El vendedor de cupones

por
género
gay

Acababa de llegar al pueblo X aquella misma mañana por cuestion de negocios. Habia pasado el dia visitando clientes y cerrando tratos y ya me dirigia al hotel a descansar. Todavia no era verano pero hacia calor. Del parking al hotel habia como una distancia de una media hora andando, asi que decidi hacerlo como ejercicio para estirar las piernas y relajarme. Habia visto que habia un kiosko de venta de cupones. A lo lejos vi que aun estaba abierto y decidi pararme a comprar alguno a probar suerte. Nunca me habia tocado pero bueno, solo para ver si tenia suerte en el sorteo decidi que era un buen momento para probar.
Al acercarme al kiosko vi que la puerta lateral estaba abierta. No estaba seguro, pero luego me di cuenta que si, que era el, el chico cojo de la escuela con el que habia tenido mi primera relacion gay con discapacitados! Le habia perdido verdaderamente la pista tras acabar la secundaria. El se habia ido ese mismo año supongo que a otra escuela y yo habia seguido en la misma. Nunca pregunte por el ni lo busque. Con el paso de los años habia tenido otros rolletes con minusvalidos como el y me habia ido bastante bien. La homosexualidad latente que ese chico desperto en mi aquel dia me habia convertido en un bisexual amante de chicos con discapacidad.
Me acercaba y le estaba viendo, ahi sentado en un taburete, aun mas o menos delgado y con el mismo peinado de entonces pero con bastantes canas, lo que le daba un aire extraordinariamente sexy. Sus piernas estaban igual, delgadisimas y envueltas en sus dos aparatos ortopedicos, sus botas hechas a medida con el alza supervisible en su bota izquierda muy brillantes y negras casi acharoladas, asi como las barras de los soportes brillantes y limpios, asomando bajo la pernera del pantalon y uniendose a sus botas en una bisagra grande y bruñida.
No voy a negar que el corazon me dio un vuelco al verle de nuevo despues de tantos años. El tiempo tambien habia pasado sobre mi: Estaba mas pesado, con menos pelo y mas canoso, pero creo que en la distancia vi como sus ojos se abrian y sus labios ofrecian una sonrisa franca y directa al verme llegar.
- Hola! Como estas? Te acuerdas de mi? El chico del cine? - la ilusion de verlo me hacia tartamudear un poco.
- Hola! Si!! Cuanto tiempo, no? Que tal te ha ido? - Pude ver de nuevo esos ojos azulados y esa boca rosada y perfecta, de sonrisa amplia al dirigirse a mi
- Bien muy bien - le dije - No sabia que estabas en este pueblo. No paraba de cambiar mi mirada de su cara a sus piernas. El no paraba de mirarme esa incipiente ereccion que asomaba bajo mi pantalon. Llevaba tejanos ceñidos, y sus aparatos se conformaban bajo la tela sujetando sus piernas en una rectitud casi perfecta, sentado a horcajadas en un taburete alto y viejo, al que parecia le tenia mucho apego por el desgaste que tenia.
- Si- asintio - Hace años que me traslade aqui, desde que me dieron la concesion de venta de cupones. Han pasado muchas cosas desde entonces, verdad? - sus ojos tambien se movian entre mi rostro sudado y mi bulto que crecia mas y mas en mi entrepierna.
- Si. Nunca mas te vi en la escuela - dije con voz medio sofocada - Te fuiste, verdad? -
- Asi es - afirmo - Al poco del rollete que tuvimos mis padres me llevaron a la ciudad donde estaba el hospital en que tenian que operarme de nuevo las piernas. Asi que nos quedamos y ya no regrese - habia un cierto aire de tristeza en su mirada al mencionarme esa circunstancia. Probablemente ese deseo que ese dia sentimos los dos nos hizo despertar de golpe nuestra sexualidad al mismo tiempo.
- Oye - le dije - veo que estas cerrando y yo ya voy al hotel para descansar, quieres acompañarme para charlar y tomar algo?
- Por supuesto! Pensaba que no me lo ibas a decir nunca, jajaja! - No hizo falta insistir: su mirada cayendo y mordiendose su labio superior delataron enseguida que se moria de ganas de compartir conmigo. Mi ereccion y mi sonrisa y mis ojos dirigiendose constantemente a esas botas pesadas, brillantes y ortopedicas no daban lugar a duda tampoco.
