No es Amor

No me toques. No debes tocarme. Ya no. Me haría daño y te haría daño. El dolor no está en mi vientre, me gustan tus caricias, siento palpitar mi deseo. No me toques. El dolor está en mi corazón y en mi cerebro. Mi corazón late, pero mi cerebro piensa más rápido, enviando sus impulsos a mi cuerpo. Quiere disfrutar, pero no puede. No puede sin amor. Puedes explicar la vida, la muerte, el sufrimiento, pero no el NO AMOR. No sabes por qué. De repente, ya no amas, ni al otro ni a ti mismo. O tal vez te das cuenta de que egoístamente quieres amarte. Para salvarte. Del no amor. Él cae sobre ti. Sus manos. Las manos de nadie son como las tuyas. Las caricias son parecidas, la reacción del cuerpo es parecida, los escalofríos de placer son parecidos, pero el corazón ya no lo quiere, el cerebro ya no se distancia. Otro hombre yace a mi lado. Otro hombre se excita al ver mi cuerpo. No me toques. No quiero disfrutar solo de mi cuerpo. Quiero mi corazón. Estaba tan ocupada amándote, creyendo que te amaba, que no me estaba dando cuenta. Me moría por excitarte, por colocarte, por darte el fuego del amor. Fragmentos de vidrio. Solo quedan fragmentos de vidrio de un amor perdido. Me corté con el cristal de los recuerdos. No son positivos, martillan el cerebro, aniquilando el corazón. La polla, el pene, el miembro... ¿de cuántas maneras hay de decir hombre? ¿Cuántos compañeros he tenido en la vida? Recuerdos, arrepentimiento, otras caras, otros olores, pero tú, tú, siempre tu olor en mí. Dentro. He borrado los números, las direcciones, las letras, pero el nombre permanece grabado a fuego en mi corazón. No me toques. Un mundo diferente de sensaciones, rostros diferentes, los mismos gestos, palabras similares para alcanzar la cima del orgasmo. Pero las sensaciones del cuerpo permanecen suspendidas, solas en el limbo de mi cerebro. Demasiado pensamiento, demasiado razonamiento. "Vive la vida como viene y disfrútala". No puedo. Siempre tengo que saber dónde estoy y por qué estoy. En cada momento de amor, mi cuerpo debe sentir lo que siente el otro. No debe disfrutarlo, solo mi coño y tu polla deben mojarse. Debo sentirme unida, un fluido de jugos placenteros. No me toques. Debo rechazar tus caricias como tú no puedes aceptar mi amor. No siento nada más que ganas de llorar. Soy prisionera del deseo de disfrutar y del miedo a no ser capaz de ello. Me gustaría escribirte, llamarte para que aceptes de nuevo el sexo, solo tu sexo. Pero no lo haré. Ya veo. Veo mis manos rozando tu mechón de pelo. Siento su textura. Me llevo los dedos a la nariz, creo respirar tu aroma. Veo mi cuerpo estremecerse ante tu mirada. Por última vez quise sentirte dentro de mí. Ya veo. Fantasía. Gané la batalla conmigo mismo, con la incapacidad de decirte que no. No me toques. Ya ni siquiera me deseo a mí mismo. No quiero mi cuerpo. Anhelo tu felicidad. Eres parte de mis sueños. Desde el primer día que te escuché.

"No puedes amar a más de una persona en tu vida". ¿Cuánto tiempo se quedarán estas palabras en mi mente? Mentira de sentimientos, ambigüedad del cuerpo. Te hablé de mi rechazo y tu polla se erizó bajo la bragueta de tus pantalones. Podía oler su acre aroma. Una mano mía para acariciarte. Lo deseaba. No me toques. No toques más mi corazón. ¿Dónde estaba tu esposa mientras dormías en mi casa? ¿Dónde estaban tus pensamientos mientras hacíamos el amor? No necesitábamos fantasías. Las hicimos realidad. No me toques. Escribo para la catarsis. Para estar bien conmigo mismo. No me toques. Ya no quiero depender de ti. Estoy empapado de placer solo de pensar en ti. Escribo pero mi vientre se moja solo, pensando en ti, sin quererlo. Mis dedos se deslizan sobre tus pechos, son tus dedos. Mi lengua saborea tus labios, humedeciéndose de saliva. Es mi boca. Sueño contigo, con tus labios. Un beso. Solo quería un beso tuyo. Habría sacado la lengua para recorrerla sobre tus labios carnosos. No entres en mis fantasías. Quiero ser poseída, follada, follada, anhelada, perseguida. Por ti. He puesto mi vida patas arriba. No entres también en mis fantasías. Quise amar. Tus dedos se deslizan hacia mi vientre. Lo abro delicadamente. Mi clítoris está ahí, inmóvil, incapaz de hincharse solo de fantasías. Pienso en ti. Y me mojo. Huelo tus dedos. Es mi olor, pero creo reconocer el olor de tu esperma. El agua. Las sales. Los perfumes. Nada. Nada puede quitarme el olor que me queda. Tu olor en mi vientre. No pude resistirlo. Ella. Etérea. Era solo un nombre en tu voz, pero un amor en tu corazón. Si la hubiera conocido, habría luchado con envidia. Pero no puedo luchar contra la fantasía de un amor vivo. Integridad de mente y cuerpo. Ahora. La extraño. Siempre lo dijiste. Quiero y no quiero al mismo tiempo. Todo es fantasía. FIN.