Secuestrada, Violada y Torturada II
por
Goloza
género
sadomasoquismo
Llego otro día y lo primero que me hicieron los malnacidos, fue violarme de nueva cuenta por todos mis orificios. Posteriormente ataron mis manos y pies a la cabecera de la cama, quedando toda expuesta de mis partes íntimas.
Riendo comentaron.....Ya vieron que Doña Margarita, aunque tiene peluda la panocha se la arregla depilando la linea del bikini. Uno de ellos les dijo a los demás.....vamos arreglar eso para que la Doña ya no tenga que batallar con esa pelambrera. Tomaron tres trozos de cinta plateada y la pegaron desde la parte de atrás de mi cintura hasta el ombligo cubriendo todo mi pubis. Yo les pedí llorando que no me hicieran daño, pero tres manos tomaron el extremo de cada pedazo de cinta y de un jalón arrancaron la mayor parte de mi vello púbico. Me retorcía del dolor y los desgraciados aprovecharon para sobarme metiendo sus dedos en mi vagina y ano, acariciando mis labios vaginales y clítoris.
Después pusieron crema para afeitar en todo mi pubis y con un rastrillo terminaron por dejar toda esa área sin rastro de vello púbico. Sólo comentaban..... que sabrosa se ve toda calva la panocha de Doña Margarita.
Permitieron que me bañara y me dijeron que cuando terminara me pusiera la ropa que iban a dejar sobre la cama. Realmente disfrute ese baño como nunca. Al salir de bañarme y vestirme con las prendas que me dejaron sobre la cama, me percate que esas prendas eran mías. Los degenerados tuvieron el descaro de robar mi ropa íntima. Me vestí con un brasier de encaje negro, una tanga de encaje negro que simulaba una mariposa al frente y abierta de la entrepierna, un liguero igual de encaje negro, unas medias negras de red y zapatos de tacón alto. No había vestido, blusa o falda. Entraron repentinamente, me arme de valor y pregunte por esas prendas. A lo que me respondieron.....mi estimada Doña putita usted va andar sólo vestida así.
De nuevo comienza mi martirio, me llevaron a una terraza en el exterior de la cabaña, me esposaron con las manos atrás así como mis tobillos, ataron una soga a una armella en un pilar, la pasaron entre mis piernas, abrieron las dos tiras de encaje de mi tanga y el otro extremo de la soga la pasaron por otra armella empotrada en el pilar contrario. Tensaron la cuerda hasta que quedo metida entre los pliegues de mis nalgas y labios vaginales.
Hicieron a un lado las copas de mi brasier y en cada uno de mis pezones pusieron una pinza con peso causando un dolor fuerte al estirarse mis pezones, en mis labios vaginales también pusieron unas pinzas con peso estirándolos y haciendo que rosaran más la cuerda. Comenzaron a darme de azotes en las nalgas y senos para que avanzara. Con todo esto sentí que mi clítoris, pliegues de mis labios vaginales y nalgas se quemaban, pero los seis degenerados no tenían piedad de mi, así me hicieron recorrer como diez metros, yo lloraba y gritaba, pero en esa cabaña aislada quién me iba a escuchar.
Pasaron a lo siguiente, me ataron boca abajo de pies y manos quedando en forma de equis. Cortaron mi brasier dejando expuestos mis pezones y volvieron a separar las minúsculas tiras de encaje de mi tanga. Con unas copas de succión estiraron mis pezones y clítoris al máximo. Con un speculum abrieron mi vagina y comenzaron a embarrar miel dentro de ella así como en mi ano, en mis erectos pezones y clítoris, mis nalgas y todo mi pubis. Entonces llego uno de los degenerados con varios frascos que contenían abejas y hormigas y las colocaron en todas las parte que pusieron miel. Yo horrorizada no me movía por el temor a ser picada por alguno de esos bichos. Cuando hormigas y abejas cubrieron mi pubis uno de los tipos comento.....Ya ve Doña Margarita usted que lloraba y se daba golpes de pecho porque le dejamos calva la panocha, ahora ya la tiene de nuevo peluda. Abejas y hormigas andaban dentro de mi ano, vagina, en mis nalgas pubis, clítoris. Para mi fortuna esos bichos no me picaron, sólo recolectaron ese néctar. Para mi mala fortuna, los bichos en mis pezones y clítoris me provocaron varios orgasmos y los tipos se dieron cuenta como escurrían mis jugos vaginales, a lo que comentaron, que yo Doña Margarita era una calientapollas, que hasta los bichos los excitaba.
