Cielo Riveros y su madre son cogidas X negros

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Cielo Riveros y su madre son cogidas X negros

Mamá y yo en manos de pandilleros

Todo comenzó cuando tenía 18 años... Vivía con mi mamá porque se había divorciado... Hasta el día de hoy, agradezco a mis estrellas de la suerte que mi padre no viviera con nosotros... Si lo hubiera hecho, habría luchado contra ellos y probablemente nos hubieran matado a todos.

Todo comenzó cuando mamá y yo regresamos de las compras alrededor de las 18 h., y cuando llegamos a la puerta principal de casa vimos que la habían forzado.

Mi madre se dio la vuelta para correr, pero nos agarraron a las dos y nos entraron a la casa... En la sala de estar había seis hombres negros, todos con pañuelos rojos alrededor del cuello.

- "¡Oye, mira, carne blanca!" dijo uno de ellos.

Mi madre estaba aterrorizada cuando se acercaron a nosotras... Sabía quiénes eran y estaba temblando de miedo.

- "¿Vives aquí, perra?", le preguntó un hombre grande.

Como mi madre no contestó, la abofeteó brutalmente en la cara.

- "¡Te hice una pregunta... Será mejor que respondas!"

- "S-sí-sí", dijo ella.

- "¿Esta es tu hija?"

- "Sí."

- "¿Dónde está tu viejo?"

- "E-estamos divorciados... Él no vive aquí con nosotras."

- "Bueno, parece que tuvimos suerte, muchachos... Dos perras blancas sin hombre... Apuesto a que sus coños no pueden esperar por una polla."

Mirándome, con lascivia, me dijo:

- "Tal vez este pequeña sea virgen... ¿Eres virgen, puta?"

. "¡Deja a mi hija en paz!", gritó mi madre.

El hombre le dio un puñetazo en el estómago y ella se dobló... A continuación le clavó una rodilla en el coño y ella cayó al suelo.

- "¡Nunca me hables a menos que te pregunte algo, coño!"

Me cogió por el cabello y me dijo:

- "¡Te hice una pregunta!... ¡Responde!"

- "No, no soy virgen."

- "Bien... Vamos a divertirnos mucho contigo, nena."

Los otros hombres se rieron del comentario del que parecía ser su jefe, quien les dijo también:

-"Excepto estas dos, aquí no hay nada que valga la pena... Jeff, trae el camión y nos las llevaremos... Tom, trae el coche de la perra y cierra este lugar para que parezca normal."

Me miró de nuevo y vi un brillo en sus ojos.

- "John, lleva a la vieja a la camioneta... Saldré con ésta en un par de minutos."

Observé mientras arrastraban a mamá hasta la puerta.

- "¿Cuál es tu nombre, muchacha?"

- "Cielo Riveros."

- "Bueno, Cielo Riveros, vas a venir con nosotros y ya no necesitarás esto."

Agarró bruscamente mi camiseta y me la arrancó... Luego me quitó los jeans y me arrancó las bragas... me quedé desnuda... A continuación, me pasó las manos por los pechos, el culo, el vientre, los muslos y el coño.

- "Bien... Muy bien. ¿Cuántos años tienes?"

- "Dieciocho."

Cogiendo mis tetas en sus manos, dijo.

- "¿No mientes?... Son demasiado grandes para tener sólo dieciocho años."

- "Supongo que son herencia de mi madre", dije, avergonzada.

- "Sí... Vi esas grandes tetas suyas a través de su blusa... ¿Cuántas veces te han follado, niña?"

- "Sólo una vez."

- "Sí... Me lo creo... Está tan apretado como un tornillo de banco... ¿Quién te jodió?"

- "Un compañero de la escuela."

- "¿Estuvo bien?... ¿Te gustó?... ¿Te corriste?"

- "No... Me dolió y no me gustó y no sé a qué te refieres con eso que dices de correrte"

- "Oh, cariño, eres otra cosa... Lo eres... Así que tu novio no sabía cómo follar, ¿eh?... Bueno, yo sí, y te voy a follar, Cielo Riveros... Muchas veces... Y te mostraré lo que significa correrte... Te gustará cuando te folle y te corras de gusto", le dijo riendo.

Luego, miró alrededor de la habitación y dijo:

- "Mierda, salgamos de este basurero... No lo soporto... Di adiós a este lugar, cariño... No lo volverás a ver.

Temblé cuando me cogió del brazo y me condujo a la puerta de casa, todavía desnuda, hacia la fría oscuridad invernal.

- "¿Tienes frío, bebé?... Bueno, no te preocupes, te calentaremos pronto."

Luego, dirigiéndose hacia el hombre al que llamó Tom, le dijo:

- "Nos vemos luego en nuestra base... Arréglala bien, ¿oíste?"

- “Si, jefe”, escuché decir a ese tal Tom.

Cuando llegamos a la puerta de la camioneta y él la abrió, vi a mi madre dentro, con los ojos vendados... Me puso a su lado y nos alejamos definitivamente de nuestra casa.

Nos llevaron al peor barrio de la ciudad... Nos condujeron a un edificio donde bajamos unas escaleras y atravesamos muchas puertas.

El hombre anónimo que me había hablado en casa, me cogió y me sentó en un sofá... Me hizo sentarme con las piernas bien abiertas.

- "Quiero ver tu coñito, bebé, y pensar en lo que me voy a follar más tarde... No cierres las piernas, ¿oíste?... O serás castigada y eso no te gustará, te lo prometo."

Me senté cómo me dijo y esperé.

Se acercó a los dos hombres que sostenían los brazos de mi madre... Puso su cara cerca de la de ella y dijo:

- "Escucha, perra... Tuviste una mala actitud en tu casa y debería golpearte hasta reventarte, pero te daré otra oportunidad... Sólo otra oportunidad."

Le quitó la venda a mi mamá y dio un paso atrás para que pudiera verme desnuda en el sofá... Ella, al verme, jadeó ruidosamente.

- "Así es, perra... Mira a la pequeña Cielo Riveros... ¿No es hermosa?... Me gusta... No ha tenido ninguna mala actitud como tú."

Se quitó el largo y grueso cinturón de cuero de su cintura y le golpeó en la cara de mi madre.

- "Así es como va a funcionar esto... Si te hago una pregunta, la vas a responder... Y si te digo que hagas algo, lo vas a hacer... Porque si no lo haces, voy a tener que ir allí a la dulce Cielo Riveros y azotar con este cinturón, su lindo y pequeño coño... ¿Quieres que le haga eso?"

