyeron el paso mutuamente, en ese momento mi esposa me volteo a ver suplicando que fuera por ella, pero yo solo le hice la seña que lo pasara por un lado, que yo le vigilaba desde ahí, lo cual hizo muy deprisa, se subió al carro con cara de angustia y le puso seguro a la puerta.
Otra vez en camino le pregunte que le había dicho aquel hombre y, cambiando la expresión en su rostro, humedeciéndose los labios me dijo: el tipo dijo que se veía que necesitaba de una buena verga, que mis pezones eran hermosos y que se moría por llenar de leche todos sus agujeros, terminando por decir que ya le urgía coger.
No quise arriesgarme con quedarme sin gasolina, por lo que ya al termino del rodeo por las afueras de San Pedro hay una gasolinera, y me detuve a cargar, como a 10 metros estaban los baños, las puertas de ambos estaban abiertas y colocadas de forma contigua, además pude por el ángulo en el que estaba el carro notar que se veía perfectamente al interior, fue entonces que se me ocurrió el siguiente reto para mi mujer. Le dije que el camino era como de una hora o de hora y media y le pregunte si no quería ir al baño porque sería el último que tendría a su alcance, asintió y como sólo estaban dos despachadores, ambos ocupados, se disponía a bajar cuando le dije, espera, escucha lo que vas a hacer ahora, llévate la mochila con el vestido, una vez que termines te vas a desnudar, para esto me vas a llamar para avisarme y en cuanto te lo indique vas a abrir la puerta del retrete así, desnuda, para que yo te vea desde el carro.
Ya se imaginaran como se me levanto el asunto cuando lo hizo y la vi a 10 metros desnuda, y la muy canija aún se puso a bailar y, para terminar, se empinó para agarrarse sus tobillos, mostrándome su culo y sus orificios, con eso a mí ya me andaba. Después ya no puse atención, pero en lo que salía del baño se estacionó una camioneta exactamente en la banqueta a las afueras del esos baños, de las que son cerradas para llevar a varias personas de Coopel y fácilmente eran como 6 hombres. Me llamo la atención que de repente comenzaron a oírse chiflidos y gritos de mamacita, estas bien buena, a lo que los despachadores de la gasolinera y un cliente que cargaba combustible también voltearon a donde se escuchaba el alboroto, ya solo vi que mi esposa venía caminando ya para subirse al carro, como ya les había comentado el vestido se le amoldaba como guante y para mi sorpresa seguía sin ponerse sujetador y por lo que me enseñó una vez ya dentro del carro, tampoco traía puesta su tanga, el vestido era color verde muy tenue, y observando fijamente se podía notar un el poco vello púbico que tenia pues le gusta depilarse, fue hasta entonces que los despachadores se fijaron en mi mujer y uno de ellos se unió al concierto de chiflidos.
Me sentía además de excitado orgulloso de la mujer que tenía a mi lado, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijo la verdadera razón de los chiflidos de los de Coopel, dijo, ya había terminado de hacer pipí y lo hacía ya desnuda, había puesto mi ropa en la mochila, dejando hasta arriba el vestido y mi tanga, así que te hable y abrí la puerta, me viste y me calente muchísimo, estaba tan excitada que no escuche cuando llegó la camioneta y en mi afán de calentarme pensé en volver a abrir la puerta del retrete para que me vieras, de nuevo me coloque de espaldas a la puerta del retrete y volví a agacharme, nada más que en esa postura no podía abrir la puerta, entonces lo único que se me ocurrió fue darle una patada a la puerta para que se abriera, fue cuando escuché los chiflidos y me giré para ver qué pasaba, viendo a la camioneta obstruyendo mi vista y la cara de todos los que venían en la camioneta con sus ojos fijos en mí, ya les había mostrado mi trasero, mis hoyitos y mis senos, cerré la puerta y me puse lo único que tenía arriba de la mochila, con prisa para poder salir ya de ahí por eso no alcanzó a ponerse la tanga. Hasta aquí con el relato y de antemano agradezco su lectura, publicare la segunda parte, que fue ya cuando llegamos a ese lugar en la carretera para coger. Debo señalar que además de esa fantasía ahí cumplimos otra, ¿alguna vez su pareja tuvo sexo en una patrulla?.
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