Los fulanos quitaron todos los bichos de mi mi cuerpo, me ataron de manos y pies a un sillón, dejando mis piernas abiertas al máximo, Me pusieron una mascara con un tubo flexible y el extremo libre lo introdujeron en mi vagina. Lo único que podía oler era mi sexo. Los fulanos excitados me preguntaban....Doña Margarita, Huele rico su panocha madura? Por temor a represalias le dije que si. Por lo que ellos dijeron. Sabe Doña Margarita? mas delante le vamos a preparar una bebida especial con sus caldos vaginales y nuestros mecos-
Así como me lo dijeron, estuvieron metiendo sus dedos en mi vagina, acariciando mi clítoris sobando mis senos y pezones provocando en mi persona varios orgasmos. A fin de cuentas coopere para la bebida que me prometieron.
Me encerraron en mi habitación y los degenerados comenzaron a beber y fumar. Uno de ellos pidió un cenicero pero no tenían nada. Así que me sacaron de la habitación, me ataron de una manera que mi sexo quedo expuesto y les sirvió de cenicero, sólo me retorcía de las quemadas del cigarro.
Uno de los tipos recordó su infancia y saco un auto de control remoto, otro sobó mi clítoris hasta dejarlo erecto y ato un pedazo de lazo a el mismo y el otro extremo al auto de control remoto y comenzó a jalar mi clítoris provocado a mi persona un gran orgasmo.
Los desgraciados se pusieron bien borrachos pero para mi mala fortuna estaba esposada y las llaves de auto y casa no sabía donde estaban. Me esperaba otro día de joder mi cuerpo de Sra. madura
Riendo comentaron.....Ya vieron que Doña Margarita, aunque tiene peluda la panocha se la arregla depilando la linea del bikini. Uno de ellos les dijo a los demás.....vamos arreglar eso para que la Doña ya no tenga que batallar con esa pelambrera. Tomaron tres trozos de cinta plateada y la pegaron desde la parte de atrás de mi cintura hasta el ombligo cubriendo todo mi pubis. Yo les pedí llorando que no me hicieran daño, pero tres manos tomaron el extremo de cada pedazo de cinta y de un jalón arrancaron la mayor parte de mi vello púbico. Me retorcía del dolor y los desgraciados aprovecharon para sobarme metiendo sus dedos en mi vagina y ano, acariciando mis labios vaginales y clítoris.
Después pusieron crema para afeitar en todo mi pubis y con un rastrillo terminaron por dejar toda esa área sin rastro de vello púbico. Sólo comentaban..... que sabrosa se ve toda calva la panocha de Doña Margarita.
Permitieron que me bañara y me dijeron que cuando terminara me pusiera la ropa que iban a dejar sobre la cama. Realmente disfrute ese baño como nunca. Al salir de bañarme y vestirme con las prendas que me dejaron sobre la cama, me percate que esas prendas eran mías. Los degenerados tuvieron el descaro de robar mi ropa íntima. Me vestí con un brasier de encaje negro, una tanga de encaje negro que simulaba una mariposa al frente y abierta de la entrepierna, un liguero igual de encaje negro, unas medias negras de red y zapatos de tacón alto. No había vestido, blusa o falda. Entraron repentinamente, me arme de valor y pregunte por esas prendas. A lo que me respondieron.....mi estimada Doña putita usted va andar sólo vestida así.
