La Sangre Tira

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género
incesto

LA SANGRE TIRA
PRIMERA PARTE

Tomé el celular desde la mesa de noche, en la pantalla aparecía el nombre “Mamá” no tenia el valor para responderle, sentí mucha culpa y vergüenza. Mire hacia atrás y en la cama a unos escasos centímetros el hombre culpable de mi angustia.
No podía seguir ahí, me disponía a levantar de la cama cuando Pedro me toma por la cintura y me pregunta que a donde voy tan temprano, no le respondí solo atine a saludarlo con un “buenos días”, me abrazo por la cintura y me arrastro hacia él, inmediatamente sentí su pene duro como una roca en mi culo desnudo, rápidamente sus manos se desplazaron a mis senos, los cuales comenzó a amasar y a pellizcar mis pezones mientras que restregaba ferozmente su pene contra la raja de mi culo, intente decirle que necesitaba una ducha y que me tenia que ir, que mi mamá me había estado llamando pero la locura y el deseo que despertaba ese hombre en mí, evito que abriera la boca para hablar, para lo que si abrí la boca fue para soltar un quejido de dolor y placer cuando su pene erecto se habría paso entre mis nalgas penetrándome el culo, eche para atrás la cola para facilitar sus estocadas.
Con su falo al interior de mi culo me tomo de las caderas y me puso en cuatro, solo mi colita levantada mi cara entre las almohadas, comencé a morder la almohada (literalmente), detrás mío Pedro bombeándome sin piedad, me agarraba fuertemente de las caderas para penetrarme lo más profundo posible, sus testículos chocaban con mi culo, yo me masturbaba para lograr un orgasmo, al cabo de un rato llegue al orgasmo, delicioso y casi inmediatamente después sentí como el profe acababa dentro de mi ano, siguió moviéndose detrás mío intentando meter toda la leche, no dejar ni una gota afuera, se fue ablandando su pene no lo saco sino se abrazo a mi cintura y caímos juntos a la cama pegados, el pegado a mi espalda masajeando mis senos y besando mi cuello.
Ustedes deben querer saber el contexto de este recuerdo que les estoy contando y porque la pena y la vergüenza de la situación.
Remontémonos a ese mismo año (año 2023), yo soy oriunda de la región de la Araucanía en Chile, exactamente de la ciudad de Villarrica, ese año ingrese a la Universidad, no mencionaré el nombre de la casa de estudios ni tampoco diré nombres. Para fines de privacidad diré que me llamo María y este hombre Pedro.
Dicho esto, ingrese a la universidad, mi madre muy feliz por mí, aparte hija única, estudiosa, linda (así dicen las personas), me fui a estudiar a la capital “Santiago”, junto a dos amigas del colegio arrendamos un pequeño departamento en la comuna de San Miguel, los gastos compartidos y muy buena onda, el segundo semestre comenzó la historia que les contare.
Primera clase, todos en la sala (risas, conversación, ruidos), al salón ingresa un profesor, alto, atractivo y buena pinta, deja caer sus libros en la mesa ruidosamente para llamar la atención de los alumnos y pide silencio para comenzar la clase. Finalmente, una clase entretenida, pero avisando de que sería una asignatura difícil. Con las chiquillas que nos hicimos amigas a penas conocernos al terminar la clase comentábamos del atractivo del profesor y que no tendría mas de 40 años, bromeando que así nos gustaban los hombres.
Así comenzó la historia, no fue mas que eso, a medida que avanzaba el semestre la asignatura fue poniéndose cada vez mas complicada, el profesor era bastante amable con todos para ayudarnos fuera de la hora de clases y nosotras en particular notábamos que era muy amable con nosotras, bromeábamos de que el profe era coqueto y con la mirada nos devoraba, lo cual debe haber sido así, ya que mis compañeras de clase y yo estamos bastante buenas, entonces comenzamos a producirnos más para asistir a la clase, el debe de haberlo notado ya que una vez al terminar la clase y que nos quedamos a hacerle unas preguntas nos dijo con todo respeto que nos veíamos muy bonitas, nos reímos, nos explico brevemente y nos ofreció que en otro momento encantado nos ayudaría. Salimos de la clase riendo y las chiquillas dirigieron las bromas hacia mí, decían que el profe se fijaba principalmente en mí, yo igual lo creía, pero me hice la desentendida, la verdad a mí me parecía atractivo y sentía una rara atracción hacia él.