- "N-no", dijo ella.

- "Así está mejor, perra... Sólo compórtate así y todo estará bien... Ahora... ¡Quítate la ropa!"

Giré la cabeza y me dijo:

- "Cielo Riveros, mírala cómo se desnuda... Y tú, no vuelvas a girar la cabeza", le amenazó a mi madre.

Miré para ver a mi madre comenzar a desabotonarse la blusa y se la quitó... Luego se quitó las zapatillas y se deslizó los pantalones por las piernas... Estaba temblando... Quedó con las bragas y el sostén... Se bajó las bragas por las caderas y las piernas y se las quitó... Finalmente, se soltó el sostén y sus enormes tetas quedaron a la vista de todos.

El hombre se puso detrás de ella y cogió un pecho en cada mano, levantándolos.

- "¡Mirad estas tetas!... ¡Deben pesar más de ocho kilos cada una!"

El rostro de mi madre se puso rojo mientras él le rodaba sus pezones entre sus pulgares e índices... Cuando se cansó de hacer eso, se puso frente a ella y vio su cara roja.

- “Tienes unos pechos hermosos y a todos nos encantará jugar con ellos... Pon tus manos sobre tu cabeza."

Cuando lo hizo, él palmeó suavemente cada pecho, observándolos moverse y temblar.

- "Todavía los tienes poco caídos... Ahora abre bien las piernas para que veamos ese coño del que salió la dulce Cielo Riveros", le ordenó.

Mi madre separó los pies unos sesenta centímetros y el hombre se arrodilló entre sus piernas.

Ella se estremeció cuando él agarró los labios de su coño y se los separó... Metió dos dedos y luego tres dentro de su coño... Y, a continuación, movió los dedos hacia adentro y hacia fuera... Y también los retorció... Así estuvo durante casi diez minutos.

La respiración de mi madre se volvió irregular.

- "Bien... Sigues teniendo el coño bastante apretado, agradable, húmedo y receptivo."

Sacó los dedos y pude verlos brillar en la luz... Se los metió en la boca y los chupó hasta secarlos.

- "Sabe bien, también."

Realmente estaba disfrutando la vergüenza de mi madre.

- "¿Cuál es tu nombre, perra?"

. "Miriam Caballero."

"¡Miriam Caballero!... Qué nombre tan estúpido... Como la muñeca, ¿eh? Bueno, tal vez esté bien después de todo... Es apropiado", se burló.

- "¿Cuántos años tienes?"

- "Cuarenta."

- "Tuviste a Cielo Riveros cuando eras una chica joven, ¿eh?... Bueno, eso no está tan mal... Nos gustan más jóvenes que tú, pero servirás, creo... Tal vez sea divertido tener una chica mayor."

- "Sobre la vida sexual de Cielo Riveros... ¿Sabías que la han follado?"

- "No."

- "Sin embargo, sólo una vez, y no le gustó... Eso cambiará pronto."

Mi madre me miró y se sobresaltó al escuchar la palabra ‘cambiará’.

- "Ahora quiero saber todo sobre tu vida sexual... Puedes mentir si quieres, pero vas a estar aquí mucho tiempo y si alguna vez te atrapo mintiéndome, desearás no haberlo hecho... ¿Me vas a mentir?"

- "N-no... pero.."

- "¿Pero qué?"

- "Te diré todo lo que quieras saber, pero ¿Cielo Riveros podría salir de la habitación, por favor?"

- "No, ella se queda... Ella también quiere escuchar lo caliente que es su madre... ¿No es así, Cielo Riveros?"

- "S-s-s-sí", tartamudeé después de una pausa cuando lo vi venir hacia mí con el cinturón.

-"Bien... Pero la próxima vez será mejor que respondas de inmediato si sabes lo que te conviene", me amenazó claramente.

Se paró cerca de mi madre y comenzó a preguntarle:

- "¿Era usted virgen cuando se casó?"

- "No."

- ¿Cuántos años tenías cuando un chico o un hombre metió su polla aquí y te abrió el coño?, dijo volviendo a meter dos dedos en su coño.

- "Dieciséis."

- "¿Cómo?", dijo Cielo Riveros asombrada.

De repente me miró cuando se le ocurrió una idea nueva aún más humillante para mi madre.

- "Cielo Riveros, ven aquí, cariño."

Me levanté y fui hacia él.

- "Dame tu mano, Cielo Riveros.”

Cogió mi mano y, tomando tres de mis dedos, la acercó al coño de mi madre.

- "No, por favor", dije.

Tan rápido como un relámpago, me empujó hacia el suelo y llamó a un hombre... Le dijo qué hacer conmigo y éste cogió mis piernas, las separó y las tiró sobre mi cabeza mientras yo estaba de espaldas en el suelo.

Mi coño estaba completamente abierto... Entonces el hombre le entregó el cinturón a mi madre y le dijo:

- "Toma esto y azota a la pequeña Cielo Riveros en su bonito coño... Hazlo lo suficientemente fuerte, sino yo le daré diez."

Mi madre cogió el cinturón y con lágrimas en los ojos, lo bajó entre mis piernas y golpeó con fuerza, mi coño... Grité y se me llenaron los ojos de lágrimas... Fue muy doloroso.

- “Perdona, hija”, me dijo.

El hombre le quitó el cinturón a mi madre y le dijo:

- "No te dije que hablaras, ¿verdad, perra?"

- "No."

- "Ella es tu hija... Creo que será mejor que obedezcas, porque la próxima vez serán diez golpes de cinturón en lugar de uno.”

Luego, cogió mi mano de nuevo y me hizo meter tres dedos en el coño de mi madre.

- "Cielo Riveros, ¿tienes los dedos dentro?"

- "Siiii... En el c-coño de mi madre."

- "¿Cómo lo sientes?"

- "Caliente, húmedo y viscoso."

- "Pon otro dedo más dentro de ella."

Observó mientras lo hacía... El rostro de mi madre estaba horrible y las lágrimas brotaban de sus ojos... le dijo:

- "Ahora, voy a susurrarle las preguntas a Cielo Riveros y ella te las preguntará a ti y si no respondes, el coño de Cielo Riveros va a quedar realmente doloroso cuando lo golpee con el cinturón."