Le espere mientras cerraba el kiosko. Se habia puesto en pie ajustandose sus soportes en la rodilla y habia cogido las muletas para apoyarse. Recordaba ese dia en el cine como una fotografia, y me di cuenta de que todo era diferente a entonces: Estaba mas fatigado al levantarse, sus movimientos eran mas lentos y mas delicados. Ya no se movia con aquella agilidad en que casi tenia que correr para atraparlo. Pero veia en ese momento en el una madurez que no la habia notado con nadie mas hasta ese momento. Al ponerse rigido para empezar a caminar, me parecio ver a un principe del que estaba deseando todo su cuerpo. Sus piernas rectas, rigidas, su torso erecto, su cabeza un poco ladeada hacia atras, sus bastones sujetandole en equilibrio, ese rostro de hombre aun aniñado tal como lo recordaba de entonces... Estaba lujurioso por tenerle ahi mismo, lo deseaba, deseaba ese chico minusvalido que tenia frente a mi. Y sabia que el me deseaba tambien, aunque disimulaba sus deseos frente a mi.
Caminamos lentamente hacia el hotel. El seguia andando a saltitos, aunque mas cortos y mas arrastrando los zapatos sobre el suelo. Se le notaba cansado y haciendo un esfuerzo cada vez que se impulsaba sobre sus muletas. Nos mirabamos y nos sonreiamos. Yo lo miraba al andar y me moria de excitacion. El me miraba tambien, mi paquete lo primero, con sus ojos azules arrebatadores.
Nos sentamos en una esquina de la terraza, cerca de unos arbustos que daban bastante intimidad. El avanzo primero lateralmente entre el banco y la mesa, desplazandose como un todo rigido, algo arqueado hacia atras para guardar su equilibrio. Estaba haciendo un esfuerzo para no excitarme mas al verle pero no podia, teniendolo alli a mi lado de nuevo, a ese Adonis invalido objeto de mi deseo y mi lujuria. Desbloqueandose las rodillas con ese click tan caracteristico y excitante, se dejo caer sobre el banco. Con sus manos y tras dejar las muletas apoyadas, sujeto sus piernas por las dos rodilleras que asomaban bajo el pantalon y se igualo sus dos piernas para quedar a su gusto en el banco. Seguia llevando un corse. Se notaba esa superficie extraña y recta bajo su polo que empezaba en su pecho y seguia hasta la cintura.
Yo me sente inmediatamente a su lado, lo mas cerca posible de el sin resultar demasiado obvio. Deje que mi pierna izquierda se acoplara a su pierna derecha, e inmediatamente pude sentir su aparato desde su pie hasta su cadera tan duro, excitante, rigido y calido a la vez. Me hizo doler un poco la bisagra de su rodilla, pero me aguante por supuesto: tenia que disfrutar el momento al maximo.
Mientras empezabamos a tomar dos cervezas, el me miro sonriente y me dijo:
- Veo que mis piernas te siguen excitando, no?
Me sorprendio esa rapidez, pero dije si, que me excitaban mucho asi como todo su cuerpo. Me conto que se habia ido a vivir a los 20 con un chico, pero que al cabo de un año lo dejaron, y que desde entonces vivia solo y solamente tenia rolletes de fin de semana en los bares de ambiente de la playa. El sabia que era un objeto de deseo para muchos y aprovechaba ese hecho para tener relaciones con otros chicos. Yo le conte que me habia casado, y que al cabo de unos años ella me habia descubierto besando a un chico discapacitado en un bar gay, lo cual hizo que nos divorciaramos. Desde entonces le dije tampoco habia tenido relacion estable con nadie.
Puso su mano sobre mi entrepierna y se acerco a mi diciendome:
-Ummm. Esa excitacion por mi me encanta - empezo a recorrer con su mano mi paquete y a acariciarlo.
Yo puse mi mano en su entrepierna. Note tambien esa excitacion parecida al primer dia. Esa polla inmensa queriendo salir de su pantalon tan dura como el metal de sus aparatos. Nos miramos. Nos sonreimos. Queria besarle ahi mismo, demostrarle que estaba excitadisimo, que necesitaba tenerlo en ese mismo instante.
Sin aun acabar las bebidas, me levante. El se levanto tambien, esa vez rapidamente. Me siguio hasta el ascensor, ahora andando como en su adolescencia, saltando casi corriendo. Excitados los dos. Nada mas cerrarse el ascensor para subir empezamos a besarnos. Nuestros cuerpos pegados pidiendo sexo. Nuestras lenguas se buscaban avidamente, mis manos buscando su pene y sus aparatos. Sin darnos cuenta llegamos. Abri rapidamente el cuarto y entramos. Cerre la puerta y empezo a besarme mi cuello, mis orejas, mis mejillas, mis labios
- Tanto tiempo he deseado tenerte de nuevo, amor - me susurro
- Y yo tenerte a ti como ahora cielo - mientras buscaba su boca desesperadamente para comermela a morreos.
El calor del cuarto era fuerte. Los dos sudorosos empezamos a desnudarnos. Yo quede completamente desnudo y empalmadisimo como estaba. El se quito su polo y pude ver su corse de plastico alrededor de su torso, supersexy.