De vez en cuando nos encontrábamos en los patios, nos saludábamos (las chiquillas, yo y el profe) de beso en la mejilla, un día sentí un beso un poquito mas cerca de la boca, un beso calientito, una se da cuenta de esas cosas, no me molesto, yo igual siempre he sido coqueta y caliente, pero lo disimulo bien, eso me enseño siempre mi madre. Les contare que algunas veces en la soledad de mi habitación me toque pensando en el profe y rápidamente me humedecía la vagina, las mujeres igual nos masturbamos, aunque disimulamos bien lo calientes que somos.
Estábamos en las ultimas semanas del segundo semestre, nos quedaba una prueba coeficiente dos y luego el examen final, la verdad no estaba reprobando el ramo, pero estaba bien complicada, mis otras dos amigas estaban igual que yo, la más complicada era la Fernanda, que tenia que sacarse arriba de un cinco. Debíamos preparar una excelente prueba solo quedaba una semana, al termino de la clase nos quedamos para hablar con el profe, pero este se disculpó diciendo que tenía una reunión académica y no podría quedarse para apoyarnos en ese momento, pero dejo abierta una ventana de posibilidad de que nos reuniéramos al día siguiente.
Todo lo que sucedió en esos tres o cuatro días fue increíblemente vertiginoso, al día siguiente llamamos al profe, no nos pudimos reunir por nuestras clases y el tiempo acotado del profe, el día subsiguiente lo llamamos, pero no respondió el celular, era miércoles me acuerdo de que estábamos en la biblioteca estudiando para la prueba del jueves, cuando suena mi celular, era el profesor, le respondo. Me dice que lo disculpáramos que había estado muy ocupado, que el ahora se iba retirando de la universidad, pero que si nos interesaba él vivía cerquita de la universidad en un departamento en la comuna de Estación Central, que si queríamos y podíamos nos podía recibir en su departamento para afinar detalles de la prueba del día siguiente, mire a las chiquillas, ellas me miraban queriendo saber que pasaba, le dije al profesor que lo llamaba en dos minutos y le corte la llamada. Entonces le conté a las chiquillas quedaron sorprendidas, éramos cuatro, inmediatamente una se bajó del buque diciendo que no podía que tenía un cumpleaños y que se tenía que ir luego, ¡¡¡la Fernanda y la otra nos miramos y dijimos “Vamos!!!”, llame al profe y le dije que iríamos, me envío su dirección y partimos las tres. Llegando al edificio donde vivía el profesor la Fernanda recibió un llamado de su madre a lo cual mirándonos como pidiendo disculpas gesticulo que se tenia que ir, y se fue. Finalmente quedamos las dos y nos miramos dudando si entrar a conserjería, después de unos minutos de elucubraciones decidimos avisar nuestra presencia en conserjería.
Subimos al octavo piso, departamento 807, nos abrió la puerta un hombre bañado hace poco vestido cómodamente y perfumado, lo miramos sonreímos, lo saludamos de beso en la mejilla y pasamos al interior, nos pregunto por las otras dos, le dijimos que no habían podido venir, nos ofreció un refresco, algo para comer, en fin, como siempre muy amable, a demás el departamento muy bonito, pequeño, bien decorado, al parecer el profe era soltero, de vez en cuando nos mirábamos con la Carlita y nos reíamos en complicidad.