Y empezamos...

- "Mamá, ¿me quieres?"

- "Sí, cariño."

- "¿Entonces por qué me azotaste el coño?"

- "No quería que metieras tus dedos en mí coño"

El hombretón me hizo mover mis dedos dentro y fuera del coño de mi madre y retorcerlos dentro.

- "¿Qué le estoy haciendo a tu coño, mamá?"

- "Me estás tocando."

- "¿Qué más?"

- "Me estás jodiendo con los dedos."

- "¿Te gusta?"

- "N-Siií."

El hombretón sacó mi mano del coño de mamá y la llevó al sofá. La sentó en el sofá y la hizo abrir las piernas tanto como pudo... Luego me acercó y me hizo arrodillarme entre sus piernas.

Cogió mi mano y me hizo cerrar el puño... Luego forzó mi puño en su coño hasta mi muñeca... Los ojos de mi mamá se abrieron como platos y gimió en voz alta... Luego volvieron las preguntas.

- "¿Cuántos años tenías cuando perdiste tu virginidad?"

- "Dieciseis."

- "¿Quién te folló primero?"

- "El chico de al lado de casa."

- "¿Te gustó?"

- "Sí."

- "¿Te corriste?"

- "No."

- "¿Por qué?"

- "Él se corrió demasiado rápido."

- "¿Qué edad tenía el chico?"

- "Veinte."

- "¿Te violó?"

- "No."

- "¿Querías que te follara?"

- "Sí".

- "¿Se corrió en tu pequeño coño?"

- "Sí."

"¿Te comió tu coño?"

- "Sí."

- "¿Te corriste entonces?"

- "Sí."

- "¿Alguna vez te cogió por el culo?"

- "Sí."

- "¿Te corriste así?"

- "No."

- "¿Le chupaste la polla?"

- "Sí."

- "¿Disparó su esperma en tu boca?"

- "Sí."

"¿Te lo tragaste?"

- "Sí."

"¿Te gustó?"

- "Sí."

- "¿Alguna vez te follaste a un primo, a un hermano o a alguien de tu familia?"

- "Sí."

- "¿Quién era?"

- "Mi hermano y mi p-padre."

- "¿Cuántas veces te folló tu padre?"

- "No sé... Muchas."

- "¿Cuántas veces te folló tu hermano?"

- "Todas las noches y muchas veces durante el día también."

- "¿Te corriste cuando tu padre te follaba?"

- "Sí."

"¿Te corriste cuando tu hermano te follaba?"

- "Sí."

- "¿Cuántos tipos diferentes te follaron antes de que te graduaras de la escuela secundaria?"

- "¿No lo sé?"

"¿Más de veinte?"

- "Sí."

- "¿Más de cincuenta?"

- "Sí."

-"¿Sabes lo que es un gangbang?"

- "Sí".

- "¿Estuviste alguna vez en uno?"

- "Sí.”

"¿Quién lo organizo?"

- "Mi hermano y sus amigos."

- "¿Cuántos años tenías?"

- "Dieciocho."

- "¿Qué edad tenían ellos?"

- "La misma más o menos."

- "¿Cuántos había?"

- "Unos veinte."

- "¿Todos te jodieron?"

- "Sí."

- "¿Los dejaste?"

- "¿No entiendo?"

- "¿Querías que todos te follaran?"

- "No."

- "¿Te obligaron?"

- "Sí."

"¿Cómo?"

- "Mi hermano me dijo que se lo contaría a mi madre."

- "¿Tu hermano sabía que tu padre te follaba?"

- "Sí."

- "¿Y tu padre también sabía lo de tu hermano?"

- "Sí."

"¿Alguna vez te compartieron?"

- "¿Qué quieres decir?"

- "¿Alguna vez te follaron al mismo tiempo?"

- "Sí."

- "¿Muchas veces?"

- "Sí."

- "Cuéntame sobre eso."

"Mi madre trabajaba los fines de semana y mi padre estaba en casa... Me obligaba a estar desnuda para él todo el día hasta que llegaba mi madre... Mi padre y mi hermano me follaban cuando querían y yo también tenía que chuparles la polla."

- "¿Tu madre se enteró alguna vez?"

- "No."

"¿Te gustó el gang bang?"

- "Al principio, no"

- "¿Pero luego lo hiciste?"

- "Sí."

- "¿Cuántas veces?"

- "No sé... Muchas veces."

- "¿Eras la única chica allí?"

- "No."

- "¿Quién más estaba allí?"

- "Mi hermana."

- "¿Cuántos años tenía ella?"

- "Dieciocho."

- "¿Te obligaron a jugar con ella?"

- "Sí."

- "¿Te comiste su coño?"

- "Sí."

- "¿Ella se comió el tuyo?"

- "Sí".

- "¿Os corristeis las dos?"

- "Sí".

- "¿Los chicos te follaron el coño?"

- "Sí."

- "¿Y tu boca?"

- "Sí.”

- "¿Tu ano?"

- "Sí."

- "¿Te hicieron otras cosas?"

- "Sí."

- "Cuenta una."

- "Me ataron."

- "Otra."

- "Me pegaron."

- "¿Qué más?"

- "Me hicieron orinar para que pudieran mirar cómo lo hacía."

- "¿Qué más?"

- "Tenían un perro para que también me jodiera."

- "¿Follaste mucho a tu esposo?"

- "Sí."

- "Entonces, ¿por qué Cielo Riveros es tu única hija?"

- "Después de tenerla, me ligaron las trompas."

- "¿Por qué te divorciaste?"

- "Un día mi esposo me pilló fallando con mi hermano y se fue."

- "¿Tu coño está caliente ahora mismo?"

- "Sí."

- "¿Te gustaría correrte?"

- "¡Oh, sí!"

Su cuerpo estaba encorvando con mi mano dentro de su coño... El hombretón hizo que me detuviera y dejara de follarla... Ella todavía temblaba y sus tetas lo demostraba... Su respiración era pesada... Podía sentir sus muslos apretándose y aflojándose.

- "¿Te gusta que te folle con la mano?"

- "¡Sí, oh sí!"

- "¿Duro o blando?"

- "¡Duro!"

- "Si hago que te corras, ¿me harás correrme?"

- "Sí."

- "¿Cómo?"

- "Te chuparé el coño."

- "¿Quieres que chupe el tuyo?"

- "Sí."

