Encuentro

Iba un tanto nervioso a la cita esa tarde. Hacía un tiempo que la conocía pero esta vez iba a proponerle algo más íntimo...carnal.
Ella, como siempre, destacada por su sencilla elegancia, esperaba sentada en una mesa del café tenuemente iluminada con sus piernas cruzadas... En la última cuadra, antes de llegar al café, se le agolparon un montón de imágenes, de escenas ya vividas con ella...de todas las ansias acumuladas en las últimas semanas… los besos que juntos tanto habían disfrutado, las caricias sobre su cuerpo, los intensos abrazos....
Al verlo, con su caminar pausado y aparentemente tranquilo, lo imaginó inclinándose con insinuación sobre su cuerpo, la cercanía de su calor y olor le alteraba su respiración y la transportaba a momentos deseados...
Al entrar, rápidamente la descubrió sentada en un lugar apartado del café, casi en penumbra. Notó que aumentaba la frecuencia de su respiración. Era algo que siempre le pasaba cuando se acercaba a ella, al saludarla, al sentir su perfume, al ser capturado con esa sonrisa tan atrayente para él...Y sí, le sonrió y entonces se acercó hacia ella y tímidamente, pero sin que ella lo notara, beso suavemente sus labios... Sus miradas al fin se reencontraron, eran distintas a las resguardadas en sus memorias, límpidas y destellante, preanunciaron una noche especial donde los cuerpos reclamaban por dejar fluir esa energía especial que solo los amantes pueden sentir y compartir...las cómplices risas lo confirmaban...
Hablaron, como otras veces de sus trabajos, de lecturas y películas que ambos compartían, pero a medida que pasaban los minutos, se pre anunciaba ese encuentro que ambos se habían prometido tener. Y así, de repente el llamó al mozo, pagó los cafés, y tomándola de la cintura le dijo: "vamos a casa". Ella sonrió asintiendo y abrazados salieron del bar. Recorrieron esas cuadras entre besos y abrazos y sus cuerpos entrelazados anticipaban el encuentro que esta vez, sí, se concretaría.
Su varonil suavidad y complacencia la impactaba, y hasta la descolocaba...los rasgos distendidos de sus rostros denotaban felicidad y satisfacción por aquel esperado encuentro...Sintió su mano en la cintura...un magnetismo único los atraía...sus labios volvieron a desearse y se encontraron insinuantes...
Llegaron al edificio sonrientes y comentando las miradas de algunos transeúntes que en complicidad acompañaron sus juegos amorosos. En el ascensor él la estrechó entre sus brazos fuertemente, y selló su boca con un intenso beso que se prolongó hasta la llegada al sexto piso. Y así, entrelazados, entraron. Hubo un alto a esas intensas ansias. Ella se detuvo observando el ambiente, deteniéndose en algunos detalles, haciendo algunas preguntas...Ël la siguió y después de contestar algunas de esa preguntas, se acercó por atrás, la abrazó, levantó el cabello que cubría su nuca y comenzó a besar lentamente su cuello, algo que a él lo excitaba mucho... y a ella la hacía volar. Poco a poco la fue despojando de sus prendas mientras que sus manos, como un pulpo, recorrían y apretaban sus senos, sus nalgas y frotaba frenéticamente su pubis. Ella lanzó gritos de placer y quería ya! quedar completamente desnuda para ser poseída al instante ya que su calentura le había hecho derramar sus jugos íntimos hasta empapar su tanga; la misma que ahora era arrojada al piso. Primero fueron sus dedos que arremetieron en lo profundo de su vagina y luego de que su boca lamió su clítoris sintió la tibieza de su pene que la atravesó con intensas arremetidas.
-Así!!.Sí!! dame todo penetrame!! Atravesarme!! Gritaba y se sacudía como si una corriente eléctrica la hiciera convulsionarse.
También él se sacudía frenéticamente y levantando a ella desde su culo, vertió su carga seminal con un chorro interminable que inundo esa vagina tan preciada.
Ahhhhhhh Sí…..dame toda tu leche caliente!!
Pareció un terremoto que conmocionó ambos cuerpos, y las sacudidas se prolongaron varios minutos hasta caer exhaustos en un abrazo profundo.