A carmenloba

por
género
hetero

Estás tumbada, en la cama, sin poder dormir por culpa del calor. A lo mejor no es culpa del calor del ambiente solamente, a lo mejor el tuyo propio también influye…Sacas el móvil y miras en el chat, ves que estoy conectado y que contesto.

-Me cuentas un cuento para dormir?

-Había una vez una chica muy muy fogosa que no podía dormir, de forma que…. -tus manos bajan acariciando suavemente tus pechos mientras lees y haces caso de lo que te voy contando. Poco a poco, tus manos se transforman y pasan a ser las mías, que te acarician torpemente y con fuerza el abdomen bajando mientras la lengua recorre el camino contrario, dirección a tus pechos. Te los succiono con fuerza, y sientes como los dientes presionan ligeramente en los pezones y la lengua los masajea sin parar. Me agarras fuerte del pelo, y mi mano se introduce bajo el pantaloncito del pijama, encontrando sin problemas tu húmeda vulva…con razón no podías pegar ojo.
Mientras diriges mi cabeza a tu otro seno, sientes como dos dedos presionan en tu coño con fuerza, entrando bien ajustados mientras el pulgar juguetea con el clítoris. A medida que tus gemidos aumentan, también lo hace la velocidad con la que muevo la mano, pero no te es suficiente, quieres más, así que abandono tus bajos, y a pesar del calor que desprendemos los dos, te abrazo con fuerza y te beso, saboreando tus carnosos labios, mordiéndolos y entrelazando mi lengua con la tuya. Te das la vuelta y te bajas los pantaloncitos, pero no dejo que te agachas, quieres tocarme y sentir mi cuerpo pegado al tuyo mientras te penetro, de modo que te abrazo aún más fuerte y te quedas pegada a mi pecho, sintiendo como sube y baja con la agitada respiración.
Mientras aprieto tus erectos pezones y te muerdo el cuello, tu mano busca con prisas mi miembro, caliente, suave y duro. Sin más preámbulos lo diriges hacia tu vulva y sientes como entra con fuerza en tu cuerpo, como se desliza en tu apretada vagina. Esta primera embestida va acompañada de un apretón en tus tetas, que provoca cierto dolor, pero lejos de m*****arte, aún te pone más caliente. A medida que mis embestidas aumentan de velocidad y de fuerza, y mis labios encuentran los tuyos, diriges la mano a mi cabeza y vuelves a agarrarme del pelo. El dolor que provocas en mi cuero cabelludo me excita aún más, haciendo que aumente la velocidad de mis caderas y la furia de mis embestidas, a la vez que tu otra mano me araña la espalda, intentando en vano pausar el ritmo frenético entre los dos.
Mis gemidos y gruñidos están sonando cerca de tu oreja, mi mano se dirige a tu clítoris, y mis dedos empiezan a juguetear con él, a dar vueltas a su alrededor, subir y bajar mientras lo aprisiono entre los dedos índice y corazón, de una forma delicada que contrasta con las embestidas a las que someto tu cuerpo. A medida que tus gemidos aumentan de volumen y anuncian la llegada de tu orgasmo, mi brazo te presiona contra mí, sin soltar tu seno y pellizcando aún más tu pezón. Sientes que te vas a correr, y sientes que yo también, en tu interior se mezclan mis primeros líquidos y tu lubricación. Oyes mi voz, que sin decir nada anuncia la llegada de mi corrida, y tus gemidos la acompañan. Empiezas a estremecerte y sientes que a la vez, mi pene se contrae en tu interior, sabes que está expulsando semen con cada contracción, y no lo puedes evitar. Tu orgasmo acompaña el mío, tus contracciones amasan mi polla mientras lleno de lefa tu vagina y clavas aún más las uñas en mi carne mientras te muerdo el hombro en un vano intento de sofocar los gemidos de mi orgasmo. En un último suspiro te deslizas hacia la cama, saliendo mi miembro de tu interior, destapando la vagina llena de nuestros líquidos, que resbalan lentos por tus muslos mientras me tumbo a tu lado…
Apartas la mirada del móvil a medida que tu cuerpo se recompone del orgasmo.
Los dedos de la mano derecha están empapados, igual que tu sabana, y tu mano izquierda reposa sobre tus tetas, aun sujetando tu pezón, aunque sin ninguna fuerza ya. Poco a poco, sientes como Morfeo se mete en tu cama, y con una sonrisa en los labios y sin acordarte del calor, llena de sudor y descansada, cierras los ojos…
escrito el
2016-08-04
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