Mi vecina la de las tetas chiquitas

El otro día le fui a dejar a mi esposa al trabajo, cuando se bajó del auto se acercó donde unos compañeros de trabajo, cuando me iba miré por el retrovisor y vi cómo mi esposa saluda con beso en la boca con uno de sus compañeros, se abrazaron muestras se seguían besando y él le cogía el culo a mi esposa.

Como el tráfico avanzó tuve que irme sin poder ver más, yo regresé a mi casa bien excitado y no podía disimular que tenía la verga parada. Al dejar el auto en el parqueadero, me encontré en el estacionamiento con la Vicenta del piso de abajo, ella estaba vestida con una pijama que no ocultara lo duro de sus pezones, que un un tamaño casi inexistente de tetas, resaltaban mucho más y ella tampoco podía disimular ver mi verga parada bajo la ropa.

No controlé mis impulsos y la besé, ella me correspondió y fuimos rápidamente a su departamento, ella vive sola, así que no hubo problema por ocultarnos. Nos desvestimos rápidamente y fuimos a su cama, le chupé la vagina hasta que ella se humedezca lo suficiente, entonces le metí la verga despacio mientras yo le mordí los pezones. Son bien ricos esos pezones porque me acordaba de una novia que tenía de tetas pequeñas y pezones duros, creo que todas son así.

Le chupé tanto los pezones y se los mordía que parecía. De piedra, luego ella se los apretaba con sus manos tan duro, que parecían crecer más.


Luego la puse en 4 para meterle la verga en ese culo chiquito, apretado pero que se dilató rápido. Fue tan rico meterle la verga por ese ano tan apretado que le llené de semen hasta que se desbordó al momento que le saqué la verga.

Luego nos besamos bien largo y sin decir nada fui a mi departamento, luego ella me llamó y me preguntó si eso lo vamos a hacer todos los lunes y le dije que si.