El hombre sacó mi mano de su coño y me acostó de espaldas en el suelo... Luego condujo a mi madre y la obligó a agacharse con su coño justo sobre mi cara y su cara justo sobre mi coño.

- "Ahora, cuando lo diga, quiero que las dos comáis los coños... No os detengáis hasta que las dos os hayáis corrido... ¡Empezad!"

El coño de mi madre descendió sobre mi boca cuando sentí su boca sobre el mío... Yo no sabía qué hacer, así que hice lo que ella me hizo.

Su lengua entró en mi coño y se movió dentro de él... Así que eso fue exactamente lo que hice yo... Su coño tenía un sabor acre y salado, pero no estaba exactamente mal.

Empecé a chupar cuando ella lo hizo y comenzó a frotar su coño en mis labios y nariz, arriba y abajo, de lado a lado, cubriendo mi cara con el jugo de su coño... Y yo hice lo mismo.

Entonces comencé a sentir olas calientes saliendo de mi coño con una fuerza increíble... Empecé a gemir en su coño y ella me lamió y chupó con más fuerza a medida que la sensación crecía y finalmente explotó a través de mi cuerpo.

‘Esto es una corrida’, pensé.

Casi al instante, mi madre corcoveó frenéticamente contra mi boca y casi me ahoga con jugo de coño...Nos habíamos corrido las dos.

- "Eso estuvo muy bien... Ahora, levantaros y venid conmigo."

Lo seguimos por un largo pasillo hasta un dormitorio... Les dijo a los otros chicos que nos dejaran solos... Parecían decepcionados, pero lo obedecieron.

"Ahora que os conozco, al menos deberíais saber mi nombre... Yo Soy John... Vamos a divertirnos un poco."

Nos sentó en la enorme cama y dijo:

- "¿Alguna de ustedes sabe lo que te está pasando aquí?... ¿Miriam Caballero?"

- "Nos has secuestrado y nos vas a violar y esas cosas", le dijo mi madre.

- "¿Cielo Riveros?"

- "Vamos a ser hechas esclavas vuestras."

- "¿Cómo lo supiste?"

- "Un amigo me contó cosas sobre vosotros... Lo supe cuando vi los pañuelos rojos."

- "¿Y has aceptado eso?"

- "Sí... ¿Qué otra cosa puedo hacer?"

- "Cierto. ¿Qué hay de ti, Miriam Caballero?"

- "No entiendo esto... ¿Qué pasa?"

- "Te lo explicaré... Cielo Riveros ya lo sabe... No te ‘secuestré’... Te cazé... Te capturé... Ahora me perteneces... Eres una esclava de pandilleros”
La brutalidad del aprendizaje

- “Miriam Caballero, como te dijo tu hija Cielo Riveros, soy el jefe de este grupo de pandilleros, lo que significa que me perteneces... Para ti, soy Dios porque vivirás o morirás como y cuando yo quiera.

Sobreviviste a tu primera lección en la otra habitación... Si obedeces, obtienes placer... Si no, obtienes dolor... Depende de ti.”

“Si obedeces, te cuidamos... No pasarás hambre ni preocupaciones por las cosas... Nosotros nos encargamos de todo... Tendrás buena comida, habitaciones lujosas, todo lo que quieras, te lo daremos.”

“Todo, excepto ropa, por supuesto... Nunca volverás a usar ropa... No la necesitarás, créeme... Si desobedeces lo suficiente, te mataré, lenta y dolorosamente... No hagas que eso suceda... Ahora, vas a tener tu próxima lección.”

“Cielo Riveros, ve al baño y tráeme la caja negra que hay debajo de la pila"

Fui a buscar la caja y la traje.

- "Miriam Caballero, tú serás la primera... Ninguno de nuestras esclavas puede usar nada que no les hayamos puesto... Eso incluye pelo, así que ahora voy a quitarte todo el pelo tuyo.. Ven aquí.”

Mi madre se levantó y fue hacia él en estado de shock... Todavía no había captado la situación... Lo sabía, pero me alegraba de que no estuviera luchando contra él.

La acostó en el suelo y puso sus piernas sobre la cama, bien abiertas.

Luego sacó de la caja las tijeras eléctricas de peluquero y las conectó a un enchufe... Se inclinó hacia su coño y pasó las tijeras sobre ella, cortando el vello de su coño hasta que todo lo que quedó fue un mechón de pelos cortos y gruesos.

Luego untó una loción de color rosado sobre ella y esperó unos cinco minutos antes de limpiarla y todo el cabello restante de su coño quedó tan calvo como el día en que nació.

Abriendo las nalgas, revisó su ano, pero no tenía pelo y la soltó.

Levantándola, la sentó en el suelo y le cortó las cejas y luego le pasó las tijeras por la cabeza, dejando que su largo y hermoso pelo rubio cayera al suelo.

A continuación, la puso de pie y usó la misma loción hasta que todo su cuerpo quedó cubierto de ella... La obligó a quedarse parada allí durante cinco minutos y luego le dijo que fuera al baño y se lavara la loción en la ducha.

Cuando ella regresó, le pasó las manos por todo el cuerpo... No quedó ni un cabello en ninguna parte.

Pasé por el mismo proceso y luego nos hizo sentar en la cama.

- "Vosotras dos estaréis en la misma habitación una vez que termine el entrenamiento... Será de vuestra responsabilidad usar esta loción todos los días para mantenerse sin vello... Si fallan, el castigo será duro."

Mi madre y yo nos miramos, apenas reconocibles ahora como las mismas personas que antes... Ella estaba sin mostrar emociones, todavía aturdida.

- "A partir de ahora, cada vez que se sienten, a menos que estén en tu habitación, lo harán con las piernas abiertas para que se vean sus coños... ¿Entendido?”

- “Si, Señor”, dijeron al unísono.

- “Cielo Riveros, pon tu pierna sobre la de Miriam Caballero para que se puedan ver los dos coños... Muy bien... Además, cuando estén de pie, pongan siempre sus piernas bien abiertas y si le dicen que se acuesten en cualquier lugar, se acostarán con las piernas abiertas... ¿Entendido?

- “Si, Señor”, volvieron a decir al unísono.

- “Nunca hablaréis a menos que os hagan una pregunta o os den permiso para hablar... Para pedir permiso pongan ambas manos en la cabeza y abran bien la boca... Se quedarán así hasta que te digan sí o no... ¿Entendido?