Luego de un rato a lo que fuimos, nos pusimos a estudiar el profe nos comenzó a enseñar ciertos tips que facilitaban mucho el entendimiento de ciertos puntos claves para el desarrollo de los ejercicios, comencé a sentir que el profe nos estaba dando información privilegiada de la prueba de mañana, la Carla y yo nos mirábamos y copiábamos todo en nuestros cuadernos, sintiendo como el profe nos ofrecía el santo grial, había pasado algo más una hora cuando me llama mi madre para saber como estaba (Me llamaba todos los días), me levanto para hablar con ella, me fui al balcón para hablar más cómoda, hablaba con ella y miraba hacia la mesa donde estaba el profe y la Carla, mientras hablaba con mamá vi como también la Carla respondía su teléfono, el profe se estiraba echándose para atrás en la silla.
Corté la llamada con mamá y me dirigí a la mesa, me percate que Carla estaba guardando las cosas en su mochila, le pregunte que había pasado y rápidamente entre lagrimas que dijo que habían atropellado a su perro, no hubo tiempo de nada, guardo, se despidió y se fue. Cuando cerró la puerta caí en cuenta que estaba sola con el profe en su departamento, me dispuse a guardar mis cosas inmediatamente para irme, pero Pedro me dijo que no tenia necesidad de irme antes de terminar de estudiar, que estuviera tranquila que el no era un psicópata ni mucho menos, me quede, me invito un café y unas galletas y me menciono que quizás tenía por ahí un examen del semestre anterior que debía de ser muy parecido al examen del día siguiente. Lo busco y me lo dio, lo recibí y lo guardé muy agradecida.
Guarde mis cosas, el guardo sus apuntes y libros, disponía a irme de su departamento pero el riendo me dijo que no podía irme tan rápido, que por ultimo lo acompañara a tomarse una cervecita o algo, que como la Camila se había ido sin decir nada yo tenia que agradecer por las dos, la verdad la forma que tenia de decir las cosas no molestaba ni causaba inquietud, era muy agradable y simpático, además que a mí me agradaba mucho el profe, y en ese momento que les había comentado antes cuando me percate que estaba a solas con el profe había sentido un poco de lujuria, la cual se esconder muy bien como ya les he contado.
Yo no soy muy buena para el alcohol, pero igual le recibí una cerveza y nos sentamos en el balcón a beberla, conversando de muy buena gana de cosas de la vida y de la universidad, me dijo que mis amigas y yo le parecíamos muy atractivas y que casualmente la mas bella de las cuatro se encontraba justamente aquí sentada junto a él y que eso lo ponía muy feliz, brindó por eso. Primera vez que me incomodaba un poco el profe, al ratito me acabe mi cerveza y me dispuse a irme, Pedro se quejó agradablemente preguntándome si quisiera otra cerveza, me negué y le dije que estaba muy agradecida de toda la ayuda que nos había brindado y por el examen que me había dado y luego de una mirada coqueta que se me escapo sin querer le agradecí por lo de bonita, me pare en la punta de los pies para darle un beso en la mejilla y marcharme, en un segundo el profe me había tomado de la cintura para despedirse, mi boca busco su mejilla pero su boca busco mis labios resultando en un semi beso en la comisura de nuestros labios.
Salte hacia atrás disimuladamente, me dirigí rápidamente al sofá donde estaba mi mochila el corazón latía a mil por hora, tome la mochila y en una fracción de segundo estaba en la puerta, trate de abrirla pero algo me lo impedía, los nervios no me dejaban pensar con claridad, una, dos, tres veces intente abrir la puerta no podía, mire hacia atrás en busca del profe, pidiendo ayuda sin hablar, el estaba en el mismo lugar de nuestro beso de despedida, noto mi problema y se dirigió hacia mi indicándome que la puerta tenia dos cerraduras que funcionaba la mismo tiempo, yo me hice a un lado para permitir que pasara y abriera la puerta, listo la puerta estaba abierta, sentí un descanso de mi nerviosismo, mire hacia afuera, lo mire a él, se veía tranquilo y atractivo. Me abrazo despidiéndose nuevamente, yo igual lo abrace lleve mis manos a su espalda el también tenia sus manos en mi espalda, el abrazo duro unos segundos más de lo normal, cerré los ojos y no pensaba en nada, desperté de mi trance cuando sentí la mano del profe bajando por mi espalda y agarrando mi nalga izquierda apretándola y apretándome contra él, inmediatamente sentí su miembro duro contra mi abdomen.