Se quito el pantalon en un momento, ni me di cuenta y ya estaba solo con sus dos aparatos, sus botas y su corse, sin calzoncillo y con su pene erectisimo apuntandome.
- Me quito los aparatos? me dijo pausadamente intuyendo mi respuesta con una sonrisa complice
- Noooooooo. Asi estas bien - le dije mientras lo repasaba con mi mirada buscando ese cuerpo deforme pero bellisimo a la vez. Ahi pude verlo con ese torso fuerte y musculoso, con esos brazos poderosos aun sujetando sus muletas, con esas piernas delgadisimas reforzadas por ese metal y ese cuero tan seductor.
- Acercate - me dijo - Te acuerdas?- Me dijo mientras cogia mi polla y empezaba a masturbarme.
- Si amor, me acuerdo. - suspire - Me dejas ? - mi mano sujetaba su polla y mi otra mano reseguia su soporte metalico que se ajustaba a sus piernas como un guante de acero brillante, erotico y excitante.
Yo estaba casi para correrme. El seguia ahi, tieso como un palo. Dejo sus muletas a un lado y se apoyo en mi cadera en equilibrio. Mi brazo le daba apoyo tambien. Nos estabamos masturbando como locos.
- Espera, - me dijo - acerca la silla que voy a sentarme. Asi lo hice, se desbloqueo sus rodilleras y se sento pesadamente mientras me sujetaba mis nalgas y hacia apoyarme en sus rodillas. Me puse de puntillas para que su boca se pusiera a la altura de mi pene.
- Voy a mamartela hasta que te corras, vale ? - No pude decir nada, solo dejarle hacer, hacer, hacer, hasta que una explosion de semen salio de mi polla entrando en su boca. Mi pene parecia salirse de mi cuerpo cuando me corria en el. Nos mirabamos en silencio. En mi climax lo estaba sujetando por el corse, jadeando como un loco de placer.
Hizo un ademan de que me acercara a su boca. Nos besamos y compartimos mi semen que resbalaba sobre nuestras mejillas y lenguas.
- Ahora es mi turno - espetó - Voy a apoyarme en la silla delante de ti y tu me follas... - yo estaba como en una nube, soñando en la mejor mamada de mi vida, cuando se levanto como un rayo y, sujetandose al respaldo de la silla, se abrio de piernas todo lo que pudo frente a mi. Delante de mi tenia su culo respingon, prieto, rosado, sujetas sus nalgas por las correas de la cadera. Bajo ello estaba el maravilloso espectaculo de sus piernas acorazadas, rodeadas de aparatos ortopedicos y enfundados sus pies en unas botas supersexys, pesadisimas y grandes.
- Follame, amor, follame - me dijo en una respiracion entrecortada, jadeando los dos como locos antes de penetrarlo. Me puse mi condon lubricado, lo sujete por las ferulas de sus muslos y alli entre. Mi polla volvia a estar como un palo, deseosa de ese culito tan bello que tenia frente a ella.
A pesar de los aparatos, mi pene entro hasta el fondo sin problemas. Sentia el cuero y las correas en mi pubis, pero eso aun me daba mas gusto al penetrarlo. Era tan rico... Vi que se estaba masturbando mientras lo follaba. Su cabeza parecia girarse buscando la mia para besarnos, yo me acerque mas mientras le daba mordisquitos en su lobulo. El gemia de placer. Yo me moria de gusto al follarlo.
Ya casi estaba a punto de correrme en su culo cuando note que el estaba llegando al orgasmo.
- Follame, amor! Follame! Folla a este cojo...
- Si cielo, si cielo, si cielo... yo respondia fatigado, en mi frenesi de penetracion cuando de nuevo mi orgasmo llego al mismo tiempo que el suyo... Los dos gemimos de placer al corrernos simultaneamente. Segui hasta que mi pene estuvo ya bajando. El se giro, me beso como si fuera de nuevo la primera vez en aquel lavabo del colegio, comiendonos la boca y chupando nuestras lenguas como locos. No se cuanto tiempo estuvimos asi, pero note que tenia una nueva ereccion. Sin decir nada me arrodille frente a el, puse mis manos en sus rodilleras y me sujete para mamarsela freneticamente, mirandolo sin decir nada, solo gozando de el... Su pene llego al paroxismo mientras mi boca recibia su leche tibia... Terminamos con un beso y nos acostamos, esta vez ya sin aparatos y sin su corse para amarnos toda la noche que aun teniamos por delante.
por
escrito el
2017-12-27
3 . 9 K
visitas
0
votos
evaluación
0
tu voto
Denuncia abuso en esto relato erótico

comentarios de los lectores sobre la historia erótica

cookies policy Para su mejor experiencia del sitio utiliza cookies. Al utilizar este website Usted consiente el uso de cookies de acuerdo con los términos de esta política.