- “Si, Señor”, dijeron de nuevo al unísono.

- “Ya no son madre e hija... Son esclava y esclava... Se llamarán por nombre o cualquier otra cosa que les digan que se llamen entre sí."

- “Si, Señor”, dijeron una vez más.

- "Ya son suficientes reglas por ahora... Habrán más, más tarde... Ahora una lección... Miriam Caballero, acuéstate boca arriba en la cama."

Miriam Caballero se deslizó en la cama y se acostó, manteniendo las piernas separadas... Se sintió aliviada de que las palabras que escuchó se hubieran hundido en su cerebro.

John abrió un cajón de una mesita junto a la cama y le entregó un consolador de dos cabezas de goma suave, grueso y muy largo... Casi medía un metro.

Tomó el consolador y lo presionó contra su coño... Se lo abrió y le metió más de la mitad dentro de ella... Se detuvo cuando unos veinticinco centímetros sobresalían de su coño.

- “Miriam Caballero, levántate de la cama y quédate junto a ella... Cielo Riveros, acuéstate boca arriba en la cama."

Me subí a la cama donde mi madre acababa de estar y me acosté encima de ella con las piernas abiertas, claro está.

Tras otra orden de John, sentí a mi madre empujando el consolador en mi coño, teniendo que forzarlo para que mi coño se estirara y me lo metió hasta el fondo... Grité de dolor.

- "Miriam Caballero, folla a Cielo Riveros con tu gran polla."

Empezó a empujarlo dentro y fuera de mí... Podía sentir las paredes de mi coño abriéndose y cerrándose cuando el consolador entraba y se retiraba.

- "Fóllala más fuerte", le ordenó.

Empezó a embestir con fuerza contra mí, hundiendo mi cuerpo contra el colchón cada vez que me la metía hasta el fondo.

- "¡Detente!... Ahora, Miriam Caballero, saca tu polla del coño de Cielo Riveros y quédate de pie al lado de la cama... Cielo Riveros, levántate y ponte de rodillas entre las piernas de Miriam Caballero.”

Ellas cumplieron la orden.

- “Cielo Riveros, coge la ‘polla’ de Miriam Caballero y lame el jugo de tu coño que has dejado sobre la polla de goma.”

Saboreé mi propio ‘néctar’... Me gustó.

- "Ahora, Cielo Riveros, ponte la ‘polla’ de Miriam Caballero en tu boca."

Cuando la puse entre mis labios, John empujó mi cabeza hacia adelante hasta que me atraganté y luego la eché un poco hacia atrás.

- "Relaja los músculos de tu garganta, Cielo Riveros, y respira a través de tu nariz", me dijo.

Empujó mi cabeza hacia adelante, pero de nuevo me atraganté.

- "Cielo Riveros, cuando la polla toque tu garganta, traga y presiona contra el coño de Miriam Caballero... Y luego, tú, Miriam Caballero, saca la polla de tu coño, arrodíllate y métetela en tu boca."

Cuando la tuvo en su boca, John empujó la cabeza de Miriam Caballero hacia la mía... Sabía que la ‘polla’ también le bajaba por su garganta.

- "Miriam Caballero, muerde la ‘polla’."

Entonces empujó mi cabeza hacia adelante y la polla se metió más en mi garganta... Y así estuvimos hasta que quedamos besándonos.

- "Bien... Respiren por la nariz."

Después de unos minutos, echó nuestras cabezas hacia atrás y nos quitó la polla de la boca... Ambas jadeamos buscando aire.

- "Siéntate en el borde de la cama, Miriam Caballero... Cielo Riveros, ven aquí y desvísteme."

Fui hacia John y le quité la ropa... Me quedé sin aliento cuando vi su pene... Tenía casi 25 centímetros de largo y era muy grueso y tenía enormes bolas colgantes.

- "Arrodíllate y chupa mi polla."

Bajé y puse su polla en mi boca... Me dio instrucciones sobre cómo mover mi cabeza y usar mi lengua sobre él... Luego me agarró las orejas y lentamente empujó su polla por mi garganta hasta que estuvo dentro y mi cara quedó presionada contra su entrepierna.

No me atraganté en absoluto... Luego comenzó a follarme la boca... Lentamente al principio, luego más rápido... Sentí que su polla se hinchaba y sacó todo menos la cabeza.

- "Voy a correrme en tu boca... No te lo tragues."

Cuando se corrió, sacó su polla y me ordenó:

- "Ve con Miriam Caballero, bésala y dale la mitad de mi esperma... Luego ambas se lo tragan."

Después de que lo hicimos, cogió correas anchas de cuero acolchadas y las puso alrededor de nuestras muñecas y tobillos... Y también nos puso collares de perro alrededor de nuestros cuellos y nos sujetó cadenas.

- "Pónganse de rodillas y gateen detrás de mí."

Nos llevó a otro habitación donde dieciocho pandilleros estaban bebiendo y jugando al billar.

- "Miriam Caballero, levántate."

Luego, dirigiéndose a los hombres allí reunidos, les dijo:

- "Esta es Miriam Caballero, una de nuestras nuevas esclavas... Es vuestra por esta noche... Podéis follarla, azotarla, abofetearla, lastimarla, mearla y cagar sobre y dentro de ella... Pero nadie la magullará, ni la cortará... El que lo haga responderá ante mí... Si ella desobedece, oblíguenla y me lo dicen mañana y la castigaré... Nadie más que yo, la castigará... Disfrutar."

Dejamos a Miriam Caballero allí y él me llevó de regreso al dormitorio.

- "Puedes levantarte y hablar libremente hasta que te diga lo contrario", me dijo quitándome el collar del cuello.

- "¿Entiendes por qué estás aquí y Miriam Caballero está allí?"

- "Creo que sí... Es porque me deseas."

- "En parte... Pero yo también la quiero a ella... Sólo que ella aún no ha aceptado lo que es... Si lo hubiera hecho, ambas estarían aquí conmigo".

- "Pero ella hizo todo lo que le ordenaste, como lo hice yo."

- "Sí, pero sus ojos aún no lo han aceptado como los tuyos... ¿Por qué te has sometido tan fácilmente?"

- "Porque sentí que esta es la única opción que tengo."

- "¿Eso es todo?"

- "No... Creo que quiero ser una esclava."

- "¿Te excita?"

- "Sí, pero también me hace sentir más segura."