Aquí debo mencionar que Pedro el profesor debe medir aproximadamente 1,8 metros, mientras que yo a penas llego al metro sesenta, me puse muy nerviosa, me seguía abrazando fuertemente y su mano no soltaba mi nalga si no mas bien la comenzaba a masajear, totalmente dominada por los nervios y debo decir también por la lujuria no me atreví a decir palabra alguna. En vez de hablar, actúe me solté y me gire rápidamente para escapar por la puerta que aún seguía abierta.
Le di la espalda al profe, daba mi primer paso fuera del departamento y siento como el profe me toma fuertemente por atrás desde la cintura, su brazo me envolvió como una anaconda arrastrándome hacia atrás y cerrando inmediatamente la puerta con un fuerte portazo, mi estado no me permitía hablar estaba en shock, cerro la puerta y me empujo contra ella se apego descaradamente a mi espalda, buscaba mi cuello con su boca, sus manos recorrían mi trasero. Yo soy una chica delgada de tetas normales, pero tengo un culo bonito, redondito y parado, un culo durito de jovencita de 19 años.
Ese día yo andaba vestida con una falda negra suelta, con zapatillas bajas, una polera de tirantes rosada apretada, debajo de la falda solo mis colaless negros también, como siempre sin sujetador. Me besaba el cuello, una de sus manos masajeaba mis pechos y la otra mano ya debajo de mi falda recorría mi culo por sobre los calzones, tome fuerzas para pedirle que me dejara ir, que me tenia que ir, pero parecía que no me estaba escuchando seguía como un loco metiéndome mano, su mano que amasaba mis pechos comenzó a buscarse camino por debajo de la polera, yo inmediatamente salí al encuentro de su mano, evitando que se metiera por debajo de la polera, era un forcejeo sutil, él se ayudó con su otra mano para llegar a mis pezones por debajo de la polera, para mi desgracia los pezones se me habían parado y estaban durísimos igual que el fierro que sentía en mi culo, paquete que restregaba sin disimulo en mi cola, yo luchaba desganadamente contra su manoseo de mis tetas, en ese momento no sabia realmente lo que quería, quería irme inmediatamente pero también me estaba calentando, podía disimular mi excitación pero mis pezones me delataban, en un momento y bruscamente me tomo por los hombros y me giro quedamos de frente, no me atrevía a mirarlo, solo puse mis brazos a modo de barrera entre el y yo. Sus manos se fueron inmediatamente a mi culo, con su boca buscaba mi boca para besarme, pero yo quitaba la cara, pero lo dejaba agarrarme el culo descaradamente, otra vez le dije débilmente que me dejara ir, pero no obtuve respuesta.
De pronto sus manos comenzaron a buscar traspasar la barrera de mis calzones, quería tocarme sin el impedimento de los colaless, como había sido antes de inmediato evite a toda costa que metiera sus manos debajo de mi ropa interior, otra vez nos encontrábamos en ese forcejeo no tan sutil esta vez, Pedro me abrazaba y seguía intentando meter sus manos debajo de mis ropas, cuando en un momento me pregunto si de verdad me quería ir, dude dos segundos y luego de recapacitar le dije que sí, que necesitaba irme. Fue cuando me dijo que me dejaría ir si yo le dejaba sacarme los calzones, que se los quedaría y me dejaría ir. Pensé miles de cosas mi mente volaba, no le dije ni que si ni que no pero mi mano que afirmaba su mano en mi culo se relajó, la respuesta estaba clarísima, inmediatamente llevo ambas manos a mi trasero y comenzó a manosearlo muy rico, siguió buscando mi boca para besarme, pero yo de vergüenza por dejar que me tocara así el culo y para evitar su boca en mi boca lleve mis manos a mi rostro dejando mi culo a su merced, continuo por un rato masajeando mi culo, sentía un gran pene debajo de su pantalón, pene que apoyado fuertemente contra mi vientre irradiaba calor, sentía ese fierro caliente pegado a mi y sus exquisitas manos en mi culo, manos que ya se encontraban debajo de mi calzón, manos que ya habían sentido mi humedad ahí abajo, debo haber estado hecha una sopa en la entrepierna, su mano se deslizaba por mi raja arrastraba mi humedad entre el borde de mi vagina y el hoyo de mi ano, comencé a temblar no podía controlarlo (yo en ese momento aun era virgen, alguna vez había chupado pene y me habían chupado a mí, pero nada de penetración).
