Erasmus en España

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género
exhibicionismo

Mi Erasmus terminó el año pasado, y en mayo mi novia, Laura, decidió venir a visitarme unos días.
Durante mi Erasmus le había sido infiel varias veces, pero dada nuestra nueva relación, lo más emocionante era que recordábamos con todo detalle cada encuentro íntimo.
Los días previos a su llegada, Laura estaba muy emocionada, deseosa de hacer el amor conmigo después de meses de separación. Habíamos estado hablando durante un tiempo sobre varias fantasías que podríamos cumplir allí, pero era más un juego que un plan.
La recogí en el aeropuerto con dos amigos, Marco y Davide, ambos italianos de Erasmus conmigo. Buscábamos la puerta de embarque cuando noté que a Marco se le iluminaba la cara y le hacía un gesto cómplice a Davide. Entonces me giré y vi a Laura detrás de nosotros, que aún no nos había visto, con un vestido de primavera escotado. Les dije amablemente que no fueran tontos porque era mi novia, pero no parecieron oírme y siguieron mirándola en silencio.
Ahora bien, debes saber que mi novia mide 1,80 m, tiene pechos grandes, talla D, piernas bastante delgadas y un trasero firme, pero creo que lo más llamativo es su boca, la clásica boca de zorra con labios carnosos.
Una vez que todos nos hemos presentado, nos dirigimos al apartamento en el centro. En el autobús, cierro los ojos como si estuviera dormida y oigo a Marco y Davide susurrando en español, para que Laura, que está sentada a mi lado, no los entienda: «¡Qué tetas tan increíbles!». Saca el móvil para que le saque una foto a escondidas... Abro un poco los ojos y veo a Marco con el móvil por encima de la cabeza de Laura, sacándole fotos sin parar. Entonces, sorprendido, oigo a Davide decir: «Silencio, están durmiendo... A ver si puedes sacarle una foto por debajo de la falda...». En ese momento, me doy cuenta de que Laura está despierta porque la veo entreabrir un ojo. La zorra abre las piernas con toda naturalidad en el asiento. Marco no pierde la oportunidad y saca la foto.
«¡Madre mía, Davide... no lleva bragas! ¡Mira a esa zorra con un piercing en el coño!». ¡Qué zorra... que haya más como ella...!
Un piercing en la vagina, creo... no me lo había dicho, quizá quería sorprenderme...
Los dos siguieron haciendo el amor, con ella manteniendo las piernas abiertas hasta que llegamos a la estación, donde fingió despertarse, y yo también, y nos dirigimos al apartamento.
Al llegar, Laura se fue a duchar y yo la esperé en la habitación. Eran las 11:30 de la noche. Salió del baño, apareció desnuda, aún mojada de la ducha, y se me echó encima. Todo era perfecto. Hicimos el amor durante media hora, también porque no aguanté mucho de lo excitado que estaba, y luego decidimos salir a bailar con los otros chicos.
En la discoteca, tomamos un poco de tequila, y Marco y Davide, aún con mucha cautela, se animan a restregarse repetidamente el uno contra el otro, lanzándole miradas que enseguida capto.
En un momento dado, Laura ya no me ve; reaparece frente a mí unos diez minutos después y me susurra al oído:
«Ven, necesito hablar contigo...».
Nos alejamos de la música de la discoteca, y me dice:
«Tu amigo Marco, mientras yo estaba en el baño, me dijo que si le enseñaba las tetas me daría 50 euros...».
Y yo, fingiendo sorpresa, le digo: «¡Ay, Dios mío...! ¿Y qué le dijiste?».
Ella sonríe, saca un billete de 50 euros y me lo enseña, luego dice: «Davide, tu otro amigo, también estaba allí, y me dijo que si le enseñaba el coño me daría otros 50».
Sonreí y la miré a los ojos un instante, luego sacó otro billete de 50 euros... y con una mirada lasciva, dijo: "¡Quiero follármelos ahora mismo, y quiero que nos veas!".
Estaba tan excitada que no veía nada y corrí a llamarlos.
Los cuatro fuimos al baño de la discoteca y, sin siquiera entrar en un retrete, empezó a chupar las dos enormes pollas de mis dos amigos; no se lo podían creer. Mientras tanto, grabo con mi celular, todo es perfecto...
Los dos eyaculan casi de inmediato en su cara, pero ella, después de darles placer en lugar de levantarse y vestirse, continúa sosteniendo los dos penes en su mano y lamiéndolos por los lados... Entiendo sus intenciones solo cuando un chico español entra al baño y nos ve... En menos de un instante, él mete su pene en su boca y ella se lo lame bien, entran dos más y ahora están todos frente a ella, grabo divertido... Una vez que los chicos terminan, ella se levanta y me susurra al oído... ahora vamos a dormir, nos espera una semana muy intensa...
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2025-11-11
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