- "¿Tienes preguntas para mí?"

- "Si... ¿No le harán daño a mi ma..-Miriam Caballero, ¿verdad?"

- "Algo si que le harán, pero no más de lo que ella puede aceptar... Debes dejar de pensar en ella como tu madre... Ninguna de vosotras tiene un pasado ahora... Ella es simplemente una esclava como tú... Os mantendré juntas y la veremos más tarde que le están haciendo... Pero ella ya no es tu madre."

- "¿Y ellos, cagarán y mearán sobre ella?"

- "Sí... Las esclavas deben aceptar todas las partes de sus Amos."

- "Ya veo."

- "¿Te asusta?"

- "Sí, pero lo aceptaré."

- "¿Y aceptarás el dolor?"

- "Lo intentaré."

- "Entonces ven conmigo."

Me llevó a una puerta doble que conducía a un estudio... En el centro de la misma había un gran marco con ganchos de acero. Con cuerdas en mis muñecas y tobilleras, me ató a los ganchos dejando a mis brazos y piernas muy abiertos y separados de mi cuerpo.

Luego me puso un corsé ajustado que forzó mis tetas hacia arriba y hacia afuera y mis nalgas hacia abajo y también hacia afuera.

Colocó un casco de goma negro sobre mi cabeza que me impedía ver nada... La nariz estaba libre, pero una gruesa mordaza de goma entró en mi boca y la mantuvo abierta con aletas de goma que encajaron en su lugar detrás de mis dientes, impidiendo que la pudiera escupir.

Un collar duro que iba desde mi barbilla hasta mis hombros estiraba mi cuello y sostenía mi cabeza en alto.

- "Ahora estás lista, Cielo Riveros... Dado que esta es tu primera lección de dolor, seré más amable contigo de lo que seré más adelante... Si aprendes de esta lección, descubrirás un hecho sorprendente... Veremos si aprendes la lección."

Escuché que la música comenzaba a sonar y poco después recibí una fuerte bofetada en mi mejilla izquierda, seguida inmediatamente por otra en la derecha... Luego se movió hacia mis tetas que estaban hacia fuera y golpeó cada una de ellas con sus manos abiertas... Lo hizo alternativamente, izquierda y luego derecha... Contó cada palmada... Mis tetas fueron golpeadas de lado a lado, arriba y abajo hasta que su conteo llegó a 200.

Mis tetas ardían con un fuego caliente y las lágrimas corrían de mis ojos tapados por la máscara.

A continuación, aplicó fuertes palmadas en el interior de mis muslos... Les dio cincuenta palmadas a cada uno... Mis muslos se unieron a mis tetas como puntos ardientes en mi cuerpo... Luego, una fuerte palmada aterrizó directamente en mi coño... Grité y me retorcí en mis ataduras... Volví a contar hasta 50... Mis rodillas se doblaron y colgué sin fuerzas de mis brazos.

Luego sentí que algo largo y delgado se deslizaba de un lado a otro entre los labios de mi coño hinchado... Era una fusta... Lo descubrí un poco más tarde.

Lo escuche detrás de mí y mi mente explotó cuando el primer golpe alcanzó mis nalgas... Él me golpeó rápidamente, moviendo la fusta desde la parte superior de mi culo hasta mis rodillas... Pensé que moriría por este dolor tan intenso.

Pero esto no fue nada comparado con lo que vino después... La fusta aterrizó directamente entre los labios de mi coño, rompiendo mi cuerpo con un dolor terrible.

Nueve fustazos más en mi coño, cada uno más duro que el anterior, me dejaron colgando impotente, llorando, con ganas de desmayarme.

Luego 10 caricias fuertes de fusta directamente en cada uno de mis pezones que apenas sentí por tener mi coño ardiente y reventado.

- "Ya he terminado, Cielo Riveros... Eso es todo."

Empezó a soltar las cuerdas y a quitarme las ataduras... Apenas podía mantenerme en pie y todo mi cuerpo hormigueaba tras la nueva sensación de haber sufrido tanto dolor... Me excité mucho.

- "Ven aquí al espejo y mira tu cuerpo."

Vi que mis tetas estaban enrojecidas por todas partes y rayadas por el látigo... Mi culo y mis muslos estaban de igual forma... Pero lo que más me sorprendió fue mi coño... Era de un color sangre rojo, hinchado... Los labios de mi vagina, enormes y también hinchados, sobresaliendo para que mi agujero estuviera claramente expuesto y abierto... Mi clítoris estaba duro como una roca y más grande de lo que nunca había visto... Me sorprendió que no hubiera sangre... Había sentido como si estuviera cortando mi piel, pero no había ni una gota en mi cuerpo.

- "Descríbeme tu experiencia."

- "Comenzó mal, luego el dolor se volvió insoportable y estaba muy débil."

- "¿Y ahora?"

- "Siento algo especial que no se cómo describirlo... Y estoy excitada por la forma en que se ve mi cuerpo, especialmente mi coño."

- "Ya aprendiste la lección... El dolor y el placer pueden convertirse en uno... Después de todo, puedes ser una esclava perfecta."

- “Intentaré que así me veas siempre”, le respondí.

- "Acércate a la cama... Veamos cómo está Miriam Caballero."

Encendió un televisor de pantalla muy grande y la vimos... Estaba atada a la mesa de billar, con las piernas increíblemente separadas... La voz de un hombre le decía:

- "¡Vamos, coño, empuja hacia abajo... ¡Empuja!"

Vimos que el estómago de Miriam Caballero se apretaba con sus esfuerzos y poco a poco algo blanco apareció entre los labios de su coño... Siguió saliendo hasta que finalmente salió disparada de su coño... ¡Era una bola de billar!... Le habían metido a mamá una bola de billar por el coño... ¡Qué salvajada!

- "¡Hagámoslo de nuevo!"

La bola se colocó en su coño, justo en la entrada del enorme agujero de su coño... Otro hombre colocó otra bola blanca sobre la mesa, tomó un taco e hizo su tiro... La bola blanca golpeó la bola en su coño metiéndose dentro de ella.

- "¡Vamos a meterle otra!"

Otra bola golpeó su coño... Luego una tercero y una cuarta bola fueron metidas dentro de su coño... Sus muslos se tensaron con la cuerda que los sujetaba... Miré con mucha lujuria lo que le estaban haciendo... Debía ser muy doloroso por la expresión de su cara.

