Verduras en el coño

por
género
fisting

Lo único que pienso es en lo que me espera al llegar a casa esta noche. Mi marido dice que nos tiene preparada una grata sorpresa para nuestros juegos eróticos. Ya estoy mojada y excitada de solo pensarlo. Me muero de ganas de que me den por el coño. Necesito relajarme, este trabajo me estresa.
Pasan las horas y por fin me dirijo a mi Audi para volver a casa.
Al abrir la puerta, "¡Cariño, he vuelto!". Enseguida noto un aroma maravilloso en el aire. Me dirijo al dormitorio y encuentro velas aromáticas por todas partes, junto con pétalos de rosa rojos aquí y allá. "Te estaba esperando", dice Angelo, saliendo del baño en calzoncillos. Verlo ya me derrite. Es un hombre guapísimo, alto y musculoso, de ojos azules y pelo negro con tupé, mandíbula definida, labios carnosos, un auténtico dios griego, el sueño de toda mujer; en resumen, el hombre perfecto que he tenido la suerte de conocer. Me considero una mujer hermosa, un poco bajita, con cabello largo y rubio, ojos verdes y las curvas perfectas.
Me acerco a él y empezamos a besarnos apasionadamente.
"Ven, te he preparado un buen baño caliente". Nos acercamos y encontramos un ambiente encantador también, una bañera con burbujas, velas por todas partes, pero creo que lo mejor está por venir.
"Cariño, todo es precioso, eres tan romántica".
"Esto y más para ti, estás guapísima en ropa interior".
"Pero todavía tengo que afeitarme".
"Mmm, ven aquí que te lo hago. Mi coño debe estar limpio y suave. Quiero lamerlo todo".
Nos desnudamos y nos metemos en la bañera. Solo ver su pene excitado me hace entrar en éxtasis.
"Ven, te lo abriré y te lo afeitaré bien". Toma la maquinilla y empieza a afeitarme, masajeándome el clítoris de vez en cuando y metiendo algunos dedos.
"Ya estás empapada". "Ah, sí". Nos secamos. Me levanta y me lleva a la cama. Se sube encima de mí y empieza a besarme y a tocarme con los dedos. Hacemos un 69 precioso. Empiezo a chupársela por todas partes. Lamo, beso y chupo su pelo hasta que desaparece por completo en mi boca. Empiezo a chupar y a masturbarme. Siento que está a punto de correrse, y como una buena chica, me trago todo su semen. "Ahora es hora de abrir este precioso coño, abre las piernas, nena". Empieza a lamerme el clítoris, chupando mis labios menores, metiendo la lengua y volviendo a mi clítoris, sin dejar de chupar con avidez. Saca un pepino, una berenjena,
un mango y una pera de la mesita de noche.
"¡Mira qué bien me follas!"
Empieza a meter el pepino, que entra lentamente en mi coño inundado, entrando y saliendo, y empiezo a jadear. Luego mete la berenjena, y finalmente el mango y la pera. Disfruto como nunca, tengo orgasmos múltiples sin parar. "Oh, sí, disfruta, mi amor", dice la pera. "Ahora tienes que correrte sobre mí", mete la mano cerrada en un puño y luego la otra, llegando a mi antebrazo. Estoy completamente destrozada. Empieza a entrar y salir, y yo grito de placer hasta que me corro y lo inundo todo. "Oh, sí, lo estoy disfrutando". "Oh, sí, disfruta, cerdita", y después de destrozarme el coño, saca las manos y se pone encima. "Ahora quiero follarme directamente con mi polla"... "Mmm, sí, fóllame como nunca". Me inclino y empieza a embestirme y a bombearme por todas partes hasta que nos corremos juntos y nos desplomamos en la cama destrozados. "Te quiero", dice. "Yo también te quiero".
por
escrito el
2025-10-08
3 2 0
visitas
7
votos
evaluación
4.6
tu voto
Denuncia abuso en esto relato erótico

Comentarios de los lectores sobre la historia erótica

cookies policy Para su mejor experiencia del sitio utiliza cookies. Al utilizar este website Usted consiente el uso de cookies de acuerdo con los términos de esta política.