En un momento recobre un poco la cordura y recordé que me tenia que ir, y entre temblores de dije toscamente que ya estaba bueno, que me los sacara para irme, me miro se detuvo un segundo de su recorrido por mi culo y sonrío diciéndome que estaba bien que me los sacaría.
Nuevamente me tomo de la cintura esta vez con mas suavidad y me giro contra la puerta, quedando otra vez en mi espalda, me levanto el vestido y comenzó a bajar lentamente mis calzones, en un momento sentí como estos caían a mis tobillos, mi mente recreaba la escena de yo volviendo al departamento sin calzones en el metro, estaba en esos pensamientos cuando siento su pene duro, caliente, erecto y casi sin ninguna duda fuera de su pantalón resbalando su glande muy lubricado entre mis nalgas, un escalofrío me recorrió entera, me sentí tonta como fui a caer en semejante mentira.
Pedro resbalaba suavemente su miembro por mi culo, no sabia que hacer, no podía hablar, no podía empujarlos para salir corriendo, temblaba. En un momento el profe me dijo que sacara los calzones de los tobillos y se los pasara, no recuerdo que pensaba en ese momento, pero contra toda lógica, con un hombre empalmado lubricado ubicado entre mis nalgas desnudas, con el vestido subido a la espalda, restregando su falo por mi raja. Me agaché para sacarme los calzones de los tobillos, sentí como Pedro se separaba sutilmente de mi cola y una de sus manos abandonaba mis caderas, parecía una sueño. No alcance a sacarme los colaless de los tobillos cuando siento como de una estocada todo el pene del profe se clava en mi concha llevándose mi virginidad de una sola clavada no pude mas que gritar de dolor y placer, ahí mismo comenzó a bombearme yo me olvide de los calzones, solo me apoye en la puerta permitiendo que me follara, luego de varias estocadas me lo saco de golpe, sentí como me vaciaba, me giro de frente a el me bajo la falda a los tobillos me saco la polera, yo no atinaba a hacer nada, mire la punta de su pene con mi sangre, mi virginidad, su pene era enorme, nunca había visto un pene tan grande y gordo. Me tomo por debajo de los brazos y me lanzo a sus brazos yo instintivamente lo abrace por el cuello, tomo mis piernas y las enrollo en sus caderas, llevo sus manos a mi culo para afirmarme, sentí como con una de sus manos ubicaba mi conchita y con la otra mano guiaba su falo a su entrada, así como estaba colgada de su cuello me volvió a ensartar, saco los pies de sus pantalones dejándolos tirados en el piso, me acomodo muy bien en su mástil, sentía el tamaño de ese pene dentro mío, se sentía increíble aunque doloroso, así como estábamos inicio camino hacia el dormitorio, no se porque tuve miedo le pedí que no, que mejor me follara ahí mismo, aunque era un sin sentido, ya estaba ensartada y totalmente desnuda, como era obvio no me hizo ningún caso y se dejó caer encima mío en la cama, ahí fue cuando sentí la totalidad del falo de mi profesor en mis entrañas, sentía mucho dolor pero también un placer único, se acomodó, se sacó la polera y comenzó a follarme sin piedad, la cama crujía y yo comencé a correrme como nunca antes, me descubrí en un momento comiéndole la boca al profesor y moviendo las caderas en busca de las estocadas del profe, ardíamos, sudábamos, yo me corría y también se corría dentro, bramaba como un animal corriéndose salvajemente, me mordía los pezones.
Continuara……
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2025-03-18
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