De nuevo comienza mi martirio, me llevaron a una terraza en el exterior de la cabaña, me esposaron con las manos atrás así como mis tobillos, ataron una soga a una armella en un pilar, la pasaron entre mis piernas, abrieron las dos tiras de encaje de mi tanga y el otro extremo de la soga la pasaron por otra armella empotrada en el pilar contrario. Tensaron la cuerda hasta que quedo metida entre los pliegues de mis nalgas y labios vaginales.
Hicieron a un lado las copas de mi brasier y en cada uno de mis pezones pusieron una pinza con peso causando un dolor fuerte al estirarse mis pezones, en mis labios vaginales también pusieron unas pinzas con peso estirándolos y haciendo que rosaran más la cuerda. Comenzaron a darme de azotes en las nalgas y senos para que avanzara. Con todo esto sentí que mi clítoris, pliegues de mis labios vaginales y nalgas se quemaban, pero los seis degenerados no tenían piedad de mi, así me hicieron recorrer como diez metros, yo lloraba y gritaba, pero en esa cabaña aislada quién me iba a escuchar.
Pasaron a lo siguiente, me ataron boca abajo de pies y manos quedando en forma de equis. Cortaron mi brasier dejando expuestos mis pezones y volvieron a separar las minúsculas tiras de encaje de mi tanga. Con unas copas de succión estiraron mis pezones y clítoris al máximo. Con un speculum abrieron mi vagina y comenzaron a embarrar miel dentro de ella así como en mi ano, en mis erectos pezones y clítoris, mis nalgas y todo mi pubis. Entonces llego uno de los degenerados con varios frascos que contenían abejas y hormigas y las colocaron en todas las parte que pusieron miel. Yo horrorizada no me movía por el temor a ser picada por alguno de esos bichos. Cuando hormigas y abejas cubrieron mi pubis uno de los tipos comento.....Ya ve Doña Margarita usted que lloraba y se daba golpes de pecho porque le dejamos calva la panocha, ahora ya la tiene de nuevo peluda. Abejas y hormigas andaban dentro de mi ano, vagina, en mis nalgas pubis, clítoris. Para mi fortuna esos bichos no me picaron, sólo recolectaron ese néctar. Para mi mala fortuna, los bichos en mis pezones y clítoris me provocaron varios orgasmos y los tipos se dieron cuenta como escurrían mis jugos vaginales, a lo que comentaron, que yo Doña Margarita era una calientapollas, que hasta los bichos los excitaba.
Los fulanos quitaron todos los bichos de mi mi cuerpo, me ataron de manos y pies a un sillón, dejando mis piernas abiertas al máximo, Me pusieron una mascara con un tubo flexible y el extremo libre lo introdujeron en mi vagina. Lo único que podía oler era mi sexo. Los fulanos excitados me preguntaban....Doña Margarita, Huele rico su panocha madura? Por temor a represalias le dije que si. Por lo que ellos dijeron. Sabe Doña Margarita? mas delante le vamos a preparar una bebida especial con sus caldos vaginales y nuestros mecos-
Así como me lo dijeron, estuvieron metiendo sus dedos en mi vagina, acariciando mi clítoris sobando mis senos y pezones provocando en mi persona varios orgasmos. A fin de cuentas coopere para la bebida que me prometieron.
Me encerraron en mi habitación y los degenerados comenzaron a beber y fumar. Uno de ellos pidió un cenicero pero no tenían nada. Así que me sacaron de la habitación, me ataron de una manera que mi sexo quedo expuesto y les sirvió de cenicero, sólo me retorcía de las quemadas del cigarro.
Uno de los tipos recordó su infancia y saco un auto de control remoto, otro sobó mi clítoris hasta dejarlo erecto y ato un pedazo de lazo a el mismo y el otro extremo al auto de control remoto y comenzó a jalar mi clítoris provocado a mi persona un gran orgasmo.
Los desgraciados se pusieron bien borrachos pero para mi mala fortuna estaba esposada y las llaves de auto y casa no sabía donde estaban. Me esperaba otro día de joder mi cuerpo de Sra. madura
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