Luego, tres hombres con tacos de billar comenzaron a golpear salvajemente con bolas de billar contra su coño lleno... Su cabeza se agitaba de un lado a otro y gritaba horriblemente.

Luego la desataron y un hombre con una enorme y grotesca polla la agarró por la cabeza y la obligó a ponerse de rodillas... Le metió esa enorme polla dentro de su boca hasta su garganta... La polla era tan grande que podíamos ver su avance por su garganta por el bulto que viajaba por su cuello... Luego comenzó a moverse de dentro afuera rápidamente.

Yo estaba horrorizada pero llena de lascivia por lo que veía.

Otro hombre le abrió las nalgas y pudimos ver algo rosado que sobresalía de su trasero aproximadamente unos 3 centímetros... Él lo agarró y lo sacó... Era un enorme tapón anal y ahora, sin él, su orificio anal estaba completamente abierto.

El hombre comenzó a agarrar bolas de billar y empujarlas dentro de su culo... Fue increíble, ver su culo abrirse para tragar bolas grandes y él siguió empujando en hasta que tuvo doce de ellas dentro de su culo... ¡Todo una salvajada!

El hombre que follaba a mamá por la boca, sacó su polla hasta su boca y luego vimos sus músculos de la garganta trabajando mientras tragaba su esperma... Poco después lamió su polla antes de que él se apartase de ella.

- "Creo que todo esto que le hacen le puede venir muy bien para que sepa lo que le espera", dijo John.

No supe que responderle.

- "Ahora déjame mostrarte lo que es realmente el placer."

Me giró, separó mis nalgas y comenzó a gotear saliva en mi ano.

- “Tu ojete es virgen, ¿no?”

- “Sí”, respondí.

Luego sentí un dedo empujando hacia arriba en mi culo... Lo movió, adentro y afuera y luego me metió un segundo dedo... Lo hacía cómo si fuera una polla... Me provocaba dolor, pero no mucho.

Luego, me metió un tercer dedo y me dolió más... Este dolor aumentó cuando comenzó a extender sus dedos dentro de mi culo... Luego los sacó.

Mi coño había estado goteando jugo desde que me azotó y luego vi lo que le estaban haciendo a mamá... Ahora comenzó a pasar su polla a través de él y a mojarla con mis jugos.

Poco después sentí la cabeza de su polla contra mi orificio anal y con una embestida fuerte, la gran cabeza estaba dentro de mi culo.

Sentí como si me hubieran partido y grité.

- "Eso fue al romperte tu culo... Te sentirás mejor pronto", me dijo.

Mientras permanecía inmóvil dentro de mí, el dolor se desvaneció y luego empujó toda su enorme polla hasta el fondo de mis entrañas... Pude sentir cómo separaba las paredes del canal de mi culo mientras entraba y salía dentro de mí, no deteniéndose hasta que sus bolas golpearon mi coño hinchado... El dolor poco a poco, desapareció.

Luego comenzó a follarme con golpes largos, casi saliendo antes de empujar y metérmelo completamente de nuevo... Después de unos 100 golpes, se retiró y me dijo que me diera la vuelta, quedando de rodillas frente a él.

- "Mira mi pene."

Lo hice y vi que estaba manchado por la mierda en mi ano.

- "¿Qué hay en mi polla?"

- "Mierda."

- "¿De quién?"

- "Mía."

- "La mierda de un esclavo no pertenece a mi polla... Chupa y lámela."

Mientras permanecía inmóvil, bajé la boca para engullir su polla, probando mi mierda, de muy mal sabor como pensé que sería... Chupé y lamí hasta que su pene estuvo limpio.

Me dijo que volviera a darme la vuelta y volvió a clavar su polla en mi ano... Entró hasta el fondo sin sentir ningún dolor... Esta vez no fue lento... Me folló rápidamente y luego me sentí su polla se hinchó y vació su esperma en mis entrañas.

Una vez más, lamí y chupé el esperma y cagué su polla... Sonreí por el placer que llenaba mi culo que ya no estaba en uso.

- "Ahora todos tus agujeros están abiertos para nosotros y siempre lo estarán... Tomaré tu coño esta noche, Cielo Riveros, y te correrás hasta que quieras morir de placer... Ven conmigo ahora.”

Me llevó al baño donde me hizo abrir las piernas y orinar en una jarra... Era una jarra de dos litros y la llené menos de la mitad.

- "Toma la jarra y mira su contenido... Eso es la esencia dorada de tu coño... De ahora en adelante, cada vez que orines, orinarás un poco en esta jarra y te lo beberás... Luego terminarás de orinar en la boca de Miriam Caballero... Ella hará lo mismo contigo... Ahora, por esta vez, te beberás todo tu pis... ¡Adelante!

Me llevé la jarra a los labios y me llené la boca con el líquido ámbar caliente... Era salado y acre, pero lo tragué y me lo bebí todo.

- “Ahora entra en la bañera, lávate bien y luego vente a la cama."

Cuando llegué, me estaba esperando... Me hizo acostarme de lado con su polla detrás de mí... La metió entre mis piernas y pronto sentí su cabeza metida en mi coño.

- "Veamos a Miriam Caballero por última vez esta noche."

Encendió la televisión... Ella estaba de espaldas en el suelo... Un hombre tenía su polla en la entrada de su coño pero sin metérsela... Estaba cubierta de esperma blanco y su coño estaba rojo y abierto.

- ¿Qué deseas?", le preguntó el hombre.

- "Quiero que me folles... Por favor, fóllame... Métemela dentro de mi coño, por favor, necesito correrme de nuevo... Quiero tu esperma en mi coño... ¡Por favor, por favor, fóllame!"

Él lo hizo, clavándosela toda de una vez... Su rostro era una máscara radiante de placer... Su cuerpo se convulsionó y movió las caderas, jodiéndolo de vuelta.

- "Ella está aprendiendo, ¿lo ves?" dijo John.

- "Sí, creo que está aprendiendo", respondí.

Con solo la cabeza de su polla en mi coño, comenzó a moverla en movimientos cortos, sin meterla mucho pero volviéndome loca de placer y lujuria... Sus manos masajearon y amasaron mis tetas y pezones.

