Una experiencia inolvidable

Written by , on 2016-06-14, genre orgías

Hola, por seguridad diré que mi nombre es Matías de la ciudad de Bogotá en Colombia. Bueno, esta experiencia sexual con mi suegra y mi cuñada comenzó hace un año, cuando me casé. Mi suegra es una mujer muy religiosa y tímida, al igual que mi cuñada. Son muy conservadoras.
Cuando me independice con mi chica nos fuimos a vivir con mi suegra, que está soltera y donde vive mi cuñada, que también es soltera. Pues bueno, nos fuimos a vivir con ellas donde yo era el único hombre en esa casa.
A mi chica y a mí nos gusta tener mucho sexo casi todos los días. El cuarto donde nos quedamos no tiene puerta, por lo cual se escuchan sus gemidos. Una noche no se encontraban mi suegra y mi cuñada, por lo que nos pusimos a tener sexo desenfrenadamente por lo cual no escuchamos cuándo llegó mi suegra.
Se dirigió a nuestro cuarto y nos vio teniendo sexo. Se quedó como unos 3 minutos viéndonos y después se fue. A la mañana siguiente se fue a trabajar mi novia, y yo entraba más tarde. Mi suegra fue a mi cuarto y me dijo que a su casa se la respetaba, a lo cual le pregunté que a qué se refería, y me contestó que nos había visto teniendo sexo.
Pasaron varios días después de lo sucedido y una tarde llegué bien casando de trabajar, subí a mi cuarto y mi suegra se estaba bañando. Se le olvidó la toalla y en ese momento yo me dirigía a la cocina, cuando nos encontramos. Ahí estaba ella, completamente desnuda, sin decir ni media palabra. Corrió a su cuarto, yo me quedé en shock, pues al mirarla completamente desnuda y con su cuerpo mojado, me di cuenta de que mi suegra tiene un cuerpazo, pues hace ejercicio y tiene unos grandes pechos, unas nalgas de fantasía y, al momento de verle su panocha bien peluda, se me puso firme el pene, tras lo cual subí a mi cuarto a masturbarme.
Pasaron como dos horas cuando me habla mi suegra, que si podía ir a su cuarto, a lo que respondí que sí. Llegué de volada, a lo que ella dijo que de lo que había pasado en la cocina nadie debería de saberlo, yo le contesté que no se preocupara y la estaba mirando con mi más cara de deseo, justo como la miré al verla desnuda. Ella me preguntó que por qué la miraba así, y yo contesté que porque no se me había borrado su imagen desnuda, y le empecé a decir el gran cuerpo que tiene y que ella podría hacer feliz a cualquier hombre en todos los sentidos.
Nos sentamos a platicar, y mi suegra se soltó y me empezó a decir que ella nunca había tenido suerte con los hombres; que nada más la querían para coger y se puso a llorar. La abracé y le empecé acariciar la espalda. Le di un beso, y con palabras suaves me dijo que eso no estaba bien porque era el novio de su hija, y le contesté que de eso nadie sabría y que se dejara llevar.
Así lo hizo, se dejó llevar: le quité la blusa, y como no traía brasiel, le empecé a chupar los senos. Gemía muy fuerte y me decía “más, más, no dejes de hacerlo”. Le toqué su panocha y estaba bien mojada; le quité toda la ropa y fui bajando lentamente hasta llegar a su panocha, a la cual la empecé a chupar sin que ella dejase de gemir. Me levanté dispuesto a metérsela, pero ella me dijo que esperara, que ahora le tocaba a ella, y me la empezó a mamar ya cuando terminó me dijo “ahora quiero que me cojas como a mi hija”.
La empecé a coger y mientras más le daba, más gemía. La puse a cuatro patas y se la empecé a meter fuertemente, ella gritaba “¡más, más!”. En eso que estaba a punto de venirse y entra mi cuñada… nos dice que qué estábamos haciendo, y mi suegra le contesta “¡cierra la puerta y únete!”. Me sorprendió ver que mi cuñada le hizo caso y llegó hasta donde estaba yo, empezándome a besar; se desnudó, se puso enfrente de mi suegra y se empezaron a besar, a lo que mi suegra me dice “ahora nos tendrás que coger a las dos, y no te preocupes porque ella no dirá nada, nosotras lo compartimos todo”. Entonces, continué con mi suegra y me vine dentro de ella. Mientras que mi suegra y mi cuñada seguían manoseándose, yo descansé, y después seguí con mi cuñada. Ella me dijo:
-Cuando te vengas, me avisas, que quiero que te vengas en mi boca.
Y así fue, con toda mi leche dentro, mi suegra y mi cuñada se besaban como putas. Cabe resaltar que mi cuñada también tiene buen cuerpo, pero el de mi suegra está mejor.
Desde esa vez, me sigo cogiendo a mi suegra y a mi cuñada, pero ya por separado. Es algo cansado porque también tengo que cogerme a mi novia, que no sospecha nada. Y de las personas religiosas y conservadoras de tímidas no tenían nada, sino que son bien putas, pero eso a mí me encanta. Esto es todo lo que pasó con mi suegra y mi cuñada, y aún sigue pasando.

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