Verduras en el coño
por
Xena90
género
fisting
Lo único que pienso es en lo que me espera al llegar a casa esta noche. Mi marido dice que nos tiene preparada una grata sorpresa para nuestros juegos eróticos. Ya estoy mojada y excitada de solo pensarlo. Me muero de ganas de que me den por el coño. Necesito relajarme, este trabajo me estresa.
Pasan las horas y por fin me dirijo a mi Audi para volver a casa.
Al abrir la puerta, "¡Cariño, he vuelto!". Enseguida noto un aroma maravilloso en el aire. Me dirijo al dormitorio y encuentro velas aromáticas por todas partes, junto con pétalos de rosa rojos aquí y allá. "Te estaba esperando", dice Angelo, saliendo del baño en calzoncillos. Verlo ya me derrite. Es un hombre guapísimo, alto y musculoso, de ojos azules y pelo negro con tupé, mandíbula definida, labios carnosos, un auténtico dios griego, el sueño de toda mujer; en resumen, el hombre perfecto que he tenido la suerte de conocer. Me considero una mujer hermosa, un poco bajita, con cabello largo y rubio, ojos verdes y las curvas perfectas.
Me acerco a él y empezamos a besarnos apasionadamente.
"Ven, te he preparado un buen baño caliente". Nos acercamos y encontramos un ambiente encantador también, una bañera con burbujas, velas por todas partes, pero creo que lo mejor está por venir.
"Cariño, todo es precioso, eres tan romántica".
"Esto y más para ti, estás guapísima en ropa interior".
"Pero todavía tengo que afeitarme".
"Mmm, ven aquí que te lo hago. Mi coño debe estar limpio y suave. Quiero lamerlo todo".
Nos desnudamos y nos metemos en la bañera. Solo ver su pene excitado me hace entrar en éxtasis.
"Ven, te lo abriré y te lo afeitaré bien". Toma la maquinilla y empieza a afeitarme, masajeándome el clítoris de vez en cuando y metiendo algunos dedos.
"Ya estás empapada". "Ah, sí". Nos secamos. Me levanta y me lleva a la cama. Se sube encima de mí y empieza a besarme y a tocarme con los dedos. Hacemos un 69 precioso. Empiezo a chupársela por todas partes. Lamo, beso y chupo su pelo hasta que desaparece por completo en mi boca. Empiezo a chupar y a masturbarme. Siento que está a punto de correrse, y como una buena chica, me trago todo su semen. "Ahora es hora de abrir este precioso coño, abre las piernas, nena". Empieza a lamerme el clítoris, chupando mis labios menores, metiendo la lengua y volviendo a mi clítoris, sin dejar de chupar con avidez. Saca un pepino, una berenjena,
un mango y una pera de la mesita de noche.
"¡Mira qué bien me follas!"
Empieza a meter el pepino, que entra lentamente en mi coño inundado, entrando y saliendo, y empiezo a jadear. Luego mete la berenjena, y finalmente el mango y la pera. Disfruto como nunca, tengo orgasmos múltiples sin parar. "Oh, sí, disfruta, mi amor", dice la pera. "Ahora tienes que correrte sobre mí", mete la mano cerrada en un puño y luego la otra, llegando a mi antebrazo. Estoy completamente destrozada. Empieza a entrar y salir, y yo grito de placer hasta que me corro y lo inundo todo. "Oh, sí, lo estoy disfrutando". "Oh, sí, disfruta, cerdita", y después de destrozarme el coño, saca las manos y se pone encima. "Ahora quiero follarme directamente con mi polla"... "Mmm, sí, fóllame como nunca". Me inclino y empieza a embestirme y a bombearme por todas partes hasta que nos corremos juntos y nos desplomamos en la cama destrozados. "Te quiero", dice. "Yo también te quiero".
Pasan las horas y por fin me dirijo a mi Audi para volver a casa.
Al abrir la puerta, "¡Cariño, he vuelto!". Enseguida noto un aroma maravilloso en el aire. Me dirijo al dormitorio y encuentro velas aromáticas por todas partes, junto con pétalos de rosa rojos aquí y allá. "Te estaba esperando", dice Angelo, saliendo del baño en calzoncillos. Verlo ya me derrite. Es un hombre guapísimo, alto y musculoso, de ojos azules y pelo negro con tupé, mandíbula definida, labios carnosos, un auténtico dios griego, el sueño de toda mujer; en resumen, el hombre perfecto que he tenido la suerte de conocer. Me considero una mujer hermosa, un poco bajita, con cabello largo y rubio, ojos verdes y las curvas perfectas.
Me acerco a él y empezamos a besarnos apasionadamente.
"Ven, te he preparado un buen baño caliente". Nos acercamos y encontramos un ambiente encantador también, una bañera con burbujas, velas por todas partes, pero creo que lo mejor está por venir.
"Cariño, todo es precioso, eres tan romántica".
"Esto y más para ti, estás guapísima en ropa interior".
"Pero todavía tengo que afeitarme".
"Mmm, ven aquí que te lo hago. Mi coño debe estar limpio y suave. Quiero lamerlo todo".
Nos desnudamos y nos metemos en la bañera. Solo ver su pene excitado me hace entrar en éxtasis.
"Ven, te lo abriré y te lo afeitaré bien". Toma la maquinilla y empieza a afeitarme, masajeándome el clítoris de vez en cuando y metiendo algunos dedos.
"Ya estás empapada". "Ah, sí". Nos secamos. Me levanta y me lleva a la cama. Se sube encima de mí y empieza a besarme y a tocarme con los dedos. Hacemos un 69 precioso. Empiezo a chupársela por todas partes. Lamo, beso y chupo su pelo hasta que desaparece por completo en mi boca. Empiezo a chupar y a masturbarme. Siento que está a punto de correrse, y como una buena chica, me trago todo su semen. "Ahora es hora de abrir este precioso coño, abre las piernas, nena". Empieza a lamerme el clítoris, chupando mis labios menores, metiendo la lengua y volviendo a mi clítoris, sin dejar de chupar con avidez. Saca un pepino, una berenjena,
un mango y una pera de la mesita de noche.
"¡Mira qué bien me follas!"
Empieza a meter el pepino, que entra lentamente en mi coño inundado, entrando y saliendo, y empiezo a jadear. Luego mete la berenjena, y finalmente el mango y la pera. Disfruto como nunca, tengo orgasmos múltiples sin parar. "Oh, sí, disfruta, mi amor", dice la pera. "Ahora tienes que correrte sobre mí", mete la mano cerrada en un puño y luego la otra, llegando a mi antebrazo. Estoy completamente destrozada. Empieza a entrar y salir, y yo grito de placer hasta que me corro y lo inundo todo. "Oh, sí, lo estoy disfrutando". "Oh, sí, disfruta, cerdita", y después de destrozarme el coño, saca las manos y se pone encima. "Ahora quiero follarme directamente con mi polla"... "Mmm, sí, fóllame como nunca". Me inclino y empieza a embestirme y a bombearme por todas partes hasta que nos corremos juntos y nos desplomamos en la cama destrozados. "Te quiero", dice. "Yo también te quiero".
7
votos
votos
evaluación
4.6
4.6
Comentarios de los lectores sobre la historia erótica