- "Mañana traeremos de vuelta a Miriam Caballero y le enseñarás lo que yo te he enseñado... Será tu esclava para entrenarla... Yo observaré y luego les enseñaré más a ambas... Luego, mañana por la noche, irás a la sala de billar y Miriam Caballero se quedará aquí conmigo... Dime cómo te sientes."

- "Espero con ansias, todo... Quiero enseñarle a ser una esclava... Y quiero ir a la sala de billar... Quiero sentir el dolor y el placer... Quiero el esperma de los hombres cuando me follen... Y quiero que Miriam Caballero tenga el tuyo."

- "¿Y qué quieres ahora?"

- "Quiero que me folles el coño... Abre mi coño para las pollas de todos los demás hombres que me follarán mañana... Quiero las corridas que me puedas dar... Quiero tu esperma en mi coño."

Empezó a follarme... Mi coño estaba tan caliente que me corrí de inmediato mientras su polla golpeaba más y más dentro de mí, tocando lugares nunca antes tocados... Estaba completamente dentro de mí y estaba orgullosa de que mi pequeño coño se lo hubiera tragado todo... Me corrí y cuando sentí que su esperma me llenaba, me desmayé.

Cuando me desperté por la mañana, Miriam Caballero también estaba allí.

- "Ella es tuya, Cielo Riveros", dijo John y la llevé al baño donde hicimos nuestra degustación de orina, depilación y baño.

John nos dijo una nueva regla.

- "Vosotras sois esclavas unidas... A menos que estén separadas, irán al baño juntos... Beberán la orina de la otra... Se lamerán los coños y los culos hasta dejarlos limpios.

Luego apliqué su lección de bondage y azotes... Ella aprendió... Abrí su coño y su culo con el puño, follando ambos agujeros y luego follando su garganta con un consolador en mi coño... No hice caso de sus gritos de angustia y dolor.

Luego, John nos llevó a una hermosa y lujosa habitación.

- "Esta será vuestra si pasan las pruebas."

Tuvimos un almuerzo ligero allí con comida deliciosa... Luego fuimos a un sótano a una habitación sucia e infestada de ratas.

- "Esto será vuestra si fallan."

Ambas quedamos horrorizadas al verla la celda.

- "Has visto las dos opciones... Pasan o fallan... Ya saben que nunca se irán de aquí... Arriba hay una especie de cielo, aquí abajo es el infierno... No queráis el infierno, creerme."

Esa noche, Miriam Caballero se quedó con John mientras yo era golpeada, torturada y follada en la sala de billar... Y seguro me verían por el televisor... No sé que le debió parecer esto a Miriam Caballero, pero a me encantó.

A partir de esa noche comenzó nuestra verdadero adiestramiento... Cada día era más duro que el anterior... Más dolor, pero también más placer... Aprendiendo nuestro verdadero estado de esclavitud total... Nunca vimos el sol y nuestra piel se convirtió en color alabastro.

Todas las tardes éramos jodidas, muy jodidas... Las noches que pasábamos juntas... Ya no era mi madre, ni yo era su hija... Éramos coños, culos, bocas y tetas para dar placer... Y una fuente de orina para beber.

Y llegó el día... Entramos en una sala grande con cien hombres negros sentados en sillas... Nos llevaron a un escenario bañado en luz.

- "¿Quienes sois?"

- "Miriam Caballero."... "Cielo Riveros."

- "¿Qué quieren ser?"

- "Esclavas de los pandilleros."

- "¿Por qué?"

- "Porque queremos servirles como esclavas que somos."

- ¿Aceptan el dolor?"

- "Aceptamos el dolor y nos gusta."

- "¡Qué se pruebe eso!", gritó alguien entre el público.

Se le permitió subir al escenario y pararse frente a nosotras.

- "¿Os encanta el dolor?"

- "Sí", dijeron al unísono.

- "Ya veremos."

Sacó un frasco de pimientos chiles jalapeños de su bolsillo y puso uno en nuestras bocas.

- "Masticad."

El calor nos abrasaba la boca, pero masticamos... Luego vertió el frasco de pimientos chiles en una licuadora y lo licuó... Nos hizo agacharnos y nos puso un enema en nuestros anos, llenando la bolsa con el líquido de la licuadora.

Un líquido muy picante corrió por nuestras entrañas y nuestros cuerpos se llenaron de un fuego doloroso increíble... Luego nos hizo pegar nuestros labios al ano de la otra y tragar el jugo a medida que fluía.

El líquido ardiente también llenó los estómagos ahora... A pesar de todo este tormento permanecimos allí, llorando de sufrimiento.

- "Túmbense boca arriba, levanten las piernas separadas y manténgalas en alto", nos ordenó.

Y mientras aún ardíamos en llamas por el picante, cogió el resto de pimientos chiles y los fue metiendo uno por uno en nuestros coños. Permanecimos en posición con gran sufrimiento de dolor.

Los comentarios continuaron... Nos dieron latigazos, rodillazos, patadas y puñetazos en los coños y nos quemaron con cigarrillos y nos dieron corrientes eléctricas que nos hicieron convulsionar, temblar y vibrar como locas... Pero aguantamos.

Luego vinieron las folladas... Fuimos folladas por todos los hombres en cada agujero... Una vez tuve dos pollas en mi coño al mismo tiempo... Nos follaron durante horas... Pero pasamos la prueba.

Trajeron animales para que los folláramos... Y lo hicimos.

Cuando todo terminó, nos hicieron ‘esclavas de pandilleros’ y como recompensa, nos marcaron a la vez con metal al rojo vivo, en las nalgas y las tetas... ‘Esclava’ en uno... ‘Puta’ en el otro.

Nuestras narices, lenguas, pezones, ombligos, labios vaginales y clítoris fueron perforados y anillados... Desde nuestros anillos vaginales, una cadena de metro y medio nos conectaba.

Y así, nos mudamos a la lujosa habitación.
Ya han pasado cinco años desde que estamos aquí... Somos esclavas y ya no podemos imaginar ningún otro tipo de vida... Obtenemos placer y dolor y todas las cosas que quieren de nosotras.
Creo que John nos va a vender a un hombre blanco porque los pandilleros necesitan dinero en este momento... Ya no nos importa... Mientras seamos esclavas de alguien, no nos importa quién sea... Es la vida que llevamos mamá y yo, desde hace muchos años y ya no sabemos otra después de tanta degradación, humillación y dolor soportado... ¡Es terrible todo lo que debemos soportar!

F I N
escrito el
2024-11-15
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